Llaves hacia la santidad

“Cuando una mujer engendra y da a luz a un varón, se impurifica” (Levítico 12:2)

El Talmud nos dice que hay tres llaves celestiales: para la lluvia, para el nacimiento, y para la resurrección de los muertos, que no fueron dadas a ningún emisario (Taanit 2a). 

Si Di-s controla el útero, ¿cómo puede ser que la impureza emane de allí? 

La respuesta es que la impureza entra sólo después de que el embarazo concluye. El Rebe de Kotzk explica que en cada evento importante, cuando la Divinidad se fortalece, energías impuras también crecen. Gracias al poder del embarazo y el nacimiento, en los que Di-s controla la llave, las impurezas se mantienen fuera hasta que el bebé nace. Luego, la Divinidad se va, y las energías impuras entran. Esto es similar a la impureza que adquiere el cuerpo una vez que el alma se va. Análogamente, cuando sobresalimos en algún área, especialmente en algo judío, existe el peligro de abrumarse inconscientemente por energías negativas y subsecuentemente apóstatas. Mantente firme, y utiliza cada evento especial como un escalón para subir más alto.

“Y él lo ofreció frente a Di-s…y la fuente de su sangre fue purificada” (Lev. 12:7)

El judaísmo nos enseña que un esposo y una esposa están interconectados en una multitud de planos físicos y espirituales. En la Parshá de Tazria, se ve un ejemplo de esto, con respecto a los sacrificios que se ofrecen luego de dar a luz.

El Jozé de Lublin nota que el versículo también puede ser leído “Y él se acercó a Di-s…”, refiriéndose al arrepentimiento del esposo. Un esposo y una esposa están tan unidos que el arrepentimiento que surge del esposo puede afectar el status de la pureza de su esposa. Cuando examinamos nuestras relaciones interpersonales, debemos recordar que estamos conectados en niveles más allá de lo obvio.

El ex piloto de combate, el Profesor Shlomo Kalish explicó sobre un evento trágico reciente en el que un avión F16 se estrelló. El piloto se confundió debido al vértigo, y no pudo distinguir en qué dirección estaba volando. El Profesor Kalish explicó que en alturas elevadas y altas velocidades, incluso durante el día, el mar y el cielo se ven iguales. 

Mientras que es natural volar de acuerdo al sentido de la percepción, mucho del entrenamiento de un piloto es forzarlo a confiar en los instrumentos de cabina. Una y otra vez se les dice, especialmente en caso de dudas, que deben fiarse de los instrumentos. Su conclusión fue que hoy en día nos encontramos en una situación similar: a veces es difícil decir qué está arriba y qué está abajo. Nuestro propio sentido de la percepción de la tierra y el cielo muchas veces nos engaña. Es imperativo que dirijamos nuestras vidas de acuerdo a los instrumentos de la Torá.

La llegada de la Redención incluye dos elementos: el mérito de nuestro servicio Divino y la promesa de Di-s de mandar el Mashíaj. De esto podemos entender las divididas opiniones de los Sabios acerca de en qué mes la Redención ocurrirá. Algunos dicen que será en el mes de Nisan, ya que en él ocurrió la primera redención de Egipto; otros dicen que ocurrirá en Tishrei, seis meses más tarde, el mes de las Festividades. El Jasidut explica que Nisan es cuando la afluencia de luz Divina desciende desde arriba, como ocurrió en Pesaj cuando Di-s obró milagros para salvarnos. Tishrei y las Altas Fiestas incluyen el arrepentimiento que nosotros hacemos, nuestros esfuerzos espirituales. Esto es un paralelo a las dos opiniones mencionadas: Nisan corresponde a la promesa de Di-s, y Tishrei a nuestros esfuerzos.

Pero, ¿Cuál, de hecho, fue la última respuesta de los Sabios? Que el Mashíaj vendrá durante Nisan. 

El Rebe de Lubavitch explica que el principal aspecto de la Redención es la luz Divina revelada desde Arriba. La Redención debe ser en Nisan porque el puro poder de la revelación será más brillante que la luz producida por nuestros esfuerzos espirituales aquí abajo. Si prestamos atención desde nuestro punto de ventaja de la “casi Redención”, ya podemos ver lo sobrenatural comenzando a conquistar y a reemplazar el mundo natural.

Por Shaul Yosef Leiter

¿Qué fue lo que lo propulsó a Di-s crear el Universo?

La respuesta que proveen los místicos judíos es que Di-s deseaba casarse. El matrimonio requiere de la existencia de una persona distinta a uno mismo con quien deseas compartir tu vida, una unión de marido y mujer. Di-s eligió a la humanidad como Su novia. ¡Qué matrimonio ha sido éste!

Una montaña rusa de romance, afecto, discusiones y alejamientos. En cada generación, muchos consejeros abogaban un divorcio mientras otros proclamaban a la novia muerta. Aún así, la relación ha perdurado porque ambas partes instrínsecamente sabían que se pertenecían mutuamente. Cuando todos los velos son removidos, el hombre busca y desea la unión con Di-s.

El noviazgo

El mes hebreo de Elul precede a las Altas Fiestas. Este mes es descrito en las enseñanzas Jasídicas como el tiempo en el que “El Rey al campo a reunirse con Su pueblo, recibiéndolos con bondad y ternura, mostrando un rostro radiante a todos”. Nosotros, a la vez, “volcamos nuestros corazones a Di-s” Este período nos provee de una oportunidad para conocer a Di-s.

De acuerdo a la Kabalá, la temporada de las Altas Fiestas es la experiencia anual del matrimonio cósmico entre Di-s y la humanidad. Los cinco momentos espirituales claves de la temporada son paralelos a las fases básicas de una unión convencional. Las festividades nos invitan a recorrer este proceso otra vez y a rejuvenecer la relación.

La propuesta del Novio

El mundo está loco, dice el Maestro Kabalista Rabí Isaac Luria. “Durante la noche de Rosh Hashana”,escribe, “la conciencia que anima al universo se torna frágil y débil”. Los grandes místicos judíos solían sentir, de hecho, una debilidad física durante la noche de Rosh Hashana. Toda existencia fue creada para contraer este matrimonio. Si nos negamos, entonces todo ha sido en vano. Todo el cosmos espera nuestra decisión. La Novia se compromete En la mañana de Rosh Hashana, un sonido punzante surge de la Tierra: el llanto del Shofar. Es un simple llanto, una expresión del hombre por querer conectarse con lo Divino. Hemos decidido. Nuesta respuesta ha sido Sí.

El casamiento

El día de la boda ha llegado: Iom Kipur. Un día descrito en la Kabalá como “un momento de unidad”, en el que la novia cósmica ha forjado un vínculo para siempre.

En la tradición judía, el novio y la novia ayunan el día de su boda. El día en el que nos reunimos con Di-s, nos abstenemos de toda comida y bebida. 

El Talmud enseña que en el momento del casamiento, todos los pecados de los novios son perdonados. Por eso, es que este día es llamado Iom Kipur: “Día del Perdón”.

La ceremonia del casamiento comienza con la melodía de Kol Nidrei, en el que nos despojamos de toda promesa y juramento que hemos hecho. Durante estos profundos momentos, intentamos liberarnos de los malos hábitos, y dejamos ir todo tipo de resentimiento, enojo, temor y envidia. La traidicional ceremonia judía culmina cuando los novios ingresan a un cuarto alejado (Jeder Ijud) para pasar allí unos minutos a solas. Iom Kipur culmina con Neilá, o, la plegaria de cierre, llamada así porque cuando el sol se oculta en Iom Kipur, las puertas del cielo se cierran, con nosotros adentro. Durante Neilá, cada alma está sola con Di-s.

