Hermanos de sangre

El Brooks en una de sus rutinas de “Two thousand Year Old Man”, tiene una línea en la define una “tragedia”. “Digamos que estaba por cortar mi dedo, bueno, es trágico, terrible. ¡Me duele! Pero si veo que una persona se tropieza y cae muerto en el acto, ¿qué me importa? No es mi problema” Compara eso con el versículo que dice “Ama a tu semejante como a ti mismo, Yo soy tu Di‐s” (Levítico 19:18) Esto demanda de nosotros que demostremos amor hacia otro judío de igual forma que nos queremos a nosotros mismos. ¿Cómo es posible amar al otro como a uno mismo? Recordando que Yo soy tu Di‐s, igualando el acto de amor de uno hacia su hermano con el amor hacia Di‐s.

La conexión del alma de un judío con Di‐s, esta replicada en la conexión entre judíos. Rechazar a un iehudí es equivalente a rechazar a Di‐s. ¿Cuál es tu prioridad? Dibuja en tu mente un retrato de ti mismo. Ahora agrega en tu imagen a un judío Yeminita con piel oscura, luego a un Jasid con su uniforme.

Introduce un etíope, un turista Americano y un granjero Israelí. ¿Qué tienen que ver todas estas personas contigo? No compartes el lenguaje, la cultura ni pigmentación con ninguno de ellos.

Sin embargo, son familia. Cuando algo malo les pasa, Di‐s no lo permita, esa conexión despertará en ti y querrás ayudarlo. Piensa en tu familia. La relación con tus hermanos es absoluta. Compartimos la sangre, padres y genes. Vivir en diferentes países no destruirá esa co‐nexión. Similarmente ocurre con los iehudim.

Nuestras diferencias son físicas, nuestras cosas en común son espirituales. Superficialmente podemos vernos diferentes, pero nuestro común denominador es nuestra alma.

Nuestra alma judía es una parte propiamente dicha de Di‐s. Desde la perspectiva del alma somos más que hermanos, más bien gemelos idénticos, con una padre en común, Di‐s. Cuando el énfasis de uno es el alma, entonces podemos lograr armonía entre todos los judíos.

El idéntico ADN espiritual que tenemos, es el código de nuestro destino en común y de poder sentir el amor y parentesco que uno tiene hacia el otro. Vivir en diferentes países no destruirá esa conexión.

¿Cómo aprendemos?


El aprendizaje se lleva a cabo en tres etapas: vaciar el recipiente, convertirse en un recipiente y llenar un recipiente.

Vaciar la vasija: antes de que podamos aprender, tenemos que vaciar nuestra mente de ideas preconcebidas, pensamientos, cualquier conocimiento que tuviéramos antes de llegar a la clase. Incluso las respuestas y las preguntas deben eliminarse.

En resumen, debemos tener espacio en nuestra mente para recibir. En la medida en que tengamos pensamientos, propios o de lecciones anteriores, no podremos recibir lo que el maestro desea darnos en esta lección. (A este respecto, se dice de Rabí Zera que ayunó cien ayunos para poder “olvidar” el Talmud de Babilonia, a fin de aprender el Talmud de Jerusalém). Entonces, para aprender, debemos venir con una mente abierta o vacía.

Y a veces eso significa que primero debemos desaprender ideas o “hechos”. Convertirse en un recipiente: La primera etapa por su naturaleza es pasiva. Requiere una negación del yo, una eliminación del ego.

Sin embargo, si todo lo que hacemos es escuchar y recibir, no hemos asimilado la lección, no la hemos hecho nuestra. La siguiente etapa, entonces, requiere que trabajemos con el material, lo cuestionemos, discutamos sobre él, luchemos con él. En esta etapa, debemos usar nuestro intelecto; debemos activar y comprometer nuestro ego.

Llenar el recipiente: La etapa final del aprendizaje ocurre cuando el estudiante alcanza el nivel del maestro, cuando el estudiante no entiende en resumen o por alusión, pero capta todas los alcances de una idea. El alumno que comprende los conceptos en profundidad, y más aún, el alumno que puede aportar sus propios conocimientos, ese alumno se ha convertido en un igual al maestro.

Sin embargo, para hacerlo, el estudiante debe extenderse, trascender sus limitaciones intelectuales y, en cierto modo, superarse a sí mismo. Si el aprendizaje en general sigue este proceso de tres etapas, entonces este procedimiento se aplica aún más cuando el tema a adquirir es el conocimiento Divino contenido en nuestra sagrada Torá.

Primero, debemos anularnos, dejar de lado nuestras concepciones ‐ o preconcepciones ‐ de lo que es la Torá o lo que la Torá requiere. Como declaramos en el Sinaí, “haremos y aprenderemos” ‐ primero, como sirvientes, seguimos las instrucciones, no porque las comprendamos o estemos de acuerdo, sino porque eso es lo que debemos hacer.

