Los diferentes tipos de Sacrificios

Hay cinco tipos de korbanot (sacrificios):

1.  Olá / La ofrenda quemada en su totalidad

2.  Minjá / La ofrenda de harina

3. Shelamim / La ofrenda de paz

4.  Jatat / La ofrenda por el pecado

5. Asham / La ofrenda por la iniquidad

Los tres primeros tipos de korbanot pueden ser traídos voluntariamente por un judío como regalo a Hashem. Los dos últimos deben ser ofrecidos por un judío después de cometer una averá (pecado). Hashem se siente especialmente complacido por los korbanot que son ofrecidos libremente, y no a causa de un pecado. Por esta razón, se los menciona en la Torá en primer término.

Consideramos a continuación — en ese orden — estos cinco tipos de korbanot.

1.  Olá/ La ofrenda olá que es totalmente quemada

La ofrenda Olá puede ser tanto un animal como un ave. Los detalles varían según de cuál se trate.

A. Un Olá animal

Si una persona desea donar un korbán, puede decir: “He de traer un sacrificio Olá para Hashem.”

Elige entonces un ejemplar macho de los animales de granja kasher — un buey o carnero, o un macho cabrío. El animal no puede tener un mum (defecto) en el cuerpo. El dueño lleva el animal a la Azará, el patio del Bet Hamikdash. Allí apoya ambas manos sobre la cabeza del animal al tiempo que pronuncia Vidui — el reconocimiento del pecado o los pecados por los que trae este korbán.

Aunque el judío debe traer el olá por voluntad propia, ésta le ayuda a obtener perdón por algunas de sus averot (pecados).

¿Cuáles averot perdona Hashem a una persona por traer un sacrificio Olá?  Tres tipos de averot:

1.  Si una persona tuvo malos pensamientos e hizo teshuvá (se arrepintió) por ellos, el korbán Olá expía sus malos pensamientos.

2. Si, por error, una persona no cumplió con alguna mitzvá de la Torá que debería haber cumplido, y hace teshuvá , la ofrenda Olá ayuda a que su pecado sea perdonado.

3. El Olá también expía las averot (pecados) que pueden corregirse mediante el cumplimiento de una mitzvá.

Olá es uno de los korbanot más sagrados: recibe el nombre de Kodesh Kodashim.

B. Un ave Olá

Naturalmente, un sacrificio animal es mucho más costoso que un ave. Si un judío desea donar un Olá a Hashem pero no tiene los medios para comprar o regalar un animal, puede en cambio donar una de las aves kasher, una paloma o tórtola.

Trae el ave al kohen, pero no apoya las manos (semijá) sobre el ave como lo haría con el animal.

El kohen mata el ave haciendo una incisión sobre la parte posterior del pescuezo (meliká).

Antes de que el ave sea quemada sobre el mizbeaj (el altar), el kohen le saca el estómago, ya que no puede ser quemado como parte del korbán.

Nuestros Sabios enseñan esta norma: “No es importante para Hashem el que una persona esté en condiciones de ofrecer un korbán costoso o barato. Lo que Él desea es que la persona traiga el korbán leshem shamaim, por amor a Hashem, y no en busca de honores.”

2. Minjá / La ofrenda de harina.

Hashem dice: “Un judío rico debe ofrecer un animal como sacrificio de Olá. Uno que no está en condiciones de ofrecer un animal, puede ofrecer un ave en su lugar. Y un judío que es demasiado pobre como para dar un ave, puede en cambio traer aceite y harina al Beit Hamikdash. Parte de la masa que se hace con estos ingredientes será quemada sobre el mizbeaj.  La ofrenda de harina recibía el nombre de minjá. La palabra “minjá” significa regalo. Aunque el regalo del pobre a Hashem cueste mucho menos que el animal o el ave del más rico, Hashem lo atesora. Porque Hashem sabe que el pobre podría haber utilizado ese aceite o esa harina para hornear su propio pan, y sin embargo, donó su alimento como regalo a Hashem. Podría hasta pasar hambre a causa de su ofrenda de harina como minjá. Así entonces, Hashem dice: “¡El korbán minjá es tan precioso para Mí como si el pobre me hubiera ofrecido su propia vida sobre el mizbeaj”

Al igual que el Olá, el minjá pertenece al grupo de korbanot que son Kodshei Kodashim, los sacrificios más sagrados. Hashem desea que el pobre piense: “Aunque no tengo dinero para un korbán animal, puedo traer un korbán del tipo más sagrado.” Por eso, Hashem puso la minjá entre los korbanot más sagrados.

3. Shelamim / La ofrenda de paz

Hasta ahora hemos examinado dos tipos de korbanot: el Olá y el Minjá. A continuación la Torá explica las leyes de korbán shelamim, la ofrenda de paz.

¿Cuándo ofrece un judío Shelamím? Cuando se siente dichoso y desea compartir un plato de carne con su familia y amigos — pero también desea santificar su comida compartiéndola con Hashem y con Sus kohaním. Si alguien ofrece Olá o Minjá no le está permitido comer ninguna porción del korbán. De modo que puede ofrecer un buey o una vaca, un carnero o una oveja, o una cabra como korbán Shelamim.

El dueño trae el animal a la Azará y apoya las dos manos sobre la cabeza del animal (semijá). Puesto que el korbán Shelamim no expía un pecado sino que expresa alegría y gratitud a Hashem, el dueño del animal no pronuncia Vidui (confesión). En cambio, agradece y ensalza a Hashem al tiempo que apoya las manos sobre la cabeza del animal.

