El mito de la caridad

Los judíos no creen en la caridad. No te dejes engañar por su filantropía legendaria, por su saturación de movimientos sociales y humanitarios. Los judíos no practican la caridad, y el concepto es virtualmente inexistente en la tradición judía.

En vez de caridad, el judío da tzedaká – la palabra significa “rectitud” y “justicia”. Cuando el judío contribuye con su dinero, tiempo y recursos al necesitado, no está siendo benévolo, generoso o “caritativo”. Él está haciendo lo que es correcto y justo.

Se cuenta una historia acerca de un jasid adinerado que recibió una carta de su Rebe, Rabi Abraham Yehoshua Heshel de Apta, solicitándole que le diera 200 rublos a un amigo jasid para salvarlo de la ruina financiera. Este jasid rico contribuía regularmente con su Rebe en acciones caritativas, pero esta carta en particular le llegó en un duro momento financiero y contenía un pedido de una suma excepcionalmente grande. Después de cierta consideración, el jasid decidió no responder al pedido del Rebe.

Al poco tiempo la fortuna del jasid comenzó a disminuir: Una de sus empresas fracasó gravemente, luego otra y al poco tiempo había perdido todo.

– “Rebe”- gritó, cuando pudo lograr una audiencia privada con su Rebe, Rabi Abraham Iehoshua, “Yo sé por qué me ha sucedido esto. ¿Pero fue mi pecado tan terrible como para merecer tan severo castigo? ¿Acaso es correcto castigar sin advertencia? ¡Si usted me hubiese dicho la importancia de dar esos 200 rublos, hubiera seguido sus instrucciones al pie de la letra!”

“Pero tú no has sido castigado de ninguna manera”- contestó el Rebe

– “¿Qué me está diciendo? ¡He perdido toda mi riqueza!”

– “Nada tuyo fue tomado de ti” – dijo el Rebe. “Cuando mi alma bajó a la tierra, cierta cantidad de recursos materiales me fue asignada para usarla en mi trabajo. Sin embargo dedique mis días y noches a rezar, estudiar, enseñar Torá y asesorar a aquellos que vienen a mí en busca de orientación y no dejé ningún tiempo para la tarea de administrar todo ese dinero. Estos recursos fueron puestos en la confianza de un número de ‘banqueros’ – gente que podía reconocer reconocería la importancia de apoyar mi trabajo. Cuando no pudiste llevar a cabo tu papel, mi cuenta contigo fue transferida a otro banquero.”

En nuestro mundo, tan evidentemente – y a veces violentamente – dividido entre la prosperidad y la pobreza, existen dos perspectivas generales en abundancia y característica:

a) Que éstas son las posesiones legítimas de los que las ganaron o heredaron. Si eligen compartir incluso una pequeña parte de las mismas con otros, esto es un acto noble, digno de alabanza y ovación.

b) Que la distribución desigual de los recursos terrestres entre sus habitantes es una parodia. Poseer más que otros es una injusticia, incluso un crimen. Dar al necesitado no es una “buena acción” sino la rectificación de error.

La tradición judía rechaza ambas opiniones. De acuerdo a ley de la Torá, dar al necesitado es un mitzvá – un mandamiento y una buena acción. Esto significa que, por un lado, esto no es un acto arbitrario, es solamente un deber y una obligación. Por otra parte, es una buena acción – un crédito para aquel que reconoce su deber y lleva a cabo su obligación.

El judío cree que la abundancia material no es un crimen, solamente una bendición de Di-s.

Una persona que fue bendecida por la riqueza, debe verse a sí mismo como a un “banquero” de Di-s – una persona privilegiada, en la que Di-s deposita su confianza para entregar los recursos de Su creación a otros.

Di-s podría asignar porciones iguales de Su mundo a todos sus habitantes. Pero entonces este mundo no sería solamente nada más que una exhibición de las energías creativas de Di-s, predecible como un juego de computadora y estático como una exhibición de museo. Di-s deseó un mundo dinámico en el cual el hombre, es también un creador y abastecedor. Un mundo en el que cual los controles, se han entregado hasta cierto punto a los seres que tienen la energía de elegir entre satisfacer o renunciar su papel. Así la ley judía requiere que cada individuo de tzedaká – incluso si uno mismo es sostenido por la tzedaká de otros. Si el propósito de la tzedakáa fuera simplemente rectificar la distribución desigual de abundancia entre ricos y pobres, esta ley no tendría ningún sentido. Tzedaká, sin embargo, es mucho más que eso: es la oportunidad concedida a cada persona para sentirse un “socio con Di-s en la Creación.”

Dar tzedaká es, sobre todo, una lección de humildad. Frente a nosotros se encuentra un ser humano menos afortunado que nosotros. Sabemos que Di-s podría proveerlo fácilmente de todo lo que él requiere, en vez de enviárselo a través de mí.

¡Aquí hay una persona que está sufriendo pobreza para darnos la oportunidad de hacer un hecho de Sagrado! De la misma manera, si la Providencia Divina nos coloca en el papel de recepción de un acto caritativo, no debemos sentirnos desmoralizados por la experiencia. Para nosotros que sabemos que Di-s podría fácilmente proporcionarnos todas nuestras necesidades y que nuestra situación actual es simplemente para conceder a otra persona la capacidad de hacer un hecho Sagrado. Nuestro “benefactor” nos está dando el dinero o cierto recurso; nosotros le estamos dando algo mayor – la oportunidad de ser un socio de Di-s en la Creación. En las palabras de nuestros sabios: “más de lo que el hombre rico hace por el pobre, el pobre hace por el hombre rico.”

Por Yanki Tauber, basado en las enseñanzas del Lubavitcher Rebe.

¿Quién compuso la bendición para después de las comidas?

La obligación de expresar gratitud a Di-s luego de comer una comida, está escrita claramente en la Torá:

“y vas a comer y serás saciado, y deberás bendecir a Di-s, tu Di-s, por la buena tierra que El te ha dado”.

Los Sabios Talmúdicos han sacado la conclusión de este versículo que la alabanza debe contener tres componentes. Debe incluir gratitud a Di-s por:


1- La comida que han consumido
2- La Tierra Santa
3- Jerusalem

Por lo tanto, estas tres bendiciones de Alabanza son una obligación bíblica. Sin embargo, originalmente, cada persona redactó esas bendiciones de la forma que ellos vieron que quedaba bien. No había un texto estándar.

