La jalá y sus tips

“De la primicia de vuestras masas, una hogaza habréis de separar (jalá)… De la primicia de vuestras masas habréis de ofrecer ante Ad-onai, ofrendada por vuestras generaciones.” (Números 15:20-21)

En su uso más conocido, la palabra hebrea jalá se refiere a las dos hogazas de pan que conforman el centro de la comida de Shabat. Pero en su significado básico, bíblico y halájico, la jalá es el pedazo de masa que tradicionalmente se separa y consagra a Di-s cada vez que cocinamos el pan.

Separar jalá es uno de las 613 mitzvot (preceptos Divinos) que constituyen el cuerpo y alma de la vida judía. Plena de significado espiritual, es una de las tres principales mitzvot de la mujer judía y tiene un efecto de largo alcance en la mente y el corazón de quien la cumple, en su familia, y en la propia naturaleza de su casa. Por cientos de generaciones, las mujeres judías en todo el mundo han cumplido esta hermosa y transformadora mitzvá.

Jalá en el presente

Hoy en día, debido a que el Templo Sagrado está destruido y las condiciones de pureza ritual en las cuales los Kohanim comían jalá no están disponibles, es que de hecho no le damos jalá al Kohen.

Sin embargo, en recuerdo de este regalo y en el anticipo de la futura redención y reconstrucción del Templo Sagrado, es que todavía observamos la mitzvá de separar jalá. Tomamos el pedazo de masa, pero en lugar de comerlo, lo quemamos, ya que su santidad prohíbe usarlo de ninguna forma.

Separar jalá

La jalá se separa después de haberse mezclado bien la harina y el líquido, mientras la masa todavía está entera, antes de que haya sido dividida y hecho los panes. Si la masa se ha amasado en varios lotes, combínelos todos en un solo bol. Debe haber un mínimo de 1.700 kg de masa.

Si se reúnen las condiciones para recitar la bendición, recite lo siguiente (si no entiende el hebreo, puede hacerlo en español o en cualquier otro idioma que entienda):

Fonética:

BA-RUJ ATÁ ADO-NAI ELOHEINU MELEJ HA OLAM, ASHER KIDSHANU BEMITZVOTÁV VETZIVANU, LE HAFRISH JALÁ.

Traducción:

Bendito eres Tú, Di-s, nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó separar jalá.

Separe un pequeño pedazo de masa (no menos de 1/24 del todo) y diga: “Esto es jalá.”

Queme la jalá envuelta en papel aluminio y colóquela sobre la hornalla de la cocina; o por cualquier otro método. (Si la quema en el horno, no debe haber ninguna otra comida cocinándose al mismo tiempo dentro del mismo.)

Costumbres y Segulot

Los siguientes son algunos beneficios espirituales especiales atribuidos a la mitzvá de separar jalá, junto a algunas costumbres que se practican al cumplirla:

*Al preparar jala y otros alimentos para Shabat, es costumbre decir: “lijvód Shabat kódesh”-, “en honor al santo Shabat”.

*Algunas tienen la costumbre de recitar Salmos mientras amasan y rezar por aquellos que precisan asistencia Divina y salvación. Debido al gran mérito atribuido a la mitzvá de separar jaláa, vale la pena hornear especialmente a fin de cumplir esta mitzvá al menos una vez al año, idealmente durante los Diez Días de Arrepentimiento entre Rosh HaShaná y lom Kipur (Sidur Kol Eliahu).

*La siguiente costumbre se hizo común recientemente en las comunidades judías: Cuarenta mujeres rezan al separar la jalá dedicando su plegaria al mérito de alguna persona que necesite salvación (por ejemplo recuperarse de alguna enfermedad, encontrar pareja, o tener hijos).

*La mitzvá de separar jalá es reconocida como segula para un parto seguro y fácil. Es costumbre separar jala al menos una vez en los nueve meses de gestación.

*Según nuestros Sabios, la mitzvá de separar jalá trae consigo bendición para el buen sustento en nuestros hogares.

