¡Los animales son espirituales!

El fundador de una Organización de Rescate de Animales, a partir de ahora Mendy, interactúa por e-mail con el Rabino Newman sobre la espiritualidad de los animales, y aquí el intercambio.

¿Crees que los animales son espirituales?

E-mail de Mendy: : 

Gracias por compartir tu sabiduría.

Tengo una perspectiva diferente en tu sentencia acerca que:

Los animales no estudian las estrellas y los ángeles están confinados a los reinos espirituales, pero el Hombre es el puente de Di-s entre los Cielos y la Tierra.

Nuestros cuerpos están formados de polvo, nuestras almas son la esencia de Di-s. Sólo nosotros podemos ver el mundo físico y ver una vida espiritual y bella. Nosotros, que estamos más allá del cielo y la tierra, forma y materia, espíritu y cuerpo, sólo nosotros podemos fusionar las dos cosas.

Este concepto ha cegado a la humanidad y se instituido en los especímenes desde Descartes.

Como fundador y presidente de una organización de Rescate a los Animales durante 30 años, puedo decir con seguridad que los animales que traemos y le damos albergue en este mundo, luego de generaciones de estar en laboratorios de observación abominables, pasan los días mirando el cielo, con asombro.

Hay mucha gente que está confinada al reino del mundo material. La mayoría de los animales que hemos rescatado tienen la conexión más profunda al mundo espiritual de la forma más auténtica que se pueda imaginar. Nos hemos sentido más cercanos a Di-s en su presencia que con los investigadores inhumanos que los han torturado.

La Tierra es redonda y somos uno con todas las Criaturas de Di-s.

Es algo antiguo dejarse llevar por las creencias sobre las especies céntricas que “sólo nosotros podemos ver el mundo físico y ver una vida espiritual y bella”. Tengo que decir, con todo respeto, que esto no es cierto.

RESPUESTA del Rab Newman:

Me alegra que podamos compartir perspectivas con tolerancia y entendimiento. Una cosa que creo que ciertamente estaremos de acuerdo es: Si este Planeta Tierra fuera un jardín, y viéramos a estos humanos corriendo alrededor causando los estragos que hacen, ¡Correríamos a una jardinería para buscar una manera de eliminar la plaga!

Afortunadamente, el Creador es más paciente. Debe de haber alguna cualidad de redención que Él ve en nosotros.

Espero que usted tenga paciencia y me deje mostrarle una enseñanza de uno de los Cabalistas Italianos del Siglo XVI, Iehudá Moscato:

Perek Shira, un texto de Midrash antiguo, describe la canción que cada criatura canta a su Creador. Termina con una historia de una rana que se jacta frente al Rey David que su canción es más bella que cualquiera que él pudo haber compuesto.

¿Cuáles son estas canciones? ¿Quién las compuso? Los Cabalistas explican que cada animal recibe su vida a través de un canal de ser espiritual. La canción proviene de este ser espiritual que está puesto sobre cada una de las especies. En su melodía, están contenidos todos los movimientos y actividades, silbidos, gritos, ladridos y rugidos de cada animal que está conectado con ese ser.

Cada ser creado está vivo, incluso las rocas, la arena, el agua y el aire. Cada uno tiene su canción, y juntos componen una magnífica sinfonía.

El ser humano, escribe Moscato, es la criatura que ejecuta todas las partes como una, así como un solista en un concierto canta la melodía principal. Y mientras él está ejecutando la obra, la orquesta lo acompaña con todos sus instrumentos. Cuando uno toca fuera de tono, el universo toca en acrimonia. Cuando uno toca en armonía, el mundo ejecuta de manera dulce y bella.

Sí, nosotros somos de la tierra, otras de las criaturas de Di-s que pertenecen a esta biósfera. Aún así, somos el elemento radical, aquél que tiene el poder de traer devastación más que cualquier otra criatura. Así como tenemos el poder de destruir, tenemos también el de reconstruir, de curar, y de sublimar a todo el mundo. Esa es nuestra cualidad de redención, un tipo de espiritualidad que descansa sólo en nosotros: la capacidad de ver la curación en donde yace la enfermedad, y de tomar acción para reconocer esta curación. Está siendo tocada hoy por gente como tú. Gracias.

Rabino Tzvi Freeman.

El miserable

Rabí Shneur Zalman de Liadi*, estaba recolectando fondos para rescatar judíos que estaban cautivos. Se dirigió en primer lugar a una ciudad que era famosa en particular, por un judío muy avaro que habitaba allí.

Rabinos y mendigos evitaban esa casa, ya que lo único que se les entregaba, no importara el tipo de urgencia, era una oxidada moneda de un centavo, que todos rechazaban.

Cuando el Rebe arribó a la ciudad, los ancianos lo recibieron cálidamente.

Pero cuando solicitó que dos prominentes lo acompañasen a la casa del millonario, halló una terrible resistencia. A duras penas consiguió su escolta. La tarde siguiente, se encontraban frente a la entrada de la mansión.

Rabí Shneur Zalman advirtió a sus acompañantes que no dijeran una palabra. Golpearon la puerta y luego de un instante se encontraban ubicados en el lujoso despacho del miserable.

Mientras sacaba la oxidada moneda de un monedero de terciopelo dijo: “¡Qué tragedia! Viudas y huérfanos cautivos. ¡Ah! ¡Qué sufrimiento el del pueblo judío! Tome Rab, he aquí mi humilde contribución”

Para su enorme sorpresa, el Rebe tomó la moneda con una enorme sonrisa y procedió a escribir el recibo de donación adjuntando todo tipo de bendiciones en él.

