Sopa de calabaza y manzana

Cuando hace frío afuera no hay nada mejor que el calentamiento en el interior con una sopa espesa y sabrosa. Espero que les guste!!!

Ingredientes :

1 calabaza  pelada y cortada en cubos

3 manzanas verdes peladas y cortadas en cubos

1 puerro, sólo la parte blanca, cortado en dados

2 dientes de ajo, picados

1 cucharada de aceite de oliva

1  1 / 2 l  de caldo de pollo o (se puede usar el que viene en polvo o en cubito)

canela

chile en polvo

cilantro

sal

Procedimiento:

Caliente 1 cucharada de aceite de oliva en una olla grande y saltee los puerros hasta que estén ligeramente dorados. Añadir el ajo picado. Continuar rehogando otros 2 minutos. A continuación, agregue los cubitos de calabaza y los cubitos de manzana. Dejar cocinar unos 5 minutos a fuego fuerte. Añadir la sal, el cilantro y canela, y cocine por unos minutos. A continuación, añadir el caldo y deje hervir a fuego lento hasta que los cubos de calabaza y los cubos de manzana estén tiernos (aproximadamente unos 40 minutos) Una vez que se ha cocinado, puede utilizar una licuadora o procesador de alimentos y procesar hasta que esté suave. Volver a la olla, calentar de nuevo, y condimente con sal.

El hijo del Rebe y el jasid

Muchas veces nos hemos preguntado: ¿Qué es un jasid? ¿Cómo se forma un jasid? 

Una historia apropiada para la ocasión…

Cierta vez, cuando Rabi Dovber, el hijo de Rabi Schneur Zalman de Liadi- fundador del movimiento Jasídico Jabad- era un joven muchacho, visitó la ciudad de Ianovitch con su suegro. Allí encontró a uno de los jasidim (discípulos) de su padre. El jasid notó que el joven “hijo del Rebe” era demasiado consciente de sus logros en su erudición y la plegaria meditativa, y pensó que era necesario “hacer un pequeño ajuste”.

El jasid le dijo a Rabi Dovber: “Considerando quién eres y cómo has vivido, ¿cuál es el gran logro? Tu padre,- bueno, todos sabemos quién es tu padre. Seguramente tú has sido concebido bajo las más sagradas circunstancias, y estoy seguro de que tu padre se aseguró de traer a este mundo un alma muy elevada. Además fuiste criado en la casa del Rebe, y se ha tenido mucho cuidado en moldear tu carácter y salvaguardarte de toda influencia negativa. Toda tu vida ha sido expuesta únicamente a santidad y erudición. Y hasta este momento sólo debes preocuparte por tu estudio de la Torá y las enseñanzas Jasídicas. Gran cosa”

“Ahora, tómame a mí por ejemplo. Mi padre era un hombre simple, y podemos imaginarnos qué tenía en mente cuando sacó un alma deficiente del fondo del barril. ¿Mi crianza? Fui criado como una cabra, y me las tuve que arreglar solo. ¿ Y sabes lo que hice con mi vida? Te contaré cómo me gano el sustento. Presto dinero a los campesinos durante la temporada de siembra, y durante los meses de invierno, debo comenzar mi recorrido por sus pueblitos y granjas, para cobrar las deudas antes de que se gasten todo el dinero ganado en vodka. Esto significa que debo levantarme varias horas antes del amanecer, bastante anticipadamente del momento en que está permitido rezar las plegarias de la mañana, equipado con una botella- pues sin ella no es posible comenzar a hablar de negocios con el campesino. Después de haber tomado a su salud, debo tomar un lejaim con su mujer también- pues sino ella puede arruinar todo el asunto. Sólo en ese momento, podemos sentarnos y así llegar cobrar parte de la deuda.

“Después de tres o cuatro horas de recorrido, me dirijo a mi casa, me sumerjo en la mikve (baño ritual) y me apresto a rezar. Pero después de semejantes preliminares… ¿qué clase de plegaria esperas que recite?”

Las palabras del jasid, que en realidad era famoso por su naturaleza refinada y sus conmovedoras plegarias, produjeron una profunda impresión en Rabi Dovber. El joven viajó inmediatamente a su casa, se encontró con su padre y volcó ante él su corazón. Se lamentó por su nivel espiritual, diciendo que su servicio a Di-s no tiene valor, dando de sí mismo muy poco de lo que en realidad se espera de él.

Cuando después de un tiempo el jasid de Ianovitch visitó a Rabi Shneur Zalman, el Rebe le dijo: “Te estoy muy agradecido. Has convertido a mi hijo Berl en un jasid”.

¿Qué es el amor?

Si el amor es tan necesario como la comida o el agua, ¿por qué es tan fugitivo?…

El amor es el componente singular más necesario en la vida humana. Es a la vez dar y recibir; nos permite experimentar a otra persona y permite que esa persona nos experimente a nosotros. El amor es el origen y el fundamento de toda interacción humana. Para vivir una vida plena de sentido, debemos aprender más sobre el amor y cómo introducirlo en nuestras vidas.

A primera vista, podríamos pensar que necesitamos amor del mismo modo en que necesitamos comer y beber, respirar y dormir. Sabemos que el amor consumea nuestra necesidad de que se ocupen de nosotros, nuestra necesidad de intimidad. Por eso procuramos el amor de una manera que muchas veces suele ser narcisista e indulgente; buscamos a alguien que nos ame porque así lo queremos; podemos querer amar a alguien para sentirnos bien con nosotros mismos.

Pero si el amor es sólo una necesidad más como la comida o el agua, ¿por qué es tan fugitivo? ¿Por qué a tanta gente se le hace tan difícil alcanzar el amor? Y cuando lo hallamos, no es fácil ejercerlo; siempre viene acompañado de alguna medida de dolor y frustración. Podemos tener éxito en amar por un tiempo, pero cuando fallamos, el dolor es intenso.

Estos son los inconvenientes que enfrentamos cuando consideramos al amor sólo como una más de nuestras necesidades corporales. Sí, necesitamos amor igual que necesitamos comida y agua, pero hay una diferencia. La comida y el agua son elementos de la tierra que sustentan nuestros cuerpos físicos, mientras que el amor es el lenguaje de Di-s, que sostiene a nuestra alma.

El amor genuino se parece poco al amor sobre el que leemos en las novelas u oímos en las canciones. El amor verdadero es trascendencia, equivale a unir nuestras personas físicas a Di-s y, en consecuencia, a todo lo que nos rodea. Con demasiada frecuencia tenemos una concepción egoísta del amor, como algo que queremos y necesitamos; pero el verdadero amor, al ser parte integral de nuestra relación con Di-s, es altruista.

Uno de nuestros principios más fundamentales es “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.’ ¿Pero cómo puede ser posible esto? ¿Acaso no nos amamos más de lo que podríamos amar a cualquier otra cosa? La respuesta está en el hecho de que el verdadero amor altruista no surge del cuerpo sino del alma. El amor es la predominancia del espíritu sobre la materia. Según la definición de materialismo, dos objetos no pueden ocupar el mismo espacio simultáneamente. Pero el alma trasciende el tiempo y el espacio, y también trasciende el narcisismo, haciendo posible que nos compartamos realmente con otra persona.