El kohen salpica una gotas de la sangre del korbán sobre el mizbeaj. Luego una parte del animal es quemada sobre el mizbeaj, una parte es entregada a los kohanim, y el resto es consumida por el dueño y su familia dentro de la ciudad de Ierushalaim.

Una de las razones por las cuales este korbán recibe el nombre de Shelamim, es que trae  “shalom”, paz, a todos los que participaron en él. El dueño ha compartido su alegría con los kohanim, y él y su familia comen la mayor parte del korbán. Puesto que el korbán es compartido por todos, hace que todos ellos vivan en paz y amistad.

4. Jatat / La ofrenda por el pecado

Hasta ahora la Torá consideró tres korbanot : el Olá, el Minjá, y Shelamim. Estos eran traídos por el judío que deseaba hacer un regalo a Hashem.

Ahora la Torá trata del korbán que el judío debe traer por la averá  (pecado) que cometió. Este korbán recibe el nombre de “Jatat”. La palabra Jatat se origina en la raíz “Jet” que significa “pecar”. Este korbán debía ofrecerse por cierto tipo de pecado  que un judío cometía por equivocación ¿Qué significa pecar “por equivocación”? Esto puede ocurrir de dos formas:

1. La persona no conoce la halajá (ley judía). Por ejemplo, cocina en Shabat porque no sabe que está prohibido cocinar en Shabat.

2.  La persona está equivocada respecto de los hechos. Por ejemplo, sabe que está prohibido cocinar en Shabat, pero olvidó que hoy es Shabat y cocinó en Shabat.

En ambos casos el judío simplemente se equivocó. Sin embargo, en la Torá dice que cometió una falta, por lo tanto debe traer un korbán Jatat para que Hashem le perdone su pecado.

5.  Asham guezelot / La ofrenda por la iniquidad

Además de jatat, la Torá nos enseña sobre otro korbán que se ofrece por cometer una falta: Asham. Hay seis razones por las cuales una persona debe traer Asham, y tres de ellas son mencionadas en nuestra parshá:

1.  La ofrenda de Asham por robar dinero:

Digamos que una persona robó dinero de otro judío y luego juró en falso en el Bet Din. Luego se arrepiente y quiere hacer teshuvá.

Debe devolver el dinero que robó, más una multa equivalente a una quinta parte. También debe ofrecer un sacrificio llamado Asham Guezelot, la ofrenda de Asham por robar dinero.

2.   La ofrenda de Asham por utilizar la propiedad del Bet Hamikdash:

Está prohibido a los judíos utilizar para su uso personal cualquier objeto que pertenezca al Bet Hamikdash. No puede tomar ninguna parte del korbán que debe ser quemado sobre el mizbeaj o que debe ser comido por los kohanim. Tampoco puede emplear el dinero o los objetos pertenecientes al Bet Hamikdash. Si utiliza cualquier objeto de propiedad del Bet Hamikdash para sí, su pecado recibe el nombre de Meilá, uso indebido de lo que pertenece a Hashem.

Para enmendar este pecado, debe devolver el objeto, pagar una multa equivalente a una quinta parte sobre el valor del objeto y luego ofrecer un sacrificio Asham denominado Asham Meilot.

3. El Asham de la incertidumbre:

Un judío debe ofrecer un Asham Talui en caso de pensar que cometió cierto tipo de averá (pecado), pero no está seguro de haberlo cometido realmente. Por ejemplo, comió carne que contenía grasa. Luego descubrió que la grasa podría haber sido jelev (grasa prohibida). El castigo por comer esto  es karet (muerte prematura y sin descendencia). La persona no está segura de si la grasa que comió era prohibida o no. En ese caso, debe traer un Asham Talui, un Asham de la duda, al Beit Hamikdash. Este korbán recibe el nombre de “Talui” pues retiene el castigo de Hashem hasta que la persona averigua si pecó. Si más tarde descubre que la grasa no era kasher, debe traer un korbán Jatat.

El único animal que puede traer una persona como Asham es un carnero. El pecador lo lleva al Beit Hamikdash, coloca las manos sobre la cabeza del animal (semijá), y dice Vídui por su pecado. Este korbán pertenece al grupo de los Kodshei Kodashim, el tipo más sagrado de Korbanot.

Extraído de “El pequeño midrash dice”  editorial Bnei Sholem.

¿Es aun relevante la religión?

Tarjetas inteligentes, bombas inteligentes, células madre y teléfonos celulares. No se puede negar: vivimos una nueva era. La ciencia ficción se transformó en hechos científicos. Y se formula una pregunta: En este nuevo orden mundial, con la ciencia y la tecnología cambiando nuestra forma de vivir, ¿es relevante la religión? ¿Aún necesitamos adherirnos a un antiguo y aparentemente muy obsoleto código de leyes, cuando estamos mucho más avanzados que nuestros antepasados?

Esta cuestión me recuerda al pequeño y viejo Hymie Levy de Londres, que se encontraba asistiendo a un coktail en compañía de la aristocracia. El pobre Hymie estaba completamente fuera de lugar alternando con los caballeros y damas de la realeza y alta sociedad británicas. Una duquesa estaba tan irritada por la presencia de ese ordinario judío que lo enfrentó directamente. Rezumando sarcasmo, con su mejor lenguaje, le dijo a Hymie “¡Sabe usted que el linaje de mi familia se remonta a aquellos que estuvieron presentes en la firma de la Carta Magna!” Hymie Levy se mantuvo inmutable. Se encogió ligeramente de hombros y susurró en el oído de la duquesa “¡Y mi abuelo Moishe estuvo presente en la entrega de los Diez Mandamientos!”