“Muchas gracias” le dijo, estrechó cálidamente su mano y se retiró. Sus compañeros le susurraron: “Debería habérsela tirado”. “¡Sh! ¡No digan nada!” dijo el Rebe. De pronto escucharon que la puerta se abría nuevamente y el miserable gritaba: “Rabinos, por favor, ¡vuelvan!”

Nuevamente estaban sentados en el cálido ambiente. Esta vez el rico preguntó: “¿Cuál es la cifra exacta que necesita?”. Rabí Shneur Zalman dijo: “Cinco mil rublos”. “Bueno, aquí tiene mil, si desea puede contarlos” y pronunciando estas palabras el millonario extendió un fajo de billetes.

El Rebe apretó fuertemente la mano del rico y escribió un recibo agregando bendiciones, tal cual lo hizo la primera vez. Al salir, los acompañantes estaban seguros de haber presenciado un milagro. Sin embargo, a los pocos minutos habían sido llamados por tercera vez por el donante que esta vez decía: “¡He decidido entregarle la suma completa!”

Más tarde, cuando estaban reunidos junto al Rebe, sus acompañantes preguntaron: “¿Cómo logró que el famoso miserable le done semejante suma?” 

Rabí Shneur Zalman respondió: “El hombre no es un miserable.

Ninguna alma judía lo es. Pero… ¿cómo podía sentir el deseo de ayudar con una donación, si nunca en su vida había experimentado el placer de dar, pues cada persona que recibía su moneda oxidada se la tiraba en la cara nuevamente…?”

*Rabí Shneur Zalman de Liadi, conocido como el Alter Rebe, nació en Liozna, Rusia Blanca, el 18 de Elul del 5505 (1745). Fundador del movimiento jasídico Jabad. Por veinte años trabajó en el Tania, en donde explicó la filosofía de Jabad y es considerado “la Biblia” del Jasidut.

Un presente del Rebe

La tormenta de hielo del siglo golpeó a Montreal en el año 1998. La energía eléctrica  de nuestro hogar se cortó el miércoles y el jueves la casa estaba muy fría. 

Decidimos alquilar un par de habitaciones en un hotel del centro de la ciudad para pasar allí el shabat, pues creímos que la energía allí no se cortaría. Afortunadamente hallamos dos cuartos en el hotel que estaba al lado de nuestro Beit Jabad. 

Lamentablemente la energía eléctrica cesó también en el hotel y todo el vecindario. El generador del hotel mantenía la calefacción y la olla del Cholent (comida sabática) encendidas. Fue un Shabat especial a la luz de las velas. El sábado a la noche, ubiqué a mi familia en un pequeño sector para cenar. Mi señora preparó unos sandwiches y yo me dirigí al bar para pedir agua caliente para las sopas instantáneas. Una joven ofreció ayudarme y le expliqué que debido a una dieta especial no podía mezclarlo con los cubiertos del hotel. Ella me respondió que ya lo sabía y que también compraba estas sopas en un negocio casher. Al notar mi sorpresa me dijo: “Soy medio judía” y enseguida agregó: “En realidad no lo soy” “¿Tu padre era judío?” le pregunté. “Si, mi padre era judío y madre católica”. Y enseguida me preguntó: “¿Usted conoció al Rabino que vivía en Nueva York y que falleció hace unos años?”

“¿Te refieres al Rebe?” Pregunté muy sorprendido.

“Sí. Yo lo visité y tengo el dólar que me dio” La joven me contó que además poseía una hermosa pintura del Rebe. De sus palabras comprendí que sentía una gran admiración por él.

“Estoy buscando a las personas correctas para regalarles la pintura, que la merezcan y puedan apreciarla. Deseo regalársela a ustedes”. Intercambiamos nuestros teléfonos y partimos del hotel. Durante todo el domingo y el lunes estuve ocupado con las conexiones de electricidad de mi casa y del Beit Jabad. El martes la electricidad se conectaba por una hora y por otras cuatro desaparecía. A la tarde llamé a la muchacha. Conversamos unos instantes sobre la tormenta y los problemas causados por la falta de energía. Luego de un instante dijo: “Espero que hayas llamado por la pintura”.

Admití que así era y prometió venir a nuestro hogar al anochecer. A las 19:30 hs arribó con la pintura bajo el brazo. Era un hermoso y enorme cuadro, réplica de la famosa foto del Rebe saludando en un desfile de Lag Baomer. Nos sentamos con ella y nos relató su historia: “Mi padre era judío. Él falleció cuando yo tenía 5 años. Mi madre enfermó gravemente y fui colocada en un hogar sustituto pues ella no podía hacerse cargo de mí. Recé constantemente para su recuperación, imaginándome la cara de alguien santo que me ayudaría. Mi madre se salvó, pero el rostro imaginario permaneció en mi mente. En mi adolescencia desarrollé un talento especial en el dibujo. Dibujé pues el rostro que guardaba en mi memoria. Mi madre guardó el bosquejo. Cuando tenía 15 años, mientras buscaba un programa de televisión me vi atrapada por la emisión de un programa en cadena de Janucá. Imaginen mi shock cuando reconocí el rostro que guardaba en mi memoria. ¡Era el Rebe! Llamé a mi madre frenéticamente. Ella corrió a mi lado y al ver el rostro del Rebe en la pantalla, se desmayó. Lo reconoció de mi dibujo.

