“Para que tengas lo bueno y alargues los días” (Devarim 22:7)
Shiluaj Haken: ahuyentar a la madre ave del nido antes de tomar a su cría o sus huevos. Esto solo se aplica a las aves Kosher.
Por cumplir el precepto de ‘echar del nido’ (a la madre) que aparece en nuestra Parshá, la Torá adjudica una gran recompensa: “para que tengas lo bueno y alargues los días”.
Se pregunta aquí: este precepto es totalmente fácil de cumplir. ¿Por qué se retribuye por él un premio tan grande? Responde Rashi, que es precisamente esto lo que nos viene a enseñar la Torá: si por una Mitzvá sencilla, donde no hay erogación para el bolsillo, la Torá dijo “para que tengas lo bueno y alargues tus días”- ¡cuánto más será la recompensa dada por las Mitzvot graves!
Es decir, que la Torá eligió destacar una gran recompensa justamente en una mitzvá muy sencilla, que no implica erogación monetaria, para darnos una idea del extraordinario premio que espera a los observantes del resto de los preceptos, y especialmente, los preceptos graves, y que también significan costo económico.
SIN DIFICULTADES
Pero esta explicación requiere mayor clarificación: ¿si la Torá buscó especialmente “una mitzvá sencilla”, podría haber elegido Mitzvot mucho más fáciles, que incluso no requieren acción alguna para cumplirlas, como leer el Shemá, que es sólo con la palabra?
Sólo que lo que destaca al precepto de ‘echar del nido’ (a la madre), para calificarlo como ‘fácil’ es por no estar ligado a dificultad alguna. Esta Mitzvá es cumplida en una situación donde la persona no está ocupada con tema alguno, sino que de todos modos desea tomar los pichones o los huevos, y la única condición que se le exige es un acto insignificante- echar a la madre. Y sobre ello la Torá dice que su paga es grandiosa.
LA INMENSIDAD DE LA RECOMPENSA
En otros preceptos, como por ejemplo leer el Shemá, pueden surgir dificultades. Por ejemplo, cuando la persona está ocupada y dedicada en ese momento a otros temas, y debe dejarlos y para cumplir la Mitzvá- se requiere del hombre que se ponga fuerte e interrumpa sus temas para leer el Shemá. Si la Torá hubiera elegido esta Mitzvá para enseñarnos la inmensidad de la recompensa de quienes cumplen los preceptos, hubiéramos pensado que el premio se debe a que el cumplimiento de esta Mitzvá implica, a veces, lidiar con dificultades.
Por eso, la Torá eligió específicamente al precepto de ‘echar del nido’, un precepto fácil en todos los aspectos: se trata de una acción insignificante, no implica dificultades y no requiere erogación alguna. Y sobre una Mitzvá tan fácil está escrito: “para que tengas lo bueno y alargues los días”
¡Cuánto más en el resto de los preceptos!
UNA MITZVA ARRASTRA UNA MITZVA
A continuación del precepto de ‘echar del nido’ está dicho: “cuando construyas una casa nueva, erigirás un cerco a tu techo”. Luego se detallan las leyes para los viñedos y el campo, la mezcla de lino y lana en la vestimenta, etc. Rashi acota al respecto: “si cumpliste el precepto de ‘echar del nido’, finalmente construirás una casa y cumplirás el precepto del cerco, puesto que un precepto arrastra un precepto, y llegarás a una vestimenta, un campo y ropas bellas” De aquí vemos, no solamente la dimensión de la recompensa por una “Mitzvá fácil”, sino también la fuerza que posee una “Mitzvá fácil”, para arrastrar Mitzvot adicionales.
Cuando se despierta la esencia del alma del judío, aunque en un principio encuentre esto su expresión en una “Mitzvá fácil”, esto lleva a continuación al cumplimiento de otros preceptos, a través de lo cual nos hacemos meritorios de ser inscriptos y sellados para bien, para un año bueno y dulce en todos sus detalles.
(Likutei Sijot Tomo 9, Pág. 133)