¿Los Diez Mandamientos han pasado la “fecha de vencimiento”? ¿La fe, la duda, el asesinato, el adulterio, el robo, la mentira y la envidia están fuera de moda? A pesar de todos los maravillosos descubrimientos médicos y científicos, ¿el ser humano mismo ha cambiado? ¿Los mismos temas morales que enfrentaron nuestros antepasados no desafían a nuestra generación?

Tanto si es una carreta de bueyes o un Mercedes, cólera o cortes coexistencia son aún una elección que debemos hacer. Cuidar de padres ancianos no es un problema nuevo. Tanto si son Adán y Eva o Miguel y Susana, el pasto siempre parece algo más verde en el otro lado. Por algún motivo inexplicable, la esposa, la casa, el caballo o el auto de la otra persona, aún son más atractivos y deseables que los nuestros.

Los mismos temas que trata la Biblia —rivalidad rampante, socios celosos y aun asesinato —son los titulares de los diarios de hoy. ¿Así que, qué hay de nuevo? ¿Ha cambiado algo? Si, hoy tenemos astronautas y estaciones espaciales y proyectores láser y laptops, pero los temas básicos y las elecciones que el ser humano debe enfrentar siguen siendo iguales. Antes la pregunta era ¿debo golpearlo con mi garrote o degollarlo con mi espada? Hoy la pregunta es ¿debo enviar los submarinos nucleares o enviarle misiles guiados?

La tecnología ha avanzado a pasos agigantados. Pero los temas principales, los dilemas morales básicos no han cambiado un ápice. Aún luchamos para conocer la diferencia entre correcto e incorrecto, moral o inmoral, ético o tortuoso, y ni siquiera la más potente computadora de la tierra puede respondernos estas preguntas.

La ciencia y la tecnología pueden hacer maravillas para la humanidad. Pero también pueden hacer que explotemos para llegar más rápido que Atila el huno, al otro mundo. La ciencia y la tecnología responden Cómo y Qué. No responden al Por Qué. 

¿En primer lugar por qué estamos aquí? ¿Por qué debo ser bueno con mi prójimo? ¿Por qué mi vida debe ser más noble que la de mi perro doberman? La ciencia y la tecnología han revelado muchos misterios que nos intrigaron por siglos. Pero no han respondido a una sola pregunta moral. Solo la Torá se dirige al campo minado de la moral. Y esos temas son quizás más urgentes hoy que nunca antes en la historia.

La Torá es verdad y la verdad es eterna. Los escenarios cambian. El estilo de vida varía con la geografía. El desarrollo histórico es diferente, pero los temas a nivel interior son muy familiares. Aunque nunca necesitamos la religión —o en nuestro lenguaje, Torá —hoy la necesitamos igualmente o quizás mucho más. Que continuemos encontrando guía y claridad en las verdades eternas de nuestra santa y eterna Torá. Amén

Por Yossy Goldman

Encendido de velas de Shabat

El hogar judío recibe al Shabat con el encendido de velas y este precepto pertenece a la mujer. Se deben encender las velas media hora antes del ocaso y por eso se deben observar los horarios del encendido que difieren de ciudad en ciudad.

El encendido de velas es uno de los tres preceptos específicos de la mujer. Si la mujer no se encuentra en la casa, el esposo u otro miembro de la familia debe prender las velas en su lugar.

Este precepto es específico de la mujer por el motivo que la mujer se encuentra en el hogar relativamente más tiempo. Otra razón se refiere al Shalom Bait – la armonía en el seno del hogar –. Nuestros sabios desearon enaltecer a la mujer, pilar del hogar y por ello le adjudicaron el honor de traer la santidad del Shabat a la casa.

Nuestros sabios también aportaron otro motivo: el encendido de las velas es una especie de reparación y expiación del pecado de Eva, la madre de todas las criaturas, que comió del árbol prohibido de la sabiduría y, además, alimentó con esos frutos a Adam.

¿Cuál es la relación entre el pecado original y el encendido de velas?

Como resultado de este pecado fue dicho “del polvo vienes y al polvo retornarás”. Es decir, con el hecho de haber comido del árbol de la sabiduría Java, apagó la “luz del mundo” (como dice el versículo: “la luz de D’s es el alma del hombre” en Proverbios 20:27) y por el hecho de haberla apagado, expía cada víspera de Shabat su falta, con el encendido de velas.

¿Cuántas velas se deben encender?

Contamos con dos costumbres principales acerca de la cantidad de velas, que se deben encender en la víspera de Shabat: la. Dos velas – una por “Recordad” y otra por “Cuidad”– son los dos conceptos que complementan la santidad de Shabat.

Una mujer casada habitualmente enciende dos velas y puede agregar una adicional por cada uno de sus hijos. Las mujeres solteras encienden una vela.

En cuanto una niña pueda captar la idea de Shabat puede recitar la bendición (aproximadamente 3 años de edad), su madre debe proporcionarle un candelabro y debe enseñarle a encender las velas de Shabat.