La Celebración.

Cuando los novios salen del cuarto, cominenza la fiesta. De Iom Kipur, pasamos a la festividad de Sucot, descrita en la Torá como “el tiempo de nuestra Alegría” Estos días están llenos de alegría y festines, celebrando así, la unión entre Di-s y Su pueblo. La Unión El banquete del casamiento ha finalizado. Los invitados y los parientes vuelven a sus casas. En una consumación de la relación, los novios experimentan la intimidad por primera vez, sus vidas son fundidas juntas como marido y mujer. Por ende, luego de los siete días de Sucot, alcanzamos el cenit de la temporada de las Altas Fiestas: Shmini Atzeret y Simjat Torá, descritas en la Kabalá como ” un momento de intimidad con lo Divino”. 

Durante estos días cargados de regocijo, la alegría alcanza su pico máximo, cuando Di-s y su Pueblo se unen en un todo. Una semilla Divina es plantada en los corazones de cada uno y uno.

Es por eso, que recitamos plegarias especiales por la lluvia en la festividad de Shmini Atzeret. ¿Qué es la lluvia? En el medio de la intimidad entre los cielos y la tierra, gotas procreadoras caen desde el cielo, y son absorvidas, fertilizadas y críadas por la tierra, dando a luz, a hijos botánicos.

El mes común La luna de miel finaliza y toda la alegría comienza a desvanecerse. Ahora el matrimonio consiste en cuidarse uno al otro y en demostrar lealtad mientras trabajamos y vivimos el día a día. De los doce meses del calendario judío, el único carente de festividades es el que le sigue a la temporada de las Altas Fiestas.

El mes hebreo de Jeshvan es el momento para construir una relación genuina con nuestro cónyuge. Es el momento para descubrir la alegría que nace de la relación con Di-s.

Por Yosef Y. Jacobson

Comprometerse con el amor

El casamiento está compuesto por dos elementos integrales: el compromiso y el amor.

Debajo de la Jupá, el novio y la novia se prometen mantenerse fieles y leales uno con el otro; comprometiéndose a traer alegría y estabilidad a su relación. Mientras que el compromiso mutuo constituye la fundación de la relación, es la pasión, amor y sentimientos mutuos los que traen el color y la vida a la relación, y lo que hace que el casamiento sea tan atractivo. Es este último elemento el que causa a los solteros entregar su “libertad” y sus solterías.

La necesidad de estos ingredientes para asegurar un matrimonio estable y feliz no se discute. Cuáles de estos dos valores forman la base del matrimonio, sí es punto de contención entre los valores de la Torá y las normas Occidentales. ¿Debería el amor llevar al compromiso, o el compromiso lidiar al amor?

 

La tendencia en la sociedad sobre esta área está clara. Conoce a una persona durante unos años, quizá vive con ella durante un tiempo, y el salto se toma si es aparente y obvio que los sentimientos mutuos garantizan el compromiso del matrimonio. En contraste, la tradición Judía se avoca al acercamiento casi opuesto. Relaciónate con el individuo lo suficiente, como para determinar si sus valores y temperamento van en concordancia con los tuyos. Asegúrate que las dos personalidades (la del otro y la tuya) no chocan, y percibe si hay una atracción. Si todo esto encaja, entonces se realiza el compromiso. El amor se desarrollará y se profundizará luego del compromiso. Basado en el compromiso.

Si la “prueba está en el pudding”, éste ciertamente demuestra que el enfoque judío funciona. Está claro que conocer y amar a alguien antes de casarse, no aumenta las posibilidades de sub secuentemente tener un matrimonio feliz. Esto es totalmente lógico. Si el compromiso está basado en el amor, entonces, puede muy bien desaparecer y el amor comienza a apagarse o desaparece. Si el amor está basado en el compromiso, entonces si sucede que el amor comienza a apagarse, el compromiso asegurará que ambos hagan el esfuerzo de enamorarse otra vez. 

 

De acuerdo a la ley Bíblica, el matrimonio es un proceso de dos pasos. El primer paso se llama “Kidushin”, y el segundo paso es conocido como “Nisuin”.

 

El Kidushin hace que el novio y la novia se conviertan en marido y mujer. Luego de este punto, si Di-s libre y guarde deciden separarse, precisarían un “guet” (divorcio Judío). Sin embargo, el novio y la novia todavía no pueden vivir juntos como marido y mujer hasta que no se complete el segundo paso, que es, Nisuin. En los tiempos modernos, el Kidushin y el Nisuin se realizan seguidos debajo de la Jupá; el Kidushin es efectuado cuando el novio le da a la novia la alianza, y el Nisuin, a través de la unión del marido con la mujer bajo un mismo techo por el bien del matrimonio. Primero viene el Kidushin, el compromiso. Sólo después es que viene el Nisuin, y todas las expresiones de amor. 

 

*La receta para un matrimonio feliz y entregado*

El 15 de Av, “Tu Be Av”, observamos y celebramos la más alegre de las festividades. Este día, marca el aniversario de varios eventos, todos ellos asociados con la revocación de un evento trágico. Esta festividad, viene seis días después del día más triste del año, Tishá be Av, y es simbólica a la resistencia de nuestra nación, a nuestra capacidad de recuperarnos de todas las tragedias que nos han azotado.

Es también una festividad asociada con el matrimonio; el Talmud describe cómo en los tiempos de antes, éste era un día dedicado a la unión de jóvenes. Esto es porque el casamiento representa la recuperación de la tragedia más terrible ocurrida en Tisha be Av, la destrucción de los Templos Sagrados y el subsecuente exilio de nuestro pueblo. 

 

Nuestra relación con Di-s también está compuesta por estos elementos básicos; el compromiso y el amor. Antes de que se manifieste el amor, debemos someternos a la etapa del compromiso, el Kidushin. Por eso se debe la destrucción de los Templos y los exilios. Pero luego de 2.000 años de sufrimiento y opresión, hemos asegurado nuestro compromiso sin duda alguna. Es tiempo ahora del Nisuin, el Nisuin cósmico entre Di-s y Su pueblo, que se celebrará con la inminente llegada del Mashiaj.

 

Por Naftali Silberberg

Imagen de referencia



¿Pueden las mujeres participar más de su Judaísmo?

PREGUNTA:

Esta semana asistí a un servicio en una sinagoga con una diferencia. La lectura de la Torá estuvo dirigida y realizada completamente por mujeres. La mayoría vestía talitot y kipot.

Pertenezco a un medio más tradicionalista y lo encontré raro, pero pienso que es algo bueno. ¿No es positivo que las mujeres participen más de su Judaísmo?

RESPUESTA:

Pienso que es fantástico que más mujeres estén explorando su Judaísmo, y se las debe alentar en su sed por hallar su conexión con el judaísmo. Pero para ser honrado, no entiendo cómo semejante servicio- Tefilá, está saciando esta sed.

O creemos que el Judaísmo es una religión dada por Di-s, o creemos que es artificial, hecha por el hombre. De cualquier modo, no tiene sentido para las mujeres estar haciendo lo que hacen los hombres.

Si el Judaísmo ha sido entregado por Di-s, sus leyes son absolutas y no pueden cambiarse.

Y no deben cambiarse, porque Di-s sabe lo que Él está haciendo. Si el Judaísmo dice que los hombres llevan el Talit y leen la Torá, y las mujeres no lo hacen, no se trata de ninguna injusta discriminación. En realidad, nos fueron entregados papeles diferentes porque Di-s- Quién creó a los hombres y mujeres diferentes- sabe lo que cada uno necesita para su realización espiritual. Di-s no hace diferencia entre los sexos.

