La alegría de Bet Hashoeva

“Quien no vio la alegría de Beit Hashoevá no vio alegría en sus días” (Sucá 51,a)

En la Fiesta de Sucot hay un mandato especial de alegrarse, y la misma fiesta es llamada en nuestras plegarias “Tiempo de nuestra alegría”, Zman Simjateinu. 

Además, hay en esta fiesta preceptos que traen consigo alegría adicional, como ser la alegría de Bet Hashoevá, la cual está ligada con el precepto de verter el agua sobre el altar del Templo de Jerusalem(1). Cuando se extraía el agua del río Shiloaj se festejaba con gran algarabía, “y extraerán agua con júbilo, de los manantiales de la salvación”(2)

La alegría de Bet Hashoevá supera a todas las demás alegrías, al extremo de que nuestros Sabios z”l declararon (3) que: “Quien no vio la alegría de Bet Hashoevá, no vio alegría en sus días”. ¿Qué tiene de especial verter agua sobre el altar como para generar una alegría de tal magnitud?

VINO – ALEGRÍA LIMITADA

En el Sagrado Templo se vertía vino sobre el altar. El derramar el vino se realizaba con alegría y cánticos, y como decía nuestros Sabios z”l (4): “no se recitan cánticos sino sobre el vino”. Pero la alegría de verter agua la superaba totalmente. Esto es sorprendente, puesto que la característica del vino es generar alegría, mientras que el agua no posee elemento alguno que provoque alegría.

Pero en verdad justo aquí está la respuesta. El verter el vino, que alegra por naturaleza(5), genera una alegría ligada a las características y tendencias naturales del hombre. Esta es una alegría limitada en su misma esencia, ya que depende del grado de alegría que puede generar el vino. Mientras que verter el agua refleja una alegría generada por lo Divino, que no depende de la naturaleza humana, por ello es ésta una alegría ilimitada.

AGUA- ALEGRÍA SIN FIN

En ambas mitzvot,- verter el vino y verter el agua,- la alegría está ligada a la santidad del precepto. Sin embargo, en el vertido del vino la alegría de la mitzvá está engarzada con la característica alegre del vino, como decían nuestros Sabios z”l(6): “no hay alegría salvo con el vino”. Eso hace que la alegría sea limitada, ya que la característica del vino que genera alegría es limitada.

En contraposición con ello, la alegría del verter agua no está vinculada con un factor natural. Por el contrario, por su naturaleza, el agua no genera alegría alguna. La alegría surge aquí del aspecto Divino de la Mitzvá,- del hecho que Hashem nos ordenó verter agua sobre el altar. El judío celebra el hecho de que se le dio el privilegio de cumplir con la Voluntad Divina. Es por ello que esta alegría no tiene medida ni límite alguno.

VINO Y AGUA HOY EN DÍA

También hoy existe el verter del agua y del vino en un sentido espiritual. “Verter el vino” significa la alegría al cumplir una mitzvá como consecuencia de una elaboración racional. Siendo que la felicidad proviene de lo racional, que es limitado, también la alegría es limitada.

“Verter el agua” significa una alegría al cumplir los preceptos, que proviene del interior del alma, más allá de la lógica. Cuando un judío se entrega totalmente al Altísimo, al escuchar que Hashem le manda cumplir una Mitzvá no requiere de un análisis intelectual y de una racionalización, y se llena espontáneamente de una poderosa alegría que brota de lo profundo de su alma Divina. Esta alegría no tiene límites, esta es la alegría de Simjat Bet Hashoevá, y quien no tuvo el privilegio de verla “no vio alegría en sus días”.

(Likutei Sijot tomo 24 pag.246)

1. Rambam Hiljot Tmidin Umusafin cap 10:6 2.Ieshaiahu 12:3 3.Sucá 51:a 4.Brajot 35,a 5.Ver Menajot 20,a 6.Psajim 109,a Shulján Aruj Amur Hazakén Oraj Jaim 529 inc. 7

Sincero arrepentimiento

La verdadera morada de un sincero arrepentimiento, es la Sucá.

“…Que tus generaciones sepan que Yo causé que los Hijos de Israel moren en Cabañas”. (Levítico 23:43)

¿Cuál es el significado en el orden del año?

¿Por qué Sucot, la fiesta de las cabañas, viene en seguida después de Rosh Hashaná y Iom Kipur?

Rashi dice en este versículo, que “Sucot“, literalmente “cabañas”, se refiere a las Nubes de Gloria que protegían a los Hijos de Israel cuando salieron de Egipto. Si es así, pregunta Rabeinu Asher (conocido por el nombre de su famoso epítome de la Ley Judía, el “Tur”), ¿Por qué no celebramos Sucot en el mes de Nisan en la Primavera, cuando los Hijos de Israel fueron protegidos por el calor ardiente del desierto por las “Nubes de Gloria”?

El Tur contesta que si las personas saldrían a la Sucá en Nisan, cuando el clima es cálido y seco en la Tierra de Israel, no sería algo muy inusual. Pero si se van de sus casas, a morar en cabañas en el mes de Tishrei (como lo hacemos hoy en día), cuando el clima allí comienza a estar más fresco y húmedo, sería obvio que no lo estamos haciendo por comodidad, sino, para servir a Di-s.

El Jidushei HaRim trae otra respuesta en tradición a los maestros Jasídicos Polacos: Cuando en la Torá, en Parshat Emor, nos describe los detalles de la festividad de Sucot, nos instruye que debemos morar por siete días en la Sucá. “… para que las futuras generaciones sepan que “Yo lo hice morar en cabañas cuando los saqué de Egipto”. (Levítico, 23:43)

Durante todo el año, el judío pelea contra su mala inclinación, cayendo de tiempo en tiempo en la transgresión. Siendo que el Talmud establece que una persona no comete una transgresión a menos que un espíritu de enajenación lo embargue (Tratado de Sotá 3a), todo el año la persona está como sin discernimiento. Sin sensatez, uno no puede cumplir adecuadamente la mitzvá de Sucá.

