Maimónides: su vida y sus obras

Por Yehuda Shurpin

El rabino Moshe ben Maimon (1138-1204), más conocido como Maimónides o Rambam , es una de las figuras más notables de la historia. Si bien se lo celebra principalmente por sus obras pioneras en derecho y filosofía judía, entre ellas Mishné Torá y Guía para los perplejos , su papel como médico moldeó gran parte de su vida adulta. Y, sin embargo, llegó a la medicina por una tragedia, más que por elección.

En un principio, Maimónides se dedicó por completo al estudio de la Torá después de que su familia se estableciera en Egipto. Su hermano menor, David, lo apoyaba económicamente, administrando los ahorros de la familia mediante el comercio. Sin embargo, el destino dio un giro cruel cuando David buscó una prosperidad mayor que la del puerto sudanés de Aydhab, adonde lo había enviado su familia, e intentó un ambicioso viaje comercial a la India. Trágicamente, se ahogó en el mar en su camino a la India entre 1169 y 1177, sin llegar nunca a su destino.

Esta pérdida, que se produjo poco después de la muerte de su padre, devastó a Maimónides. En una carta descubierta en la Geniza de El Cairo, la describió como la mayor tragedia de su vida, que lo dejó postrado en cama durante un año a causa de la enfermedad y la depresión. El impacto emocional y financiero fue severo: ahora necesitaba mantener a su propia familia y a la de su hermano. Esta crisis llevó a Maimónides a dedicarse profesionalmente a la medicina.

La experiencia médica de Maimónides ganó reconocimiento rápidamente. Fue nombrado médico de la corte del visir al-Fadil, que gobernaba Egipto mientras el sultán Saladino luchaba en las Cruzadas. Su reputación se volvió tan impresionante que, según la leyenda, Ricardo Corazón de León de Inglaterra lo invitó a convertirse en su médico personal, una oferta que Maimónides rechazó. 

Más tarde sirvió como médico del propio Saladino y, después de la muerte de este en 1193, de su hijo al-Afdal Nur al Din Ali.

Contribuciones a la medicina

Mientras se ocupaba de esta exigente práctica, Maimónides escribió diez tratados médicos influyentes. Entre sus obras más importantes se incluyen:

Aforismos médicos de Moisés (Pirkei Moshe) , la mayor de sus obras médicas, recopila 1.500 aforismos de fuentes greco-persas, que abarcan temas como la anatomía, la patología, el diagnóstico y la terapéutica.

El Tratado sobre los venenos y sus antídotos sirvió como un libro de texto de toxicología ampliamente utilizado en la Edad Media, ofreciendo consejos prácticos para identificar y tratar los envenenamientos.

El Régimen de Salud (Regimen Sanitatis) , escrito para el Sultán al-Malik al-Afdal, enfatizó la medicina preventiva y la integración de la salud mental y física, convirtiéndolo en un trabajo pionero en la medicina psicosomática.

El Comentario a los Aforismos de Hipócrates analiza críticamente las enseñanzas de Hipócrates y Galeno, añadiendo las ideas y críticas de Maimónides.

Tratado sobre el asma que ofrece un análisis detallado del tratamiento del asma, centrándose en el papel del clima, la dieta y los factores ambientales. Es muy valorado por sus consejos prácticos de salud y sus reflexiones sobre la importancia del aire limpio, un concepto vanguardista.

Sabiduría médica atemporal


“Mantener un cuerpo sano y fuerte es uno de los caminos de Di-s, pues uno no puede entender ni tener conocimiento alguno del Creador si está enfermo; por lo tanto, debe evitar aquello que daña el cuerpo y acostumbrarse a aquello que es saludable y ayuda al cuerpo a fortalecerse.” (Hiljot Deiot 4:1)

“…Cuanto más experta es una persona en esa ciencia, más precisa es su investigación.

