El hombre, objetivo de la creación

“Este día es el comienzo de Tu obra”…(de la plegaria de Rosh Hashaná).

Fijamos a Rosh Hashaná, el principio del año, en el primero del mes de Tishrei, que es el sexto día del Génesis, día de la creación del hombre. A la luz de esto debemos entender: ¡¿Por qué la terminología utilizada en la plegaria es “Este día es el comienzo de Tu obra”, cuando Rosh Hashaná no es “el comienzo de Tu obra”, sino como se dijo, el sexto día de la Creación?!

La explicación brindada al respecto es la siguiente: siendo que el hombre es el objetivo y la intención final de toda la Creación, y cuando es creado el hombre llegó la misma a su culminación y perfección, por ello este día es llamado “el comienzo de Tu obra”, ya que antes que fuera creado Adam es como que no existiera creación alguna.

CANTIDAD Y CALIDAD

Pero esta explicación requiere ser aclarada: ¿cómo puede plantearse que hasta que fuera creado el hombre es como si no existiera nada, cuando en realidad ya había un gran mundo, del cual el hombre sería tan sólo una minúscula partícula?!. ¿No es acaso esta Creación el motivo de nuestra alabanza al Altísimo en los términos de “¡Cuán  múltiples son Tus obras, Oh Di-s!”. El hombre ocupa de ellas un espacio de lo más diminuto, ya que hay mucho menos seres humanos que animales, menos aún que plantas, y ni que hablar de minerales (materia silenciosa)?.

Nos enseña aquí Rosh Hashaná un principio esencial: lo importante no es la cantidad sino la calidad. En lo que hace a cantidad- es verdad que la materia inanimada ocupa el lugar más predominante. Le sigue el reino vegetal, luego el animal, mientras que el hombre representa una minoría insignificante; pero en términos de calidad, no hay comparación alguna entre el mineral, el vegetal y el animal con el hombre, ya que el hombre se encuentra en un nivel cuantitativo infinitamente superior.

INTELECTO VERDADERO

En el mineral- no hay espíritu de vida alguna. En el vegetal hay vitalidad para el crecimiento, pero no hay alma viviente. Encima de ello se encuentra el grupo animal, que ya posee un alma viviente, pero carece de razón. Es verdad que también los animales poseen inteligencia, pero su inteligencia no tiene capacidad de funcionar independientemente, es sólo un instrumento para servir a sus necesidades materiales y nada más. A diferencia de ello, el hombre posee un intelecto independiente, donde la razón y la sabiduría son un fin en sí mismo (más allá de permitir lograr suplir las necesidades físicas del individuo).

Más aún, la perfección del intelecto humano tiene lugar cuando el hombre hace uso de él no sólo para lograr sus necesidades materiales, sino para elevarse hacia los niveles espirituales, en los temas de la razón y la espiritualidad, hasta que el propio intelecto logra la anulación propia frente al Altísimo, quien es superior a la razón lógica. Y en ello radica la singularidad y la virtud esencial del hombre.

LA ESPIRITUALIDAD ES LO PRINCIPAL

Es éste justamente el mensaje de Rosh Hashaná. Cuando el hombre observa en su derredor, descubre que la mayor parte de su tiempo y esfuerzo está dirigida a cubrir sus necesidades materiales. A su vez, observa que el número de hombres espirituales es inferior, numéricamente, en comparación a quienes están inmersos en el materialismo. Esto puede llegar a despertar la duda, que puede que el materialismo sea lo principal en la vida.

Rosh Hashaná nos enseña que lo correcto es precisamente todo lo opuesto. Es verdad que en términos cuantitativos la materia ocupa muchísimo más lugar que el espíritu, pero lo principal es el espíritu. Por ello, a pesar de que en los seis días del Génesis fue creado un mundo grande y poderoso, sin embargo es considerado nulo y nada absoluta hasta el momento de la Creación del hombre. Recién a partir de la creación de Adam, el mundo alcanzó el punto para ser considerado “el comienzo de Tu obra”, cuando el hombre coronó a Hashem sobre la Creación toda, y reveló en ella su fuente Divina.

(Likutei Sijot tomo 9, Pág. 953. Igrot Melej tomo 1 Pág. 65)

El cerebro de 48 horas

Hoy en día la neurología es lo que antes considerábamos ciencia ficción. Se han dibujado mapas de todas las áreas del cerebro, prácticamente todo fue estudiado e investigado. Con la ayuda de un neurotransmisor podemos escuchar una canción olvidada hace más de 30 años, manipulando una raíz nerviosa podemos perder el deseo de comer papas fritas y perder de esta forma 8 kilos en un mes. Bueno, no para tanto, pero ya casi lo logramos.

