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Pollo con salsa agridulce

Ingredientes

 -1 pollo trozado en 8 (puede ser con o sin piel)

Salsa

  • 1 vaso de azúcar negra
  • 3 cucharadas de ketchup
  • 2 cucharadas de aceite
  • 2 cucharadas de vinagre
  • 1 cucharada de mostaza 

precalentar el horno a fuego medio y acomodar el pollo en una fuente para horno

en una ollita a fuego mediano, incorporar todos los ingredientes hasta integrar, cuando empieze a hervir retirar del fuego.

Vertir la salsa sobre el pollo y cubrir con papel aluminio y cocinarlo tapado por una hora aproximadamente.

Extraido de @cocinajudiaconriki

Cuatro razones para estar contento

Porque es una buena manera de hacer las cosas

Para citar el clásico jasídico Tania, de Rabi Schneur Zalman de Liadi (1745-1812): “Al igual que en el caso de dos personas  luchando, cada una tratando

de derribar al otro, si uno de ellos se mueve con pereza y letargo, será fácilmente derrotado y derribado, aunque sea más fuerte que su compañero. Así también, en la lucha contra la inclinación del mal, uno puede prevalecer sobre ella… sólo con la ligereza que viene de la alegría, y de un corazón que es libre y limpio de cualquier rastro de preocupación y tristeza” Se aplica a la lucha libre, batallas morales y todo lo demás.

Porque es algo bueno

¿Por qué el gozo debe ser sólo una herramienta, un medio para un fin? Es una buena cosa en su propio derecho, una mejor manera de ser. Y no es tan difícil de lograr. Sólo debemos centrarnos en todas las cosas buenas que tenemos y cuánto más reales y duraderas son que las cosas no tan buenas.

Porque es un tiempo feliz.

Ser feliz a veces requiere de esfuerzo, como en la razón anterior. Pero hay momentos en que la felicidad está en el aire, y todo lo que se necesita hacer es abrirse a ella y permitir que entre en nuestro alma. Ahora estamos en ese momento. Nuestros Sabios nos dicen que “cuando el mes de Adar comienza, la alegría aumenta”. Como Haman descubrió desgraciadamente (para él), es un momento en que suceden cosas  buenas  al  pueblo judío. No tenemos que hacer nada para experimentarlo, sólo incorporarla.

Porque es lo que somos

Esta no es realmente una “razón”, así que supongo que significa que hay realmente tres razones, no cuatro.

Los maestros jasídicos nos dicen que nuestra alma es “literalmente una parte de Di-s”. Por lo tanto, la alegría, en última instancia, no es una técnica para dominar, ni un objetivo a alcanzar, ni siquiera un estado al que rendirse. Es lo que somos, en virtud de nuestro vínculo con Aquel que “la fuerza y la alegría están en Su lugar” (I Crónicas 16:27).

¿Por qué escondernos de lo que somos?

Lo que debemos saber acerca de la Parashá de Shekalim

La Parshá de Shekalim se encuentra en el Libro de Shemot desde el capítulo 30, versículo 11 hasta el 16. Esta sección trata acerca de la donación del medio shekel (ciclo de plata) que debían aportar todos los varones mayores de veinte años. Dicho dinero era utilizado para los menesteres del Santuario.

Conozcamos más detalles:

En la época del Gran Templo, cada judío debía aportar medio shekel anualmente -lo que constituía una mitzvá positiva-, utilizado para adquirir los sacrificios comunitarios que se ofrecían diariamente. Estos sacrificios eran adquiridos con la donación del medio shekel de ese año, y de ningún otro.

Todos tenían el deber de cumplir esta mitzvá, aun el pobre que obtenía su sustento mediante la caridad. Si la persona no tenía medio shékel debía pedir dinero prestado, o empeñar o vender alguna de sus prendas, pues el versículo expresa (Éxodo 30:15): “El rico no dará más y el pobre no dará menos, de medio shékel” Asimismo, el medio shékel no podía ser pagado en cuotas.

Todas las contribuciones de medio shékel debían llegar al Gran Templo antes de Rosh Jodesh Nisán, pues en esa fecha se hacían las asignaciones del tesoro para la compra de los sacrificios comunales que se traían durante el año. De igual forma, era necesario que cada judío participara de esos sacrificios puesto que servían de expiación para el pueblo entero.