“Se convierte en: “Surgen en él dudas y preguntas difíciles; se vuelve deliberado en su investigación y vacilante en algunas de sus respuestas. Cuanto menos sabe una persona, más considera todo lo que es difícil como fácil y considera todo lo que está lejos como cercano. Una persona así hace muchos comentarios sin sentido y pretenciosos y da respuestas sin sentido rápidamente a lo que no entiende…” (Tratado sobre el asma, cap. 13) 4

“El médico no debe tratar la enfermedad sino al paciente que la padece.” (Aforismos médicos de Moisés, Aforismo 3:7)

“El hombre debe procurar siempre mantener un cuerpo sano y evitar todo aquello que le provoque enfermedades.” (Régimen de salud, Capítulo 1)

“La salud del cuerpo depende de la salud del alma.” (Régimen de Salud, Capítulo 3)

“El médico debe buscar constantemente la sabiduría y no avergonzarse de aprender de nadie.” (Aforismos médicos de Moisés, Aforismo 9:6)

“El aire puro es la regla más importante para preservar la salud del cuerpo y del alma.” (Tratado sobre el asma, capítulo 13)

“El exceso en la comida, la bebida y el sueño es causa de enfermedad, mientras que la moderación en estos aspectos es la piedra angular de la salud.” (Aforismos médicos de Moisés, Aforismo 12:5)

“El médico debe cuidar tanto de los pobres como de los ricos, dedicarse a la curación de los enfermos y no centrarse en el beneficio material.” (Tratado sobre los venenos y sus antídotos)

“El cuerpo humano es como un instrumento bien afinado; incluso un pequeño desajuste puede alterar su funcionamiento.” (Aforismos médicos de Moisés, Aforismo 4:12)

Cómo cuidar el cuerpo según Maimónides

Muchas de estas leyes que aparecen a continuación fueron tomadas de los escritos Jurídicos de Maimónides. 

No obstante, numerosos Legisladores posteriores (Maguén Abraham 173:1 ) sostienen que la naturaleza física ha cambiado desde entonces, por lo que algunos de los principios mencionados ya no son de aplicación práctica.

1

Es parte integral del servicio a HaShem que el cuerpo esté sano y completo, – ya que es imposible que el ser humano llegue al entendimiento del Creador mientras esté enfermo – por lo tanto, la persona debe alejarse de todas aquellas cosas que causen daños a su cuerpo, y comportarse por ende según normas que lo mantengan sano o que lo curen.

Estas normas son las siguientes: se debe comer únicamente cuando se esté hambriento (*), y se debe beber únicamente cuando se esté sediento, no es saludable contenerse de la eliminación de residuos incluso un tiempo breve, sino que cada vez que necesite orinar o evacuar deberá hacerlo inmediatamente.

(*) En el libro “Hanhagat Habriut” (I, 4) Rambam da una explicación científica para esta conducta: “Es recomendable para la salud que la persona no coma después de haber comido, y solo consuma alimentos después cuando esté realmente hambriento, estando el estómago limpio, de manera tal que pueda su saliva llegar a la boca, así el alimento le será de utilidad. Del mismo modo el hombre no debe beber agua sino hasta estar realmente sediento, o sea al estar hambriento o sediento, debe esperar un poco, ya que a veces el hambre o la sed no son reales, siendo la causa de estas sensaciones cierto flujo dañino que se encuentra en la boca del estómago.”

2

No es conveniente comer hasta la saciedad, sino que es apropiado reducir un cuarto antes de satisfacerse por completo. No se ha de beber agua dentro de una comida, sino en cantidad mínima y preferentemente mezclada con vino. 

Cuando comience el alimento a ser digerido en sus intestinos, entonces beba lo necesario cuidando de no exagerar el consumo de agua incluso después de la digestión. Antes de comenzar a comer se debe evacuar todos los residuos de manera tal que no deba hacerlo dentro de la comida. 

Es apropiado hacer algún tipo de ejercicio antes de comer, de manera tal que su cuerpo esté temperado (se puede también realizar algún trabajo o alguna otra actividad física que lo canse). La regla sobre el tema es la siguiente: conviene esforzar al cuerpo y agotarlo cada día hasta que se tempere, luego deberá descansar un poco hasta estar reposado y entonces consumir alimentos. Si acostumbra bañarse con agua caliente después de los ejercicios físicos es óptimo, si así hace debe descansar un poco y después consumir alimentos.

3

Cuando la persona consuma alimentos debe permanecer sentado en un lugar fijo o inclinado levemente a la izquierda, que no camine ni cabalgue ni se esfuerce físicamente, ni conmueva su cuerpo ni pasee hasta que se digiera el alimento consumido. La persona que se esfuerza físicamente o que pasea después de haber consumido alimentos causa a sí mismo enfermedades difíciles.

