El esfuerzo de tus manos

“Seis días será hecho trabajo” (Shemot 35:2)

En el comienzo del párrafo bíblico de “Vaiakhel” la Torá relata que Moshé reunió a los hijos de Israel y procedió a ordenarles sobre el cuidado del Shabat. Entre lo dicho aparecen las palabras: “Seis días será hecho trabajo, y en el séptimo día será para ustedes sagrado, un Shabat Shabatón…” De este versículo aprendieron nuestros Sabios Z”L que no sólo el descanso sabático es una Mitzvá -mandamiento- sino que también lo es el trabajo de los seis días de la semana. “Tal como fue encomendado Israel con la mitzvá activa del Shabat, así también fue ordenado sobre el trabajo” (Mejilta de Rashbi). La labor y el trabajo realizados de acuerdo a las instrucciones de la Torá y con el propósito de servir a Di-s con el resultado de las mismas son también una suerte de servicio al Altísimo.

COMO QUE FUERA AUTOMÁTICAMENTE

A su vez este versículo nos insinúa el tipo de actitud que debe tener el judío hacia su trabajo de la semana. Moshé estaba hablando directamente al pueblo. Lo lógico entonces era decirle: “seis días hagan (o harán) trabajo”. Pero Moshé no dijo esto (hagan) sino será hecho. Cuando se le dice a alguien: “harás” esto implica que haya una acción e involucramiento por parte de la persona en la labor requerida. Pero cuando se dice “será hecha” la connotación es como que el trabajo se hará por sí solo, sin que el hombre deba invertir en ello sus fuerzas.

EL ESFUERZO DE TUS PALMAS

En realidad, esto es lo que la Torá pretende enseñarnos: es verdad, hay que trabajar durante los seis días de la semana. Esto es incluso, un mandamiento- una mitzvá. Pero no hay necesidad de introducir en el trabajo toda la cabeza, toda el alma. Se requiere del judío que recuerde constantemente que el trabajo no es el objetivo final de la vida, sino un medio para la manutención y similar. La verdadera vida es la del espíritu -el estudio de la Torá, la plegaria, la dedicación al cumplimiento de las Mitzvot, los actos de benevolencia. Este pensamiento se refleja también en el versículo: “cuando comas del esfuerzo de tus palmas dichoso serás y será bueno para ti”. El énfasis está en el término “el esfuerzo de tus palmas” Tan sólo las manos, es decir las fuerzas de la acción, debe invertirse en el comercio y el trabajo; pero la cabeza y el alma deben preservarse libres para estudiar Torá y servir a Hashem. Cuando el judío se comporta así, se hace meritorio del “dichoso serás y será bueno para ti”.

QUE EL SHABAT SEA UN SHABAT

Acerca de esto se puede preguntar: “¿si no invertimos en el negocio todas nuestras fuerzas y toda el alma, cómo aseguraremos su éxito y crecimiento?” A ello debe responderse que se requiere también creer en Di-s. El judío tiene fe que al fin y al cabo el sustento viene del Altísimo. La función del hombre es hacer el “recipiente” para recibir la bendición de Di-s y por ello debe trabajar y dedicarse a su actividad comercial, pero quien define si va a ganar del trabajo y cuánto, es Hashem. Siendo así, cuando Di-s dice que el judío no debe sumergirse totalmente en los negocios, esto mismo indica que el camino para recibir la bendición de Di-s y afianzar el negocio, es exclusivamente cuando se cumple con la Voluntad de Di-s y no cuando se actúa contrariamente a ella. Quienquiera desee el éxito de sus actividades comerciales, debe abstenerse de invertir en ello toda su alma, puesto que esto es lo que Hashem quiere y es Él Quien brinda la bendición. Cuando el judío trabaja durante los seis días de la semana, de acuerdo a las instrucciones de la Torá, también su Shabat es diferente. No tiene dificultad en dirigir sus fuerzas hacia los temas del espíritu, y no permanece pensando constantemente en sus actividades mundanas. De esta manera vivenciará una verdadera vida judía, tanto en los días de la semana y cuánto más, en el Shabat.

Likutei Sijot 1, Pág. 187

Los 39 trabajos prohibidos en Shabat

En los Diez Mandamientos (Shemot 20:9) está escrito: “Seis días trabajarás y harás tu labor, pero el séptimo día es Shabat para Hashem, no has de hacer trabajo alguno -ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu animal, ni tu forastero dentro de tus portales. Porque en seis días hizo Hashem los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y descansó en el séptimo día- Por ello bendijo Hashem el día de Shabat y lo santificó”

 

¿Qué actividades la Torá denomina como trabajo?

En la Mishná, tratado de Shabat Cáp. VII está escrito: Los trabajos son 40 menos uno y son; 1) Sembrar; 2) Arar; 3) Cosechar; 4) Juntar la cosecha; 5) Trillar; 6) Aventar; 7) Separar; 8) Moler; 9) Tamizar; 10) Amasar; 11) Hornear; 12) Esquilar; 13) Lavar (la fibra); 14) Peinar (la fibra); 15) Teñir; 16) Hilar; 17) Armar la cadena (en los telares); 18) Preparar la cadena para pasar la Trama; 19) Tejer; 20) Destejer; 21) Anuda; 22) Desanudar; 23) Coser; 24) Descoser; 25) Cazar; 26) Faenar; 27) Descuerar; 28) Curtir el cuero; 29) Alisar el cuero; 30) Marcar el cuero; 31) Cortar el cuero; 32) Escribir; 33) Borrar; 34) Construir; 35) Destruir; 36) Apagar; 37) Encender fuego; 38) Culminar un trabajo y 39) Cargar de un dominio a otro.

1) Sembrar:

Todo aquello que ayuda a la planta está incluido en sembrar; por ejemplo: regar, fertilizar y podar.También está prohibido comer o tomar bebidas en el jardín, cuando lo hacemos directamente sobre la tierra, ya que es imposible cuidarnos lo suficiente como para que no caiga nada de líquido al pasto o que alguna semilla o grano de nuestra comida caigan sobre la tierra y esta llegue a germinar.