La estructura, es decir, los conceptos generales que deben incluir, fueron añadidos a las primeras tres bendiciones en etapas:

– La primera vez que el Maná cayo del cielo, Moisés desarrolló la primera bendición, agradeciéndole a Di-s por el sustento.

– Cuando el Pueblo Judío entró a Israel, Ieoshúa estructuró la segunda bendición, agradeciéndole a Di-s por la Tierra.

– Cuando el Rey David fue coronado en Jerusalém, compuso el esquema básico de la tercera bendición, agradeciéndole a Di-s por Jerusalém.

Cuando la construcción del Primer Templo fue completada, el Rey Shlomó agregó a esta bendición la mención del Templo, la joya de la corona de Jerusalém.

Cuando los hombres de la Gran Asamblea instituyeron un texto de plegaria estándar, lo hicieron también con la bendición para después de las comidas.

Ellos desarrollaron un texto básico para estas tres bendiciones, que es el que usamos hasta hoy en día.

La cuarta y última bendición es totalmente rabínica y fue instituida (estructura y texto) por el Sanhedrín en la ciudad de Yavne en el año 3908 (148 AEC).

Esta bendición, alabando a Di-s por ser “bueno y benéfico” fue instituida para conmemorar el tremendo milagro que ocurrió cuando los Romanos permitieron enterrar a los fallecidos de Beitar.

Por: Rab Naftali Silberberg

Lider de la oposicion

Muy poca estima queda por Koraj. Seguro, siempre habrá quienes se quejen, ya sea gente o grupos que, por una razón u otra se encuentran insatisfechos con el orden establecido y no tienen temor de ir al frente y exponer sus puntos de vista. Pero por primera vez en la historia desde el Éxodo, la oposición a Moshé ha sido cristalizada alrededor de un individuo en particular. Por primera vez, los rebeldes y trazadores tenían una figura a la cual podían unirse. 

Koraj sufrió una muerte terrible, sus seguidores fueron exterminados y la rebelión fue aplastada, dejando a los estudiosos y escritores de los siguientes tres milenios sin otra cosa que hacer que unirse a la lista de éxitos y competir en carácter de asesinar a Koraj.  Sabes lo que quiero decir, sólo pon en Google el nombre Koraj, y en 0.13 milésimas de segundo también tú estarás de acuerdo en que será difícil encontrar algo positivo sobre este hombre, entre las 306.000 referencias que hay en la web. Koraj era codicioso, celoso. Koraj fue malicioso, Koraj era presumido. Koraj era el agitador que intentó dominar al mundo. ¡¿Hablamos de una víctima de mala fama?! ¿Qué sucede con la búsqueda de Koraj de iluminación espiritual? Imposible piensas; este hombre atacó a Moshe, y por extensión, desafió a Di-s. ¿Quién puede animarse a salir en su defensa?: Sólo el Rebe de Lubavitch.   

Rescatando lo mejor de las personas 

En un artículo inspirador, el Rebe postula que aunque cuestionemos los métodos e intenciones de Koraj, hay mucho para admirar sobre su propósito. Después de todo, ¿qué fue lo que Koraj demandó? Una oportunidad para intentar llegar al puesto de Sumo Sacerdote. A simple vista, esto parece una oportunidad de ambición, pero desde una perspectiva más sutil, ¿No podría ser éste un ejemplo de un hombre que intenta conectarse con Di-s? Seguro, él perdió el rumbo cuando dejó que este deseo entendible de espiritualidad lo llevara a rebelarse contra Moshé, pero no había nada de malo con su ambición en sí. Debería ser la meta de cada judío servir a Di-s de la manera más fina y significativa posible. Si solo nosotros tuviésemos el deseo de ser Sumos Sacerdotes. Para mí, esta teoría encapsula la única perspectiva del Rebe acerca de los humanos y la humanidad. No se precisa de grandes mentes ni de coraje para unirse a patear a un hombre que está caído, pero no hay muchos afuera que están buscando activamente oportunidades para ayudar a levantar de vuelta a las personas. Desde el punto de vista del Rebe, nadie es verdaderamente malo o insalvable. Nadie está más allá de los límites sin ninguna característica positiva. El truco es enfocarse en lo que es valioso en una persona, construirlo a sus propios ojos, hacer que otros lo estimen, y usar esto como plataforma para construir un nuevo orden mundial. 

El Rebe mandó a sus emisarios a las calles para ayudar a educar y a rescatar a nuestros hermanos y hermanas perdidos, no por trabajo, lástima, o compasión, sino porque él honestamente aprecia a cada judío y a la faceta única de esplendor que cada uno de nosotros trae a nuestro tesoro nacional.

* Por Elisha Greenbaum

Festejando la espiritualidad

El judaísmo ofrece muchas oportunidades para regocijo, alegría y deleite, principalmente las tres Festividades de Peregrinación (Pesaj, Shavuot y Sucot). En lo relativo a estos días festivos Di-s nos ordena: “Vosotros os regocijaréis en vuestra festividad.

Pésaj conmemora el éxodo físico de los judíos de Egipto; Shavuot – la entrega de la Tora; Sucot – la protección en el desierto del calor chamuscante del sol por las Nubes de Gloria. De las tres festividades, Shavuot es obviamente la más espiritual en naturaleza, conmemorando un evento enteramente espiritual.

Las tres Festividades de Peregrinación se supone que serán celebradas no sólo con plegarias y estudio, sino también con fino alimento y bebida.

En ciertas circunstancias, sin embargo, el deleite de Pésaj y Sucot puede ser expresado de una manera totalmente espiritual, renunciando a comida y bebida. Tal sería el caso cuando uno ayuna durante estas fiestas a causa de un sueño aflictivo.

Esto no es así con respecto a Shavuot. En esta fiesta estamos obligados a “comer y regocijarnos, demostrando que los judíos están complacidos y gratificados con el día en el cual la Torá fue entregada”. Ayunar en Shavuot a causa de un sueño perturbador está prohibido.

