El derecho de no saber

“El saber otorga poder”, dice el conocido cliché. Como la mayoría de los clichés, este es cierto. Si hubiéramos sabido que nuestro nuevo socio estaba a punto de quebrar antes de firmar un trato con él; si supiéramos si nuestro amado realmente nos quiere o no, nos sentiríamos más al mando de nuestro destino.

Pero todo tiene un límite. Imaginemos saberlo todo. Supongamos que la persona puede saber exactamente cuándo y cómo morirá. Que conozca con anterioridad cada detalle de su matrimonio; la razón de cada discusión y el momento de la reconciliación. Imaginemos que todas las acciones que tomarán lugar a lo largo de nuestra vida estarían registradas en un “diario de abordo” gigante, con las consecuencias de cada una de ellas anotada a su lado. ¿Sentiríamos que dominamos nuestra vida? ¿O nos consideraríamos marionetas que son llevadas paso a paso? Es posible que “el saber es poder”, pero el saber absoluto puede provocar impotencia y dificultad de reacción.

***

En el capítulo 49 de Bereshit leemos que Iaakov, antes de fallecer, convocó a sus hijos alrededor de su lecho, prometiendo revelarles “lo que sucederá al final de los días”.

Pero al estar todos allí, los bendijo y les asignó el rol de padres de las tribus del Pueblo de Israel. Sin embargo, nada dijo sobre lo que sucederá “en el final de los días”. Nuestros Sabios nos explican que Iaakov tenía la intención de revelarles la fecha de la llegada del Mashíaj, pero en ese momento la Presencia Divina se apartó de él, y nuestro Patriarca comprendió que no debía contar nada de ello. Y por eso una de las cuestiones más vitales permanece en el misterio.

¿Pero por qué es importante no saber?

Es preciso el desconocimiento porque Di-s desea un socio creativo e independiente en Su empresa, por lo cual hizo de la vida un misterio. Si fuésemos conscientes del significado final y absoluto de cada una de nuestras acciones, éstas carecerían de vida, y nos parecerían aburridas letras de una obra, que toda la audiencia ya ha leído.

Es únicamente porque cada uno de nuestros actos, elecciones y decisiones están allí frente a nosotros, y sus consecuencias permanecen en la oscuridad del futuro desconocido, que las elecciones son realmente nuestras, las decisiones son un verdadero ejercicio de voluntad, y que cada una de nuestras acciones son una contribución a nuestra sociedad con Di-s en la Creación.

* Yanky Tauber

¿A qué edad las niñas deberían comenzar a encender las velas de Shabat?

Rabi Menajem Mendel Schneersohn, el Rebe de Lubavitch, pidió firmemente que las niñas comenzaran a encender las velas de Shabat tan pronto como puedan recitar la bendición de la misma, lo cual generalmente ocurre a los tres años. A esa edad nuestra Matriarca Rivka comenzó a encender las velas.

El Rebe señaló que en Europa, antes de la guerra, era la costumbre de muchas comunidades que las jóvenes encendieran velas de Shabat. Debido a la guerra, la escasez de velas, los apagones, etc., esta costumbre se suspendió. Por lo tanto, el hecho de que las chicas jóvenes encienden las velas, es en realidad un regreso a una hermosa costumbre milenaria.

Cuanto antes se le enseñe a la niña la belleza de la luz de la Torá y de las Mitzvot, mejor. Algunos opinan que comenzar a esta edad no es necesario, o que la mujer debería comenzar a encender cuando se casa y comienza su propio hogar, sin embargo, una luz adicional nunca lastima a nadie. La necesidad de luces adicionales se siente especialmente hoy en día, ya que nos encontramos en una época en la que lamentablemente todo tipo de influencias seculares “oscuras” se impregnan a la sociedad, muchas de las cuales se infiltran en el hogar también.

Claro está que una niña de tres años no puede encender la vela por su propia cuenta. Cuando una madre con su hija encienden las velas, primero se debe asistir a la niña y luego encender las suyas. 

El hijo violento y el niño de mamá

¿Cómo es que Iaakov y Esav terminaron siendo tan diferentes? Mismos padres, misma crianza, la misma leche materna, y sin embargo, son drásticamente diferentes entre ellos.

De hecho, proveen una metáfora para la batalla interminable que reina en nosotros: El Divino Iaakov y su deseo de trascendencia versus el instinto Esav, con su insaciable auto satisfacción.

Todos tenemos nuestros temas, nuestros lugares a los que preferimos no volver. Esav nace pelirrojo y tan peludo como un adulto, y así quedó: Edom: rojo, intenso, impulsivo, violento. Desde el día de su nacimiento, se ve a sí mismo como una creación estática; y eso es lo que es, y eso es lo que será hasta muera. No ve otra razón para solucionar las cosas con su hermano, para dirigirse al “otro lado”. Él es simplemente Esav.

Iaakov también nace con sus cosas. Tímido, ratón de biblioteca, el “niño de mamá”. Pero, está dispuesto a reconocer y a enfrentar a Esav. Se viste con las vestimentas de Esav, y le dice a su padre que él le va a cazar la carne. Iaakov lo mira a Esav a los ojos.

Es tenebroso. ¿Puede uno vestirse como Esav y sin embargo, no convertirse en Esav?

Iaakov lo logra, impresionando a su padre lo suficiente como para asegurarse la bendición, y es dejado sólo, para hacer frente al nuevo ser que acaba de descubrir, a traerlo al mundo cruel y bruto que está fuera de la carpa, en donde Esav está cómodo. Pasa años como un pastor en la casa de Laban. Prospera, a pesar de las dificultades en el camino. Eventualmente, se siente lo suficientemente poderoso para encontrarse con su hermano, aquél al cuál una vez temió.

Todos tenemos nuestros temas, nuestros lugares a los cuales preferimos no ir. La forma más fácil es dejar a los perros durmiendo, y dejarlos ser lo que son. Heridas descubiertas sólo parecen evocar sentimientos dolorosos. Pero, si no nos dirigimos a nuestros temas, simplemente van a la deriva. Si no hacemos frente a Esav, nos convertimos en Esav.

Y esa es la diferencia entre ellos. Iaakov y Esav cada uno tiene “el otro lado”; Iaakov estaba dispuesto a reconocerlo y a lidiar con él, mientras que Esav optó por ignorlarlo.

Nosotros tenemos la elección. Como Shem le dijo a Rivka cuando estaba embarazada de los mellizos. “Dos fuerzas dominantes hay dentro de ti; cuando uno se eleva, el otro cae” (Comentario de Rashi, Génesis 25:23). Si elegimos mover el bote, podemos madurar con nuestras peleas y salir todavía más fuertes. Si barremos nuestras fuerzas opositoras dentro nuestro, debajo de la alfombra, se van a acumular y nos vamos a terminar tropezando.