2) Arar:

Toda excavación realizada en la tierra está incluida en arar, como así también todos los preparativos que uno le haga a la tierra, está incluido en arar, como ser: alisar un terreno, por ello está prohibido barrer [con escoba] el jardín. El motivo es que al ser que es imposible que el terreno esté perfectamente liso, seguro hay hoyos en él, entonces, al barrer con la escoba lo estaríamos llenando lo que constituiría la prohibición de alisar el terreno.

3) Cosechar:

Cualquier actividad que desencadene como consecuencia que una planta quede desconectada de su fuente de alimento, es considerada a los efectos, el trabajo de cosechar.Los frutos cosechados en Shabat o Iom tov [incluso por un no judío, de su campo] nos están prohibido consumir hasta la culminación del día.

4) Juntar la cosecha: No se puede en Shabat juntar frutas y colocarlas en un recipiente o amontonarlas, tampoco si se cayó una caja de fruta y se desparramó, nos estará prohibido acopiarla, pero puede levantar una y comerla y luego levantar el resto.

5) Trillar: Consiste en separar la cáscara del grano. El exprimir jugos se incluye dentro de esta prohibición ya que también consiste en separar la cáscara y pulpa del jugo. Por ello está prohibido exprimir todo tipo de frutas y verduras con el objetivo de consumir el jugo, no obstante para condimentar una ensalada nos está permitido exprimir limón por ejemplo, siempre que esto se realice directamente sobre las verduras.

6) Aventar:

Consiste en separar la cáscara del grano. La prohibición en la actualidad consistiría, por ejemplo, a la hora de comer maní con cáscara y luego de haberla separado con los dedos, soplamos para que se vuele la cáscara y nos quedemos con el grano en la mano. El procedimiento correcto sería, elegir con la mano los granos y comerlos, luego descartar las cáscaras que hayan quedado en la mano.

7) Separar;

8) Moler:

Es la acción de triturar el grano con el objetivo de transformarlo en harina. Está incluido dentro de este trabajo, rallar o triturar cualquier vegetal. Por ejemplo, picar una cebolla muy finamente está prohibido mientras que si se puede si los trozos resultantes son medianamente gruesos.

9) Tamizar;

En ambos casos el trabajo consiste en separar lo bueno de lo malo. La diferencia entre ellos es que en el caso de separar, la acción es realizada directamente con la mano mientras que en el caso de tamizar esto es a través de algún instrumento. Al momento de comer nos está permitido escoger lo bueno de lo malo dejando lo que no nos interesa comer en el lugar. Cabe aclarar que nos referimos a lo bueno como aquello que en este momento estamos interesados en consumir, lo contrario ocurre con lo que denominamos malo. Es importante aclarar que este trabajo prohibido en Shabat está permitido de hacer en Iom Tov siempre que esta acción no pudo ser realizada antes y lo hacemos con el objetivo de consumir en el día. Por ejemplo, de caerse algunas semillas de limón dentro de la ensalada, en Shabat estaría prohibido retirarlas, mientras que en Iom Tov está permitido.

 

10) Amasar:

Consiste en unir harina a través de agua transformándolo en una masa. Al aplastar una banana o una palta en Shabat, estaríamos transgrediendo dos prohibiciones, una de moler y la otra de amasar. Está prohibido preparar aquellos alimentos para bebés que se preparan a base de cereales que deben ser mezclados con agua o con leche, a menos que la mezcla quede tan líquida, que pase a ser bebible. En caso que el bebé lo necesite para su dieta, deberemos recurrir a un no judío que lo prepare.

11) Hornear:

Incluye, asar, cocinar y fritar; en síntesis cambiar el estado del comestible por medio del calor. Esto incluye agregar líquidos o sólidos incluso condimentos dentro de una olla aunque esta ya se haya retirado del fuego. Ya que el calor que aún se mantiene en la olla todavía es suficiente para cocinar estos elementos. Si pasamos comida de una olla que estuvo sobre el fuego, a una fuente, plato o vaso, este cambia de estatus y ya nos está permitido agregar condimentos únicamente (sólo si estas comidas son básicamente líquidas). Pero si de este recipiente lo volvemos a verter sobre otro, ahora estaría permitido agregar cualquier cosa, te café azúcar.

12) Esquilar:

Consiste en quitar las fibras de cualquier ser vivo. El afeitarse, depilarse, cortarse el pelo, las uñas son ramificaciones de esta prohibición. Cabe aclarar que de tener una uña partida (más de la mitad) que produce dolor, nos estaría permitido cortarla con la mano.

13) Lavar (la fibra):

En esta prohibición se incluyen lavar la ropa o cualquier tela, incluso está prohibido sólo mojarla. En caso de incendio en el día de Shabat (por ejemplo se cayeron las velas sobre el mantel) se podrá arrojar líquidos sobre el mantel alrededor del fuego para evitar que se propague, sólo debemos evitar usar agua.

14) Peinar (la fibra):

Está permitido cepillarse el pelo en Shabat siempre utilizando un cepillo blando ya que la mayoría de las veces no arranca pelos. Pero un cepillo o peine que siempre arranca pelos estará prohibido ya que infligiríamos la prohibición 12.

15) Teñir:

Fuera de la acción misma de teñir las fibras, está prohibido también pintar cualquier superficie. Teñir el pelo, maquillarse, pintarse las uñas, etc., también están incluidos dentro de esta prohibición.

16) Hilar:

Consiste en unir las fibras o hilos y retorcerlos. Por este motivo está prohibido que una mujer se haga trenzas en el pelo o las  deshaga. En el caso de los varones la prohibición alcanza el arreglo de los hilos del Tzitzit cuando se desarman y en Shabat queremos corregirlos.

17) Armar la cadena (en los telares)

18) Preparar la cadena para pasar la Trama

19) Tejer

20) Destejer:

Fuera de la prohibición de preparar telares o las máquinas con las que se fabrica tela, también está prohibido en Shabat armar canastos de mimbre o deshacerlos. Si observamos en Shabat que de alguna prenda que vestimos se desprende una hilacha, nos estará prohibido cortarla o menos aún arrancarla.