Las niñas deben encender antes que su madre en caso de que necesiten de su ayuda. Es costumbre poner unas monedas en una “pushke” (alcancía para Tzedaká)

 

 

La bendición de las velas en Shabat es pronunciada luego de ser realizada, es decir, después del encendido. Porque con la pronunciación de la bendición. , la ama de casa recibió al Shabat. Desde ese momento en adelante todas las prohibiciones de labores de Shabat recaen sobre ella – y una es la prohibición de encender fuego. Es por eso que primero deberá encender las velas y sólo después bendecir. De aquí nace la costumbre de cubrirse el rostro con las manos en el momento de pronunciar la bendición y mirar las velas encendidas sólo al acabarla, ya que de esta manera cumplieron con el precepto como si hubiera sido pronunciada antes del encendido.

Bendición:

Barúj ata A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlik ner shel Shabat Kodesh.

Bendito eres Tú, Di-s, nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender las velas del sagrado Shabat

12 enseñanzas del autor del Tania

El 24 de tevet (17 de enero de 2023) se cumplen 211 años del fallecimiento de Rabi Shneur Zalman de Liadi, fundador de la rama jasídica Jabad.

He aquí una compilación de 12 de sus enseñanzas:

1. Esto es lo que es el hombre; éste es el propósito de su creación y de la creación de todos los mundos, Supremos e Inferiores- el de constituir una morada para Di-s en el mundo físico.

2. Un poco de luz disipa mucha oscuridad.

3. En virtud de su naturaleza innata, la mente gobierna el corazón.

4.  La Plegaria sin la dirección del corazón, es como un cuerpo sin un alma… el Amor a Di-s y el Temor a Di-s son las alas con las cuales una acción sube hacia el cielo.

 5. Cada individuo judío, virtuoso o inicuo, tiene dos almas… Un alma deriva de la klipá (las “cáscaras” de creación) y sitrá ajará (el “otro lado”), y se enviste en la sangre para animar al cuerpo… De ella derivan los rasgos negativos… y también los rasgos compasivos instintivos del judío… El segundo alma en el judío es literalmente “una parte de Di-s de lo Alto.”

6. Si al ojo humano le fuera permitido ver la vitalidad espiritual que fluye de la pronunciación de boca de Di-s en cada creación, no veríamos la materialidad, grosería y tangibilidad de la creación, pues ésta se vería absolutamente anulada con respecto a la Fuerza Divina.

7. Rabí Mordejai de Hodorok, discípulo de Rabi Shneur Zalman, dijo: La primer cosa que oímos del Rebe fue: “Lo que está prohibido, no se debe; y lo que está permitido, no se necesita”.

8. A un discípulo que se quejó de sus problemas financieros. respondió Rabi Shneur Zalman: Tú hablas de lo que tú necesitas, pero no dices nada acerca de para qué Te necesitan.

9. “Quien está satisfecho con su porción” (Ética de los Padres 4:1) describe una tremenda virtud en los aspectos materiales, y un tremendo fracaso en todos que pertenece a los logros espirituales personales.

10. En realidad, cada mitzvá es tan supra-racional como la ley de la Vaca Roja. Sólo que la Voluntad Divina se revela a nosotros en grados variantes de “vestimentas” racionales.

11. El corazón judío es un carbón de fuego lánguido. Las palabras de la Plegaria son los fuelles que lo abanican y lo convierten en una llama rugiente.

12. Los discípulos de Rabí Shneur Zalman decían: Nuestro Rebe resucita a los muertos. ¿Qué es un cadáver? Algo frío e insensible. La vida es movimiento, calor, pasión. ¿Existe algo más helado, frío e insensible que el intelecto natural? Pero cuando la mente entiende, comprende y se conmociona por una idea Divina – ¿Acaso no se trata de la resurrección de un muerto?

El judio es igual a un nombre

“Y estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron a Egipto” (SHEMOT 1:1)

El libro de Shemot abre con el versículo1

“Y estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron a Egipto”, y a continuación la Torá enumera los nombres de los hijos de Israel. No es esta la primera vez que la Torá los menciona. 

Ya en la Parshá Vaigash e incluso en Parshiot anteriores se mencionan los nombres de los hijos de Iaakov. 

¿Por qué vuelve la Torá a detallarlos nuevamente? En el Midrash se dan al respecto dos explicaciones:

a) Al volver a repetir y enfatizar los nombres de los hijos de Israel la Torá nos insinúa que durante todos los años de su exilio en Egipto los israelitas “no cambiaron sus nombres”2, y que con los mismos nombres que ingresaron, luego salieron de Egipto.

b) Hashem los compara con las estrellas, sobre las cuales está escrito: “Él asigna un número a las estrellas, a todas llama con su nombre” 

Así también llamó a Israel con sus nombres, para subrayar su importancia, y de esa manera no lleguen a perderse y a desaparecer a causa del amargo exilio. Puesto que algo que es llamado por su nombre nunca se pierde.

 

QUIEN PRECISA DE UN NOMBRE

Las enseñanzas Jasídicas explican que el nombre representa un nivel externo de la persona y no está relacionado con su esencia interior, la verdadera. 

La persona para sí no necesita de un nombre; éste está destinado al otro, para que pueda llamarlo y relacionarse con él. Es decir, el nombre apunta a esa dimensión del alma donde el otro puede llegar. 

Esto se ve también en el versículo: “el rey, su nombre es el que se menciona sobre ellos (el pueblo)-sólo el nombre del rey se extiende sobre el país, pero el rey propiamente dicho está aislado, más allá del pueblo.