Cuando vamos a donde más tememos, salimos del otro lado como “Israel”, hemos peleado y hemos ganado. Como el ángel derrotado le dice a Iaakov (Génesis, 32:29): “Tu nombre no será más Iaakov, sino Israel, porque tú has dominado el poder con el ángel de Di-s y con el hombre, y has prevalecido”.

Seamos Iaakov, no Esav.

Por Baruj Epstein

Bar Mitzvá

Bar y Bat Mitzvah

Un niño en su cumpleaños número 13 y una niña en su cumpleaños número 12 alcanzan la mayoría de edad y están obligados a cumplir todas las mitzvot.

Bar Mitzvá es la palabra hebrea que significa “hijo del mandamiento” 

Cuando un niño judío cumple 13 años, tiene todos los derechos y obligaciones de un adulto judío, incluidos los mandamientos de la Torá.

A partir de esa fecha, usará tefilín a diario, participará en los servicios de la sinagoga y ocupará su lugar en la comunidad judía. Este hito, llamado Bar Mitzvá, a menudo se celebra con una ceremonia en la sinagoga, el uso de tefilín y fiestas.

Desde tiempos inmemoriales, la costumbre judía ha sido marcar este hito con una ceremonia en la sinagoga que da la bienvenida al niño Bar Mitzvá al mundo de la adultez judía e iniciarlo en las oportunidades y responsabilidades que vienen junto con su nuevo estatus.

La ceremonia del Bar Mitzvá varía un poco entre comunidades, pero los componentes básicos siguen siendo los mismos. 

Es una mitzvá organizar un banquete el día del Bar o Bat Mitzvá, 
para celebrar la nueva obligación del niño de cumplir con todas las mitzvot
Un niño no se pone los tefilín hasta que se acerca a los trece años.
Por esta razón, más que cualquier otra práctica, los tefilín siempre han servido como la marca de honor que un niño recibe en su Bar Mitzvá.
La definición de madurez espiritual es la capacidad de experimentar la profundidad y complejidad de la vida.
Con la madurez llega la capacidad de percibir la sutileza y los matices. Nuestra mente se expande para poder apreciar que, aunque algo parezca doloroso, hay un bien más profundo. 

 

 

A partir de los trece años en adelante, un niño es considerado un hombre y, por lo tanto, está obligado a cumplir todas las mitzvot

Los nuevos derechos del niño que celebra el Bar Mitzvá


Como resultado de ser considerado adulto, el niño está habilitado para realizar y/o participar en los siguientes rituales:

Dirigir los servicios de oración.
Ser considerado miembro de un minián 
Bendecir a la congregación con la Bendición Sacerdotal si es un Kohen.
Servir como lector de la Torá en las lecturas públicas de la Torá.
Para recibir una aliá.
Dirigir la oración después de las comidas (conocida como zimun ) y contar como una de las tres personas requeridas para realizar un zimun.

Como adulto, un joven se vuelve responsable no solo de sus propias acciones, sino también de las acciones de todos sus compañeros judíos.
Este concepto se llama arvut , o responsabilidad compartida.

Saber elegir el momento

Educar a los hijos es algo que requiere una importante inversión de nuestro tiempo.

Con respecto a eso, no tenemos elección. Pero podemos elegir cuándo usar ese tiempo.

Podemos escoger usar ese tiempo a una edad temprana, cuando podemos formar en nuestros niños carácteres positivos y actitudes que les servirán en su vida adulta. O podemos invertirlo después- para salvarlos de los problemas y travesuras en las que puedan meterse cuando son ya mayores. Definitivamente, usaremos el tiempo. Lo que depende de nosotros es cuando lo pasaremos mejor.

Una pareja me relató que su hija de nueve años vino un día a casa de la escuela bañada en lágrimas. “No regresaré a la escuela”, dijo. “Mi maestra me odia. Ella me castigó porque no hice mi tarea”.

Como padres ocupados que viven en el siglo 21 y teniendo muchas demandas en nuestro tiempo, podemos escoger empujar lejos el problema. “Comienza a hacer su tarea desde hoy en adelante”. “No te preocupes, el próximo año tendrás una maestra buena”. “Haz tu tarea, o si no…” Algunos padres dirán cualquier cosa con tal de sacar este problema del camino para poder enfocar lo que perciben que son cosas más importantes.

La pareja con la que yo estaba hablando había escogido detener todo lo que estaban haciendo y comprometerse en una discusión con su hija. Eligieron utilizar ese tiempo en este instante.

“Parecés muy disgustada” el padre le dijo a su hija. “Por favor explicame, ¿cómo te sentís?. Cuándo decís que tu maestra te odia, ¿qué significa exactamente para vos? ¿Pensás que ella te odia todo el tiempo, o sólo cuándo hiciste algo contra las reglas escolares?. Pensás que la maestra estaba disgustada con vos como persona, o estaba disgustada con lo que hiciste o no hiciste?”. La ayudaron a separar la historia del significado y la interpretación que ella le dio.

Después de una hora y media de preguntas y conversación, la niña de nueve años llegó a la propia conclusión. “Eran mis acciones a las que detestó, no a mi, y yo tengo que asumir la responsabilidad por mis acciones”. La niña había tomado una decisión firme de hacer su tarea a tiempo.

Los padres estaban muy emocionados a la mañana siguiente al encontrar una carta de disculpa de la niña dirigida a la maestra, diciendo que, de hoy en adelante, ella haría su tarea y obedecería las reglas escolares. La madre continuó, “me sentí obligada a compartir esta experiencia con la maestra de mi niña, y a agradecerle por mostrar interés por mi hija. Ella apreció mi apoyo y estímulo, y ambas sentimos que estábamos en el mismo equipo”.

Al elegir usar el tiempo ahora, tomando la iniciativa, en lugar de optar por una salida rápida, estos padres lograron implantar en su niña cinco valores importantes:

1) RESPONSABILIDAD – “Si ha de ser, depende de mí”. Insistieron en que su hija tomara la responsabilidad de su propia acción. No culpés a otros; hacete cargo de tu vida.

2) AUTOESTIMA POSITIVA – Le dieron el sentimiento a su hija de que ella es muy importante para ambos padres, ya que detuvieron todo para escucharla y dedicarse a ella.