El año, un cuerpo de 365 miembros y nervios, también tiene un cerebro, las 48 horas de Rosh Hashana. Esa es la traducción literal de Rosh Hashana: “Cabeza del año”. En Rosh Hashana coronamos a Di-s como nuestro Rey y Di-s renueva su deseo de crear un mundo físico. Canales de vitalidad y energía conectan las 48 horas de Rosh Hashana con los cientos de días, miles de horas y millones de segundos a los largo del año, de la misma forma que el cerebro se conecta con el cuerpo.

Es por eso que los días de Rosh Hashana son tan especiales: el impacto de cada acción se reproduce miles de veces. Si somos bondadosos en Rosh Hashana, seremos más bondadosos a lo largo del año. Si medimos nuestras palabras en estos dos días, nuestro hablar será más refinado durante el año. Si nos concentramos en alguna debilidad y hacemos un esfuerzo mayor, nos daremos cuenta que nuestra resolución es más efectiva que si la haríamos en otro momento.

Si puedes acceder a tu cerebro, puedes hacer prácticamente todo. Puedes despertar recuerdos olvidados, restaurar viejos talentos, aliviar miedos, magnificar alegrías, destruir prejuicios, estimular tus intereses y cambiar tu motivación. Básicamente puedes reprogramar tu vida, aunque sea por un año.

Por: Yanki Tauber

Jana y Rosh Hashaná

Jana fue una de las siete mujeres a las que Di-s les dio el poder de la profecía, así que en total tenemos siete mujeres profetisas, y cuarenta y ocho profetas, cuyas profecías son mencionadas en el Tanaj.

La historia, como la leemos en Rosh Hashaná a partir del primer capítulo del libro de Shmuel 1, se inicia presentándonos a Elcana, el marido de Jana. Fue un Levita (perteneciente a la tribu de Leví) y vivía en Ramataim Zofim del monte de Efraim. Elcana era un hombre de noble carácter y gran piedad. Vio con dolor como muchos de sus hermanos judíos se alejaban lentamente de Di-s, y decidió generar un vívido interés en el centro espiritual de Shiló, donde Eli el Alto Sacerdote era el juez de Israel en esos días.

Como está establecido en la Torá, Elcana realizaba un peregrinaje a Shiloh durante cada una de las Tres Temporadas de Festival. Junto con él, su familia pasaba la festividad en una atmósfera religiosa en la ciudad santa del Santuario. Cuando la gente veía la caravana de Elcana de camino a Shiló un espíritu festivo y de felicidad, muchos se les unían . Un vínculo más estrecho se desarrolló así entre el pueblo judío y su centro espiritual en Shiloh, gracias a la influencia de Elcana.

Jana era una de las dos esposas de Elcana y no tenía hijos. Silenciosamente sufrió muchas humillaciones a las manos de las más afortunada Penina, quien tenía hijos. En uno de los peregrinajes anuales a Shiló, Jana se levantó en el Santuario y le abrió su corazón a Di-s. Le rezó que la bendijera  con un hijo, e hizo votos de que lo consagraría toda la vida de su hijo a Di-s. Rezó en silencio, balanceándose ligeramente. Eli la vio y creyó que estaba borracha. Él la reprendió por entrar al Santuario en un estado de ebriedad. Pero Jana respondió con dignidad, “No, señor mío, yo soy una mujer de espíritu doloroso; no he bebido ni vino ni bebida fuerte, sino que he derramado mi alma delante de Di-s.”

Eli se dio cuenta de la profunda piedad y el dolor que habían movido a esta mujer y le dijo, “Ve en paz, y el Di-s de Israel te otorgue la petición que le has hecho.” Jana se lo agradeció graciosamente y se fue con felicidad en su corazón, con la seguridad de que su plegaria había sido aceptada.

Corrido el tiempo, le nació un hijo al que llamó Shmuel, lo que significaba como ella dijo: “Se lo pedí (prestado) a Di-s.” La alegría de Jana no tenía límites. Los primeros años los mantuvo en la casa. Luego, fiel a su promesa, lo llevó a Shiló con una ofrenda de gratitud a Di-s. Llevando el niño a Eli, el Alto Sacerdote, Jana dijo, “Mi señor, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a tí, orándole a Di-s. Por este niño oraba, y Di-s me dio lo que le pedí.” Le contó a Eli sobre su voto, y dejó su amado hijo al cuidado de Eli, para que lo criase en una atmósfera totalmente sagrada en el Santuario.