El sabio Hilel dice: “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti. Esta es toda la Torá, y el resto es comentario.” El propósito de la sabiduría de Di-s es uno: enseñarnos cómo amar, trascender nuestros límites materiales y llegar a un lugar más espiritual. Ese viaje sólo se hace con el alma, y el amor es el idioma que debemos aprender para hablar en el camino. El amor es un modo de hablar con Di-s. Cuando miramos a los ojos de alguien y lo amamos, estamos trascendiendo el mundo físico y conectándonos con Di-s.

De modo que el amor es mucho más que tratar a otra persona con compasión. Va más allá del intercambio de sentimientos de ternura y.  eEs mucho más que hacer a otros sólo lo que nos haríamos a nosotros mismos. El amor es un acto Divino, el modo más puro de alimentar el alma de otra persona tanto como la nuestra. El amor más profundo no es meramente humano. Es un amor imbuido de Divinidad, por el cual un beso mortal se transforma en uno inmortal. El amor verdadero es un alma recibiendo a otra.

¿POR QUÉ NECESITAMOS EL AMOR?

En cierto sentido, todos nos hemos ido alejando de nuestro verdadero ser. El nacimiento es el comienzo del viaje de nuestra alma, enviada desde su fuente divina para vivir en un estado no natural, en una tierra de materialismo. A lo largo de nuestras vidas, entonces, sentimos la nostalgia de reunirnos con nuestro verdadero ser. Buscamos nuestra alma, buscamos la chispa de Di-s dentro de nosotros. Ansiamos volver a conectarnos con nuestra fuente.

Muchos de nosotros no comprendemos que lo que llamamos amor es en realidad una búsqueda de Di-s. La necesidad urgente que estamos expresando cuando decimos: “Necesito que alguien se ocupe de mí», o “Necesito intimidad”, es en realidad la necesidad de trascender nuestra persona física y conectarnos con nuestras almas. De modo que, en cierto sentido, amar a otra persona debería ser lo mismo que amar a Di-s, y viceversa. Una persona que puede amar a Di-s pero no puede amar a otro ser humano en realidad no está amando a Di-s. Y una persona que amae a otra persona pero no tiene amor por Di-s descubrirá en última instancia que lo que él 1/ama, amor es algo condicionado y egoísta, lo que significa que no es en absoluto amor verdadero.

Los dos tipos de amor, el egoísta y el altruista, son diametralmente opuestos. El amor egoísta es un amor condicionado; se ama con la condición de que sus necesidades sean satisfechas, y si la persona que hemos elegido para amar no satisface esas necesidades, rechazamos a esa persona y buscamos otra. Aunque puede parecer hermoso por un tiempo, ese amor está destinado a ser pasajero. Cuando la persona que amamos quiere ayuda, podemos dársela. Pero si el precio se vuelve muy alto, si sentimos que estamos dando más de lo que estamos recibiendo, simplemente podemos dejar de amar. Después de todo, hay una medida fija de incomodidad que estamos dispuestos a tolerar de la otra persona.

El amor altruista, en cambio, significa elevarse por encima de las propias necesidades. Significa salir de uno mismo, conectarse realmente con el alma del otro, y, en consecuencia, con Di-s. Cuando el amor es trascendente, estamos llegando a un sitio más alto; juntos, estamos acercándonos a Di-s. No hay condiciones en ese amor altruista; cuando la trascendencia es el objetivo de nuestro amor, no estamos todo el tiempo redefiniendo nuestros deseos y necesidades.

El amor condicionado y egoísta se disipa cuando sus condiciones no se cumplen, pero el amor altruista e incondicionado es constante y eterno. El amor condicional con demasiada frecuencia significa la obliteración o sujeción de un individuo; en lugar de dos volviéndose uno, el amor de la persona dominante consume al otro. El amor incondicionado, en cambio, el amor de la trascendencia, nos permite hacer a un lado nuestros deseos egoístas y amar a esa persona en consecuencia.

El amor condicionado no estimula el crecimiento, porque es simplemente una necesidad temporal que se está satisfaciendo. Así como necesitamos comer de nuevo pocas horas después de una comida, alguien que ame condicionadamente necesitará constantemente más porciones de seguridad, cuidado y aceptación. Pero el amor incondicionado es el fundamento del crecimiento humano. Es amplio: se derrama, y afecta no sólo nuestras necesidades inmediatas sino toda nuestra persona. Mientras que el amor condicionado está compartimentado en nuestra vida, el amor incondicionado es una parte integral de toda nuestra existencia. Y por último, es la herramienta con la que aprendemos a experimentar la más alta realidad: Di-s.

El amor, por lo tanto, es el fundamento sobre el que se levanta todo nuestro mundo. Todas nuestras leyes, todas nuestras actitudes, todas nuestras interacciones, surgen del mismo principio. El amor es la raíz de toda civilidad y moralidad. Sin amor, sería imposible vivir en paz unos con otros, respetar las necesidades del otro, y tratar a cada cual con la misma compasión que nos gustaría recibir.

El “desliz freudiano” más grande de Freud

Un trabajo extraño que se publicó en 1939…

Si se hubiese quedado en Viena, el cielo sabe qué humillaciones habría sufrido antes de ser asesinado junto a sus compañeros judíos. Por alguna razón, en este momento desesperado, Freud escribió un libro, (él lo describió originalmente como una “novela histórica”) en el que intentó demostrar que Moisés era egipcio. Han habido muchas especulaciones acerca del motivo por el cual lo escribió, y yo no tengo ningún deseo de aumentar esta lista.

 

Al comienzo del libro, hay un episodio muy curioso.

Freud nota que varios estudiosos han identificado un tema en común en las historias sobre la niñez de los héroes. El nacimiento del héroe está cargado con peligro. Como bebé, se expone a elementos o factores que normalmente llevarían a la muerte – en algunos casos colocados en una caja y siendo arrojados al agua – El niño es rescatado y atendido por padres adoptivos. Eventualmente, descubre su verdadera identidad. Es la historia sobre Sargo, Gilgamesh, Edipo, Rómulo y muchos otros. También es la historia de Moisés.

A esta altura, sin embargo, Freud nota que en un aspecto la historia de Moisés no es como las demás. Al contrario. En la historia convencional, los padres adoptivos del héroe son personas humildes, ordinarias y luego descubre su verdadero origen real.

La historia de Moisés es completamente al revés. Su familia adoptiva es real. Él es salvado por la hija del Faraón. Luego descubre su verdadera identidad, descubre que pertenece a una nación de esclavos.

Freud notó esto, pero no pudo ver el verdadero significado. En cambio, concluyó que la historia de Moisés era una invención diseñada para ocultar el hecho de que Moisés era el nieto del Faraón; que realmente era un príncipe de Egipto. Lo que Freud no comprendió es que la historia de Moisés no es un mito sino un anti-mito.

Su mensaje es simple y revolucionario. La Biblia sugiere que la verdadera realeza – es contraria a lo que supone nuestra sabiduría convencional. La verdadera realeza no  No es privilegio y riqueza, esplendor y palacios, sino . Es el valor moral. Moisés, descubriendo que es hijo de esclavos, encuentra la grandeza. No es el poder lo que importa, es la lucha por la justicia y la libertad. Si Moisés hubiese sido un príncipe egipcio, habríaubiese sido olvidado. Sólo siendo fiel a su pueblo y a Di-s, se convirtió en héroe.