Un Baal Teshuvá verdadero (arrepentido, retornante), luego de los días de Rosh Hashaná y Iom Kipur, queda sin un lugar al que pueda llamar ‘casa’. El Baal Teshuvá está en su propio mundo, un mundo que incluso los Tzadikim (rectos) no tienen acceso, como establecen nuestros Sabios, “En el lugar en que los Baalei Teshuvá están parados, incluso los Tzadikim absolutos no tienen acceso” (Talmud, tratado de Berajot 34b).   Di-s, que deseaba que el Baal Teshuvá se convierta en quien es, está obligado a su vez de proveerlo de un lugar para que el Baal Teshuvá pueda vivir. Ese lugar es la Sucá.

Di-s, es llamado “El Lugar” (En Hebreo, “HaMakom”). Incluso Él, que hizo que este mundo exista y no hay lugar en el mundo que esté desprovisto de Su presencia, Su lugar no es en este mundo. Por lo tanto, sólo Di-s puede crear un lugar para alguien que no tiene lugar donde morar. En verdad, en virtud de convertirse en una persona sin lugar, el Baal Teshuvá tiene la posibilidad de hacer de cualquier lugar en el mundo, su morada.

Este mundo existe sobre tres pilares: Verdad, Juicio y Paz. “Verdad” es Rosh Hashaná, cuando Di-s asigna a cada uno lo que honestamente precisa. Iom Kipur es el Juicio, el  momento del juicio principal de cada individuo. Sucot es Paz, cuando Di-s extiende Su Sucá de Paz para los Baalei Teshuvá. La Sucá es física, estructuras finitas de madera y ramas que, extraordinariamente crean un receptáculo para una infinita e ilimitada morada para la Divina Presencia. El mundo que incesantemente expone la Divina Presencia, es el mundo de un verdadero Baal Teshuvá. Por lo tanto, siendo que la presencia de Di-s llena este mundo, también cada lugar del mundo se convierte en una morada para el Baal Teshuvá.

Sólo después de la expiación de Rosh Hashaná y Iom Kipur en el mes de Tishrei, cuando la persona se limpia de sus transgresiones y decide ser un tzadik de ahora en más, es que tiene el entendimiento para cumplir adecuadamente con la Mitzvá de Sucá.

Basado en Sfat Emet y otras fuentes de la Kabalá y el Jasidut.

Por Biniomin Adilman

Kol Nidrei

Mientras que el Kol Nidrei, una oración en la que anulamos promesas, es sin duda considerada tradicionalmente como una de las oraciones más importantes del año, hay poco en la literatura judía que apoya esta idea.

La pregunta, sin embargo, sigue siendo, ¿por qué la tradición judía da tanto peso y solemnidad a esta oración aparentemente técnica?

Hay quienes han afirmado que la razón se remonta a la época de la Inquisición española, cuando los Marranos (Judíos que optaron por convertirse al cristianismo en lugar de ser expulsados ??ó asesinados, pero se mantuvieron fieles al judaísmo en el corazón, y hasta cierto punto, en el cumplimiento también) se reunían en la víspera de Iom Kipur en las sinagogas escondidas. Antes de comenzar con los servicios de Iom Kipur, lágrimas caían de sus ojos y vehementemente suplicaban a Di-s que los perdone por todas las declaraciones públicas que hicieron en el año anterior, que eran contrarias a la doctrina judía. Se supone que es también la razón por la que Kol Nidrei va precedida a la declaración: “… por la autoridad del Tribunal Celestial y por la autoridad del tribunal terrenal, por la presente damos permiso para orar con aquellos que han transgredido”.

Si bien esto es ciertamente una respuesta romántica, lo cierto es que la oración de Kol Nidrei es anterior a la Inquisición, por lo menos 500 años. Al parecer, la respuesta simple a esta pregunta es que Kol Nidrei es la oración de apertura al día más sagrado del año, y como tal, se pronuncia con gran devoción, no por su contenido.

Según la Cabalá, Kol Nidrei es más que técnicamente una anulación de promesas. Más bien, a través de la liberación de nuestras promesas, estamos pidiéndole a Di-s que haga lo mismo. En el caso de que Él haya prometido no traer la Redención todavía, o que haya hecho un juramento para traer juicios severos sobre su pueblo el próximo año, le pedimos que libere esas promesas, y en su lugar nos conceda un año de felicidad y Redención.

Tal vez ésta es la razón por la solemnidad de la oración.

 

Rabi Naftali Silberberg

Reflexiones de Iom Kipur

Todo en la vida puede ser sagrado. No necesita haber ninguna distinción entre lo secular y lo santo.

Lo que es importante es que cuando participamos de las buenas cosas de la vida, hacemos así con la santidad y la espiritualidad que es propia de un ser humano. Todo lo bueno de la vida puede ser disfrutado con gratitud hacia Di-s. Utilizando este bien en el servicio Divino, lo hemos elevado al status de santidad.

Rabí Najman de Breslav interpretó el versículo en Salmos 38:19,

“Yo admito mi pecado; me preocupo acerca de mi transgresión”, como significando que girar alrededor de viejas equivocaciones y acerca del pasado puede en sí mismo ser pecaminoso.

Me doy cuenta que como humano, puedo apenasescapar de hacer alguna vez algo mal. El propósito de la dolorosa sensación de culpa es detenerme de hacer la clase de cosas que me harían sentir culpable, y estimularme a expiar apropiadamente por los males que he hecho.