Uno podría pensar que Jana tendría el corazón partido de separarse de su hijo, por el que había rezado por tantos años. Pero Jana estaba llena de gozo al rezarle a Di-s y dijo, “Mi corazón se regocija en Di-s.” Estas fueron las primeras palabras de la famosa profecía de Jana, que forma un maravilloso himno: “No hay santo como Di-s, porque no hay ninguno fuera de Ti; y no hay refugio como nuestro Di-s.

“No habléis más con tanto orgullo, ni dejéis que salga arrogancia de vuestra boca, porque Di-s es un Di-s que sabe todo; y Él conoce todas las acciones. Di-s mata y da vida, hace descender a la tumba y hace subir. Di-s empobrece y enriquece; abate y ensalza. Levanta del polvo al pobre, y al menesteroso ensalza del estiércol, para asentarlo entre los príncipes, y hace que hereden el asiento de la gloria …”

Al leer las inspiradoras palabras de la profetisa, podemos ver de inmediato lo apropiadas que son para el Día de Juicio, Rosh Hashaná, cuando Di-s decide la suerte de cada persona: quiénes vivirán, quiénes serán ricos, quiénes serán honrados o no.

Nuestros Sabios nos cuentan que la profetisa Jana nos ha enseñado varias cosas importantes. Uno de ellos es la importancia de recitar plegarias en un murmullo. Como saben, tenemos el Shemone Esre ”silencioso”, el cual es luego repetido en voz alta por el Jazan (si el servicio es celebrado en la sinagoga). El Shemone Esre ”silencioso”, que decimos en un murmullo, con nuestros labios moviéndose pero con nuestra voz apenas audible, de la manera que rezaba Jana, es la parte más importante de nuestra plegaria. Cuando el corazón está lleno y abrumado en la presencia del Todopoderoso, entonces la plegaria es mejor expresada en un murmullo.

Jana también introdujo el nombre santo de Di-s, como el “Di-s de Anfitriones”, es decir, el Señor de todo el universo, los anfitriones de cielo y tierra. Es muy apropiado en Rosh Hashaná, cuando proclamamos el reino de Di-s sobre todo el mundo.

El primer verso de la plegaria de Jana contiene la profecía de que su hijo Samuel sería un profeta en Israel; que en sus días el pueblo de Israel sería salvado de los filisteos; que haría muchos milagros y maravillas; y que su nieto Heyman con sus catorce hijos cantaría y diría Salmos en el Beit Hamikdash, junto con otros Levitas.

En el segundo verso, Jana predice la derrota de Sanjerib en las puertas de Jerusalén. Luego profetiza sobre Nabucodonosor y otros enemigos de Israel quienes pagarían por su malignidad; entre ellos, los Macedonios (griegos) quienes serían derrotados por los Macabeos; el malvado Amán y sus hijos y su derrota a manos de Mordejai y Esther.”

¿Por qué no se toca el Shofar en Shabat?

Tocar el Shofar en Rosh HaShaná es un precepto bíblico, sin importar en qué día de la semana caiga la festividad, pero la Mishná nos dice que no tocamos el Shofar cuando cae en Shabat: Si es en Shabat, el Shofar suena en el Templo Sagrado, pero no en todo Israel.

El Talmud explica:

Raba dijo: Todos tienen la obligación de tocar el Shofar, pero no todos son expertos en tocarlo. Existe el peligro de que uno tome el Shofar y acuda a un experto para aprender [cómo tocarlo correctamente], y lo llevará cuatro codos en el dominio público [un acto que está prohibido en Shabat].

Los Sabios pueden “anular” un precepto de la Torá (si su instrucción implica la abstención de la acción, no una violación proactiva de un mandato bíblico).
Nuestra obligación de seguir las directivas está implícita en el versículo, “Y deberás haz conforme a la palabra que te digan, desde el lugar que Di‐s escoja, y cuidarás de hacer conforme a todo lo que te instruyan.”

En Jasidut se explica que es inconcebible que los Sabios priven a todo Israel de los beneficios que otorga una de las más grandes Mitzvot por culpa de unas pocas almas ignorantes que de otro modo podrían errar.
Debemos concluir que los Sabios entendieron que en Shabat es innecesario tocar el Shofar, porque lo que logramos haciendo sonar el Shofar, por sí solo, se logra en Shabat.

