Lo que debemos saber acerca de la Parashá de Shekalim

La Parshá de Shekalim se encuentra en el Libro de Shemot desde el capítulo 30, versículo 11 hasta el 16. Esta sección trata acerca de la donación del medio shekel (ciclo de plata) que debían aportar todos los varones mayores de veinte años. Dicho dinero era utilizado para los menesteres del Santuario.

Conozcamos más detalles:

En la época del Gran Templo, cada judío debía aportar medio shekel anualmente -lo que constituía una mitzvá positiva-, utilizado para adquirir los sacrificios comunitarios que se ofrecían diariamente. Estos sacrificios eran adquiridos con la donación del medio shekel de ese año, y de ningún otro.

Todos tenían el deber de cumplir esta mitzvá, aun el pobre que obtenía su sustento mediante la caridad. Si la persona no tenía medio shékel debía pedir dinero prestado, o empeñar o vender alguna de sus prendas, pues el versículo expresa (Éxodo 30:15): “El rico no dará más y el pobre no dará menos, de medio shékel” Asimismo, el medio shékel no podía ser pagado en cuotas.

Todas las contribuciones de medio shékel debían llegar al Gran Templo antes de Rosh Jodesh Nisán, pues en esa fecha se hacían las asignaciones del tesoro para la compra de los sacrificios comunales que se traían durante el año. De igual forma, era necesario que cada judío participara de esos sacrificios puesto que servían de expiación para el pueblo entero.

Se solían realizar anuncios públicos -desde Rosh Jodesh Adar-recordando a la gente que trajera su medio shékel, de modo que cada uno tuviera tiempo suficiente para reunir los fondos y dar su contribución en el momento apropiado. El 15 de Adar, los recolectores comenzaban a establecerse en cada ciudad y solicitaban que se les trajeran las contribuciones. Quien no traía el medio shékel en ese momento, no era obligado a hacerlo. El 25 de Adar los recolectores se instalaban en el Gran Templo, y a partir de esa fecha, aquellos que no hubiesen traído su contribución eran forzados a hacerlo.

Los Sabios estipularon que en el Shabat inmediatamente anterior a Adar o en Rosh Jodesh mismo, si fuera Shabat- debía leerse la sección de la Torá que trata acerca del medio shékel, pues en Shabat la nación entera se reúne en las sinagogas y casas de estudio para escuchar la lectura de la Torá. La Parshat Shkalim que se leía entonces servía como el primer llamado para el cumplimiento de la mitzvá en el momento apropiado.

Hoy en día, cuando no tenemos el Beit HaMikdash, los sacrificios, ni la mitzvá del medio shékel, leemos no obstante Parshat Shkalim en la época correspondiente para que por medio de su lectura nos sea considerado como si realmente hubiésemos cumplido la mitzvá, como expresa el versículo (Hoshéa 14:3): Te tributaremos la plegaria de nuestros labios en lugar del sacrificio de novillos; es decir, nuestras plegarias ocuparán el lugar de los animales que ya no podemos sacrificar -y del mismo modo, de las mitzvot que no podemos cumplir-.

Existe otra razón: los Sabios ordenaron que la sección de Shekalim fuera leída en su momento adecuado aún hoy día, ya que dado que oramos por la pronta reconstrucción del Beit HaMikdash, es nuestro deber familiarizarnos con la forma correcta de cumplir este precepto.

La mitzvá del medio shékel es muy apreciada por el pueblo de Israel, pues nos enseña a amar inmensamente a nuestros semejantes, puesto que todos somos iguales ante Di-s, y el más importante de los servicios Divinos -la ofrenda de los sacrificios comunales- era cumplido por igual por todo el pueblo. No existen ricos o pobres delante de Di-s, ni favorecidos o desfavorecidos. Todos están próximos a Él y Él recibe con agrado los sacrificios que ofrecen, expiando todos sus pecados.

“El año de la pandemia puede encontrar luz”

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 15 de diciembre de 2020 

Con la presencia del Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, el Secretario de Culto de la Nación Guillermo Oliveri, la embajadora de Israel Galit Ronen, el Diputado Nacional Waldo Wolff, el presidente de AMIA Ariel Eichbaum, el presidente de la DAIA Jorge Knoblovits, el director de Jabad Lubavich Argentina Rabino Tzvi Grunblatt, y el director del Complejo Teatral Buenos Aires Jorge Telerman, entre muchas otras personalidades destacadas de la cultura y la política, se realizó el tradicional encendido del candelabro en la quinta noche de Jánuca en la Plaza República Oriental del Uruguay. El acto se trasmitió por streaming y fue seguido en vivo por más de 11 mil personas el lunes por la noche.  

En su 36° edición en nuestro país, el acto de Jánuca organizado por Jabad Argentina se desarrolló por primera vez de manera virtual para el público que pudo seguir el encendido de velas en Palermo desde su hogar. A la plaza acudieron 400 asistentes y un destacado grupo de personalidades, todos respetando las medidas de prevención sanitaria. Larreta fue uno de los encargados de prender la vela guía, shamash, y expresó su deseo de “que iluminemos la ciudad”. “Con todo el protocolo aún podemos festejar que ganó la luz y no la oscuridad”, destacó la embajadora Galit Ronen. Por su parte, el Rabino Grunblatt señaló  que “Jánuca nos enseña a no achicarnos en ninguna situación”, y puntualizó: “Jánuca trasforma la oscuridad en luz. Este es el mensaje para este año, el año de la pandemia puede encontrar la luz”. 

En la celebración de la luz y los milagros, Grunblatt destacó además el festejo de Jánuca en los Emiratos Árabes Unidos: “El que quiere la paz hace la paz. Vemos el milagro en Dubai”. Además del encendido de velas hubo música en vivo con Moshé Salama y Matías Linetzky, y la trasmisión digital sumó juegos, recetas de cocina de la mano de Patricia Alfie, y la música de La Kosher Nostra y Tiembla el Mohel. En un 2020 oscuro, la vida judía buscó la manera de expresar y compartir sus tradiciones y mantener brillante su luz. 

El acto fue organizado por el Rabino Levi y Etti Silberstein de Tzaj, Departamento de Difusión de Judaísmo, y por Mushky Raichik del Departamento de Medios de Jabad Argentina, y puede verse en https://youtu.be/7emwduhY864