 

Te damos algunos consejos para hacer más eficiente y disfrutar de  la preparación de la jalá:

*Aceitar levemente el fondo y las paredes del recipiente antes de colocar los ingredientes impedirá que la masa y la harina se peguen al mismo, facilitando su limpieza posterior.

*Si la masa te resulta demasiado pegajosa, agrega el aceite después de que los demás ingredientes ya hayan comenzado a formar una masa. De este modo, ésta será más fácil de trabajar, y no se pegará.

*Si has comenzado a amasar y descubres que se hace demasiado difícil, deja descansar la masa cubierta, y aguarda 10 minutos antes de volver a intentarlo. Será mucho más sencillo trabajarla luego de este descanso. Esto es válido también para la masa difícil de trenzar: colócala en el refrigerador por 10 minutos antes de hacerlo.

*Para acelerar el proceso de leudado en un ambiente frío, enciende el horno al mínimo. Coloca un recipiente de agua hirviendo en el piso del horno, y luego una rejilla encima. Luego coloca el recipiente con la masa sobre la rejilla, y apaga el horno.

*Si tu horno tiene dos compartimentos -uno para leche y otro para carne- haz panes de forma distinta para cada uno ellos. De este modo podrás diferenciarlos fácilmente.

*Para que los productos que sacas del freezer tengan el sabor de “recién salidos del horno”, descongelalos casi por completo, envolvelos en papel de aluminio, y calentalos en el horno durante 10 o 20 minutos a baja temperatura.

Las Jalot de Mamá

Ingredientes:

50 gr de levadura

1 taza de agua tibia

1 cucharada de azúcar

3 tazas de agua tibia

1/2 taza de aceite

2 cucharadas de sal

1/2 taza de azúcar

2 huevos

1 kg de harina

Glaseado:

1 huevo, batido semillas de amapola

Rinde: 6 jalot medianas

Procedimiento:

1. En un recipiente pequeño, combina levadura, 1 taza de agua tibia y 1 cucharada de azúcar.

2. Coloca el aceite en un recipiente grande, viértelo encima el agua tibia. Agrega huevos y mezcla bien. Añade la mezcla de levadura y luego, gradualmente, la harina.

3. Amasa durante 10 minutos. Si la masa es demasiado blanda, agrega un poco de harina. Cubre el recipiente con un papel film o una toalla limpia de cocina, y deja leudar la masa en un ambiente cálido durante aproximadamente 1 hora, hasta que duplique su volumen.

4. Separa la Jalá. Véase “La Mitzvá de Hafrashat Jalá”

5. Modela los panes, colócalos en una bandeja, cúbrelos, y déjalos leudar nuevamente por aproximadamente 1 hora en un sitio cálido. Mientras tanto, precalienta el horno a 180° C (350° F).

6. Pinta los panes con huevo batido y espolvoréalos con semillas de amapola. Hornea durante aproximadamente 40 minutos, hasta que las jalot tomen un color marrón dorado. Sácalas del horno y de la bandeja, y déjalas enfriar sobre una rejilla o estante de alambre.

JALÁ, PREGUNTAS Y RESPUESTAS 

Pregunta: ¿Un hombre puede separar jalá?

Respuesta: Aunque separar jalá es una de las tres mitzvot dadas sobre todo a las mujeres, cualquier persona mayor a la edad de Bar o Bat Mitzvá puede separar jalá si fuera necesario.

Pregunta: La capacidad de mi procesadora es menor a la cantidad requerida para separar jalá. ¿Puedo hacer la masa en dos lotes y cumplir con la mitzvá?

Respuesta: La mayoría de las procesadoras no son lo suficientemente grandes para contener toda la masa necesaria para separar jalá. Por lo cual se hace necesario preparar la masa en tandas. Luego las masas se combinan, como se describe abajo. Toda la masa debe ponerse en un recipiente. Cubrila completamente, convirtiéndola en “una sola masa”, asegurándote de que esté tapada por todos lados en el recipiente y la cubierta. Luego entonces se separa jalá con bendición.