El logro del Shofar es renovar el placer de Di‐s en Sus obras, en este mundo, para que haya un deseo de continuar infundiendo Sus obras con la fuerza vital necesaria para su existencia continua.
Si Él se deleita en nosotros, tiene razón para continuar creándonos, para continuar Su relación con nosotros.

El tema principal de Shabat es el placer, el deleite y el deseo. “Llama al Shabat una delicia”, nos ordena el profeta, lo cual logramos al participar de comidas suntuosas.
Y lo que Di‐s nos instruye que hagamos, Él también lo hace.

En Shabat el deleite y el deseo de continuar con nuestro mundo y con nuestra relación ya está allí, no hay necesidad de tocar el Shofar para renovarlo. (Sin embargo, el nivel de placer Divino evocado al tocar el Shofar en el Templo Sagrado, el lugar donde se manifestó la esencia de Di‐s, es mayor que el placer activado naturalmente en Shabat. Como tal, el Shofar suena en el Templo incluso cuando Rosh HaShaná cae en Shabat.)
Pronto, esperamos merecer escuchar el “gran Shofar” que se tocará el día de la Redención.

Leicaj (torta de miel)

¡Que este Rosh Hashaná no falte un rico Leicaj de miel!

Ingredientes:

-2 huevos

-¾ vaso de miel

-1 vaso de azúcar

-1 vaso de aceite

-1 cucharadita de canela

-1 cucharadita de bicarbonato de sodio

-1 cucharada de polvo de hornear 

– 2 ½ vasos de harina 

– 1 vaso de cafe (hecho con 2 cucharitas de cafe)

Procedimiento:

Precalentar el horno a fuego medio bajo. 

Mezclar todos los ingredientes hasta que se forme una preparación homogénea y sin grumos. 

Colocar en budineras previamente aceitadas y cocinar 20 minutos aproximadamente hasta que salga el escarbadiente limpio.

Entre Rosh Hashaná y Iom Kipur

Los siete días entre Rosh HaShaná y lom Kipur se denominan “Días de Arrepentimiento”, o “Diez Días de Arrepentimiento” [aseret ieméi teshuvá, contando los dos días de Rosh HaShaná y el día de Iom Kipur, también días de arrepentimiento]. También se denominan béin kése leasór—”entre la ocultación [de la luna en Rosh HaShaná] y el décimo [Iom Kipur]”—. Estos nombres sirven para recordarle al hombre la esencia de este período: que en él está suspendido entre los dos días de juicio de Rosh HaShaná, cuando se inscribe su veredicto, y Iom Kipur, el día en que éste es sellado. La persona que toma conciencia de la importancia de ello no apartará sus pensamientos del temor al juicio y el deber del arrepentimiento.

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¿Que es Sucot?

SUCOT

Es la fiesta de reafirmación de nuestra confianza en Di-s al recordar Su bondad durante los cuarenta años en los que nuestros antepasados atravesaron el desierto del Sinaí, después del Éxodo de Egipto.

Durante este período hubo siete milagrosas nubes de gloria que los rodearon y sobrevolaron para protegerlos de los peligros y dificultades del desierto.

Sucot expresa la idea de que nuestro vínculo con el Creador del Universo no se basa únicamente en las actividades sagradas y espirituales de Rosh Hashaná y Iom Kipur, sino que todo as­ pecto de la vida, por más mundano o bá­sico sea, es una oportunidad de unirse con Di-s.

En la Sucá comemos, descansamos y pasamos momentos con amigos; las ac­tividades cotidianas se convierten en un camino hacia lo Divino

LA SUCÁ

La Sucá es una estructura temporaria de 3 o 4 paredes, cubierta con un techo de ramas y construida directamente bajo el cielo.
Nos recuerda las nubes de gloria que protegie­ ron a nuestros antepasados en el desierto.
Al comer una comida que incluye harinas o vi­ no, además de la bendición sobre los alimen­tos, se recita la bendición referente a la Sucá:

La primera vez en el año que se come en la Sucá, se recita también la bendición de Shehe­jeianu
  • Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiemánu vehiguianu lizman hazé.
  • Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta el presente momento.
  • Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu leishev basucá.
  • Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus precep­tos y nos ordenó morar en la Sucá.
  • Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám shehejeianu vekiemánu vehiguianu lizman hazé.
  • Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta el presente momento.