Llamé al número que aparecía debajo de las imágenes y pude conseguir más información acerca de este Rabino. Resolví viajar a Nueva York y visitarlo en persona. Mi madre creyó que aún era muy joven y no me permitiría realizar el viaje hasta los 18 años. Finalmente me encontré en la fila para ver al Rebe, con una gran ansiedad. Cuando me hallé frente al Rebe no podía levantar siquiera mis ojos. El Rebe me habló en francés (mi idioma) y me dijo: “Cualquiera sea el camino que elijas, Di-s estará contigo”. El Rebe aguardó a que levantara mis ojos y me entregó un dólar para caridad. Antes de mi regreso a Montreal, compré una fotografía del Rebe y le pedí a mi madre que encargara una pintura. A pesar de que nuestra situación económica no era muy buena, mi madre accedió a mi pedido. Asignamos el trabajo a un artista y luego la pintura fue colgada en el salón principal de nuestra casa. Descubrí que en ocasiones mi madre observaba e incluso le hablaba a la pintura. El año pasado, luego de una cena familiar, mi madre se puso muy seria, miró la pintura del Rebe y me dijo: “Ya es tiempo de que te vayas; y también es tiempo de que yo me vaya.” No entendí lo que quiso decirme, pero luego de unos meses mi madre falleció. Antes de morir me hizo prometerle que entregaría el cuadro a quienes pertenece realmente.

Siempre pensaba en sus palabras y el día anterior a nuestro encuentro me lamentaba porque los meses pasaban y no encontraba a las personas correctas. Pedí que la persona indicada viniera a mí. Y entonces usted se acercó a mi puesto de trabajo.” La muchacha concluyó su relato, la electricidad retornó y nunca más cesó la luz.

¿Por qué Esav odia a Iaakov?

En Génesis 33:4, la Torá nos cuenta sobre un beso: después de treinta y cuatro años que Iaakov estuvo escapándose de las garras de su hermano, y de que Esav no había cesado de planear matarlo, Esav tuvo un cambio en su corazón. Viendo que Iaakov se acercaba, Esav corre hacia él, lo abraza y lo besa.

Pero la palabra “vaishakeu”, “y él lo besó”, tiene una línea de puntos arriba, que es una forma que tiene la Torá de decirnos que no era un beso normal. ¿Qué era lo anormal de este beso? El Midrash cita dos interpretaciones. Una es, que la Torá nos está diciendo que no era un beso verdadero, Esav realmente intentaba matarlo mordiéndole el cuello. Y la otra interpretación es que Esav besó a Iaakov con todo su corazón, y eso era lo anormal del beso, siendo que “todos sabemos que es ley cardenal que Esav odia a Iaakov”.

De cualquier forma que se vea, el tema principal es que Esav odia a Iaakov. No importa lo que Iaakov haga, Esav lo odia.Si Iaakov lo apacigua, le da regalos, actúa hacia él como el hermano que es, Esav lo odia incluso más. ¿Pero por qué?

¿Por qué Esav odia a Iaakov? Pero lo primero que uno debe preguntarse es: ¿Por qué existe Esav? ¿Por qué hay maldad en nuestro mundo? ¿Por qué hay odio y oscuridad? ¿Qué hay de malo con un mundo que consista sólo de bondad, amor y luz?

La maldad existe porque es mucho más poderosa que la bondad. ¿Hay un amante en el mundo que odie con la misma intensidad con la que una persona llena de odio odia? ¿Hay acaso una luz tan brillante como la oscuridad más profunda? ¿No hubo nunca un acto de bondad envuelto con la fuerza y vigorosidad contenidos en un acto de crueldad?

Es por eso, dicen los Kabalistas, que Di-s creó la maldad. La oscuridad existe para que pueda ser transformada en luz, resultando en una luminosidad infinitamente mayor que la luz misma puede emanar. La crueldad está implantada en el corazón de la persona para que podamos hacer actos de bondad infinitamente más potentes que lo que la bondad misma pueda producir. La maldad existe para ser explotada por la bondad.

El alma de Esav sabe esto, que sólo existe para servir a su hermano menor. Que no importa cuán ferozmente se resista a esta verdad, esta ferocidad será a la larga de Iaakov.

Es por esto, que Esav odia tanto a Iaakov: porque sabe que el odio no es de él.

Por Yanki Tauber

Mujer introvertida

Basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch Cortesía de meaningfullife.com 

“Y Dina, la hija de Lea, con quien tuvo con Iaakov, salió a ver a las hijas de la tierra. Y Shjem, hijo de Jamor el Jivita, príncipe de la tierra, la vio; y abusó de ella…” (Génesis 34:1-2) 

En el capítulo treinta y cuatro de Génesis leemos sobre el abuso a Dina, el astuto plan de sus hermanos para mutilar a la gente de Shjem, su rescate, y la destrucción de la ciudad. 

Nuestros Sabios notan que en el primer versículo de todo este suceso, la Torá introduce a Dina como la hija de Lea. Y no es referida como “la hija de Iaakov” o la “hija de Iaakov y Lea”, o incluso como “la hija de Lea y Iaakov”, sino como “la hija de Lea, que tuvo con Iaakov”. Rashi explica: Por su salida, ella es llamada “la hija de Lea”, porque Lea, también, era una “salidora”, como está escrito: “Y Lea salió a recibirlo (Génesis 30:16). En relación a ella está dicho: “Como es la madre, es la hija”. 

A primera vista, parece ser una acusación del comportamiento de Lea y Dina. El sello de la mujer Judía es su tzniut, el recato en su vestir y el porte expresado en el versículo (Salmos 45:14), “La gloria entera de la hija del rey está dentro”. Una chica judía, parece decir Rashi, no tiene nada que hacer yendo a visitar a las hijas de una tierra pagana; y cuando lo hace, no está actuando como una hija de Iaakov, sino como su madre, que se sabe que en ocasiones embarcó sus propias salidas. Para la hija del rey, que salga de su santuario interno es exponerse a todo tipo de encuentros negativos, como el trágico caso de Dina lo demuestra. 

