El hueso de la resurrección

Existe un pequeño hueso en el cuello, en el extremo superior de la espina dorsal, que tiene la forma de una nuez. Es el que sobresale en la espalda y en hebreo recibe el nombre de Luz.

Este hueso no obtiene ningún sustento de la comida que uno ingiere, excepto en la noche del sábado. Por ello es muy importante participar en una comida después de Shabat y de Havdalá por dos razones: primero debemos de honrar al Shabat cuando se va, así como lo hacemos cuando llega; segundo, debido a este hueso, el cual sólo se nutre de la comida ingerida después de que termina Shabat. 

Si una persona no es capaz de comer una cena normal porque todavía está llena de la tercera comida, aun así tiene la obligación de comer algo en estas horas. Podrá satisfacer este requisito con galletas o frutas. Este hueso nunca se deteriora. 

El Midrash relata que, en cierta ocasión, el emperador romano Adriano (gobernó de 117-138 de la Era Común) le preguntó a Rabí Yehoshua ben Janania: “Puesto que el cuerpo se deteriora y se convierte en polvo, ¿cómo es que Di-s va a resucitar a los muertos en el Mundo por Venir? El sabio respondió: “Todas las personas van a ser resucitadas y reconstruidas a partir de este hueso (de la resurrección) pues este es indestructible. Podéis ponerlo entre dos piedras de molino, y molerlo todo el día y no se desgastará ni siquiera un poco. Si lo colocáis en un horno muy caliente, no se quemará. Si lo intentáis quebrar con un martillo, el martillo se partirá en pedazos antes de que consigáis romper este hueso”. 

Cuando el emperador probó hacer todo esto, comprobó que era verdad. Entonces aceptó que este hueso era más fuerte que el hierro. Se han aducido varias razones de por qué este hueso en particular —a excepción de todos los demás—no se desintegra ni se convierte en polvo. Algunos opinan que algo debe permanecer de lo que era el cuerpo, ya que incluso un milagro no puede ocurrir sin que exista una base para ello. 

Así pues, por ejemplo, cuando el Profeta Elisha le preguntó a cierta mujer qué tenía en casa—y ella le respondió que sólo una pequeña botella de aceite—él le dijo que pidiese vasijas de sus vecinos (2 Reyes 4:2-7). 

La pequeña botella de aceite se convirtió en el vehículo para realizar el milagro, y permitió proporcionar aceite hasta que ella tuvo suficiente para vender y pagar así todas sus deudas. Según esta opinión, lo mismo se aplica en este caso: este hueso es necesario para servir de base al milagro de la resurrección.

Por consiguiente, una parte del cuerpo debe necesariamente ser indestructible. Sin embargo se podría argumentar en el sentido de considerar que el polvo que queda como remanente del hombre, podría constituir un vehículo idóneo.

La verdadera razón del carácter indestructible de este hueso, es para que podamos creer en que Di-s va a resucitar a los muertos. La idea de la resurrección es de difícil comprensión para la mente humana y como consecuencia la persona tiende a negar su existencia. Inclusive aquellos que creen en las enseñanzas de nuestros sabios, podrían pensar que los muertos mismos no se levantarán, pero que Di-s crearía un nuevo cuerpo semejante al original y que éste sería el que resucitaría. Para reforzar nuestra creencia, es que Di-s hizo indestructible ese hueso y así sabemos, que a pesar de que el resto del cuerpo se haya descompuesto en la tumba, aun así será resucitado con su carne y sus demás huesos, que en este sentido no son diferentes al hueso Luz, que será regado por el rocío para hacer resucitar el cuerpo.

Extraído de Revista Rumbos, Colombia.

Parashá en síntesis – Ki Tetzé

Israel salió en guerra contra una nación enemiga. Al estar en su territorio había la posibilidad de contacto con las mujeres de la nación ajena, quienes eran llevadas al frente para distraer a los soldados. 

Para que un soldado pudiera llevar consigo una mujer de otra nación a Israel, tenía que darle la oportunidad de acostumbrarse al nuevo país, su nueva casa y nueva religión. 

Si no se acostumbraba y decidía no convertirse, el judío debía dejarla en libertad y no tenía derecho a esclavizarla ni venderla a otro.

La Torá enseguida trata el problema del “hijo rebelde” y da ciertas pautas a seguir en la educación de los hijos. Los padres no pueden dejar pasar las pequeñas fallas de un niño, porque terminarán agravándose. 