SUCOT

Durante siete días y siete noches, comemos todas nuestras comidas en la sucá y la consideramos nuestro hogar. Ubicada al aire libre, la sucá está formada por al menos tres paredes y un techo de vegetación natural sin procesar, generalmente bambú, ramas de pino o de palmera.

Los 7 días de Sucot (excepto en Shabat)
Tomá el Lulav (previamente unido a las ramas de sauce y mirto) con la mano derecha y recitá la siguiente bendición:

  • Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu al netilat luláv.
  • Bendito eres Tú, Señor Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus precep­tos y nos ordenó tomar el Lulav.

REGOCIJO

Más allá de la alegría que sentimos en todas las festividades, en Sucot hay una obligación especifica de es­tar alegres. Hay quienes tienen la costumbre, para cumplir con tal fin, de tomar una copa de vino cada día de Sucot. 

Noche de baile, música y alegría en recuerdo de los bailes que se cele­braban en el Santo Templo de Jerusalem desde la tarde hasta el amanecer para acompañar la pre­paración del agua utilizada para el servicio de la festividad. Seguí nues­tras redes sociales para conocer cuándo y dónde se hará el festejo.

Los días intermedios son cuasi festividades, conocidas como Jol Hamoed. Vivimos en la sucá y tomamos las Cuatro Especies todos los días de Sucot (excepto Shabat , cuando no tomamos las Cuatro Especies).

De todas las festividades judías, Sucot es la única cuya fecha no parece conmemorar un acontecimiento histórico. La Torá se refiere a ella con dos nombres: Jag HaAsif (“Fiesta de la Cosecha”) y Jag HaSucot (“Fiesta de los Tabernáculos”), cada uno de los cuales expresa una razón para la celebración.

Las 4 Especies 


Las cuatro especies, con sus diferentes carac­ terísticas, representan a los diferentes tipos y personalidades que conforman al pueblo judío. Al unirlos, marcamos la importancia de cada uno con sus particularidades y de nues­tra verdadera unión.

Tomamos el Etrog con la mano izquierda y lo juntamos a las otras tres especies. 

La primera vez en el año que cumplimos con la Mitzvá recitamos la bendición de Shehejeianu

Mirando al este movemos las 4 especies desde el corazón 3 veces hacia la derecha (sur), hacia la izquierda (norte) hacia adelante (este) hacia arriba, hacia abajo, y hacia atrás (oeste). Atrayendo así las energías positivas y rechazando las negativas.

ERUV TAVSHILIN
Para poder cocinar los viernes en Iom Tov (Rosh Hashaná, Sucot y Simjat Torá) para el Shabat posterior se debe hacer ERUV TAVSHILIN en la tarde de la víspera de cada una de estas festividades, o sea los días miércoles 2,16 y 23 de octubre.

PROCEDIMIENTO:
Antes de la hora de encender las velas se toma una Jalá o pan y un alimento cocido (por ejemplo pescado, carne o huevo duro), se lo entrega a otra persona y se dice: ”.Aní Mezaké Lejól MíSherotzé Lizkot Velismój Al Eruv Zé”, “Comparto este Eruv con todo aquél que desee participar y depender de él”.

Luego la persona que lo recibe lo levanta 10 cm y se lo devuelve a la primera quién recita lo siguiente: Bendito eres Tú A-do-nay, Nuestro Señor, Rey del universo, que nos santificó con sus preceptos y nos ordenó lo referente al Eruv. Y finaliza diciendo: Por medio de éste, nos sea permitido hornear, cocinar, guardar, prender de un fuego preexistente, preparar y hacer en la festividad todo lo necesario para el Shabat, a nosotros, ya todos los israelitas que residen en esta ciudad.

7 Personas que dejaron su huella en Rosh Hashaná

Adám

Rosh HaShaná coincide con el sexto día de la Creación, cuando Di‐s creó a Adám. Hashem eligió el cumpleaños del primer ser humano como el día que marca el Año Nuevo judío.
¿Por qué celebramos Rosh HaShaná en el aniversario de la humanidad? Porque los descendientes de Adám, jugamos un papel integral en la Creación. Di‐s creó un mundo incompleto.
Depende de nosotros usar el próximo año para llenar ese vacío, infundiendo al mundo Divinidad y santidad.

Sara

Nuestra matriarca Sara fue estéril, hasta que milagrosamente dio a luz a Isaac a la edad de 90 años. Nuestros Sabios dicen que fue en Rosh HaShaná que Di‐s “recordó” a Sara, lo que resultó en la concepción de Itzjak.
La lectura de la Torá del primer día de Rosh HaShaná relata la historia del nacimiento y los años de formación de Itzjak.