 

Freud mezcla los sentimientos sobre su propia identidad. Él admiró a los judíos pero fue sordo a la música del Judaísmo. Es por eso, sospecho, que no vio que se encontraba cara a cara con una de las verdades morales más poderosas que enseña la Biblia. Aquellos a quienes el mundo desprecia, Di-s los ama. Un niño de esclavos puede ser más grande que un príncipe. Las normas de Di-s no son poder y privilegio. El criterio estáa en reconocer la imagen de Di-s en el débil, el impotente, el afligido, el que sufre y lucha por su causa. ¡Qué mensaje de valor podría haber enviado Freud a su pueblo en medio de la oscuridad!

Permitámonos por lo menos ahora ver lo que Freud no vió, que la historia de Moisés es una de las grandes narrativas de esperanza en la literatura de humanidad.

 



Tipos de nombres judíos II

Poner el nombre de una persona viva

1) La costumbre entre los ashkenazim es no nombrar a una criatura por una persona que está viva aún si esa persona vive en otro país. Algunos dicen que esta objeción es específicamente a nombrar por el padre de uno que está vivo, pero no hay objeción en ponerle nombre por otros parientes vivos.

2) La costumbre entre los sefaradim es de no preocuparse por esto. Por el contrario, ellos consideran que esto es una manera de honrar al padre y un amuleto protector para larga vida si un nieto recibe el nombre de un abuelo vivo.

3) La mayoría de las autoridades están de acuerdo de que no se debe dar al hijo el mismo nombre de uno. Sin embargo, entre los yemenitas, algunos tienen la costumbre de ponerle a sus hijos el mismo nombre que ellos.

4) Si el abuelo materno del niño pide que se le de a su nieto su nombre mientras está vivo, no hay motivo para prohibirlo.

5) Si alguno desea ponerle a su hijo el nombre de su padre fallecido, pero su padrastro-que tiene el mismo nombre-lo objeta firmemente, no puede nombrar al hijo como su padre solamente, pero puede agregar otro nombre a éste, y llamar al hijo por ambos nombres.

6) Si los abuelos materno y paterno del niño tienen el mismo nombre, y uno de ellos ha muerto, y [el padre] desea nombrar al niño como el abuelo fallecido-si el abuelo sobreviviente objeta, es mejor evitar hacerlo, dado que mucha gente se opondría también. Si embargo, si el abuelo fallecido tenía un sobrenombre, el nieto puede ser llamado por ese sobrenombre. Cuando el otro abuelo, tras una larga vida fallece, pueden llamar al niño por el nombre original también. Es más, pueden cambiar ligeramente el nombre del nieto o darle un nombre adicional para que use junto con el nombre del abuelo.

7) Una persona que está a punto de morir (agoniza) es considerada completamente viva al respecto (aún cuando la mayoría de esa gente muere). Una criatura no puede ser nombrada por él hasta que realmente muera.

Dar a una persona dos nombres

1) En ningún lado en el Talmud encontramos un Taná (sabio de la Mishná) o Amorá (sabio del Talmud) que sea llamado por dos nombres. Aún en los textos bíblicos no encontramos una persona que tenga dos nombres. Sin embargo, en estos días es común dar más de un nombre al mismo niño. Otros objetan que se le dé dos nombres a un niño, aún en estos días.

2) Un nombre único puede estar compuesto de dos nombres; por ejemplo, Shnei Or y Shem Tov.

3) Ocasionalmente, a un niño se le da un nombre propio por una persona, y un sobrenombre (nombre secundario por otra persona), aún cuando el sobrenombre no tiene relación con el nombre propio.

4) Si una persona enferma seriamente, se le da un nombre adicional.

5) Si el primer hijo de alguien muere como resultado de la circuncisión, y luego le nace otro hijo, algunos acostumbran darle a éste dos nombres.

6) Algunos dicen que los nombres de dos personas diferentes no deben combinarse y darse a un solo niño8. Otros no se cuidan mucho de esto.

7) No se le debe dar a un niño los nombres combinados de dos personas que estaban enemistadas una con la otra durante su vida, aún si ambos eran tzadikim.

8) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo los nombres combinados de su padre y su hermano (el tío de la criatura), sino que debe dar a la criatura el nombre de su padre únicamente.

9) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo los nombres combinados de su padre y su suegro, sino solamente el nombre de su padre. Otros discuten esto.

10) Uno no debe combinar el nombre de un miembro de su familia con el nombre de un Rebe.

11) Si a un niño se le dan dos nombres por dos personas diferentes, es apropiado llamarlo por ambos nombres.

12) Si los padres de uno están vivos, y tienen dos nombres, no hay objeción en darle a su hijo o hija uno de los dos nombres. Lo mismo se aplica al caso opuesto-o sea, el desea dar a su hijo dos nombres, y los padres tienen solo uno de los nombres.

Poner nombre por alguien que murió joven

1) No se debe poner un nombre por alguien que murió joven. En ese caso deben agregar otro nombre a éste, y el nombre agregado debe ser usado como el primer nombre. Algunos dicen que uno que murió antes de los cincuenta años es considerado como si hubiera muerto joven. Otros dicen que uno que murió antes de los sesenta, es considerado como si hubiera muerto joven.

2) Esta regla no se aplica a alguno que murió de muerte natural. Aunque haya muerto joven, un niño puede ser nombrado como él.

3) Cuando una persona que murió de muerte natural, falleció en la infancia, un niño no debe ser nombrado por él.

4) Si un tzadík fue asesinado en la juventud, algunos dicen que sin embargo debemos nombrar al niño por él, en vista del hecho que era un tzadík.

­­­­­­­­­­­­­­­­­Poner nombre a un niño de acuerdo al calendario

1) Una persona no debe nombrar a su hijo de acuerdo al año del siglo en que él nació. Por ejemplo: si fue el catorceavo año del siglo, no debe nombrarlo “David”, cuyas letras suman catorce.

2) Algunos tiene la costumbre de nombrar al niño de acuerdo a la parshá de la semana en la cual nació. Por ejemplo: en Parshat Shemot, el niño es nombrado Moshé o Aarón; o sea, como el personaje de la parshá de esa semana.

3) Si un varón nace en Shabat, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Shabsi (o Shabetai).

4) Si a un niño se le hace el brit en Rosh HaShaná, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Itzjak.

5) Si un niño nace en Iom Kipur, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Rajamim [“misericordia”].

6) Si un niño nace en alguna festividad, algunos tienen la costumbre de llamarlo Iom Tov. Si un niño es circuncidado durante Sucot, algunos tienen la costumbre de nombrarlo como el Ushpiz [“huésped”] de ese día.

7) Si un niño nace durante Janucá, algunos tienen la costumbre de llamarlo como el Nasí [“príncipe”] de ese día. Otros dicen que debe ser llamado Matitiahu. En algunas comunidades sefardíes ese niño es llamado Janucá.

8) Si un niño es circuncidado en Purim, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Mordejai.

9) Si una niña nace en Purim, algunos tienen la costumbre de llamarla Ester.