Otros dicen que el Judaísmo es artificial y por consiguiente sus leyes son cambiables. Según esta visión, sería justo asumir que ese Judaísmo discrimina a las mujeres, porque las reglas fueron hechas por hombres que vivieron mucho tiempo antes de que se escuchara acerca de los derechos de las mujeres. Todas las culturas antiguas eran injustas y opresivas, y entonces ¿por qué un Judaísmo artificial debía ser diferente?

Pero si ése es de hecho el caso, ¿por qué las mujeres querrían adoptar prácticas que trazaron hace tres mil años hombres misóginos?

¿Las mujeres se sienten realmente realizadas imitando las prácticas masculinas? Esto parece denigrar a las mujeres en lugar de liberarlas.

Entonces, si estas prácticas poseen origen Divino deben permanecer como siempre fueron, y se trata de invenciones humanas, deben reemplazarse.

Creo que el Judaísmo es Divino. No necesita de una actualización. Necesita que profundicemos para encontrar su mensaje para nuestros días. Poseemos la bendición de vivir en una generación en que se da la oportunidad a las mujeres de descubrir lo que el Judaísmo tiene para ofrecerles.

Algunas mujeres han adoptado las costumbres de los hombres; pero otras han redescubierto una inigualable espiritualidad femenina dentro de la tradición judía que es satisfactoria y poderosa. Siento que esta es una auténtica aproximación al alma de la mujer.

Tipos de nombres judíos II

Poner el nombre de una persona viva

1) La costumbre entre los ashkenazim es no nombrar a una criatura por una persona que está viva aún si esa persona vive en otro país. Algunos dicen que esta objeción es específicamente a nombrar por el padre de uno que está vivo, pero no hay objeción en ponerle nombre por otros parientes vivos.

2) La costumbre entre los sefaradim es de no preocuparse por esto. Por el contrario, ellos consideran que esto es una manera de honrar al padre y un amuleto protector para larga vida si un nieto recibe el nombre de un abuelo vivo.

3) La mayoría de las autoridades están de acuerdo de que no se debe dar al hijo el mismo nombre de uno. Sin embargo, entre los yemenitas, algunos tienen la costumbre de ponerle a sus hijos el mismo nombre que ellos.

4) Si el abuelo materno del niño pide que se le de a su nieto su nombre mientras está vivo, no hay motivo para prohibirlo.

5) Si alguno desea ponerle a su hijo el nombre de su padre fallecido, pero su padrastro-que tiene el mismo nombre-lo objeta firmemente, no puede nombrar al hijo como su padre solamente, pero puede agregar otro nombre a éste, y llamar al hijo por ambos nombres.

6) Si los abuelos materno y paterno del niño tienen el mismo nombre, y uno de ellos ha muerto, y [el padre] desea nombrar al niño como el abuelo fallecido-si el abuelo sobreviviente objeta, es mejor evitar hacerlo, dado que mucha gente se opondría también. Si embargo, si el abuelo fallecido tenía un sobrenombre, el nieto puede ser llamado por ese sobrenombre. Cuando el otro abuelo, tras una larga vida fallece, pueden llamar al niño por el nombre original también. Es más, pueden cambiar ligeramente el nombre del nieto o darle un nombre adicional para que use junto con el nombre del abuelo.

7) Una persona que está a punto de morir (agoniza) es considerada completamente viva al respecto (aún cuando la mayoría de esa gente muere). Una criatura no puede ser nombrada por él hasta que realmente muera.

Dar a una persona dos nombres

1) En ningún lado en el Talmud encontramos un Taná (sabio de la Mishná) o Amorá (sabio del Talmud) que sea llamado por dos nombres. Aún en los textos bíblicos no encontramos una persona que tenga dos nombres. Sin embargo, en estos días es común dar más de un nombre al mismo niño. Otros objetan que se le dé dos nombres a un niño, aún en estos días.

2) Un nombre único puede estar compuesto de dos nombres; por ejemplo, Shnei Or y Shem Tov.

3) Ocasionalmente, a un niño se le da un nombre propio por una persona, y un sobrenombre (nombre secundario por otra persona), aún cuando el sobrenombre no tiene relación con el nombre propio.

4) Si una persona enferma seriamente, se le da un nombre adicional.

5) Si el primer hijo de alguien muere como resultado de la circuncisión, y luego le nace otro hijo, algunos acostumbran darle a éste dos nombres.

6) Algunos dicen que los nombres de dos personas diferentes no deben combinarse y darse a un solo niño8. Otros no se cuidan mucho de esto.

7) No se le debe dar a un niño los nombres combinados de dos personas que estaban enemistadas una con la otra durante su vida, aún si ambos eran tzadikim.

8) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo los nombres combinados de su padre y su hermano (el tío de la criatura), sino que debe dar a la criatura el nombre de su padre únicamente.

9) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo los nombres combinados de su padre y su suegro, sino solamente el nombre de su padre. Otros discuten esto.

10) Uno no debe combinar el nombre de un miembro de su familia con el nombre de un Rebe.

11) Si a un niño se le dan dos nombres por dos personas diferentes, es apropiado llamarlo por ambos nombres.

12) Si los padres de uno están vivos, y tienen dos nombres, no hay objeción en darle a su hijo o hija uno de los dos nombres. Lo mismo se aplica al caso opuesto-o sea, el desea dar a su hijo dos nombres, y los padres tienen solo uno de los nombres.

Poner nombre por alguien que murió joven

1) No se debe poner un nombre por alguien que murió joven. En ese caso deben agregar otro nombre a éste, y el nombre agregado debe ser usado como el primer nombre. Algunos dicen que uno que murió antes de los cincuenta años es considerado como si hubiera muerto joven. Otros dicen que uno que murió antes de los sesenta, es considerado como si hubiera muerto joven.

2) Esta regla no se aplica a alguno que murió de muerte natural. Aunque haya muerto joven, un niño puede ser nombrado como él.

3) Cuando una persona que murió de muerte natural, falleció en la infancia, un niño no debe ser nombrado por él.

4) Si un tzadík fue asesinado en la juventud, algunos dicen que sin embargo debemos nombrar al niño por él, en vista del hecho que era un tzadík.

­­­­­­­­­­­­­­­­­Poner nombre a un niño de acuerdo al calendario

1) Una persona no debe nombrar a su hijo de acuerdo al año del siglo en que él nació. Por ejemplo: si fue el catorceavo año del siglo, no debe nombrarlo “David”, cuyas letras suman catorce.

2) Algunos tiene la costumbre de nombrar al niño de acuerdo a la parshá de la semana en la cual nació. Por ejemplo: en Parshat Shemot, el niño es nombrado Moshé o Aarón; o sea, como el personaje de la parshá de esa semana.

3) Si un varón nace en Shabat, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Shabsi (o Shabetai).

4) Si a un niño se le hace el brit en Rosh HaShaná, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Itzjak.

5) Si un niño nace en Iom Kipur, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Rajamim [“misericordia”].

6) Si un niño nace en alguna festividad, algunos tienen la costumbre de llamarlo Iom Tov. Si un niño es circuncidado durante Sucot, algunos tienen la costumbre de nombrarlo como el Ushpiz [“huésped”] de ese día.

7) Si un niño nace durante Janucá, algunos tienen la costumbre de llamarlo como el Nasí [“príncipe”] de ese día. Otros dicen que debe ser llamado Matitiahu. En algunas comunidades sefardíes ese niño es llamado Janucá.