3) DISCRIMINACIÓN DE HISTORIA/INTERPRETACION – Le enseñaron a su hija a entender la diferencia entre la historia real- lo que pasó, y la interpretación que ella había dado a lo sucedido. Muy a menudo, nuestra interpretación nos afecta más que la propia historia.

4) TRATAR UN PROBLEMA – La niña aprendió que es importante tratar con un problema cuando es pequeño, en lugar de permitir que se convierta en algo que ya está fuera del alcance de nuestras manos.

5) CONFIANZA – La niña aprendió que, cuando se comporta mal, puede confiar en sus padres y convertirlos en sus confidentes. Estaba tranquila porque sabía que no se la juzgaría, y a pesar de lo que pasó entre ella y su maestra, el amor de sus padres por ella es incondicional. Aprendió que no necesita ir a buscar ese apoyo en otra parte.

Probalo. ¡Funciona!

De Rabí Iaakov Lieder

Hijos: ¿muchos o pocos?

ESTIMADO RABINO: 

¿Ha notado ud. que casi cada segundo vehículo que pasa por Golders Green Road en estos días parece ser un minibús? Sólo la mitad son taxis. La otra mitad pertenece a esas familias religiosas que apiñan en su interior a sus propios hijos. 

¿Hemos regresado a la Edad Media? Después de toda nuestra educación, ¿volveremos ahora a las grandes miserias maternales de nuestras abuelas empollando crías de ocho, nueve y todavía más niños? ¿En qué siglo vive esta gente?

Firmado: “Confundido” Hampstead.

Estimado Confundido:

Esta no es una columna de Respuestas Halájicas, motivo por el cual dejaré el tema de Anticoncepción y Halajá (Ley Judía) para otros. Hablemos de actitudes y algunas nociones predominantes.

Cierto, cuanto más educados, sofisticados y modernos nos volvemos, menos hijos parecemos tener. Las cifras demográficas comprueban que a medida que aumenta el ingreso familiar, la tasa de fertilidad declina. Sin embargo, la pregunta es, ¿es eso bueno? ¿Y por qué está teniendo la gente menos hijos?

Algunos afirman estar motivados por el problema del mundo sobrepoblándose y dicen que hacen su contribución para aliviar el hambre y la pobreza. Si hay un problema de superpoblación, no obstante, éste es claramente un problema del Tercer Mundo. Que haya 1,8 niños en Hendon no hace nada por un niño hambriento en Biafra.

¿No es irónico que quienes pueden afrontar el gasto de tener más niños son precisamente los que no los tienen? (De paso, si la gente calculara cuánto le cuestan los perros y los gatos —para no mencionar mascotas como conejos, peces de tanque y hamsters— bien podría decidir tener otro niño a cambio).

Honestamente, no estoy de acuerdo con la historia de la superpoblación. Primero, los teóricos sociales ya discuten que los países occidentales deberían producir más bebés para impedir una toma del poder por parte del Tercer Mundo y un deterioro en la prosperidad del mundo libre. Segundo, me temo que el padre promedio no daría ni dos suspiros por el Crecimiento Demográfico Cero, sino que es simplemente cuestión de satisfacción personal y por eso decide tener menos hijos para que haya una tajada más del pastel para él mismo.

Además, esta actitud es el resultado del bombardeo de los medios que parecen habernos convencido de que menos hijos es igual a una familia más feliz con más tiempo, dinero y oportunidades para todos. ¿Pero, vuelcan los padres de apenas dos hijos todo su tiempo libre sobre David y Sharon? Más veces no que sí, menos hijos significan más tiempo para los naipes, el tenis, las compras, gimnasia y peluquerías, y no más tiempo para los niños.

Incluso antes de instalarse la vejez, las familias más grandes son con mucha frecuencia las familias más felices; con amigos internos y compinches (para no mencionar a compañeros de cuarto). Sin duda, los hijos de familias tales son menos mimados y menos egoístas, habiendo sido educados a compartir cuartos, juguetes, tareas del hogar y ayudar a sus hermanos menores desde una edad relativamente temprana. Tienden a dejar la casa mejor equipada para enfrentar la vida del dormitorio, la vida del trabajo y la vida comunitaria en general.

En lo que concierne al tan malignamente declarado estado de “maternidad perpetua” que aguarda a estas pobres idishe mames, he sido informado de fuente confiable, mi propia dama, que las mujeres comúnmente tienen de a un bebé por vez. No hay cuatro infantes gritones clamando la atención de la madre simultáneamente. También, dice ella, se hace más fácil a medida que avanzas. Llegas a ser una suerte de “veterana”, más experimentada, relajada, y mejor capacitada para encarar las cosas. Hablando de ello, pienso que la mayoría de la gente se las arregla, o no. Quienes lo encuentran difícil, lo encontrarían difícil también con dos hijos.

Donde realmente me pongo vehemente en este tema es cuando se trata del nivel nacional judío. No le debemos al mundo ninguna disculpa. Todo lo contrario. El mundo nos dejó con un catastrófico déficit de población hace apenas cincuenta y pico de años. Como supervivientes —y cada uno de nosotros en nuestra generación es un superviviente— tenemos un deber moral de recuperar esa devastadora pérdida y no, Di-s libre, lograr por nuestras propias manos lo que Hitler no pudo.

Un padre de ocho hijos fue recientemente desafiado por un cínico: “¿Cuando parará de una buena vez?” ¿Su respuesta? “¡Cuando llegue a seis millones!”

Desde 1948, más de un millón de mujeres israelíes ha experimentado un aborto. Piense en las cifras de la incrementada población judía en Israel si esos niños hubieran nacido. ¿No estarían mejor gastados los millones (¿miles de millones?) empleados en promocionar y fomentar la Aliá, si se utilizaran para un crecimiento interno relativamente indoloro?

 

A fin de cuentas todos somos creyentes. Como tales, creemos firmemente que con cada niño con que Di-s nos bendice, Él envía también al mismo tiempo Su bendición Divina de Parnasá (sustento). 

Aquel que nos dijo “Sed fructíferos y multiplicáos” es muy fácilmente capaz de multiplicar también nuestras ganancias. 

 Ya sea si trabajamos un poco más duro, o más tiempo, o somos más afortunados, finalmente son nuestros hijos quienes nos harán inmortales. Es a través de ellos que dejaremos cualquier impronta que sea en el mundo

Tipos de nombres judíos II

Poner el nombre de una persona viva

1) La costumbre entre los ashkenazim es no nombrar a una criatura por una persona que está viva aún si esa persona vive en otro país. Algunos dicen que esta objeción es específicamente a nombrar por el padre de uno que está vivo, pero no hay objeción en ponerle nombre por otros parientes vivos.