Esta, sin embargo, no puede ser la intención de Rashi, ya que contradice a su comentario de un versículo previo. Unos pocos capítulos atrás, en donde Iaakov se prepara para el encuentro con su malvado hermano Esav, leemos (Génesis 32:23): “Y Iaakov tomó a sus dos esposas, sus dos sirvientas, y sus once hijos, y cruzó el vado de Yabok”. 

Pregunta Rashi: “¿Qué hay de su hija?” 

¿Dónde estaba Dina? Iaakov la había puesto en un baúl grande y la encerró ahí, para que Esav no la viera. Por esto, Iaakov fue castigado, porque si no la hubiera escondido de su hermano, quizá ella hubiera traído a Esav de vuelta al buen camino. El castigo fue, que ella cayó en las manos de Shjem. 

En otras palabras, fue la aislamiento a Dina, no las salidas de Dina y Lea, la causa de la mala suerte de Dina. Dina no tendría que haber sido escondida de Esav. Su encuentro con el gran mundo perverso no debería haber sido evitado; Iaakov temió que pueda ser dañada por su malvado tío; tendría que haberse dado cuenta, que con la sólida base moral y la integridad incuestionable de ella, podría haber influenciado a Esav para bien. 

Es muy interesante, que también aquí, hay una conexión madre-hija. La Torá (en Génesis 29:17) nos cuenta que los “ojos de Lea eran débiles”. Rashi explica que estaban débiles de llorar: 

“Ella lloraba por la idea de que iba a caer en la suerte de Esav. Porque todos decían: Rivka tiene dos hijos y Laban tiene dos hijas; el hijo mayor (Esav) está destinado para la hija mayor (Lea), y el hijo menor (Iaakov) está destinado para la hija menor (Rajel)” 

Ésta era más que una común especulación; de acuerdo al Midrash, estas parejas fueron ordenadas en el Cielo. Pero las llorosas plegarias cambiaron el decreto celestial, y ambas hermanas se casaron con el justo hermano menor. Pero era Lea el alma gemela potencial de Esav. Si ella misma se sentía inadecuada al desafío de lidiar con la debilidad de él, su hija y heredera espiritual, Dina, podría haber servido como instrumento de la redención de Esav. 

Este es el profundo significado del adagio: “Como es la madre es la hija”, citado por Rashi. Nuestros hijos heredan no sólo nuestros rasgos actuales sino también nuestros potenciales no realizados. Físicamente, una madre de ojos marrones puede transmitir a su hijo el potencial para ojos celestes heredados por su madre pero inactivo en sus genes. Espiritualmente, un padre puede impartirle a su hijo la habilidad de lograr lo que, para el padre, no es más que un potencial sutil enterrado en lo más hondo de su alma. 

Así que la salida de Dina para “hacer sociales” con las hijas de la tierra, estaba totalmente de acuerdo a ella y su madre. Su exposición a un ambiente extraño no la habría afectado adversamente a su feminidad Judía, su gloria interna de una hija del Rey. Al contrario: ella nació con el rol de ser una mujer judía “salidora” que sirve como fuente de iluminación a su alrededor sin comprometer su modestia y recato. Mejor dicho, era el intento de Iaakov de encerrarla que trajo al desastre. Al salir hacia “las hijas de la tierra”, Dina era verdaderamente la hija de Lea, en el sentido positivo. No era la hija de Iaakov, ya que Iaakov insistió en poner su naturaleza extrovertida de lado. 

DENTRO Y FUERA 

En esto se encuentra un mensaje para las mujeres de todas las generaciones: 

La Torá ve a los hombres y a las mujeres como si hubieran sido impartidos por su Creador con distintas características y funciones. El hombre es un conquistador, encargado de enfrentar y de transformar a un resistente y muy frecuentemente hostil mundo. Para este fin, él ha sido suministrado con una naturaleza extrovertida y agresiva, una naturaleza que la aplica constructivamente en la guerra de la vida, la guerra para combatir lo negativo y de redimir los elementos positivos y oportunidades que se encuentran cautivadas en los rincones desolados de la creación de Di-s. 

La mujer es diametralmente opuesta. Su intrínseca naturaleza es no-conflictiva, introvertida, modesta. Mientras los hombres pelean las perversidades de afuera, la mujer cultiva la puridad dentro. Ella es el pilar de la casa, cuidadora y educadora de la familia, guardián de todo lo sagrado que hay en mundo de Di-s. La gloria entera de la hija del Rey está dentro. 

Pero “dentro” no necesariamente significa “dentro de la casa”. La mujer, también, tiene un rol que va más allá de la casa, se extiende a las hijas más extrañas de las tierras más paganas. Una mujer que ha sido bendecida con la aptitud y talento para influenciar a sus hermanas, puede y debe ser una “salidora”, dejando periódicamente su refugio de santidad para alcanzar a aquellos que han perdido la dirección de sus vidas. 

Y cuando lo hace, no necesita y no debe asumir el porte guerrero del hombre. El enfrentamiento no es el único camino de lidiar con el mundo, también hay una forma femenina, un camino gentil, modesto y compasivo, de extraer la bondad de lo malvado que emerge afuera. El enfrentamiento es frecuentemente necesario, pero es también inefectivo y a veces perjudicial. Incluso las batallas más feroces precisan el toque femenino de la mujer extrovertida. 

¿POR QUÉ ENFRASCARSE EN LOS DETALLES DE LA TORÁ? 