Parece paradójico que Pésaj y Sucot, las dos festividades que conmemoran primariamente eventos físicos, puedan ser celebradas de una manera totalmente espiritual, mientras Shavuot, que conmemora un evento que es completamente espiritual, debe ser celebrada no sólo espiritualmente, sino también físicamente.

¿Por qué debe ser celebrada así Shavuot?

Shavuot es la revelación de la Divinidad que acompañó la Entrega de la Torá y penetró toda la creación. En las palabras de nuestros Sabios: “El sonido de la entrega de la Torá por parte de Di-s llegó de las cuatro direcciones así como también de arriba y abajo”. Tan temible y todo-abarcador fue este evento que “ningún pájaro gorjeó; ..ninguna vaca mugió; …el mundo estuvo silencioso y mantuvo su paz”.

Además, el sonido de la Entrega de la Torá imbuyó a todo, aún lo inanimado. Por lo tanto, dicen nuestros Sabios, este sonido no produjo eco. Un eco resulta cuando ondas de sonido no son absorbidas por un objeto, sino rebotan fuera de él. Dado que el sonido de la entrega de la Torá por parte de Di-s penetró toda materia, fue imposible para el sonido producir eco.

Esto fue así porque cuando la Torá fue entregada, la esencia depuradísima de Di-s fue revelada, pues Di-s imbuyó a la Torá de Su Esencia. Ya que Di-s es la única entidad que es verdaderamente infinita, el tiempo en que la Torá fue entregada – cuando Su Esencia fue revelada – nada fue impermeable a esta revelación; penetró e imbuyó a toda la creación, aún a la más tosca de las materias corpóreas.

Una fiesta que celebra lo último en revelación espiritual y que también imbuye a toda la creación sin limitación, debe ser celebrada de una manera verdaderamente revelada y sin limitación, incluyendo un modo físico, es decir, a través de comer y beber.

Si ayunar a causa de un sueño aflictivo fuera permitido en Shavuot, esto indicaría que quedó un nivel en el universo que fue impermeable al júbilo de Shavuot. Esto sería contrarío al espíritu de la festividad como un todo, la que proclama que aún el nivel más bajo está “complacido y gratificado” dé recibir la Torá.

Así, Shavuot afecta aún a un individuo que está tan afligido que en cualquier otro tiempo del año sería imposible para él derivar placer de alimento. Shavuot y su júbilo transforman aún a este individuo perturbado, pues él, también, está “complacido y gratificado” de recibir la Torá.

 

Basado en Likutéi Sijot, Vol. IV, págs. 1092-1096; Vol. XXIII, págs. 27-32.

El Banquete del Mashiaj

El octavo día de Pesaj (4 de Abril) está estrechamente ligado a la venida del Mashiaj.

El Baal Shem Tov -Fundador del Movimiento Jasídico- enseñó y reveló que en ese día “brilla una luz del Mashíaj” en el mundo. Por ello también instauró una costumbre que enfatiza la relación especial del último día de Pesaj y Mashíaj: El último día de Pesaj, por la tarde, hizo una comida adicional y la llamó “Seudat Mashíaj”- la comida del Mashiaj. 

La “comida del Mashíaj” -deja en claro que el Mashíaj es parte concreta de nuestra vida. Comemos una comida en honor a él, que está próximo a llegar.

Uno de los elementos más importantes de Pesaj, la festividad que celebra la libertad del pueblo judío, es que sirve como preparación para la Redención completa y eterna a través de nuestro justo Mashíaj.

Así el versículo declara: “Yo revelaré maravillas [en el tiempo de la Redención final que son] semejantes a [aquellas que fueron reveladas en] el tiempo de vuestro éxodo de Egipto”. De hecho, el éxodo de Egipto abrió el canal para hacer posibles a todas las redenciones subsiguientes, incluyendo la final.

Más específicamente: los primeros días de Pesaj se relacionan la mayor parte con el éxodo de Egipto, mientras los últimos días están más estrechamente asociados con la Redención venidera.

Esto puede ser también visto de las Haftarot leídas durante los dos días finales, versando sobre el tema de cada uno de estos días: Uno de los elementos más importantes de Pesaj, la festividad que celebra la libertad del pueblo judío, es que sirve como preparación para la Redención completa y eterna a través de nuestro justo Mashíaj.

Así el versículo declara: “Yo revelaré maravillas [en el tiempo de la Redención final que son] semejantes a [aquellas que fueron reveladas en] el tiempo de vuestro éxodo de Egipto”. De hecho, el éxodo de Egipto abrió el canal para hacer posibles a todas las redenciones subsiguientes, incluyendo la final.

Más específicamente: los primeros días de Pesaj se relacionan la mayor parte con el éxodo de Egipto, mientras los últimos días están más estrechamente asociados con la Redención venidera. Esto puede ser también visto de las Haftarot leídas durante los dos días finales, versando sobre el tema de cada uno de estos días: estilo también causa a su radiación, permear al individuo no sólo en su pensamiento y palabra (algo logrado recitando la Haftará), sino también en su cuerpo físico. Así este concepto es asimilado en el cuerpo real de la persona.

Adicionalmente, celebrar y conmemorar con una comida señala la santidad que impregnará al mundo físico entero cuando Mashíaj venga. Pues en ese tiempo “la gloria de Di-s será revelada, y toda carne observará…”. Este permear de lo material por lo espiritual es mejor comprendido por la santificación del alimento.Dado que el judío – de acuerdo con el principio que todas las acciones de uno deberían ser en aras del Cielo – come aún una comida ordinaria con la intención de traer santidad a este mundo, ¡cuánto más así con respecto a una comida en un día sagrado!

Seguramente, entonces, el especial “Festín de Mashíaj” de Ajaron Shel Pesaj de una vez al año nos permite comprender mejor cómo toda condición física será imbuida de santidad en el tiempo de la Redención.

El efecto de este evento especial no está, por supuesto, limitado al día de Ajaron Shel Pesaj mismo. Más bien, la ¡dea es que debería afectar al judío a lo largo de todo el año, para que todo lo que él haga en relación con el mundo terrenal sea colmado de santidad y espiritualidad, semejante a la espiritualidad que abarcará al mundo con la llegada de Mashíaj.

Además, la lección de Ajaron Shel Pesaj no está limitada a la relación del hombre con el mundo físico, sino que también se vincula con la espiritualidad interior de todo judío.