Sin embargo, una vez que verdaderamente he expiado, debería ser capaz de poner el pasado tras de mí. El persistente girar alrededor de mis pasadas equivocaciones es destructivo, dado que me deprimirá tanto y secará tanto mis energías que no podré continuar con las cosas necesarias de la vida, y hacer todo lo que es la voluntad de Di-s para mí. Permitir que eso suceda es el más grande pecado de todos.

Tener verdadera fe en el perdón de Di-s es darse cuenta que Di-s remueve completamente nuestros pecados cuando nuestro arrepentimiento es sincero. Nosotros deberíamos entonces ser capaces de movernos hacia adelante con júbilo y vigor para cumplir nuestra misión en la vida.

Desde el comienzo Tú has distinguido al hombre le has permitido pararse ante Ti… y en Tu amor por nosotros Tú nos has dado este Día de Expiación, con una finalidad de perdón (liturgia de Iom Kipur).

Pararse ante Di-s, para entrar en una estrecha relación con Él es la última meta del hombre. Cuando nuestro comportamiento es contrario a la voluntad Divina, erigimos barreras y ponemos distancias entre nosotros mismos y Di-s.Con plegaria y apropiada expiación podemos lograr un completo perdón el cual borra todos los antecedentes y nos permite pararnos en la inmediata presencia de Di-s.

Hay tres tipos de exilio y ellos son de creciente severidad. El primero es cuando los judíos están en exilio entre otras naciones, el segundo es cuando los judíos están en exilio entre hermanos judíos, y el tercero y más severo es cuando un judío es extraño para sí mismo, pues entonces él es tanto captor como cautivo, en exilio dentro de sí mismo (Rabí Sholom Rokeaj de Belz).

Iom Kipur es el obsequio de Di-s para la humanidad, un día de gracia el cual permite al hombre limpiarse a sí mismo y comenzar la vida de nuevo. Mas, aún cuando el perdón Divino es logrado, el hombre algunas veces rehúsa perdonarse él mismo, y así se vuelve un prisionero para sí mismo dentro de su propio calabozo.

Se nos enseña que debemos intentar emular a Di-s. Al igual que Él nos perdona cuando hemos merecido perdón, así debemos aprender a perdonamos nosotros mismos.

Simplemente supón que Iom Kipur ocurre sólo una vez en una centuria, que sólo una vez en cien años hay un día especial de gracia en el cual Di-s remueve todos nuestros pecados y nos permite comenzar la vida de nuevo.

Aquellos quienes son afortunados de que este día único en su género ocurra durante el curso de sus vidas se considerarán bendecidos con buena fortuna. Aquellos que no, se considerarán privados de este especial obsequio.

Pero en Su infinita bondad, Di-s nos dio este día de Iom Kipur cada año, y nosotros tenemos así muchas oportunidades para comenzar la vida de nuevo, desembarazados de las equivocaciones del pasado.

¡Cuán privilegiados deberíamos sentirnos! ¡Cuán gozosos deberíamos estar en este día especial!

 

Extraído de Viviendo Cada Día Editorial Bnei Sholem

Aflicciones en Yom Kipur

Iom Kipur es un día de ayuno: desde la puesta del sol en la víspera de Iom Kipur hasta la noche siguiente, no comemos ni bebemos. También nos abstenemos de ciertos placeres físicos: usar calzado de cuero, bañarnos o lavarnos, aplicarnos lociones o cremas y mantener relaciones maritales. También es un “día de descanso”, en el que se prohíbe todo trabajo (como en Shabat ).

No solamente comer y beber, sino también todos los placeres corporales están prohibidos en Iom Kipur.

Los Sabios han enumerado cinco aflicciones: Debemos abstenernos de comer, beber, lavar o ungir el cuerpo, usar zapatos de cuero y tener relaciones maritales.

Cuarenta días después de haber recibido la Torá en el Monte Sinaí y de haberse comprometido a ser el pueblo elegido de Di-s, los Hijos de Israel adoraron a un becerro de oro.

Moisés le suplicó a Di-s que no destruyera a su pueblo descarriado, y el diez de Tishrei Di-s dijo: “He perdonado”. Desde entonces, observamos esta fecha como el “Día de la Expiación”, una celebración de nuestra relación indestructible con Di-s.

Es el día más sagrado del año, cuando nos reconectamos con nuestra esencia misma, que permanece fiel a Di-s independientemente de nuestro comportamiento.

Vestimos ropas blancas en imitación de los ángeles espirituales y pasamos la mayor parte del día en la sinagoga dedicados al arrepentimiento y la oración.

Hay cinco servicios de oración:

1) Las oraciones de la tarde, que comienzan con el solemne Kol Nidrei .

2) La oración de la mañana.

3) Musaf , que incluye una descripción del servicio del Templo Sagrado de Iom Kipur.

4) La oración de la tarde, durante la cual se lee el Libro de Jonás .

5) Neilá, recitada cuando el día declina y se sella el veredicto para el nuevo año. Las primeras cuatro oraciones incluyen una confesión (privada) de los pecados a Di-s.

La Torá instruye: “El décimo día del séptimo mes os afligiréis.” 
 