Itzjak

La lectura de la Torá del segundo día de Rosh HaShaná presenta a Itzjak. Relata la historia de la atadura, en cuyo mérito oramos para que Di‐s nos juzgue favorablemente y nos conceda un año de bendiciones.
Un detalle de esta historia es el carnero cuyos cuernos estaban enredados en un matorral, recordado por el Shofar, hecho con un cuerno de carnero.

Rajel

Rajel vio cómo su hermana Lea le daba a Iaakov un hijo tras otro, mientras era estéril. Finalmente, en Rosh HaShaná, Rajel fue recordada, y resultó embarazada con Iosef.

Jana

Jana, madre del profeta Shmuel, es parte del trío de mujeres estériles que fueron recordadas en lo alto en Rosh HaShaná.
En conmemoración, leemos la historia de Jana en la Haftará del primer día de Rosh HaShaná.
Este relato subraya el poder de la plegaria.

Guedalia

Después de que se destruyó el primer Templo Sagrado en Jerusalém, se nombró al justo Guedalia como gobernador de los judíos restantes.
Bajo su liderazgo, el pequeño grupo comenzó a recuperar cierta sensación de paz y seguridad. Pero, en Rosh HaShaná, Guedalia fue asesinado por un judío celoso y traidor llamado Ishmael.
Así, las últimas chispas de vida judía en la Tierra de Israel se extinguieron.
Para conmemorar este triste hito en nuestra historia, el día siguiente a Rosh HaShaná es día de ayuno, Tzom Guedalia.

¡Tú!

Rosh HaShaná es un día de Plegaria, para pedirle al Todopoderoso que nos conceda un año de paz, prosperidad y bendición. También es un día alegre, pues proclamamos a Di‐s Rey del Universo. Los cabalistas enseñan que la existencia continua del universo depende del deseo de Di‐s por un mundo, un deseo que se renueva cuando aceptamos Su reinado cada Rosh Hashaná.

Esto es algo que depende de todos, al escuchar los toques del Shofar y decidir servir a Di‐s durante el próximo año lo mejor que podamos. El verdadero héroe de Rosh Hashaná eres tú.

¿Para quién es la plegaria?

El otro día estaba conversando con un amigo- prominente editor de un periódico local- mientras tomábamos una taza de café y filosofábamos sobre temas sagrados como la vida después de la vida, el kadish que se recita por un ser amado, y la plegaria.

La conversación se puso animada y muy apasionada cuando mi amigo expresó su profunda frustración por su incapacidad de encontrar una escena digna y una forma significativa en la que pudiera expresarse a Di-s.

Había observado las diferentes “marcas” de Judaísmo y los diferentes estilos dentro de ellas, pero no había hallado aún “la pareja perfecta” -nada que se adaptara a sus necesidades espirituales.

Mi respuesta inmediata fue: “¿Sabes? Me siento triste por ti”. Y lo sentía de verdad. Porque cualquiera que haya tenido la oportunidad de rezar -pero rezar en serio- sabe que no hay nada como ello en el mundo. Las preocupaciones mundanas y cotidianas desaparecen; uno entra literalmente en un baño espiritual y sale de allí refrescado y vigorizado con una nueva energía para asumir al mundo, librado de la coerción física, mental, emocional, financiera, etc. que inhiben nuestra verdadera y total felicidad. Descompresión para el cuerpo y el alma.

Pero lo que mi amigo sentía era inhibición. Lo que realmente quería, explicó, era poder escoger las Plegarias, y construir sus propias oraciones, dándole forma a la experiencia de la Tefilá que sería lo más significativa para él. Como un pensamiento posterior le pregunté: “¿Cuál es tu Plegaria favorita?”

Me contestó que es Hineni HeAni Mimaas, la oración cantada por el jazán antes de Musaf en Rosh Hashana y Iom Kipur. (La fuente de esta Tefilá no se conoce concluyentemente, pero muchos la atribuyen al gran Tosafista, Rabi Iaakov ben Meir, conocido como “Rabeinu Tam”.)