2) La costumbre entre los sefaradim es de no preocuparse por esto. Por el contrario, ellos consideran que esto es una manera de honrar al padre y un amuleto protector para larga vida si un nieto recibe el nombre de un abuelo vivo.

3) La mayoría de las autoridades están de acuerdo de que no se debe dar al hijo el mismo nombre de uno. Sin embargo, entre los yemenitas, algunos tienen la costumbre de ponerle a sus hijos el mismo nombre que ellos.

4) Si el abuelo materno del niño pide que se le de a su nieto su nombre mientras está vivo, no hay motivo para prohibirlo.

5) Si alguno desea ponerle a su hijo el nombre de su padre fallecido, pero su padrastro-que tiene el mismo nombre-lo objeta firmemente, no puede nombrar al hijo como su padre solamente, pero puede agregar otro nombre a éste, y llamar al hijo por ambos nombres.

6) Si los abuelos materno y paterno del niño tienen el mismo nombre, y uno de ellos ha muerto, y [el padre] desea nombrar al niño como el abuelo fallecido-si el abuelo sobreviviente objeta, es mejor evitar hacerlo, dado que mucha gente se opondría también. Si embargo, si el abuelo fallecido tenía un sobrenombre, el nieto puede ser llamado por ese sobrenombre. Cuando el otro abuelo, tras una larga vida fallece, pueden llamar al niño por el nombre original también. Es más, pueden cambiar ligeramente el nombre del nieto o darle un nombre adicional para que use junto con el nombre del abuelo.

7) Una persona que está a punto de morir (agoniza) es considerada completamente viva al respecto (aún cuando la mayoría de esa gente muere). Una criatura no puede ser nombrada por él hasta que realmente muera.

Dar a una persona dos nombres

1) En ningún lado en el Talmud encontramos un Taná (sabio de la Mishná) o Amorá (sabio del Talmud) que sea llamado por dos nombres. Aún en los textos bíblicos no encontramos una persona que tenga dos nombres. Sin embargo, en estos días es común dar más de un nombre al mismo niño. Otros objetan que se le dé dos nombres a un niño, aún en estos días.

2) Un nombre único puede estar compuesto de dos nombres; por ejemplo, Shnei Or y Shem Tov.

3) Ocasionalmente, a un niño se le da un nombre propio por una persona, y un sobrenombre (nombre secundario por otra persona), aún cuando el sobrenombre no tiene relación con el nombre propio.

4) Si una persona enferma seriamente, se le da un nombre adicional.

5) Si el primer hijo de alguien muere como resultado de la circuncisión, y luego le nace otro hijo, algunos acostumbran darle a éste dos nombres.

6) Algunos dicen que los nombres de dos personas diferentes no deben combinarse y darse a un solo niño8. Otros no se cuidan mucho de esto.

7) No se le debe dar a un niño los nombres combinados de dos personas que estaban enemistadas una con la otra durante su vida, aún si ambos eran tzadikim.

8) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo los nombres combinados de su padre y su hermano (el tío de la criatura), sino que debe dar a la criatura el nombre de su padre únicamente.

9) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo los nombres combinados de su padre y su suegro, sino solamente el nombre de su padre. Otros discuten esto.

10) Uno no debe combinar el nombre de un miembro de su familia con el nombre de un Rebe.

11) Si a un niño se le dan dos nombres por dos personas diferentes, es apropiado llamarlo por ambos nombres.

12) Si los padres de uno están vivos, y tienen dos nombres, no hay objeción en darle a su hijo o hija uno de los dos nombres. Lo mismo se aplica al caso opuesto-o sea, el desea dar a su hijo dos nombres, y los padres tienen solo uno de los nombres.

Poner nombre por alguien que murió joven

1) No se debe poner un nombre por alguien que murió joven. En ese caso deben agregar otro nombre a éste, y el nombre agregado debe ser usado como el primer nombre. Algunos dicen que uno que murió antes de los cincuenta años es considerado como si hubiera muerto joven. Otros dicen que uno que murió antes de los sesenta, es considerado como si hubiera muerto joven.

2) Esta regla no se aplica a alguno que murió de muerte natural. Aunque haya muerto joven, un niño puede ser nombrado como él.

3) Cuando una persona que murió de muerte natural, falleció en la infancia, un niño no debe ser nombrado por él.

4) Si un tzadík fue asesinado en la juventud, algunos dicen que sin embargo debemos nombrar al niño por él, en vista del hecho que era un tzadík.

­­­­­­­­­­­­­­­­­Poner nombre a un niño de acuerdo al calendario

1) Una persona no debe nombrar a su hijo de acuerdo al año del siglo en que él nació. Por ejemplo: si fue el catorceavo año del siglo, no debe nombrarlo “David”, cuyas letras suman catorce.

2) Algunos tiene la costumbre de nombrar al niño de acuerdo a la parshá de la semana en la cual nació. Por ejemplo: en Parshat Shemot, el niño es nombrado Moshé o Aarón; o sea, como el personaje de la parshá de esa semana.

3) Si un varón nace en Shabat, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Shabsi (o Shabetai).

4) Si a un niño se le hace el brit en Rosh HaShaná, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Itzjak.

5) Si un niño nace en Iom Kipur, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Rajamim [“misericordia”].

6) Si un niño nace en alguna festividad, algunos tienen la costumbre de llamarlo Iom Tov. Si un niño es circuncidado durante Sucot, algunos tienen la costumbre de nombrarlo como el Ushpiz [“huésped”] de ese día.

7) Si un niño nace durante Janucá, algunos tienen la costumbre de llamarlo como el Nasí [“príncipe”] de ese día. Otros dicen que debe ser llamado Matitiahu. En algunas comunidades sefardíes ese niño es llamado Janucá.

8) Si un niño es circuncidado en Purim, algunos tienen la costumbre de nombrarlo Mordejai.

9) Si una niña nace en Purim, algunos tienen la costumbre de llamarla Ester.

10) Si un niño nace al comienzo del mes de Nisán, algunos tienen la costumbre de llamarlo como el Nasí de ese día10, o nombrarlo como el mes, “Nisán”. Si un varón nace durante Pesaj, algunos tienen la costumbre de llamarlo Pesaj.

11) Si un varón es circuncidado en Tishá BeAv, algunos tienen la costumbre de llamarlo Menajem; si el padre o un hijo mayor se llama Menajem, entonces el niño es nombrado Nejemia. Algunos dicen que esto se hace solamente si la circuncisión tiene lugar después del mediodía.