21) Anudar

22) Desanudar:

Fuera de la prohibición obvia de atar y desatar nudos en Shabat se incluyen también ajustar el nudo de los Tzitzit cuando estos se desajustaron. Está permitido en Shabat atarse los zapatos en la forma tradicional, vale decir primero un nudo y luego el moño con la condición que los ate o desate en el mismo día. Por este motivo no hacemos un moño para ajustar el rollo de la Torá en Shabat a la tarde, ya que recién ésta será desatada el próximo lunes. Vale aclarar que respecto al moño de los zapatos, queda prohibido hacer un nudo luego del moño como se suele hacer con los calzados deportivos o de los niños. Estas leyes se aplican lógicamente también en aquellas prendas que cuentan con cintas para ajustar.

23) Coser

24) Descoser: Se incluye en esta prohibición ajustar un hilo de una prenda que se corrió. Pegar dos superficies con pegamento también está prohibido ya que éste une también dos elementos. No obstante está permitido utilizar un alfiler de gancho en forma provisoria. En caso de que dos o más hojas quedaron pegadas o unidas, está prohibido en Shabat separarlas.

25) Cazar:

Incluye por ejemplo cerrar un cajón en el que se encuentra un insecto, a menos que deje el espacio suficiente para que éste pueda eventualmente escapar. Está permitido atrapar un animal peligroso como ser una víbora para evitar que esta dañe.

26) Faenar:

Consiste en matar cualquier animal vivo. Incluye sacar un pez del agua, ya que esto le causará la muerte. También rociar con productos que matan mosquitos o demás insectos, también está prohibido.

27) Descuerar: Incluye el desplumar un ave. La prohibición consta de quitarle la piel a un animal. No obstante está permitido quitarle la piel al pollo o al pescado en el momento de la comida.

28) Curtir el cuero:

La prohibición consiste incluso en el solo hecho de agregar químicos que cambien el estado de la piel en cuero. Al ser que uno de los productos básicos utilizado generalmente es el sodium, por ello está prohibido salarlo en Shabat. Por este motivo tampoco debemos agregar químicos a los comestibles para cambiar su estado, como es la costumbre de hacer con las conservas en sal.

29) Alisar el cuero:

Consiste en darle al cuero una superficie más suave. Por ello no se puede lijar ninguna superficie, por ejemplo si colocamos una crema espesa sobre la piel, no nos estará permitido frotar el lugar. Por este mismo motivo tampoco se puede utilizar jabón en barra, ya que al lavar estaremos alisando la superficie de la barra del jabón. Por ello en la actualidad acostumbramos utilizar jabón líquido.  No obstante se puede untar manteca o margarina sobre un trozo de pan, ya que este trabajo prohibido en Shabat no se aplica en comestibles.

30) Marcar el cuero:

Consiste marcar la zona que deseamos luego cortar. Esta prohibición incluye marcar papel o tela, etc., para saber a dónde cortar o escribir.

31) Cortar el cuero: En la actualidad esta prohibición incluye cortar cuero, tela papel, o cualquier material a la medida que nosotros necesitemos. Incluye por ejemplo cortar el papel higiénico para su uso. Por este motivo se debe dejar preparado con anterioridad papel higiénico para usar en Shabat.

32) Escribir

33) Borrar;

Esta prohibición incluye escribir, dibujar o borrar partes del mismo en Shabat. Incluso no debemos escribir sobre vidrios empañados; una torta o galletitas con letras grabadas o dibujadas no deben ser cortadas. Lo mismo cuando abrimos un paquete de algún comestible debemos procurar hacerlo por un sector que no contenga letras.

34) Construir

35) Destruir: Incluso agregar a una construcción, ya sea tan solo un clavo o hacer un agujero en la pared también se considera construir y por lo tanto está prohibido en Shabat. Esta prohibición no solamente se aplica en construcciones de inmuebles, sino que abarca también los muebles. Por este motivo, ajustar un tornillo en un barco o automóvil estará prohibido. En el caso de que se haya aflojado el tornillo del marco de un anteojo, de una mesa o silla, no debemos ajustarlo sino una vez que finalice el Shabat. Como esta prohibición incluye construir o destruir un techo es que tenemos prohibido en Shabat abrir un paraguas o estirar el techo en el coche de un bebé.

36) Apagar

37) Encender fuego: Todo fuego proveniente de combustibles o electricidad, está prohibido encender y apagar en Shabat. En caso de incendio y existe el riesgo de que una vida esté en peligro, debemos actuar igual que lo haríamos en un día de semana. Si existe sólo peligro de pérdidas materiales, se puede gritar afuera de modo tal que alguien llame a los bomberos. En caso de que se caiga la vela de Shabat sobre el mantel que cubre la mesa, se podrá arrojar líquidos sobre el mantel alrededor del fuego para evitar que se propague, sólo debemos evitar usar agua para no incurrir en el inciso 13. En Iom Tov si nos estará permitido encender un fuego de otro existen o aumentar una ya existente a los efectos de cocinar para este día.

38) Culminar un trabajo:

Cualquier actividad que finaliza (la concluye) una tarea. Si una prenda (por ejemplo un traje) tiene un zurcido (generalmente en los bolsillos) para que el consumidor lo quite, esto estará prohibido ya que con esta acción concluye la confección de la prenda. A un zapato a estrenar también le estará prohibido colocarle los cordones en Shabat por primera vez. Lo mismo se aplica a cualquier prenda que lleve cordones.

39) Cargar de un dominio a otro:

Existen de acuerdo a la ley cuatro dominios: a) Dominio privado; que pertenece a una persona y esta cercado en su totalidad con un cerco de un metros de altura aproximadamente como mínimo (hay muchas leyes al respecto de las aberturas) b) Dominio público: calles, avenidas y ferias c) Carmelit; mares, desiertos y dominios privados que no reúnan las características mencionadas en el punto a) y d) Macom patur. La Torá prohíbe transportar en Shabat desde un dominio privado a uno público o carmelit o viceversa, también está prohibido transportar en la vía pública o carmelit mas de cuatro pasos (2 mts aprox.). Si encontramos algún objeto en nuestro bolsillo al caminar por la calle en shabat, debemos arrojarlo ni bien nos percatamos de ello. Debemos por ello cuidarnos de colocar objetos en nuestros bolsillos justamente para evitar que esto suceda. No obstante en Iom Tov está permitido cargar sólo los objetos que necesitamos para ese día.