8) Si un niño es circuncidado en Purim, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Mordejai.

9) Si una niña nace en Purim, algunos tienen la costumbre de llamarla Ester.

10) Si un niño nace al comienzo del mes de Nisán, algunos tienen la costumbre de llamarlo como el Nasí de ese día10, o nombrarlo como el mes, “Nisán”. Si un varón nace durante Pesaj, algunos tienen la costumbre de llamarlo Pesaj.

11) Si un varón es circuncidado en Tishá BeAv, algunos tienen la costumbre de llamarlo Menajem; si el padre o un hijo mayor se llama Menajem, entonces el niño es nombrado Nejemia. Algunos dicen que esto se hace solamente si la circuncisión tiene lugar después del mediodía.

12) Si una niña nace en Tishá BeAv, algunos tienen la costumbre de llamarla Bat Tzión.

 

Llamar al padre por su nombre

1) Está prohibido llamar al propio padre por su nombre.

2) Si el padre tiene el mismo nombre que otra persona, pero es un nombre poco común que usualmente no se encuentra; si el hijo desea dirigirse a algún otro con ese nombre, debe cambiarlo ligeramente.

3) Si el nombre del padre es uno que se encuentra comunmente, y el hijo desea dirigirse a otro con ese nombre, está permitido cuando no está en presencia del padre. Algunos dicen que está permitido aún cuando el padre está presente.

4) Si se le pregunta al hijo: “¿De quién eres hijo?”, está permitido responder: “Soy el hijo de Reb… “.

5) Si el padre está enfermo, y el hijo desea recitar la plegaria mi sheberaj por su salud, algunos dicen que no debe declarar el nombre del padre, sino que, en cambio debe decir: “… mi padre ben…”.

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Nombres hebreos para varones

A

Aba Abaie Abiasaf Abiel Abir Abraham Acco Adael Adar Adi Adiel Adif Adin Adino Adir Adiv Admiel Adna Adonia Adriel Agur Aharón Ahuv Ahuvia Ajidan Ajiel Ajiezer Ajiman Ajishar Ajitov Ajshalom Aliz Almagor Alon Am Amania Amaria Ami Amiad Amiasaf Amiaz Amicam Amidor Amiel Amiezer Amijai Amior Amir Amiram Amishalom Amishar Amitai Amok Amos Amram Anan Anania Aniam Ara Arad Arbel Ari Ariav Arie Ariel Armon Arzi Asa Asael Asaf Asaia Asher Ashir Asiel Atur Atzel Avdel Avi Avidor Aviezer Aviezri Avijai Avikar Avimael Avimelej Avinatan Aviram Aviraz Avishajar Avitzedek Aviv Avivi Avner Avshalom Az Azai Azazyahu Azriel

B

Barak Baram Bareket Baruj Bejaia Bejor Ben Ben Tzvi Benami Benli Benor Benshajar Benshem Berajia Betzalel Biniamin Bosem Buki

C

Calcol Calev Carmel Carmeli Carmi Carmiel Cush

D

Dael Dagan Dan Daniel Darkon Darom Datiel David Deuel Devir Dinai Dor Dori Dorian Dov Dror Drori Dvir

E

Eben Eden Eder Edi Efer Efraim Ehud Eitan Elad Eldor Eleazar Eletz Eli Eliahu Elian Eliel Eliezer Elisha Eljai Elkaiam Elkana Emek Enosh Erez Eshel Eshkol Evel Even

G

Gabi Gabriel Gad Galil Gamliel Gan Gani Goel Guefen Guershom Guevaram Guever Guibor Guidon Guil Guilad Guilam Guilboa Guior Guiora

H

Hadai Hadar Hadas Haleli Haran Harel Hevel Hod Hoshea

I

Idan Idbash Ieshaiahu Iezer Ilai Ilan Imanuel Isajar Ishmael Israel Itai Itamar Itzjak Ivri Iyar

J

Jabib Jabub Jadash Jagai Jai Jaim Jalfón Jalutz Jam Janina Janina Janoj Jasid Jazón Jaziel

K

Kadmiel Kadosh Kalil Kariv Karni Karniel Katriel Kerem Keren Kini Kinor Kishoni

L

Lael Lajma Lapidot Larom Lavi Lemuel Lev Levi Liad Liezer Lior Liran Litov Livni

M

Maaravi Maayan Magal Mahir Malkiel Malkiram Malkit Manos Maor Maoz Marom Maskil Matán Matanel Mati Matitiahu Matzav Megued Meir Menajem Meretz Meron Meser Meushar Mevaser Mija Mijael Mordejai Moshé Muna

N

Nadir Nae Naftali Nahliel Nahor Najman Najmiel Najum Narkis Natan Nati Natzjan Nazir Needar Nefesh Nejemia Nejmad Nes Netaniel Netzaj Nevo Nir Nirel Nisim Noad Noaj Noam Nojam Nuriel

O

Oded Ofer Ofri Ohad Ohel Ohev Oliva Omar Oni Or Oran Ori Oron Osher Osher (con Ayin) Oshiahu Ovadia Oz Ozel Ozer

P

Palal Paltiel Parnas Paz Pazi Pedael Pedatzur Pele Peniel Peraj Peretz Pesaj Pinjas

R

Raam Raanan Radai Rafael Rajam Rajmiel Ram Ranel Ratzon Raveh Raz Raziel Rejev Reuben Ritzia Rivai Roe Roguiel Romam Ronen Roni Ronia

S

Saadia Sarshalom Seadiá Sefi Seguel Shafir Shalom Shamash Shamir Shefa Shemtov Shiftan Shimon Shimshai Shimshon Shlomo Shmuel Shneur Shoham Sigal Siman Simja Snir Sodi Sofer Stav

T

Tajash Tal Talmor Talor Talshajar Tamir Teddy Telem Tikva Til Tili Timni Tirosh Tiv Tivi Tivoni Toi Toju Tomer Tov Tovli Tshuva Tumiel Tzadik Tzafra Tzavar Tzemaj Tzidkiel Tzipor Tzur Tzvi Tzviel Tzvika

U

Ucal Udi Uni Upaz Uriel Ushri Uzi

V

Vardi Vardimon Vardinon

Y

Yaacov Yadid Yadin Yae Yafim Yaguen Yahali Yahalom Yair Yajdiel Yajil Yakar Yalon Yamin Yanai Yanir Yaniv Yanuaj Yanuv Yarden Yarin Yatmiel Yedael Yedid Yedidia Yejezkel Yejiel Yerajmiel Yeshaiahu Yesher Yfad Ygdal Yoel Yofiel Yona Yonatan Yoran Yosef Yotam

Z

Zahav Zait Zamir Zeev Zehavi Zeiri Zejaria Zemaria Zeraj Zevulun Zikaron Zimran Ziv Zohar

Nombres hebreos para mujeres

A

Abigail Abira Ada Adaia Adama Adamit Aderet Adifa Adila Adina Adira Ady Aharona Ahava Ahouva Ahouvit Ajuzá Alexandra Alina Alissa Alitza Alona Alonit Aluma Alumit Amira Amit Anat Anava Ariela Armonit Arnit Arusa Asherit Ashira Ashna Atara Atheret Avia Aviela Avishama Avishav Avital Avitzur Aviva Avna Avramit Ayelet Ayeleth Hashajar Azalia Azriela

B

Baram Bat Bat Am Bat Sheva Bat Shir Bat Tzión Batia Batiofi Bator Batshajar Batshemesh Batsheva Batsion Bedola Beera Behirá Bejira Besora Bilha Biniamina Bitania Bitia Bosem Braja Bruria Buna

