La nube

Esta semana terminamos la lectura del Éxodo, conocido como Libro de la Redención por su descripción de la salida del pueblo de Israel de Egipto. Este segundo libro de la Torá concluye describiendo el establecimiento y dedicación del Mishkan, Tabernáculo y la revelación de la Presencia Divina de Di‐s dentro de él.


La Torá nos dice: “Cuando la nube se levantaba del Tabernáculo, los israelitas partían en sus diversos viajes”. Este versículo plantea dos preguntas muy importantes.

En primer lugar, ¿cuál es la conexión entre el viaje de los judíos y el establecimiento del Tabernáculo en el desierto?
Esta información sería más apropiada más adelante en el libro de Números, cuando describe los diversos viajes del pueblo de Israel durante sus 40 años en el desierto.


En segundo lugar, el versículo implica que la marcha de los judíos hacia la Tierra de Israel está específicamente conectada con la Presencia Divina que abandona su campamento en el desierto. Sólo cuando “la nube se disipaba” “los israelitas partían”.

El pensamiento jasídico responde a ambas preguntas al abordar la naturaleza existencial última de la Creación.

Entiende el Tabernáculo como paradigma para todo el mundo. ¿Qué dinámica está en juego detrás del momento de los viajes del pueblo judío? Una respuesta es que no existe un gran logro espiritual en el cumplimiento de la Voluntad Divina en un momento en que la Presencia de Di‐s es manifiesta.
El objetivo final de la existencia es elevarnos y conectarnos con la santidad incluso cuando está oculta.
El Midrash dice que Di‐s desea una “morada para sí en los mundos inferiores”. Pero en relación con Di‐s, ¿existe un mundo superior o inferior? Su Reino es infinito.

Entendemos que cuando la nube de Di‐s se encontraba entre el pueblo judío y Su Presencia era revelada, el mundo material no era un lugar inferior. Sólo cuando la nube de Di‐s se elevó cada vez más alto y Su Luz Divina ya no se revela, podemos comenzar el cumplimiento espiritual del diseño de Di‐s. Y el Tabernáculo otorga al pueblo judío la fuerza y las facultades para traer la santidad al mundo, propósito último de la Creación.


Este es un mensaje relevante en este momento de la historia judía. Estamos en un estado espiritual de exilio. Hay una oscuridad que reposa sobre el mundo y que requiere de nuestros mejores esfuerzos, incluso más que antes, para dedicarnos al estudio de la Torá y al cumplimiento de las Mitzvot.

Debemos entender que nuestro propósito final es iluminar esa oscuridad con la luz de la Torá. Así como la desaparición de la nube Divina del Tabernáculo se convirtió en la señal para seguir adelante, así también los conflictos de hoy deberían alentarnos y des pertarnos a dedicarnos al cumplimiento de la misión de Di‐s, que es viajar más allá de esta era, hacia la era mesiánica de la completa y plena redención

Tzedaká

La tzedaká (צְדָקָה), es un pilar de la vida judía. Los sabios enseñan que el mundo se construyó sobre la base de la bondad. La tzedaká va un paso más allá. Literalmente traducida como “justicia” o “rectitud”, la tzedaká nos dice que compartir lo que tenemos con los demás no es algo especial. Es lo honesto y justo que hay que hacer.

La tzedaká no se limita a los regalos de dinero. Compartir tiempo, conocimientos o incluso una sonrisa amable son todas formas de caridad.

No importa cuántas bendiciones hayas recibido, siempre puedes compartir con los demás. Tirar una moneda a una caja de caridad todas las mañanas (excepto el Shabat y las festividades judías) marca el tono para el resto del día. Así que asegúrate de convertirlo en un hábito.

Tzedaká significa rectitud

La palabra hebrea que se usa para caridad, tzedaká , tiene un significado , ya que en realidad significa “justicia” o “rectitud”. Hay aquí un matiz importante. 

En el pensamiento judío, dar a la gente necesitada no es algo extra, es simplemente lo correcto y lo honesto que hay que hacer. Nuestro dinero no es nuestro. Pertenece a Di-s , quien gentilmente nos lo ha confiado. Es justo que lo distribuyamos como Él desea, compartiéndolo con Sus hijos necesitados.

La Pushke (caja de caridad) es el sello distintivo del hogar judío

En el Sagrado Templo de Jerusalén había una cámara designada (llamada lishkat chasha-in, “la cámara de los discretos”) donde la gente podía depositar dinero destinado a los pobres. Aquellos que pasaban por momentos difíciles podían ir allí y recibir sustento de manera respetable.

En los últimos siglos, esa tradición sigue viva en las cajas de tzedaká ( pushkes en idish ) que adornan los hogares judíos de todo el mundo.

Dar en círculos concéntricos

Dar tzedaká a los necesitados, a las escuelas de Torá , a las instituciones judías y a las causas humanitarias. El Código de la Ley Judía proporciona algunas pautas para determinar a quién dar primero. Un familiar que se encuentre en dificultades económicas tiene prioridad sobre alguien que no sea de la familia. Del mismo modo, las organizaciones locales pobres y de caridad tienen prioridad sobre sus contrapartes lejanas. Y las causas de caridad en Israel tienen prioridad sobre las organizaciones de caridad no locales en la diáspora. 

La caridad salva de la muerte

La caridad es tan poderosa que puede salvar a una persona de la muerte. El Talmud lo ilustra con la historia de un cortador de caña que estaba destinado a morir por la mordedura de una serpiente, pero sobrevivió gracias al pan que compartió subrepticiamente con un compañero de trabajo pobre. 