A continuación, sin embargo, debemos luchar para comprender, entender y poseer la Torá a nivel intelectual y personal. Pero si nos detenemos ahí, nuestra comprensión de la Torá corre el riesgo de ser medida y limitada por nuestra propia capacidad intelectual. Nuestras mentes humanas, incluso las más grandes, no pueden contener la Torá.

Por lo tanto, debe haber otra etapa final: el “salto cuántico” de la inspiración Divina. A través de las dos primeras etapas creamos las condiciones para la tercera, una mini‐revelación, por así decir una recreación en miniatura dentro de cada judío, de la entrega de la Torá.

Y a mi ¿Qué me cambia?

Quienes son padres de adolescentes conocen muy bien esta frase. Y seguramente,en el momento de escucharla, hierven cual una pava. Sin embargo, si analizamos concuidado esta expresión, veremos que lo que los jóvenes desean, es descubrir la relación que existe entre ellos y lo que se les transmite y además cómo influye ello en sus vidas.

En realidad, en el judaísmo, cada persona (sea adolescente o ya haya pasado esa etapa) debe cuestionarse el “en qué me cambia”. Estamos frente a Lag Baomer, el día dela elevación y alegría de Rabí Shimón Bar Iojai.

El Rebe de Lubavitch nos señala algunas de las enseñanzas y vivencias de Rabí Shimón, indicándonos “en qué nos debe cambiar”:

LA TORÁ ERA SU OFICIO: el Talmud señala como ejemplo de unión entre la Torá y la persona, a Rabí Shimón y sus alumnos ya testigua que la Torá era su oficio. Su unión con ella era tal que no sólo estudiaba Torá todo el día, sino que toda su esencia era laTorá.

¿Pero qué relación tiene esto con cadajudío? El ‘artesano’ se ocupa de muchasotras cosas además de su oficio. Sin embargo, su actividad’ es una específica. Es suesencia. Allí vuelca sus capacidades. Cada judío debe saber que la Torá es su herencia ‘morashá’ y aunque a lo largo del día no pueda ocuparse por completo de su estudio, pues está atareado con sus que haceres, debe saber que ‘la Torá es su oficio’.

Y debe dedicar tiempo a estudiarla. Y al igual que Rabí Shimón, durante esos momentos debe consagrarse a comprenderla y lograr que a lo largo de todo su día sea notorio que su verdadero oficio es la Torá.

LAS CAUSAS QUE PROVOCAN SANCIONES: Rabí Shimón expresó que tenía la posibilidad de anular las causas indeseables(pecados) que provocan puniciones y lograr que no quede vestigio de ellas.

Se entiende que la intención de Rabí Shimón no era la de alardear -Di-s libre- sino la de transmitir que no sólo un gigante en la Torá, sino cada iehudí tiene la posibilidad(‘puedo’) de redimir al mundo. Pues aun que se encuentre en un nivel inferior, sólo con un pensamiento de Teshuvá (retorno) puede convertirse en un Tzadik. Y así saber que la llegada del Mashíaj depende de cada uno de nosotros.

HAY ALGO PARA CORREGIR?: El Talmud nos relata que cuando Rabí Shimón salió de la cueva después de 13 años, su primer pregunta fue: ¿En qué puedo ayudar para aliviar la vida de los iehudim? Le mostraron un lugar en el camino, del que se sospechaba era impuro y provocaba que los cohanim (sacerdotes) se desviaran para evitarlo.

Debido al gran amor al prójimo deRabí Shimón, en lugar de correr a ver a su familia y amigos de quién estuvo desconectado 13 años, se ocupó primero de corregir algo que provocaba incomodidad a algunos judíos. El mensaje: Cada uno de nosotrosdebe realizar el esfuerzo necesario para ayudar tanto material como espiritualmente atodo iehudí, aunque la tarea no nos parezca trascendental o faraónica. Sobre todo en estaé poca en que lamentablemente, muchos judíos no sólo se desvían sino que están perdidos en el camino, y suplican que alguien se acerque para indicarles la dirección correcta.

(Basado en sijot del Rebe,shaar Hamoadim)

El año sabático: Seis razones

¿Disfrutarías de un año Sabático cada siete años? Podrás relajarte, viajar, estudiar, y pasar tiempo con tu familia. ¿Te gustaría si todo el país tomara un año Sabático cada siete años? ¿Piensas que es una buena idea?

Por ley Judía, los granjeros en Israel, deben cumplir con la Mitzvá de Shmita, dejando a sus tierras descansar por un año, una vez cada siete años. ¿Por qué ésta orden?

1) El Suelo: Los antiguos filósofos, veían el año de Shmitá como una oportunidad para que el suelo descase y se renueve. Sin embargo, esta teoría por sí sola no es suficiente porque el suelo requiere de descansos más frecuentes que solamente una vez cada siete años.

2) Un Macro-Shabat: Otros veían Shmitá como un gran Shabat. Descansamos en Shabat para demostrar que Di-s creó el universo en seis días y descansó en el séptimo. Nosotros similarmente dejamos descansar la tierra en el séptimo año para demostrar que Di-s descansó en el séptimo día. Más tarde, comentaristas rechazaron esta teoría, discutiendo de que si Shmitá está para reconocer a Di-s como creador, su propósito no sirve debido a su largo intervalo entre los períodos de descanso. El Shabat que tenemos semanalmente ya cumple este propósito y con intervalos mucho más cortos. ¿Que contribuye Shmitá que no lo hace el Shabat?