En esta conmovedora Plegaria, el jazán pronuncia su falta de mérito para liderar a la congregación en la Tefilá de Musaf. Incluye muchas declaraciones poderosamente humildes que intentan humillar al líder ante la congregación, como: “Miren, soy pobre en hechos meritorios, tembloroso y aterrado, estoy parado frente a Aquel que está entronizado en las alabanzas de Israel… Acepta mi Plegaria como si fuera la Plegaria de un hombre entrado en años y con experiencia en orar, cuya conducta en su juventud fuera intachable, cuya barba está crecida, cuya voz es dulce y cuyo carácter es agradable para sus semejantes…” 

Señalé a mi amigo que su elección era muy irónica. “Tu frustración con la Tefilá es porque no sacas nada significativo de ella” dije “y tu Plegaria favorita es una en la que jazán implora a Di-s para que acepte su Tefilá pues él no es digno de liderarla; una Tefilá que dice esencialmente que la Plegaria no es acerca de ti. La libertad y alegría que ofrece la oración, reside precisamente en la humildad que evoca- en el darse cuenta que la Plegaria no se trata de que la persona que ora se sienta bien por ello, sino en entrar en unión con Di-s. Sólo entonces se alcanza, aunque inadvertidamente, la liberación y la esperanza que la Tefilá incorpora.”

Era una visión que no había apreciado hasta que tuvimos esta conversación aunque, como concepto, lo había estudiado en la Ieshivá. Mi amigo el editor “secular”, me enseñó una lección que nunca había podido entender en toda mi vida basada en la educación de acuerdo a la Torá: la Tefilá no se trata de mí y de lo bien que me siento; es sobre Di-s y mi conexión con Él. 

La conclusión de la Tefilá de Hineni es muy precisa: “Que sea Tu Voluntad Oh Di-s… que los ángeles traigan mi Plegaria ante el Trono de Tu Gloria y la extiendan ante Ti, en aras de Tu Glorioso, grande y reverencialmente temido Nombre …Bendito eres Tu, quién escucha la Plegaria.” 

No dice: “Que sea Tu Voluntad, Oh Di-s que salga de esta Tefilá sintiéndome realizado, pleno y aliviado”. Ése es un derivado de la experiencia exitosa de la Plegaria. No es un derecho, es un premio. 

Hay una historia jasídica famosa en la que un discípulo de un Rebe toma la imponente responsabilidad de tocar el Shofar en Rosh Hashaná. En todas las congregaciones, éste es un colosal honor y responsabilidad, pero en los círculos místicos es una tarea monumental que lleva meses de auto-preparación e intenso estudio de los significados místicos de cada sonido emitido por el Shofar.

El discípulo pasó varias semanas de intensa purificación y profundización de los textos cabalísticos. Tomó notas que pensó tener junto a él al tocar el Shofar.

El gran momento llegó y el jasid tembloroso metió la mano en su bolsillo para extraer sus notas, pero descubrió que el papel donde las había apuntado había desaparecido.

Su Rebe y la congregación entera estaban bajo su Talitot, esperando este momento abrumador cuando los humanos y Di-s se unen en el éxtasis espiritual al escuchar el sonido supra-humano del Shofar. No había tiempo para empezar a buscar el papel extraviado. Con el corazón quebrado tocó el Shofar, sintiendo durante todo ese tiempo que no era verdaderamente digno de la sagrada tarea y por consiguiente le había ocurrido esta tragedia.

Después del Servicio se acercó su Rebe, llorando amargamente y disculpándose profusamente por haberlo decepcionado. Para su gran asombro, una sonrisa resplandeciente se dibujaba en la cara del Rebe. “Los sonidos del Shofar” explicó el Rebe, “son como llaves, cada nota es una llave que abre una puerta en el camino a las Cámaras Reales más íntimas de Di-s.

“Te pedí que tocaras el Shofar, pues sabía que tienes la habilidad para estudiar y prepararte y utilizar cada llave para introducir a la congregación a través de cada una de las entradas del Palacio Celestial hasta llegar a las Cámaras Reales.

“Sin embargo,” continuó el Rebe, “hay una llave maestra, una llave que abre todas las puertas. Ésa es la llave del “corazón humilde y quebrado”. Ésa es la llave que has usado cuando tocaste el Shofar, y gracias a tus esfuerzos, el Shofar ha cumplido su cometido de la manera más eficaz posible.”

Además de ser una buena historia, esto resalta el punto que mis maestros intentaron introducir en mí, y que mi amigo tuvo éxito en hacérmelo vislumbrar.

Entender que la Tefilá no es mía. No está para que me haga disfrutar y provocarme un instante de placer. Es Di-s, y Él nos premia con un sentimiento de cumplimiento, alivio y esperanza. Sin embargo, esto depende de la manera en que encaramos la Plegaria. ¿Se trata de mí o de Él?