Pregunta: ¿Se puede separar jalá de pan ya horneado?

Respuesta:La jalá debe separarse antes de hornearse. Sin embargo, si no fue posible porque la mezcla estaba floja (como sucede con las tortas), o si uno se olvidó de separar jalá antes de ponerla al horno, entonces debe separarse luego de hornearla, pero antes de comer cualquier otro producto horneado. La jalá se separa poniendo todas las hogazas horneadas o tortas en una caja o recipiente, cubierto con una tela. Luego se toma un pedazo de uno de los panes y se dice la bendición, si corresponde el caso.

Pregunta: ¿Se separa jalá sólo del pan? ¿Qué tal de tortas, galletas o pan dulce?

Respuesta: Si se reúnen los requisitos para separar jalá, entonces se debe hacerlo también al hornear tortas, galletas y panes dulces. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las recetas de estos productos horneados no reúnen los requisitos, y aún cuando lo hacen, normalmente no reúnen los requisitos para separar jalá con bendición. (Lea arriba sobre especificaciones y requisitos para separar jalá.)

Pregunta: ¿Se separa jalá si la masa será frita o hervida?

Respuesta: Si uno amasa la masa con la intención de cocinarla o freírla (por ejemplo para tallarines o bollos rellenos), se debe separar jalá sin bendición. Sin embargo, si la masa se amasa con la intención de hornearla aunque sea sólo una parte, y luego efectivamente esa parte se la hornea (incluso una pequeña cantidad), entonces se debe separar jalá con bendición, con tal de que la masa entera reúna los requisitos mínimos necesarios.

Jalá redonda de pasas

Jalá redonda de pasas con cobertura de migas dulces

Es tradicional utilizar jalás redondas para Rosh Hashaná , para representar el ciclo de la vida. También es costumbre comer alimentos dulces en esta época, para simbolizar nuestro deseo de un año dulce por delante, de ahí las pasas y la cobertura de migas dulces.

Prepare la masa siguiendo las instrucciones que se indican a continuación. Utilice un bol grande, ya que con esta preparación se obtienen seis panes y la masa necesita espacio suficiente para duplicar su tamaño.

Cuando la masa haya leudado, golpéela y déjela reposar durante 10 minutos antes de realizar la mitzvá de separar la jalá . Diga la bendición, separe un pequeño trozo de masa y déjelo a un lado para que se queme después de que la jalá haya terminado de hornearse. Para obtener más información sobre esta mitzvá y una guía paso a paso, mire este breve video para hacerlo usted mismo .

Ahora divide la masa en seis partes relativamente iguales. Cada una de las seis partes formará una jalá. Enrolla cada pieza en una “serpiente” larga (en la imagen). 

Presiona las pasas a lo largo de la masa, luego enróllala desde un extremo, hasta que tengas un círculo. 

Mete el extremo por debajo. Alternativamente, puedes hacer primero una jalá trenzada con cada una de las seis piezas y luego enrollar la trenza en un círculo.

Coloque las jalás en bandejas para hornear engrasadas, pincele con huevo y espolvoree con la cobertura de migas. Déjelas reposar otros 40 minutos y luego hornéelas a 375 °F hasta que estén doradas, aproximadamente 45 minutos.

 

Tradicionalmente, en Shabat y en las comidas festivas, mojamos la jalá en sal. Pero desde Rosh Hashaná hasta el final de Sucot , la mojamos en miel. ¡Disfruten!