Es costumbre dar caridad antes de rezar. Esto se basa en la enseñanza talmúdica: “Los caminos de Di-s no son como los caminos de los mortales. ¿Cómo es entre los humanos? Si un hombre trae un regalo a un rey, puede ser aceptado o no. Incluso si es aceptado, sigue siendo dudoso si será admitido o no en la presencia del rey. No es así con Di-s. Si una persona da incluso una pequeña moneda a un mendigo, se lo considera digno de recibir la Presencia Divina, como está escrito: ‘Contemplaré tu rostro en tzedek [caridad]’”. En consecuencia, dice el Talmud , Rabí Eleazar solía dar una moneda a un hombre pobre inmediatamente antes de rezar.

Maimónides enumera ocho niveles de donación de caridad. El más elevado es el que concede un préstamo, permitiendo al receptor mantenerse honorablemente con su dignidad intacta. El más bajo es el que da de mala gana.

La caridad, como todo el mundo sabe, significa ser una buena persona y dar dinero a alguien que tiene menos. Por eso, en la tradición judía nunca damos caridad. Es algo inaudito.

Porque todos sabemos que todo lo que tenemos no nos pertenece en realidad. No somos más que tesoreros, enseñaron nuestros sabios, y todo lo que llega a nuestras manos nos es dado para que lo usemos en cosas buenas. Como educar a nuestros hijos. Como nutrir nuestro cuerpo con comida kosher y saludable. Y como dárselo a personas que carecen de lo que necesitan.

Por eso, en la tradición judía, lo llamamos “dar tzedaká “. 

Tzedaká significa “hacer lo correcto”. Poner tus cosas donde realmente pertenecen.

Ahí es donde tu dinero te dará el mayor beneficio y te traerá el mayor bien, porque ahí es donde debe estar.

“Mantengan la justicia y practiquen la tzedaká , porque mi salvación está por llegar y mi benevolencia por revelarse”, dice el profeta Isaías . De esto, los sabios enseñan que “grande es la tzedaká porque trae la redención”.
 

El hogar comienza en la caridad

Como preparación para Purim y Pesaj, comenzamos un régimen de superación personal de 4 pasos, cuando leemos una sección adicional de la Torá en Shabat.
Estas son:
Shekalim: Sobre el mandamiento de donar anualmente medio siclo a las arcas del Templo.
Zajor: Sobre nuestra obligación de aniquilar la malvada
nación de Amalek.
Pará: Sobre la purificación ritual que se logra mediante
la aspersión de las cenizas de la novilla roja.
HaJodesh: Sobre la mitzvá de santificar la luna nueva y el requisito de comer Matzá y hierbas amargas en el Seder
de Pesaj.
Esta semana leemos Shekalim, el primer paso necesario para lograr la redención personal: caridad.
El proceso de redención personal comienza ayudando a los demás. ¿No es más importante limpiar la propia casa
antes que ayudar a los demás?

La persona va a trabajar todos los días y se esfuerza por obtener un ingreso cómodo. La mayoría de las veces, esto da como resultado que se sumerja y absorba por completo en la búsqueda de riqueza, y que cada fibra de su ser esté involucrada en la carrera de la vida.
Por eso el sueldo es tan valioso; después de todo, la sangre se pone en cada centavo que ganamos.
Cuando tomamos parte de esto y lo donamos a organizaciones benéficas, aportamos significado a toda nuestra semana laboral.
Estamos demostrando que estamos dispuestos a darle a Di‐s nuestra esencia.

Nuestros Sabios ensalzan la virtud de la caridad, llegando incluso a decir que es “igual a todas las demás mitzvot combinadas”!
Rabi Schneur Zalman de Liadi (fundador del jasidismo de Jabad, 1745–1812) explica que si bien cada mitzvá está diseñada para introducir santidad en una parte específica de nuestro ser (el miembro particular que realiza la mitzvá), la caridad es la única excepción a esta regla.

Lo que uno pone en caridad, o el cheque que escribe a una organización caritativa, tienen la capacidad de santificar todo el ser.
En este aspecto, la caridad monetaria es mucho mayor que ofrecer tiempo como voluntario para una causa benéfica.
El voluntariado implica donar una cierta cantidad de tiempo a Di‐s, al prójimo o a ambos.
Cuando concluyen una o dos horas, uno regresa a su rutina diaria normal y ensimismada.

La caridad eleva todo el trabajo que generó las ganancias y a todo el individuo que trabajó —física y mentalmente— para ganarse la vida.
Para iniciar el proceso de redención, primero es necesario dar el paso más importante de infundir todo el día con un aura de santidad.
Sólo entonces podrá afrontar con éxito todas las luchas y tribulaciones que encontrará en este desafiante pero gratificante viaje.
La caridad tiene la capacidad de infundir un propósito santo en la reunión de negocios más mundana.

Y tengamos presente que nunca se pierde dando caridad. En palabras del profeta Malají (3:10):
“Traed todos los diezmos al tesoro para que haya alimento en Mi Casa.
Pruébame, si quieres, con esto, dice Hashem de los ejércitos: [mira] si no te abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre ti bendiciones hasta que no haya lugar suficiente para ellas”.