Calcular meses y años

Es el precepto con el cual El, exaltado sea, nos ordenó calcular meses y años. Este es el precepto de Kidush Hajodesh.

Es lo que Él, exaltado sea, dijo: Este mes es para ustedes, cabecera de meses. En su explicación se dijo: “Este testimonio sea entregado a ustedes”, es decir: este precepto no está en manos de cada uno individualmente —como es en el caso de Shabat Bereshit, en el que cada cual cuenta seis días y hace Shabat en el séptimo— de modo que (digamos que) también cada persona que ve la luna (nueva) lo haga (a este día) Rosh Jodesh, o que calcule con el cálculo de la Torá y establezca Rosh Jodesh, o que (si) viera que la Primavera se ha atrasado, u otra cosa que corresponda tomar en consideración, y (por eso) agregue un mes — (no es así) sino que este precepto ha de realizarlo siempre y exclusivamente el Gran Tribunal, y sólo en la Tierra de Israel. Por eso es que en nuestra época ha quedado anulada (la fijación de los meses de acuerdo a) la Reiá, debido a la desaparición del Gran Tribunal, tal como ha quedado anulada la ofrenda de los Sacrificios debido a la desaparición del Gran Templo.

Ese fue el error de los apóstatas —que en estas tierras de oriente son llamados “Caraítas”— y éste es también el fundamento que incluso no todos los Rabinos percibieron y (por eso) comenzaron a palpar con ellos en la oscura penumbra.

Ten presente que este cálculo que nosotros efectuamos hoy en día, y que con él conocemos los Rosh Jodesh y las Festividades, no está permitido hacerlo salvo en la Tierra de Israel únicamente. Empero, en momentos de apremio y cuando no hubieran Sabios de la Tierra de Israel, sólo entonces, tiene un Tribunal habilitado por el de la Tierra de Israel permitido agregar un mes al año y fijar los comienzos de mes fuera de la Tierra (de Israel), tal como hizo Rabí Akibá, según se explicó en el Talmud. Esto presenta gran dificultad, y según se sabe, mayormente, casi siempre, hubo (Tribunal) en la Tierra de Israel, y fueron ellos quienes fijarían los meses y agregarían un mes a los años de acuerdo a los sistemas de la Tradición y en reunión conjunta.

Hay aquí un muy insigne fundamento del credo, que no sabrán ni percibirán salvo quienes analizan en profundidad.

El cálculo que nosotros hacemos hoy, fuera de la Tierra (de Israel), según el calendario que poseemos, y (por el cual) decimos que tal día es Rosh Jodesh y tal día es Festividad — de ninguna manera el que lo hagamos Festividad se debe a nuestro cálculo, sino a que el Tribunal de la Tierra de Israel ya ha fijado con anterioridad que este día sea Festividad o Rosh Jodesh. Y por cuanto que ellos dijeron que este día es Rosh Jodesh o que este día es Festividad, éste se constituye en Festividad o Rosh Jodesh —débase esta acción de ellos al cálculo o a la reiá— según se nos transmitió: “Que ustedes proclamarán a ellas — no tengo Festividades, salvo éstas”, vale decir: estos (días), que dicen ellos que son Festividades, (lo son) incluso involuntariamente, incluso compelidos, incluso equivocados, según nos llegó a nosotros por Tradición.

Nuestro cálculo de hoy es a los solos efectos de que sepamos el día que fijaron los de Eretz Israel, puesto que de esta misma manera se calcula y fija hoy, y no por reiá. Nos basamos en lo que ellos fijaron y no en nuestro cálculo. Este cálculo nuestro sólo sirve para revelar (lo que ya estaba fijado de antes).

Esto, compréndelo bien.

He de darte explicación adicional: Si supusiéramos, a modo de ejemplo, que los habitantes de la Tierra de Israel desaparecieran de ella —Di-s libre de hacer tal cosa, puesto que ya aseveró que no borrará ni desarraigará totalmente al remanente de la nación— (y si supusiéramos) que no existe Tribunal, y que fuera de la Tierra (de Israel) no hubiera Tribunal habilitado en la Tierra de Israel — en tal caso, este cálculo nuestro carecería en absoluto de utilidad alguna para nosotros, pues fuera de la Tierra (de Israel) nosotros no debemos hacer cálculos ni agregar meses a los años ni fijar meses salvo bajo las premisas mencionadas, como hemos explicado que de Tzión saldrá la Tora’, y de Jerusalén la Palabra de Di-s.

Si quien posee un conocimiento cabal de las palabras del Talmud acerca de este tema, meditara, todo lo que hemos dicho le resultará explicado con claridad indudable.

Por cierto, en las expresiones de la Torá hay insinuaciones que instruyen acerca de los fundamentos de la materia en la que nos basamos para conocer los Rosh Jodesh y (el momento en que es) agregado un mes al año (lunar). De ellos, es lo que El dijo: Y observarás este decreto para su momento (prefijado) de año en año; y dijeron: “(Este versículo) enseña que no se agrega un mes al año salvo en el momento (previo) inmediato a la Festividad”.

También dijeron: “¿De dónde (sé) que sólo se agrega un día al mes si es de día, y que sólo se consagra al mes (declarando el Rosh Jodesh) si es de día? Pues fue dicho: (De año en año, con las palabras cuya traducción literal sería:) ‘de día en día'”.

Dijo El, exaltado sea: Para los meses del año. Dijeron (nuestros Sabios): “Consideras meses para (formar) años, pero no consideras días”, de lo que se comprende que el agregado en él (año) sólo puede ser de un mes completo.

Dijo El: Un mes de días. Dijeron (nuestros Sabios): “Consideras días para (formar) un mes, pero no consideras horas”

Y dijeron: “Cuida al mes de la Primavera — se desprende (de este versículo) que es imperativo que resguardemos las estaciones en nuestros años (lunares), por lo cual han de ser años solares”.