C

Calanit Carmela Carmelit Carmil Carmit Carnit Coranit-

D

Dafi Dafna Daiana Dalia Dalit Dana Dania Daniela Danit Dar Darit Darona Debora Deganit Devir Dina Dora Doria Dorit Drora

E

Edit Edna Efa Efrona Eila Einat Eitana Eitanit Ela Eliana Elina Eliora Emuna Eshkolit Esronit Esther Evrona

G

Gabriela Gaby Gadia Gadit Gafna Gal Gali Galila Galit Galor Gana Gani Gania Garnit Gazit Golana Golda Gueula Guevura Guibora Guidona Guila Guilia Guilit Guira Guittit, Guitl Guivá

H

Hadar / Hadara Hadasa Hagar Hagit Harela Hatzlaja Haviva Higuera Hili Hinde Hodi

I

Iael Ida Idanit Idit Iejolia Ila Ilana Imanuela Inbar Ioná Iris Irit Iscah Israela Isska Ita Iti

J

Jaguit Jaia Jana Jasidá Java Javiva Jazmín Johana

K

Kadia Kadima Kadisha Kanit Karmi Karnit Kedma Keilah Kelil Kelila Kerem Keren Kerenor Keshet Keter Kinar Kineret Kiria Kojava Kvuda

L

Laila Lea Leuma Levana Libi Lilaj Lili Lilia Limor Liora Liraz Lital

M

Maaja Maanit Maayane Magui Malbina Malka Manguina Mara Margalit Marganit Mazal Mehira Meifat Meital Melitsa Menuja Merav Metuka Micaela Michbaha Mijael Milat Milka Miriam Myriam

N

Najat Naomi Natali Nataneli Navit Nediva Neemaná Neguina Nehira Nejama Neta Nirit Nizrit Noa Nofek Nofia Noga

O

Oda Odera Ofna Ofra Or Orel Orit Orla Orli Orna Ornat Ozna

P

Peer Peninit Peraj Pilea Pileith Pilit Pirjia Piuta Pnina Pora Prili Primor

R

Raanana Rajel Rajmiela Rama Raziela Razli Razzi Razziella Reihana Renana Renanith Revital Rika-rikki Rilli Rimona Rina Rinath Rinatia Rishona Ritzpa Riva Rivka Roma Roni Ronit Rujama Ruth

S

Saada Safira-safirit Sagnit Sahar Salmia Sara Sarai-sari Saviona Shalva Shani Sharon Shifra Shiraz Shirit Shirly Shlomit Shoam Shoshana Shulamit Sigal Sigalia Sigalit Sima

 

T

Tal Tal Or-talora Tali Talia Talshajar Tamar Tamara Tami Tamy Telalit Telat Telila Tikva Tjula Tova Tovit Tzipi Tzipora Tzivia

U

Ufara Umarit Uriela Usheret Uziela

V

Varda Vardia Vered Vida

Y

Yaara Yafa Yahava Yardena Yasmin Yedida Yehudit Yemina Yojana Yona Yonit Yorit

Z

Zehava Zemira Zirel Ziv Zivia Zivit Zorahat Zuria Zuriela Zuvit

Tipos de nombres judíos

Primera parte

Bíblicos:

mencionados en los cinco Libros de la Torá o en los Profetas, tales como Abraham, Moshé, Daniel, Dina, Sará.

Talmúdicos:

los que se originan en el Talmud y el Midrash, como por ejemplo, Meir y Jaim.

Derivados de la naturaleza:

algunos mencionados en la Biblia como Java, Devorá, Tzipora y lona; nombres de árboles y frutas, como Tamar, Shoshana, Alón, Oren, Orna y Aviva. De animales, como ser Aryeh, Tzvi y Zeev, que surgen de las bendiciones que Iaacov y Moshé dieran a las diferentes tribus antes de su muerte.

Los que incluyen el nombre de Di-s:

Emanuel, Guedaiah, Shmuel e Ishaiahu. Otros, como lehudá, expresan gratitud hacia Di-s. Nombres de ángeles que han sido adoptados por personas: Mijael, Rafael y Gabriel.

EL NOMBRE ES FUENTE DE VIDA

El nombre dado a la persona está intrínsecamente ligado a su alma y su vida.

Realmente actúa como el canal por medio del cual la fuerza vital fluye al cuerpo. Cada letra tiene una Fuerza Divina única; de esa manera, cada objeto creado tiene su propia forma y su esencia especial directamente ligados a las letras hebreas que forman su nombre.

De la misma manera, la vida del alma, mientras está en el cuerpo de la persona, llega a través de las letras hebreas que forman su nombre.

Según el Midrash Bereshit Rabá 17, Di-s le dijo a los ángeles que la sabiduría de Adán era superior a la de ellos porque él pudo reconocer la raíz espiritual de cada animal y darle su nombre hebreo en concordancia. También se menciona que cuando se quiere volver a la vida a una persona desmayada, se le debe llamar por su nombre judío, porque ello despierta su fuente vital y regresa su alma al cuerpo, reanimándola.

El Talmud ofrece numerosos ejemplos que demuestran el tipo de influencia que el nombre puede ejercer sobre el carácter de una persona.

Rabí Meir tenía la costumbre de preguntarle a la persona su nombre antes de cerrar cualquier trato con ella. Rabí Iosef Caro, autor del Shulján Aruj -Código de Leyes Judías -estableció que alguien que se llama Abraham estará naturalmente inclinado a hacer el bien, como lo hizo el patriarca Abraham, mientras que quien se llama Iosef seguramente tendrá la tendencia a alimentar a otros, bien sea en un plano físico o espiritual, tal como lo hizo Iosef en Egipto.

Nos llamamos Semitas porque descendemos de Shem, que significa Nombre.

Llamamos a Di-s HaShem, “EI Nombre”. En otras palabras, nuestra relación con los nombres es de naturaleza mística; sugiere un elemento misterioso e imperceptible, cuyas raíces se adentran en lo desconocido.

¿Quien pone el nombre?

Sólo el padre y la madre tienen el derecho de ponerle el nombre a sus hijos.

El Arí Z”L, Rabí Isaac Luria, padre de la Escuela Luriánica de la Cabalá, escribe que cuando un niño nace, Di-s pone en boca de los padres el nombre que corresponde al alma de este niño. Aun cuando el privilegio de poner nombre al niño se alterna entre el padre y la madre, hay diferentes costumbres acerca de a quién le corresponde el nombre del primer hijo.

En caso de dudas, se debe consultar al Rabino. No es apropiado hablar sobre el nombre del niño antes de su nacimiento. Tampoco corresponde registrar su nombre antes de la circuncisión en el caso del varón o el nombramiento en la Aliá a la Torá, en el caso de una niña.

Cuando nace una niña, es preferible darle nombre en la primera oportunidad en que haya Lectura de la Torá, el lunes, el jueves o el sábado en la mañana. Se acostumbra celebrarlo con una comida festiva.

La costumbre de Ashkenazí es la de no poner a sus hijos el nombre de personas en vida, mientras que en la tradición sefaradí se considera un gran honor para el padre dar a su hijo el nombre de su padre, el abuelo del niño. Si los abuelos de ambas partes tienen el mismo nombre y uno de ellos ha fallecido, no es correcto ponerle su nombre al niño, si el abuelo que vive se siente ofendido.