10) Si un niño nace al comienzo del mes de Nisán, algunos tienen la costumbre de llamarlo como el Nasí de ese día10, o nombrarlo como el mes, “Nisán”. Si un varón nace durante Pesaj, algunos tienen la costumbre de llamarlo Pesaj.

11) Si un varón es circuncidado en Tishá BeAv, algunos tienen la costumbre de llamarlo Menajem; si el padre o un hijo mayor se llama Menajem, entonces el niño es nombrado Nejemia. Algunos dicen que esto se hace solamente si la circuncisión tiene lugar después del mediodía.

12) Si una niña nace en Tishá BeAv, algunos tienen la costumbre de llamarla Bat Tzión.

 

Llamar al padre por su nombre

1) Está prohibido llamar al propio padre por su nombre.

2) Si el padre tiene el mismo nombre que otra persona, pero es un nombre poco común que usualmente no se encuentra; si el hijo desea dirigirse a algún otro con ese nombre, debe cambiarlo ligeramente.

3) Si el nombre del padre es uno que se encuentra comunmente, y el hijo desea dirigirse a otro con ese nombre, está permitido cuando no está en presencia del padre. Algunos dicen que está permitido aún cuando el padre está presente.

4) Si se le pregunta al hijo: “¿De quién eres hijo?”, está permitido responder: “Soy el hijo de Reb… “.

5) Si el padre está enfermo, y el hijo desea recitar la plegaria mi sheberaj por su salud, algunos dicen que no debe declarar el nombre del padre, sino que, en cambio debe decir: “… mi padre ben…”.

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Nombres hebreos para varones

A

Aba Abaie Abiasaf Abiel Abir Abraham Acco Adael Adar Adi Adiel Adif Adin Adino Adir Adiv Admiel Adna Adonia Adriel Agur Aharón Ahuv Ahuvia Ajidan Ajiel Ajiezer Ajiman Ajishar Ajitov Ajshalom Aliz Almagor Alon Am Amania Amaria Ami Amiad Amiasaf Amiaz Amicam Amidor Amiel Amiezer Amijai Amior Amir Amiram Amishalom Amishar Amitai Amok Amos Amram Anan Anania Aniam Ara Arad Arbel Ari Ariav Arie Ariel Armon Arzi Asa Asael Asaf Asaia Asher Ashir Asiel Atur Atzel Avdel Avi Avidor Aviezer Aviezri Avijai Avikar Avimael Avimelej Avinatan Aviram Aviraz Avishajar Avitzedek Aviv Avivi Avner Avshalom Az Azai Azazyahu Azriel

B

Barak Baram Bareket Baruj Bejaia Bejor Ben Ben Tzvi Benami Benli Benor Benshajar Benshem Berajia Betzalel Biniamin Bosem Buki

C

Calcol Calev Carmel Carmeli Carmi Carmiel Cush

D

Dael Dagan Dan Daniel Darkon Darom Datiel David Deuel Devir Dinai Dor Dori Dorian Dov Dror Drori Dvir

E

Eben Eden Eder Edi Efer Efraim Ehud Eitan Elad Eldor Eleazar Eletz Eli Eliahu Elian Eliel Eliezer Elisha Eljai Elkaiam Elkana Emek Enosh Erez Eshel Eshkol Evel Even

G

Gabi Gabriel Gad Galil Gamliel Gan Gani Goel Guefen Guershom Guevaram Guever Guibor Guidon Guil Guilad Guilam Guilboa Guior Guiora

H

Hadai Hadar Hadas Haleli Haran Harel Hevel Hod Hoshea

I

Idan Idbash Ieshaiahu Iezer Ilai Ilan Imanuel Isajar Ishmael Israel Itai Itamar Itzjak Ivri Iyar

J

Jabib Jabub Jadash Jagai Jai Jaim Jalfón Jalutz Jam Janina Janina Janoj Jasid Jazón Jaziel

K

Kadmiel Kadosh Kalil Kariv Karni Karniel Katriel Kerem Keren Kini Kinor Kishoni

L

Lael Lajma Lapidot Larom Lavi Lemuel Lev Levi Liad Liezer Lior Liran Litov Livni

M

Maaravi Maayan Magal Mahir Malkiel Malkiram Malkit Manos Maor Maoz Marom Maskil Matán Matanel Mati Matitiahu Matzav Megued Meir Menajem Meretz Meron Meser Meushar Mevaser Mija Mijael Mordejai Moshé Muna

N

Nadir Nae Naftali Nahliel Nahor Najman Najmiel Najum Narkis Natan Nati Natzjan Nazir Needar Nefesh Nejemia Nejmad Nes Netaniel Netzaj Nevo Nir Nirel Nisim Noad Noaj Noam Nojam Nuriel

O

Oded Ofer Ofri Ohad Ohel Ohev Oliva Omar Oni Or Oran Ori Oron Osher Osher (con Ayin) Oshiahu Ovadia Oz Ozel Ozer

P

Palal Paltiel Parnas Paz Pazi Pedael Pedatzur Pele Peniel Peraj Peretz Pesaj Pinjas

R

Raam Raanan Radai Rafael Rajam Rajmiel Ram Ranel Ratzon Raveh Raz Raziel Rejev Reuben Ritzia Rivai Roe Roguiel Romam Ronen Roni Ronia

S

Saadia Sarshalom Seadiá Sefi Seguel Shafir Shalom Shamash Shamir Shefa Shemtov Shiftan Shimon Shimshai Shimshon Shlomo Shmuel Shneur Shoham Sigal Siman Simja Snir Sodi Sofer Stav

T

Tajash Tal Talmor Talor Talshajar Tamir Teddy Telem Tikva Til Tili Timni Tirosh Tiv Tivi Tivoni Toi Toju Tomer Tov Tovli Tshuva Tumiel Tzadik Tzafra Tzavar Tzemaj Tzidkiel Tzipor Tzur Tzvi Tzviel Tzvika

U

Ucal Udi Uni Upaz Uriel Ushri Uzi

V

Vardi Vardimon Vardinon

Y

Yaacov Yadid Yadin Yae Yafim Yaguen Yahali Yahalom Yair Yajdiel Yajil Yakar Yalon Yamin Yanai Yanir Yaniv Yanuaj Yanuv Yarden Yarin Yatmiel Yedael Yedid Yedidia Yejezkel Yejiel Yerajmiel Yeshaiahu Yesher Yfad Ygdal Yoel Yofiel Yona Yonatan Yoran Yosef Yotam

Z

Zahav Zait Zamir Zeev Zehavi Zeiri Zejaria Zemaria Zeraj Zevulun Zikaron Zimran Ziv Zohar

Nombres hebreos para mujeres

A

Abigail Abira Ada Adaia Adama Adamit Aderet Adifa Adila Adina Adira Ady Aharona Ahava Ahouva Ahouvit Ajuzá Alexandra Alina Alissa Alitza Alona Alonit Aluma Alumit Amira Amit Anat Anava Ariela Armonit Arnit Arusa Asherit Ashira Ashna Atara Atheret Avia Aviela Avishama Avishav Avital Avitzur Aviva Avna Avramit Ayelet Ayeleth Hashajar Azalia Azriela