Todas las leyes de este precepto han sido explicadas ya, íntegramente, en el Capítulo Primero (del Tratado Talmúdico) de Sanhedrín, y en el Tratado de Rosh Hashaná y también en (el de) Berajot.

Ser y no ser

El Arca, que contenía las Tablas en las que estaban cincelados los Diez Mandamientos, era
un mueble maravilloso.
Aunque tenía dimensiones definidas, “dos codos y medio de largo y un codo y medio de ancho”, su presencia no ocupaba ningún metro cuadrado de la habitación que lo albergaba.
Dentro del Arca había dos juegos de Tablas:
1) Las Tablas originales, que Moshé rompió en pedazos cuando descubrió al pueblo judío adorando al becerro de oro.
2) Y el segundo conjunto de Tablas, que Di‐s con‐ cedió al pueblo judío tras su arrepentimiento.
Un Arca que es a la vez espaciosa y sin espacio.
Tabletas enteras y rotas colocadas una al lado de la otra.
¿Qué lección podemos sacar de esto?
El estudio de la Torá de Di‐s es un arte delicado que requiere un equilibrio entre habilidad y humildad.
Por un lado, el estudio de la Torá requiere cierto grado de presencia personal.
A diferencia del cumplimiento de los mandamientos de Di‐s, que se refieren en gran medida a “hacerlo”, en el estudio de la Torá, “obtenerlo” es un requisito importante.
El estudiante debe intentar comparar cualquier idea presentada por la Torá con las impresiones y experiencias de su propia vida.
Sólo cuando la idea se ha arraigado exitosamente en la imaginación del estudiante la lección está verdaderamente completa.

Cuarenta días en el Monte Sinaí

“Pan no comió y agua no bebió” (SHEMOT 34:28)

Cuando Moshé subió a los Cielos para recibir la Torá, estuvo allí cuarenta días y cuarenta noches. La Torá atestigua sobre ello: “pan no comió y agua no bebió”. Se plantea la pregunta: ¿Es posible semejante cosa? ¡El mismo Maimónides dictamina en Leyes de Juramentos que, debido a que es imposible subsistir más de siete días sin comer, si la persona jura que no comerá por siete días, debe considerarse  esto  un  juramento  en vano!.

ALEGRÍA INMENSA

Existen tres explicaciones sobre el tema:

1) Inclusive mientras Moshé se encontraba en el Cielo, se seguía comportando   como   un   ser   humano normal. Su cuerpo requería de alimento, líquido y descanso. Sólo que Hashem produjo un milagro diario y cque hacía que, a pesar de la condición humana de Moshé, pueda vencer su naturaleza y permanecer con vida y totalmente activo, sin necesidad de beber o comer.

2) No tuvo lugar aquí ningún milagro, sino que se trataba de una situación que aunque excepcional, estaba dentro de las leyes de la naturaleza. Cuando Moshé subió al Monte  Sinaí, lo embargaba, por un lado, una inmensa alegría  y  simultáneamente,  su  mente estaba totalmente concentrada en la captación de la Divinidad y la Torá abstraída de todo tema ajeno. Su extraordinaria dedicación mental y el regocijo por lo que recibía y percibía, robustecieron tanto a su mente y a sus fuerzas espirituales, a punto tal que vencieron y anularon sus necesidades terrenales. Su cuerpo  estaba  hambriento  y  fatigado, pero Moshé no sintió en absoluto las exigencias del mismo.

3)  Al  subir  Moshé  al  Monte Sinaí, su naturaleza humana se cambió por la de los ángeles. Así como estos no necesitan de alimento ni bebida, de la misma forma, Moshé podía prescindir de los mismos. Su cuerpo se elevó al nivel de un ángel celestial. De acuerdo a esta interpretación, no sentía hambre, sed ni cansancio. En el nivel espiritual en el que se encontraba no existen semejantes sensaciones.

MILAGRO CONSTANTE

Podemos explicar entonces, que cada uno de estos conceptos se puede aplicar a cada una de las tres oportunidades en las que Moshé subió al Monte Sinai. Cuando ascendió por primera vez, para recibir las primeras Tablas de la Ley, fue objeto de un milagro constante, que impedía que necesitará de elementos materiales para subsistir. Las Tablas eran de origen Divino, y también lo era “la escritura de Di-s”, y ese manejo milagroso se ex-tendió también a Moshé.

La  segunda  oportunidad  en  la que subió, era para pedir perdón por el pecado del becerro de oro. Se encontraba entregado a sus rezos y súplicas por el pueblo de Israel, y sus necesidades  físicas  quedaban  totalmente relegadas pudiendo subsistir sin ellas.

COMO UN ANGEL

La tercera vez, cuando subió a reci-bir las segundas Tablas, llegó a una ele-vación espiritual tan grande, que logró que su cuerpo se transformara al nivel de un ángel. Por eso mismo, sólo luego del tercer ascenso tuvo el privilegio de recibir los “karnei or” (rayos de luz) que irradiaban de su rostro. Ellos testifican el refinamiento de la propia materia de su cuerpo. El mismo semblante de Moshé irradiaba la luz de su alma.

(Likutei Sijot Tomo 36, Pág. 172)

Una gran bendición

El 12 de Adar,se cumple el aniversario del atentado a la Embajada. Presentamos la historia de uno de los sobrevivientes…

En el verano del año 1992, 5752 (hemisferio sur), hicimos con mi esposo un viaje a Israel y Estados Unidos, que se extendió por seis semanas, tres en nuestro primer destino y las restantes en Crown Heights. Esos días cerca del Rebe de Lubavitch se convirtieron en una experiencia irrepetible. Mi esposo asistía cada mañana y cada tarde a 770, participando de la tefilá (rezo) junto al Rebe, que muy a menudo disertaba después de la misma y solía repartir dólares, kuntres, y en una oportunidad leikaj (torta de miel), con convocatorias inesperadas por medio de una sirena que provocaba un desplazamiento masivo de toda la comunidad, hacia la sede central de Lubavitch.

