Parashá en síntesis: Shemot

En la presente semana se inicia la lectura del segundo libro de la Torá. Éste recibe el mismo nombre de la Parashá de la semana, Shemot, que en su traducción literal significa “Nombres”. Se trata de los nombres de los hijos de Israel (Iaakov), que bajaron a Egipto con él y configuran el libro del Pentateuco, en el cual se forja el destino de la identidad judía. El libro alude a la formación del Pueblo Judío desde el punto de vista sociológico, la formación y mantenimiento de la identidad común, con la habilidad de sobreponerse al medio ambiente. 

Este libro también recibe el nombre de Éxodo y trata algunos de los acontecimientos más cruciales de la historia judía, como el exilio en Egipto, el éxodo, que marca concretamente el nacimiento del Pueblo Judío; la entrega de la Torá y la construcción del Santuario, que representa la presencia Divina en el mundo físico. 

La figura central de todos estos eventos es Moshé, Moisés, escogido por Di-s para ser redentor y conductor del Pueblo Judío por su alto nivel espiritual. 

De Abraham a Moshé transcurren siete generaciones. Moshé es la generación número 26 contada a partir de Adam. Nació el 7 de Adar de 2368 y murió en la misma fecha, 120 años después. Cuando tenía ochenta años, ocurrieron los acontecimientos de la salida de Egipto y la entrega de la Torá.

Nuestros Sabios nos señalan que en cada generación existe una persona análogo a Moisés. Son llamados Nesiim o Guedole Hadorot, los líderes de cada generación.

Los tres elementos que mantuvieron la identidad judía durante la estadía en Egipto fueron: los nombres judíos, el idioma y la vestimenta; elementos éstos que hoy en día deben ser conservados, porque constituyen lo que distingue al pueblo elegido de los habitantes de los países donde éste se residencia.

Después de la muerte de los hijos de Iaakov, los judíos salieron de Goshen y empezaron a mezclarse con los egipcios, relajando sus tradiciones y modo de vida.

El rápido crecimiento de la población judía atemorizó al Faraón y, por lo tanto, uno de los planes fue separar a los maridos de sus esposas, mediante los trabajos de construcción de las ciudades de Pitom y Ramses. 

El segundo paso fue ordenar a las comadronas Iojeved y Miriam (madre y hermana de Moshé) que mataran a los recién nacidos judíos, cosa que ellas no hicieron. 

Como ninguno de los planes dio resultado, el Faraón ordenó que todo recién nacido varón fuera arrojado al río Nilo.

Hasta el nacimiento de Moshé, los judíos habían perdido la esperanza de ser redimidos; incluso Amram, padre de Moshé y líder de su generación, se separó de su mujer Iojeved para no traer hijos a un mundo de esclavitud.

Fue Miriam, su hija, quien hizo que depusiera esa actitud, al explicarle que su decreto era peor que el del Faraón, quien sólo había ordenado la muerte de los varones (en cambio, él estaba decretando la muerte de las hembras también).


Amram volvió con su esposa y tuvieron a Moshé, quien fue salvado por su hermana cuando lo dejó en el río.


La mujer que amamantó a Moshé durante 24 meses en el palacio del Faraón después que la princesa lo recogiera fue su propia madre, Iojeved .

El 6 de Siván, fecha en que Moshé fue dejado por su hermana en el río, es la misma en que será dada la Torá posteriormente.