Se solían realizar anuncios públicos -desde Rosh Jodesh Adar-recordando a la gente que trajera su medio shékel, de modo que cada uno tuviera tiempo suficiente para reunir los fondos y dar su contribución en el momento apropiado. El 15 de Adar, los recolectores comenzaban a establecerse en cada ciudad y solicitaban que se les trajeran las contribuciones. Quien no traía el medio shékel en ese momento, no era obligado a hacerlo. El 25 de Adar los recolectores se instalaban en el Gran Templo, y a partir de esa fecha, aquellos que no hubiesen traído su contribución eran forzados a hacerlo.

Los Sabios estipularon que en el Shabat inmediatamente anterior a Adar o en Rosh Jodesh mismo, si fuera Shabat- debía leerse la sección de la Torá que trata acerca del medio shékel, pues en Shabat la nación entera se reúne en las sinagogas y casas de estudio para escuchar la lectura de la Torá. La Parshat Shkalim que se leía entonces servía como el primer llamado para el cumplimiento de la mitzvá en el momento apropiado.

Hoy en día, cuando no tenemos el Beit HaMikdash, los sacrificios, ni la mitzvá del medio shékel, leemos no obstante Parshat Shkalim en la época correspondiente para que por medio de su lectura nos sea considerado como si realmente hubiésemos cumplido la mitzvá, como expresa el versículo (Hoshéa 14:3): Te tributaremos la plegaria de nuestros labios en lugar del sacrificio de novillos; es decir, nuestras plegarias ocuparán el lugar de los animales que ya no podemos sacrificar -y del mismo modo, de las mitzvot que no podemos cumplir-.

Existe otra razón: los Sabios ordenaron que la sección de Shekalim fuera leída en su momento adecuado aún hoy día, ya que dado que oramos por la pronta reconstrucción del Beit HaMikdash, es nuestro deber familiarizarnos con la forma correcta de cumplir este precepto.

La mitzvá del medio shékel es muy apreciada por el pueblo de Israel, pues nos enseña a amar inmensamente a nuestros semejantes, puesto que todos somos iguales ante Di-s, y el más importante de los servicios Divinos -la ofrenda de los sacrificios comunales- era cumplido por igual por todo el pueblo. No existen ricos o pobres delante de Di-s, ni favorecidos o desfavorecidos. Todos están próximos a Él y Él recibe con agrado los sacrificios que ofrecen, expiando todos sus pecados.

Mishpatim “No quebrar sino santificar”

“Y estas son las leyes” (Shemot 21:1)

Acabamos de leer, la semana pasada, en la Parshá de Itró, sobre la entrega de la Torá en el Monte Sinaí con voces y relámpagos. Ahora queremos saber qué es lo que contiene esta Torá, entregada desde el Cielo en un evento tan estruendoso. Comenzamos a estudiar esta semana sobre los preceptos entregados en Sinai y ¿qué vemos?: ‘Leyes’- preceptos simples y básicos, que hacen a la relación del hombre con su prójimo, instrucciones que nuestra propia lógica dicta seguir incluso sin un mandato de la Torá de por medio.

 Los párrafos de Itró y Mishpatim representan, a simple vista, dos extremos opuestos: En la Parshá Itró leemos sobre la revelación Divina, sobrenatural, celestial, la supra racional. Mientras que en el párrafo de Mishpatim se habla de temas terrenales, cotidianos, asuntos que también comprende la lógica del hombre simple.

VERDADERA UNIDAD

Desde una perspectiva más profunda, justamente estas dos Parshiot, cuyo contenido es tan opuesto, son dos etapas que se complementan en la extraordinaria innovación gestada por la entrega de la Torá. El objetivo del evento del Sinaí fue eliminar la brecha existente entre el mundo del espíritu y la realidad material, e introducir la Torá y la santidad literalmente en el seno del mundo; unificar el espíritu con la materia.

El principio radica aquí en que no se trata de que la santidad Divina desplace, anule y quiebre a la realidad terrenal, sino que ésta perdure tal cual es, en su carácter de una existencia material encadenada a las limitaciones de este mundo, y conjuntamente con ello more ahí la Santidad Supernal. Ésta es la verdadera unión del espíritu con la materia.