El último domingo 26 de Adar 1, 1 de Marzo , se casaba mi sobrino. Ya preparados para la ocasión, fuimos a recibir el consabido dólar de manos del Rebe. A pesar de que mi marido fue antes que yo, llegó hasta el Rebe a última hora, más o menos 8 PM, alcanzó a decirle que viajaba al día siguiente a Argentina, y que el 22 de Adar II, sería su cumpleaños número 52. El Rebe le dió dos dólares deseándole “Bendición y Suerte, Noticias Buenas”(lit) y un tercer dólar (que sorprendió a mi esposo) bendiciéndolo con “Larga Vida”.

A la mañana siguiente, pensamos pasar por 770 para despedirnos, pero supimos que el Rebe, como solía hacerlo últimamente, había salido para el Ohel del Rebe Anterior. Por la tarde mientras terminábamos de preparar el equipaje, nos estremeció el sonido de la sirena, nos preguntamos a qué se debería y a los pocos minutos la mamá de nuestra nuera nos comunicó la preocupante noticia del accidente cerebral acontecido al Rebe. Salimos hacia el aeropuerto con un ánimo comprensible, llamamos desde allí para pedir noticias y seguimos con preocupación y esperanza la evolución de la salud del Rebe durante el viaje y los siguientes 14 días, hasta que algo terrible volvió a sacudir nuestras vidas, esta vez relacionado con ellas, más específicamente.

Después de haber trabajado por la mañana en el jardín de infantes, estaba en mi casa realizando tareas propias del hogar, cuando sonó el teléfono y escuché la voz de una señora conocida que me preguntaba si mi marido se encontraba en la Embajada de Israel (donde trabajaba ya 31 años), conteste que sí, pensando que esta persona necesitaba alguna ayuda, como solían hacer muchos parientes y amigos; sin embargo esta vez escuché con estupor que una bomba había destruido el edificio. Mi primera reacción fue pulsar el botón de la memoria del teléfono, que obviamente estaba incomunicado. Luego llamé a mi hija y a mi hermano y los tres nos dirigimos al lugar de los hechos; nos llevó un taxista que también era policía y manejaba temerariamente pensando que nos hacia un favor, y aunque en el momento no dijimos nada, después comentamos los tres, que sentimos real temor por nuestra integridad física. Mientras tanto yo pensaba a pesar de mi angustia, que mi esposo debía estar a salvo, ya que recordaba la bendición pronunciada por el Rebe, y lo imaginaba emergiendo de entre los escombros ileso e indemne.

Las escenas a las que asistimos en el lugar donde antes se erigía el edificio de la Embajada, era de indescriptible caos e incertidumbre por la consecuencia de la explosión y el paradero de las personas que eran reclamadas por sus familiares con gran desesperación. En un momento dado decidí buscar un teléfono porque consideré que si mi marido había salido de ese trance, como me lo dictaba mi confianza en la bendición recibida, debía haberse comunicado con alguien.

Milagrosamente encontré un aparato que funcionaba en la zona y mi cuñada, me dijo que Iser había llamado a su casa diciendo que estaba a salvo y bien. Esta noticia provocó que mi hija y yo, liberando la tensión que nos había embargado hasta el momento, comenzamos a llorar profundamente, mientras nos dirigíamos al lugar donde habíamos dejado a mi hermano. Desde lejos mi hija le gritó, para que no se asustara al vernos llorar, “tío, mi papá está bien”. Nos dirigimos al negocio de mi hermano y al llegar, mi esposo se comunicó nuevamente, escuché su voz en el teléfono y recién allí comprendí que la pesadilla, en cuanto a nosotros se refería, había terminado.

Después vino el reencuentro, camino a casa, a bordo de sendos taxis, los dos habíamos tomado la misma calle, yo hice parar al de él, para seguir juntos el último tramo del trayecto.

Luego, mientras mi marido trataba de componerse y al mismo tiempo se preocupaba por saber el destino de sus compañeros, el timbre del teléfono no dejaba de sonar, llamadas locales y de todas partes del mundo donde estuviera algún familiar o amigo que se interesara por el.

A pesar del dolor por las víctimas, los días que siguieron, festejamos Purim, reafirmando nuestra fe en el Todopoderoso, que como en toda la existencia del Pueblo Judío, daba una vez más, señales de que tenemos que confiar en sus designios, inspirados en el Pacto que selló con nuestros Patriarcas, por medio del cumplimiento de Torá y Mitzvot.

Quisiera contarles que la misma noche en que ocurriera este duro acontecimiento, hicimos llegar al Rebe, por intermedio de nuestro hijo la noticia de que mi esposo estaba gracias a Di-s bien, como reconocimiento a sus bendiciones.

Tres días mas tarde, Iser pudo acceder al edificio siniestrado, comprobando que su oficina (salvo una pared medianera que se había desplomado) estaba intacta, como así también el cuadro del Rebe, su libro de Jitas, efectos personales y fotos familiares. Actualmente estos elementos están en su nueva oficina y presiden la misma. Con un marco nuevo se encuentra la foto del Rebe, que ahora con su alma despojada de sus límites corporales, sigue preocupándose por todos sus “hijos” e intercediendo por ellos ante el Todopoderoso.

Que pronto se termine el Galut y recibamos al Moshiaj con la Gueulá Shleima, AMÉN

Purim Sameaj

Leti Kirszenberg

Netilat Iadaim (lavado ritual de manos)

Estas son las situaciones que nos obligan lavar nuestras manos ritualmente:

1- Al levantarnos de dormir por la mañana;

2- Al levantarnos de dormir durante el día;

3-Al salir del baño incluso de no haber hecho sus necesidades;

4- Al hacer nuestras necesidades aun que no hayamos entrado al baño;

5-Al tomar un baño;

6- Al cortarnos las uñas;

7-Al cortarnos el pelo;

8-Al quitarnos el calzado con las manos;

9- Después de mantener relaciones matrimoniales;

10- Al sacar piojos;

11- Por rascarsela cabeza;

12- Al tocar alguna parte del cuerpo que normalmente llevamos cubierta;

13- Cuando salimos del cementerio;

14- Por acompañar a un difunto;

15- Por estar en la misma sala con el difunto

16- a quien le sacaron sangre para donación o estudio.