El énfasis es que la educación no empieza a la edad en que el niño ya puede razonar, sino aun antes de su nacimiento. La madre se prepara para recibir al niño, con las leyes de Taharat Hamishpajá (pureza familiar). Al nacer, al niño se le da un nombre judío. La decoración de su cuarto y los objetos que ve deben ser aptos para un niño judío. Desde la cuna, sus primeras palabras deberán ser de contenido judío, como Shemá Israel y el Modé Aní y así sucesivamente; el niño va llevando un tesoro de conocimientos y sentimientos adecuados, un respaldo que durante toda su vida le ayuda a identificarse como miembros del pueblo de Israel. 

En esta Parashá también tenemos la mitzvá de no dejar un cuerpo sin enterrar por más tiempo del absolutamente necesario. En Israel, la mitzvá es que no pase la noche sin ser enterrado. Se considera una falta de respeto al Todopoderoso dejar al cuerpo sin sepultura más tiempo de lo imprescindible. 

El primer Departamento de Objetos Perdidos fue descrito en la Torá, ya que se considera una mitzvá especial la devolución de la propiedad perdida. En el Templo existía un lugar específico donde uno podía ir a reclamar o buscar las cosas perdidas. 

La Torá pide respetar la distinción entre los sexos: al hombre no le es permitido vestirse con ropa que usan las mujeres, ni viceversa, tampoco puede buscar maneras de lucir afeminado. 

El judío que encuentra un nido no puede quitarle los huevos, ni los pichones, sin alejar primero a la madre. Maimónides explica que este precepto nos enseña buenos rasgos: aprendemos a ser más comprensivos y así merecemos la comprensión y la bondad de Di-s. 

En el calendario judío, el mes de Elul está dedicado al análisis y autoevaluación de nuestros sentimientos, modo de vida y conducta en relación con Di-s y con el prójimo. Es el tiempo propicio para conectarnos con nuestra esencia judía y acercarnos a Di-s quien en este mes – más que en ningún otro – está a la disposición de todos aquellos que lo buscan.

Este período tiene sus orígenes en el tiempo de Moshé Rabeinu, después de la salida de los judíos de Egipto.

Un noble propósito

En Ki Tetzé aprendemos que el acreedor puede exigir garantías antes de ofrecer un préstamo, aunque el deudor sea pobre. Pero la Torá nos ordena no exigir un artículo que el deudor requeriría durante el curso normal de su día. Por ejemplo, si usa su única almohada, el acreedor debe devolverla durante la noche. La Torá concluye con las palabras, “y él te bendecirá, y será para ti como un acto de caridad ante Di-s”. Rashi explica que incluso si el deudor no lo bendecirá por este amable acto, será meritorio ante Di-s.

Reb Levi Itzjak de Bardichev, amplió la idea de Rashi: algunos realizan una acción amable porque buscan la bendición del destinatario. Este versículo nos enseña que la mejor manera de realizar una mitzvá no es por la recompensa, aunque inevitablemente vendrá, sino por el bien de Di-s. Debemos realizar la obra de caridad porque Di-s nos lo ordenó, no por interés. Es decir, se debe dar caridad solo por la mitzvá, ni siquiera por la recompensa prometida por Di-s.

A Rabi Israel Baal Shem Tov una vez le informaron, por decreto Celestial que había perdido su parte en el mundo venidero, por lo que declaró alegremente que tenía la oportunidad de servir a Di-s sin motivo oculto, ni por la recompensa. Pronto se le informó que su porción Celestial le había sido restaurada y se había duplicado.

¿Cómo debería funcionar la Justicia?

La Torá nos advierte sobre una serie de “Prohibiciones para el Juez”que de ser cumplidas harían de este, un mundo mucho más justo…

· DE TERGIVERSAR EL JUICIO (“AVEL BADIN LASHOFET”) 

Es la advertencia con la cual se previno al juez’ de no cometer engaño en el juicio1. Es lo que El dijo2: No hagáis engaño en el juicio. El concepto de este precepto negativo es que no contravenga los lineamientos que trazó la Torá en la condena de una cosa o en la absolución de ella4.