Pues el nivel de Mashíaj está en el núcleo de toda alma judía. Ajaron Shel Pesaj permite a cada judío revelar este núcleo a lo largo del año, permitiendo, con eso, servir a Di-s con la misma fibra de su ser.

Únase, pues, a la costumbre de comer el próximo domingo 4 de abril por la tarde, último día de Pesaj, una comida que incluya Matzá y se tomen cuatro copas de vino.

El animal que hay dentro de nosotros

Nuestros Sabios dicen que hay que comenzar a estudiar con los niños pequeños el Libro de Vaikrá, que trata acerca de las leyes relacionadas con los sacrificios. Del mismo modo, al iniciarse en el estudio del jasidut, se acostumbra a comenzar con el discurso jasídico  “La persona que va a ofrendar” (Likutei Tora, Rabi Shniur Zalman de Liadi)

Con este discurso se abre frente a nosotros, una luz hacia el mundo interior del servicio a    Di-s. aprendemos que las ofrendas, son un servicio espiritual diario, en el que se debe ofrendar el  “animal” que hay en su corazón, el alma animal.

Rabi  Shneur  Zalman  de Liadi, se detiene en el versículo “La   persona   que   va   a ofrendar de ustedes un sacrificio a Di-s… de los animales, etc”.

Y pregunta ¿por qué en el versículo está escrito cuando la persona que va a ofrendar de ustedes  “y no” la persona de ustedes que va a ofrendar? La explicación es: que el sacrificio es de “ustedes”, tenemos que ofrendar nuestra alma a Di-s y esto se refiere al alma animal que tiene cada individuo. a esta alma, hay que  “quemarla” con el fuego del amor a Di-s, hasta tal punto que ella misma llegue a amar a Di-s.

Convertirlo en bueno Jasidut habla muy poco acerca del instinto del mal cuando se refiere a la lucha interior que se libra en el corazón de la persona, pero si, de la necesidad de doblegar al alma animal.

El alma animal representa los deseos del propio ego, la inclinación y la voluntad de traducir todo hacia una satisfacción y provecho personal. Por aquí pasa el verdadero trabajo del judío.

En uno de los discursos jasídicos, encontramos que: “el nombre del alma animal alude al mismo, que todo su interés es correr detrás del materialismo, como un animal cuyo único interés es comer, dormir y todos los demás asuntos físicos y materiales. el verdadero trabajo es transformar el alma animal y hacerle reconocer que lo verdaderamente bueno es Di-s, Su torá y Sus preceptos. esta es la explicación de nuestros Sabios para el versículo “y amarás a Di-s con todo tu corazón”, (que en hebreo figura la palabra corazón con dos letras  “bet–lebabeja” que podría traducirse como  “tus corazones”), con tus dos instintos.

El camino para lograrlo es por medio de reflexionar en la grandeza de Di-s y Su supervisión sobre todas sus creaciones, y así el alma animal   comienza a sentir que sólo por medio de apegarse a Di-s y a Su torá, alcanzará la plenitud de su deseo, su satisfacción  “personal”  – en toda su magnificencia. 

Domesticando al animal Para que esto suceda, hay que realizar un cambio sustancial en el alma animal. en su situación original, no tiene ninguna noción de los aspectos espirituales.

Comprende y siente perfectamente los deseos mundanos y se siente atraída por ellos, por ello es llamada  “alma animal”, pues en todo lo relacionado con la existencia Divina, es como un animal. Para que ella también comience a sentir   el   buen gusto de los aspectos de la Divinidad, la persona tiene que cambiar su esencia.

Para ello, debemos hablar en su idioma, como cuando queremos domesticar a un animal, debemos ”hablarle” en su idioma y provocar deseos de ejecutar lo que le ordenamos.

Así la persona tiene que explicarle los aspectos espirituales a su alma animal. Por eso debe estudiar y comprender la grandeza de Di-s con su intelecto, profundizar en las cosas una y otra vez hasta que sean comprendidas, por su intelecto físico y material. así le podrá explicar, que le es conveniente amar a Di-s y cumplir con su voluntad.

.

Los diferentes tipos de korbanot

Hay cinco tipos de korbanot (sacrificios):

 

  1. Olá / La ofrenda quemada en su totalidad
  2. Minjá / La ofrenda de harina
  3. Shelamim / La ofrenda de paz
  4. Jatat / La ofrenda por el pecado
  5. Asham / La ofrenda por la iniquidad

 

Los tres primeros tipos de korbanot pueden ser traídos voluntariamente por un judío como regalo a Hashem. Los dos últimos deben ser ofrecidos por un judío después de cometer una averá (pecado). Hashem se siente especialmente complacido por los korbanot que son ofrecidos libremente, y no a causa de un pecado. Por esta razón, se los menciona en la Torá en primer término.

Consideramos a continuación — en ese orden — estos cinco tipos de korbanot

Olá/ La ofrenda olá que es totalmente quemada

La ofrenda Olá puede ser tanto un animal como un ave. Los detalles varían según de cuál se trate.

Un Olá animal

Si una persona desea donar un korbán, puede decir: “He de traer un sacrificio Olá para Hashem.”

Elige entonces un ejemplar macho de los animales de granja kasher — un buey o carnero, o un macho cabrío. El animal no puede tener un mum (defecto) en el cuerpo. El dueño lleva el animal a la Azará, el patio del Bet Hamikdash. Allí apoya ambas manos sobre la cabeza del animal al tiempo que pronuncia Vidui — el reconocimiento del pecado o los pecados por los que trae este korbán.

 Aunque el judío debe traer el olá por voluntad propia, ésta le ayuda a obtener perdón por algunas de sus averot (pecados).

 ¿Cuáles averot perdona Hashem a una persona por traer un sacrificio Olá?  Tres tipos de averot:

  1. Si una persona tuvo malos pensamientos e hizo teshuvá (se arrepintió) por ellos, el korbán Olá expía sus malos pensamientos.
  2. Si, por error, una persona no cumplió con alguna mitzvá de la Torá que debería haber cumplido, y hace teshuvá , la ofrenda Olá ayuda a que su pecado sea perdonado.
  3. El Olá también expía las averot (pecados) que pueden corregirse mediante el cumplimiento de una mitzvá.