Ingredientes de la masa:

4 cucharadas de levadura seca
5 tazas de agua muy tibia
5 huevos grandes
1¼ taza de miel
1 taza de aceite (canola o aceite de oliva ligero)
2 cucharadas de sal
Aproximadamente 18 tazas de harina
1 taza de pasas

 

Para el huevo batido:

1 huevo | Para la cobertura de migas

½ taza de harina
½ taza de azúcar
1 cucharadita de vainilla
5 cucharadas de aceite

Indicaciones

En un recipiente muy grande, disuelva la levadura en 2 tazas de agua tibia y deje reposar unos 15 a 20 minutos hasta que esté ligeramente espumosa.
Añade el resto de los ingredientes y la mitad de la harina. Mezcla hasta formar una masa suelta. Añade el resto de la harina un par de tazas a la vez, hasta que la masa esté suave pero no pegajosa. Amasa.
Cubre la masa con un paño húmedo o film transparente y déjala reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora y media. La masa debería duplicar su tamaño.
Golpear la masa y dejarla reposar durante 10 minutos. Dividirla en 6 partes iguales.
Enrolle la masa según las imágenes y las instrucciones anteriores. Coloque los panes en bandejas para horno ligeramente engrasadas y deje que leuden durante otros 40 minutos.
Prepare la cobertura de migas dulces colocando la harina y el azúcar en un bol. Agregue lentamente la vainilla y el aceite, mezclando con una cuchara o con las yemas de los dedos hasta que alcance la consistencia de migas.
Pintar los panes con huevo y espolvorear con la cobertura de migas. Hornear a 375° F durante aproximadamente 45 minutos. Los panes deben quedar dorados y firmes en la base.

La jalá correcta

Reb Meirke de Mir, uno de los jasidim de Rabi Mordejai de Lejovitch, una vez interrumpió su viaje para entrar en una posada para decir sus oraciones. 

Mientras estaba allí, llegó una gran caravana de carros, atiborrada de pobres itinerantes con sus esposas y pequeños pordioseros. 

Reb Meirke vio a un hombre en el medio, de apariencia venerable cuyo rostro reflejaba una extraña pureza de mente. Cuando lo estaba mirando más de cerca, vio que la esposa del posadero puso pan y otra comida en la mesa.

Mientras que toda la otra gente pobre agarró sus rodajas para aliviar su hambre, el pobre anciano caminó determinadamente hacia las cubetas de agua, y examinó una jarra cuidadosamente para ver si era apta para realizar el Netilat Iadaim (lavado ritual de las manos).
Antes de lavar sus manos, sin embargo, tomó la rodaja de pan sobre la que debería luego decir la bendición‐ pero la volvió a colocar inmediatamente, tomó un poco de otro pan que estaba allí en cambio, recitó la bendición sobre él, y se sentó para comer.

Los pobres abandonaron la posada poco después, y el hombre anciano salió con ellos.
Pero a lo largo de sus oraciones y de su comida de la tarde, Reb Meir no podía alejar sus pensamientos del anciano mendigo. ¡¿Por qué no comió esa rodaja de pan?!
Él tenía que averiguarlo. 

Se acercó a la propietaria y le preguntó: “Excúseme, pero ¿cuándo amasó y horneó ese pan?”
“¿Por qué?. Ayer o anteayer…” ella contestó.
“¿Y usted me certifica” él continuó, “si recordó en ese momento separar un trozo de Jalá de la masa (de cada masa es debido retirar un trozo y quemarlo‐ hafrashat jalá)?”
“¡Oh! ¡Qué barbaridad!” Exclamó a la mujer. “¡Me olvidé de quitar la masa!”

Ahora estaba claro para Reb Meirke que el hombre estaba Divinamente inspirado. Ensilló sus caballos y a toda prisa salió inmediatamente para alcanzar al grupo de viajeros. Los encontró pronto, pero su hombre no estaba entre ellos.
“¿Dónde está ese hombre anciano que estaba con ustedes?” Preguntó.
“¿Por qué preguntas por ese viejo loco?” Contestaron. 

“Él se nos unió hace unas semanas, y viaja dondequiera que viajemos, y duerme dondequiera que dormimos. Pero se comporta como si estuviera chiflado.

Cada día nos deja durante un tiempo y se para solo, entre los arbustos en el bosque. Y una vez, en pleno invierno, cuando vio un lago helado cerca nuestro, rompió el hielo y se zambulló en el agua congelada.”
Cuando Reb Meirke siguió la dirección que le indicaron, descubrió a este hombre extraño que estaba de pie bajo un árbol, extasiado en sus pensamientos,y su cara encendida como un leño.
“¡Rebe, bendígame!” Exclamó Meir.