(1) Ver Mitzvá Asé 176. (2) 0 sea, pervertir o retrasar la justicia, o interpretar la Torá de manera diferente a su sentido verdadero. (3) Levítico ~ Kedoshim” 19:15. (4) Es decir, absolver al culpable o sentenciar al inocente (Mishné Taré, Leyes del Sanhedrín, Cap. 20, Ley 6).

El juez no sólo es responsable de la convivencia pacífica entre los hombres que conforman la sociedad, sino que su actuación afecta y repercute en las más altas esferas de la espiritualidad. Tal es así, que nuestros Sabios no han tenido reparos en decir que ‘un juez que administra justicia con total honestidad hace que la Presencia Divina more en el seno del pueblo de Israel, en tanto que el que no lo hace ocasiona que Di-s lo abandone’. Deberá verse siempre como si una espada pendiera sobre su cabeza y las puertas del infierno estuvieran abiertas bajo sus pies. Y si toma injustamente los bienes de uno y los entrega a otro, obliga a Di-s Mismo a restituirlos a su legítimo dueño, de modo que su proceder ha constituido una acto de injusticia ante Di-s (Talmud, Sanhedrín 7a).

· DE ACEPTAR SOBORNO (“SHOJAD LASHOFET”) 

Es la advertencia con la cual se previno al juez de no tomar soborno de los litigantes, incluso para juzgar con equidad.

Es lo que Él dijo’: Y soborno no tomarás. El precepto negativo en este sentido ya fue repetido2 (en la Torá). Y en el Sifrí (se dijo): “No tomarás soborno — incluso para eximir al inocente y condenar al culpable”.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en varios lugares (del Tratado Talmúdico) de Sanhedrín.

(1) Éxodo “Mishpatim” 23:8. (2) Deuteronomio ~ Shoftim” 16:19.

El juez que acepta soborno no tiene posibilidad de hacer enmienda perfecta cuando se arrepienta de su pecado, pues no conoce el alcance de la injusticia ni el de sus consecuencias; además, estimula al litigante que lo soborna y lo hace pecar Mishné Torá, Leyes del Arrepentimiento, Cap. 4, Ley 5). El que hace entrega de soborno, a su vez, transgrede Mitzvá Lo Taasé 299 (Ibíd, Leyes del Sanhedrín, Cap. 23, Ley 2).

Mitzvot Lo Taasé — Preceptos Negativos (274-276) 375

· DE FAVORECER EN ESPECIAL A UNO DE LOS LITIGANTES (“NESIAT PANIN LASHOFET”) 

Es la advertencia con la cual se previno al juez de no favorecer en el juicio a uno de los litigantes, incluso si se trataba de una persona muy honrosa y de alto rango. Que el juez no lo honre si vino al juicio junto a su litigante, y que no muestre que lo enaltece y honra.

Es lo que Él, exaltado sea, dijo’: Y no favorezcas al grande. En el Sifrá (dijeron): “Que no digas: este es rico, este es hijo de grandes, ¿cómo he de avergonzarlo y ver su bochorno?’ y cuánto más (entonces) que (se cuida y) no lo (lleva él mismo a) vergüenza. Por eso fue dicho: No favorezcas al grande”.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en varios lugares de (los Tratados Talmúdicos de) Sanhedrín y Shevuot2.

(1> Levítico “Kedoshim” 19:15), (2> Pág. 30a).

¿Cuál es el plano de igualdad que debe tener presente el juez según lo exige la ley judía? Al respecto es muy clara la Mishná (Avot l:8 )

“Cuando los litigantes están parados frente a ti, considera a ambos como culpables; mas cuando partan de ti, habiendo aceptado la sentencia, considera a ambos como inocentes”.

· DE DEJARSE AMEDRENTAR EN UN JUICIO (“LO TAGURU”) 

Es la advertencia con la cual se previno al juez’ de no temer a un hombre dañino, insolente y de mal carácter, hasta que (por ello) no dictamine sobre él un veredicto justo. En cambio, debe dictaminar y no ha de tomar en cuenta qué daños puedan ocurrirle de aquella persona.

Dijo Él, exaltado sea2: No temáis ante (ningún) hombre.

Dice el Sifrá: “No temáis ante (ningún) hombre —quizás has de decir: ‘Temo a fulano, no sea que mate a mi hijo, incendie mi parva, corte mis plantíos’ —para enseñarnos (que está prohibido) fue dicho: No temáis ante (ningún) hombre”.