En cierta medida, esta sería la situación de las almas judías que descendieron a este mundo. 

El alma que mora dentro de un cuerpo físico, es apenas cual el nombre (un reflejo externo) frente a la esencia del alma que permanece arriba’. Solamente un reflejo del alma descendió aquí abajo y se invistió en un cuerpo material. La esencia del alma quedó arriba, abrazada y apegada al Altísimo6.

 

EL ALMA ES LIBRE

A eso aluden las palabras de la Torá: “Y estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron a Egipto-Mitzraim”. Mitzraim- Egipto deriva del término meitzar- limitación y aprieto. 

Sólo el nombre de los hijos de Israel bajó a Egipto, el reflejo del alma es el que descendió a la estrechez y limitación de este mundo, a un terrible y duro exilio; pero no el alma misma, en la intensidad de su esencia.

El alma misma no fue al exilio, no está limitada por el mundo material y sus problemas. Ella sigue libre. Por eso tiene la posibilidad de nutrir al reflejo del alma que está en el cuerpo con la fuerza y la fortaleza para que no se vea afectada ni influenciada por las dificultades y los obstáculos, y que intensifique aún más su apego a Hashem también en pleno exilio.

 

A NO INTIMIDARSE

Con esta fuerza pudieron los hijos de Israel pasar por todas las dificultades del Exilio en Egipto y permanecer leales a su judaísmo e incluso cuidar sus nombres originales. 

Esta es la relación entre ambos comentarios del Midrash citados arriba: los israelitas guardaron sus nombres y su judaísmo en mérito a la fuerza derivada de la esencia de su alma que no fue al exilio.

En esto hay una enseñanza eterna: ¡Di-s libre que uno se vea intimidado por las dificultades!. ¡Nunca hay que darse por vencido!. Debemos recordar que el alma misma nunca fue a exilio. 

Ella no está su- peditada a los dictámenes del exilio, del Galut, y ella es la nos brinda la fuerza para no vernos impactados por las situaciones difíciles y que cumplimos como se debe con lo que Hashem quiere como nos lo expresa en la Torá y sus preceptos, hasta que lleguemos a la redención total con el Mashíaj, realmente pronto.

 

LIkutei Sijot Tomo 3 Pág. 843

 

Notas:

1.Shemot 1:1 

2.Paaneaj Razá princi- pio Parshat Shemot 

3.Tehilim 147:4 

4.Shemot Rabá Parshá 1:3 

5.Algo que posee un nombre no está expuesto al olvido. Esto se aprende de la Torá (Rambam Hiljot Matanot) 

6.Ver Brajot 10,a

10 de Tevet

El 3 de enero de 2023 es el 10 de Tevet, día de ayuno en conmemoración al sitio de la muralla de la ciudad de Jerusalem, lo que luego dió paso a la destrucción del Gran Templo.

Desde el día en que el pueblo de Israel entró a la Tierra Prometida, bajo el liderazgo de Iehoshúa, sucesor de Moshé, vivió en su tierra durante un período de 850 años dando a luz veinte generaciones de hijos y nietos, hasta que el despiadado Nabucodonosor, rey de Babilonia, se alzó en su contra y lo obligó a exiliarse.

De este período, 440 años transcurrieron hasta que Shlomó HaMélej (el Rey Salomón) construyó el primer Beit HaMikdash, y otros 410 años hasta que los ejércitos de los babilonios (cuyo reino estaba situado en la antigua Caldea, motivo por el cual el Talmud los denomina Casdím) lo destruyeron.

Cuando el pueblo de Israel entró por primera vez en la Tierra Prometida estaba destinado a permanecer allí eternamente, pues Di-s había dicho a Avraham (Génesis 13:15): Porque toda la tierra que ves la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Di-s sólo puso una condición:

Guardareis todos Mis estatutos y todas Mis leyes, y los cumpliréis no sea que la tierra en la cual Yo os introduzco para que habitéis en ella os vomite (Levítico 20:22); y no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes que vosotros (ibid. 18:28).

Rashi, en su comentario sobre este versículo, cita de Torat Kohanim:

Ello puede compararse con un príncipe al que se le dio comida en mal estado; como no la pudo retener la vomitó. De igual manera, la Tierra de Israel no puede contener a aquellos que pecan.

Muchas de las veintiún generaciones de judíos que poblaron la tierra al comienzo, no cumplieron los mandamientos de Di-s contaminándola con la veneración de ídolos. Abandonaron a Di-s y sirvieron a Baal y Ashtar. Dejaron al Di-s de sus padres y deificaron ídolos, haciendo abatirse la ira de Di-s sobre Iehudá y Jerusalén a raíz de sus pecados. Di-s envió profetas para reprenderlos, para inspirarlos al arrepentimiento y hacerlos retornar a El, pero el pueblo no prestó atención.

Incluso los jefes de los Kohaním y el pueblo cometieron enormes transgresiones como todas las abominaciones de las naciones, e impurificaron la Casa de Di-s que El había santificado en Jerusalén. Y el Di-s de sus padres rápidamente envió mensajeros, porque tenía compasión de Su pueblo y de Su lugar de morada, pero ellos se burlaron de los emisarios de Di-s, se mofaron de Su palabra y ridiculizaron a Sus Profetas, hasta que la ira de Di-s se alzó contra Su pueblo a tal punto que no hubo remedio (II Crónicas 36:14-16).