12) Si una niña nace en Tishá BeAv, algunos tienen la costumbre de llamarla Bat Tzión.

 

Llamar al padre por su nombre

1) Está prohibido llamar al propio padre por su nombre.

2) Si el padre tiene el mismo nombre que otra persona, pero es un nombre poco común que usualmente no se encuentra; si el hijo desea dirigirse a algún otro con ese nombre, debe cambiarlo ligeramente.

3) Si el nombre del padre es uno que se encuentra comunmente, y el hijo desea dirigirse a otro con ese nombre, está permitido cuando no está en presencia del padre. Algunos dicen que está permitido aún cuando el padre está presente.

4) Si se le pregunta al hijo: “¿De quién eres hijo?”, está permitido responder: “Soy el hijo de Reb… “.

5) Si el padre está enfermo, y el hijo desea recitar la plegaria mi sheberaj por su salud, algunos dicen que no debe declarar el nombre del padre, sino que, en cambio debe decir: “… mi padre ben…”.

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Nombres hebreos para varones

A

Aba Abaie Abiasaf Abiel Abir Abraham Acco Adael Adar Adi Adiel Adif Adin Adino Adir Adiv Admiel Adna Adonia Adriel Agur Aharón Ahuv Ahuvia Ajidan Ajiel Ajiezer Ajiman Ajishar Ajitov Ajshalom Aliz Almagor Alon Am Amania Amaria Ami Amiad Amiasaf Amiaz Amicam Amidor Amiel Amiezer Amijai Amior Amir Amiram Amishalom Amishar Amitai Amok Amos Amram Anan Anania Aniam Ara Arad Arbel Ari Ariav Arie Ariel Armon Arzi Asa Asael Asaf Asaia Asher Ashir Asiel Atur Atzel Avdel Avi Avidor Aviezer Aviezri Avijai Avikar Avimael Avimelej Avinatan Aviram Aviraz Avishajar Avitzedek Aviv Avivi Avner Avshalom Az Azai Azazyahu Azriel

B

Barak Baram Bareket Baruj Bejaia Bejor Ben Ben Tzvi Benami Benli Benor Benshajar Benshem Berajia Betzalel Biniamin Bosem Buki

C

Calcol Calev Carmel Carmeli Carmi Carmiel Cush

D

Dael Dagan Dan Daniel Darkon Darom Datiel David Deuel Devir Dinai Dor Dori Dorian Dov Dror Drori Dvir

E

Eben Eden Eder Edi Efer Efraim Ehud Eitan Elad Eldor Eleazar Eletz Eli Eliahu Elian Eliel Eliezer Elisha Eljai Elkaiam Elkana Emek Enosh Erez Eshel Eshkol Evel Even

G

Gabi Gabriel Gad Galil Gamliel Gan Gani Goel Guefen Guershom Guevaram Guever Guibor Guidon Guil Guilad Guilam Guilboa Guior Guiora

H

Hadai Hadar Hadas Haleli Haran Harel Hevel Hod Hoshea

I

Idan Idbash Ieshaiahu Iezer Ilai Ilan Imanuel Isajar Ishmael Israel Itai Itamar Itzjak Ivri Iyar

J

Jabib Jabub Jadash Jagai Jai Jaim Jalfón Jalutz Jam Janina Janina Janoj Jasid Jazón Jaziel

K

Kadmiel Kadosh Kalil Kariv Karni Karniel Katriel Kerem Keren Kini Kinor Kishoni

L

Lael Lajma Lapidot Larom Lavi Lemuel Lev Levi Liad Liezer Lior Liran Litov Livni

M

Maaravi Maayan Magal Mahir Malkiel Malkiram Malkit Manos Maor Maoz Marom Maskil Matán Matanel Mati Matitiahu Matzav Megued Meir Menajem Meretz Meron Meser Meushar Mevaser Mija Mijael Mordejai Moshé Muna

N

Nadir Nae Naftali Nahliel Nahor Najman Najmiel Najum Narkis Natan Nati Natzjan Nazir Needar Nefesh Nejemia Nejmad Nes Netaniel Netzaj Nevo Nir Nirel Nisim Noad Noaj Noam Nojam Nuriel

O

Oded Ofer Ofri Ohad Ohel Ohev Oliva Omar Oni Or Oran Ori Oron Osher Osher (con Ayin) Oshiahu Ovadia Oz Ozel Ozer

P

Palal Paltiel Parnas Paz Pazi Pedael Pedatzur Pele Peniel Peraj Peretz Pesaj Pinjas

R

Raam Raanan Radai Rafael Rajam Rajmiel Ram Ranel Ratzon Raveh Raz Raziel Rejev Reuben Ritzia Rivai Roe Roguiel Romam Ronen Roni Ronia

S

Saadia Sarshalom Seadiá Sefi Seguel Shafir Shalom Shamash Shamir Shefa Shemtov Shiftan Shimon Shimshai Shimshon Shlomo Shmuel Shneur Shoham Sigal Siman Simja Snir Sodi Sofer Stav

T

Tajash Tal Talmor Talor Talshajar Tamir Teddy Telem Tikva Til Tili Timni Tirosh Tiv Tivi Tivoni Toi Toju Tomer Tov Tovli Tshuva Tumiel Tzadik Tzafra Tzavar Tzemaj Tzidkiel Tzipor Tzur Tzvi Tzviel Tzvika

U

Ucal Udi Uni Upaz Uriel Ushri Uzi

V

Vardi Vardimon Vardinon

Y

Yaacov Yadid Yadin Yae Yafim Yaguen Yahali Yahalom Yair Yajdiel Yajil Yakar Yalon Yamin Yanai Yanir Yaniv Yanuaj Yanuv Yarden Yarin Yatmiel Yedael Yedid Yedidia Yejezkel Yejiel Yerajmiel Yeshaiahu Yesher Yfad Ygdal Yoel Yofiel Yona Yonatan Yoran Yosef Yotam

Z

Zahav Zait Zamir Zeev Zehavi Zeiri Zejaria Zemaria Zeraj Zevulun Zikaron Zimran Ziv Zohar

Nombres hebreos para mujeres

A

Abigail Abira Ada Adaia Adama Adamit Aderet Adifa Adila Adina Adira Ady Aharona Ahava Ahouva Ahouvit Ajuzá Alexandra Alina Alissa Alitza Alona Alonit Aluma Alumit Amira Amit Anat Anava Ariela Armonit Arnit Arusa Asherit Ashira Ashna Atara Atheret Avia Aviela Avishama Avishav Avital Avitzur Aviva Avna Avramit Ayelet Ayeleth Hashajar Azalia Azriela