3) Seis años de Shabat perdidos: Otros argumentaron que Shmitá permite que el campo descanse en Shabat. Es cierto que nosotros descansamos en Shabat, pero incluso si nosotros lo hacemos, los campos continúan trabajando. Plantamos el viernes y las semillas germinan en Shabat. Durante Shmitá nuestros campos descansan por la pérdida de los Shabat y Festividad en los seis años previos.

Hay cincuenta y dos Shabat en el calendario solar. El total de Shabatot durante seis años es de 312. Siete días de festividades por año, 6×7=42, sube a un total de 354, que es el numero preciso de días de un año de Shmitá, según el calendario lunar. Observar Shmitá por 354 días, le permite al campo “balancear las cuentas” y alcanzar a su propietario con la observancia de todos los Shabatot durante esos seis años.

4) Una Lección de Fe y Humildad: Luego, otra teoría fue propuesta. Las leyes de Shmitá sólo fueron tomadas por nuestros ancestros cuando se establecieron en Israel. Cuando trabajamos con los cultivos que cultivamos, u otras formas de ingresos que generamos, podemos crecer orgullosos de nuestros logros y tomar crédito personal por ellos.

Podemos olvidarnos que la bendición de Di-s es la única razón para nuestro éxito. También solemos olvidarnos que Di-s nos dio nuestra tierra y sus semillas, que envió las lluvias y el sol para que los cultivos crezcan. Shmitá nos fortifica nuestra fe en la Providencia de Di-s sobre nuestros negocios.

Trabajamos la tierra durante seis años consecutivos, a pesar de que la sabiduría convencional dice que no es sano para el suelo. De hecho, el suelo retiene su fuerza y provee un mayor cultivo en el sexto año para que haya suficiente para el año de Shmitá. Luego descansamos en el año de Shmitá, a pesar de nuestras preocupaciones de cómo proveer a nuestras familias.

Este tipo de comportamiento es una fórmula para el desastre. Los granjeros que toman este tipo de trabajo ético, deben prepararse para la quiebra. Sin embargo, para los judíos en Israel produce tremendos resultados. Esto fortalece nuestra fe de que la tierra le pertenece a Di-s, de que nuestro éxito viene directamente de su bendición y de que debemos serle agradecidos por todo lo que tenemos.

5) Unión: Es fácil compartir con otros cuando podemos hacerlo, cuando tenemos una buena ganancia y cuando sabemos cómo vamos a pagar las expensas de mañana. Es mucho más difícil hacerlo cuando no sabemos lo que va a pasar mañana. Los terratenientes no tienen ganancias durante el año de Shmitá, sin embargo, deben abandonar todos sus cultivos al público. De esta forma, Shmitá mejora la unión Judía.

Fuera de Israel este fenómeno se evidencia en contribuciones caritativas. La sabiduría convencional dice que cuando más damos, menos retemos. Desde la perspectiva de Di-s, sin embargo, cuando más damos, más nos bendice. Esto es especialmente cierto cuando damos más de lo que podemos dar. Por lo tanto, la caridad también fortalece nuestra fe y unión.

6) Liberación: La creencia de que el mundo le pertenece a Di-s y que nuestro éxito depende de Él, es una noción liberadora. Nos permite liberar las cargas que llevamos. Todavía nos fatigamos, pero respiramos más fácil. Todavía trabajamos, pero dormimos más fácil. Sabemos que Di-s guía nuestros pasos y que todo sucede por una buena razón. Aprendemos a ver la mano de Di-s en todo lo que hacemos y su presencia en todo lo que vemos.

Esto nos lleva a la razón final de Shmitá propuesta por los comentaristas bíblicos. El Talmud nos informa que en el Templo Sagrado, los Levitas cantaban alabanzas a Di-s todos los días. En Shabat, el séptimo día, cantaban sobre el día de descanso eterno, la era mesiánica.

El Talmud nos enseña de que el mundo va a durar seis milenios. Los primeros dos fueron dedicados a la creación. Los otros dos, dedicados a la Torá. Los últimos dos están dedicados al Moshiaj. De hecho, el Talmud nos cuenta que en el séptimo milenio, el mundo que nosotros conocemos va a dejar de existir. Se convertirá en un mundo de libertad y Divinidad.

Shmitá, el séptimo año, como Shabat, el séptimo día, representan la era mesiánica. Nuestra fe en Di-s se fortalece durante ese año, como así también será en la era mesiánica. Nuestra unión es fortalecida durante Shmitá, como Moshiaj, que marcará el comienzo de una era de paz. El sexto año es un año de plenitud, como así también Moshiaj que comenzará en una era de prosperidad.

La era mesiánica es sobre todo conocido por la libertad. De hecho, Shmitá es un año de emancipación. Los esclavos son liberados y todas las deudas se borran.