Salvar a un amigo

Guedalia Moshe Goldman, que después se convirtió en Gran Rebe de Zvhil y Jaim Shaul Bruk, renombrado mentor de Jabad, estuvieron cautivos en la misma época en un campamento de trabajos forzados de la prisión soviética.
¿Su ‘detestable’ crimen? Observar y difundir Judaísmo bajo el régimen comunista.
Un Shabat, el sádico comandante del campamento llamó a Guedalia Moshe a su oficina. “Tengo aquí los papeles para tu descargo” dijo mientras ondeaba algunos papeles en el aire, “y si los firmas ahora, serás un hombre libre”
“¡Pero es Shabat!” contestó Guedalia Moshe. “No puedo y no firmaré en Shabat”

El comandante ‐quién por supuesto sabía de antemano que Guedalia Moshe no transgrediría el Shabat‐ gritó:M “¡Si no firmas los papeles ahora, permanecerás aquí otros ocho años!”
“No obstante, no firmaré y no profanaré el Shabat” respondió Guedalia Moshé.
“Muy bien,” sonrió con desprecio al comandante. “No firmes. Estarás en esta prisión durante ocho años más. Y veremos cómo tu Di‐s te ayuda…”
“Si mi Di‐s quiere ayudarme, Él lo hará sin usted. Y si Él quiere que yo esté en esta prisión ocho años más, estaré aquí otros ocho años aun cuando usted decida permitirme marchar” contestó serenamente Guedalia Moshe.

“No tiene nada que ver con usted.” El comandante ya enfurecido, estaba rojo. ¡Sacó su pistola fuera del estuche, apuntó al corazón de Guedalia Moshe, y gritó: “¡Veamos quién te ayudará ahora!” Jaló el arma…
Y en ese momento, su hija entró en la oficina.
Vio a su padre apuntando con la pistola a Guedalia Moshe y dijo con voz aburrida:
“Padre, es una lástima la pérdida de una bala…”
Despacio, el comandante bajó el arma.
“¡No pienses que ha sido tu Di‐s que te salvó!” gritó a Guedalia Moshe que permanecía de pie serenamente.
“¡Si no hubiera sido por mi hija, serías ahora carne muerta!”

El comandante se volvió a un ayudante y gritó: “Traiga al otro judío escandaloso, Jaim Shaul!”
Pasaron unos momentos, y Jaim Shaul estaba parado en la oficina al lado de Guedalia Moshe.
El comandante le hizo la misma oferta que a Guedalia Moshe: “Firma estos papeles y serás hombre libre”
“Pero no puedo firmar los papeles” contestó Jaim Shaul “Es Shabat, y yo no violo el Shabat”
“¡Entonces permanecerás aquí otros ocho años!”
“¡No escribiré en Shabat!”
De repente, Guedalia Moshe dijo: “Déme los papeles. Yo firmaré por él”
El comandante quedó enmudecido.
“¡¿Qué?! Acabas de decir que no escribirías en Shabat! ¡Vas a estar aquí ocho años más por esa razón! ¿Y ahora firmarás por él?”
“Claro que no firmaría en Shabat para ganar mi libertad,” Guedalia Moshe contestó.
“Pero esto es diferente. Yo soy fuerte, y puedo resistir las condiciones en esta prisión otros ocho años.
Pero Jaim Shaul es más débil, y no puede resistir este lugar.
Sería peligroso para su salud permanecer aquí ocho años más.
Déme los papeles y permítame firmar…”
Ambos hombres fueron liberados de la prisión a los pocos días.
Y después de todo, no fue el comandante quien estaba al mando

El esfuerzo de tus manos

“Seis días será hecho trabajo” (Shemot 35:2)

En el comienzo del párrafo bíblico de “Vaiakhel” la Torá relata que Moshé reunió a los hijos de Israel y procedió a ordenarles sobre el cuidado del Shabat. Entre lo dicho aparecen las palabras: “Seis días será hecho trabajo, y en el séptimo día será para ustedes sagrado, un Shabat Shabatón…” De este versículo aprendieron nuestros Sabios Z”L que no sólo el descanso sabático es una Mitzvá -mandamiento- sino que también lo es el trabajo de los seis días de la semana. “Tal como fue encomendado Israel con la mitzvá activa del Shabat, así también fue ordenado sobre el trabajo” (Mejilta de Rashbi). La labor y el trabajo realizados de acuerdo a las instrucciones de la Torá y con el propósito de servir a Di-s con el resultado de las mismas son también una suerte de servicio al Altísimo.

COMO QUE FUERA AUTOMÁTICAMENTE

A su vez este versículo nos insinúa el tipo de actitud que debe tener el judío hacia su trabajo de la semana. Moshé estaba hablando directamente al pueblo. Lo lógico entonces era decirle: “seis días hagan (o harán) trabajo”. Pero Moshé no dijo esto (hagan) sino será hecho. Cuando se le dice a alguien: “harás” esto implica que haya una acción e involucramiento por parte de la persona en la labor requerida. Pero cuando se dice “será hecha” la connotación es como que el trabajo se hará por sí solo, sin que el hombre deba invertir en ello sus fuerzas.

EL ESFUERZO DE TUS PALMAS

En realidad, esto es lo que la Torá pretende enseñarnos: es verdad, hay que trabajar durante los seis días de la semana. Esto es incluso, un mandamiento- una mitzvá. Pero no hay necesidad de introducir en el trabajo toda la cabeza, toda el alma. Se requiere del judío que recuerde constantemente que el trabajo no es el objetivo final de la vida, sino un medio para la manutención y similar. La verdadera vida es la del espíritu -el estudio de la Torá, la plegaria, la dedicación al cumplimiento de las Mitzvot, los actos de benevolencia. Este pensamiento se refleja también en el versículo: “cuando comas del esfuerzo de tus palmas dichoso serás y será bueno para ti”. El énfasis está en el término “el esfuerzo de tus palmas” Tan sólo las manos, es decir las fuerzas de la acción, debe invertirse en el comercio y el trabajo; pero la cabeza y el alma deben preservarse libres para estudiar Torá y servir a Hashem. Cuando el judío se comporta así, se hace meritorio del “dichoso serás y será bueno para ti”.