Es una mitzvá en la Torá ayunar en Iom Kipur, el décimo día del mes judío de Tishrei . El ayuno comienza antes de la puesta del sol el 9 de Tishrei ( víspera de Iom Kipur ) y termina después del anochecer de la noche siguiente. Esto significa no comer ni beber en absoluto, ni siquiera agua.
Leyes y costumbres


En las primeras horas de la mañana del día anterior a Iom Kipur, se realiza la ceremonia de las Kaparot (“Expiación”). Tomamos un pollo vivo (un gallo para el macho y una gallina para la hembra) y, dándole tres vueltas sobre nuestras cabezas, decimos: “Este es mi reemplazo, este es mi intercambio, esta es mi expiación; esta ave irá a su muerte, y yo iré a una vida larga, buena y pacífica”. Luego se sacrifica al ave de acuerdo con el procedimiento halájico, momento en el que contemplamos que este es un destino que nosotros mismos merecemos, Di-s no lo permita, por nuestras faltas e iniquidades. El valor del ave se da a los pobres, y su carne se come en la comida de Iom Kipur; algunos dan el ave misma a los pobres. (Una costumbre alternativa es realizar el rito sólo con dinero, recitando los versos prescritos y dando el dinero a la caridad. Las Kaparot también se pueden realizar en los días anteriores, durante los “Diez Días de Arrepentimiento”).

Comidas festivas


El día anterior a Iom Kipur es Iom Tov, un día festivo, porque aunque estamos preparados para ser juzgados en el tribunal supremo por nuestras acciones del año transcurrido, confiamos en que Di-s es un juez misericordioso y decretará un año de vida, salud y prosperidad para nosotros. Se comen dos comidas festivas: una al mediodía y la otra antes del ayuno, que comienza al atardecer. El Talmud afirma que “Quien coma y beba el día 9 [de Tishrei], se considera como si hubiera ayunado tanto el 9 como el 10”.

En muchas comunidades es costumbre comer kreplaj el día anterior a Iom Kipur. Los kreplaj son pequeños cuadrados de masa de pasta enrollada rellenos de carne picada y doblados en triángulos. Se pueden hervir y servir en sopa o freír y servir como guarnición. La carne simboliza la severidad, la masa es una alusión a la bondad. En preparación para el Día del Juicio, “cubrimos” la severidad con bondad.).

Mikve


Tanto hombres como mujeres se sumergen en una mikve (piscina ritual) para alcanzar una medida extra de santidad antes del día sagrado.

Leikaj (pastel de miel)


En este día , es costumbre pedir y recibir leikaj (un dulce pastel que simboliza un año dulce) de alguien (generalmente nuestro mentor o nuestro padre). Una de las razones que se dan para esta costumbre es que si se hubiera decretado, Di-s no lo permita, que durante el año tendríamos que recurrir a una dádiva de otros, el decreto debería satisfacerse con este pedido de comida. El Rebe de Lubavitch agrega una idea más profunda: “pedir leikaj” en vísperas de Iom Kipur nos inculca el reconocimiento de que todo el sustento que recibimos durante el año, incluso el que supuestamente “ganamos” con nuestros propios poderes y esfuerzos, es en verdad un regalo de lo Alto, otorgado en respuesta a nuestros pedidos diarios de “Aquel que nutre al mundo entero con Su bondad, con Su gracia, con Su benevolencia y con Su compasión”.

Diez días de arrepentimiento


El período de 10 días que comienza en Rosh Hashaná y termina en Iom Kipur se conoce como los “Diez Días de Arrepentimiento”; este es el período, dicen los sabios, del que habla el profeta cuando proclama (Isaías 55:6) “Buscad a Di-s cuando se le pueda encontrar; llamadlo cuando esté cerca”. El Salmo 130, Avinu Malkeinu y otros insertos y agregados especiales se incluyen en nuestras oraciones diarias durante estos días.

Kol Nidrei

El primero de los cinco servicios de oración de Iom Kipur , que comienza con la solemne oración de Kol Nidrei , se recita en la sinagoga esta noche al atardecer, al comienzo del día sagrado.

Fin del ayuno

Después de Iom Kipur tenemos una comida festiva. Nos regocijamos, confiados en que Di-s ha perdonado nuestros pecados.

Aunque Iom Kipur es el día más solemne del año, está impregnado de una corriente subyacente de alegría: es la alegría de estar inmersos en la espiritualidad del día y expresa la confianza en que Di-s aceptará nuestro arrepentimiento, perdonará nuestros pecados y sellará nuestro veredicto por un año de vida, salud y felicidad.

Cinco plegarias

Iom Kipur es el único día del año en el cual pronunciamos cinco plegarias, a diferencia de los días de semana en que tenemos tres (Shajarit, Minjá, Arvit) y los días sábado y días festivos en los cuales tenemos una adicional (Musaf).

Según las enseñanzas jasídicas, todos los días del año damos expresión y conectamos a los tres niveles conscientes del alma, Néfesh (carácter), Rúaj (emociones) y Neshamá (intelecto). Los días sábado y días festivos nos conectamos y damos expresión también al cuarto nivel, Jaiá, la dimensión subconsciente del alma. En Iom Kipur nos conectamos con y damos expresión al quinto nivel del alma, la esencia misma, denominada Iejidá.

La quinta plegaria de Iom Kipur, que se dice al bajar el sol, se llama Neilá. Neilá quiere decir “cerrar”. Implica que el día – y sus oportunidades – están cerrando. 

La perspectiva jasídica al respecto es que es el momento más elevado del día, el momento de encierre” entre el alma y D-os en el cual se expresa su vínculo quinta-esencial. 

Al final de la Neilá se hace sonar un sonido largo y simple del Shofar, expresando el llanto simple y puro del alma que busca reunirse con su fuente Divina.

1.Jaiá

se refiere a la Vital del alma. Puede manifestarse en el cuerpo siempre y cuando el cuerpo es alimentado. Al privarse de alimentación, la manifestación de fuerza vital del alma se disminuye.