Que podamos pronto merecer la libertad de la era mesiánica.

Por: Lazer Gurkow

Kneidalaj

Ingredientes:

-4 huevos 

-1 vaso de harina de matza

– ½ vaso de agua con gas

-¼ vaso de aceite

-sal y pimienta a gusto

Procedimiento:

Mezclar todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea y dejar reposar en la heladera por una hora.

Hervir agua con sal en una olla, formar las bolitas con las palmas mojadas, hervir por 20 minutos y agregar a tu sopa preferida.

Receta de @cocinajudiaconriki

La historia de un hermano

Maurice Cohen trabajó para el Mossad en un proyecto especial en los años 1960. Al principio, Maurice no sabía quién era el que mandaba aquellos mensajes que él decodificaba. Al pasar el tiempo, Maurice comenzó a sospechar que los mensajes eran mandados por su hermano Eli. La increíble historia aparece en este artículo por primera vez.

Cuando Eli estaba en Siria, yo trabajé en la unidad de inteligencia, la responsable de las actividades de Eli. Codifiqué las transmisiones que le mandé y decodifiqué aquellas que recibía.

Al principio, no sabía para quién eran estos mensajes, o de quién eran. Más adelante, descubrí que el destino era Damasco, en Siria, y nuestro agente no era nada menos que Eli Cohen, conocido por su nombre en código de Kamel Amín Tabet, nuestro hombre en Damasco.

Como parte de mi trabajo, tenía todos los códigos regulares y secretos que los activadores de Eli usaban para comunicarse con él. Eli y sus activadores solían mandar un mensaje personal al final de las transmisiones operativas. Un día recibí el código: “¿Recibió Nadia la máquina de coser Singer que le mandé?”. Ahora bien, no había ninguna palabra en el libro de código que fuera “Nadia”, o “Máquina de coser Singer”. Pregunté a mis comandantes, “¿Qué significa esto?”. Su respuesta fue que era un código súper secreto, del cual yo no tenía espacio de seguridad. Lleno de curiosidad, visité a mi cuñada Nadia aquel día, y descubrí que de hecho, ella había recibido la máquina de coser que Eli había mencionado en su mensaje.

En otro mensaje mandado a Eli, al final del telegrama había un mensaje personal, “Srita. Fifi un Comienzo de Marcha”, La Señorita Fifi había comenzado a caminar. Por supuesto, no les pregunté a mis comandantes, y fui directo a la casa de mi cuñada, y vi que mi sobrinita Sophie, la hija de mi hermano Eli, había dado sus primeros pasos, luego de haberle tomado más tiempo que otros bebés. Esto lo había preocupado a Eli, y el mensaje fue mandado a él para calmarlo.

Aquí, llegué a la conclusión que el hombre detrás de estas líneas no era otro que mi hermano Eli.

Eli tendría vacaciones para visitar Israel. Durante estos tiempos, mensajes falsos serían mandados al mismo destino para engañar al enemigo.

En una de sus visitas a Israel, Eli trajo un par de pantuflas para su hija. Eran de piel, con diseño en oro, hecho en Siria. El talle estaba grabado en las suelas de las pantuflas en números árabes. Yo estaba muy emocionado, y le pregunté a Eli dónde había comprado aquellas lindas pantuflas. Eli contestó sin titubear, “De la Galería Lafayette, en París”. Se la compliqué un poco a Eli, y continué preguntándole si en París, todos los talles están escritos en árabe. Se molestó un poco, y me preguntó sarcásticamente, “¿Qué es esto, un interrogatorio? Te he dicho que los traje de Francia. Quizá fueron importados de algún país Árabe”.

Eli se sintió incómodo y trató de cambiar de tema. Me preguntó si había recibido una línea de teléfono nueva para mi apartamento, ya que me había mudado hacía poco y era difícil conseguir una línea de teléfono aquellos días. “Trabajas para el servicio postal, debería serte más fácil conseguir una línea”, bromeó. No sabía que yo trabajaba ocultamente para el Ejército de Inteligencia Israelí. Le dije que había recibido un teléfono, y le di el número. Pero en vez de darle el mío, comencé a darle el del departamento de él en Damasco, que había mandado poco tiempo antes de su viaje a Israel. Eli comenzó a escribir el número, pero paró en la mitad. Su rostro enrojeció, su incomodidad era evidente, pero se calmó de inmediato y me dijo que tenía que correr al supermercado a comprar algo antes de que cerrara.

Eli llamó a sus comandantes en la base central quienes lo habían activado, y les contó lo sucedido con gran temor y preocupación. Le dijeron que no había de qué preocuparse, que debía de ser una coincidencia. Pero antes de que Eli regresara a casa, fui convocado a mi base y prevenido de no discutir el tema con Eli ni revelar este secreto a nadie.