QUE EL SHABAT SEA UN SHABAT

Acerca de esto se puede preguntar: “¿si no invertimos en el negocio todas nuestras fuerzas y toda el alma, cómo aseguraremos su éxito y crecimiento?” A ello debe responderse que se requiere también creer en Di-s. El judío tiene fe que al fin y al cabo el sustento viene del Altísimo. La función del hombre es hacer el “recipiente” para recibir la bendición de Di-s y por ello debe trabajar y dedicarse a su actividad comercial, pero quien define si va a ganar del trabajo y cuánto, es Hashem. Siendo así, cuando Di-s dice que el judío no debe sumergirse totalmente en los negocios, esto mismo indica que el camino para recibir la bendición de Di-s y afianzar el negocio, es exclusivamente cuando se cumple con la Voluntad de Di-s y no cuando se actúa contrariamente a ella. Quienquiera desee el éxito de sus actividades comerciales, debe abstenerse de invertir en ello toda su alma, puesto que esto es lo que Hashem quiere y es Él Quien brinda la bendición. Cuando el judío trabaja durante los seis días de la semana, de acuerdo a las instrucciones de la Torá, también su Shabat es diferente. No tiene dificultad en dirigir sus fuerzas hacia los temas del espíritu, y no permanece pensando constantemente en sus actividades mundanas. De esta manera vivenciará una verdadera vida judía, tanto en los días de la semana y cuánto más, en el Shabat.

Likutei Sijot 1, Pág. 187

Los 39 trabajos prohibidos en Shabat

En los Diez Mandamientos (Shemot 20:9) está escrito: “Seis días trabajarás y harás tu labor, pero el séptimo día es Shabat para Hashem, no has de hacer trabajo alguno -ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu animal, ni tu forastero dentro de tus portales. Porque en seis días hizo Hashem los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y descansó en el séptimo día- Por ello bendijo Hashem el día de Shabat y lo santificó”

 

¿Qué actividades la Torá denomina como trabajo?

En la Mishná, tratado de Shabat Cáp. VII está escrito: Los trabajos son 40 menos uno y son; 1) Sembrar; 2) Arar; 3) Cosechar; 4) Juntar la cosecha; 5) Trillar; 6) Aventar; 7) Separar; 8) Moler; 9) Tamizar; 10) Amasar; 11) Hornear; 12) Esquilar; 13) Lavar (la fibra); 14) Peinar (la fibra); 15) Teñir; 16) Hilar; 17) Armar la cadena (en los telares); 18) Preparar la cadena para pasar la Trama; 19) Tejer; 20) Destejer; 21) Anuda; 22) Desanudar; 23) Coser; 24) Descoser; 25) Cazar; 26) Faenar; 27) Descuerar; 28) Curtir el cuero; 29) Alisar el cuero; 30) Marcar el cuero; 31) Cortar el cuero; 32) Escribir; 33) Borrar; 34) Construir; 35) Destruir; 36) Apagar; 37) Encender fuego; 38) Culminar un trabajo y 39) Cargar de un dominio a otro.

1) Sembrar:

Todo aquello que ayuda a la planta está incluido en sembrar; por ejemplo: regar, fertilizar y podar.También está prohibido comer o tomar bebidas en el jardín, cuando lo hacemos directamente sobre la tierra, ya que es imposible cuidarnos lo suficiente como para que no caiga nada de líquido al pasto o que alguna semilla o grano de nuestra comida caigan sobre la tierra y esta llegue a germinar.

2) Arar:

Toda excavación realizada en la tierra está incluida en arar, como así también todos los preparativos que uno le haga a la tierra, está incluido en arar, como ser: alisar un terreno, por ello está prohibido barrer [con escoba] el jardín. El motivo es que al ser que es imposible que el terreno esté perfectamente liso, seguro hay hoyos en él, entonces, al barrer con la escoba lo estaríamos llenando lo que constituiría la prohibición de alisar el terreno.

3) Cosechar:

Cualquier actividad que desencadene como consecuencia que una planta quede desconectada de su fuente de alimento, es considerada a los efectos, el trabajo de cosechar.Los frutos cosechados en Shabat o Iom tov [incluso por un no judío, de su campo] nos están prohibido consumir hasta la culminación del día.

4) Juntar la cosecha: No se puede en Shabat juntar frutas y colocarlas en un recipiente o amontonarlas, tampoco si se cayó una caja de fruta y se desparramó, nos estará prohibido acopiarla, pero puede levantar una y comerla y luego levantar el resto.

5) Trillar: Consiste en separar la cáscara del grano. El exprimir jugos se incluye dentro de esta prohibición ya que también consiste en separar la cáscara y pulpa del jugo. Por ello está prohibido exprimir todo tipo de frutas y verduras con el objetivo de consumir el jugo, no obstante para condimentar una ensalada nos está permitido exprimir limón por ejemplo, siempre que esto se realice directamente sobre las verduras.

6) Aventar:

Consiste en separar la cáscara del grano. La prohibición en la actualidad consistiría, por ejemplo, a la hora de comer maní con cáscara y luego de haberla separado con los dedos, soplamos para que se vuele la cáscara y nos quedemos con el grano en la mano. El procedimiento correcto sería, elegir con la mano los granos y comerlos, luego descartar las cáscaras que hayan quedado en la mano.

7) Separar;

8) Moler:

Es la acción de triturar el grano con el objetivo de transformarlo en harina. Está incluido dentro de este trabajo, rallar o triturar cualquier vegetal. Por ejemplo, picar una cebolla muy finamente está prohibido mientras que si se puede si los trozos resultantes son medianamente gruesos.