Si el padre tiene en mente un nombre para el niño, pero por error le dice al Mole -quien practica la circuncisión- un nombre distinto, hay que ponerle al niño el primer nombre. Se puede dar a un niño el nombre de una persona que haya fallecido enseguida después que el bebé haya nacido. A un huérfano que haya nacido inmediatamente después de la muerte de su padre se le debe dar el nombre de este. Hay quienes acostumbran dar al niño el nombre de alguna persona mencionada en la Sección Semanal de la Torá.

Un niño que muere antes de recibir su nombre, lo recibe antes de su sepultura. Algunas personas tienen la costumbre de llamar a la niña nacida en Purim con el nombre de Ester, y al niño con el de Mordejai.

¿Quién tiene derecho a ponerle nombre a un niño?

1) El padre y la madre tienen el derecho de ponerle nombre a su hijo.

2) Ninguna otra persona (aparte de los padres) tiene el derecho de ponerle nombre al niño.

3) Con respecto a quien de los dos (el padre o la madre) tiene prioridad para nombrar a su hijo primogénito-hay diferentes costumbres. De acuerdo a una costumbre, el derecho a nombrar al primer hijo pertenece al padre, el nombre del segundo hijo pertenece a la madre, y así, alternativamente.

4) Algunos dicen que esta práctica también cumple con la obligación de honrar al padre, si alguno llama al primer hijo como su padre (o sea el abuelo del niño). Por el otro lado, si él no llama al niño como su padre, denigra su honor; esto implica una prohibición, y él será castigado por ello.

5) Algunos dicen que si uno da el nombre de algún miembro de la familia de su padre (no necesariamente de su padre mismo), esto también constituye honrar al padre.

6) Otros están en desacuerdo, diciendo que solamente si los padres del niño no tienen padres vivos, deben primero nombrar al hijo como su padre (o sea el abuelo paterno del niño). Sin embargo, si los padres del niño tienen padres vivos, el derecho de nombrar al primer hijo corresponde a la familia de la madre.

7) De acuerdo con otra costumbre, el derecho de nombrar al primer hijo pertenece a la madre.

8) Algunos tienen la costumbre que el nombre de una hija pertenezca a la madre.

9) Si a un niño se le dan dos nombres, uno el de su abuelo paterno, y el otro como su abuelo materno, el nombre de su abuelo paterno debe ir primero.

10) Si la madre del niño le pone el nombre y luego llega el padre y desea darle un nombre diferente, algunos dicen que el padre puede cambiar el nombre. Otros dicen que el nombre dado por la madre queda como el verdadero y el padre no puede cambiarlo. Aún hay otros que dicen que el padre puede agregar un nombre, pero no cambiar el nombre completamente.

Sin embargo, si la madre ha suprimido el nombre del padre enteramente, o sea, han llamado al niño “ben… (hijo de…)”, usando el nombre de otro hombre en lugar del padre real, el nombre dado en el brit es nulo e inválido, como si al niño no se le hubiera dado nombre del todo.

11) Si nace una niña y su madre le da un nombre (a través de su padre-el abuelo materno de la niña-quien sube a la Torá y le da el nombre), y el padre de la criatura está en otro lugar en ese momento (sin saber que le han dado a ella un nombre), y le da un nombre diferente, el nombre dado por el padre es el verdadero.

12) Si el primer hijo muere antes de que se le dé el nombre (o sea, antes del brit), el derecho de dar nombre al próximo hijo es retenido por aquel a quien el derecho le pertenecía originalmente.

13) Si nacen mellizos, y el que nace primero es débil, requiriendo que su circuncisión sea postergada; y el segundo hijo es saludable, y es circuncidado en fecha; el derecho de nombrar a este segundo hijo pertenece a aquel que tenía originalmente el derecho (aún a pesar de que esa criatura nació segunda).

¿Cuando se debe dar nombre a un niño?

1) El tema de qué nombre darle al niño no debe ser discutido antes que la criatura haya realmente nacido.

2) El nombre del niño no debe ser registrado en las oficinas de las autoridades civiles antes del brit.

3) La costumbre es darle el nombre al niño inmediatamente después de haberlo introducido en el pacto de Abraham Avinu, el Brit.

4) Un niño que ha nacido circuncidado es nombrado en el momento de hatafat dam brit.

5) Con respecto a un niño que no puede ser circuncidado en tiempo, hay varias costumbres acerca de cuándo ponerle nombre. Algunos dicen que es nombrado cuando el padre es llamado a la Torá. Otros dicen que es mejor preocuparse en nombrar al niño en el transcurso de los ocho días del nacimiento, luego la obligación es delegada sobre él, y así, posteriormente él puede ser catalogado como incircunciso. Otros tienen la costumbre de postergar el darle el nombre hasta el brit, aún cuando éste ocurra muchas semanas después.

6) Si el niño es un varón primogénito, y están obligados a redimirlo, y el brit debe ser postergado; se le da el nombre en el momento del pidión haben (redención del primogénito), y no se debe esperar hasta la circuncisión.

7) Si nace un niño y es necesario orar por su salud, se le debe dar el nombre inmediatamente, y entonces se puede orar por él.

Dar a un varón un nombre femenino y viceversa

1) Algunos dicen que se puede nombrar a un hijo varón como a una mujer. Otros sostienen que es mejor no convertir un nombre femenino en uno masculino.

2) No es apropiado nombrar a una niña como a un varón. Algunas autoridades disienten, y tienen la costumbre de dar nombres de hombres a mujeres.

Nombres comunes tanto para hombres como para mujeres

1) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo un nombre que es común tanto para varones como para mujeres.

2) Algunos toman cuidado de no casarse con una mujer cuyo nombre es el mismo que el de ellos.

3) Si un novio tiene el mismo nombre que su futura suegra, o si la novia tiene el mismo nombre que su futuro suegro, no hay motivo para preocuparse, y la novia y el novio pueden casarse uno con el otro.

Nombres que contienen el nombre de Di-s

1) En los días de antaño la gente prefería dar a sus hijos nombres que contenían el Nombre de Di-s, o nombres que expresaban alabanza y agradecimiento a Di-s. Por ejemplo, el prefijo E-l en los nombres Elkaná, Eljanán, Eliezer, Elazar; el prefijo I-h en los nombres Iehoshúa, Iehoiakim, Iehoiadá; el sufijo E-l en los nombres Shmuel, Ierajmiel, Iejezkel; el sufijo I-h en los nombres Ieshaiah, Ovadiáh, etc.

2) Cuando se escribe el nombre de Di-s-por ejemplo, Elokim-un guión debe ser insertado en la palabra [E-lohim].

3) Con respecto a nombres que contienen el Nombre de Di-s, no estamos obligados a insertar un guión entre las letras que forman el Nombre de Di-s (por ejemplo, Shmue-l). Sin embargo, algunos practican un grado de piedad extra y acostumbran insertar un guión entre las letras iud-hei o entre las letras alef-lamed.

4) Con muchos nombres, nosotros llamamos a la persona por su correspondiente sobrenombre. Por ejemplo: Eljanán = Jone; Eliahu = Eli; Eliezer = Leizer; Guedaliahu = Guedalia; Iehudá = Iudl. La razón para esto es que esos nombres contienen el Nombre de Di-s.

Poner a los hijos nombres de lugares

Encontramos en el Tanaj nombres de personas que son idénticos a nombres de lugares. Por ejemplo: Efrat es el lugar donde Rajel Imenu murió y fue sepultada (Génesis 48:7). Este nombre también aparece en las Crónicas 2:19 como el nombre de la esposa de Calev. Similarmente, Edóm, el nombre de un lugar, es mencionado en Parshat Toldot como el nombre de Esav. Hay otros casos similares.