DESHACER LAS ESTRUCTURAS

La primera etapa de unión entre el espíritu y la materia es la descripta, en el párrafo de Itró: “Y descendió Di-s sobre el Monte Sinaí”1- la extraordinaria revelación Divina. Voces y relámpagos, un terrible temblor que conmovió al mundo todo. En las palabras del Midrash2: “el pájaro no gritó, el ave no voló, el toro no mugió… el mundo estaba callado y silencioso” En el pueblo judío, esta revelación Divina causó una profunda anulación, al punto que escaparon del Monte y se pararon a lo lejos. Ésa fue la primera parte- Hashem descendió aquí ‘abajo’.

Pero el objetivo es, como se dijo, que este mundo no anule su ser, sino que prosiga funcionando como un mundo material- pero siendo un instrumento al servicio de la Santidad. Por ello fue necesaria la segunda etapa, la desarrollada en Parshat Mishpatim: este párrafo, que trata sobre las leyes monetarias y de daños y perjuicios, los temas realmente mundanos, enseña cómo debe cumplir el judío los preceptos de Di-s dentro de su vida terrenal. Justamente son los mandamientos ‘sencillos’ y lógicos enumerados en esta Parshá, los que indican el camino a través del cual la santidad se enviste en el mundo, se acomoda en él, hasta convertirse en parte del mismo.

LA FE COMO BASE

La Parshá de Mishpatim nos enseña que santidad no se limita sólo a la anulación absoluta y la auto elevación más allá de la vida terrenal. Por el contrario, la santidad se manifiesta también en las pequeñas cosas de la vida cotidiana cuando se llevan a cabo de acuerdo al mandato de la Torá, como ser la indemnización del damnificado, la actitud correcta frente a un valor confiado en depósito, el pago del salario a su tiempo, etc. Esta es la manera de generar una verdadera comunión entre la Santidad Divina y la vida práctica y material.

Pero para que el judío previamente posea esta fuerza de introducir santidad también en el seno de la vida rutinaria, se requiere de la etapa de la Parshá de Itró- la revelación Divina sobrenatural. La base de todo es la fe y anulación absoluta a Hashem. Sólo como continuidad de ello se está en condiciones de santificar también a la vida cotidiana.

Likutei Sijot tomo 16, pag 242

¿Por que no puedo ser vengativo como D-os?


El deseo de venganza es natural y comprensible. Tenemos una expectativa innata de que se haga justicia, y cuando vemos que el mal queda impune, queremos intervenir. Pero no podemos. “No te vengues”, advierte la Torá. La venganza está mal.

Por supuesto, no debemos ser víctimas indefensas de aquellos que tienen intenciones maliciosas sobre nosotros. Debemos protegernos de ser heridos y hacer todo lo posible para evitar actos de maldad. Pero incluso si nos han lastimado, no debemos lastimar a quien lo hizo.

Por otro lado, la misma Torá que nos advierte que no nos venguemos describe a Di‐s mismo como “un Di‐s vengativo”. ¿Cómo puede ser esto? Si se nos dice que no seamos vengativos, ¿por qué se le permite a Di‐s? Si la venganza es inmoral, ¿cómo puede Di‐s ser vengativo?

Pero ese es exactamente el punto. El mismo hecho de que Di‐s sea vengativo nos permite a los humanos no serlo. Ningún sistema de justicia humano es infalible, por lo que la justicia suprema está en Sus manos. Él corregirá los errores y castigará a los malvados. En este mundo o en el próximo, en esta vida o en otra, de formas que quizás nunca sepamos, se hará justicia.

Es gracioso, a menudo escuchas a la gente menospreciar al “vengativo Di‐s de la Biblia”. De alguna manera piensan que un Di‐s vengativo se servirá de la justicia para producir seguidores vengativos. Esto no es verdad. Es precisamente la venganza de Di‐s lo que permite a los humanos dejar ir el deseo de venganza. Sabemos que hay un verdadero Juez y que hará justicia. Así que los humanos podemos dejarle la venganza a Él y seguir viviendo.

No gastes tu energía en sentimientos de amargura y hostilidad. Cuanto más odio te arrojen, más deberías rodearte de amor. Si hay personas malvadas, asegúrate de asociarte con personas buenas. No te preocupes por vengarte. Concéntrate en seguir adelante.

Salame de chocolate

Ingredientes

-200 gramos de chocolate.

-100 gramos de galletitas de maicena dulces.

-1 huevo.

Derretir a baño maría el chocolate, agregar el huevo.

Lugeo añadir las galletitas trituradas y volver a mezclar.