2.Iejidá

se refiere a la condición de unicidad y la tarea de unión y unificación que el alma ejerce. El cuerpo,. a su vez, logra su completitud por medio de las relaciones íntimas que lo une con su cónyuge y los transforman en “una sola carne”. Al privarse de esto, ese aspecto unificador del alma no encuentra su expresión en el cuerpo y se desprende.

3.Neshamá

se refiere a la tarea iluminadora del alma. Al bañarse, el cuerpo brilla y se transforma en un continente apto para dicha función del alma. Al abstenerse de bañarse, el aspecto iluminador del alma no encuentra su contrapartida corporal y se aleja del cuerpo.

4.Néfesh

se refiere al alma en sí, en su estado más puro y esencial. El objetivo de ungir es limpiar al cuerpo de toda clase de contaminación foránea adherida a él. Al abstenerse de ello, la condición “esencial” del alma no encuentra su contrapartida en el cuerpo y busca liberarse de él.

5.Rúaj

quiere decir aire o espíritu y se refiere al aspecto espiritual del alma que lo aleja de lo material. Los zapatos cumplen la función de separar entre el pie y la tierra. Mientras uno calza zapatos de cuero, y está por ello separado de la tierra, está en condiciones de y dar expresión a la faceta “espiritual” del alma. Al removerse esa separación, y afianzar la conexión entre el cuerpo y la tierra, el alma se siente “incómodo” y se desprende.

Es por medio de trascender la realidad cotidiana que logramos posicionarnos en un nivel espiritual desde el cual todo pecado cometido pierde sentido y podemos pedir y obtener perdón por los pecados cometidos mientras estábamos en realidad’.

Pedir perdón al prójimo

Se acostumbra, en víspera de Iom Kipur, pedir perdón a cualquier persona que pudimos haber ofendido o agredido en el transcurso del año, ya que Iom Kipur nos perdona únicamente por las transgresiones cometidas para con Di-s. Di-s no nos perdona por lo que hemos pecado contra el prójimo hasta que no le pidamos perdón y nos perdone.

iGuemar Jatimá Tová! (Que sea inscripto para bien!)

 

Extraído del libro “Ser Judio hoy” adquirirlo en www.libreriajudaica.com

Un nuevo flujo de vida

¿El universo está vivo?

Los Sabios lo ven pulsante con energía espiritual. El “pulso” es el ritmo de la fuerza vital Divina que recrea continuamente todo lo que existe. Los Sabios hablan de esto como un flujo de energía que emana de Di-s, Quien es infinitamente más allá del universo. La energía espiritual da vida a todo lo que hay, a las galaxias, al sistema solar, a nuestro planeta tierra, a cada animal o ave, a cada hoja y cada granito de arena, manteniéndolos en existencia.

Esta enseñanza Jasídica nos ayuda a entender el concepto de Rosh Hashaná, el Año Nuevo. La fuerza vital no es un flujo constante que no cambia, sino que es un pulso. Así que en Rosh Hashaná, el aniversario de la Creación, hay una nueva explosión de fuerza vital que viene de Di-s. Los Sabios nos dicen que cada año, esta corriente proviene de un nivel más alto de Santidad que antes. En términos espirituales, cada año nuevo, es por lo tanto, verdaderamente ‘Nuevo’. Hay nuevas posibilidades y nuevos potenciales inexplorados.

¿Qué papel juega el judío en este proceso?

La enseñanza Judía nos dice que la existencia tiene un propósito espiritual: crear una morada para Divinidad en este mundo. Esto significa que los detalles de la vida expresen y reflejen la Santidad de Di-s. Al pueblo Judío se le dio la responsabilidad de tratar de hacer que esto suceda. Las enseñanzas de la Torá guían al pueblo judío, y a toda la humanidad, a vivir de tal manera que la bondad y Santidad se pueden expresar en sus vidas.

Rosh Hashaná es el tiempo en el que cada judío recuerda esta tarea. Nos dirigimos a Di-s con profundo sentimiento: “Nosotros vamos a ser Su pueblo, y Él va a ser nuestro Di-s”. En el nuevo mundo del Año Nuevo, vamos a intentar cumplir con nuestra tarea, y al mismo tiempo le pedimos a Di-s que nos conceda todo lo que necesitamos para poder hacerlo con alegría.

Que el nuevo flujo vital de este Rosh Hashaná traiga paz, dulzura, luz, salud y prosperidad a todo el Pueblo Judío, en Israel y en todo el mundo. Y que el bienestar de la nación Judía traiga alegría a la humanidad.

Por: Tali Loewenthal

La tradición de la comida de Janucá

Un menú típico de Janucá suena como que fue planeado por chicos de doce años o menos; panqueques de papa, fritos, por supuesto en mucho aceite. 

Bizcochos de queso blanco. Bolas de fraile rellenas de mermelada, cubiertas de azúcar impalpable. Buñuelos de manzana fritos, rosquillas rellenas de queso freídas en aceite y cubiertas de miel. Blintzes de queso. 

¿No será una manera de hacer que los niños no se vayan luego de haber prendido las velas y que disfruten de una comida familiar? ¡Para nada! 

La tradición de la comida de Janucá tiene sus orígenes en los primeros años que se comenzó a celebrar la festividad, y nos hacen recordar ciertos milagros asociados con los eventos de Januca mismo. Y por supuesto, recordar los milagros y la libertad que todos celebramos agregan un sabor especial a todo lo que servimos…

¿Por qué los judíos comen comidas fritas en Janucá?

La mayoría de nosotros estamos familiarizados con el milagro del aceite, que una vasija de aceite que se supone duraba un día, duró ocho. Y todos sabemos que éste es el origen de la Mitzva de encender la Menoráa ocho días. También es la razón de porqué es costumbre comer comida cocinada en aceite.