Guardé este secreto muy profundo en mi corazón, sin poder compartirlo con nadie, en especial con mi familia. Sabía la importancia de seguridad que implicaba. Me di cuenta de la valiente postura que mi hermano Eli había tomado para defender a su país, mientras se ponía en peligro mortal. Este conocimiento rasgaba mi corazón y me ponía en un terrible dilema. ¿Debería causar que la misión esencial de Eli se alterase para poder salvar su vida y que volviera a su familia, y así ser considerado un traidor por mi gente y mi país? ¿O debería ignorar la información que poseía, y poner la seguridad de Eli en las manos de Di-s, y dejarlo completar su sagrada misión de salvar nuestra santa tierra de la destrucción de un enemigo vicioso y loco? No tenía opción. Luego de una larga deliberación, sabía que debería optar por la segunda, y dolorosa opción.

Los resultados de mi decisión son muy conocidos. Eli fue finalmente capturado y encarcelado en Damasco, torturado con crueldad barbárica que es demasiado agonizante como para ser descrita. Luego de un largo juicio, del cual Eli no recibió defensa apropiada, fue sentenciado con la pena de muerte y colgado en público en Damasco en el año 1965. Sin embargo, la información que Eli reunió ayudó a Israel a ganar la Guerra de los Seis Días, y esencialmente liberar a Israel de una amenaza de destrucción segura.

Eli fue a su muerte como un judío orgulloso, con la legendaria plegaria “Shma Israel” en sus labios. Pidió perdón a toda su familia, y que nos reunamos a decir el Kadish por él y por su padre de bendita memoria.

Para más información sobre Eli Cohen, puede ingresar a la página web (en inglés): http://elicohen.org/resources/brothersstory/

Por Maurice Cohen

Guet: El divorcio judío

Guet: El documento de divorcio judío De acuerdo con la ley bíblica, una pareja casada se libera de los lazos del matrimonio solo mediante la transmisión de una carta de divorcio del esposo a la esposa.

Este documento, conocido por su nombre arameo, “guet”, sirve no solo como prueba de la disolución del matrimonio en caso de que uno o ambos deseen volver a casarse, sino que en realidad efectúa el divorcio.

Si bien la ley judía exige que uno siga la ley del país y también requiere un divorcio civil, este no sirve como sustituto de un guet halájico (conforme a las restricciones de la ley judía).

Sin un guet, no importa cuánto tiempo esté separada la pareja, y no importa cuántos documentos civiles puedan tener, a los ojos de la ley judía, la pareja todavía está 100% casada. El matrimonio no es solo un acuerdo entre dos individuos que puede disolverse a voluntad, es una unión de almas.

El mismo Di‐s que prescribió una fórmula para la fusión de las almas, la fórmula que se sigue bajo el dosel nupcial, también dio instrucciones detalladas sobre cómo estas dos almas pueden volver a un estado de independencia.

El guet es un documento fechado y atestiguado en el que el esposo expresa su intención de divorciarse de su esposa y romper todos los lazos con ella. El guet es escrito por un escriba experto. Cada guet se adapta individualmente a la pareja que se divorcia en particular.

Una de las reglas más importantes que rigen la escritura del guet es el requisito de que se escriba específicamente para el esposo y la esposa que lo usarán. Aunque técnicamente el guet se puede escribir en cualquier idioma, siempre que contenga las palabras y frases clave exigidas por la ley judía, la costumbre judía universalmente aceptada es escribirlo en arameo.

También es una antigua tradición que el guet se escriba en doce líneas (el valor numérico de la palabra hebrea “guet”). Los testigos firman debajo de la duodécima línea.

Nuestro Kushan



Eran los tiempos de los pogroms contra judíos en Israel en 1936. El gobierno británico comprendió que la situación no podía continuar así; la relación entre judíos y árabes era intolerable. Una comisión, encabezada por Lord Peel, se despachó a Palestina e informaría después al Rey George.

Uno de los últimos en dar testimonio ante la comisión era el presidente de la Agencia Judía, David Ben Gurión. En el estrado había un Tanaj (la Biblia), un Corán y una Biblia cristiana. A cada uno de los que daba testimonio, se le tomaba juramento.

El testimonio de Ben Gurion duró más de tres horas. Habló sobre la conexión eterna entre los judíos y la Tierra de Israel, declarando que: ésta es nuestra casa y exigimos del gobierno británico y del resto del mundo reconocer nuestro derecho a la Tierra de Israel Fue un discurso conmovedor y los periodistas que estaban presentes, corrieron inmediatamente a los teléfonos para transmitir la impresionante alocución de Ben Gurión.

Lord Peel estaba sentado, frío y sin manifestar emoción. Luego, en voz baja, habló a Ben Gurión: Lord Peel: “¿Dónde nació usted?” Ben Gurion: “En Plonsk” Lord Peel: “¿Dónde queda Plonsk?” Ben Gurion: “En Polonia” Lord Peel dijo: “Eso es muy extraño. Todos los árabes que dieron testimonio ante este comité, Nusseibah, Nasabiba, El Tal y El Husseini, nacieron aquí en Palestina. Y casi todos los judíos que dieron testimonio no nacieron aquí”

Usted dice que ésta es su casa, pero alguien más vive aquí ahoralos Árabes. Hay una ley internacional que indica que si alguien disputa el derecho de otro que está aferrándose a su propiedad, debe someter un documento‐o prueba de propiedad‐ como era llamado en el Imperio otomano, un kushan, que esta propiedad le pertenece.