B

Baram Bat Bat Am Bat Sheva Bat Shir Bat Tzión Batia Batiofi Bator Batshajar Batshemesh Batsheva Batsion Bedola Beera Behirá Bejira Besora Bilha Biniamina Bitania Bitia Bosem Braja Bruria Buna

C

Calanit Carmela Carmelit Carmil Carmit Carnit Coranit-

D

Dafi Dafna Daiana Dalia Dalit Dana Dania Daniela Danit Dar Darit Darona Debora Deganit Devir Dina Dora Doria Dorit Drora

E

Edit Edna Efa Efrona Eila Einat Eitana Eitanit Ela Eliana Elina Eliora Emuna Eshkolit Esronit Esther Evrona

G

Gabriela Gaby Gadia Gadit Gafna Gal Gali Galila Galit Galor Gana Gani Gania Garnit Gazit Golana Golda Gueula Guevura Guibora Guidona Guila Guilia Guilit Guira Guittit, Guitl Guivá

H

Hadar / Hadara Hadasa Hagar Hagit Harela Hatzlaja Haviva Higuera Hili Hinde Hodi

I

Iael Ida Idanit Idit Iejolia Ila Ilana Imanuela Inbar Ioná Iris Irit Iscah Israela Isska Ita Iti

J

Jaguit Jaia Jana Jasidá Java Javiva Jazmín Johana

K

Kadia Kadima Kadisha Kanit Karmi Karnit Kedma Keilah Kelil Kelila Kerem Keren Kerenor Keshet Keter Kinar Kineret Kiria Kojava Kvuda

L

Laila Lea Leuma Levana Libi Lilaj Lili Lilia Limor Liora Liraz Lital

M

Maaja Maanit Maayane Magui Malbina Malka Manguina Mara Margalit Marganit Mazal Mehira Meifat Meital Melitsa Menuja Merav Metuka Micaela Michbaha Mijael Milat Milka Miriam Myriam

N

Najat Naomi Natali Nataneli Navit Nediva Neemaná Neguina Nehira Nejama Neta Nirit Nizrit Noa Nofek Nofia Noga

O

Oda Odera Ofna Ofra Or Orel Orit Orla Orli Orna Ornat Ozna

P

Peer Peninit Peraj Pilea Pileith Pilit Pirjia Piuta Pnina Pora Prili Primor

R

Raanana Rajel Rajmiela Rama Raziela Razli Razzi Razziella Reihana Renana Renanith Revital Rika-rikki Rilli Rimona Rina Rinath Rinatia Rishona Ritzpa Riva Rivka Roma Roni Ronit Rujama Ruth

S

Saada Safira-safirit Sagnit Sahar Salmia Sara Sarai-sari Saviona Shalva Shani Sharon Shifra Shiraz Shirit Shirly Shlomit Shoam Shoshana Shulamit Sigal Sigalia Sigalit Sima

 

T

Tal Tal Or-talora Tali Talia Talshajar Tamar Tamara Tami Tamy Telalit Telat Telila Tikva Tjula Tova Tovit Tzipi Tzipora Tzivia

U

Ufara Umarit Uriela Usheret Uziela

V

Varda Vardia Vered Vida

Y

Yaara Yafa Yahava Yardena Yasmin Yedida Yehudit Yemina Yojana Yona Yonit Yorit

Z

Zehava Zemira Zirel Ziv Zivia Zivit Zorahat Zuria Zuriela Zuvit

Tipos de nombres judíos

Primera parte

Bíblicos:

mencionados en los cinco Libros de la Torá o en los Profetas, tales como Abraham, Moshé, Daniel, Dina, Sará.

Talmúdicos:

los que se originan en el Talmud y el Midrash, como por ejemplo, Meir y Jaim.

Derivados de la naturaleza:

algunos mencionados en la Biblia como Java, Devorá, Tzipora y lona; nombres de árboles y frutas, como Tamar, Shoshana, Alón, Oren, Orna y Aviva. De animales, como ser Aryeh, Tzvi y Zeev, que surgen de las bendiciones que Iaacov y Moshé dieran a las diferentes tribus antes de su muerte.

Los que incluyen el nombre de Di-s:

Emanuel, Guedaiah, Shmuel e Ishaiahu. Otros, como lehudá, expresan gratitud hacia Di-s. Nombres de ángeles que han sido adoptados por personas: Mijael, Rafael y Gabriel.

EL NOMBRE ES FUENTE DE VIDA

El nombre dado a la persona está intrínsecamente ligado a su alma y su vida.

Realmente actúa como el canal por medio del cual la fuerza vital fluye al cuerpo. Cada letra tiene una Fuerza Divina única; de esa manera, cada objeto creado tiene su propia forma y su esencia especial directamente ligados a las letras hebreas que forman su nombre.

De la misma manera, la vida del alma, mientras está en el cuerpo de la persona, llega a través de las letras hebreas que forman su nombre.

Según el Midrash Bereshit Rabá 17, Di-s le dijo a los ángeles que la sabiduría de Adán era superior a la de ellos porque él pudo reconocer la raíz espiritual de cada animal y darle su nombre hebreo en concordancia. También se menciona que cuando se quiere volver a la vida a una persona desmayada, se le debe llamar por su nombre judío, porque ello despierta su fuente vital y regresa su alma al cuerpo, reanimándola.

El Talmud ofrece numerosos ejemplos que demuestran el tipo de influencia que el nombre puede ejercer sobre el carácter de una persona.

Rabí Meir tenía la costumbre de preguntarle a la persona su nombre antes de cerrar cualquier trato con ella. Rabí Iosef Caro, autor del Shulján Aruj -Código de Leyes Judías -estableció que alguien que se llama Abraham estará naturalmente inclinado a hacer el bien, como lo hizo el patriarca Abraham, mientras que quien se llama Iosef seguramente tendrá la tendencia a alimentar a otros, bien sea en un plano físico o espiritual, tal como lo hizo Iosef en Egipto.

Nos llamamos Semitas porque descendemos de Shem, que significa Nombre.

Llamamos a Di-s HaShem, “EI Nombre”. En otras palabras, nuestra relación con los nombres es de naturaleza mística; sugiere un elemento misterioso e imperceptible, cuyas raíces se adentran en lo desconocido.

¿Quien pone el nombre?

Sólo el padre y la madre tienen el derecho de ponerle el nombre a sus hijos.