Hay conexiones más profundas entre el aceite de oliva y Janucá.

Místicamente, tanto la Menorá como el aceite que se usaban para iluminar, están asociados con Jojmá, sabiduría. La guerra entre los griegos y los judíos también fue una guerra sobre qué sabiduría perduraría en el mundo. Los griegos querían que todos bajo su dominio piensen y estudien exactamente como ellos. Se oponían con violencia ante la idea de la sabiduría Divina, y por ello prohibían el estudio de la Torá.

También, la palabra Shemen, (aceite en hebreo), tiene las mismas letras que Shmone, ocho, el número de días que duró milagrosamente el aceite.

¿Cuál es la conexión entre la comida láctea y Janucá?

Yehudit, era una joven mujer que vivía en Betulia, en la tierra de Judea, en la misma época que la guerra contra los griegos. Ella causó que el general griego se durmiera, dándole quesos salados que lo dejaron muy sediento, y dándole vino para tomar. Una vez dormido, lo mató. Al ver que su general había sido asesinado, el ejército griego de desesperanzó y escapó. En recuerdo al coraje de Yehudit, comemos productos lácteos.

Nada sucede por casualidad, así que no es sorprendente que ambos eventos milagrosos de Janucá hayan sucedido por medio de dos comidas cuyo rico simbolismo nos recuerdan muchas de las cosas por las que luchamos también.

La Torá, cuyas tradiciones fueron atacados por decretos de los griegos, es comparada con la leche, y esta es una de las razones por las cuales comemos productos lácteos en Shavuot también. Ahora entendemos la conexión entre las comidas lácteas y fritas con Januca. 

¿Pero de dónde surgieron las diferentes comidas tradicionales de Janucá?

Durante todos estos siglos, las diferentes comunidades judías en todo el mundo han encontrado varias formas de incorporar el aceite y lo lácteo en sus comidas de Janucá.

Una de las más famosas comidas, los Sufganiot Israelíes (las borlas de fraile, provienen de una tarta de masa con levadura mencionada en el Talmud. Estas tartas eran cocinadas en aceite y se llamaban Sufganin (absorbente), porque absorbían mucho aceite cuando se cocinaban. No tenían leche, pero eran dulces, y a veces se las rellenaba con miel, y el hecho que eran cocinadas en aceite hizo que estas tartas se conviertan en una comida tradicional de Janucá.

En España, los judíos le agregaban queso a estas tartas, y de ahí es que surgen estos Sufganiot rellenos de queso, y también otras tartas de queso fritas populares entre los Sefaradim. Los judíos alemanes usaban una versión de estas tartas rellenas de mermelada, que la trajeron a Israel en los años 1930.

En India, esta masa dulce era una combinación de harina con miel o azúcar, pero también se le agregaba leche y manteca.aEn comunidades del Norte, en donde el aceite de oliva era raro y caro, se usaba grasa de pollo u otras alternativas para fritar. Los latkes de papa, buñuelos de manzana, y otras comidas neutras, se convirtieron en una norma, aunque hoy en día se usa aceite de oliva u otro aceite para preparar estas comidas.

Latkes:

Ingredientes:

Porciones: Aproximadamente 2 docenas de latkes

  • 6 papas grandes
  • 1 cebolla dulce pequeña
  • 2 huevos batidos
  • 1/2 taza de harina (o lo suficiente como para juntar los ingredientes de la mezcla)
  • Sal y pimienta al gusto
  • 1/2 taza de aceite vegetal (2 cucharadas de aceite por tanda de latkes en la sartén)

1Pelá las papas y rallarlas en trozos grandes. Si optas por usar cebollas, picalas finamente y añadiles a las papas.

2 – Batíe dos huevos y agregales una pequeña cantidad de harina. Si optás por agregar sal y pimienta para sazonarlos, hacelo  ahora.

3Aprieta las papas para sacarles un poco del agua. Si están demasiado húmedas, no se pondrán crocantes al freírlas.

4-Añadí las papas ralladas (y la cebolla) a la mezcla de huevos y harina, y mezclá bien todos los ingrediente.

5-Poné 2 cucharadas de aceite vegetal en una sartén pesada. Caleintala a temperatura alta.

6Con la cuchara para mezclar medí  la mezcla de papas para hacer las tortitas. Déjalas caer en la sartén caliente.

7Freílas hasta que estén doradas en los bordes. Luego dala vuelta para que se frían del otro lado.

8Sácalas del aceite cuando el segundo lado esté dorado.

9-

Coloca los latkes cocidos en un plato cubierto con toallas de papel para eliminar el exceso de aceite. Servilos  calientes.

-Algunos de los ingredientes tradicionales que van encima de los latkes incluyen puré de manzana para darles un sabor dulce o crema agria para darles un sabor salado. La salsa de arándano es otro buen ingrediente.

-Un buen acompañamiento para los latkes es una ensalada simple.

-Conserva calientes los latkes en el horno mientras haces los demás.

-Unas cucharadas de perejil fresco picado animan el sabor de los latkes.

-Para darles un gusto  diferente, intenta agregarle una manzana agria finamente picada a la mezcla en lugar de la cebolla picada.

-El yogur natural es un excelente sustituto de la crema agria.

-Dependiendo del tamaño de tu sartén podrías freír varios latkes a la vez.