 

Olá es uno de los korbanot más sagrados: recibe el nombre de Kodesh Kodashim.

Un ave Olá

 Naturalmente, un sacrificio animal es mucho más costoso que un ave. Si un judío desea donar un Olá a Hashem pero no tiene los medios para comprar o regalar un animal, puede en cambio donar una de las aves kasher, una paloma o tórtola.

Trae el ave al kohen, pero no apoya las manos (semijá) sobre el ave como lo haría con el animal.

 El kohen mata el ave haciendo una incisión sobre la parte posterior del pescuezo (meliká).

 Antes de que el ave sea quemada sobre el mizbeaj (el altar), el kohen le saca el estómago, ya que no puede ser quemado como parte del korbán.

 Nuestros Sabios enseñan esta norma: “No es importante para Hashem el que una persona esté en condiciones de ofrecer un korbán costoso o barato. Lo que Él desea es que la persona traiga el korbán leshem shamaim, por amor a Hashem, y no en busca de honores.” 

Minjá / La ofrenda de harina.

 Hashem dice: “Un judío rico debe ofrecer un animal como sacrificio de Olá. Uno que no está en condiciones de ofrecer un animal, puede ofrecer un ave en su lugar. Y un judío que es demasiado pobre como para dar un ave, puede en cambio traer aceite y harina al Beit Hamikdash. Parte de la masa que se hace con estos ingredientes será quemada sobre el mizbeaj.  La ofrenda de harina recibía el nombre de minjá. La palabra “minjá” significa regalo. Aunque el regalo del pobre a Hashem cueste mucho menos que el animal o el ave del más rico, Hashem lo atesora. Porque Hashem sabe que el pobre podría haber utilizado ese aceite o esa harina para hornear su propio pan, y sin embargo, donó su alimento como regalo a Hashem. Podría hasta pasar hambre a causa de su ofrenda de harina como minjá. Así entonces, Hashem dice: “¡El korbán minjá es tan precioso para Mí como si el pobre me hubiera ofrecido su propia vida sobre el mizbeaj”

 Al igual que el Olá, el minjá pertenece al grupo de korbanot que son Kodshei Kodashim, los sacrificios más sagrados. Hashem desea que el pobre piense: “Aunque no tengo dinero para un korbán animal, puedo traer un korbán del tipo más sagrado.” Por eso, Hashem puso la minjá entre los korbanot más sagrados.

 

Shelamim / La ofrenda de paz

 Hasta ahora hemos examinado dos tipos de korbanot: el Olá y el Minjá. A continuación la Torá explica las leyes de korbán shelamim, la ofrenda de paz.

 

¿Cuándo ofrece un judío Shelamím? Cuando se siente dichoso y desea compartir un plato de carne con su familia y amigos — pero también desea santificar su comida compartiéndola con Hashem y con Sus kohaním. Si alguien ofrece Olá o Minjá no le está permitido comer ninguna porción del korbán. De modo que puede ofrecer un buey o una vaca, un carnero o una oveja, o una cabra como korbán Shelamim.

 El dueño trae el animal a la Azará y apoya las dos manos sobre la cabeza del animal (semijá). Puesto que el korbán Shelamim no expía un pecado sino que expresa alegría y gratitud a Hashem, el dueño del animal no pronuncia Vidui (confesión). En cambio, agradece y ensalza a Hashem al tiempo que apoya las manos sobre la cabeza del animal.

 El kohen salpica una gotas de la sangre del korbán sobre el mizbeaj. Luego una parte del animal es quemada sobre el mizbeaj, una parte es entregada a los kohanim, y el resto es consumida por el dueño y su familia dentro de la ciudad de Ierushalaim.

Una de las razones por las cuales este korbán recibe el nombre de Shelamim, es que trae  “shalom”, paz, a todos los que participaron en él. El dueño ha compartido su alegría con los kohanim, y él y su familia comen la mayor parte del korbán. Puesto que el korbán es compartido por todos, hace que todos ellos vivan en paz y amistad.

 

Jatat / La ofrenda por el pecado

Hasta ahora la Torá consideró tres korbanot : el Olá, el Minjá, y Shelamim. Estos eran traídos por el judío que deseaba hacer un regalo a Hashem.

 Ahora la Torá trata del korbán que el judío debe traer por la averá  (pecado) que cometió. Este korbán recibe el nombre de “Jatat”. La palabra Jatat se origina en la raíz “Jet” que significa “pecar”. Este korbán debía ofrecerse por cierto tipo de pecado  que un judío cometía por equivocación ¿Qué significa pecar “por equivocación”? Esto puede ocurrir de dos formas:

  1. La persona no conoce la halajá (ley judía). Por ejemplo, cocina en Shabat porque no sabe que está prohibido cocinar en Shabat.
  2. La persona está equivocada respecto de los hechos. Por ejemplo, sabe que está prohibido cocinar en Shabat, pero olvidó que hoy es Shabat y cocinó en Shabat.
  3. En ambos casos el judío simplemente se equivocó. Sin embargo, en la Torá dice que cometió una falta, por lo tanto debe traer un korbán Jatat para que Hashem le perdone su pecado.

 

Asham guezelot / La ofrenda por la iniquidad

Además de jatat, la Torá nos enseña sobre otro korbán que se ofrece por cometer una falta: Asham. Hay seis razones por las cuales una persona debe traer Asham, y tres de ellas son mencionadas en nuestra parshá:

  1. La ofrenda de Asham por robar dinero: Digamos que una persona robó dinero de otro judío y luego juró en falso en el Bet Din. Luego se arrepiente y quiere hacer teshuvá. Debe devolver el dinero que robó, más una multa equivalente a una quinta parte. También debe ofrecer un sacrificio llamado Asham Guezelot, la ofrenda de Asham por robar dinero.
  1.   La ofrenda de Asham por utilizar la propiedad del Bet Hamikdash: Está prohibido a los judíos utilizar para su uso personal cualquier objeto que pertenezca al Bet Hamikdash. No puede tomar ninguna parte del korbán que debe ser quemado sobre el mizbeaj o que debe ser comido por los kohanim. Tampoco puede emplear el dinero o los objetos pertenecientes al Bet Hamikdash. Si utiliza cualquier objeto de propiedad del Bet Hamikdash para sí, su pecado recibe el nombre de Meilá, uso indebido de lo que pertenece a Hashem.

