Parashá en síntesis: Vaiejí

Con esta Parashá finaliza la lectura de Bereshit (Génesis), el primer libro del Jumash (Pentateuco), que está compuesto por doce Parashot o partes. Al terminar un libro de la Torá se dice: “Jazak, jazak, venitjazek”, que significa “¡Fuerza, más fuerza!, ¡Juntos nos fortaleceremos!”, lo que implica que nos sentimos contentos por lo aprendido, pero deseamos aprender aún más. 

Iaakov fue la primera persona que sufrió de una enfermedad antes de morir, porque así se lo pidió a Di-s, pues de este modo las personas podrían dar instrucciones a sus hijos y arreglar sus asuntos antes de fallecer. 

Abraham fue la primera persona con señales externas de vejez, tales como arrugas y cabello canoso, para que las personas pudieran distinguir y honrar a la gente mayor. Itzjak fue el primero en experimentar dolor y sufrimiento, ya que así se lo pidió a Di-s para aminorar el sufrimiento en el mundo venidero. 

Iaakov vivió en la tierra de Egipto durante 17 años. La Parashá dice: “Y los días de su vida fueron 147 años”. Los días y los años de Iaakov fueron plenos, de verdadero contenido. Mucho fue lo conseguido en cada hora y minuto de aquellos días, pues Iaakov – como el resto de los patriarcas del Pueblo Judío – disfrutó del aprovechamiento del tiempo. 

Dicen nuestros Sabios que el secreto de aprovechar el tiempo en la forma más intensa posible es el entrenamiento para actuar de tal manera que, cuando se está ocupado en determinada actividad, todas las cosas que se estaban haciendo antes y aquellas que ocuparán la atención después deben desaparecer; así la mente está libre de toda distracción, pasada o futura, y puede ocuparse plenamente de lo que está haciendo. 

Iaakov pidió a Iosef que le prometiera que lo enterraría en Eretz Israel. Quería ser sepultado en Tierra Santa, en la Cueva de Majpelá junto a sus antepasados Abraham e Itzjak.

Iaakov no deseaba ser enterrado en Egipto por varias razones: temía que los egipcios consideraran que su cuerpo era santo y que pudieran convertirlo en uno de sus ídolos. Además, quería que sus descendientes tuvieran siempre presente que su patria era Israel y que tenían que volver a ella y no quedarse en Egipto. Otra razón era que aquellos sepultados en Israel serían los primeros en revivir en la etapa de resurrección de los muertos. 

Antes de morir, Iaakov bendijo a cada uno de sus hijos y a algunos de sus nietos. Iaakov fue el primero de los patriarcas en reconocer las particularidades del carácter y la mentalidad de cada uno de sus doce hijos. 

Iaakov murió en el año 2255 después de la Creación y su muerte fue lamentada por su familia y por todo el pueblo egipcio. El Faraón le dio permiso a Iosef para que fuera a enterrar a su padre en la Cueva de Majpelá. Esav trato de impedirlo, alegando que esa cueva era de su propiedad. Mientras que Naftalí buscaba los documentos, Jushin, hijo de Dan, que era sordo y no entendía por qué se demoraba el entierro de su abuelo, levantó su bastón y de un golpe mató a Esav. Su cabeza rodó y fue enterrado junto a Iaakov. El cuerpo de Esav fue llevado por sus hijos a su tierra. 

Iosef ejerció el cargo de virrey durante cuarenta años y sucedió al Faraón después de su muerte. Fue rey de Egipto por cuarenta años y falleció a la edad de 110 años.

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