Sufganiot

Ingredientes

  • 50 gr. de levadura fresca
  • 1 taza y ½ de agua caliente con 1 cucharada de azúcar
  • 2 huevos 
  • ½ taza de aceite
  • ½ taza de azúcar
  • 1 cucharita de vainilla y 1 k de harina

Procedimiento

  1. En un bol grande  tamizá la harina y, de mientras dejas leudar la levadura en una taza con azúcar y agua calentita.
  2. A la harina le añades los huevos una vez revisados, el aceite, el azúcar, la taza con la levadura y ½ más con agua y la vainilla.
  3. Amasar hasta que no se enganche, cuesta un poquito, por que es una masa húmeda. Consejo: poner un poco de aceite en la palma de la mano.
  4. Dejá reposar la masa en bol tapado con film transparente durante una hora o hora y medio (si está en un sitio calentito sube antes).
  5. Transcurrido ese tiempo, volvela a amasar un poco y estirala con un rodillo hasta que queden masas de un dedo de grosor.
  6. Una opción es hacerlos de dos medidas, unos más pequeños y otros de un diámetro mayor, con bastante aceite a calentar(mejor una freidora, pero yo me apaño con el WOK) como unos cuatro dedos y los colocas de 5 en 5 más o menos y luego  escurrilos en papel absorbente.
  7. Una vez enfriados, los podes rellenar con mermeladas, crema de chocolate ….. y espolvoreados con azúcar impalpable.

Notas

Salen como 60 o 70 dependiendo del diámetro en que se corten las masitas.

Una festividad tan grande como Iom Kipur

¿Por qué es el 15 de Av una festividad tan grande como Iom Kipur?

La Mishná declara que “no hubo festividades más grandes para Israel que el Quince de Av y Iom Kipur”. ¿Qué sucedió el Quince de Av que causó a ésta volverse una festividad de tan grande magnitud como lom Kipur?

Una explicación en la Guemará es que éste fue el día cuando – a causa de condiciones decisivas – el pueblo judío cesó de talar madera para su uso en el altar.

¿Por qué fue considerado tan especial ese cesar de realizar una acción que era hecha en aras del Beit HaMikdash?

Por el contrario, esto parecería ser una razón para tristeza, no de celebración.

No obstante, esta festividad es considerada tan grande que “No hubo festividades más grandes para Israel que el Quince de Av (y lom Kipur)”.

El Rashbam explica que la razón para el júbilo del Quince de Av era que en aquel día ellos completaban la “gran mitzvá’ de preparar madera para el altar para el año entero. Al igual que nosotros celebramos la conclusión de otras mitzvot, escribir un Sefer Torá por ejemplo, así también la conclusión de preparar madera para el altar era celebrada con gran júbilo.

Al declarar que la preparación de madera para el altar era una “gran mitzvá”, el Rashbam está explicando por qué el Quince de Av era una festividad extraordinaria, y no una fiesta como otras.

Pero ¿por qué, en verdad, era este talar de madera considerado “gran mitzvá”? Quizás, meramente servía como una preparación para una mitzvá – preparar suficiente madera para la mitzvá de traer las ofrendas.

La declaración “No hubo más grandes festividades para Israel que el Quince de Av y lom Kipur” está relacionada con una declaración anterior en la Mishná, relativa a Tishá BeAv, el “día de duelo” más esencial del año: a lo largo del año no hay día que sea tan contrario al tema de júbilo y lom Tov como el día de Tishá BeAv.

En conjunción con esto, la Mishná prosigue para concluir que en el polo opuesto, “No hubo más grandes festividades para Israel que el Quince de Av y lom Kipur”.

Nosotros de este modo, entendemos que no sólo la festividad misma, sino también las razones para la gran celebración del Quince de Av, están en oposición directa a los eventos que condujeron a la tragedia de Tishá BeAv. ¿Cómo sirve la preparación de madera como antítesis de Tishá BeAv?

Preparar la madera permitía a las ofrendas ser traídas sobre el altar durante todo el año. Esto incluía, ambas: ofrendas individuales así como también ofrendas comunales -ofrendas en las que todo judío tenía una parte.

Así, la sustancia y el tema de preparar la madera para permitir traer las ofrendas era la mitzvá de tzedaká, “una mitzvá igual a todas las otras mitzvot juntas, y en todo el Talmud Ierushalmi, tzedaká es llamada simplemente ‘La mitzvá’”.

La grandeza de esta tzedaká era tanto cuantitativa como cualitativa: Cuantitativamente era realizada por cada individuo y por todo Israel, ya que permitía ofrendas individuales y comunales; cualitativamente, no hubiera sido la madera preparada para el Quince de Av, y no hubiera habido madera apropiada para completar el servicio de las ofrendas.

Dado que el Beit HaMikdash fue erigido a fin de que fuera “una morada para Di-s listo para el traer de ofrendas”, haciendo disponible la madera para las ofrendas, el propósito entero del Beit HaMikdash era traído a cumplimiento. La culminación de esta “gran mitzvá” tenía lugar el Quince de Av.

Los eventos posteriores de Tisha BeAv, la destrucción del Segundo Beit HaMikdash,  un evento que fue “aún más severo que la destrucción del Primer Beit HaMikdash” , fue un resultado directo del odio infundado, sinat jinam, que existía del hombre para con su semejante.

Talar madera para el altar a fin de permitir a la gente que era enteramente desconocida para aquellos que preparaban la madera, no sólo fue un acto de tzedaká del orden más elevado, sino también un acto que estaba basado en amor infundado, ahavat jinam, ya que la persona que preparaba la madera no tenía absolutamente idea para quien estaba haciendo un favor. 

Como tal, ésta era la misma antítesis del odio infundado que dio lugar a Tisha BeAv.

En otras palabras, el Quince de Av proveyó tanto la “construcción” del Beit HaMikdash,  una construcción destinada para ofrendas, en lugar de la destrucción del Beit HaMikdash en Tisha BeAv, como también actos de amor infundado, a distinción del odio infundado que fue la causa de Tisha BeAv.