B

Baram Bat Bat Am Bat Sheva Bat Shir Bat Tzión Batia Batiofi Bator Batshajar Batshemesh Batsheva Batsion Bedola Beera Behirá Bejira Besora Bilha Biniamina Bitania Bitia Bosem Braja Bruria Buna

C

Calanit Carmela Carmelit Carmil Carmit Carnit Coranit-

D

Dafi Dafna Daiana Dalia Dalit Dana Dania Daniela Danit Dar Darit Darona Debora Deganit Devir Dina Dora Doria Dorit Drora

E

Edit Edna Efa Efrona Eila Einat Eitana Eitanit Ela Eliana Elina Eliora Emuna Eshkolit Esronit Esther Evrona

G

Gabriela Gaby Gadia Gadit Gafna Gal Gali Galila Galit Galor Gana Gani Gania Garnit Gazit Golana Golda Gueula Guevura Guibora Guidona Guila Guilia Guilit Guira Guittit, Guitl Guivá

H

Hadar / Hadara Hadasa Hagar Hagit Harela Hatzlaja Haviva Higuera Hili Hinde Hodi

I

Iael Ida Idanit Idit Iejolia Ila Ilana Imanuela Inbar Ioná Iris Irit Iscah Israela Isska Ita Iti

J

Jaguit Jaia Jana Jasidá Java Javiva Jazmín Johana

K

Kadia Kadima Kadisha Kanit Karmi Karnit Kedma Keilah Kelil Kelila Kerem Keren Kerenor Keshet Keter Kinar Kineret Kiria Kojava Kvuda

L

Laila Lea Leuma Levana Libi Lilaj Lili Lilia Limor Liora Liraz Lital

M

Maaja Maanit Maayane Magui Malbina Malka Manguina Mara Margalit Marganit Mazal Mehira Meifat Meital Melitsa Menuja Merav Metuka Micaela Michbaha Mijael Milat Milka Miriam Myriam

N

Najat Naomi Natali Nataneli Navit Nediva Neemaná Neguina Nehira Nejama Neta Nirit Nizrit Noa Nofek Nofia Noga

O

Oda Odera Ofna Ofra Or Orel Orit Orla Orli Orna Ornat Ozna

P

Peer Peninit Peraj Pilea Pileith Pilit Pirjia Piuta Pnina Pora Prili Primor

R

Raanana Rajel Rajmiela Rama Raziela Razli Razzi Razziella Reihana Renana Renanith Revital Rika-rikki Rilli Rimona Rina Rinath Rinatia Rishona Ritzpa Riva Rivka Roma Roni Ronit Rujama Ruth

S

Saada Safira-safirit Sagnit Sahar Salmia Sara Sarai-sari Saviona Shalva Shani Sharon Shifra Shiraz Shirit Shirly Shlomit Shoam Shoshana Shulamit Sigal Sigalia Sigalit Sima

 

T

Tal Tal Or-talora Tali Talia Talshajar Tamar Tamara Tami Tamy Telalit Telat Telila Tikva Tjula Tova Tovit Tzipi Tzipora Tzivia

U

Ufara Umarit Uriela Usheret Uziela

V

Varda Vardia Vered Vida

Y

Yaara Yafa Yahava Yardena Yasmin Yedida Yehudit Yemina Yojana Yona Yonit Yorit

Z

Zehava Zemira Zirel Ziv Zivia Zivit Zorahat Zuria Zuriela Zuvit

Tipos de nombres judíos

Primera parte

Bíblicos:

mencionados en los cinco Libros de la Torá o en los Profetas, tales como Abraham, Moshé, Daniel, Dina, Sará.

Talmúdicos:

los que se originan en el Talmud y el Midrash, como por ejemplo, Meir y Jaim.

Derivados de la naturaleza:

algunos mencionados en la Biblia como Java, Devorá, Tzipora y lona; nombres de árboles y frutas, como Tamar, Shoshana, Alón, Oren, Orna y Aviva. De animales, como ser Aryeh, Tzvi y Zeev, que surgen de las bendiciones que Iaacov y Moshé dieran a las diferentes tribus antes de su muerte.

Los que incluyen el nombre de Di-s:

Emanuel, Guedaiah, Shmuel e Ishaiahu. Otros, como lehudá, expresan gratitud hacia Di-s. Nombres de ángeles que han sido adoptados por personas: Mijael, Rafael y Gabriel.

EL NOMBRE ES FUENTE DE VIDA

El nombre dado a la persona está intrínsecamente ligado a su alma y su vida.

Realmente actúa como el canal por medio del cual la fuerza vital fluye al cuerpo. Cada letra tiene una Fuerza Divina única; de esa manera, cada objeto creado tiene su propia forma y su esencia especial directamente ligados a las letras hebreas que forman su nombre.

De la misma manera, la vida del alma, mientras está en el cuerpo de la persona, llega a través de las letras hebreas que forman su nombre.

Según el Midrash Bereshit Rabá 17, Di-s le dijo a los ángeles que la sabiduría de Adán era superior a la de ellos porque él pudo reconocer la raíz espiritual de cada animal y darle su nombre hebreo en concordancia. También se menciona que cuando se quiere volver a la vida a una persona desmayada, se le debe llamar por su nombre judío, porque ello despierta su fuente vital y regresa su alma al cuerpo, reanimándola.

El Talmud ofrece numerosos ejemplos que demuestran el tipo de influencia que el nombre puede ejercer sobre el carácter de una persona.

Rabí Meir tenía la costumbre de preguntarle a la persona su nombre antes de cerrar cualquier trato con ella. Rabí Iosef Caro, autor del Shulján Aruj -Código de Leyes Judías -estableció que alguien que se llama Abraham estará naturalmente inclinado a hacer el bien, como lo hizo el patriarca Abraham, mientras que quien se llama Iosef seguramente tendrá la tendencia a alimentar a otros, bien sea en un plano físico o espiritual, tal como lo hizo Iosef en Egipto.

Nos llamamos Semitas porque descendemos de Shem, que significa Nombre.

Llamamos a Di-s HaShem, “EI Nombre”. En otras palabras, nuestra relación con los nombres es de naturaleza mística; sugiere un elemento misterioso e imperceptible, cuyas raíces se adentran en lo desconocido.

¿Quien pone el nombre?

Sólo el padre y la madre tienen el derecho de ponerle el nombre a sus hijos.

El Arí Z”L, Rabí Isaac Luria, padre de la Escuela Luriánica de la Cabalá, escribe que cuando un niño nace, Di-s pone en boca de los padres el nombre que corresponde al alma de este niño. Aun cuando el privilegio de poner nombre al niño se alterna entre el padre y la madre, hay diferentes costumbres acerca de a quién le corresponde el nombre del primer hijo.

En caso de dudas, se debe consultar al Rabino. No es apropiado hablar sobre el nombre del niño antes de su nacimiento. Tampoco corresponde registrar su nombre antes de la circuncisión en el caso del varón o el nombramiento en la Aliá a la Torá, en el caso de una niña.

Cuando nace una niña, es preferible darle nombre en la primera oportunidad en que haya Lectura de la Torá, el lunes, el jueves o el sábado en la mañana. Se acostumbra celebrarlo con una comida festiva.