9) Tamizar;

En ambos casos el trabajo consiste en separar lo bueno de lo malo. La diferencia entre ellos es que en el caso de separar, la acción es realizada directamente con la mano mientras que en el caso de tamizar esto es a través de algún instrumento. Al momento de comer nos está permitido escoger lo bueno de lo malo dejando lo que no nos interesa comer en el lugar. Cabe aclarar que nos referimos a lo bueno como aquello que en este momento estamos interesados en consumir, lo contrario ocurre con lo que denominamos malo. Es importante aclarar que este trabajo prohibido en Shabat está permitido de hacer en Iom Tov siempre que esta acción no pudo ser realizada antes y lo hacemos con el objetivo de consumir en el día. Por ejemplo, de caerse algunas semillas de limón dentro de la ensalada, en Shabat estaría prohibido retirarlas, mientras que en Iom Tov está permitido.

 

10) Amasar:

Consiste en unir harina a través de agua transformándolo en una masa. Al aplastar una banana o una palta en Shabat, estaríamos transgrediendo dos prohibiciones, una de moler y la otra de amasar. Está prohibido preparar aquellos alimentos para bebés que se preparan a base de cereales que deben ser mezclados con agua o con leche, a menos que la mezcla quede tan líquida, que pase a ser bebible. En caso que el bebé lo necesite para su dieta, deberemos recurrir a un no judío que lo prepare.

11) Hornear:

Incluye, asar, cocinar y fritar; en síntesis cambiar el estado del comestible por medio del calor. Esto incluye agregar líquidos o sólidos incluso condimentos dentro de una olla aunque esta ya se haya retirado del fuego. Ya que el calor que aún se mantiene en la olla todavía es suficiente para cocinar estos elementos. Si pasamos comida de una olla que estuvo sobre el fuego, a una fuente, plato o vaso, este cambia de estatus y ya nos está permitido agregar condimentos únicamente (sólo si estas comidas son básicamente líquidas). Pero si de este recipiente lo volvemos a verter sobre otro, ahora estaría permitido agregar cualquier cosa, te café azúcar.

12) Esquilar:

Consiste en quitar las fibras de cualquier ser vivo. El afeitarse, depilarse, cortarse el pelo, las uñas son ramificaciones de esta prohibición. Cabe aclarar que de tener una uña partida (más de la mitad) que produce dolor, nos estaría permitido cortarla con la mano.

13) Lavar (la fibra):

En esta prohibición se incluyen lavar la ropa o cualquier tela, incluso está prohibido sólo mojarla. En caso de incendio en el día de Shabat (por ejemplo se cayeron las velas sobre el mantel) se podrá arrojar líquidos sobre el mantel alrededor del fuego para evitar que se propague, sólo debemos evitar usar agua.

14) Peinar (la fibra):

Está permitido cepillarse el pelo en Shabat siempre utilizando un cepillo blando ya que la mayoría de las veces no arranca pelos. Pero un cepillo o peine que siempre arranca pelos estará prohibido ya que infligiríamos la prohibición 12.

15) Teñir:

Fuera de la acción misma de teñir las fibras, está prohibido también pintar cualquier superficie. Teñir el pelo, maquillarse, pintarse las uñas, etc., también están incluidos dentro de esta prohibición.

16) Hilar:

Consiste en unir las fibras o hilos y retorcerlos. Por este motivo está prohibido que una mujer se haga trenzas en el pelo o las  deshaga. En el caso de los varones la prohibición alcanza el arreglo de los hilos del Tzitzit cuando se desarman y en Shabat queremos corregirlos.

17) Armar la cadena (en los telares)

18) Preparar la cadena para pasar la Trama

19) Tejer

20) Destejer:

Fuera de la prohibición de preparar telares o las máquinas con las que se fabrica tela, también está prohibido en Shabat armar canastos de mimbre o deshacerlos. Si observamos en Shabat que de alguna prenda que vestimos se desprende una hilacha, nos estará prohibido cortarla o menos aún arrancarla.

21) Anudar

22) Desanudar:

Fuera de la prohibición obvia de atar y desatar nudos en Shabat se incluyen también ajustar el nudo de los Tzitzit cuando estos se desajustaron. Está permitido en Shabat atarse los zapatos en la forma tradicional, vale decir primero un nudo y luego el moño con la condición que los ate o desate en el mismo día. Por este motivo no hacemos un moño para ajustar el rollo de la Torá en Shabat a la tarde, ya que recién ésta será desatada el próximo lunes. Vale aclarar que respecto al moño de los zapatos, queda prohibido hacer un nudo luego del moño como se suele hacer con los calzados deportivos o de los niños. Estas leyes se aplican lógicamente también en aquellas prendas que cuentan con cintas para ajustar.

23) Coser

24) Descoser: Se incluye en esta prohibición ajustar un hilo de una prenda que se corrió. Pegar dos superficies con pegamento también está prohibido ya que éste une también dos elementos. No obstante está permitido utilizar un alfiler de gancho en forma provisoria. En caso de que dos o más hojas quedaron pegadas o unidas, está prohibido en Shabat separarlas.

25) Cazar:

Incluye por ejemplo cerrar un cajón en el que se encuentra un insecto, a menos que deje el espacio suficiente para que éste pueda eventualmente escapar. Está permitido atrapar un animal peligroso como ser una víbora para evitar que esta dañe.

26) Faenar:

Consiste en matar cualquier animal vivo. Incluye sacar un pez del agua, ya que esto le causará la muerte. También rociar con productos que matan mosquitos o demás insectos, también está prohibido.

27) Descuerar: Incluye el desplumar un ave. La prohibición consta de quitarle la piel a un animal. No obstante está permitido quitarle la piel al pollo o al pescado en el momento de la comida.