El Arí Z”L, Rabí Isaac Luria, padre de la Escuela Luriánica de la Cabalá, escribe que cuando un niño nace, Di-s pone en boca de los padres el nombre que corresponde al alma de este niño. Aun cuando el privilegio de poner nombre al niño se alterna entre el padre y la madre, hay diferentes costumbres acerca de a quién le corresponde el nombre del primer hijo.

En caso de dudas, se debe consultar al Rabino. No es apropiado hablar sobre el nombre del niño antes de su nacimiento. Tampoco corresponde registrar su nombre antes de la circuncisión en el caso del varón o el nombramiento en la Aliá a la Torá, en el caso de una niña.

Cuando nace una niña, es preferible darle nombre en la primera oportunidad en que haya Lectura de la Torá, el lunes, el jueves o el sábado en la mañana. Se acostumbra celebrarlo con una comida festiva.

La costumbre de Ashkenazí es la de no poner a sus hijos el nombre de personas en vida, mientras que en la tradición sefaradí se considera un gran honor para el padre dar a su hijo el nombre de su padre, el abuelo del niño. Si los abuelos de ambas partes tienen el mismo nombre y uno de ellos ha fallecido, no es correcto ponerle su nombre al niño, si el abuelo que vive se siente ofendido.

Si el padre tiene en mente un nombre para el niño, pero por error le dice al Mole -quien practica la circuncisión- un nombre distinto, hay que ponerle al niño el primer nombre. Se puede dar a un niño el nombre de una persona que haya fallecido enseguida después que el bebé haya nacido. A un huérfano que haya nacido inmediatamente después de la muerte de su padre se le debe dar el nombre de este. Hay quienes acostumbran dar al niño el nombre de alguna persona mencionada en la Sección Semanal de la Torá.

Un niño que muere antes de recibir su nombre, lo recibe antes de su sepultura. Algunas personas tienen la costumbre de llamar a la niña nacida en Purim con el nombre de Ester, y al niño con el de Mordejai.

¿Quién tiene derecho a ponerle nombre a un niño?

1) El padre y la madre tienen el derecho de ponerle nombre a su hijo.

2) Ninguna otra persona (aparte de los padres) tiene el derecho de ponerle nombre al niño.

3) Con respecto a quien de los dos (el padre o la madre) tiene prioridad para nombrar a su hijo primogénito-hay diferentes costumbres. De acuerdo a una costumbre, el derecho a nombrar al primer hijo pertenece al padre, el nombre del segundo hijo pertenece a la madre, y así, alternativamente.

4) Algunos dicen que esta práctica también cumple con la obligación de honrar al padre, si alguno llama al primer hijo como su padre (o sea el abuelo del niño). Por el otro lado, si él no llama al niño como su padre, denigra su honor; esto implica una prohibición, y él será castigado por ello.

5) Algunos dicen que si uno da el nombre de algún miembro de la familia de su padre (no necesariamente de su padre mismo), esto también constituye honrar al padre.

6) Otros están en desacuerdo, diciendo que solamente si los padres del niño no tienen padres vivos, deben primero nombrar al hijo como su padre (o sea el abuelo paterno del niño). Sin embargo, si los padres del niño tienen padres vivos, el derecho de nombrar al primer hijo corresponde a la familia de la madre.

7) De acuerdo con otra costumbre, el derecho de nombrar al primer hijo pertenece a la madre.

8) Algunos tienen la costumbre que el nombre de una hija pertenezca a la madre.

9) Si a un niño se le dan dos nombres, uno el de su abuelo paterno, y el otro como su abuelo materno, el nombre de su abuelo paterno debe ir primero.

10) Si la madre del niño le pone el nombre y luego llega el padre y desea darle un nombre diferente, algunos dicen que el padre puede cambiar el nombre. Otros dicen que el nombre dado por la madre queda como el verdadero y el padre no puede cambiarlo. Aún hay otros que dicen que el padre puede agregar un nombre, pero no cambiar el nombre completamente.

Sin embargo, si la madre ha suprimido el nombre del padre enteramente, o sea, han llamado al niño “ben… (hijo de…)”, usando el nombre de otro hombre en lugar del padre real, el nombre dado en el brit es nulo e inválido, como si al niño no se le hubiera dado nombre del todo.

11) Si nace una niña y su madre le da un nombre (a través de su padre-el abuelo materno de la niña-quien sube a la Torá y le da el nombre), y el padre de la criatura está en otro lugar en ese momento (sin saber que le han dado a ella un nombre), y le da un nombre diferente, el nombre dado por el padre es el verdadero.

12) Si el primer hijo muere antes de que se le dé el nombre (o sea, antes del brit), el derecho de dar nombre al próximo hijo es retenido por aquel a quien el derecho le pertenecía originalmente.

13) Si nacen mellizos, y el que nace primero es débil, requiriendo que su circuncisión sea postergada; y el segundo hijo es saludable, y es circuncidado en fecha; el derecho de nombrar a este segundo hijo pertenece a aquel que tenía originalmente el derecho (aún a pesar de que esa criatura nació segunda).

¿Cuando se debe dar nombre a un niño?

1) El tema de qué nombre darle al niño no debe ser discutido antes que la criatura haya realmente nacido.

2) El nombre del niño no debe ser registrado en las oficinas de las autoridades civiles antes del brit.

3) La costumbre es darle el nombre al niño inmediatamente después de haberlo introducido en el pacto de Abraham Avinu, el Brit.

4) Un niño que ha nacido circuncidado es nombrado en el momento de hatafat dam brit.

5) Con respecto a un niño que no puede ser circuncidado en tiempo, hay varias costumbres acerca de cuándo ponerle nombre. Algunos dicen que es nombrado cuando el padre es llamado a la Torá. Otros dicen que es mejor preocuparse en nombrar al niño en el transcurso de los ocho días del nacimiento, luego la obligación es delegada sobre él, y así, posteriormente él puede ser catalogado como incircunciso. Otros tienen la costumbre de postergar el darle el nombre hasta el brit, aún cuando éste ocurra muchas semanas después.

6) Si el niño es un varón primogénito, y están obligados a redimirlo, y el brit debe ser postergado; se le da el nombre en el momento del pidión haben (redención del primogénito), y no se debe esperar hasta la circuncisión.

7) Si nace un niño y es necesario orar por su salud, se le debe dar el nombre inmediatamente, y entonces se puede orar por él.

Dar a un varón un nombre femenino y viceversa

1) Algunos dicen que se puede nombrar a un hijo varón como a una mujer. Otros sostienen que es mejor no convertir un nombre femenino en uno masculino.

2) No es apropiado nombrar a una niña como a un varón. Algunas autoridades disienten, y tienen la costumbre de dar nombres de hombres a mujeres.

