Usted vive en el mismo vecindario que su mejor amigo. Pero lo separan de él cinco largas cuadras, que usted no cruza más que tres veces al año. Entonces por qué, cuando finalmente lo encontró en una boda, o en un evento especial, al día siguiente nuevamente lo encuentra en la calle? Quiero significar, que si en total va a reunirse con él sólo tres veces en el año, ¿los encuentros no podían haber sido un poco más espaciados?
Hace aproximadamente un año atrás, la Dirección de las Ieshivot de Lubavitch, me encomendó llevar a cabo el proyecto del Sefer Torá del Klal Israel. Había renacido un enorme entusiasmo con respecto a ello y ahora trataría de darle al asunto una nueva infusión de vida. Una de las cosas que hice fue llamar al teléfono que figuraba en la guía de dicho proyecto. Me contestó un disco que decía que el teléfono estaba desconectado y había que comunicarse a la central de Jabad. Llamé entonces a la compañía telefónica para solicitarles que cambien el disco. La operadora que me atendió estaba muy emocionada “¿Sabe usted señor, que ese teléfono fue desconectado hace exactamente dos años a la fecha de hoy?”. ¡Ahí lo tienen, sucedió otra vez!
Cierto día estaba en el negocio de mi amigo, cuando él estaba revisando un Sefer Torá. Estaba demorado en el versículo que cuenta sobre Aharón y Miriam, cuando hablaban sobre Moshé y su esposa que era una mujer de color. Nos detuvimos allí y conversamos sobre el tema. A los pocos minutos ingresó una mujer de color queriendo comprar una Mezuzá. Mi amigo trató de explicarle que no podía venderle un artículo de ese tipo a alguien que no podría apreciar su santidad. Ella se enojó y nos gritó. “Yo quiero comprar una Mezuzá porque mi esposo es judío. Ustedes no quieren venderme la Mezuzá porque yo soy negra… ¡¿Acaso no saben que Moisés estaba casado con una mujer de color?!” Unos minutos antes estábamos hablando del tema y ahora esta mujer lo estaba recordando.
¿No se siente divertido y a la vez extraño cuando suceden estas cosas? A todos nos pasa; y si no, puede traer ese tema de conversación en una reunión de amigos y verá. ¿Qué quiere decir esto? Decidí consultar a unos cuantos pensadores judíos sobre el tema. Permítanme contarles:
Hashgajá Pratit significa que todo lo que sucede, sucede porque Di-s se encuentra en todo. A veces, por un instante tenemos el mérito de que Hashem (Di-s) nos muestre abierta y directamente lo enterado que está de nuestros actos y pensamientos. El nos acompaña y está con nosotros, escucha nuestras palabras, toma parte en nuestras actividades y conoce nuestros pensamientos. La coincidencia con mi llamado a la Compañía de Teléfonos significa que Hashem me dice: “¿Ves? ¡Yo estoy aquí también! ¡Haz un buen trabajo!”.
Otra explicación sería de acuerdo a la opinión del Rambam, que toda persona a través de una simple acción, palabra o pensamiento puede hacer inclinar la balanza hacia el lado bueno y traer así grandes cosas al mundo. Es difícil para un ser humano comprender esto. Por eso Di-s, por medio de la Hashgajá Pratit (Supervisión Divina) nos muestra muy seguido la importancia de cada una de nuestras actitudes. ¿Pensaste en alguien ayer?
Bueno, hoy lo encontraste. Esta es la manera en que Él nos demuestra que no existen acciones separadas. Todo tiene un sentido. Muchas veces ocurre que hablamos de alguien y al instante dicha persona viene allí. Los judíos tenemos una expresión muy común cuando eso sucede: “Hubiera hablado del Mashíaj”. ¿Saben una cosa? ¡Tienen razón! Vivimos esa experiencia para demostrarnos que realmente cada uno puede traer al Mashíaj.