28) Curtir el cuero:

La prohibición consiste incluso en el solo hecho de agregar químicos que cambien el estado de la piel en cuero. Al ser que uno de los productos básicos utilizado generalmente es el sodium, por ello está prohibido salarlo en Shabat. Por este motivo tampoco debemos agregar químicos a los comestibles para cambiar su estado, como es la costumbre de hacer con las conservas en sal.

29) Alisar el cuero:

Consiste en darle al cuero una superficie más suave. Por ello no se puede lijar ninguna superficie, por ejemplo si colocamos una crema espesa sobre la piel, no nos estará permitido frotar el lugar. Por este mismo motivo tampoco se puede utilizar jabón en barra, ya que al lavar estaremos alisando la superficie de la barra del jabón. Por ello en la actualidad acostumbramos utilizar jabón líquido.  No obstante se puede untar manteca o margarina sobre un trozo de pan, ya que este trabajo prohibido en Shabat no se aplica en comestibles.

30) Marcar el cuero:

Consiste marcar la zona que deseamos luego cortar. Esta prohibición incluye marcar papel o tela, etc., para saber a dónde cortar o escribir.

31) Cortar el cuero: En la actualidad esta prohibición incluye cortar cuero, tela papel, o cualquier material a la medida que nosotros necesitemos. Incluye por ejemplo cortar el papel higiénico para su uso. Por este motivo se debe dejar preparado con anterioridad papel higiénico para usar en Shabat.

32) Escribir

33) Borrar;

Esta prohibición incluye escribir, dibujar o borrar partes del mismo en Shabat. Incluso no debemos escribir sobre vidrios empañados; una torta o galletitas con letras grabadas o dibujadas no deben ser cortadas. Lo mismo cuando abrimos un paquete de algún comestible debemos procurar hacerlo por un sector que no contenga letras.

34) Construir

35) Destruir: Incluso agregar a una construcción, ya sea tan solo un clavo o hacer un agujero en la pared también se considera construir y por lo tanto está prohibido en Shabat. Esta prohibición no solamente se aplica en construcciones de inmuebles, sino que abarca también los muebles. Por este motivo, ajustar un tornillo en un barco o automóvil estará prohibido. En el caso de que se haya aflojado el tornillo del marco de un anteojo, de una mesa o silla, no debemos ajustarlo sino una vez que finalice el Shabat. Como esta prohibición incluye construir o destruir un techo es que tenemos prohibido en Shabat abrir un paraguas o estirar el techo en el coche de un bebé.

36) Apagar

37) Encender fuego: Todo fuego proveniente de combustibles o electricidad, está prohibido encender y apagar en Shabat. En caso de incendio y existe el riesgo de que una vida esté en peligro, debemos actuar igual que lo haríamos en un día de semana. Si existe sólo peligro de pérdidas materiales, se puede gritar afuera de modo tal que alguien llame a los bomberos. En caso de que se caiga la vela de Shabat sobre el mantel que cubre la mesa, se podrá arrojar líquidos sobre el mantel alrededor del fuego para evitar que se propague, sólo debemos evitar usar agua para no incurrir en el inciso 13. En Iom Tov si nos estará permitido encender un fuego de otro existen o aumentar una ya existente a los efectos de cocinar para este día.

38) Culminar un trabajo:

Cualquier actividad que finaliza (la concluye) una tarea. Si una prenda (por ejemplo un traje) tiene un zurcido (generalmente en los bolsillos) para que el consumidor lo quite, esto estará prohibido ya que con esta acción concluye la confección de la prenda. A un zapato a estrenar también le estará prohibido colocarle los cordones en Shabat por primera vez. Lo mismo se aplica a cualquier prenda que lleve cordones.

39) Cargar de un dominio a otro:

Existen de acuerdo a la ley cuatro dominios: a) Dominio privado; que pertenece a una persona y esta cercado en su totalidad con un cerco de un metros de altura aproximadamente como mínimo (hay muchas leyes al respecto de las aberturas) b) Dominio público: calles, avenidas y ferias c) Carmelit; mares, desiertos y dominios privados que no reúnan las características mencionadas en el punto a) y d) Macom patur. La Torá prohíbe transportar en Shabat desde un dominio privado a uno público o carmelit o viceversa, también está prohibido transportar en la vía pública o carmelit mas de cuatro pasos (2 mts aprox.). Si encontramos algún objeto en nuestro bolsillo al caminar por la calle en shabat, debemos arrojarlo ni bien nos percatamos de ello. Debemos por ello cuidarnos de colocar objetos en nuestros bolsillos justamente para evitar que esto suceda. No obstante en Iom Tov está permitido cargar sólo los objetos que necesitamos para ese día.

Calcular meses y años

Es el precepto con el cual El, exaltado sea, nos ordenó calcular meses y años. Este es el precepto de Kidush Hajodesh.

Es lo que Él, exaltado sea, dijo: Este mes es para ustedes, cabecera de meses. En su explicación se dijo: “Este testimonio sea entregado a ustedes”, es decir: este precepto no está en manos de cada uno individualmente —como es en el caso de Shabat Bereshit, en el que cada cual cuenta seis días y hace Shabat en el séptimo— de modo que (digamos que) también cada persona que ve la luna (nueva) lo haga (a este día) Rosh Jodesh, o que calcule con el cálculo de la Torá y establezca Rosh Jodesh, o que (si) viera que la Primavera se ha atrasado, u otra cosa que corresponda tomar en consideración, y (por eso) agregue un mes — (no es así) sino que este precepto ha de realizarlo siempre y exclusivamente el Gran Tribunal, y sólo en la Tierra de Israel. Por eso es que en nuestra época ha quedado anulada (la fijación de los meses de acuerdo a) la Reiá, debido a la desaparición del Gran Tribunal, tal como ha quedado anulada la ofrenda de los Sacrificios debido a la desaparición del Gran Templo.