La costumbre de Ashkenazí es la de no poner a sus hijos el nombre de personas en vida, mientras que en la tradición sefaradí se considera un gran honor para el padre dar a su hijo el nombre de su padre, el abuelo del niño. Si los abuelos de ambas partes tienen el mismo nombre y uno de ellos ha fallecido, no es correcto ponerle su nombre al niño, si el abuelo que vive se siente ofendido.

Si el padre tiene en mente un nombre para el niño, pero por error le dice al Mole -quien practica la circuncisión- un nombre distinto, hay que ponerle al niño el primer nombre. Se puede dar a un niño el nombre de una persona que haya fallecido enseguida después que el bebé haya nacido. A un huérfano que haya nacido inmediatamente después de la muerte de su padre se le debe dar el nombre de este. Hay quienes acostumbran dar al niño el nombre de alguna persona mencionada en la Sección Semanal de la Torá.

Un niño que muere antes de recibir su nombre, lo recibe antes de su sepultura. Algunas personas tienen la costumbre de llamar a la niña nacida en Purim con el nombre de Ester, y al niño con el de Mordejai.

¿Quién tiene derecho a ponerle nombre a un niño?

1) El padre y la madre tienen el derecho de ponerle nombre a su hijo.

2) Ninguna otra persona (aparte de los padres) tiene el derecho de ponerle nombre al niño.

3) Con respecto a quien de los dos (el padre o la madre) tiene prioridad para nombrar a su hijo primogénito-hay diferentes costumbres. De acuerdo a una costumbre, el derecho a nombrar al primer hijo pertenece al padre, el nombre del segundo hijo pertenece a la madre, y así, alternativamente.

4) Algunos dicen que esta práctica también cumple con la obligación de honrar al padre, si alguno llama al primer hijo como su padre (o sea el abuelo del niño). Por el otro lado, si él no llama al niño como su padre, denigra su honor; esto implica una prohibición, y él será castigado por ello.

5) Algunos dicen que si uno da el nombre de algún miembro de la familia de su padre (no necesariamente de su padre mismo), esto también constituye honrar al padre.

6) Otros están en desacuerdo, diciendo que solamente si los padres del niño no tienen padres vivos, deben primero nombrar al hijo como su padre (o sea el abuelo paterno del niño). Sin embargo, si los padres del niño tienen padres vivos, el derecho de nombrar al primer hijo corresponde a la familia de la madre.

7) De acuerdo con otra costumbre, el derecho de nombrar al primer hijo pertenece a la madre.

8) Algunos tienen la costumbre que el nombre de una hija pertenezca a la madre.

9) Si a un niño se le dan dos nombres, uno el de su abuelo paterno, y el otro como su abuelo materno, el nombre de su abuelo paterno debe ir primero.

10) Si la madre del niño le pone el nombre y luego llega el padre y desea darle un nombre diferente, algunos dicen que el padre puede cambiar el nombre. Otros dicen que el nombre dado por la madre queda como el verdadero y el padre no puede cambiarlo. Aún hay otros que dicen que el padre puede agregar un nombre, pero no cambiar el nombre completamente.

Sin embargo, si la madre ha suprimido el nombre del padre enteramente, o sea, han llamado al niño “ben… (hijo de…)”, usando el nombre de otro hombre en lugar del padre real, el nombre dado en el brit es nulo e inválido, como si al niño no se le hubiera dado nombre del todo.

11) Si nace una niña y su madre le da un nombre (a través de su padre-el abuelo materno de la niña-quien sube a la Torá y le da el nombre), y el padre de la criatura está en otro lugar en ese momento (sin saber que le han dado a ella un nombre), y le da un nombre diferente, el nombre dado por el padre es el verdadero.

12) Si el primer hijo muere antes de que se le dé el nombre (o sea, antes del brit), el derecho de dar nombre al próximo hijo es retenido por aquel a quien el derecho le pertenecía originalmente.

13) Si nacen mellizos, y el que nace primero es débil, requiriendo que su circuncisión sea postergada; y el segundo hijo es saludable, y es circuncidado en fecha; el derecho de nombrar a este segundo hijo pertenece a aquel que tenía originalmente el derecho (aún a pesar de que esa criatura nació segunda).

¿Cuando se debe dar nombre a un niño?

1) El tema de qué nombre darle al niño no debe ser discutido antes que la criatura haya realmente nacido.

2) El nombre del niño no debe ser registrado en las oficinas de las autoridades civiles antes del brit.

3) La costumbre es darle el nombre al niño inmediatamente después de haberlo introducido en el pacto de Abraham Avinu, el Brit.

4) Un niño que ha nacido circuncidado es nombrado en el momento de hatafat dam brit.

5) Con respecto a un niño que no puede ser circuncidado en tiempo, hay varias costumbres acerca de cuándo ponerle nombre. Algunos dicen que es nombrado cuando el padre es llamado a la Torá. Otros dicen que es mejor preocuparse en nombrar al niño en el transcurso de los ocho días del nacimiento, luego la obligación es delegada sobre él, y así, posteriormente él puede ser catalogado como incircunciso. Otros tienen la costumbre de postergar el darle el nombre hasta el brit, aún cuando éste ocurra muchas semanas después.

6) Si el niño es un varón primogénito, y están obligados a redimirlo, y el brit debe ser postergado; se le da el nombre en el momento del pidión haben (redención del primogénito), y no se debe esperar hasta la circuncisión.

7) Si nace un niño y es necesario orar por su salud, se le debe dar el nombre inmediatamente, y entonces se puede orar por él.

Dar a un varón un nombre femenino y viceversa

1) Algunos dicen que se puede nombrar a un hijo varón como a una mujer. Otros sostienen que es mejor no convertir un nombre femenino en uno masculino.

2) No es apropiado nombrar a una niña como a un varón. Algunas autoridades disienten, y tienen la costumbre de dar nombres de hombres a mujeres.

Nombres comunes tanto para hombres como para mujeres

1) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo un nombre que es común tanto para varones como para mujeres.

2) Algunos toman cuidado de no casarse con una mujer cuyo nombre es el mismo que el de ellos.

3) Si un novio tiene el mismo nombre que su futura suegra, o si la novia tiene el mismo nombre que su futuro suegro, no hay motivo para preocuparse, y la novia y el novio pueden casarse uno con el otro.

Nombres que contienen el nombre de Di-s

1) En los días de antaño la gente prefería dar a sus hijos nombres que contenían el Nombre de Di-s, o nombres que expresaban alabanza y agradecimiento a Di-s. Por ejemplo, el prefijo E-l en los nombres Elkaná, Eljanán, Eliezer, Elazar; el prefijo I-h en los nombres Iehoshúa, Iehoiakim, Iehoiadá; el sufijo E-l en los nombres Shmuel, Ierajmiel, Iejezkel; el sufijo I-h en los nombres Ieshaiah, Ovadiáh, etc.

2) Cuando se escribe el nombre de Di-s-por ejemplo, Elokim-un guión debe ser insertado en la palabra [E-lohim].

3) Con respecto a nombres que contienen el Nombre de Di-s, no estamos obligados a insertar un guión entre las letras que forman el Nombre de Di-s (por ejemplo, Shmue-l). Sin embargo, algunos practican un grado de piedad extra y acostumbran insertar un guión entre las letras iud-hei o entre las letras alef-lamed.