Por Israel Cotlar 

Pregunta: 

Siempre he disfrutado del estudio de la Torá. Aprecio profundamente su sistema de valores y su código moral. Después de todo, el autor es Di-s mismo y nuestro Creador probablemente sepa qué es mejor para Sus creaciones. 

Pero no entiendo los análisis detallados de la Torá en tu sitio web. ¿Por qué cortar cada letra o palabra aparentemente redundante en la Biblia? ¿No es ir un poco lejos? 

Respuesta: 

Imagínate por un momento a Albert Einstein caminando en la calle y tirando una lapicera. Se agacha para levantarla, y un hecho desafortunado sucede. Sus pantalones se rasgan. Se da la vuelta, va hacia su casa, y arregla los pantalones. 

He aquí que tenemos al Profesor Einstein con un hilo y aguja. 

¿Acaso este acto expresa su sabiduría prodigiosa? Ciertamente no. Incluso cuando cose, Einstein reflexiona profundamente. Pero parte de la vida, incluso la de un genio, es asegurarse que no haya una rasgadura en sus pantalones. 

A lo que me refiero es, que frecuentemente solemos equiparar la autoría de Di-s de la Torá al cosido de los pantalones de Einstein. Lo hace, porque bueno, es algo necesario de hacer. Pero no es así cómo los Sabios de Israel veían a la Torá. 

El concepto popular sostiene que Di-s luego de haber creado al mundo, Vio la necesidad de darnos a los terrícolas un código moral a seguir. Así, nació la Torá. Está aquí para mantener al mundo civilizado y para salpicar alguna explicación a la vida caótica frecuente del hombre. Algo como un manual de autoayuda para la humanidad. 

Si esa fuera la suma total de la Torá, tendría muy poco que ver con Di-s mismo. Sería parte de la descripción de trabajo del Creador-del-Mundo, pero, como Einstein cosiendo sus pantalones, tiene muy poco que ver con la Sabiduría Esencial de Di-s. No robar, no lastimar a nadie, dar caridad…todo muy lindo, ¿pero llamas a eso sabiduría infinita? 

Y así, nos dicen que “La Torá precede al mundo 2000 años” 

En otras palabras, la Torá no es solo una guía de Di-s para el hombre. Precede al hombre, precede al mundo, precede a toda la existencia. Es la propia Sabiduría de Di-s, que Él, ciertamente dicho, discute con Él mismo. Y Él decidió compartirlo con nosotros. 

Siendo que Di-s es una unidad completa, Su sabiduría es Una con Él también, como nos dice el Zohar: “Di-s y Su Torá son completamente Uno”. Así que básicamente, cuando Él nos da Su Torá, nos está dando a Él mismo. 

Ahora, cuando esta sabiduría Divina (luego de haber descendido por miríadas de dimensiones espirituales) entra en nuestra realidad, lo traduce a leyes bastante útiles. Pero eso es porque sólo algo puramente Divino va a expresarse como la verdad absoluta en cada paso de la escalera. Ahora, eso es bastante fenomenal: Di-s mismo envuelto en un elegante paquete de sabiduría aplicable. 

Esta es una de las razones por las que la Torá comienza con una Bet y no con una Alef. Si estudiamos sus leyes y las encontramos éticas (o sus historias y las encontramos inspiradoras), tenemos que recordar que no estamos comenzando del principio de la historia. El comienzo de la misma, está muy lejos de nosotros, con Di-s mismo. Lo que conseguimos ver es sólo la parada final, como se aplica aquí abajo. Pero si cavamos más a fondo, dando vueltas cada palabra y frase, preguntando, “¿Por qué lo dijo de tal forma? ¿Qué es lo que hay tras todo esto?”, quizá podamos ojear un poco de lo que hay realmente dentro de esta Sabiduría. Quizá podamos ver Su Torá como la ve Él mismo.

¿Qué es Jasidut?

Generalmente se le suele definir de un modo muy escueto como el movimiento fundado por Rabi Israel Baal Shem Tov (1698-1760) destinado a revitalizar la vivencia espiritual religiosa del judaísmo, lo que además produce la sensación de que es un movimiento que pertenece al pasado.

Sin embargo subsiste hasta el presente y tiene gran relevancia como un sistema de filosofía religiosa, una aproximación integral a la totalidad que es el hombre y su conexión con el cosmos.

Actualmente existen ramas florecientes entre las cuales se destaca Jabad Lubavitch fundado por  Rabi   Shneur Zalman, autor del Tania que dio una nueva luz al judaísmo, al revelar la parte interna, oculta de la Torá, para hacerla accesible a la inteligencia humana de las mayorías. El método de estudio se conoce con el nombre deja JaBaD, (acróstico de las tres facultades intelectuales de la persona jojmá -Sabiduría; Bina -Entendimiento y Daat- Conocimiento); que son el punto de partida del nacimiento de las emociones que constituyen el centro del principio de que la mente debe dominar al corazón, en una relación simbiótica en la cual la mente engendra la emoción , y ésta valida la mente. La contribución de jabad está en la consideración de que mente y corazón están integrados, no existen compartimientos -solo hay un persona y sus diferentes aspectos -cuerpo y alma-, mente y corazón, acciones, vida privada y pública, realización de mitzvot o preceptos y actividades ordinarias – todos forman parte del individuo, fortificándose uno al otro y sirviendo de base a la totalidad que es la persona.