 Para enmendar este pecado, debe devolver el objeto, pagar una multa equivalente a una quinta parte sobre el valor del objeto y luego ofrecer un sacrificio Asham denominado Asham Meilot.

  1. El Asham de la incertidumbre:

 Un judío debe ofrecer un Asham Talui en caso de pensar que cometió cierto tipo de averá (pecado), pero no está seguro de haberlo cometido realmente. Por ejemplo, comió carne que contenía grasa. Luego descubrió que la grasa podría haber sido jelev (grasa prohibida). El castigo por comer esto  es karet (muerte prematura y sin descendencia). La persona no está segura de si la grasa que comió era prohibida o no. En ese caso, debe traer un Asham Talui, un Asham de la duda, al Beit Hamikdash. Este korbán recibe el nombre de “Talui” pues retiene el castigo de Hashem hasta que la persona averigua si pecó. Si más tarde descubre que la grasa no era kasher, debe traer un korbán Jatat.

 El único animal que puede traer una persona como Asham es un carnero. El pecador lo lleva al Beit Hamikdash, coloca las manos sobre la cabeza del animal (semijá), y dice Vídui por su pecado. Este korbán pertenece al grupo de los Kodshei Kodashim, el tipo más sagrado de Korbanot.

 

Extraído de “El pequeño midrash dice”  editorial Bnei Sholem: https://www.bneisholem.com.ar/producto/el-pequeno-midrash-dice-vaikra-t-3/

Hay cinco tipos de korbanot (sacrificios):

 

  1. Olá / La ofrenda quemada en su totalidad
  2. Minjá / La ofrenda de harina
  3. Shelamim / La ofrenda de paz
  4. Jatat / La ofrenda por el pecado
  5. Asham / La ofrenda por la iniquidad

 

Los tres primeros tipos de korbanot pueden ser traídos voluntariamente por un judío como regalo a Hashem. Los dos últimos deben ser ofrecidos por un judío después de cometer una averá (pecado). Hashem se siente especialmente complacido por los korbanot que son ofrecidos libremente, y no a causa de un pecado. Por esta razón, se los menciona en la Torá en primer término.

Consideramos a continuación — en ese orden — estos cinco tipos de korbanot

Olá/ La ofrenda olá que es totalmente quemada

La ofrenda Olá puede ser tanto un animal como un ave. Los detalles varían según de cuál se trate.

Un Olá animal

Si una persona desea donar un korbán, puede decir: “He de traer un sacrificio Olá para Hashem.”

Elige entonces un ejemplar macho de los animales de granja kasher — un buey o carnero, o un macho cabrío. El animal no puede tener un mum (defecto) en el cuerpo. El dueño lleva el animal a la Azará, el patio del Bet Hamikdash. Allí apoya ambas manos sobre la cabeza del animal al tiempo que pronuncia Vidui — el reconocimiento del pecado o los pecados por los que trae este korbán.

 Aunque el judío debe traer el olá por voluntad propia, ésta le ayuda a obtener perdón por algunas de sus averot (pecados).

 ¿Cuáles averot perdona Hashem a una persona por traer un sacrificio Olá?  Tres tipos de averot:

  1. Si una persona tuvo malos pensamientos e hizo teshuvá (se arrepintió) por ellos, el korbán Olá expía sus malos pensamientos.
  2. Si, por error, una persona no cumplió con alguna mitzvá de la Torá que debería haber cumplido, y hace teshuvá , la ofrenda Olá ayuda a que su pecado sea perdonado.
  3. El Olá también expía las averot (pecados) que pueden corregirse mediante el cumplimiento de una mitzvá.

 

Olá es uno de los korbanot más sagrados: recibe el nombre de Kodesh Kodashim.

Un ave Olá

 Naturalmente, un sacrificio animal es mucho más costoso que un ave. Si un judío desea donar un Olá a Hashem pero no tiene los medios para comprar o regalar un animal, puede en cambio donar una de las aves kasher, una paloma o tórtola.

Trae el ave al kohen, pero no apoya las manos (semijá) sobre el ave como lo haría con el animal.

 El kohen mata el ave haciendo una incisión sobre la parte posterior del pescuezo (meliká).

 Antes de que el ave sea quemada sobre el mizbeaj (el altar), el kohen le saca el estómago, ya que no puede ser quemado como parte del korbán.

 Nuestros Sabios enseñan esta norma: “No es importante para Hashem el que una persona esté en condiciones de ofrecer un korbán costoso o barato. Lo que Él desea es que la persona traiga el korbán leshem shamaim, por amor a Hashem, y no en busca de honores.”


Minjá / La ofrenda de harina.

 Hashem dice: “Un judío rico debe ofrecer un animal como sacrificio de Olá. Uno que no está en condiciones de ofrecer un animal, puede ofrecer un ave en su lugar. Y un judío que es demasiado pobre como para dar un ave, puede en cambio traer aceite y harina al Beit Hamikdash. Parte de la masa que se hace con estos ingredientes será quemada sobre el mizbeaj.  La ofrenda de harina recibía el nombre de minjá. La palabra “minjá” significa regalo. Aunque el regalo del pobre a Hashem cueste mucho menos que el animal o el ave del más rico, Hashem lo atesora. Porque Hashem sabe que el pobre podría haber utilizado ese aceite o esa harina para hornear su propio pan, y sin embargo, donó su alimento como regalo a Hashem. Podría hasta pasar hambre a causa de su ofrenda de harina como minjá. Así entonces, Hashem dice: “¡El korbán minjá es tan precioso para Mí como si el pobre me hubiera ofrecido su propia vida sobre el mizbeaj”

 Al igual que el Olá, el minjá pertenece al grupo de korbanot que son Kodshei Kodashim, los sacrificios más sagrados. Hashem desea que el pobre piense: “Aunque no tengo dinero para un korbán animal, puedo traer un korbán del tipo más sagrado.” Por eso, Hashem puso la minjá entre los korbanot más sagrados.