4) Con muchos nombres, nosotros llamamos a la persona por su correspondiente sobrenombre. Por ejemplo: Eljanán = Jone; Eliahu = Eli; Eliezer = Leizer; Guedaliahu = Guedalia; Iehudá = Iudl. La razón para esto es que esos nombres contienen el Nombre de Di-s.

Poner a los hijos nombres de lugares

Encontramos en el Tanaj nombres de personas que son idénticos a nombres de lugares. Por ejemplo: Efrat es el lugar donde Rajel Imenu murió y fue sepultada (Génesis 48:7). Este nombre también aparece en las Crónicas 2:19 como el nombre de la esposa de Calev. Similarmente, Edóm, el nombre de un lugar, es mencionado en Parshat Toldot como el nombre de Esav. Hay otros casos similares.

2) En nuestros días hay algunos nombres recientemente inventados, usados principalmente en Eretz Israel, que son al mismo tiempo nombres de lugares y nombres de personas. Por ejemplo, los nombres masculinos Arnon, Givón, Geva; y los nombres femeninos Kineret, Eilat, Carmella, etc.

3) Hay quienes dicen que no se debe dar al hijo dos nombres, uno de los cuales sea también un nombre de lugar, como Reuven Jevroni, pues más tarde esto puede resultar en problemas legales.

 

Libro: ¿QUE HAY EN UN NOMBRE? de EDITORIAL BNEI SHOLEM

Un amor proveniente de una relación de odio

En esta Parshá, leemos sobre Balak, el rey de Moab, quien está mortalmente asustado de los judíos que se encontraban acampando justo en el límite de su nación. La Nación Judía había logrado sin esfuerzo defenderse y conquistar las tierras adjuntas de los dos grandes reyes Amoritas, Sijón y Og, y Balak temía que su tierra fuera la siguiente. Así que mandó a llamar a Balaam, un brujo y profeta no judío, y lo contrató para maldecir a los inminentes invasores. Su plan fue contraproducente ya que Di-s transformó las maldiciones de Balaam en una cascada de elocuentes bendiciones.

Es interesante no obstante, que los temores de Balak no tuvieran fundamentos, y sus esfuerzos fueron en vano. Ya que él no sabía que Di-s había instruido a los judíos que “No provoquen una guerra con los Moabitas” (ya que Moab era un prometido como heredero para los descendientes de Lot). Ahora, mientras que no se le podía echar la culpa a Balak por no saber sobre este edicto Divino emitido a los judíos, Balaam, un profeta que “escuchó los dichos de DI-s y percibió los pensamientos del Altísimo” sabía sobre la neutralidad que debían mantener los judíos con los Moabitas.¿Por qué no le aconsejó a Balak: “Amigo, tu tranquilidad no debe ser perturbada; los Judíos no suponen ninguna amenaza”?

Es precisamente esta pregunta la que lleva al comentarista bíblico Rashi concluir con que “Balaam detestaba a los judíos más que Balak”. Balak odiaba a los judíos, pero por buenas razones; en su estimación, ellos presentaban una amenaza mortal para él y para sus ciudadanos. Balaam, por el otro lado, como muchos antisemitas en el correr de los siglos, odiaba a los judíos sin motivo alguno. Era un odio esencial que iba más allá de la razón, un odio que era cualitativamente mayor que el del Balak. Y como tal, aprovechó la oportunidad de maldecir a los judíos, aunque sabía muy bien que el temor de Balak era infundado.

Di-s no previno a Balaam de dirigirse a los judíos; ni siquiera reemplazó las maldiciones de Balaam con nuevas bendiciones. En vez de eso, Él “transformó la maldición en bendición”. Como explica el Talmud, las bendiciones de Balaam eran en verdad las mismas maldiciones que él intentaba pronunciar…pero ligeramente re fraseadas para transformarlas en bendiciones.

El transformar un odio lógico (del estilo de Balak) en amor, hará que ese amor también sea lógico; un amor basado y medido de acuerdo a las cualidades y valor del que es amado. Pero transformar un odio completamente infundado e ilógico en amor, traerá como resultado las bendiciones de Balaam: una efusión de amor infinito y esencial. Un amor que trasciende toda lógica y razón, el amor que Di-s alberga por cada uno y uno de Sus hijos.

No es sorprendente entonces, que las bendiciones de Balaam sean un vehículo para la profecía sobre la redención Mesiánica: “La veo, pero no ahora; la observo, pero no pronto. Una estrella (el Mashíaj) ha salido de Iaakov, (…)…e Israel triunfará”Ya que será durante la Era Mesiánica, que el amor esencial e infinito de Di-s por Su pueblo, como fue expresado en las bendiciones de Balaam, finalmente se manifestará”.

Por Naftali Silberberg



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El Pozo de Miriam y las Nubes de Gloria de Aarón

En el mérito de Miriam, Di-s proporcionó a los Hijos de Israel agua de un pozo que los acompañó en sus viajes durante los 40 años de su peregrinación por el desierto. También estaban protegidos por las “nubes de gloria” que los rodeaban dondequiera que iban, en mérito de Aarón, hermano de Moshé. Parshat Jukat, cuenta la muerte de Miriam y cómo el pozo que Di-s había dado a los judíos en su mérito dejó de fluir cuando falleció. La Torá relata que los iehudim vinieron a Moshé y Aarón y se quejaron.   Di-s hizo fluir el pozo una vez más, esta vez en el mérito de Moshé. Si nos adelantamos un poco a la muerte de Aarón, vemos que los iehudím no estallaron en llanto y queja cuando fueron quitadas las nubes de gloria. Estas nubes no eran menos necesarias en el desierto que en el pozo, ya que protegían del sol y de los vientos del desierto, abrían el camino ante ellos, mataban a las serpientes y escorpiones, y mostraban en qué dirección viajar. ¿Por qué no protestaron tan enérgicamente como con la remoción del pozo de Miriam?

 

Nuestros Sabios dicen que, en realidad, había dos tipos de nubes. Un tipo los protegía de los elementos peligrosos, y el otro, tenía el único propósito de “gloria”: demostrar el honor y estima que Di-s tenía a Israel. El último tipo de nubes fueron las que cesaron después de la muerte de Aarón. Las nubes que eran necesarias para el bienestar de los judíos en el desierto nunca fueron retiradas y continuaron protegiéndolas como antes. Los judíos no protestaron después del fallecimiento de Aarón porque no necesitaban las nubes de gloria para su supervivencia en el desierto.

 

La pregunta sigue siendo: si Di-s hizo que el pozo de Miriam fluyera nuevamente en el mérito de Moshé, ¿por qué no restauró las nubes de gloria que fueron removidas después de que Aarón falleció? ¿No era Moshé suficientemente grande como para merecer esto también?

 

Di-s proporcionó el pozo y las nubes de gloria debido a los méritos personales de Miriam y Aarón. Cuando fallecieron, dejaron de existir. Este no fue el caso, sin embargo, con Moshé, el pastor del pueblo judío, que cuidó de las necesidades de su rebaño. Cuando los Hijos de Israel requerían algo, Moshé estaba allí para proporcionarlo, no por su mérito personal, sino porque era necesario para ellos.