(1) Un juez nominado sobre la comunidad. Si no es un juez público, y ve que una de las parte es dura y dañina, puede negarse a juzgar antes de escuchar sus argumentos, o incluso luego si no tiene en claro a quién beneficia el dictamen. Silo tiene claro, está obligado a emitir su opinión, incluso si no es un juez nominado sobre la comunidad (Mishné Taré, Leyes del Sanhedrín, Cap. 22, Ley 1). (2) Deuteronomio “Devarim” 1:17.

· DE APIADARSE DEL POBRE EN SU JUICIO (“JEMLAT HADAL LASHOFET”) 

Es la advertencia con la cual se previno al juez de no apiadarse del desdichado durante el juicio, de modo que, por piedad, le dispense lo que no le corresponde. En cambio, debe imponer igualdad entre el rico y el pobre y menesteroso, y lo obligará a pagar lo ~ que sobre él ha de imponerse.

Es lo que Él dijo: Y al pobre no favorezcas en su litigio. Ya repitió (en la Torá) el precepto negativo en este sentido con otra expresión, y dijo2: No muestres consideración especial hacia el pobre. En expresión del Sifrí:

“Que no digas: ‘Este es pobre; puesto que yo y este rico estamos obligados a mantenerlo, lo privilegiaré, resultando que se mantiene con decoro’. Para enseñarnos (que ello está prohibido) fue dicho: Y al pobre no favorezcas en su litigio”.

(1) Éxodo ~ Mishpatim” 23:3. (2) Levítico ~ Kedoshim” 19:15.

Aquel que muestra piedad cuando se requiere firmeza, terminará siendo cruel cuando se requiere misericordia (Kohelet Rabá 7:33).

· DE TORCER EL JUICIO EN CONTRA DE UN PECADOR (“IVUT DIN HARASHA LASHOFET”) 

Es la advertencia con la cual se previno al juez de no torcer (premeditadamente) el juicio en contra de uno de los litigantes porque sabe que es un hombre perverso y pecador.

Él, exaltado sea, advirtió respecto de castigarlo con la tergiversación del juicio, y es lo que Él, exaltado sea, dijo: No tuerzas el juicio de tu pobre, en su litigio.

Dice el Mejilta: “(Si) un malvado y un (hombre) honesto están parados delante de ti para el juicio, que no digas: ‘Dado que aquél es malvado, torceré el juicio en su contra’ — para enseñarnos (que ello está prohibido) fue dicho: No tuerzas el juicio de tu pobre en su litigio; (con) ‘pobre’ (se pretende que) es él en (el cumplimiento de) los preceptos. Es decir: a pesar de que él es pobre en Mitzvot — no tuerzas su juicio.

(1) Éxodo “Mishpatim” 23:6. (2) Razón por la cual, tácitamente, miente; mientras que su interlocutor, tácitamente, no adultera sus palabras (Mishné Torá, Leyes del Sanhedrín, Cap. 20, Ley 5).

· DE SER COMPASIVO CON CIERTOS DELINCUENTES (“RAJMANUT AL MAZIK LASHOFET”) 

Es la advertencia con la cual se previno al juez de no conmiserarse de quien mató a su compañero o lo disminuyó en uno de sus miembros —es decir, con el pago de las multas (1)—. Que no diga: ‘Este es pobre, y segó la mano de aquél o le hizo perder su ojo sin intención’, y se apiade y se compadezca de él en el pago íntegro de los montos de su daño.

Es lo que Él, exaltado sea, dijo (2) respecto de esto: No conmiseres tus ojos. Vida por vida, ojo por ojo’, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

El Precepto Negativo en este sentido ha sido repetido ya (en la Torá), y dijo (4) El: No conmiseres tu ojo (por él) y erradicarás de Israel (a quien vertió) la sangre inocente.

(1) Ver Mitzvá Asé 236. (2> Deuteronomio ~ Shoftim 19:21). (3) En el Talmud se explica que ‘ojo por ojo, etc.’ no significa quitar el ojo al que ocasionó el daño —como entendieron los Caraítas— sino la compensación monetaria —multa— equivalente al daño. Ver Mitzvá Asé 236, Nota 4. (4> Deuteronomio “Shoftim” 19:13).