Parashá en síntensis: Vaigash

Descripción general : En el pasaje de esta semana, Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá: Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada, José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Descripción general : En el pasaje de esta semana , Vayigash , Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá : Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada , José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Segunda Aliá : Judá continuó: “Cuando [Jacob] vea que el muchacho se ha ido, morirá”. Le explicó a José que él, Judá, había asumido la responsabilidad personal de que Benjamín regresara ileso a Canaán . Y como tal, pidió permanecer como esclavo en lugar de Benjamín. En ese momento, José no pudo contenerse más. Pidió a todos los egipcios presentes que salieran de la habitación, y reveló su identidad a sus hermanos: “¡Soy José! ¿Mi padre aún está vivo?”. Luego los tranquilizó y les pidió que no se molestaran por venderlo como esclavo: “Pues fue para preservar la vida que Di-s me envió delante de ustedes. Durante otros cinco años no habrá ni arado ni cosecha, y Di-s me envió delante de ustedes para asegurar su supervivencia en la tierra…”

Tercera aliá : José ordenó a sus hermanos que regresaran rápidamente a Canaán y trajeran a Jacob y sus familias de regreso a Egipto, donde José prometió proporcionarles comida hasta que terminara la hambruna. José abrazó a sus hermanos y lloró. El Faraón fue informado de que la familia de José había llegado, y él también les ordenó que fueran a Egipto donde les daría lo “mejor de la tierra”. Los hermanos fueron a Canaán, cargados de regalos de parte del Faraón y José, e informaron a Jacob que José estaba vivo, de hecho gobernaba sobre todo Egipto. “Y el espíritu de su padre Jacob revivió”.

Descripción general : En el pasaje de esta semana , Vayigash , Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá : Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada , José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Segunda Aliá : Judá continuó: “Cuando [Jacob] vea que el muchacho se ha ido, morirá”. Le explicó a José que él, Judá, había asumido la responsabilidad personal de que Benjamín regresara ileso a Canaán . Y como tal, pidió permanecer como esclavo en lugar de Benjamín. En ese momento, José no pudo contenerse más. Pidió a todos los egipcios presentes que salieran de la habitación, y reveló su identidad a sus hermanos: “¡Soy José! ¿Mi padre aún está vivo?”. Luego los tranquilizó y les pidió que no se molestaran por venderlo como esclavo: “Pues fue para preservar la vida que Dios me envió delante de ustedes. Durante otros cinco años no habrá ni arado ni cosecha, y Dios me envió delante de ustedes para asegurar su supervivencia en la tierra…”

Tercera aliá : José ordenó a sus hermanos que regresaran rápidamente a Canaán y trajeran a Jacob y sus familias de regreso a Egipto, donde José prometió proporcionarles comida hasta que terminara la hambruna. José abrazó a sus hermanos y lloró. El Faraón fue informado de que la familia de José había llegado, y él también les ordenó que fueran a Egipto donde les daría lo “mejor de la tierra”. Los hermanos fueron a Canaán, cargados de regalos de parte del Faraón y José, e informaron a Jacob que José estaba vivo, de hecho gobernaba sobre todo Egipto. “Y el espíritu de su padre Jacob revivió”.

Cuarta aliá : Jacob y toda su familia salieron de Canaán y se dirigieron a Egipto. En el camino se detuvieron en Beersheba, donde Di-s le dijo a Jacob que no tuviera miedo de ir a Egipto, porque allí se convertiría en una gran nación. Además, Di-s le dijo: “Yo descenderé contigo a Egipto, y también te haré subir”.

Quinta Aliá : Esta sección nombra a los setenta miembros de la familia de Jacob que fueron a Egipto.

Sexta aliá : Jacob llegó a Egipto, a la provincia de Gosén que el Faraón había asignado a su familia. José fue allí para saludar a su padre. José preparó a su familia para encontrarse con el Faraón e instruyó a sus hermanos para que le dijeran al Faraón que ellos eran pastores, que sólo deseaban cuidar de sus rebaños en Gosén hasta que terminara la hambruna. De hecho, los hermanos siguieron este guión, y el Faraón accedió a su pedido. Jacob fue llevado ante el Faraón, y Jacob lo bendijo.

Séptima aliá: Mientras José abastecía a su familia de alimentos, el resto de Egipto se encontraba en una situación desesperada. Primero gastaron todo su dinero a cambio de alimentos que José les vendió. Luego se les acabó el dinero y pagaron las provisiones con su ganado. Finalmente, cuando ya no les quedó dinero ni ganado, vendieron sus tierras y a sí mismos al Faraón como esclavos a cambio de provisiones. Mientras tanto, en la tierra de Gosén, la familia de Jacob prosperó y se multiplicó en gran manera.