En la actualidad se escriben cientos de libros y panfletos de auto – ayuda, pero generalmente estos son superficiales y usan los mismos clichés. Los cambios en la vida de las personas – los profundos y duraderos-solo pueden provenir de un estudio más profundo de la personalidad, conjuntamente con una guía práctica que permita traducir el conocimiento en acción. Las enseñanzas de jasidut, las de misticismo judío, ofrecen una aproximación única en la esfera del mejoramiento personal pues combinan el estudio y el ejemplo personal de los grandes Maestros Jasídicos, con pasos prácticos que toda persona puede aplicar y que es efectivo no solo para aquellos que pertenecen al movimiento jasídico, y no solo para los judíos sino para toda la humanidad.

En resumen se puede decir que jasidut Jabad, es el estudio de la dimensión esotérica y espiritual de la Torá, que cuando se acompaña con la ley y la tradición judía, crea una sinergia de cuerpo y alma, que ayuda a hacer de Di-s un ser tan real y relevante para nosotros como el aire que se respira y la comida que se ingiere.

La dimensión interior siempre fue parte de la tradición, pero en generaciones anteriores solo era estudiada por pequeños grupos de Sabios. Jasidut dio entrada a una nueva era, en la cual ese misticismo se hizo accesible a aquellos que lo querían estudiar y ser inspirados por él, con la intención de que la difusion de esas enseñazas hiciera a Di-os una realidad en la vida de las personas y trajera la redención al mundo entero.

Que es el Tania?

Es la obra maestra de Rabi Shneur Zalman de Liadi

Es un trabajo nacido de las situaciones de la vida real y es allí donde reside su descomunal y eterno poder. Aunque las ideas son expresadas bajo el formato de un análisis erudito, presentando un sistema metafísico y místico, el Tania es el registro de 20 años de experiencia personal en el asesoramiento y consejos brindados por el autor. La obra fue escrita para aquellos cuyas creencias no han sido perturbadas por la duda, pero que buscan la senda correcta hacia Di-os.

El autor llamó a su obra con tres nombres diferentes:

Likutei Amarim – “Colección de Discursos”, título bajo el cual fue publicada por primera vez en Slavita en 1796.

Tania, en virtud de la palabra inicial del libro, citando una fuente del Talmud, que le sirve de punto de partida para desarrollar todo su sistema.

Sefer shel Beinonim – “Libro de los intermedios”, llamado así en virtud del tipo de personalidad sobre el cual el libro centra su atención; “el intermedio” cuyo rango está al alcance de toda persona que se encuentra entre el tzadik (hombre justo y piadoso) y el rashá (hombre malvado).

Hasta el presente han aparecido más de 3000 ediciones en todo el mundo de esta obra que es considerada como la «Torá Escrita» de Jabad, en la que cada palabra y cada letra tienen pleno significado. De hecho el autor la dividió en 53 capítulos para corresponderse con el número de sidrot o parashot (secciones semanales) del Pentateuco. Ha sido traducida a innumerables idiomas entre los cuales se encuentra el español.

El Rebe Iosef Iitzjak Schneerson instituyó la costumbre de que cada día fuera estudiada una parte del Tania, así como del Jumash -con el comentario de Rashi y de Tehilim, Salmos. Estos estudios diarios son los conocidos bajo el nombre genérico de Jitat; siglas de las palabras Jumash, Tania y Tehilim.

Prisioneros famosos

Éstos son algunos prisioneros famosos:

Abraham: encarcelado por Nimrod por diez años. (Talmud, Bava Batra 91a) Iosef: encarcelado en la prisión del Faraón en Egipto por doce años (Bereshit 39:20)

Rabí Akiva: encarcelado por los romanos por enseñar Torá (Talmud, Berajot  61b)

Rabí Shimon bar Iojai: confinado a una cueva por trece años luego de que los Romanos pidieran recompensa por encontrarlo.

Rabí Shneur Zalman de Liadi: de- tenido por 52 días en la fortaleza Peter- Paul en San Petersburgo con cargos de traición contra el Zar Ruso. Liberado el 19 de Kislev de 5559 (1798)

El común denominador de estos “prisioneros” es que la vida de cada uno y sus enseñanzas constituyeron un hito en la difusión de la Torá.

Abraham comenzó con la “edad de la Torá”*. Iosef era la conexión entre la Torá de los patriarcas y las generaciones del exilio en Egipto.

Rabí Akiva era la figura central de la transmisión de la Torá oral, el cuerpo de la ley de la Torá y su interpretación que constituye la llave para el entendimiento y aplicación de la Torá Escrita, desde Sinaí hasta la Judeidad en la Diáspora.

Rabí Shimon Bar Iojai, autor del Zohar, es nuestra fuente para la Kabalá, la dimensión mística de la Torá.

Rabí Shneur Zalman de Liadi era el fundador del movimiento Jasídico Jabad, que fundió la corriente racional y mística de la Torá en un programa unido y comprensible.

En cada uno de estos casos, el encarcelamiento sirvió como un período de incubación para la revelación de una nueva dimensión de la sabiduría de Di-s en nuestro mundo.

De hecho, el confinamiento siempre precede a un nuevo comienzo, considerando las circunstancias de cada nacimiento (según las leyes de la Torá, un bebé recién nacido tiene el status legal de un prisionero recién liberado, siendo que “no hay un prisión más grande que el útero”) Por lo tanto, el Profeta Iejezkel compara la experiencia del galut (nuestro estado actual de exilio y desalojo espiritual) al embarazo, y la redención al nacimiento que le prosigue.

Confinamiento, ya sea en el útero, en el galut, o en una prisión, es un tiempo de limitación externa. Pero también es un momento de fomento interno, que puede ser utilizado como el punto de lanzamiento para las infinitas posibilidades de un recién nacido.