Llenando espacios

¿Cuántos estudiantes universitarios pueden caber en un smart car? ¿Cuántas cosas absolutamente esenciales puede colocar una mujer en su cartera? ¿Cuántos objetos puede meter un hombre en el bolsillo de su traje y todavía tener la chaqueta puesta correctamente? Apretarse  en  el ascensor cuando ya está lleno; apretar la arena en un balde, una y otra vez para dejar espacio para más; una maleta tan llena que tienes que sentarte sobre ella para lograr cerrarla.

La gente parece estar obsesionada con abarrotar tantas cosas como sea posible en una cantidad mínima de espacio. Desde los organizadores del armario hasta las bolsas que comprimen el aire, queremos aprovechar al máximo el lugar, tanto tangible como intangible.

El mes de Elul, en el que nos encontramos actualmente, es precisamente eso. Elul es el tiempo de balance del año anterior. Es la época de “inventario”, “tiempo de contabilidad de fin de año”.

Además Elul es un enfoque hacia el futuro, una oportunidad para planificar con la sabiduría adquirida con la experiencia. Elul nos da la oportunidad de concentrarnos en cómo haremos las cosas de manera diferente en el próximo año.

Pero también hay un tercer aspecto para Elul. Mientras estamos recordando el pasado y considerando el futuro, seguimos viviendo en el presente. Y en este presente, las enseñanzas judías nos invitan a usar todo el mes de Elul para llenar nuestro espacio espiritual con tantas mitzvot (mandamientos) como    podamos. Nos 

anima a agregar más mitzvot a nuestro repertorio y realzar la manera en la que las realizamos.

En Elul, se nos exhorta específicamente a dar caridad adicional; Pasar más tiempo conectados con Di-s a través de la Tefilá- oración; que nuestras mezuzot y Tefilín sean revisados por un Sofer- escriba  experto (y poner mezuzot en aquellas puertas que pudieran  necesitarlas);  observar  las leyes de kashrut con más cuidado; bendecir a nuestros amigos, vecinos y parientes con un año bueno y dulce.

Utilizar el espacio espiritual que se nos da durante Elul en su máxima capacidad sólo será para nuestro beneficio para el próximo año. Que tengamos un año dulce, feliz, saludable y de redención para todos nosotros!

Adaptado del L’Chaimweekly

¿Eres un monarca?

La percepción pública de la realeza se ha denigrado en los últimos tiempos. Con las familias Reales de Europa descollando sólo en público por sus vidas personales, deshonrando sus posiciones heredadas, desde mi perspectiva como «hombre común», considero que el mundo podría arreglárselas sin ese «paquete de ingratos».

Uno puede preguntarse qué bien público fue otorgado por parte de la Familia Real. ¿Acaso no han habido Reyes y Reinas en la historia que sólo han representado la profusión, decadencia y gobierno déspota? Si (como es comúnmente aceptado), el poder absoluto es absolutamente corrupto, ¿No estamos mejor como una meritocracia democrática?

Leemos esta semana uno de los últimos mandamientos escritos en la Torá: «Al llegar a la Tierra…debes designar un Rey…de entre tus hermanos, un Rey debe gobernar» (Deuteronomio 17:15). ¿No parece extraño que Di-s promueva la noción humana de la realeza, ordenándonos subyugarnos a una majestad mortal?

Es incluso más extraño: Una vez asentados en la Tierra de Israel y listos para rodearse con todas las características de un Estado, los judíos le piden al profeta Samuel que los ayude a designar a «un Rey, para que seamos como las naciones de alrededor nuestro». A lo cual Samuel reaccionó con enojo y disgusto, asumiendo que su pedido por un rey era equivalente a rechazar a Di-s (Samuel I, capítulo 8).

Liderazgo

Hay un método académico conocido como «El Gran ‘Hombre escuela’ de la Historia», en donde las guerras, convulsiones políticas y otros movimientos en masa son descritos en términos del liderazgo prevaleciente en esa época. Batallas militares son estudiadas puramente desde la perspectiva de los generales, sin tomar en cuenta los pensamientos y acciones individuales del soldado común que equivalen al sentimiento de un peón en un tablero de ajedrez.

Este método de examinar la historia tiene su mérito. La fe de las naciones está co relacionada casi exclusivamente con la cualidad del liderazgo que ellos disfrutan, y nada puede estancar a todo un país más rápido que las decisiones tomadas por un partido egoísta o incompetente.