4

El día y la noche suman veinticuatro horas. Al ser humano le es suficiente dormir un tercio de ellas, es decir ocho horas; siendo conveniente que sean al final de la noche, para que estas ocho horas vayan desde el comienzo de su dormir hasta antes de la salida del sol – resulta entonces que se levantará por la mañana antes de la aurora.

5

La persona no debe dormir sobre su rostro ni sobre sobre su espalda sino sobre su costado, siendo recomendable que al comienzo de la noche sea el costado izquierdo y al final de la noche sea el costado derecho. No es saludable dormir inmediatamente después de haber comido, sino que debe aguardar después de haber consumido alimentos unas tres o cuatro horas. Tampoco es recomendable dormir de día.

6

 Los alimentos que suelen ablandar el estómago como por ejemplo: uvas, higos, fresas, peras, sandías, todo tipo de zapallitos, y de melones se deben consumir en primer lugar, antes de la comida; no mezclándolas con la comida, sino que debe esperar un poco, hasta que bajen del estómago superior, y entonces consumir otros alimentos. Los alimentos que suelen endurecer el estómago como por ejemplo: granadas, membrillos, manzanas, peras crustumenias, se deben consumir inmediatamente después de comer, aunque es conveniente no consumirlas en demasía.

7

Cuando la persona quiera consumir carne de pollo y de animales juntas – es recomendable consumir primero la carne de pollo y luego la de animal; así también al comer huevos y carne de pollo – debe comer primero los huevos. Cuando ha de consumir carne de vacuno y carne de ovejas o chivos, es recomendable comer primero la carne de ovejas o chivos. La regla a seguir es siempre adelantar el consumo de alimentos ligeros antes de consumir alimentos pesados.

8

Durante las épocas de calor es conveniente comer alimentos fríos y no exagerar en el consumo de condimentos, siendo apropiado consumir vinagre. En cambio, en las épocas de lluvias (frío) se recomienda consumir alimentos calientes y muchos condimentos, no siendo apropiado consumir demasiada mostaza ni asafétida. Según estas normas es apropiado conducirse en lugares fríos y en lugares cálidos, en cada lugar según lo apropiado a su clima.

9

Hay alimentos que son totalmente nocivos y por ende es conveniente al hombre alejarse de ellos, por ejemplo: los peces grandes, los peces salados ya viejos, el queso salado ya viejo, las setas y hongos, junto con la carne salada ya vieja, y el vino casero o de su lagar (que la borra todavía está mezclada con el líquido, hasta los cuarenta días se denomina “vino casero o de su lagar” Cf. Eduyiot 6:1. N del T.); también es perjudicial un guiso abandonado hasta que hede. Así todo alimento que hede o cuyo gusto es muy amargo, es para el cuerpo como veneno.

Hay alimentos que también son perjudiciales, pero no en la medida de los anteriores, por lo tanto es conveniente consumir sólo un poco de ellos en lapsos de tiempo distantes. Por ende no se debe acostumbrar a consumirlos frecuentemente ni tampoco como acompañamiento de sus alimentos habituales: nos referimos a peces grandes, queso, leche que reposo veinticuatro horas después de haber sido ordeñada, la carne de toros ya mayores o de machos cabríos ya mayores; del mismo no son recomendables las habas, las lentejas, los frijoles, el pan de cebada y el pan ácimo, el repollo crudo (el repollo cocido los sabios lo cuentan entre los vegetales que curan. Cf. Abodá Zará 19a. N del T.), el cilantro, las cebollas, los ajos, la mostaza y los rabanitos – todos ellos son alimentos perniciosos. Como ya aconsejamos no es conveniente que la persona los consuma sino en cantidades mínimas y en épocas de frío; no obstante, en épocas de calor que no los consuma en lo absoluto. Las habas y las lentejas no son recomendables para el consumo ni en épocas de frío ni en épocas de calor. Los zapallos, por otro lado, deben ser consumidos durante climas calurosos.