Shelamim / La ofrenda de paz

 Hasta ahora hemos examinado dos tipos de korbanot: el Olá y el Minjá. A continuación la Torá explica las leyes de korbán shelamim, la ofrenda de paz.

 

¿Cuándo ofrece un judío Shelamím? Cuando se siente dichoso y desea compartir un plato de carne con su familia y amigos — pero también desea santificar su comida compartiéndola con Hashem y con Sus kohaním. Si alguien ofrece Olá o Minjá no le está permitido comer ninguna porción del korbán. De modo que puede ofrecer un buey o una vaca, un carnero o una oveja, o una cabra como korbán Shelamim.

 El dueño trae el animal a la Azará y apoya las dos manos sobre la cabeza del animal (semijá). Puesto que el korbán Shelamim no expía un pecado sino que expresa alegría y gratitud a Hashem, el dueño del animal no pronuncia Vidui (confesión). En cambio, agradece y ensalza a Hashem al tiempo que apoya las manos sobre la cabeza del animal.

 El kohen salpica una gotas de la sangre del korbán sobre el mizbeaj. Luego una parte del animal es quemada sobre el mizbeaj, una parte es entregada a los kohanim, y el resto es consumida por el dueño y su familia dentro de la ciudad de Ierushalaim.

Una de las razones por las cuales este korbán recibe el nombre de Shelamim, es que trae  “shalom”, paz, a todos los que participaron en él. El dueño ha compartido su alegría con los kohanim, y él y su familia comen la mayor parte del korbán. Puesto que el korbán es compartido por todos, hace que todos ellos vivan en paz y amistad.


Jatat / La ofrenda por el pecado

Hasta ahora la Torá consideró tres korbanot : el Olá, el Minjá, y Shelamim. Estos eran traídos por el judío que deseaba hacer un regalo a Hashem.

 Ahora la Torá trata del korbán que el judío debe traer por la averá  (pecado) que cometió. Este korbán recibe el nombre de “Jatat”. La palabra Jatat se origina en la raíz “Jet” que significa “pecar”. Este korbán debía ofrecerse por cierto tipo de pecado  que un judío cometía por equivocación ¿Qué significa pecar “por equivocación”? Esto puede ocurrir de dos formas:

  1. La persona no conoce la halajá (ley judía). Por ejemplo, cocina en Shabat porque no sabe que está prohibido cocinar en Shabat.
  2. La persona está equivocada respecto de los hechos. Por ejemplo, sabe que está prohibido cocinar en Shabat, pero olvidó que hoy es Shabat y cocinó en Shabat.
  3. En ambos casos el judío simplemente se equivocó. Sin embargo, en la Torá dice que cometió una falta, por lo tanto debe traer un korbán Jatat para que Hashem le perdone su pecado.


  4. Asham guezelot / La ofrenda por la iniquidad

 

Además de jatat, la Torá nos enseña sobre otro korbán que se ofrece por cometer una falta: Asham. Hay seis razones por las cuales una persona debe traer Asham, y tres de ellas son mencionadas en nuestra parshá:

  1. La ofrenda de Asham por robar dinero:

 

Digamos que una persona robó dinero de otro judío y luego juró en falso en el Bet Din. Luego se arrepiente y quiere hacer teshuvá.

 

Debe devolver el dinero que robó, más una multa equivalente a una quinta parte. También debe ofrecer un sacrificio llamado Asham Guezelot, la ofrenda de Asham por robar dinero.

  1.   La ofrenda de Asham por utilizar la propiedad del Bet Hamikdash:

 

Está prohibido a los judíos utilizar para su uso personal cualquier objeto que pertenezca al Bet Hamikdash. No puede tomar ninguna parte del korbán que debe ser quemado sobre el mizbeaj o que debe ser comido por los kohanim. Tampoco puede emplear el dinero o los objetos pertenecientes al Bet Hamikdash. Si utiliza cualquier objeto de propiedad del Bet Hamikdash para sí, su pecado recibe el nombre de Meilá, uso indebido de lo que pertenece a Hashem.

 

Para enmendar este pecado, debe devolver el objeto, pagar una multa equivalente a una quinta parte sobre el valor del objeto y luego ofrecer un sacrificio Asham denominado Asham Meilot.

  1. El Asham de la incertidumbre:

 

Un judío debe ofrecer un Asham Talui en caso de pensar que cometió cierto tipo de averá (pecado), pero no está seguro de haberlo cometido realmente. Por ejemplo, comió carne que contenía grasa. Luego descubrió que la grasa podría haber sido jelev (grasa prohibida). El castigo por comer esto  es karet (muerte prematura y sin descendencia). La persona no está segura de si la grasa que comió era prohibida o no. En ese caso, debe traer un Asham Talui, un Asham de la duda, al Beit Hamikdash. Este korbán recibe el nombre de “Talui” pues retiene el castigo de Hashem hasta que la persona averigua si pecó. Si más tarde descubre que la grasa no era kasher, debe traer un korbán Jatat.

 

El único animal que puede traer una persona como Asham es un carnero. El pecador lo lleva al Beit Hamikdash, coloca las manos sobre la cabeza del animal (semijá), y dice Vídui por su pecado. Este korbán pertenece al grupo de los Kodshei Kodashim, el tipo más sagrado de Korbanot.

 

Extraído de “El pequeño midrash dice”  editorial Bnei Sholem: https://www.bneisholem.com.ar/producto/el-pequeno-midrash-dice-vaikra-t-3/

Mujer extrovertida

Basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch Cortesía de meaningfullife.com 

“Y Dina, la hija de Lea, con quien tuvo con Iaakov, salió a ver a las hijas de la tierra. Y Shjem, hijo de Jamor el Jivita, príncipe de la tierra, la vio; y abusó de ella…” (Génesis 34:1-2) 

En el capítulo treinta y cuatro de Génesis leemos sobre el abuso a Dina, el astuto plan de sus hermanos para mutilar a la gente de Shjem, su rescate, y la destrucción de la ciudad. 

Nuestros Sabios notan que en el primer versículo de todo este suceso, la Torá introduce a Dina como la hija de Lea. Y no es referida como “la hija de Iaakov” o la “hija de Iaakov y Lea”, o incluso como “la hija de Lea y Iaakov”, sino como “la hija de Lea, que tuvo con Iaakov”. Rashi explica: Por su salida, ella es llamada “la hija de Lea”, porque Lea, también, era una “salidora”, como está escrito: “Y Lea salió a recibirlo (Génesis 30:16). En relación a ella está dicho: “Como es la madre, es la hija”. 