2) En nuestros días hay algunos nombres recientemente inventados, usados principalmente en Eretz Israel, que son al mismo tiempo nombres de lugares y nombres de personas. Por ejemplo, los nombres masculinos Arnon, Givón, Geva; y los nombres femeninos Kineret, Eilat, Carmella, etc.

3) Hay quienes dicen que no se debe dar al hijo dos nombres, uno de los cuales sea también un nombre de lugar, como Reuven Jevroni, pues más tarde esto puede resultar en problemas legales.

 

Libro: ¿QUE HAY EN UN NOMBRE? de EDITORIAL BNEI SHOLEM

¿Cómo aprendemos?

El aprendizaje se lleva a cabo en tres etapas: vaciar el recipiente, convertirse en un recipiente y llenar un recipiente.

Vaciar la vasija: antes de que podamos aprender, tenemos que vaciar nuestra mente de ideas preconcebidas, pensamientos, cualquier conocimiento que tuviéramos antes de llegar a la clase. Incluso las respuestas y las preguntas deben eliminarse.

En resumen, debemos tener espacio en nuestra mente para recibir. En la medida en que tengamos pensamientos, propios o de lecciones anteriores, no podremos recibir lo que el maestro desea darnos en esta lección. (A este respecto, se dice de Rabí Zera que ayunó cien ayunos para poder “olvidar” el Talmud de Babilonia, a fin de aprender el Talmud de Jerusalém). Entonces, para aprender, debemos venir con una mente abierta o vacía.

Y a veces eso significa que primero debemos desaprender ideas o “hechos”. Convertirse en un recipiente: La primera etapa por su naturaleza es pasiva. Requiere una negación del yo, una eliminación del ego.

Sin embargo, si todo lo que hacemos es escuchar y recibir, no hemos asimilado la lección, no la hemos hecho nuestra. La siguiente etapa, entonces, requiere que trabajemos con el material, lo cuestionemos, discutamos sobre él, luchemos con él. En esta etapa, debemos usar nuestro intelecto; debemos activar y comprometer nuestro ego.

Llenar el recipiente: La etapa final del aprendizaje ocurre cuando el estudiante alcanza el nivel del maestro, cuando el estudiante no entiende en resumen o por alusión, pero capta todas los alcances de una idea. El alumno que comprende los conceptos en profundidad, y más aún, el alumno que puede aportar sus propios conocimientos, ese alumno se ha convertido en un igual al maestro.

Sin embargo, para hacerlo, el estudiante debe extenderse, trascender sus limitaciones intelectuales y, en cierto modo, superarse a sí mismo. Si el aprendizaje en general sigue este proceso de tres etapas, entonces este procedimiento se aplica aún más cuando el tema a adquirir es el conocimiento Divino contenido en nuestra sagrada Torá.

Primero, debemos anularnos, dejar de lado nuestras concepciones ‐ o preconcepciones ‐ de lo que es la Torá o lo que la Torá requiere. Como declaramos en el Sinaí, “haremos y aprenderemos” ‐ primero, como sirvientes, seguimos las instrucciones, no porque las comprendamos o estemos de acuerdo, sino porque eso es lo que debemos hacer.

A continuación, sin embargo, debemos luchar para comprender, entender y poseer la Torá a nivel intelectual y personal. Pero si nos detenemos ahí, nuestra comprensión de la Torá corre el riesgo de ser medida y limitada por nuestra propia capacidad intelectual. Nuestras mentes humanas, incluso las más grandes, no pueden contener la Torá.

Por lo tanto, debe haber otra etapa final: el “salto cuántico” de la inspiración Divina. A través de las dos primeras etapas creamos las condiciones para la tercera, una mini‐revelación, por así decir una recreación en miniatura dentro de cada judío, de la entrega de la Torá.

Guet: El divorcio judío

Guet: El documento de divorcio judío De acuerdo con la ley bíblica, una pareja casada se libera de los lazos del matrimonio solo mediante la transmisión de una carta de divorcio del esposo a la esposa.

Este documento, conocido por su nombre arameo, “guet”, sirve no solo como prueba de la disolución del matrimonio en caso de que uno o ambos deseen volver a casarse, sino que en realidad efectúa el divorcio.

Si bien la ley judía exige que uno siga la ley del país y también requiere un divorcio civil, este no sirve como sustituto de un guet halájico (conforme a las restricciones de la ley judía).

Sin un guet, no importa cuánto tiempo esté separada la pareja, y no importa cuántos documentos civiles puedan tener, a los ojos de la ley judía, la pareja todavía está 100% casada. El matrimonio no es solo un acuerdo entre dos individuos que puede disolverse a voluntad, es una unión de almas.

El mismo Di‐s que prescribió una fórmula para la fusión de las almas, la fórmula que se sigue bajo el dosel nupcial, también dio instrucciones detalladas sobre cómo estas dos almas pueden volver a un estado de independencia.

El guet es un documento fechado y atestiguado en el que el esposo expresa su intención de divorciarse de su esposa y romper todos los lazos con ella. El guet es escrito por un escriba experto. Cada guet se adapta individualmente a la pareja que se divorcia en particular.

Una de las reglas más importantes que rigen la escritura del guet es el requisito de que se escriba específicamente para el esposo y la esposa que lo usarán. Aunque técnicamente el guet se puede escribir en cualquier idioma, siempre que contenga las palabras y frases clave exigidas por la ley judía, la costumbre judía universalmente aceptada es escribirlo en arameo.

También es una antigua tradición que el guet se escriba en doce líneas (el valor numérico de la palabra hebrea “guet”). Los testigos firman debajo de la duodécima línea.

Solteros y casados

Respecto al versículo: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré una ayuda frente a él” podemos observar un hecho curioso; por un lado el versículo utiliza la palabra ayuda (compañía) a la vez que utiliza el término frente a él (en su contra).

Explican nuestros Sabios que en el matrimonio existen ambas posibilidades: Si el comportamiento de ambos es con amor, respeto y una buena conducta, esto es una “ayuda” (vale decir que complementan uno al otro), pero si el comportamiento de uno no es correcto, esta relación se transforma en su oposición.

Un buen matrimonio es el mejor estado para el hombre, mientras que uno malo puede llevar al hombre a la máxima tristeza. El éxito o fracaso del matrimonio sólo depende de nosotros. La Torá nos da la guía de cómo lograr for‐ mar un matrimonio feliz hasta la vejez. –

Ahora: ¿Cual es una buena conducta?

Una de las conductas que la Torá indica como fundamental para lograr las bases de un matrimonio exitoso, es la observancia de la pureza familiar (baño ritual‐Mikve). Al respecto de este mandamiento está escrito en el Talmud: “Dijo Rabí Meir, un motivo por el cual la Torá prohíbe el contacto físico entre la mujer y su marido hasta después de contar siete días limpios después de su ciclo”, es por‐ que si pudieran estar ininterrumpidamente juntos, esto provocaría un cansancio del uno hacia el otro.

Como resultado buscarían novedades y, de hallarlas se quebraría el matrimonio, mientras que el no hallarlos causaría la desaparición de cualquier tipo de deseo, lo que podría desembocar en un fastidio mutuo. Al cabo de los días de separación prescritos por la Torá, la pareja vuelve a unirse con deseo renovado y un cariño similares al día de la boda.