*“El mundo existe desde hace seis mil años: dos mil años de caos (por ejemplo, el diluvio, la torre de Babel), dos mil años de la Torá (a partir de que Abraham comenzó a difundir el conocimiento de Di-s a los 52 años), y dos mil años de la era mesiá- nica (es decir, el mundo tiene el potencial para al- canzar la máxima perfección y Mashiaj está destinado a entrar en este período) “– Talmud, AVoDá ZARAH 9a.

Basado en un extracto del diario del Rebe fechado el 19 de Kislev

Una escalera al cielo

Leemos la historia del sueño de Iaakov y la famosa escalera con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo.
Pregunto: ¿Los ángeles necesitan escalera? Todo el mundo sabe que los ángeles tienen alas, no pies.
Entonces, si tienen alas, ¿por qué necesitarían una escalera?
Hay un hermoso mensaje aquí.

Para ascender al cielo no se necesitan alas. Prescindamos de lo dramático.
Olvidemos los pasos agigantados y extravagantes. Hay una escalera, una ruta espiritual claramente trazada para nosotros; una ruta que debe recorrerse paso a paso, un peldaño a la vez.

El camino al Cielo es gradual, metódico y eminentemente manejable.
Muchas personas se desaniman de comenzar un viaje espiritual porque creen que es necesario un gran acto de fe.
No se ven alcanzando un grado de compromiso religioso que les parece de otro mundo.

Y, sin embargo, con el enfoque gradual, uno descubre que el viaje se puede emprender y que el destino al que se aspira en realidad no es el espacio exterior.
Cuando era niño en Brooklyn, todas las mañanas pasaba por un edificio muy grande de camino a la escuela.

Era la Caja de Ahorros del Kingcounty.
Todos estos años después, todavía recuerdo el proverbio chino que estaba grabado en los grandes portales de la entrada del banco. “Un viaje de mil millas comienza con un solo paso.”

Eso no es sólo sabiduría china. Nosotros los judíos estamos de acuerdo.
Y no se limita a iniciar un plan de ahorro. Es una idea simple pero poderosa que no tiene por qué ser “todo o nada”.
¿Cuál crees que es la fantasía de un rabino? ¿Un tipo que entra a su oficina y dice:
“¿Rabino, quiero volverme ‘completamente observante, dígame qué debo hacer”? ¡No! ¿Por qué no? Porque un compromiso como ese suele estar presente hoy y desaparecer mañana.
Como dice el dicho popular: “Lo fácil viene, lo fácil se va”.

El método correcto y más exitoso para lograr nuestros objetivos judíos es el enfoque lento y constante. Gradual, pero consistente.
Tan pronto como uno se siente cómodo con una mitzvá, es hora de comenzar con la siguiente, y así sucesivamente.
Luego, a través del crecimiento constante, poco a poco nos volvemos más conocedores, comprometidos, realizados y felices en nuestra fe.

Cuando mi padre estaba en la Ieshivá, su maestro una vez hizo la siguiente pregunta: “Si dos personas están en una escalera, una arriba y otra abajo, ¿quién está más arriba?”

La clase pensó que era una pregunta bastante tonta, hasta que el sabio maestro les explicó que en realidad no eran capaces de juzgar quién estaba más arriba o más abajo hasta que primero determinaran en qué dirección se dirigía cada uno.

Si el de arriba estaba bajando, pero el de abajo subía, entonces conceptualmente, el de abajo en realidad estaba más alto.
Entonces, realmente no importa cuál sea el punto de partida o dónde se encuentren en la escalera de la vida religiosa.
Mientras se muevan en la dirección correcta, mientras suban, lograrán, por favor Di‐s, escalar las alturas celestiales.

El judío agradecido

Quizás le sorprenda saber que la palabra “judío” no aparece en los Cinco Libros de Moshe.
La Torá se refiere a nuestro pueblo como los Hijos de Israel, porque somos hijos de Iaakov, a quien se le dio el nombre adicional “Israel”.
Israel engendró doce hijos, que llegaron a ser las doce tribus de Israel.

El nombre “judío” proviene del nombre “Iehudá”, que significa “agradecimiento”.

Iehudá fue el cuarto hijo de Iaakov y su esposa Lea.
Como leemos en la parshá de esta semana: “Y ella concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y dijo: ‘¡Esta vez agradeceré [ode] al Señor!’ Por eso, lo llamó Iehudá.
¿Por qué todos los judíos reciben el nombre de una sola de las tribus, Iehudá? ¿Qué tiene la acción de gracias que captura la esencia de los Hijos de Israel?

A menudo miramos a nuestro alrededor y nos preguntamos por qué algunas personas que nos rodean son tan desagradecidas.
¿Por qué nuestros hijos no aprecian todo lo que hacemos por ellos? ¿Por qué nuestro cónyuge no muestra gratitud? ¿Por qué nuestros compañeros de trabajo nos dan por sentado?


Para entender por qué el sentimiento de gratitud es tan difícil de alcanzar, debemos examinar la palabra hebrea para “gratitud”, hodaa, la raíz del nombre Iehuudá.
Hodaa también significa “reconocer”, como reconocer que la opinión de otra persona es correcta.

¿Por qué estas dos ideas aparentemente distintas, agradecimiento y reconocimiento, comparten la misma palabra? ¿Qué conexión comparten?
La respuesta es que la clave para estar agradecido es reconocer la perspectiva del otro.
Para ilustrar: una madre hace mucho por su hijo, pero ¿el niño lo aprecia?
El niño puede dar por sentado el esfuerzo de la madre, pensando que ella está haciendo lo que se supone que debe hacer como madre.
Al fin y al cabo, argumenta, ¿no es éste su trabajo?