10

 Existen ciertos alimentos cuyo grado de perjuicio es menor que el de los anteriores, como por ejemplo: los patos, los pichones, los dátiles, el pan hecho con granos tostados con aceite o pan que fue amasado con aceite; así también la sémola que fue muy bien tamizada hasta que no quedó ni el olor de la gluma, el jugo de alimentos salados o en escabeche, la gelatina de pescados en escabeche – por lo tanto no es recomendable consumir estos alimentos en demasía. El hombre que sea sabio y tenga control sobre sus inclinaciones, no deberá dejarse arrastrar por sus apetitos y evitar estos alimentos mencionados, salvo en casos imperativos de curación – esta persona se define como un hombre de temple.

11

La persona debe abstenerse de consumir frutas de árboles, evitándolas incluso cuando estén secas, y obviamente cuando estén frescas; éstas antes de haber madurado son como espadas para el cuerpo. Así los membrillos son muy nocivos siempre; todas las frutas agrias son perjudiciales y no se debe consumir sino un mínimo en épocas de calor en lugares cálidos. Los hijos, las uvas y las almendras son alimentos favorables siempre: ya sea frescos o secos, por ende el hombre los puede consumir siempre según lo que necesite, aunque debe procurar hacer frecuente su consumo, a pesar de ser los mejores frutos de todos los árboles.

12

La miel y el vino son perjudicial para los niños y benéfica para los ancianos, más aún en climas fríos, siendo este alimento, por otro lado, lo que la persona debe consumir en épocas de calor, cuidando de consumir dos terceras partes más de lo que se consume en épocas frías.

13

La persona debe cuidarse de mantener sus intestinos constantemente limpios, de manera tal que sus evacuaciones sean un tanto líquidas. Esto es una norma dentro de la medicina: el abstenerse de evacuar o el evacuar dificultosamente son causante de enfermedades. ¿Cómo se puede curar el intestino si se ha esforzado mucho? Si se trata de una persona joven, debe comer temprano por la mañana alimentos salados, escalfados, untados en aceite de olivas o salmuera o en sal sin pan; o que beba el agua en el cual fueron hervidas espinacas, o que consuma repollo en aceite de olivas o salmuera o sal. Si se trata de una persona mayor es recomendable que beba miel en agua caliente por la mañana, luego que aguarde unas cuatro horas y después que coma. Es conveniente realizar esto por un día o tres o cuatro, si lo necesita, hasta que se mejore.

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 Con respecto a la salud del cuerpo se ha enseñado otra regla: todo el tiempo que una persona hace ejercicios y se esfuerza mucho y no come hasta saciarse, manteniendo sus intestinos limpios – de seguro que no ha de enfermarse sino que por el contrario se fortalece físicamente, incluso que consuma alimentos no saludables.

15

Toda persona que se mantiene en reposo y no hace ejercicios, o aquel que retrasa sus evacuaciones, o aquel que tiene sus intestinos no limpios, incluso que consuma solo alimentos saludables y se cuida según las normas de la medicina – de seguro que sufrirá constantemente de dolores y su fuerza física disminuirá.

Comer hasta la saciedad para el cuerpo humano es nefasto, como veneno, siendo el principio de todas las enfermedades. De tal modo, la mayoría de las enfermedades que sobrevienen sobre la persona son causadas por alimentos no saludables, o por comer exageradamente siendo el consumo hasta la saciedad nocivo, incluso que sea de alimentos saludables. Esto es lo que declara Shlomó: “La persona que cuida su boca y su lengua, sin lugar a dudas que resguarda su alma de dolores” (Mishley 21:23).

Es decir, al cuidar la boca de consumir alimentos no saludables o de comer hasta la saciedad, y la lengua de hablar solo lo necesario, la persona se mantendrá protegida.

Los trece principios de la fe judía

El gran codificador de la ley de la Torá y la filosofía judía, el rabino Moshe ben Maimon (” Maimónides “, también conocido como “El Rambam “), recopiló lo que él llama Shloshah Asar Ikkarim , los “Trece Principios Fundamentales” de la fe judía, tal como se derivan de la Torá . 

Maimónides se refiere a estos trece principios de la fe como “las verdades fundamentales de nuestra religión y sus fundamentos mismos”. 

Los Trece Principios de la fe judía (tal como se registran en la introducción de Maimónides a Perek Chelek) son los siguientes:

1. Creencia en la existencia del Creador, que es perfecto en toda forma de existencia y es la Causa Primaria de todo lo que existe.