El niño y su héroe

“¿En las vestimentas de quién se viste mi hijo?”… “¿Quién se está convirtiendo en el héroe tras cuyas pisadas es muy probable que mi hijo transite?”…

La crianza del niño asume dos responsabilidades primarias: proteger a nuestros niños de lo que es malo y darles lo que es bueno. En estas épocas de turbulencia la responsabilidad puede parecer gigantesca a causa de los numerosos obstáculos. En tanto la ciencia médica mejora drásticamente la salud de nuestros niños, la excesiva decadencia moral de la sociedad de hoy amenaza su salud emocional y mental. A fin de bosquejar algunos conceptos de una sólida educación judía, podemos comenzar con una mirada a las necesidades psicológicas del pequeño niño y el modo en que éstas se logran.

 

El estudio de la psicología infantil es el estudio de un fenómeno ya existente en cada niño. 

Pero éste es subestimado por muchos educadores pues es por demás intangible y difícil de medir. Sin embargo, puede iluminar el cómo y el por qué de la conducta y actitudes del niño — cómo estudia, cómo practica las mitzvot y cómo hace frente a los problemas de la vida cotidiana.

Dentro de cada niño hay una “habitación secreta”. Allí, él guarda una personalidad especialmente animada — su héroe y modelo en la vida. El juega con su héroe, se viste como su héroe, y se comporta como su héroe. A veces, un nuevo héroe ocupa el lugar de otro anterior, o ambos se sientan uno junto al otro. Es nuestra obligación asegurar que estas “habitaciones secretas” sean llenadas con héroes e ideales judíos.

Los niños se ven fascinados por “figuras heroicas”. Estas actividades y logros de sus héroes los marcan como tan sobresalientes y los hacen aparecer cuasi mágicos, más aún que simples seres humanos. Ellos parecen avanzar hacia sus metas propuestas con saltos; el peso de su personalidad y el de su carácter son en sí suficientes para ocasionar que los obstáculos se disipen. El héroe es cultivado por el niño hasta convertirse en un poderoso gigante que puede desafiar y superar toda restricción. Ser capaz de tales proezas no exige gran brinco de fe para el joven niño, pues él considera la frontera entre lo real y la fantasía como artificial y de fácil remoción.

A veces él vive con su héroe, imitándolo en cada detalle. Juega con entusiasmo igual que su héroe, especialmente en Purím.

Su carácter infantil lo hace convertirse en el mismísimo personaje a quien está imitando. Si observamos a los niños durante sus juegos, vemos con cuánta facilidad pretenden ser ‘alguien’.

Esta actuación externa de ellos tiene una poderosa influencia sobre su conducta. Cuanto más frecuente un niño se comporta durante el juego con cierta modalidad de conducta, es más probable que él habrá de actuar de la misma manera incluso cuando no está jugando. El hábito se convierte en una segunda naturaleza.

Es debido a su propia necesidad psicológica que el niño busca una figura—héroe. En un mundo orientado hacia el adulto, los niños se sienten insignificantes muchas veces. En algunas familias, pueden sentirse aislados o “puestos bajo la sombra” por hijos mayores o más dominantes. Algunas veces se sienten ignorados a causa de la atención que recibe un niño menor que él. En tanto la familia crece, un hijo no puede quedar siempre ante el blanco de enfoque, recibiendo la atención indivisible del padre y la madre simultáneamente. Tarde o temprano, sus hermanos mayores o menores lo empujan a una posición posterior. El niño se siente negado: ¿qué he hecho para merecer semejante trato?

Hay otras frustraciones que el niño experimenta en su crecimiento. Cuando pequeño, su madre lo hace todo por él, calmando todas sus necesidades. Mientras crece, sin embargo, y se van desarrollando sus habilidades, su madre demanda apropiadamente que él asuma cada vez mayores responsabilidades por sus necesidades y bienestar. Pero el niño no entiende, necesariamente, todavía, por qué su madre está haciendo menos por él. Él puede comenzar a preocuparse por esta pérdida de ayuda maternal y su aparente falta de atención. Por supuesto está contento y orgulloso de sus nuevas habilidades adquiridas. Pero é1 no las asocia con la simultánea pérdida de la atención materna. Y naturalmente, siente la falta de atención como la falta de afecto.

Es cierto, ahora es capaz de hacer mucho más que antes. Pero él todavía está concientizado de sus propias inhabilidades. Alrededor de él, todos son gente mayor que él, que hacen más que él y mejor que él. Su tamaño convierte en imposible incluso tareas simples como la de encender la luz, abrir la puerta, o cruzar solo la vía pública.

Estas limitaciones son aceptadas, forzadamente, por los niños. No tienen otra opción. Pero no están contentos con ellas. Vemos como un niño muestra a cualquier adulto interesado incluso sus logros más triviales: ponerse solo los zapatos, o colgarse, sin asistencia, de la rama de un árbol. Para el niño, éstos son éxitos importantes: “¡Mira lo que yo puedo hacer!”.

¡Cuán derrotado se siente el niño ante las más simples actividades cotidianas que él aún no puede realizar!

A fin de ablandar el impacto psicológico de estas dificultades naturales del crecimiento, para compensarlo e infundirlo de optimismo y ánimo, el niño da rienda suelta a su imaginación. Él redibuja al mundo del modo en que él quiere que sea. Y es su héroe el que mejor ejemplifica qué es lo que le gustaría ser a él mismo.

Mediante su héroe, él abandona sus propias vestimentas y se introduce en las de su propio hombre poderoso favorito, quien es capaz de lograr todas aquellas maravillosas cosas que él no puede lograr aún. Puede ser que aún ignore cómo atar sus propios zapatos o en qué día de la semana se encuentra, pero su héroe puede saltar encima de edificios altos, vencer inmensos ejércitos, o mostrar a cualquiera quién es el que manda.

Educación

La figura del héroe ayuda al niño a llenar una necesidad psicológica, asistiéndole a mitigar sus propios dolores de crecimiento. A través de su héroe se siente estimulado a alcanzar más allá de sus sentimientos de ineptitud.


Empero, e1 niño es aún inmaduro. Aún no puede distinguir qué héroes son recomendables como modelos funcionales y cuáles no. En nuestra compleja sociedad, donde un vasto número de individuos de variadas culturas, preparaciones y filosofías de vida conviven en largos conglomerados, existe un verdadero peligro de que el niño se vea atraído a imitar a individuos de cuestionable o bajo carácter, a quien él podría buscar emular.


Los padres cargan la responsabilidad de hacer el máximo esfuerzo para proteger a sus hijos de los excesos de la sociedad moderna, los que son evidentes incluso para aquellos que prefieren no mirar. El crimen violento, las drogas, y otros tipos de escapismo, todos vientos fatales que transportan la semilla de la autodestrucción, se han tomado más y más prevalecientes.

Un niño que vive en nuestra “sociedad libre y abierta” está constantemente bombardeado con ideas y oportunidades destructivas y degradantes.
Los niños deben verse protegidos de toda esta calamidad. Así como ninguna madre que se autoestime permite a su hijo cl libre dominio de la selección de qué alimentos comer (de otro modo se alimentaría solo de caramelos…), del mismo modo debe ser al seleccionar alimento. para la nutrición psicológica y espiritual.

Debemos asegurar que la escala de valores y su stimuli, la información que penetra a través de sus ojos y a través de sus oídos sea lo suficientemente nutritiva en el sentido espiritual, a fin de asegurar su bienestar mental y emocional. Pues son estas percepciones las que se convierten en cimientos de los pensamientos y emociones del niño respecto de sí y del mundo exterior.


Los filósofos de antaño solían comparar la mente del niño a una pizarra limpia. Todo lo que el niño oye o ve se registra en su mente y conforma la suma total de su conocimiento. Su conducta corresponderá naturalmente a su conocimiento puesto que ello es la imagen global, para él del mundo. Lo que él ve es, probablemente, lo que hará.