Cuando nos levantamos por la mañana debemos lavarnos las manos tres veces en forma alternativa utilizando para ello una jarra que contenga al menos 87 cm3y vertimos primero en nuestra derecha, luego la izquierda y así dos veces más. Este recipiente debe tener su base plana y su borde debe estar completo. Si tiene un pico especial que no permite al liquido llegar hasta el borde,no se debe utilizar para netilat iadaim. Pero si el pico está al mismo nivel y el líquido llega a todo el borde se puede utilizar. Lo indicado es usar una jarra con dos mangos pero sirve incluso no tenga mango.

El líquido a utilizar debe ser agua que no haya sido utilizada anteriormente para otro propósito (por ejemplo enfriar una mamadera)y que sea apta para consumo humano. El agua debe ser vertida por una persona, vale decir que no podemos lavarnos de agua que fluye de la canilla ni de un barril ode un tanque. Pero si una persona inclina el barril o el tanque si sirve.

Modo de proceder: tomamos la jarra con la mano derecha y la llenamos, la pasamos a la mano izquierda y arrojamos a la mano derecha, luego pasamos a la mano derecha para arrojar sobre la izquierda, así dos veces mas.

Una casa

Naciones guerrean por ella, familias apartan una considerable suma de sus ingresos para adquirir una. Hasta los Sabios del Talmud llegan a decir:

“Un hombre sin un hogar no es un hombre”.

Una casa es más que un techo que protege de la lluvia, paredes que mantienen fuera a visitantes indeseados, una cocina   para   preparar   comida   y   una cama para dormir. Fuertes, edificios de oficina, hoteles y restaurantes también pueden realizar esas funciones, inclusive mejor que cualquier residencia.

Pero sólo en casa una persona está “en casa”.

En casa es donde puedes hacer muecas en el espejo, puedes llevar un suéter verde viejo con agujeros y comer pickles con mayonesa porque te da la gana.

Di-s, también, desea una casa un lugar dónde Él pueda ser íntegro y desinhibido. Los maestros jasídicos preguntan: ¿Por qué Di-s creó el mundo físico? ¿Qué puede darle nuestra existencia tosca, finita y conflictiva, que las dimensiones espirituales de la creación no pueden? Y ellos contestan: Di-s creó el mundo físico porque Él quiso una casa, un lugar dónde pueda hacer las cosas porque tiene ganas.

La primera casa de Di-s tenía dos cuartos en un edificio de 13 mts. x 21mts aproximadamente. Según Éxodo 25, estaba hecha de los siguientes materiales: oro, plata, cobre, lana teñida de azul, violeta y rojo, lino, pelo de cabra, pieles animales y madera. Fue hecha a medida, con especificaciones detalladas dadas a Moshé en el Monte Sinaí. Se asentaba en el centro mismo del campamento Israelita en el desierto, y estaba   diseñada   para   que   pudiera desarmarse y volverse a armar cuando fueran de un lugar a otro durante los cuarenta años entre su Éxodo de Egipto y su entrada en la Tierra Santa. Después, una versión más grande y permanente   se   construyó   en   el   Monte   del Templo en Jerusalén.

Dijo Di-s a los hombres:

 “Yo creé sabiduría,   conocimiento   y   entendimiento, y en estas creaciones mora Mi mente. Yo creé amor, justicia y compasión, y en éstos reside mi carácter. Yo creé a la belleza, el esplendor y la majestuosidad, y en éstos investí Mi personalidad. Pero ninguno de éstos es Mi casa, más que la oficina en la que trabajas o el teatro en el que te entretienes.

Así que Creé la materia física, la cosa más ‘no-Divina’ que pueda concebir para que haya un lugar en donde no tenga que jugar ningún rol y no tenga que proyectar ninguna característica.

Sólo Mi deseo de realización. Cuando tomas tu oro (tus excesos materiales), tu plata (tu imperturbable riqueza de clase media) y tu cobre (los pocos pesitos para la subsistencia) y los usas para moldear una realidad conforme a Mi deseo, estás haciéndome una casa en Mi mundo”.

Ki Tisa, lavar la cara

“Y lavarán de él, Aarón y sus hijos, a sus manos y a sus pies” (Shemot 30:19)

En nuestra Parshá, el Altísimo ordena a Moshé construir una fuente de cobre para lavarse, y colocarla frente al Ohel Moed, la ‘carpa’ del Santuario. Esta fuente era utilizada por los sacerdotes, los cohanim, previo a su servicio en el Santuario, como está escrito : “Y lavarán de él Aarón y sus hijos a sus manos y a sus hijos cuando vengan al Ohel Moed”.

Este lavado tenía dos objetivos:

1)   Limpieza   y   purificación: Se requiere del Cohen una limpieza y purificación  adicional  previo a  su   inicio del servicio a Di-s en el Santuario.

2) Santidad: a   través   del   lavado,   el cohen alcanzaba un mayor nivel de santidad, y por eso, este lavado también se llamaba-  “la santificación de las manos y los pies”

TODOS SOMOS COHANIM

Es verdad que el Sagrado Templo está destruido, pero el sentido conceptual de sus servicios y su estructura permanece vigente también en la actualidad. En ese sentido, todo judío es una suerte de ‘cohen’, siendo que la totalidad del pueblo de Israel es llamada en el texto bíblico como  “un reino de acerdotes y una nación santa” Y efectivamente el concepto del lavado previo al servicio al Creador se cumple también en nuestra vida.

El Rambam escribe en las Leyes de la Plegaria: 

“Por la mañana- lava su cara, sus  manos y  sus pies,  y luego  habrá   de rezar”. Es sabido, que las Plegarias están en lugar de las ofrendas que eran traídas en el Sagrado Templo, y el lavado previo a la Plegaria es similar a la purificación y santificación de los cohanim previo al servicio en el Santuario.

LAVAR LA CARA

El Rambam agrega un detalle que no aparece entre las instrucciones de la Torá para   los   cohanim:   a   ellos   se   les   ordenó lavarse sólo sus manos y pies, mientras que el Rambam agregó también el lavado de la cara. Hay en ello también un sentido especial relacionado a la época posterior a la destrucción del Sagrado Templo.