2. La creencia en la unidad absoluta e incomparable de Di-s .

3. La creencia en la no corporeidad de Di-s , ni en que Él será afectado por ningún suceso físico, como el movimiento, el descanso o la morada.

4. La creencia en la eternidad de Di-s.

5. El imperativo de adorar exclusivamente a Di-s y no a dioses falsos extranjeros.

6. La creencia de que Di-s se comunica con el hombre a través de la profecía.

7. La creencia en la primacía de la profecía de Moisés nuestro maestro.

8. La creencia en el origen divino de la Torá.

9. La creencia en la inmutabilidad de la Torá.

10. La creencia en la omnisciencia y providencia de Di-s.

11. La creencia en la recompensa y retribución divinas.

12. La creencia en la llegada del Mesías y la era mesiánica.

13. La creencia en la resurrección de los muertos.

Es costumbre de muchas congregaciones recitar los Trece Artículos, en una forma ligeramente más poética, comenzando con las palabras Ani Maamin (“Creo”), todos los días después de las oraciones de la mañana en la sinagoga.

Fuente

¿Es algo malo imaginarse cometiendo un crimen?

El pensamiento es lo más difícil de controlar. Los pensamientos parecen entrar en nuestras mentes al azar. Pero cada acción está precedida por un pensamiento. Nadie comete adulterio sin pensarlo.
Tratar de controlar los pensamientos es un buen comienzo para convertirse en una mejor persona.
Según el Talmud: Los pensamientos de pecado son más duros que el pecado mismo.
Hay dos componentes en la mala conducta:
La acción negativa y su efecto que vemos en nuestro mundo físico.
El efecto espiritual dañino que la mala acción tiene sobre quien la comete.
Al vivir en un mundo físico, nos guiamos por “los hechos materiales”. Los pensamientos son invisibles y
no pueden ser juzgados. Nadie es condenado por “pensar en robar”. Lo mismo es el caso en un tribunal de la ley judía.
Desde la perspectiva del alma, es diferente.

Maimónides dice: La capacidad de pensar es inherente a la humanidad. Usar el pensamiento para pecar
es pecar por medio de la parte más noble.
La “acción” es algo que compartimos con otras criaturas. Podemos usarla negativamente. Pero corromper nuestras mentes, que son exclusivas de los humanos, es peor. Tomamos algo tan alto y lo llevamos tan bajo.

La filosofía Jabad explica que el alma tiene “tres prendas”, tres formas de expresarse:
Pensamiento, palabra y acción.
El pensamiento, la más espiritual de las vestimentas, está íntimamente conectado con el alma y comparte algunas de las mismas características.
Es constante, y el alma está constantemente conectada con el cuerpo.
Permanece dentro de la persona. El alma sigue siendo parte de una persona mientras está viva.

El pensamiento pecaminoso manchará el alma en un lugar más espiritual que un acto pecaminoso. Este es una
expresión externa del alma, pero los efectos de los pensamientos negativos son profundos y de mayor alcance.

La conquista del pensamiento es una parte integral del judaísmo. No es fácil controlar todos nuestros pensamientos todo el tiempo, y puede llevar años, e incluso toda la vida, dominarlo.
Rabí Shnuer Zalman de Liadi, fundador del movimiento Jabad, brinda herramientas para ayudar a superar los pensamientos negativos y analiza el increíble placer que le damos a Di‐s cuando intentamos dominar nuestra psique.

Consulte Tania, capítulos 26 a 28.

Moshe ben Maimon

El rabino Moshe ben Maimon fue un talmudista, halajista, médico, filósofo y líder comunitario, conocido en el mundo judío por el acrónimo “Rambam” y en el mundo en general como “Maimónides”. Es una de las figuras más importantes en la historia de los estudios de la Torá ; en su lápida se inscribieron las palabras: “De Moisés a Moisés, nadie se levantó como Moisés”.

Hoy en día, muchos hospitales y escuelas en todo el mundo llevan el nombre de Maimónides; y hasta el día de hoy, estudiantes de todo el mundo estudian sus obras académicas.

Moshe nació en Córdoba, España, el 14 de Nisán (la víspera de la Pascua ) del año 4895 (1135 d. C. 1 ). Su padre Maimón, descendiente directo del rey David , era juez en el tribunal rabínico de la ciudad. Su madre falleció cuando él era todavía un niño pequeño, y algunos sugieren que sus hermanos menores nacieron después de que Maimón se volviera a casar. 