Ben Gurion alzó la Biblia que estaba sobre el estrado y dijo: ‐Lord Peel, nosotros tenemos un kushan. Éste es nuestro kushan‐la Biblia. Los británicos son una nación que respeta la Biblia.

¿Nuestro derecho histórico es, como está declarado en la Biblia, menos auténtico que un documento escrito por algún empleado en alguna oficina de registro? Éste es un documento eterno en que está escrito: “A tus hijos Yo he dado esta tierra”.Di‐s prometió esta tierra a nuestro Patriarca Abraham y a sus descendientes. No hay ninguna duda de que somos los descendientes de Abraham, Itzjak y Iaakov‐*

” De nuevo, los reporteros corrieron a sus cabinas telefónicas para informar sobre la contestación de Ben Gurión.

El Maharash

RABI SHMUEL SCHNEERSOHN, EL REBE “MAHARASH” (1834-1882)

El Rebe Maharash, cuarto Rebe de Lubavitch, era el menor de los nueve hijos del Rebe el Tzémaj Tzédek (de los cuales había siete varones y dos mujeres). Era un “ben zikunim” (hijo de la vejez), nacido el 2 de Iyar,  doce años después que su hermano más cercano en edad, HaRav lósef Ítzjak. Ese año se cumplieron exactamente cien años desde que el Baal Shem Tov reveló su verdadera grandeza.

El Rebe Maharash es conocido por su dicho de “Lejatjilá Ariber”.

Dijo: “El mundo dice que si no se puede ir por debajo [de un problema; es decir, si no es posible evadirlo] entonces hay que elevarse por encima de él, y yo digo Lejatjilá Ariber: ir por encima de él debe ser el enfoque inicial”. En otras palabras, ningún obstáculo debe considerarse demasiado grande, y todo lo que hagamos debemos realizarlo como si nos halláramos en una posición de poder y mando.

El Rebe Maharash vivió con mucha afluencia y realizó moftim (milagros) extraordinarios. Por consiguiente, los jasidim se refieren a él como el Baal Shemske Rebe (el Rebe similar al Baal Shem Tov). El Baal Shem Tov fue famoso por no permitir que ningún obstáculo ni distancia interfiriera con sus actividades milagrosas, y esto también se aplica al Rebe Maharash.

Una de las cosas extraordinarias que hacía era que cuando le daba una brajá (bendición) de sanación a un enfermo, a veces escribía la prescripción (en latín) él mismo.

Su actitud de vivir y actuar efusivamente se hizo evidente incluso antes de volverse Rebe, como lo ilustra la siguiente historia:

Una vez, luego de que un incendio destruyó la casa de la familia, su padre le dio la responsabilidad de supervisar la reconstrucción. Así lo hizo, y reemplazó las angostas ventanas de toda la casa por unos altos ventanales.

En otra oportunidad, un jasid le presentó un costoso obsequio al Tzémaj Tzédek, pero el Rebe dijo: “No tengo necesidad de esto. Dáselo a mi hijo el Maharash. Él lo usará”.

Dos años después del comienzo de su nesiut (liderazgo en 5628-1868), se incendió toda su casa. El Rebe Maharash dio instrucciones para que la reconstrucción fuera tres veces más grande que el tamaño original, y dijo que tenían que completarla en lo que todos creían que era un período de tiempo increíblemente breve. Pero su deseo se concretó sin ninguna limitación o problema.

No conocemos muchos detalles sobre esta casa, pero se sabe que había cinco puertas que conducían del comedor al exterior. La araña de cristal del comedor tenía trece lámparas de querosén. En el jéder haiejidut, (la sala de los encuentros privados) había seis candelabros, cada uno con doce velas, y la mayoría de los utensilios de la casa —incluso los cubiertos— estaban hechos de oro o plata.

Si bien su estilo de vida era similar al de los ricos y aristócratas (al punto de tener un coche que costaba la increíble suma de trescientos rublos) no vivía de aquel modo en aras de su propio placer, sino que ésta era su forma de servir a Hashem. Se cree que sentía que aquello era necesario para recalcarle al gobierno que había que tratar a los judíos con respeto.

Una vez, su cochero no judío (luego de que los jasidim le dieron unos tragos) dijo: “No entiendo al rabino de ustedes. Miren lo rico que es. Pero cada vez que lo llevo, que es casi todos los días, apenas llegamos al bosque y estamos fuera de la vista de todos se sienta en el suelo y llora [ante Hashem] como si le faltara todo”.

De modo similar, es sabido que el tzadik de Ruzhin usaba zapatos bañados en oro pero que abajo tenían agujeros.

Estos tzadikim, si bien aparentemente vivían rodeados de lujos, en realidad eran sumamente humildes, pues sentían constantemente que estaban frente a Hashem.