 

FUENTE 

Unidad en el principio y unidad en el final

“Y se acercó a él Iehudá” (Bereshit 44:18)

Es sabido que el nombre de la Parshá indica su contenido (esto nos explica por qué a veces se elige la primera palabra de la Parshá como nombre de la misma, y a veces se elige la segunda o tercera palabra e incluso el segundo versículo). Esto se ve abiertamente en nuestra Parshá, ya que el sentido interior de todos los temas de la Parshá se refleja en la palabra “vaigash– y se acercó”.

La Parshá relata sobre múltiples y diferentes sucesos: el pararse con firmeza de Iehudá en apoyo de Biniamín, el darse a conocer Iosef a sus hermanos, el descender de Iaakov y sus hijos a Egipto, etc.; sin embargo, cuando profundizamos en el contenido interior de estos sucesos, descubrimos que el factor que los une a todos es “vaigash- se acercó”.

LA REUNIÓN DE LOS REYES

La esencia del término “vaigash- se acercó” es el encuentro, el acercamiento físico de uno con su prójimo, al punto de unirse el uno con el otro. Sobre este “acercamiento” de Iehudá a Iosef aplican nuestros Sabios Z”L el versículo: “puesto que los reyes se reunieron”. En el libro Zohar está dicho que este fue “un mundo con otro mundo, que se unan el uno con el otro, para ser todos un uno”.

Esto se refleja con mayor claridad en el cierre de la lectura de la Torá en los profetas, la Haftará (que como es sabido, también nos explica la Parshá). La Haftará habla sobre la perfección del acercamiento de Iehudá a Iosef, tal cual tendrá lugar en el Futuro Por Venir, cuando tenga lugar una unificación cabal entre el reino de Iehudá con el reino de Iosef: “toma una rama y escribe sobre ella para ‘Iehudá’… y toma una rama y escribe sobre ella para ‘Iosef’… y que estén unidas en tu mano”. Y la Haftará finaliza: “Y los Haré un pueblo… y habrá un rey para todos”.

UNIDAD ENTRE LOS JUDÍOS

Está claro que el sentido de “vaigash- se acercó” es traer unidad donde hay división, y de eso trata la totalidad de la Parshá: la entrega total de Iehudá en aras de Biniamín, reflejó la unidad que se generó entre las tribus, en lugar de la discordia que imperaba entre ellos previamente. A continuación, Iosef se da a conocer a sus hermanos, y ahí se vuelven a unir nuevamente todas las doce tribus. Esta unificación es la que brinda las fuerzas para alcanzar la unidad perfecta en los días del Mashíaj.

Asimismo la continuación de la Parshá refleja unidad: el descenso de Iaakov a Egipto y la radicación de los hijos de Israel en aquel país, fue con el objetivo de traer la unidad de Di-s específicamente a un ámbito que se encontraba en la cumbre de la disociación con la santidad. Egipto era “la vergüenza de la Tierra” (como lo explican nuestros Sabios Z”L: “los más arruinados de entre las naciones”), donde dominaba la idolatría. Iaakov y sus hijos descendieron hasta este nivel tan bajo para traer también allí a la unidad de Di-s.

UNIDAD ENTRE LOS JUDÍOS.

La Parshá de “Vaigash- se acercó” nos enseña que la unión es la base de todo. Este es el comienzo del servicio diario a Hashem, como la costumbre de recitar antes de la Plegaria: “acepto cumplir el precepto de amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Este es también el objetivo de todo el servicio al Creador- llevar a toda la creación a la unidad.

En especial en estos días, los últimos días del Galut, debe ponerse énfasis en el tema de la unidad y traer unidad entre un judío y otro, entre Isajar (los estudiosos de la Torá) y Zebulún (los comerciantes) hasta la unificación del mundo entero bajo la soberanía del reino de Hashem.