Maimónides falleció el 20 de Tevet del año 4965 (1204 d.C.) y fue enterrado en la ciudad de Tiberíades en Tierra Santa.

A temprana edad, Maimón educó personalmente a su hijo y lo llevó al venerado maestro, el rabino Yosef ibn Migash , conocido como Ree Migash, un rabino de Alusina, España (hoy conocida como Lucene). Maimónides lo consideraría más tarde su principal mentor.

A mediados de sus 20 años, comenzó a escribir numerosos volúmenes sobre la Mishná , que completó unos diez años después. Su intención era ayudar a quienes no podían entender el texto hebreo y a menudo críptico de la Mishná , y por esa razón, el comentario fue escrito en árabe pero con letras hebreas.

Luego escribió un volumen en árabe llamado Sefer Hamitzvot , en el que enumeraba los 613 mandamientos. Estos volúmenes fueron traducidos al hebreo varias veces, una de ellas durante su vida.

Maimónides también fue autor de la Guía de los perplejos , o Moreh Nevuchim , una obra fundamental sobre la filosofía judía; la Carta del martirio, una carta a los judíos yemeníes alentándolos en su difícil situación; y otras cartas (recopiladas en Pe’er Hador y hoy publicadas como un solo volumen). Maimónides también escribió un Juramento para los médicos , y se le atribuyen varios textos médicos .

La obra magna de Maimónides es su codificación de la ley judía , a la que llamó Mishné Torá , o “la segunda después de la Torá”. La obra de catorce volúmenes es una codificación sistemática lógica de la ley judía.

Antes de Maimónides, para conocer la ley judía, uno tenía que aprenderse todo el Talmud . Y como el Talmud mismo a veces era indeciso, incorporando a menudo opiniones conflictivas sobre la ley judía, era necesario estudiar los diversos comentarios, que clarificaban la ley final. El famoso rabino Yitzchak Alfasi , conocido como el Rif (el maestro del mencionado Ree Migash) fue el primero en codificar la ley judía aplicable, como un comentario al Talmud.

La dificultad, sin embargo, era que las normas talmúdicas –así como los comentarios antes mencionados– no estaban organizadas de una manera estrictamente enciclopédica y lógica, lo que hacía que la investigación fuera extremadamente ardua. Por ejemplo, para estudiar las leyes del Shabat explorando el Talmud, uno necesita buscar entre decenas de tratados.

-Maimónides fue el primero en catalogar todo el cuerpo de la Ley Oral –tanto los Talmuds, los diversos Midrashim halájicos , obras posteriores escritas por los Geonim e incluso textos cabalísticos– y compilarlo todo de manera lógica y sistemática. Las leyes del Shabat, por ejemplo, están reunidas en el tercer volumen de Mishné Torá (titulado Zmanim , “Tiempos”, que contiene todas las leyes relativas al Shabat y las festividades) en treinta capítulos, cada uno dividido en pequeñas subsecciones.

-Maimónides codificó las leyes del Shabat, las festividades, la oración, las leyes alimentarias y las leyes que regulan la vida diaria del judío. También escribió una sección sobre la alimentación saludable, la buena forma física y la salud mental, enseñando a los futuros estudiantes que todas nuestras acciones deben estar impregnadas de santidad y Divinidad. “La salud y el bienestar del cuerpo”, escribe, “es parte del servicio que uno le ofrece a Dios ”.

La Mishné Torá también incorpora los principios básicos del pensamiento y la creencia judía.

Otro componente único de los volúmenes es que no se limitan a las leyes que pertenecen a nuestros días y época, que constituyen sólo una pequeña parte de los 613 mandamientos bíblicos , sino que también incluyen leyes que pertenecerán a la era mesiánica , como las leyes del diezmo, el Año Jubilar y el servicio del Templo .

En este campo, Maimónides fue más que un pionero; hasta el día de hoy, la Mishné Torá sigue siendo la única obra de este alcance. Ninguna otra obra, escrita antes o después, abarca todo el corpus de la ley judía. (Incluso los comentarios sobre la ley judía escritos antes de Maimónides omiten las leyes que no eran pertinentes en su época).