Hemos de notar que aunque el Rebe Maharash era rico por sí mismo, los jasidim consideraban un privilegio darle dinero al Rebe.

Su estilo personal único también puede verse en el enfoque que adoptó en su obra comunitaria en aras del bienestar de sus hermanos judíos. No siempre buscaba el consejo de otros líderes judíos contemporáneos. Si bien a veces les pedía ayuda para llevar a cabo sus planes, él mismo tomaba las decisiones sobre cuál era la mejor forma de ayudar a la comunidad judía.

Por otra parte, cuando les pedía ayuda a las autoridades rusas, les hablaba con valentía y decisión. La posición que adoptaba no era pedirles que ayudaran a los judíos por lástima, sino acercarse a las autoridades para exigirles que ayudaran, explicando que aquello era en beneficio del país, pues los judíos ofrecían servicios valiosos. Esto fue especialmente así en los últimos años de su vida, cuando empezaron a estallar los pogroms por toda Rusia.

 A pesar de que las autoridades lo amonestaron por sus tácticas, acciones y palabras (al punto de amenazarlo con el encarcelamiento por hacerle daño a la reputación del país diciendo que el gobierno no estaba ayudando), los pogroms se interrumpieron poco después de que el Rebe actuó con firmeza.

El médico del Rebe Maharash estaba muy preocupado por el hecho de que el Rebe hubiera hablado personalmente con el ministro del interior, porque el estrés de la situación y la conversación afectaron su salud (al punto de tener que hacer reposo durante los dos meses siguientes).

El Rebe Maharash le dijo que toda la esencia de ellos (es decir, de los Rebes) estaba dedicada a ayudar a la nación judía. “Incluso si tenemos que tolerar el dolor físico o aun la tortura para ayudar a la nación judía, lo haremos”.

El enfoque del Rebe Maharash de Lejatjilá Ariber le mostró a la nación judía que incluso en situaciones graves o aparentemente sin solución, nunca tenemos que caer en la desesperación ni sentirnos intimidados, sino que debemos encarar cada situación con el conocimiento de que con la ayuda de Hashem lograremos superar la adversidad.

Había momentos en que el Rebe Maharash sentía que el gobierno promulgaría ciertas leyes beneficiosas para los judíos sólo si creían que él no participaría en la petición. En aquellos casos, él declaró públicamente que se negaba a “estar involucrado en estos asuntos”.

Posteriormente, los jasidim descubrieron que en realidad el Rebe Maharash era el originador de aquellas peticiones.

SUS PRINCIPALES SEFARIM

Los maamarim del Rebe Maharash están todos impresos bajo el título de Torat Shmuel. Como se notó previamente, fue el primer Rebe que empezó a decir hemshejim. Los más famosos son Maim Rabim en 5636 (1876), vekujá en 5637 (1877) y Vehejerim en 5631 (1871).

SU FAMILIA

El Rebe Maharash y la Rebetzn Rivka tuvieron seis hijos:

HaRav Schneur Zalman Aharon, conocido como el RaZ”A

HaRav Shólom DovBer, el Rebe Rashab

HaRav Abróhom Sender

HaRab Menájem Méndel

HaRabanit Devora Lea

HaRabanit Jaia MushkaExtraído del libro “Los Rebeim” de Editorial Bnei Sholem para adquirirlo www.bneisholem.com.ar

Pirkei Avot I

Estamos en el período del año en el cual estudiamos el tratado talmúdico de Pirkei Avot. El tratado contiene seis capítulos y se estudia uno cada sábado de los seis sábados entre Pésaj y Shavuot. (Hay también quienes tienen la costumbre de repetir el ciclo hasta Rosh Hashaná.)

La temática de Pirkei Avot es la conducta piadosa, más allá de lo que exige la ley. En otras palabras, a diferencia de los demás tratados del Talmud, Pirkei Avot no habla de obligaciones sino de Milta Dejasiduta, sugerencias en cuanto a cómo vivir una vida en un nivel espiritual y ético más allá de lo exigido por la ley.

Hay varias razones dadas por las cuales se estudia este tratado justamente en este período del año. Una es que es una preparación para recibir la Torá, Dérej Eretz Kodmá Latorá, los buenos modales vienen antes y son una preparación para el estudio de la Torá.

Veamos algunas de las enseñanzas del capítulo que corresponden a esta semana. Igual que todos los tratados de la Mishná, Pirkei Avotse divide en capítulos y los capítulos agrupan módulos más específicos, denominados Mishná (o Mishnaiot en plural).

Mishná 1:

Moisés1 recibió la Torá del Sinaí y la transmitió a Josué2; Josué la transmitió a los Ancianos3; los Ancianos la transmitieron a los Profetas4; y los Profetas la transmitieron a los integrantes de la Gran Asamblea5.

Ellos dijeron tres cosas: Sé paciente en el juicio; formen muchos discípulos; y hagan un cerco defensivo para la Torá.