Los Sabios dijeron:

¿Con qué pueden compararse las diez tribus, y las tribus de Iehudá y Biniamín? Con dos personas que utilizaban una cobija nueva para cubrirse durante la época de lluvias. Una de ellas tiraba de un lado mientras que la otra tiraba del otro, hasta que se desgarró. De igual modo, las diez tribus no se abstuvieron de venerar ídolos en Shomrón, ni las tribus de Iehudá y Biniamín en Jerusalem, hasta que provocaron la destrucción de ésta.

Y aconteció a los nueve años de su reinado, en el décimo mes, a los diez días del mes, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército hacia Jerusalem y la sitió, levantando muros a su alrededor. Y la ciudad se mantuvo sitiada hasta el año undécimo del reinado del rey Tzidkiahu. A los nueve días del mes el hambre prevaleció en la ciudad, hasta que no hubo pan para el pueblo. Y se abrió una brecha en el muro de la ciudad.. (II Reyes, 25:1-4).

Y en el mes quinto, a los diez días del mes… vino Nebucodonosor, capitán de la guardia… y quemó la Casa de Di-s, el palacio del rey y todas las casas de Jerusalem… Todos los muros que la rodeaban fueron destruidos… El resto de la multitud fue exiliada por Nevuzaradán (Jeremías 52:12).

Vemos, pues, que el 10 de Tevet -cuando se inició el sitio de Jerusalem- fue el comienzo de toda una cadena de calamidades que finalmente concluyó con la trágica destrucción del Beit HaMíkdash y el destierro de Iehudá.

BAJO ASEDIO Y EN PELIGRO

Como vimos anteriormente, durante el sitio de Jerusalem prevaleció el hambre. En Pesiktá Rabatí26 leemos:

Las hijas de Tzion se encontraban en los mercados, y al verse unas a otras, una preguntaba:

“¿Por qué motivo has venido hoy al mercado, cuando nunca antes en tu vida lo habías hecho?”

Y la otra respondía: “¿Debo ocultarte la verdad? La hambruna es muy dura y no la puedo soportar”.

Entonces se ayudaban entre sí e iban en busca [de comida] por toda la ciudad, sin encontrar nada. Se apoyaban sobre las columnas y morían en cada esquina. Sus bebés de pecho gateaban por todos lados, cada uno de ellos reconociendo a su madre, y trepándose a ellas trataban de amamantarse, intentando succionar leche, pero nada había. Y allí morían, sobre el regazo de sus madres.

En Ialkut Shimoní (Eijá 1), nuestros Sabios escriben:

Cuando el malvado [Nevuzaradán] vino a Jerusalem junto con sus aliados, pensó que conquistaría la ciudad rápidamente, pero Di-s fortaleció a sus residentes hasta el tercer año [del sitio], con la esperanza de que se arrepintieran. En aquel entonces había en Jerusalem varios hombres valientes, que lucharon contra los caldeos (babilonios), aniquilando a muchos de ellos. Entre estos se encontraba un poderoso guerrero llamado Ahvá ben Guevirti. Cuando los soldados enemigos lanzaban enormes rocas contra las murallas, intentando abrir una brecha en ellas, él las atajaba con sus manos y las lanzaba de vuelta a los soldados enemigos, matando a muchos de ellos. Incluso comenzó a detener las piedras con sus pies y arrojarlas de vuelta hacia el enemigo. Pero los pecados de la ciudad lo hicieron tambalear, y fue así que una fuerte ráfaga de viento lo hizo caer desde la muralla causando su muerte. Entonces las murallas de Jerusalem fueron quebradas y los babilonios entraron en la ciudad.

AYUNAR PARA CORREGIR LOS PECADOS

Maimónides escribe lo siguiente (Leyes del Ayuno 5):

El ayuno del 10 de Tevet es como los demás ayunos que fueron establecidos para lamentar la destrucción del Beit HaMikdash y el exilio de Israel. Sin embargo, el propósito principal del ayuno no es el dolor y el lamento, pues la aflicción sentida cuando tuvieron lugar estos acontecimientos fue suficiente. Por el contrario, su finalidad fundamental es la de estimular el arrepentimiento, recordarnos las malas acciones de nuestros antepasados, como así también las propias acciones que acarrearon, a ellos y a nosotros, grandes tribulaciones. Mediante el recuerdo de todo esto nos arrepentiremos y obraremos correctamente, como expresa el versículo (Levítico 26:4 “Y confesarán sus pecados y los pecados de sus antepasados por el mal que Me han causado…”.

Nuestros Sabios (Talmud Ierushaliní, Iomá 1) enseñaron: “Toda generación en la cual no es reconstruido el Beit HaMikdash, es considerada como si lo hubieran destruido”, puesto que cada generación tiene la capacidad de despertar la misericordia Divina, redimir a Israel de sus enemigos, reunir a sus exiliados de los lugares en que se encuentran dispersos, y reconstruir el Beit HaMíkdash.

La fuerza de una Mitzva sencilla

“Para que tengas lo bueno y alargues los días” (Devarim 22:7)

Shiluaj Haken: ahuyentar a la madre ave del nido antes de tomar a su cría o sus huevos. Esto solo se aplica a las aves Kosher.

Por cumplir el precepto de ‘echar del nido’ (a la madre) que aparece en nuestra Parshá, la Torá adjudica una gran recompensa: “para que tengas lo bueno y alargues los días”.