Actuar de una manera similar hoy, tratando a todo y cada individuo con ahavat jinam, sirve como el mejor antídoto posible para nuestro exilio de hoy, día que resultó de sinat jinam, y acelera la rápida llegada de nuestro justo Mashíaj y la reconstrucción del Tercer Beit HaMikdash.

Basado en Likutéi Sijot, Vol. XXIV, págs, 47-56.

Extraído de “Días solemnes, días de regocijo” de editorial Bnei Sholem.

15 de Av


El Talmud nos cuenta que hace muchos años las “hijas de Jerusalén iban a bailar a las viñas” el 15 de Av, y “quien no tenía esposa iba allí” a buscar una esposa.

Se celebra tan sólo seis días después del 9 de Av —que marca la destrucción del Primer y Segundo Templos Sagrados— y es un día de felicidad y regocijo.

“No había días tan alegres para el pueblo judío como el 15 de Av y Iom Kipur”

Declara la Mishná. En este día “las doncellas de Jerusalén salían a bailar en los viñedos. ¿Y qué decían? Joven, por favor, levanta tus ojos y mira lo que eliges para ti”.

De hecho, en esta fecha se produjeron un total de siete acontecimientos alegres.

 

Una búsqueda en el Shulján Aruj (Código de la ley judía) no revela observancias o costumbres para esta fecha, excepto la instrucción de que el tajanún (confesión de pecados) y porciones similares deben omitirse de las oraciones diarias (como es el caso de todas las fechas festivas), y que uno debe aumentar su estudio de la Torá, ya que las noches comienzan a alargarse y “la noche fue creada para el estudio”.

 

7 acontecimientos alegres que sucedieron el 15 de Av


Las doncellas danzantes de Jerusalem

Dijo Rabí Shimon Ben Gamliel: No había fiestas más grandes para Israel que el 15 de Av y Iom Kipur. En esos días las hijas de Jerusalem salían… y danzaban en las viñas. ¿Y qué decían? “Joven, levanta tus ojos y mira cuál escoges para ti…” (Talmud, Taanit 26b)

 

Cesó la muerte de la generación del Éxodo

Varios meses después de que el pueblo de Israel fuera liberado de la esclavitud egipcia, el incidente de los espías demostró su falta de preparación para la tarea de conquistar la tierra de Canaán y desarrollarla como la Tierra Santa. Di-s decretó que toda esa generación moriría en el desierto, y que sus hijos entrarían a la tierra en su lugar (como se relata en Números 13 y 14). Después de 40 años de vagar por el desierto, la muerte finalmente terminó, y una nueva generación de judíos estaba lista para entrar en la Tierra Santa. Era el 15 de Av del año 2487 desde la creación (1274 a. C.).

Mientras los miembros de esta generación condenada aún estaban vivos, Di-s no se comunicó con Moisés de manera afectuosa. Tan pronto como murió el último de estos hombres, Di-s volvió a comunicarse amorosamente con Moisés.

 

A las tribus de Israel se les permitió casarse entre sí.

Para asegurar la división ordenada de la Tierra Santa entre las doce tribus de Israel, se habían impuesto restricciones a los matrimonios entre miembros de dos tribus diferentes. A una mujer que hubiera heredado tierras tribales de su padre se le prohibía casarse con alguien de otra tribu, para que sus hijos —miembros de la tribu de su padre— no causaran la transferencia de tierras de una tribu a otra al heredar sus bienes (como se relata en Números 36). Esta ordenanza era vinculante para la generación que conquistara y se estableciera en la Tierra Santa; cuando se levantó la restricción, el 15 de Av, el evento se consideró motivo de celebración y festividad.

 

A la tribu de Benjamín se le permitió reingresar a la comunidad.


En esta fecha, la tribu de Benjamín, que había sido excomulgada por su conducta en el incidente de la “concubina de Giva”, fue readmitida en la comunidad de Israel (como se relata en Jueces 19-21). Esto ocurrió durante el mandato de Otoniel ben Kenaz, quien dirigió al pueblo de Israel en los años 2533-2573 desde la creación (1228-1188 a. C.).

 

Oseas Ben Ela abrió los caminos a Jerusalén.

Tras la división de la Tierra Santa en dos reinos tras la muerte del rey Salomón en el año 2964 desde la creación (797 a. C.), Jeroboam ben Nabat, gobernante del reino separatista del norte de Israel, erigió barricadas para impedir que sus ciudadanos hicieran la peregrinación trienal al Templo Sagrado en Jerusalén, capital del reino del sur de Judá. Estas barricadas fueron finalmente eliminadas más de 200 años después por Hoshea ben Elah, el último rey del reino del norte, el 15 de Av de 3187 (574 a. C.).

A los muertos de Betar se les permitió ser enterrados.

La fortaleza de Betar fue el último bastión de la rebelión de Bar Kojba. Cuando Betar cayó, el 9 de Av de 3893 (133 d. C.), Bar Kojba y muchos miles de judíos fueron asesinados; los romanos masacraron a los sobrevivientes de la batalla con gran crueldad y ni siquiera permitieron que los judíos enterraran a sus muertos. Cuando los muertos de Betar finalmente fueron llevados al entierro el 15 de Av de 3908 (148 d. C.), se agregó una bendición adicional (“Hatov Vehameitiv”) a la oración después de las comidas en conmemoración.

 

“El día en que se quebrará el hacha.”


Cuando el Templo Sagrado estaba en Jerusalem, el corte anual de leña para el altar finalizaba el 15 de Av. El evento se celebraba con banquete y regocijo (como es costumbre al concluir una tarea sagrada), e incluía una ceremonia de rotura de las hachas, que dio nombre al día.

Por Yanki Tauber