Verter la mezcla sobre un film dándole forma de cilindro haciendo presión para que quede compacto, dejar enfriar en la heladera.

Espolvorear por arriba con azúcar impalpable, cortar en rodajas y a disfrutar.

Beshalaj: Éxodo parte II

Después de que Di-s envió a Moisés para decirle al pueblo judío que pronto los redimiría, y el sufrimiento solo empeoró, leemos la respuesta de Di-s al clamor de Moisés: “¿Por qué has maltratado a este pueblo?”

Dios responde: “Yo soy HaVaYaH ”, un nombre que significa la esencia misma de lo divino.

¿Cómo responde esto al clamor de Moisés?

La gran revelación llega a través de un gran sufrimiento. Cuanto mayor es el esfuerzo, mayor es el logro.

Estamos aquí para revelar la esencia de Di-s en el mundo. La esencia se revela sólo bajo una enorme presión, como los diamantes del carbón. Cuando salimos de Egipto, obtuvimos un diamante: una conexión con Dios.

Esta es la respuesta de Di-s a Moisés: “Estoy profundizando mi conexión contigo y eso se logra a través del sufrimiento”.

Pero eso fue sólo la punta del iceberg.

En el matrimonio, al principio existe una conexión poderosa. Sin embargo, a lo largo de años de lucha y adversidades, la pareja forja una conexión infinitamente más profunda.

Así es nuestra conexión con Di-s. Cuando salimos de Egipto, nuestro vínculo era poderoso. Sin embargo, ahora que hemos soportado dificultades y sufrimientos inimaginables en este exilio, durante dos mil años, imaginen cuán increíble se ha vuelto nuestra conexión.

Pronto, cuando llegue el Mashiaj , experimentaremos el fruto de nuestro trabajo. Di-s revelará Su esencia y seremos uno.

Por Yitzi Hurwitz

 

Bó: La generación del mañana

“Y será cuando te pregunte tu hijo mañana diciendo ¿qué es esto?” (Shemot 13:14)

A continuación de los milagros de la salida de Egipto y la plaga de los primogénitos, aparece en el final del párrafo bíblico de esta semana, el precepto de santificar a los hijos de los primogénitos. En referencia a ello, nos dice la Torá: “y será cuando pregunte tu hijo mañana diciendo ¿qué es eso? Le dirás a él con mano fuerte nos sacó Di-s de Egipto”. Este es el precepto de transmitir el mensaje también a los miembros de la generación siguiente.

El término “mañana” requiere explicación. ¿Por qué la Torá ve necesario marcar cuándo llegará esa pregunta del hijo? En todo momento que el hijo pregunte debe contestarle.

 

TODO DESDE EL PRINCIPIO 

La respuesta a este interrogante la encontramos en el comentario de Rashi: “hay un mañana inmediato y hay un mañana después de un tiempo”. Como ejemplo Rashi cita el texto en el libro bíblico de Yehoshua: “mañana dirán vuestros hijos a los nuestros”

Allí se relata cómo cuando concluyó la conquista de la tierra de Israel y su distribución entre las tribus, al volver los hijos de la tribu de Gad y de Reuvén para tomar posesión de su herencia en la orilla oriental del Jordán, erigieron ahí un altar, explicando que su función es servir de recuerdo para los hijos que puedan llegar a cuestionar: ¿qué tienen que ver ustedes con el Di-s de Israel?

En este texto vemos que el uso del término ‘mañana’ implica el tiempo de una nueva generación, que desconoce lo ocurrido con la generación anterior, e incluso se siente extraño y ajeno a las realidades de la generación que le antecedió. A esta generación hay necesidad de relatarle todo desde el principio y acercarla a la herencia de los antecesores.

 

PREGUNTAN PARA CLARIFICAR

Esto está aludido en las palabras de Rashi: “hay un mañana inmediato y un mañana después de un tiempo”. Es decir: esta es “la generación del mañana” que a pesar de ello sigue siendo ‘inmediato’. Se siente cercano al mundo de los padres, aspira a seguir su camino y vivir de acuerdo a sus creencias y fe. También él pregunta sobre el judaísmo, puesto que se trata de un ‘hijo’ y no conoce mucho. Pero estas son preguntas para clarificar temas. Desea saber y comprender qué se hace, cómo se hace y por qué se hace, para poder cumplir con las directivas de la Torá a conciencia y con espíritu de alegría. En este caso no hay duda que debe respondérsele a los interrogantes y ex- plicarle el mundo del judaísmo de la Torá.