La única manera en que el niño pueda sentirse genuinamente agradecido es si adopta su perspectiva, si apreciatodos sus sacrificios y todo el tiempo que ella le dedica con amor.
Lo mismo ocurre con el cónyuge. Podemos agradecerle por un acto de bondad.
Pero para sentirnos verdaderamente agradecidos, debemos ver el panorama desde la perspectiva de nuestro cónyuge.

Necesitamos apreciar todo el pensamiento, sentimiento y energía que se invirtió en este acto. Sólo cuando reconocemos y apreciamos el punto de vista del otro –hodaa– podemos decir toda, “gracias”.
Ser judío es poseer la capacidad de ver más allá de lo obvio, de reconocer la perspectiva del otro.
Ser judío es experimentar el dolor de los demás, así como regocijarse en su felicidad como si fuera la nuestra.
Ser judío es reconocer y aceptar la perspectiva de esperanza y alegría incluso en medio de grandes dificultades.
Existe una disputa constante y de larga data entre la creación y el Creador.

Nuestra perspectiva es que nuestra vida, salud y éxito se deben a nuestros esfuerzos independientes, y que al
único que debemos agradecer es a nosotros.
Sin embargo, desde la perspectiva de Di‐s, el Universo entero está siendo creado en todo momento por la palabra de Di‐s.

Desde Su perspectiva, la única realidad verdadera es la vitalidad Divina dentro de cada ser creado.
El judío tiene la responsabilidad de ver el mundo desde la perspectiva de Di‐s, de cultivar un punto de vista que se
centre en lo espiritual más que en lo físico.
El iehudi posee el don del reconocimiento y, por lo tanto, puede experimentar un genuino agradecimiento.

¿Quién está más alto?

¿Cuál es la mejor forma de llegar hasta el cielo? ¿Caminar por una avenida llena de autos en sentido contrario a ellos? ¿Realizar cierto tipo de increíble acto de fe? ¿Salvar miles de vidas? Bueno, hay una respuesta bastante buena en la Parshá de esta semana.

Leemos la historia del sueño de Iaakov con la famosa escalera con sus pies en la tierra y su cabeza en los cielos. “Y en ella los ángeles de Di-s subían y bajaban”.

Déjenme hacer una pregunta, como se dice en Idish, “ a klotz kashe” (una simple pregunta). ¿Los ángeles precisan una escalera? Todos sabemos que los ángeles tienen alas, no pies. Así que, si uno tendría alas, ¿Precisaría una escalera?

Aquí hay un mensaje muy bello.

En la escalada hacia el cielo uno no necesariamente precisa alas. Olvídense de los saltos de fantasía y límites. Hay una escalera, una ruta espiritual claramente asignada para nosotros; una ruta que precisa ser atravesada paso a paso, un escalón a la vez. El camino hacia el cielo es gradual, metódico y eminentemente manejable.

Mucha gente se desanima de empezar este recorrido espiritual porque piensan que se precisa un gran salto de fe. No pueden verse a sí mismos alcanzar un nivel de compromiso religioso que ven como algo fuera de este mundo. Y aún así, con el abordaje gradual paso a paso, uno encuentra que el se puede embarcar en el recorrido y que el destino aspirado no es de hecho, algo extraterrestre.

Cuando era pequeño, en Brooklyn, solía pasar por un edificio muy alto de camino a la escuela cada mañana. Era el Banco de Ahorros King´s County. Todos estos años después, todavía recuerdo el proverbio Chino que estaba inscripto en los grandes portales de la entrada del banco. “Una travesía de mil millas comienza con un sólo paso”. Esto no es sólo una sabiduría China, nosotros los judíos estamos de acuerdo. Y no está limitada a empezar con un plan de ahorro. Es una simple pero muy poderosa idea que no precisa ser “todo o nada”.

¿Cuál piensa que es la fantasía de un rabino? Un muchacho que viene a mi oficina y me dice, “Rabí, quiero ser observante. Ahora dígame, ¿Qué tengo que hacer?”. ¿Es esto lo que sueño despierto todo el tiempo? Y si pasa, ¿piensas que voy a tirarle el libro e insistirle que haga cada Mitzvá desde ese momento? ¡Nunca! ¿Por qué no? Porque una demanda como esa generalmente está hoy y mañana se fue. Como expresa el dicho popular: “Fácil viene, fácil se va”. Me temo que no he tenido esas increíbles experiencias con los tipos de “judíos instantáneos”. El método más exitosos y correcto de lograr nuestros objetivos judíos es el acercamiento lento y seguro. Gradual, pero consistente. Tan pronto uno se siente cómodo con una Mitzvá, es momento de empezar con otra, y así sucesivamente. Luego, a través de un crecimiento constante, lento pero seguro nos convertimos en más conocedores, comprometidos, plenos y contentos con nuestra fe.

Cuando mi padre estaba en la Ieshivá, su maestro le preguntó una vez la siguiente pregunta: “Si dos personas están en una escalera, uno arriba y otra abajo, ¿Quién está más alto?”. La clase pensó que era una pregunta bastante tonta, hasta que el sabio maestro explicó que ellos no están capacitados para juzgar quién está más alto o bajo hasta que primero no se pongan de acuerdo en qué dirección se dirigía cada uno.

Si la persona que estaba arriba iba hacia abajo, pero el muchacho que estaba abajo iba hacia arriba, entonces conceptualmente, el de abajo estaba más elevado.

Así que, no importa cuál es su punto de partida o en dónde están en la escalera de la vida espiritual. Mientras se muevan en dirección correcta, y vayan hacia arriba, si Di-s quiere van a tener éxito en escalar las alturas Divinas.

Les deseo un buen y exitoso viaje.

Por Yossy Goldman.