La pregunta que salta a la vista es ¿qué tiene que ver una reseña histórica de la transmisión generacional de la Torá con un tratado de ética?

Hay varias respuestas que dan los comentaristas:

1) Es para enfatizar que las sugerencias que aparecen en este tratado no son inventos humanos sino que provienen del Sinaí.

2) La descripción de la transmisión generacional contiene una enseñanza en cuanto a cómo aproximarse y tener éxito en el estudio de la Torá y asegurar su perpetuación. La Torá no es igual a cualquier cuerpo de conocimiento y el método de estudio de la Torá no es igual al de cualquier otra materia. Para poder conectarse verdaderamente con la Torá, más allá de su interpretación superficial, hacen falta ciertas condiciones, representadas en los mencionados eslabones de transmisión.

Veamos.


1. Moisés recibió la Torá del Sinaí.

A primera vista cabe preguntarse, por qué dice que recibió la Torá del Sinaí y no en el Sinaí? También: ¿por qué mencionar al Sinaí como origen de la Torá en vez de decir que Moisés recibió la Torá de D-os?

Nuestros sabios relatan6 que la razón por la que D-os entregó la Torá específicamente sobre el Monte Sinaí fue porque debido a su poca altura simboliza la humildad.

Hete aquí la primera condición necesaria para poder recibir la Torá correctamente: la humildad. Si uno se aproxima al estudio de la Torá con arrogancia, es difícil que esté abierto a aprender algo, ya que seguramente estaría convencido que es capaz de enseñarle a la Torá en vez de aprender de ella…


2. y la transmitió a Josué.

La Torá7 describe la característica especial de Josué como un “joven que nunca se apartó de la tienda (de Moshé)”. Hete aquí la segunda característica necesaria para tener éxito en el estudio de la Torá: dedicación. Para tener éxito en el estudio de la Torá hay que dedicarle tiempo; mucho tiempo. Debe ser la ocupación central, si no exclusiva, de uno.


3. y Josué la transmitió a los Ancianos.

La palabra hebrea por Anciano es Zakén. El Talmud8 explica que Zakén es una compresión de dos palabras Ze Shekaná (Jojmá), o sea “el que adquirió (sabiduría)”. La idea es que la edad se mide por la cantidad de sabiduría que uno ha adquirido.


“Adquirir” implica usar la mente para entender y “adueñarse” la Torá. A diferencia de los primeros dos pasos que implican “dejarse de lado”, este paso implica lo contrario, usar la capacidad intelectual de uno para entender las cosas de acuerdo a ella. El intelecto de uno también tiene que estar de acuerdo.


4. y los Ancianos a los Profetas.

¿Qué tiene que ver la profecía con el estudio de la Torá? De hecho, no es aceptable decidir una ley de la Torá en base a la profecía. Uno no puede imponer su opinión en un tema halájico diciendo que “D-os me dijo que la interpretación de tal ley es así…”; debe ganar la discusión en base a argumentos fundados en las tradicionales reglas de interpretación talmúdica.

La explicación es que para tener éxito en el estudio de la Torá uno debe, tal como los profetas, estar en un estado espiritual elevado para poder captar la dimensión Divina de la misma. El estudio de la Torá no es meramente una actividad intelectual; es una tarea spiritual y uno precisa la ayuda de D-os para tener éxito.


5. y los Profetas la transmitieron a los hombres de la Gran Asamblea

Los hombres de la Gran Asamblea fueron quienes definieron muchos de los aspectos prácticos del judaísmo luego del retorno del exilio babilónico.

Hete aquí otra característica necesaria para el estudio exitoso de la Torá: buscar y sacar conclusiones prácticas de cada cosa que uno estudia en la Torá. El saber que cada cosa debe tener una aplicación práctica ayuda a que el estudio sea más focalizado y exitoso.


Ellos dijeron tres cosas:

Si bien dijeron muchas cosas, las tres citadas aquí tienen que ver con el tema de la perpetuación de la Torá.


Sé paciente en el juicio

Esto tiene implicancias tanto para jueces como para líderes comunitarios y educadores.

Para los jueces la enseñanza es que no deben juzgar apresuradamente.

Para los líderes comunitarios la implicancia es que no juzguen por las apariencias; que sepan comprender a fondo la situación de su comunidad antes de juzgarla y tomar acción.

Para los educadores la enseñanza es que deben analizar los fuertes y debilidades de cada alumno y trazar un plan de estudios personalizado acorde.


Formen muchos discípulos

Al entender las particularidades de cada alumno uno podrá desarrollar la capacidad de cada uno, logrando así muchos discípulos. El énfasis está en la palabra “discípulo”, quiere decir uno que no sólo escucha y comprende, sino internaliza las enseñanzas recibidas.


Hagan un cerco para la Torá

En cada generación hay que analizar los desafíos particulares y establecer normas de conducta que aseguren el respeto a la Torá, su cumplimiento y futura transmisión.


Basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch, que su mérito nos proteja, transmisor de Torá por excelencia quien personificaba las enseñanzas de esta Mishná.

Rabino Eliezer Shemtov