(Sijot 5750 parte II Pág. 212)

Vaishlaj “Y Mandó”

Después de su regreso a Israel – que representa la perfección espiritual adquirida luego de haber pasado 20 años trabajando para Laván en Harán (mundo de idolatría) – Iaacov manda mensajeros a su hermano Esav para hacer las paces. Sin embargo, éste lo enfrenta con 400 guerreros, señalando así su intención de seguir peleando.

Para encontrarse con Esav, Iaacov se protege con tres cosas: la plegaria (tefilá), mandándole regalos a Esav y preparándose estratégicamente para la confrontación (divide a su gente en dos bandos, de tal modo que si Esav liquida a uno, queda el otro). Esto nos muestra cómo deben prepararse los judíos cuando son enfrentados por otras naciones. 

Al encontrarse con Esav, Iaacov se inclina ante él, pero realmente lo hace frente a la Shejiná, la Providencia Divina, que lo salva milagrosamente cuando Esav pretende matarlo. 

Iaacov pelea con el ángel protector de Esav y gana, pero es lesionado en el muslo; por ello la Torá prohíbe comer el Guid Hanashé, tendón del muslo cercano al nervio ciático.

La mitzvá de Guid Hanashé es la tercera de la Torá y la primera de carácter prohibitivo. Hay dos partes que no pueden ser comidas en un animal Kasher: el nervio ciático (ley de la Torá) y el nervio perineo (prohibición rabínica).

En nuestros hábitos diarios de comida somos forzados a recordar la herida infringida a Iaacov por Esav en su punto débil (yozai yerjó), representando por la descendencia de Iaacov, que es el pueblo judío. Por lo tanto, debemos reforzar cada generación mediante la educación en Torá, para no ser heridos por otros pueblos.

Luego de la pelea con el ángel, el nombre de Iaacov es cambiado por el de Israel, que significa “has peleado con cuerpos celestiales (el ángel de Esav) y con cuerpos terrenales (Lávan y Esav) y has vencido”; por tanto, mereces la bendición por una conducta noble en un enfrentamiento directo. En esto se diferencia del nombre Iaacov (el que obtuvo la bendición de su padre a través de la astucia).

Cambiar el nombre puede anular un decreto celestial desfavorable. De haber un decreto para que Esaú dominara a Iaacov, Di-s reafirmaría a Iaacov, “puesto que ya no será Iaacov y su nombre será Israel”.

Los nombres de Iaacov e Israel – que todos hemos heredado – se refieren al cuerpo y el alma, respectivamente. Es necesario rectificar espiritualmente el cuerpo para que el poder del alma pueda morar en él. Solo entonces merecerá llamarse Israel.

La Torá no está escrita en orden cronológico. La venta de Iosef en realidad precedió a la muerte de Itzjak por 12 años. Cuando nació Iaacov, Itzjak tenía 60 años.

Itzjak falleció en el año 120 de Iaacov. Iosef tenía 17 años cuando fue vendido, y Iaacov tenía 108 años. 

Rivka murió sin haber visto a su hijo Iaacov y fue enterrada en la Cueva de Majpelá, a diferencia de Rajel, que fue enterrada en Bet Lejem o Belén, el lugar donde los judíos pasaron cuando fueron exiliados a Babilonia, Rajel pidió a Di-s por ellos. Rajel murió al dar a luz. 

Al morir Itzjak a la edad de 180 años, Esav decidió quedarse con los bienes de su padre, y Iaacov, con la tierra de Canaán y la Cueva de Majpelá, lugar donde fue enterrado su padre. 

“Los Sabios dicen que la experiencia de los padres es una guía para sus hijos. Lo sucedido a nuestros Patriarcas refleja eventos que se repiten en la historia de nuestro pueblo, tanto en lo individual como en la nación en su conjunto”.