Mi amigo “el editor” contestó su propia pregunta. Toda la premisa de no encontrar un lugar de Tefilá o una Plegaria específica que “hecha para él” es desacertada. De hecho, la Plegaria tiene todas esas calidades liberadoras, pero nacen de la intensa humildad y falta de expectativa por el ego. La verdadera Tefilá se trata acerca del despojarse del ego y unificarse con Di-s, y esta unificación nos da una calidad de tranquilidad y realización Divinas. No al revés.

De hecho, el término Talmúdico para la Plegaria es avodá, que se traduce literalmente como “trabajo”. Es un trabajo orar correctamente. Y es un premio poder conectarse a través de la Tefilá y recibir sus propiedades terapéuticas.

Que Hashem nos bendiga para que seamos inscriptos y sellados para un año feliz, saludable y exitoso lleno de Tefilá significativa.

Busque una sinagoga, halle una Plegaria, y que este año nos permita estar a todos conectados.

Por Rabi Nejemia Schusterman, director del Beit Chabad de Peabody, Massachusetts

Pin pong de Rosh Hashaná

1. ¿Es el Año Nuevo Judío comparable al Año Nuevo Civil?

Básicamente no. El año judío, conforme al precepto bíblico que Di-s expresara a Moshé aún estando en Egipto, se basa en meses lunares.

Observando el calendario civil, podemos notar que el año Nuevo Judío puede ocurrir en cualquier fecha desde el inicio de septiembre hasta el inicio de octubre. Además, el Año Nuevo Judío es más que el mero cambio del calendario que cuelga en la pared de nuestra cocina; es un momento en el que cada Judío revisa con honestidad y a conciencia sus logros espirituales y rectifica cualquier cosa que exija ser mejorada.

Esto no significa que sea un momento triste del año, pues la tristeza no es una característica que nos lleve a muchos progresos útiles. Por lo tanto decimos que se trata de un momento “serio”. Los judíos dedican mucho tiempo a rezar, a pensar y a realizar actos caritativos en mayor medida que lo usual en el curso del año.

2.¿Es Tishrei el primer mes del calendario Judío?

Depende de cómo se mire. Es el primer mes del año de acuerdo a la perspectiva de la responsabilidad personal por las acciones propias (algo así como el año fiscal empleado para propósitos contables, que no se corresponde necesariamente con el año calendario). Es el séptimo mes del año cuando contamos meses. La Torá nos dice que los meses se cuentan a partir de Nisan – el mes en el que los judíos salieron de Egipto. El Año Nuevo de Tishrei coincide con la fecha en que fueron creados Adam y Javá.

3. ¿Por qué acostumbramos a comer miel durante el mes de Tishrei?

A fin de que uno retorne adecuadamente y logre un grado más alto de compromiso con el judaísmo, es importante que mantengamos un estado mental positivo y optimista. Estamos seguros de que con la ayuda Divina, podremos cambiar nuestros hábitos para mejor, y así ser bendecidos con un año muy dulce. Gustar de la miel debe recordar- nos que no hay obstáculo para endulzar la vida de uno mismo y conseguir todas las bendiciones que se necesitan

4. ¿Por qué el simbolismo con la miel?

En la plegaria nosotros pedimos por un año ‘bueno y dulce’. Pedir simplemente por un año ‘bueno’ no es suficiente porque sabemos que muchas cosas que son penosas para nosotros, son realmente bendiciones encubiertas, de ahí que ‘bueno’ pueda ser también doloroso. Por tanto, especificamos “bueno y dulce”, una clase de bien que puede ser fácilmente apreciado.

Bueno’ puede ser entendido intelectualmente, pero “dulce” es una experiencia de los sentidos la cual aún un niño pequeño puede apreciar. Nosotros pedimos a Di-s por bondad simple, la dulce clase de bien que puede ser apreciada por todos, antes que aquella que es entendida sólo por personas de profunda fe. “Danos simple bien, dulce como miel”.

Di-s se relaciona con nosotros como nosotros nos relacionamos con El. Si aceptamos Su palabra con simple, incuestionable fe, entonces El responderá con bien simple, sin complicaciones. Si complicamos la fe, aceptando sólo aquello que podemos captar intelectualmente, entonces Di-s puede darnos la clase de ‘bien’ que requiere gran esfuerzo intelectual para aceptar.