-Maimónides también hizo mucho hincapié en hacer que sus obras fueran accesibles y comprensibles para todos los judíos, tanto eruditos como profanos. También omitió las fuentes, en aras de la brevedad, aunque eruditos posteriores recopilaron fuentes para cada afirmación de la Mishné Torá . Debido a su estilo y claridad únicos, se lo conoció como “La lengua de oro”.

Desde Maimónides, muchos estudiosos posteriores han analizado cada palabra e incluso cada letra de sus volúmenes. Discuten extensamente por qué Maimónides eligió incluir ciertas leyes, escribió una ley antes que otra y por qué eligió incluir leyes en un volumen pero no en el otro. Algunos han especulado que el corpus de comentarios sobre los volúmenes de Maimónides podría alcanzar la misma cantidad que el de comentarios talmúdicos.

Por Dovid Zaklikowski

La teoría de la Evolución

La óptica del judaísmo tradicional frente a Darwin y Lamarck

La óptica de la Torá es clara, pues uno de los motivos para el cese laboral en el séptimo día de cada semana es “pues en seis días Di-s hizo los cielos y la tierra y en el séptimo día cesó de trabajar y descansó”. De lo que se desprende que los seis días de la creación son días literales y no como aquellos quieren interpretar que con ellos se alude a seis períodos. Así resulta también evidente de las palabras de nuestros sabios en diferentes lugares, que los seis días del Génesis fueron, cada uno de ellos, días de 24 horas (véase Pirkei deRabí Eliezer cap 3 y ss.; Midrash Rabá Bereshit; Sanhedrín 38b, y en otros sitios

a)En el relato acerca de la Creación se especificó también el orden de éstas, qué cosas fueron creadas en el tercer día, cuáles en el cuarto, cuáles en el quinto y cuáles en el sexto. Esto quiere decir que las especies fueron creadas, cada una de ellas, individualmente. Tal como lo indica en el sentido literal de los versículos, que la tierra produjo vegetación, peces, seres acuáticos, seres voladores, bestias y animales, y luego fue creado el hombre, y no que evolucionaron uno del otro.

Nota: Son conocidas las interpretaciones que se encuentran en ciertos libros, particularmente en el ensayo titulado “Or Hajaim” que puede vincularse con la teoría de la evolución. Pero quien examine con detenimiento lo expresado en esos libros y ensayos podrá ver que los mismos no fueron escritos basándose en un conocimiento cabal de lo acertado de la teoría sino en aras de una intención específica que encontramos en la literatura apologética: quisieron mostrar al mundo gentil que es posible encontrar sus opiniones y teorías incluso en las Sagradas Escrituras y en los enunciados de nuestros sabios. Sus propios redactores sabían que éstas no eran más que una respuesta en extremo forzada, una respuesta coyuntural, sólo que se vieron obligados a escribir de este modo para mejorar la óptica y relación del mundo hacia nuestra Torá, pese a que ellos mismos eran concientes de que esta interpretación no era la verdadera

¿Quién mejor que Maimónides, sobre el cual los grandes de Israel dijeran “de Moshe hasta Moshe no hubo como Moshe”? Pues, bien, quien examine críticamente su obra Iad Jazaká verá en qué medida las interpretaciones de Moré Nevujím –La Guía de los Perplejos- particularmente respecto de las razones subyacentes a los preceptos, no constituían sistema en la Torá

Análogamente sucede con varios de los pensadores Judíos temerosos Di.-s de la Edad Media y de nuestros días que creen un deber santificar el nombre de Di-s alterando la interpretación de las palabras de nuestros Sabios a fin de armonizar con las teorías “científicas”, pues de esa manera se verán enaltecidos a los ojos de diversos círculos judíos y también gentiles.