A primera vista, parece ser una acusación del comportamiento de Lea y Dina. 

El sello de la mujer Judía es su tzniut, el recato en su vestir y el porte expresado en el versículo (Salmos 45:14), “La gloria entera de la hija del rey está dentro”. 

Una chica judía, parece decir Rashi, no tiene nada que hacer yendo a visitar a las hijas de una tierra pagana; y cuando lo hace, no está actuando como una hija de Iaakov, sino como su madre, que se sabe que en ocasiones embarcó sus propias salidas. Para la hija del rey, que salga de su santuario interno es exponerse a todo tipo de encuentros negativos, como el trágico caso de Dina lo demuestra. 

Esta, sin embargo, no puede ser la intención de Rashi, ya que contradice a su comentario de un versículo previo. Unos pocos capítulos atrás, en donde Iaakov se prepara para el encuentro con su malvado hermano Esav, leemos (Génesis 32:23): “Y Iaakov tomó a sus dos esposas, sus dos sirvientas, y sus once hijos, y cruzó el vado de Yabok”. 

Pregunta Rashi: “¿Qué hay de su hija?” 

¿Dónde estaba Dina? Iaakov la había puesto en un baúl grande y la encerró ahí, para que Esav no la viera. Por esto, Iaakov fue castigado, porque si no la hubiera escondido de su hermano, quizá ella hubiera traído a Esav de vuelta al buen camino. El castigo fue, que ella cayó en las manos de Shjem. 

En otras palabras, fue la aislamiento a Dina, no las salidas de Dina y Lea, la causa de la mala suerte de Dina. Dina no tendría que haber sido escondida de Esav. Su encuentro con el gran mundo perverso no debería haber sido evitado; Iaakov temió que pueda ser dañada por su malvado tío; tendría que haberse dado cuenta, que con la sólida base moral y la integridad incuestionable de ella, podría haber influenciado a Esav para bien. 

Es muy interesante, que también aquí, hay una conexión madre-hija. La Torá (en Génesis 29:17) nos cuenta que los “ojos de Lea eran débiles”. Rashi explica que estaban débiles de llorar: 

“Ella lloraba por la idea de que iba a caer en la suerte de Esav. Porque todos decían: Rivka tiene dos hijos y Laban tiene dos hijas; el hijo mayor (Esav) está destinado para la hija mayor (Lea), y el hijo menor (Iaakov) está destinado para la hija menor (Rajel)” 

Ésta era más que una común especulación; de acuerdo al Midrash, estas parejas fueron ordenadas en el Cielo. Pero las llorosas plegarias cambiaron el decreto celestial, y ambas hermanas se casaron con el justo hermano menor. Pero era Lea el alma gemela potencial de Esav. Si ella misma se sentía inadecuada al desafío de lidiar con la debilidad de él, su hija y heredera espiritual, Dina, podría haber servido como instrumento de la redención de Esav. 

Este es el profundo significado del adagio: “Como es la madre es la hija”, citado por Rashi. Nuestros hijos heredan no sólo nuestros rasgos actuales sino también nuestros potenciales no realizados. Físicamente, una madre de ojos marrones puede transmitir a su hijo el potencial para ojos celestes heredados por su madre pero inactivo en sus genes. Espiritualmente, un padre puede impartirle a su hijo la habilidad de lograr lo que, para el padre, no es más que un potencial sutil enterrado en lo más hondo de su alma. 

Así que la salida de Dina para “hacer sociales” con las hijas de la tierra, estaba totalmente de acuerdo a ella y su madre. Su exposición a un ambiente extraño no la habría afectado adversamente a su feminidad Judía, su gloria interna de una hija del Rey. Al contrario: ella nació con el rol de ser una mujer judía “salidora” que sirve como fuente de iluminación a su alrededor sin comprometer su modestia y recato. Mejor dicho, era el intento de Iaakov de encerrarla que trajo al desastre. Al salir hacia “las hijas de la tierra”, Dina era verdaderamente la hija de Lea, en el sentido positivo. No era la hija de Iaakov, ya que Iaakov insistió en poner su naturaleza extrovertida de lado. 

DENTRO Y FUERA 

En esto se encuentra un mensaje para las mujeres de todas las generaciones: 

La Torá ve a los hombres y a las mujeres como si hubieran sido impartidos por su Creador con distintas características y funciones. El hombre es un conquistador, encargado de enfrentar y de transformar a un resistente y muy frecuentemente hostil mundo. Para este fin, él ha sido suministrado con una naturaleza extrovertida y agresiva, una naturaleza que la aplica constructivamente en la guerra de la vida, la guerra para combatir lo negativo y de redimir los elementos positivos y oportunidades que se encuentran cautivadas en los rincones desolados de la creación de Di-s. 

La mujer es diametralmente opuesta. Su intrínseca naturaleza es no-conflictiva, introvertida, modesta. Mientras los hombres pelean las perversidades de afuera, la mujer cultiva la puridad dentro. Ella es el pilar de la casa, cuidadora y educadora de la familia, guardián de todo lo sagrado que hay en mundo de Di-s. La gloria entera de la hija del Rey está dentro. 

Pero “dentro” no necesariamente significa “dentro de la casa”. La mujer, también, tiene un rol que va más allá de la casa, se extiende a las hijas más extrañas de las tierras más paganas. Una mujer que ha sido bendecida con la aptitud y talento para influenciar a sus hermanas, puede y debe ser una “salidora”, dejando periódicamente su refugio de santidad para alcanzar a aquellos que han perdido la dirección de sus vidas. 

Y cuando lo hace, no necesita y no debe asumir el porte guerrero del hombre. El enfrentamiento no es el único camino de lidiar con el mundo, también hay una forma femenina, un camino gentil, modesto y compasivo, de extraer la bondad de lo malvado que emerge afuera. El enfrentamiento es frecuentemente necesario, pero es también inefectivo y a veces perjudicial. Incluso las batallas más feroces precisan el toque femenino de la mujer extrovertida.