Se pregunta aquí: este precepto es totalmente fácil de cumplir. ¿Por qué se retribuye por él un premio tan grande? Responde Rashi, que es precisamente esto lo que nos viene a enseñar la Torá: si por una Mitzvá sencilla, donde no hay erogación para el bolsillo, la Torá dijo “para que tengas lo bueno y alargues tus días”- ¡cuánto más será la recompensa dada por las Mitzvot graves!

Es decir, que la Torá eligió destacar una gran recompensa justamente en una mitzvá muy sencilla, que no implica erogación monetaria, para darnos una idea del extraordinario premio que espera a los observantes del resto de los preceptos, y especialmente, los preceptos graves, y que también significan costo económico.

SIN DIFICULTADES

Pero esta explicación requiere mayor clarificación: ¿si la Torá buscó especialmente “una mitzvá sencilla”, podría haber elegido Mitzvot mucho más fáciles, que incluso no requieren acción alguna para cumplirlas, como leer el Shemá, que es sólo con la palabra?

Sólo que lo que destaca al precepto de ‘echar del nido’ (a la madre), para calificarlo como ‘fácil’ es por no estar ligado a dificultad alguna. Esta Mitzvá es cumplida en una situación donde la persona no está ocupada con tema alguno, sino que de todos modos desea tomar los pichones o los huevos, y la única condición que se le exige es un acto insignificante- echar a la madre. Y sobre ello la Torá dice que su paga es grandiosa.

LA INMENSIDAD DE LA RECOMPENSA

En otros preceptos, como por ejemplo leer el Shemá, pueden surgir dificultades. Por ejemplo, cuando la persona está ocupada y dedicada en ese momento a otros temas, y debe dejarlos y para cumplir la Mitzvá- se requiere del hombre que se ponga fuerte e interrumpa sus temas para leer el Shemá. Si la Torá hubiera elegido esta Mitzvá para enseñarnos la inmensidad de la recompensa de quienes cumplen los preceptos, hubiéramos pensado que el premio se debe a que el cumplimiento de esta Mitzvá implica, a veces, lidiar con dificultades.

Por eso, la Torá eligió específicamente al precepto de ‘echar del nido’, un precepto fácil en todos los aspectos: se trata de una acción insignificante, no implica dificultades y no requiere erogación alguna. Y sobre una Mitzvá tan fácil está escrito: “para que tengas lo bueno y alargues los días”

¡Cuánto más en el resto de los preceptos!

UNA MITZVA ARRASTRA UNA MITZVA

A continuación del precepto de ‘echar del nido’ está dicho: “cuando construyas una casa nueva, erigirás un cerco a tu techo”. Luego se detallan las leyes para los viñedos y el campo, la mezcla de lino y lana en la vestimenta, etc. Rashi acota al respecto: “si cumpliste el precepto de ‘echar del nido’, finalmente construirás una casa y cumplirás el precepto del cerco, puesto que un precepto arrastra un precepto, y llegarás a una vestimenta, un campo y ropas bellas” De aquí vemos, no solamente la dimensión de la recompensa por una “Mitzvá fácil”, sino también la fuerza que posee una “Mitzvá fácil”, para arrastrar Mitzvot adicionales.

Cuando se despierta la esencia del alma del judío, aunque en un principio encuentre esto su expresión en una “Mitzvá fácil”, esto lleva a continuación al cumplimiento de otros preceptos, a través de lo cual nos hacemos meritorios de ser inscriptos y sellados para bien, para un año bueno y dulce en todos sus detalles.

(Likutei Sijot Tomo 9, Pág. 133)

¿Hay una costumbre judias especificas para el embarazo y nacimiento?

El comportamiento y elecciones nutricionales de la madre tienen un profundo impacto en la salud y futuro desarrollo del feto. Recientes estudios también mencionan los efectos del medio ambiente físico y emocional en el bebé antes de nacer. Lo mismo es verdad respecto al desarrollo espiritual del embrión y feto.

El comportamiento de la mamá, como así también el medio ambiente, tienen efectos en el desarrollo de la nueva vida. Nuestros Sabios fomentan a las mujeres a que utilicen los meses del embarazo aumentando en buenas acciones y refinamiento espiritual. Los Sabios hacen hincapié en el valor de dar caridad extra.

Ser amable con otros, causa que Di‐s nos trate de la misma manera. El momento más propicio para dar caridad es antes del encendido de las velas de Shabat o de alguna Festividad. Así como es importante su nutrición, también lo es con la “nutrición espiritual”. Comer solamente alimentos Kasher, tiene un tremendo impacto positivo en el feto. A continuación, algunas costumbres relacionadas con el embarazo y nacimiento:

· Es costumbre que el marido abra el arca de la sinagoga antes de la lectura de la Torá durante el último mes del embarazo. El Zohar dice: “Cuando la congregación saca el Rollo de la Torá, los Portales Celestiales de Misericordia son abiertos, y el amor de Di‐s despierta”. El ma‐rido abriendo estos Portales de Misericordia, espera recibir la bendición de que el nacimiento sea fácil y sin complicaciones.

· Durante todo el embarazo, es bueno que la madre y el padre, aumenten en el recitado de Salmos.

· Antes de ir a la cama, es costumbre que el marido recite el Salmo número 20. Cuando finaliza, debe repetir el segundo versículo del mismo.

· Mejor revisar las Mezuzot de la casa durante los meses del embarazo. Si no tiene Mezuzot, es un buen momento para colocarlas.

· Es costumbre tener una copia del Salmo 121 en mano durante el nacimiento.