Ese fue el error de los apóstatas —que en estas tierras de oriente son llamados “Caraítas”— y éste es también el fundamento que incluso no todos los Rabinos percibieron y (por eso) comenzaron a palpar con ellos en la oscura penumbra.

Ten presente que este cálculo que nosotros efectuamos hoy en día, y que con él conocemos los Rosh Jodesh y las Festividades, no está permitido hacerlo salvo en la Tierra de Israel únicamente. Empero, en momentos de apremio y cuando no hubieran Sabios de la Tierra de Israel, sólo entonces, tiene un Tribunal habilitado por el de la Tierra de Israel permitido agregar un mes al año y fijar los comienzos de mes fuera de la Tierra (de Israel), tal como hizo Rabí Akibá, según se explicó en el Talmud. Esto presenta gran dificultad, y según se sabe, mayormente, casi siempre, hubo (Tribunal) en la Tierra de Israel, y fueron ellos quienes fijarían los meses y agregarían un mes a los años de acuerdo a los sistemas de la Tradición y en reunión conjunta.

Hay aquí un muy insigne fundamento del credo, que no sabrán ni percibirán salvo quienes analizan en profundidad.

El cálculo que nosotros hacemos hoy, fuera de la Tierra (de Israel), según el calendario que poseemos, y (por el cual) decimos que tal día es Rosh Jodesh y tal día es Festividad — de ninguna manera el que lo hagamos Festividad se debe a nuestro cálculo, sino a que el Tribunal de la Tierra de Israel ya ha fijado con anterioridad que este día sea Festividad o Rosh Jodesh. Y por cuanto que ellos dijeron que este día es Rosh Jodesh o que este día es Festividad, éste se constituye en Festividad o Rosh Jodesh —débase esta acción de ellos al cálculo o a la reiá— según se nos transmitió: “Que ustedes proclamarán a ellas — no tengo Festividades, salvo éstas”, vale decir: estos (días), que dicen ellos que son Festividades, (lo son) incluso involuntariamente, incluso compelidos, incluso equivocados, según nos llegó a nosotros por Tradición.

Nuestro cálculo de hoy es a los solos efectos de que sepamos el día que fijaron los de Eretz Israel, puesto que de esta misma manera se calcula y fija hoy, y no por reiá. Nos basamos en lo que ellos fijaron y no en nuestro cálculo. Este cálculo nuestro sólo sirve para revelar (lo que ya estaba fijado de antes).

Esto, compréndelo bien.

He de darte explicación adicional: Si supusiéramos, a modo de ejemplo, que los habitantes de la Tierra de Israel desaparecieran de ella —Di-s libre de hacer tal cosa, puesto que ya aseveró que no borrará ni desarraigará totalmente al remanente de la nación— (y si supusiéramos) que no existe Tribunal, y que fuera de la Tierra (de Israel) no hubiera Tribunal habilitado en la Tierra de Israel — en tal caso, este cálculo nuestro carecería en absoluto de utilidad alguna para nosotros, pues fuera de la Tierra (de Israel) nosotros no debemos hacer cálculos ni agregar meses a los años ni fijar meses salvo bajo las premisas mencionadas, como hemos explicado que de Tzión saldrá la Tora’, y de Jerusalén la Palabra de Di-s.

Si quien posee un conocimiento cabal de las palabras del Talmud acerca de este tema, meditara, todo lo que hemos dicho le resultará explicado con claridad indudable.

Por cierto, en las expresiones de la Torá hay insinuaciones que instruyen acerca de los fundamentos de la materia en la que nos basamos para conocer los Rosh Jodesh y (el momento en que es) agregado un mes al año (lunar). De ellos, es lo que El dijo: Y observarás este decreto para su momento (prefijado) de año en año; y dijeron: “(Este versículo) enseña que no se agrega un mes al año salvo en el momento (previo) inmediato a la Festividad”.

También dijeron: “¿De dónde (sé) que sólo se agrega un día al mes si es de día, y que sólo se consagra al mes (declarando el Rosh Jodesh) si es de día? Pues fue dicho: (De año en año, con las palabras cuya traducción literal sería:) ‘de día en día'”.

Dijo El, exaltado sea: Para los meses del año. Dijeron (nuestros Sabios): “Consideras meses para (formar) años, pero no consideras días”, de lo que se comprende que el agregado en él (año) sólo puede ser de un mes completo.

Dijo El: Un mes de días. Dijeron (nuestros Sabios): “Consideras días para (formar) un mes, pero no consideras horas”

Y dijeron: “Cuida al mes de la Primavera — se desprende (de este versículo) que es imperativo que resguardemos las estaciones en nuestros años (lunares), por lo cual han de ser años solares”.

Todas las leyes de este precepto han sido explicadas ya, íntegramente, en el Capítulo Primero (del Tratado Talmúdico) de Sanhedrín, y en el Tratado de Rosh Hashaná y también en (el de) Berajot.