El pobre le pidió una moneda de cobre, y le dio su bendición.
Cuando en el momento debido, Reb Meirke visitó Lejovitch de nuevo para ver su Rebe y le contó toda la historia, el tzadik dijo: “¡Cuán afortunado eres! ¡El hombre que te dio su bendición no es otro que el santo Rabi Leib Sarahs!”

Receta de Jalá de agua

Cómo hacer una jalá de agua perfecta

La jalá de agua es más ligera, menos densa y nada dulce. Normalmente no contiene huevo ni edulcorante.

Por Miriam Szokovski

Pareve de carne y lácteos | Tiempo > 60 minutos | Dificultad Intermedia

 

¿En qué se diferencia la jalá de agua de la jalá tradicional ?

La jalá de agua es más ligera, menos densa y nada dulce.

Normalmente no contiene huevo ni edulcorante (se reserva un poquito para ayudar a la levadura a hacer su trabajo).

A la gente le encanta por su exterior crujiente y su sabroso sabor, perfecto para untar en matbucha , baba ganoush, hummus y otras salsas o ensaladas de Shabat.

Ingredientes


1,25 libras (570 gramos) de harina
1 ½ tazas de agua tibia
1 cucharada de levadura seca
1 cucharada de azúcar
2 cucharadas de aceite
½ cucharada de sal kosher

También:
Aceite
1 huevo batido
Semillas de sésamo o amapola

NOTA:

Esta receta rinde para 2 panes y no utiliza suficiente harina para tomar jalá con una bendición . Esta receta se puede multiplicar fácilmente; si la multiplicas por 4, estarás utilizando 5 libras de harina, que es suficiente para realizar la mitzvá .

 

Coloque todos los ingredientes en el bol de una batidora. Mezcle a velocidad lenta hasta que la masa se integre. Aumente la velocidad a media y deje que la batidora amase la masa durante 10 a 15 minutos.


Saque la masa de la batidora y forme una bola. Cúbrala ligeramente con aceite y colóquela en un recipiente limpio.

Cúbrala con un paño húmedo y déjela reposar durante 1 hora.


Dividir y trenzar la masa a gusto.

Colocar en una bandeja para horno cubierta con papel de horno.


Pincele los panes con huevo batido (yo usé solo clara de huevo, por eso mis panes jalá son bastante pálidos) y espolvoree con semillas de sésamo o amapola.

Cubra suavemente y deje reposar durante otros 30 minutos.


Destapar la bandeja y llevar al horno. Hornear a 350°F (180°C) durante 45 minutos.


Opcional: para lograr una corteza más crujiente, coloque una cacerola con agua en el fondo del horno cuando coloque la jalá.

Esto creará vapor en el horno que le dará una corteza espectacular.


Rinde: 2 panes

Hafrashat Jalá (La separación de la la Jalá)

En esta Parashá se narra el episodio de los espías que fueron enviados por Moshé para que conocieran la tierra de Canaán (Israel) a la cual estaban próximos a entrar. Se designaron doce espías, uno por cada tribu, que salieron el 29 de Siván de 2449 y regresaron 40 días después, el 9 de Av (Tishá Be Av).

Diez de los doce espías rindieron un reporte negativo del país, diciendo que era una tierra de ciudades fortificadas, de personas gigantes, que sería inconquistable y que la tierra devoraría a sus habitantes, lo cual causó desánimo entre los judíos. 

Sólo Caleb ben Yefune y Yehoshua Ben Nun dieron una versión positiva, diciendo que era una tierra de la que manaba leche y miel.

El desconsuelo hizo que el pueblo llorase amargamente la noche del 9 de Av. Al ver su actitud de desconfianza y poca fe, Di-s decretó que por haberse lamentado sin razón, haría de ese día una ocasión de verdadero duelo. 