Lo mismo es cierto con la noción acerca que una estructura fuerte la provee un gobierno organizado y que éste crea una sensación de libertad y oportunidad para todos, permitiendo que prospere el individualismo.

Sígueme

Sin embargo, desde una perspectiva de la Torá, es imposible aceptar que la mera función de un líder es proveer ley y orden. Cuando se reconoce que la Presencia eterna de Di-s prevalece, las normas aceptadas sobre cierto comportamiento son proveídas directamente por la Torá y no es necesario reforzar la regla de la ley.

Desde esta perspectiva, el desafío del liderazgo no es asustar a la nación, sino inspirarla. Un verdadero líder está parado por sobre toda la gente, presentando y mostrando un sentido de misión y propósito. Cuando designamos a un líder o a un Rey, debe ser con la expectativa que las buenas cualidades personales que el líder posee, y la grandeza que muestra el monarca, despierte en nosotros un correspondiente sentido de entusiasmo que nos comprometa con el programa de la Divinidad al que el Rey mismo se ha comprometido.

Cuando el profeta Samuel criticó a la nación por pedir un rey, su enojo estaba dirigido a los motivos más que a la razón del deseo. Su pedido «desígnanos un rey para que seamos igual que las naciones de alrededor nuestro», demostró que no era la inspiración de una majestad como una representación Divina lo que ellos deseaban. Sino que lo suyo era más bien un pedido prosaico; siendo que no tienen confianza en la regla de Di-s o en las expectativas de la Torá para dirigir la sociedad; optan por confiar en el nombramiento de una majestad mortal que imponga arbitrariamente sobre ellos la regla de la ley.

Muéstrame qué hacer

A pesar que vivimos en una era de egoísmo e individualidad, en donde cada uno de nosotros desea imponerse, hay mucho más para recomendar sobre acudir al consejo de un mentor. Podemos no tener más reyes y reinas que nos inspiren a seguir los caminos de Di-s y a comprometernos con su Torá, pero cada uno de nosotros debe buscar una guía o un mentor espiritual que nos ayude a dirigirnos en el camino de la vida.

Por Elisha Greenbaum

Galletitas de avena y chocolate

Ingredientes:

-250 gr de margarina a temperatura ambiente

-1 taza de azúcar

-1 taza de azúcar negra

-2 huevos

-1 cucharita de esencia de vainilla

-2 tazas de harina

-1 cucharita de bicarbonato de sodio

– 1/2 cucharita de polvo de hornear

-2 tazas de avena tradicional

-1/2 taza de nueces

-1/2 taza de chips de chocolate

-1/2 taza de coco rallado

Procedimiento:

Precalentar el horno a 180 grados. Línea 2 bandejas para hornear con papel manteca. En un bol grande, batir la margarina y el azúcar. Agregar los huevos y la vainilla. En velocidad baja, agregar la harina, el bicarbonato, el polvo de hornear y la avena. Agregar las nueces, chips de chocolate y coco. Poner de a cucharadas sobre las bandejas para hornear preparadas. Hornear durante unos 12 minutos o hasta que se dore ligeramente. Dejar reposar en la bandeja de horno 2 minutos antes de colocar sobre una rejilla de alambre para terminar de enfriar.

Parashá en síntesis: Shoftim

En esta Parashá se tratan las leyes relacionadas con el sistema judicial del Pueblo Judío y el establecimiento de tribunales. En todas las ciudades donde residían menos de 120 personas se establecieron Beit Din, tribunales de 3 rabinos, competentes para decidir sobre casos de tipo económico, pero no de vida y muerte. En las ciudades de más de 120 habitantes se estableció un Pequeño Sanhedrín, compuesto de 23 rabinos que tenían el derecho de juzgar todos los casos, hasta de vida y muerte.

Cerca del Monte del Templo había tres cortes: un Beit Din de 23 jueces en su entrada; un Tribunal de 23 jueces en su antecorte y el Gran Sanhedrin, de 71 jueces (incluido su presidente) que se reunían a diario en el Templo Sagrado. 

Para ser juez se evaluaba el conocimiento de la Torá, la inteligencia y la capacidad de juzgar. Esas y las demás cualidades enumeradas anteriormente en Parashat Devarim, una vez aprobadas constituían la calificación para ser nombrado juez y ordenado como tal por un jajam (sabio).

La Torá advierte al juez que no acepte soborno, ni de plata ni de honores, ni cualquier consideración personal que pueda influir – aún en lo más mínimo – en su forma de decidir el caso. 