Ser y no ser

El Arca, que contenía las Tablas en las que estaban cincelados los Diez Mandamientos, era
un mueble maravilloso.
Aunque tenía dimensiones definidas, “dos codos y medio de largo y un codo y medio de ancho”, su presencia no ocupaba ningún metro cuadrado de la habitación que lo albergaba.
Dentro del Arca había dos juegos de Tablas:
1) Las Tablas originales, que Moshé rompió en pedazos cuando descubrió al pueblo judío adorando al becerro de oro.
2) Y el segundo conjunto de Tablas, que Di‐s con‐ cedió al pueblo judío tras su arrepentimiento.
Un Arca que es a la vez espaciosa y sin espacio.
Tabletas enteras y rotas colocadas una al lado de la otra.
¿Qué lección podemos sacar de esto?
El estudio de la Torá de Di‐s es un arte delicado que requiere un equilibrio entre habilidad y humildad.
Por un lado, el estudio de la Torá requiere cierto grado de presencia personal.
A diferencia del cumplimiento de los mandamientos de Di‐s, que se refieren en gran medida a “hacerlo”, en el estudio de la Torá, “obtenerlo” es un requisito importante.
El estudiante debe intentar comparar cualquier idea presentada por la Torá con las impresiones y experiencias de su propia vida.
Sólo cuando la idea se ha arraigado exitosamente en la imaginación del estudiante la lección está verdaderamente completa.

El problema de la definición

El filósofo probablemente explicará que Di‐s es existencia absoluta. O que Di‐s es la verdadera realidad de todas
las cosas.
El cabalista pronunciará algunas palabras misteriosas sobre la Luz Infinita, o tal vez simplemente “El Infinito”.
Explicará que la Luz Infinita, al ser infinita, se encuentra en todas partes, dentro de todas las cosas y más allá de todas las
cosas.
El iehudí simple te dirá que Di‐s es con quien hablas cuando las cosas se ponen difíciles, el único que realmente sabe lo que
hay en tu corazón, y también el único, dada su posición, que realmente puede encargarse de cualquier problema.
Y cualquiera que haya sido bendecido con una educación judía básica dirá que Di‐s es Quien creó el mundo, eligió a Abraham y su descendencia, sacó a nuestro pueblo de Egipto, se apareció a nuestros antepasados en el Sinaí e hizo un pacto eterno
con nosotros, como está registrado en Su
Libro sagrado, la Torá.
Por supuesto, están bien y todos están de acuerdo entre sí.
Pero ninguna de estas son definiciones.
Son descripciones de lo que Di‐s hace o de lo que Di‐s no es. Nada de esto define qué es Di‐s.
Y eso tiene sentido. Si Di‐s tuviera una definición, Él no sería Di‐s.
De alguna manera, el judío sabe intuitivamente qué es Di‐s. Es sólo que no hay palabras que puedan expresarlo ni ideas que
puedan explicarlo completamente.
Sin embargo, la Torá nos dice que hay cosas que podemos decir sobre Di‐s que son ciertos, y aún más que podemos decir que
no son ciertos.

El nivel más alto

¿Se puede perdonar el pecado? ¿Se puede borrar? ¿Puede transformarse en bueno? En Shemot leemos sobre el
Becerro de Oro.
Esta fue una transgresión desafortunada en la que participaron un gran número de judíos, combinando idolatría,
inmoralidad y asesinato.
Sabiamente, las mujeres de la comunidad se mantuvieron alejadas y también los levitas.
Después de esta traición masiva a Di‐s, Moshé tuvo que suplicar a Di‐s para evitar que el pueblo judío fuera destruido.
Durante cuarenta días suplicó, solo en el Monte Sinaí, y finalmente tuvo éxito.
Di‐s traería al pueblo judío a la Tierra Prometida, y las Tablas rotas de la Ley serían reemplazadas.
Se nos presenta otro aspecto de Moshé: la persona que busca el nivel más profundo de contacto con Di‐s. Él pregunta:
“Muéstrame Tu Gloria” .
Moshé quería alcanzar la mayor intimidad de la Divinidad posible para un ser humano.
Di‐s respondió que pondría a Moshé en la grieta de la roca y le otorgaría una visión de algo de la Gloria Divina.
Sin embargo, no todo puede ser revelado, porque “el hombre no puede verme y vivir”.

Luego viene la revelación prometida.
Este es uno de los momentos más notables en la vida de Moshé en toda la Torá.
Lo interesante de esta revelación de Di‐s, es que viene en forma de Tefilá.
Di‐s enseña una plegaria a Moshé, una oración que recitamos en la sinagoga. Se llama los “Trece Atributos de Misericordia”:
“Di‐s, Oh Di‐s, misericordioso, amable, lento para la ira, con gran amabilidad y verdad, guardando la bondad por miles de generaciones, perdonando pecados y transgresiones, limpiando”.
En las Festividades, esta oración se canta cuando el Arca es abierta. También se repite varias veces en el servicio en Iom Kipur.
Es una plegaria que tiene el poder de despertar la Misericordia de Di‐s. Debe decirse con sinceridad, como una expresión de arrepentimiento.
El efecto de la Misericordia de Di‐s es perdonar, más aún, borrar los pecados como si nunca hubieran sucedido.
Un tema mencionado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch, basado en el Talmud, es que otro nivel de arrepentimiento es transformar el efecto de las transgresiones en el de las buenas obras…
¿Cómo puede ser?
El pecado deja una “mancha” en el aspecto espiritual de la persona. Los niveles más altos de arrepentimiento alcanzan la interioridad de Di‐s, provocando un resplandor Divino que limpia la mancha.
El arrepentimiento puede ser tan profundo, tan lleno de amor por Di‐s, que ahora se alcanza un nuevo nivel de bondad y santidad, que sólo podría lograrse mediante el arrepentimiento.
Por lo tanto, el efecto de lo que comenzó como malo, transformado por el poder del arrepentimiento, es el logro de un nivel superior de bien.
Los Sabios nos dicen: “El lugar donde están los arrepentidos, no puede ser alcanzado por aquellos que nunca han pecado”
Esta fue la revelación de la Gloria de Di‐s, expresada a Moshé mientras se escondía en la grieta de la roca, solo en el Monte Sinaí.
La Tefilá que revela el poder de la Misericordia infinita de Di‐s, el poder exaltado del arrepentimiento.