· Si es posible, durante los últimos momentos del trabajo de parto, el marido debe recitar los siguientes Salmos: 1, 2, 3, 4, 20, 21, 22, 23, 24, 33, 47, 72, 86, 90, 91, 92, 93, 104, 112, y 113 hasta el 150.

Está llegando el mes de Iyar

Este Shabat bendecimos el mes de Iyar

1. La Torá posee otros dos nombres para este mes En la Torá, los meses hebreos no tienen nombres. Nisán se llama “el primer mes”, Iyar, “el segundo mes”, y así sucesivamente.

En los profetas, Iyar se llama “el Mes del Resplandor” (Jodesh Ziv), porque es cuando los árboles están resplandecientes de flores. Los nombres que conocemos hoy, fueron adoptados durante el primer exilio babilónico.

2. Iyar significa luz Iyar está relacionado con la palabra “ohr”, luz. El Midrash explica que recibió su nombre del man que comenzó a caer durante Iyar, un mes después de que los judíos salieran de Egipto. El man fue dado con un resplandor Divino.

3. Hay una mitzvá especial para cada día de Iyar Durante siete semanas, desde el segundo día de Pesaj hasta Shavuot, el pueblo judío cuenta el Omer, marcando el paso de 49 días entre estas dos festividades. Cada día, recitamos la bendición, ya que el conteo de cada día es su propia mitzvá Sefirat HaOmer (Cuenta del Omer) se extiende desde el 16 de Nisán a través de la totalidad de Iyar hasta Shavuot (6 de Siván). Por lo tanto, Iyar es el único mes en el que se cuenta el Omer por todos sus 29 días.

4. Iyar es un mes de curación Los maestros jasídicos ven esto en el acrónimo del mes: Alef de Ani, Iud del nombre de Di‐s, Resh de Rofeja: “Yo soy el Eterno que te sana”.Nisán, el primer mes, tiene que ver con el nacimiento y la renovación.

Acabamos de “salir de Egipto” en un sentido espiritual y estamos listos para cumplir los mandamientos de Di‐s.

Iyar representa el regreso a la mundanidad: nuestro primer día de regreso al trabajo después de las vacaciones. En este punto, se vuelve difícil infundir nuestro aprendizaje de la Torá y el cumplimiento de las Mitzvot con la emoción de la novedad. Aquí es donde entra en juego la sanación. Di‐s dice: “Todas las enfermedades… No pondré sobre ti, porque Yo soy el Eterno que te sana”.

En otras palabras, Di‐s nos está dando medicina preventiva: la capacidad de combatir la apatía y experimentar nuestro servicio Divino con pasión y emoción. Pero aunque Di‐s brinda asistencia, debemos hacer el trabajo preliminar. Si hacemos el esfuerzo de ver el mundo a través de los ojos de un niño, con apertura y curiosidad, podemos dominar las fuerzas de la apatía.

5. El signo zodiacal de Iyar es Tauro (el toro) En el pensamiento místico judío, el toro simboliza al alma animal, que como el toro, es rebelde, pero puede ser productiva si se aprovecha.

El pensamiento jasídico entiende que las tendencias negativas de nuestra alma animal provienen de un koaj hamitave amorfo, una fuerza que desea. Sin un arnés, la “fuerza del deseo” se inclinará hacia la auto gratificación, pero con un yugo, el alma animal puede ser abundantemente productiva.

Nuestra misión en Iyar es domar al toro. Cada noche, después de haber contado el Omer, decimos una pequeña oración en la que le pedimos a Di‐s que rectifique una pequeña parte de nuestra alma animal. Y para cuando llegue Shavuot, estaremos más preparados para recibir la palabra de Di‐s.

Moisés, confianza y humildad

El 7 de Adar (10 de marzo) es el aniversario de nacimiento y fallecimiento de Moshe Rabeinu.

La confianza se encuentra principalmente entre los humildes.

Moshé (Moisés) fue el hombre más humilde. Aún así, tuvo la confianza necesaria para presentarse ante el dictador más poderoso de la tierra y demandar sus exigencias. Tuvo la confianza para estar de pie frente a D-os y escuchar sin perder la compostura. Tuvo suficiente confianza para discutir con D-os, cuando fue necesario.

En su opinión, sin embargo, se consideraba nada.

La confianza de Moisés no era confianza en sí mismo, en el “yo”. Él no tenía “yo”. No era más que un agente de Arriba. Arriba hay poder infinito.

La auto-confianza es, en el mejor de los casos, limitada. Pero si confías en Aquél que te envió aquí para hacer lo que debes hacer, tal confianza no conoce fronteras.

La humildad debe ser legítima. Humildad legítima significa trascendencia del “yo”.

Tal como está escrito, Moshé (Moisés) fue el más humilde de los hombres. Obviamente sabía quién era. Que, de entre todos los hombres, había sido escogido para desempeñar el mayor papel de la historia:

Guiar a un pueblo entero en su liberación de la esclavitud y conducirlo a la mayor revelación de todos los tiempos. Fue el más excelso de los profetas, capaz de hablar directamente con D-os cada vez que lo deseaba. Sabía todo esto, y aún así era humilde.

Porque se decía a sí mismo: “Este no es mi logro personal. Es lo que he hecho con los poderes que D-os me otorgó. Quizás, si algún otro hubiera recibido tales poderes, hubiese hecho un mejor uso de ellos.”

Extraído de “Trayendo el Cielo a la Tierra”, Editorial Keter Tora.