En esta Parashá también se otorga el precepto de coronar a un rey sobre el Pueblo Judío. El rey tenía que ser escogido por un profeta de Di-s y por el Sanhedrín. Su papel como monarca era fortificar y elevar el estudio de la Torá, difundir a los malvados, conquistar las naciones enemigas y emitir juicios para su pueblo.

Para que no abusara de sus poderes, el rey tenía tres prohibiciones fundamentales: no tener más caballos de lo necesario; no tener más esposas de lo permitido y no amasar más riquezas que las necesarias para mantener sus fuerzas armadas. 

El rey tenía la obligación de escribir un Sefer Torá especial y leer partes específicas en público en momentos de asambleas nacionales en el año de Halel. 

La Torá prohíbe la arrogancia y la vanidad, el orgullo se considera igual que la idolatría, ya que no permite la presencia de Di-s en la vida de la persona.

Aun el rey de Israel, con todos sus honores y riquezas, tenía leyes que lo protegían de sobrepasarse.

La tribu escogida para reinar eternamente fue la de Iehudá, porque Iehudá previno la muerte de Iosef cuando los demás hermanos querían matarlo y él los convenció de venderlo a los filisteos. Por santificar el nombre de Di-s al llegar al Mar Rojo y no temer cruzarlos. 

La tribu de Iehudá tiene intrínsecamente la cualidad de humildad.

El hombre de Ie-hu-dá contiene las mismas letras del nombre de Di-s, cuyos atributos emula esta tribu. Y la dalet de su nombre representa al rey David escogido entre los reyes. 

En esa época de la historia del mundo gentil había muchas formas de idolatría y artes mágicas, tanto para adivinar el futuro como para cambiar los destinos de las personas. Esto le fue prohibido al Pueblo Judío y bajo ninguna circunstancia se le permitió ni se le permite usarlos. 

En esta Parashá, la Torá  enumera los siguientes tipos: consultar palos u otros elementos para adivinar el futuro; declarar ciertos momentos de suerte o no para cumplir diferentes misiones; especular sobre el futuro por interpretación de hechos y actuar de acuerdo a los mismos; todo tipo de magia negra; atraer reptiles y otros tipos de animales para usarlos en ritos de magia; la necromancia, llamar a los muertos por mediums o de otras formas.

La Torá nos asegura que el Pueblo Judío no tiene necesidad de usar estas formas de hechizos y magia; ya que tiene una protección especial de Di-s al cumplir con las mitzvot (preceptos)  y que pueden cambiar su destino solamente a través de estos.

¿Es apropiado dar Tzedaká de noche?

PREGUNTA:

Leí en alguna parte que no es apropiado darapropiado para dar tzedaká (caridad) durante la noche. ¿Puede explicar por qué?

RESPUESTA:

En el Talmud de Jerusalem hay una historia que se cuenta de Rabí Jiya bar Papa quien dio tzedaká en la noche, y el líder de los malos espíritus se le acercó y dijo: «¿No está enseñado en la Torá: ‘No voltearás el poste de tu vecino’ «? En su sentido más literal, esta prohibición, conocida como «hasagat g’vul”,,» prohíbe subrepticiamente mover un marcador de tierra que separa el campo de la de su vecino con el fin de ampliar su propiedad. La prohibición también incluye, sin embargo, cualquier usurpación de profesión de un compañero y / o medios de vida.

La noche es cuando las fuerzas divinas de la sentencia y la gravedad norman en lo supremo, la oscuridad física es un reflejo de su origen Divino. Al dar tzedaká «endulzamos» la dureza de la justicia pura, templando y diluyendo lo rígido que se habría repartido durante ese tiempo, por lo que el espíritu se quejó ante el rabino. Le preocupaba que Rabi Jiya estuviera interfiriendo en su poder para cumplir su misión divinamente ordenada, y violando así la prohibición de tirar un hito de un vecino.

Este pasaje talmúdico es la base de lo que está escrito en muchas obras místicas, acerca de no dar caridad en la noche. Sin embargo, esta preocupación se aplica sólo a la búsqueda activa de un indigente durante horas de la noche para darle Tzedaká. Si uno es abordado por una persona necesitada de ayuda, hay una obligación 24/7 para ayudar a nuestros hermanos en necesidad, y todas las demás consideraciones se tienen en cuenta de cara a las necesidades humanas, como la Torá nos instruye: «No debes endurecer tu corazón”.