Como se sabe, la destrucción del Primer y Segundo Templo ocurrieron en esa fecha, además de muchos otros acontecimientos trágicos para el Pueblo Judío. 

El error de los espías no residió en la falta de fe en Di-s, como se suele explicar. Su temor – según enseña el Jasidut – estaba fundamentado en que el ingreso a la tierra provocaría la decadencia espiritual del pueblo, que tendría que luchar por la sobrevivencia y ocuparse de satisfacer todas las necesidades que en el desierto eran cubiertas por Di-s.

Los espías, personas de alto nivel espiritual, especialmente designados por Moshé, pensaron que la tierra devoraría a sus habitantes en el sentido de que las preocupaciones para el logro de su manutención ocuparían todas sus energías, en detrimento del estudio de la Torá y el desarrollo de la espiritualidad, que era más fácil de conseguir estando en el desierto, aislados, recibiendo maná del cielo, agua de la “fuente de Miriam” y teniendo vestimentas que no se desgastaban. 

Los milagros que sostenían a los judíos en el desierto no representaban el máximo nivel de la experiencia espiritual; solo fueron una preparación para el verdadero objetivo: toma posesión de la tierra de Israel y hacerla una Tierra Santa, pero ocupándose de las cosas comunes del mundo impregnándola con luz espiritual, produciendo el verdadero milagro que ocurre cuando lo infinito forma una unidad con lo finito. 

El objetivo de cada una de las mitzvot (preceptos) es traer la Divinidad a este mundo, en cada uno de los aspectos de la vida ordinaria. “Conocer a Di-s en todos nuestros caminos”, entender que no existe nada que quede fuera de su dominio.

La falta de comprensión por parte de los espías y de la mayoría del pueblo de que todos los actos del hombre – aun los mundanos – están relacionados con la Divinidad, hizo que esta generación no entrara a Eretz Israel, sólo sus hijos – que fueron educados adecuadamente – merecieron entrar a la tierra y habitarla cumpliendo los preceptos de la Torá. 

En esta Parashá se instruye sobre el precepto de Jalá, que nos demuestra que las mitzvot en el judaísmo están relacionadas con el mundo físico, pues nada hay más material que el pan, producto de la tierra y símbolo del sustento del hombre. Al separar la jalá (masa) mediante la respectiva bendición se está reconociendo que todo sustento deriva de Di-s, la Fuente de Vida y ello transforma lo mundano y físico en algo profundamente espiritual.

Otro de los significados de la jalá se puede aprender del proceso de preparación de la masa. Cuando el trigo crece, cada espiga es reconocible; luego, aun en el proceso de desgranado y molienda de la harina, los gránulos son distinguibles. Solo cuando se agrega el agua se forma la masa y los granos individuales hacen una unidad homogénea. Entonces se puede separar la masa, que se entrega al Sacerdote (actualmente, ese pedazo se quema).

El simbolismo de este proceso consiste en la importancia de la unidad del Pueblo Judío: cada judío no es una unidad separada independiente de los demás judíos del mundo, sino que debe estar preparado para dar de sí mismo, para compartir con los demás. 

El agente unificador es la Torá, que según nuestros sabios es comparada con el agua, pues unifica a los judíos de todas las clases y los amasa en un todo. 

Cumplir la mitzva de jalá es privilegio de la mujer judía. Con ello demuestra a su familia lo que significa dar ánimo y ser sensible a las necesidades de los demás; a través de su observancia, se revela la Presencia de Di-s en su casa y recibe la bendición para todos los miembros de su familia. 

Cada ingrediente de la jalá tiene enorme importancia y está relacionado con nuestra vida. En la medida que se comprenda, ayudará a centrarse en la esencia y el contenido de esta bendición que se hace en honor al Shabat. 