Otro ejemplo: bien se sabe cuán sufrido empeño han puesto algunos de los Grandes de Israel para armonizar la interpretación literal de los versículos que describen el movimiento del sol y la luna, y “la tierra está parada siempre”, con la teoría de Cpérnico considerada durante un tiempo verdad absoluta, hasta que surgió la teoría de la relatividad de Einstein y demostró que desde la perspectiva científica es imposible probar de manera alguna, en la relación astro Tierra, cuál se mantiene estático y cuál está en movimiento. Por consiguiente también es posible que sea la tierra la estática y los astros los que giren alrededor de ella, y no hay necesidad alguna de despojar a los versículos, ya los enunciados de nuestros Sabios de su sentido literal y torcerlos con interpretaciones difíciles y forzadas, sino que deben entenderse en su sentido textual.

b) En lo que hace la Teoría de la Evolución propiamente dicha, el enfoque de la ciencia al formular una teoría es que esta debe nacer de la necesidad de brindar respuestas a fenómenos y cuestiones incomprensibles observados en la realidad, y que la teoría debe basarse en fundamentos recogidos de la naturaleza y los sentidos.

En otras palabras, el objetivo de una hipótesis científica es interpretar un fenómeno de difícil comprensión por intermedio de explicaciones comprobadas en la naturaleza misma, que conviertan a este fenómeno en algo más sencillo. Y una de las exigencias iniciales del método científico es que pueda comprobarse en la naturaleza si sus propias conclusiones son coherentes o no.

Lo mismo se aplica a nuestro caso: hubo quienes preguntaron como se creo y de donde vinieron los varios tipos y especies que se encuentran en la naturaleza, ya sea en el reino mineral, el vegetal, el animal, como también la especie humana. Y pretendieron disipar la magnitud del interrogante con una teoría según la cual al principio no hubo mas que organismos en extremo elementales, a partir de los cuales, con el correr del tiempo, se desarrollaron organismos compuestos más complejos, hasta que de los primeros inicios de un organismo unicelular se desarrollaron los animales de orden superior, incluyendo a la especie humana.

Ahora bien, para que esta teoría pueda llamarse científica debe cumplir varios requisitos. Entre ellos como se dijera antes:

1-La evolución de un ser compuesto y complejo a partir de un organismo simple debe ser un fenómeno visible en la naturaleza, o al menos debe de haber alguien digno de confianza que testimonie haber visto este fenómeno en varias oportunidades.

No obstante, es un hecho por todos conocidos que no hay siquiera un único testimonio fidedigno de quien fuera que hubiera visto la evolución de un organismo a partir de otro. Lo que sí vieron, e incluso lo que el mismo Darwin relata en su celebre libro, fueron mutaciones leves en algunos órganos, así como también que encontraron esqueletos que guardan similitud con alguna especie viviente, y dijeron que seria una conjetura lógica sostener que una especie evolucionó de otra, y lo mismo es valido para las especies de la paloma y el caballo sobre las cuales se apoya en gran medida la teoría de la Evolución.

2-La situación y la descripción basadas en la teoría de la Evolución debe ser más comprensible y sencilla que la creencia de que todo se creo a partir de nada. (creatio ex nihilio).

Sin embargo, no hay evidencia alguna en la naturaleza que nos permita decir que fuera más fácil que un organismo simple se convierta en un ser humano, que decir que el hombre fue creado a partir de la nada. O, en otras palabras: la interpretación de que un grupo de átomos y moléculas se unieran de una sola vez de manera tal que dieran lugar a la existencia del hombre no es más conflictiva que decir que un grupo de células elementales que sufrió mutaciones en sus condiciones de vida se alteraran con el paso del tiempo hasta convertirse en órganos totalmente diferentes uno del otro, como el cerebro que esta en la cabeza, el globo ocular, y el talón del pie.

c) Existen seres tanto entre los vegetales como entre los animales inferiores, cuyo tiempo de vida es extremadamente breve, por lo que el hombre puede observar el curso de los cambios que se producen en sus organismos en varias generaciones suyas.

Asimismo, el observador tiene la posibilidad de alterar sus condiciones de vida en la mayor medida. Pese a todo esto los hombres de ciencia no han logrado desarrollar una especie a partir de otra, y su único logro se reduce a haber alterado las características del vegetal o animal en cierta medida o a haber integrado una especie con otra produciendo una intermedia. Pero no han llegado a desarrollar una especie de nivel superior a partir de una de nivel inferior.d) Todos los científicos conocen y aceptan la sí llamada “Ley de Conservación de la Materia” o, conforme las mas recientes conclusiones de la ciencia, la “conservación” de la suma total de materia y energía. En consecuencia, en base a esta ley, todos los átomos y sus partículas estaban ya presentes en el momento de la Creación (o lo estuvieron siempre en opinión de los agnósticos).