Lo mismo se aplicaría a colocar el dinero en una alcancía de tzedaká. El dinero dado no va al bolsillo de los pobres en esos momentos, durante las horas de la noche, así que estaría bien. Escribir un cheque, igualmente, no es problemático.

Rabi Moshe Goldman

Parashá en síntesis: Ree

Cada Shabat, después de la Parashá correspondiente, se lee una parte seleccionada de los profetas. Esta lectura recibe el nombre de Haftará y generalmente está relacionada con el contenido de la Parashá, con excepción de los tres sábados anteriores a Tishá Be Av, cuando las Haftarot se refieren a la destrucción del Templo y a la diáspora.

Después del 9 de Av, Di-s consuela al Pueblo Judío por intermedio de sus profetas, diciéndoles que serán redimidos. Estas palabras de consuelo son las leídas durante las seis semanas siguientes y reciben el nombre de “Siete de consuelo”.

En el tercer Shabat de consuelo se leen por tercera vez profecías que vaticinan un destino prometedor para el Pueblo Judío. De acuerdo con la Ley Judía, una cosa que se repite tres veces cobra fuerza y enfatiza el tema. Como ejemplo se puede usar el derecho de propiedad. Si una persona habita en una casa por tres años sin que nadie proteste, adquiere un derecho de dominio sobre ella, aún cuando no exista un documento que lo confirme.

Esta regla recibe el nombre de jazaká: no sólo se trata de repetición, sino de reafirmación, una categoría diferente, decisiva, que sobresale cuando se leen por tercera vez las profecías de redención.

La Parashá comienza con las palabras: “Mira que pongo delante de ustedes hoy bendición; si cumplen los preceptos y maldición, si se apartan del camino de Di-s”; y luego conmina a que se escoja la bendición cumpliendo todas las leyes y preceptos. Esta es una de las formulaciones del libre albedrío o libertad de elección, que tiene la persona entre el bien y el mal.

El bien y el mal no dependen de la persona, de su juicio u opinión, éstos están previamente determinados en la Torá; lo único que pueden hacer es elegir entre ambos. La elección acertada conducirá a una vida de bendición y refinamiento a partir del cumplimiento de las mitzvot destinadas para tal fin, que reafirman además el carácter espiritual trascendente que tiene el hombre, en contraposición a todos los demás seres creados.

Cuando la Torá se refiere a la ciudad de Jerusalem usa la expresión: “El lugar que Di-s escogió”. Traducido literalmente, el nombre Ierushalaim significa “Total reverencia”. Esto no sólo se refiere a la localización geográfica, sino que incluye todo lugar en el cual el judío cumpla su servicio espiritual. Se considera que “una persona se encuentra donde está su voluntad”. Esta es la razón que explica que los judíos recen en dirección al Este, teniendo en mente a Israel, a Jerusalem, el Templo y el Arca donde se encuentran las Tablas de la Ley.

Rosh Jodesh Elul es el comienzo del último mes del año, considerado como mes de balance y reflexión, un tiempo para analizar nuestro comportamiento en el año que está por finalizar y de preparación espiritual para el comienzo del año que entra, con la celebración de los Días Solemnes de Rosh Hashaná y Yom Kipur.

En el mes de Elul se toca el Shofar todos los días después del rezo matutino, con excepción de Shabat y el día anterior a Rosh Hashaná. Al rezo matutino y vespertino se añade el Salmo 27, que expresa la absoluta fe en Di-s. Se da Tzedaká adicional cada día. Se reza Slijot, que son plegarias especiales en las cuales se pide perdón a Di-s y se bendice el año venidero. Los ashkenazim en la semana anterior a Rosh Hashaná y los sefaradíes durante todo el mes.

Ese período tiene su origen en los tiempos de Moshé, quien después del éxodo subió tres veces al Monte Sinaí. La primera vez el 7 de Siván, al día siguiente de la entrega de la Torá, la segunda vez el 18 de Tamuz, cuando pide a Di-s que perdone al pueblo por el pecado del becerro de oro, y la tercera; el 1 de Elul – ocasión en la cual se tocó el Shofar – permaneciendo allí hasta Iom Kipur, día en el cual Di-s perdona al pueblo de Israel.