 

PREGUNTAR POR SER AJENO

Pero también hay “un mañana de después de un tiempo”. Es la “generación del mañana” que se siente parte de otro tiempo y de otra época. Es esta una generación que no tiene vínculo alguno con el mundo de sus padres y la vida, en base a sus creencias. Sus integrantes no son sólo el fruto del des- creimiento sino se sienten ajenos a la vida judía.

Y es aquí donde nos dice la Torá algo novedoso: también con un ‘hijo’ como este, siendo que se trata de ‘tu hijo’, tienes la responsabilidad de res- ponder a sus preguntas con amor y pa- ciencia, e ingresarlo bajo “las alas de la Presencia Divina”. También ese hijo es un hijo único del Altísimo, y es nuestro deseo acercarlo a su Padre Celestial y hacerle llegar la luz de la Torá.

Cuando se dedica atención y amor a todos los ‘hijos’, se arman los “ejércitos de Hashem” que realmente pronto serán merecedores de ingresar a la verdadera y completa redención a manos de Mashíaj Tzidkeinu.

 

LIKUTEI SIJOT TOMO  31, PAG. 61

Carrot cake

Ingredientes:

– 4 tazas de zanahoria rallada

– 4 huevos

– 1 ¼ taza de aceite

– 2 tazas de harina 0000

– 1 taza de azúcar

– ½ taza de azúcar negra

– 2 cucharitas de polvo de hornear

– 1 cucharita de bicarbonato de sodio

– 1 cucharita de canela

– ½ taza de pasas de uva negra 

Procedimiento:

Calentar el horno a fuego medio.

Mezclar en un bowl la zanahoria con los huevos y el aceite, luego añadir el resto de los ingredientes  y verter en 2 budineras aceitadas.

Cocinar en un horno a 160 grados por 60 minutos aproximadamente o hasta introducir un escarbadiente y salga limpio. 

Extraido de @cocinajudiaconriki

¿Por qué no actualizamos las costumbres?

Pregunta: ¿Puedes explicar por qué las leyes nunca pueden revertirse a su forma original? 

Por ejemplo, algunas festividades son dos días fuera de Israel por la dificultad del cuidado de los tiempos cientos de años atrás, pero es algo que ya está resuelto.

Respuesta:

Las costumbres tienen importancia como la Ley, ya que la Torá las reconoce como ley. 

Eso tiene sentido, porque la base de la Torá no es el libro sino las personas. ¿Cómo sabes que la Torá es verdadera? Porque la gente lo atestiguó, la aceptaron, y luego pasaron la tradición. Entonces, sin tradición, no tendríamos Torá.

Pero hay más que eso. 

En verdad, tu pregunta trata un tema central de la Torá. ¿Qué es la Torá? ¿Un libro o sabiduría? Si la Torá fuera un libro, entonces habría una “Torá verdadera”, como está escrita en el libro, y “La Torá disfrazada con costumbres”. De vez en cuando, sacaríamos un disfraz y lo remplazaríamos por otro. En otras palabras, estaría la Torá esencial por el libro, y conjuntos de disfraces desechables.

Pero la Torá no es un libro, es Sabiduría Divina que entra al mundo a través de las experiencias Judías colectivas. 

Lo que estaba escrito en un libro hace 3300 años es la Torá envuelta, como una semilla que contiene el ADN para todo el futuro. El pueblo judío es la Tierra en la que se planta la semilla. Di-s es el jardinero. La diferencia es que un jardinero no sabe cómo van a crecer sus plantas, pero este jardinero tenía todo en mente (debido a que Él está más allá del pasado y futuro).

Él planta la semilla que contiene todo envasado herméticamente en matices, códigos y anomalías, y ve su sabiduría desarrollarse en la historia y tradición.

Por eso, cuando el consenso colectivo judío, incluyendo los rabinos, las abuelas sabias, las madres lactantes y los hombres trabajadores, todos aceptan una tradición que surge de nuestra comprensión de la Torá, Di-s, por así decirlo, chasquea Sus dedos Santos y dice:

“¡Éxito! ¡Lo hicieron!” ahora la respuesta a tu pregunta es obvia:

¿Cómo podríamos desechar el éxito de Di-s?

Por Tzvi Freeman