Es por eso que el pozo fue restaurado, mientras que las nubes de gloria no lo fueron. La gente necesitaba beber, pero en realidad no necesitaba las nubes, que eran solo en su honor. Moshé, en su papel de líder, se aseguró de que los judíos no sufrieran por la falta de agua. Vemos en esto la grandeza de un verdadero líder de Israel, cuya preocupación radica únicamente en satisfacer las necesidades físicas y espirituales del pueblo judío. La devoción de Moshé fue tan grande, que los judíos continuaron comiendo el man, que cayó en su mérito, 14 años después de que él falleciera.



El día menos esperado llegó

Recuerdo haber escuchado la noticia, el domingo por la mañana (horario en Israel), y correr hacia el aeropuerto. Había llegado al cementerio horas después del funeral.

Nosotros (mi señora, mi hija de 20 meses y yo) habíamos traído nuestra ropa en una mochila, ya que teníamos pensado regresar a Tel Aviv esa misma noche. Nos quedamos siete días, de los cuales la mayoría de ellos los pasé en la oficina en 770, Eastern Parkway trabajando en un número de “Week in Review”, un resumen semanal de las enseñanzas del Rebe que editaba en ese momento. Recuerdo haber observando con asombro lo que estaba sucediendo, y lo que no, en la comunidad de Jabad-Lubavitch.

Casi todo lo imaginable estaba sucediendo, a excepción de lo previsible y natural que todo el mundo esperaba que ocurriera. Había conmoción e incredulidad, dolor y agonía. Habían desacuerdos y muchas respuestas sin responder.

Pero no había desesperación, ni tampoco parálisis. Cada uno de los emisarios del Rebe, discípulos y seguidores se preguntaban a sí mismos: “¿Qué debería estar haciendo?” y lo hacían.

Recuerdo haber pensado: El Rebe, quien ha redefinido prácticamente cada aspecto de la vida, también ha redefinido la muerte.

Así era el camino del Rebe. Él podía, por ejemplo, considerar el concepto de “trabajo”. Con pasos seguros, aprovechando la sabiduría de la Torá y la verdad de la experiencia cotidiana, demostraría que el trabajo es igual a la creatividad, la creatividad es igual a la sociedad humana con el Creador, y la asociación humana con el Creador es la razón de ser de la vida humana .

Esta verdad, por supuesto, se dijo hace miles de años por el Versículo: “El hombre ha nacido para ir a trabajar”. Pero esa declaración, que siempre nos ha atascado como un melancólico hecho de la vida, se convirtió, en manos del Rebe, en la clave para la comprensión de lo que nos hace funcionar y lograr satisfacciones en nuestros labores diarios.

 

Él hizo lo mismo con “matrimonio”, “amor”, “lluvia”, etc. El solía tomar un fenómeno natural, una curiosidad cultural, una actividad diaria, y cuando terminaba de analizarlo y aplicarlo, era algo diferente. No, era la misma cosa que siempre fue, pero en la claridad de su visión, su esencia era expuesta, revelando cuán escasa y superficial era nuestro concepto previo.

En una de sus charlas, el Rebe citó el dicho Talmúdico que “El sueño es la sexagésima parte de la muerte”. Bueno, dijo el Rebe, si el sueño es una forma de muerte, entonces la muerte es una forma de sueño. El sueño no es una terminación o incluso una interrupción de la vida, es un momento de Fomento, el cual el cuerpo y el alma recuperan sus energías para levantarse fresco y renovado el próximo día. Así es la muerte. La muerte, dijo el Rebe, es un “descenso en aras de subir”.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? La preguntas sin responder siguen sin respuesta. Pero sabemos lo que debemos hacer, y lo estamos haciendo. Puedes verlo por ti mismo, si resides en el planeta tierra, probablemente te encuentres a poca distancia de un Centro de Jabad Lubavitch.

El Rebe nos ha entrenado bien.

Por: Yanki Tauber



La Torá y la mujer

En la Parshá de Itró la Torá nos relata la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, por medio de Moshé Rabeinu. 

Cuando iba a ser entregada la Torá, Di-s le dijo a Moshé: “Así hablarás a la casa de Iaakov y dirás a los hijos de Israel”. ¿Quién es la Casa de Iaakov?, nos contesta el Midrash: “se refiere a las mujeres”. El Midrash agrega que con respecto a los hombres está escrito “y dirás”, que denota dureza, en cambio a las mujeres hablarás debía dirigirse de una manera blanda y delicada.

Pero esta no es la única diferencia. El Mejilta señala otro punto: Di-s le ordenó a Moshé entregar a las mujeres los lineamientos generales de las mitzvot (preceptos), y a los hombres los detalles de las mismas.

BASES Y REGLAS

A primera vista podríamos pensar que con esto se desvaloriza a la mujer: se le habla de una manera delicada, y además se le entrega los preceptos de una forma sucinta, partiendo de la base de que no podrían profundizar ni entender demasiado los pormenores de la Torá. Pero cuando analizamos lo que dice el Mejilta, comprenderemos todo de un modo distinto. “Encabezamiento de los preceptos” no se refiere a la parte “fácil” sino a la base esencial y las reglas fundamentales. Es decir, Hashem le ordenó a Moshé entregar a las mujeres las bases y normas de la Torá de las cuales se desprenden todos los detalles de las leyes judías que luego debían ser transmitidas a los hombres.

LA VIRTUD DE LA MUJER

Las reglas y bases constituyen la esencia de la Torá. De la misma forma fue el orden en la entrega de los Diez Mandamientos. Los dos primeros “Yo Soy Di-s…” y “No tendrás otros dioses” son el núcleo esencial de la Torá. El primero es la raíz de los 248 preceptos “ de hacer” y el segundo de los 365 de “no hacer” (véase Tania I cap. 20). Vemos pues que la regla general constituye la esencia de toda la Torá.

Así también las mujeres recibieron la esencia de la Torá. A ellas les fueron entregadas las reglas fundamentales y bases de la misma, mientras que a los hombres se les entregaron los detalles que constituyen un nivel inferior. Resulta entonces que la Torá destaca la virtud de la mujer en lo que respecta a la entrega de la Torá .

LA FE ILUMINA

La razón de lo antedicho es que en la mujer brilla la luz de la fe y el temor a Di-s de manera más revelada. Hashem creó a la mujer de manera tal que el intelecto no se superponga a su personalidad, impidiendo así que su fe se vea tapada y debilitada. Es por eso también que la mujer está ligada a la esencia de la Torá. Y por eso también la pertenencia al pueblo de Israel depende de la madre y no del padre.

Esta virtud está relacionada también con la Redención del Mashiaj. Así como en la salida de Egipto los judíos fueron liberados de la esclavitud por el mérito de las mujeres judías de esa generación (como lo explican nuestros Sabios), de la misma manera, “ como en los días que saliste de Egipto os mostraré maravillas”, también el Mashiaj vendrá en mérito de las mujeres de Israel. Entonces podremos estudiar la Torá del Mashiaj, quien nos revelará a todos la “regla general” de la Torá, la esencia más íntima de la Torá, muy pronto en nuestros días.

Likutei Sijot, tomo 31, pag 93.