Nombres comunes tanto para hombres como para mujeres

1) Algunos dicen que uno no debe dar a su hijo un nombre que es común tanto para varones como para mujeres.

2) Algunos toman cuidado de no casarse con una mujer cuyo nombre es el mismo que el de ellos.

3) Si un novio tiene el mismo nombre que su futura suegra, o si la novia tiene el mismo nombre que su futuro suegro, no hay motivo para preocuparse, y la novia y el novio pueden casarse uno con el otro.

Nombres que contienen el nombre de Di-s

1) En los días de antaño la gente prefería dar a sus hijos nombres que contenían el Nombre de Di-s, o nombres que expresaban alabanza y agradecimiento a Di-s. Por ejemplo, el prefijo E-l en los nombres Elkaná, Eljanán, Eliezer, Elazar; el prefijo I-h en los nombres Iehoshúa, Iehoiakim, Iehoiadá; el sufijo E-l en los nombres Shmuel, Ierajmiel, Iejezkel; el sufijo I-h en los nombres Ieshaiah, Ovadiáh, etc.

2) Cuando se escribe el nombre de Di-s-por ejemplo, Elokim-un guión debe ser insertado en la palabra [E-lohim].

3) Con respecto a nombres que contienen el Nombre de Di-s, no estamos obligados a insertar un guión entre las letras que forman el Nombre de Di-s (por ejemplo, Shmue-l). Sin embargo, algunos practican un grado de piedad extra y acostumbran insertar un guión entre las letras iud-hei o entre las letras alef-lamed.

4) Con muchos nombres, nosotros llamamos a la persona por su correspondiente sobrenombre. Por ejemplo: Eljanán = Jone; Eliahu = Eli; Eliezer = Leizer; Guedaliahu = Guedalia; Iehudá = Iudl. La razón para esto es que esos nombres contienen el Nombre de Di-s.

Poner a los hijos nombres de lugares

Encontramos en el Tanaj nombres de personas que son idénticos a nombres de lugares. Por ejemplo: Efrat es el lugar donde Rajel Imenu murió y fue sepultada (Génesis 48:7). Este nombre también aparece en las Crónicas 2:19 como el nombre de la esposa de Calev. Similarmente, Edóm, el nombre de un lugar, es mencionado en Parshat Toldot como el nombre de Esav. Hay otros casos similares.

2) En nuestros días hay algunos nombres recientemente inventados, usados principalmente en Eretz Israel, que son al mismo tiempo nombres de lugares y nombres de personas. Por ejemplo, los nombres masculinos Arnon, Givón, Geva; y los nombres femeninos Kineret, Eilat, Carmella, etc.

3) Hay quienes dicen que no se debe dar al hijo dos nombres, uno de los cuales sea también un nombre de lugar, como Reuven Jevroni, pues más tarde esto puede resultar en problemas legales.

 

Libro: ¿QUE HAY EN UN NOMBRE? de EDITORIAL BNEI SHOLEM

Educación

A la hora de escoger una escuela para nuestros hijos, por lo general tendemos a elegir una que sea a fin con nuestra educación. Pensar que ahora debemos brindarles una educación secular y luego, cuando ellos crezcan, elegirán por si solos que orientación religiosa seguir. No siempre resulta, ya que los jóvenes llegan a ese momento con total desconocimiento de la tradición y costumbres judías.

Entonces ¿qué será lo que están en condiciones de elegir? Si usted realmente quiere que su hijo en el futuro tenga poder de elección, bríndele toda la información que su hijo merece. Vale decir, formarlo en ambos estudios, lo que le brindará en el futuro los medios para escoger, ya que estudió ambas líneas.

En conclusión, si somos honestos con nosotros mismos, no debemos ocultarle información (como tal vez nuestros padres hicieron con nosotros) y darle una educación que brinde al menos las dos líneas, vale decir la secular y la judía.

Cuando hablamos de dar a nuestros hijos una educación judía, debemos analizar a qué institución enviarlo ya que existen escuelas que se nombran como colegios judíos pero están casi vacías de enseñanzas judías.

Hoy en día existen muchos establecimientos escolares que brindan ambos sistemas de educación, vale decir, la educación oficial como en cualquier escuela y también la parte judía tradicional que consiste en el estudio de Tanaj, halajá y hebreo. Y se da trascendencia a las Mitzvot, tradiciones y costumbres judías.

¿Por que circuncidar?

¡Felicitaciones! ¡Has traído una nueva vida al mundo! Después de las llamadas de teléfono de la familia y amigos, te encontrás sosteniendo a tu hijo por primera vez. Mirás al bebé, y las emociones aumentan sin parar. Podes ver en esta nueva y pequeña vida, potencial, futuro, familia, y continuidad.

El nacimiento es uno de los únicos momentos en la vida donde uno se encuentra cara a cara con la Divinidad. De hecho, el niño recién nacido seguirá la cadena de vida de miles de judíos que comenzó años atrás a través de nuestro patriarca Abraham y matriarca Sara. Esta nueva vida es un eslabón más en la cadena de la historia judía.

La primera persona que fue ordenada a circuncidarse a sí mismo fue Abraham, a la edad de noventa y nueve años. Demostrando su sumisión a Di-s, marcando el cuerpo físico con la señal del pacto, Abraham reveló el vínculo intrínseco que cada Judío tiene con Di-s.

Di-s ordenó al pueblo judío (Vaikrá 12:2), “El octavo día, la carne de su prepucio debe ser circuncidada”.

El acto de la circuncisión es un acto humano. Esto nos enseña que nuestra perfección espiritual, emocional, moral y ética requiere un esfuerzo humano. Di-s no lo puede hacer por nosotros.

El Brit Milá, circuncisión, es un símbolo de nuestra relación con Di-s. Grabado en la carne de nuestros cuerpos físicos, el pacto nunca terminará o será olvidado. Este pacto con Di-s sobrepasa la comprensión humana. Promete devoción incondicional, sin importar lo que pueda ocurrir entre Di-s y el individuo.

Por esta razón, un Judío es circuncidado en su infancia, cuando aún no ha desarrollado su capacidad de razonamiento, debido a que el pacto de la circuncisión no se asocia con lo intelectual o calculado. La circuncisión de un niño demuestra que la conexión entre los Judíos y Di-s está mas allá de la razón.

Di-s eligió el mismo órgano que es la fuente de la vida, que también puede ser utilizado para los actos más viles, como el lugar para ser santificado con la circuncisión. Esto nos da el profundo mensaje que podemos utilizar todo lo físico para fines sagrados.

* Por: Dovid Zaklikowski