  • El recipiente representa el hogar. Cada ingrediente añadido debe traer una bendición única. 
  • La harina representa la materia prima de Hashem – el sustento (tamizar lo bueno de lo malo)
  • El azúcar representa la dulzura  y las cosas buenas. 
  • La sal representa la crítica, por lo cual hay que ocultarla entre la harina. 
  • La levadura representa protección. Se reza para que Di-s nos proteja. 
  • El agua equivale a la Torá y la vida.
  • El aceite representa abundancia y bendición. Es nuestra esencia; al verterla, imagine la unción de  cada miembro de su familia y rece por ellos con su nombre completo. 
  • Los huevos representan la fertilidad y el ciclo de vida.

Al amasar se integran todos los elementos vitales. La mitzva de Hafrashat Jalá, que consiste en la elevación, separación y quema de un pedacito de masa de harina, es una de las tres mitzvot confiadas por Di-s a la mujer y en su acepción más amplia incluye toda la comida. 

Ser judío es una experiencia holística en la cual mantener el kashrut es una parte integral. Acta todo el cuerpo, mente, corazón y psique de la persona. Una ventaja de la dieta kasher es que refina y purifica a los integrantes del pueblo. 

Las otras dos mitzvot encomendadas por Di-s a la mujer, por la confianza que esta le merece son: el encendido de velas de Shabat para iluminar el hogar y le mundo tanto en lo físico como en lo espiritual, y la mitzvá de pureza familiar o Taharat Hamishpajá base para asegurar la continuidad del Judaísmo.

Receta clásica de Jala (Que nunca falla)

importante: para poder cumplir con la Mitzvá de separar Jalá hay que hacer doble receta.

INGREDIENTES

1 kg de harina común

2 huevos

½ vaso de aceite

2 vasos de agua tibia

½ vaso de azúcar

50 gr de levadura

1 cucharita de sal

PARA PINTAR

1 huevo batido

1 cuchara de azúcar

1 cucharita de aceite

Sésamo

Tamizar la harina. Hacer un hueco en el medio. Colocar la levadura. Agregar el azúcar y el agua tibia. Esperar que la levadura se disuelva. Agregar los huevos, aceite, sal. Mezclar y empezar a amasar hasta que se forme una masa suave y elástica. Colocar un dedo sobre la masa y hundirla un poco. Si la masa vuelve ya está suficientemente amasada. Dejar levar hasta que duplique su tamaño (más o menos una hora).

Encender el horno a temperatura media.



Tomar bollitos y darle forma de bastones. Trenzarlos, colocar cada pan trenzado en una asadera aceitada y pintarlos. Espolvorear con sésamo. Hornear hasta que estén dorados los panes.

JALÁ INTEGRAL

Para hacer la jalá con harina integral, reemplazar la mitad de la harina común por la misma cantidad de harina integral.



La shlisel jalá, la llave en la jalá

Hay una costumbre llamada en idish, “Shlisel Jalá (llave).” Insertamos una llave de la puerta de la casa, o damos forma a nuestras jalot de una llave, para significar que entendemos que nuestras necesidades básicas de la vida, así como nuestras comodidades están almacenadas para nosotros en el Cielo detrás de puertas cerradas. Todo lo que tenemos que hacer es pedir a Hashem, Todopoderoso, para desbloquear las puertas y llenar nuestros hogares con bendición.

¿Por qué hacemos una Shlisel Jalá el Shabat después de Pesaj?

Es apropiado porque en la primavera, poco después de Pesaj, los Benei Israel finalmente entraron en la Tierra de Israel. Fue un momento de transición en las estaciones, así como en la forma en que recibimos nuestro sustento. Estuvimos comiendo el Man del Cielo y ahora teníamos que empezar a comer del fruto de la tierra, alimentos que parecen venir a nosotros como un resultado directo de nuestro propio esfuerzo.

Al colocar una llave en nuestra jalá en la misma época del año, estamos diciendo que la llave sólo pertenece a Hashem. Y así como Él abrió las puertas de sustento para proveer a nuestros antepasados en esos días en la Tierra de Israel, que así Él nos proporcione nuestras necesidades ahora, donde quiera que estemos.

(TheKosherplanet.com)