Las   manos   y   los   pies   simbolizan   la fuerza   para   hacer   que   posee   el   hombre, mientras que la cara simboliza las fuerzas más internas- el intelecto, la vista, el oído, la palabra y similares. Los temas mundanos deben realizarse por medio de las manos y los pies- es decir, en ello debe invertirse sólo las capacidades y las fuerzas más externas que hay en nosotros, como está dicho: “con el esfuerzo de las palmas de tus manos comerás”debe invertirse las ‘palmas’ en la vida mundana, mientras que las fuerzas y capacidades más elevadas hay que guardarlas para lo que es la esencia de la vida- el servir al Altísimo.

EL INTERIOR SIEMPRE ESTÁ PURO

Y aquí aparece la diferencia entre la época del Templo a nuestros días: en la época del Sagrado Templo  ‘la cara’ estaba de por sí separada de lo mundano, y por ende no había necesidad de una purificación y santificación especial previo al servicio en el Templo. Pero en el exilio, cuando la tranquilidad se ve perturbada por el Galut, y puede ocurrir que también las fuerzas internas del hombre estén sumergidas en la vida cotidiana- entonces se requiere de una purificación adicional, para purificar también a  ‘la cara’.

Este es el sentido conceptual de lo que el Rambam agrega la necesidad de lavarse también la cara antes de la plegaria. Sin embargo, hay legisladores halájicos que no marcan como obligación el lavado de la cara antes de rezar. De acuerdo a su opinión la misma declaración del judío de inmediato al levantarse de su sueño  “Agradezco yo frente a Ti” – enfatiza que la esfera interior del ser siempre permanece ligada al Altísimo, y por eso no hay necesidad de una acción especial de purificación de  ‘la cara’ y lo interno. Puesto que el interior del judío está   siempre   preparado   para   servir   a Hashem   y   no   hay   impureza   alguna   que pueda dañarlo. Y como el conocido dictamen del Rambam, que todo judío siempre quiere cumplir la voluntad de su Creador.

¿Por qué tengo que saber todo sobre el Tabernáculo?

El significado del Arca (Arón) en el Mishkán

Por Israel Cotlar

PREGUNTA:

Durante las pasadas semanas me ha sido muy difícil concentrarme en las lecturas semanales de la Torá. Me encuentro hojeando los intrínsecos detalles de la construcción del Mishkán, el Tabernáculo móvil que los judíos habían construido en el desierto.

No soy un historiador, ni arquitecto, y no estoy muy interesado en cuántos hilos han sido cosidos. ¿Cómo me reconcilio a lo tedioso de estos versículos? ¿Qué se supone que debo aprender de estas enseñanzas?

RESPUESTA:

Me alegra que lo preguntes. Es un signo de que estás estudiando la porción semanal de la Torá correctamente, fijándote en lo que te enseña hoy, y no simplemente dando vuelta las páginas como si la Torá fuese un Libro de Historia Judía.

Comencemos por un principio general:

La Torá sólo menciona aquello que sirve como lección para siempre. 

Así es que, el hecho de que la Torá nos cuente sobre el Mishkán con tanto detalle significa que hay mucho para aprender de ello.

La clave aquí es que cada ítem en el Mishkán físico tiene su contraparte en nuestras propias vidas, el “Mishkán” privado que cada uno construye dentro suyo. 

El versículo mismo sugiere esto cuando da la primera instrucción al pueblo judío sobre el Mishkán: “Harán para Mí un santuario y Yo moraré dentro de ellos”. ¿Por qué el cambio de singular a plural? Rabí Ieshaia Horowitz (1558-1628), conocido como el Shaló, explica que el versículo no dice que Di-s morará “dentro de cada uno”, refiriéndose al Mishkán, sino que dice “en medio de ustedes”, refiriéndose al Mishkán que hay dentro de cada uno de nosotros.

Las enseñanzas de los Jasidim están llenas de conexiones entre los intrínsecos detalles de la construcción del Mishkán y los contenidos, y el Mishkán personal que hacemos en nuestras vidas.

Tomemos un ejemplo: el Arca.

El Arca misma estaba hecha de madera. Y, el versículo (Éxodo 25:11) nos dice: “Y le harás una capa de oro puro, por dentro y por fuera”.

Los judíos cumplieron con esta directiva al hacer tres cajas metidas una dentro de otra. La caja más grande y visible estaba hecha de oro puro. Dentro de ella, había una caja de madera de acacia. Luego una segunda caja de oro era puesta dentro de la de madera. Así, la caja de madera del medio estaba cubierta de oro por fuera y por dentro.

¿Qué nos enseña esto sobre nuestro Mishkán personal?

Nosotros también tenemos tres capas:

La dimensión más interna del alma es de “oro puro”. Esta es nuestra “chispa Divina”, aquella parte de nuestro subconsciente que nunca puede ser contaminada, como el oro, que es un elemento inorgánico no sujeto a cambios.

Después, viene una parte más visible de nuestra alma: nuestra personalidad. Sentimientos, actitudes, humores…la parte de nosotros que fluctúa constantemente. Como la madera, que puede ser exquisita y bella (nuestros momentos espirituales, ideales), o putrefacta (los momentos llenos de depresión y deseos negativos).

Finalmente, está nuestra arca externa, aquella visible para todos: nuestro comportamiento. Idealmente, esto también es de oro.

Hay dos lecciones aquí:

Reconocemos que la capa del medio hecha de madera, tiene sus momentos oscuros. Y está bien. Sin embargo, se nos instruye controlar nuestras tentaciones y mostrar un oro brillante. A pesar de lo que pasa adentro, nuestras acciones están bajo jurisdicción.

Nunca debemos sentirnos hipócritas cuando hacemos una buena acción. Al contrario, es el nivel del medio que no es nuestra verdadera esencia; el oro que mostramos afuera simplemente refleja quienes somos en nuestro nivel más profundo.

Esto es sólo un ejemplo. Hay incontables lecciones para aprender del diseño del Arca. Lo mismo ocurre con los otros recipientes, así como con todo el diseño del Mishkán. Así que puedes ver, que con un poco de esfuerzo y estudio, estos versículos pueden ser entendidos, de hecho, como si te hablaran directamente a ti.