¿Por qué no se toca el Shofar en Shabat?

Tocar el Shofar en Rosh HaShaná es un precepto bíblico, sin importar en qué día de la semana caiga la festividad, pero la Mishná nos dice que no tocamos el Shofar cuando cae en Shabat: Si es en Shabat, el Shofar suena en el Templo Sagrado, pero no en todo Israel.

El Talmud explica:

Raba dijo: Todos tienen la obligación de tocar el Shofar, pero no todos son expertos en tocarlo. Existe el peligro de que uno tome el Shofar y acuda a un experto para aprender [cómo tocarlo correctamente], y lo llevará cuatro codos en el dominio público [un acto que está prohibido en Shabat].

Los Sabios pueden “anular” un precepto de la Torá (si su instrucción implica la abstención de la acción, no una violación proactiva de un mandato bíblico).
Nuestra obligación de seguir las directivas está implícita en el versículo, “Y deberás haz conforme a la palabra que te digan, desde el lugar que Di‐s escoja, y cuidarás de hacer conforme a todo lo que te instruyan.”

En Jasidut se explica que es inconcebible que los Sabios priven a todo Israel de los beneficios que otorga una de las más grandes Mitzvot por culpa de unas pocas almas ignorantes que de otro modo podrían errar.
Debemos concluir que los Sabios entendieron que en Shabat es innecesario tocar el Shofar, porque lo que logramos haciendo sonar el Shofar, por sí solo, se logra en Shabat.

El logro del Shofar es renovar el placer de Di‐s en Sus obras, en este mundo, para que haya un deseo de continuar infundiendo Sus obras con la fuerza vital necesaria para su existencia continua.
Si Él se deleita en nosotros, tiene razón para continuar creándonos, para continuar Su relación con nosotros.

El tema principal de Shabat es el placer, el deleite y el deseo. “Llama al Shabat una delicia”, nos ordena el profeta, lo cual logramos al participar de comidas suntuosas.
Y lo que Di‐s nos instruye que hagamos, Él también lo hace.

En Shabat el deleite y el deseo de continuar con nuestro mundo y con nuestra relación ya está allí, no hay necesidad de tocar el Shofar para renovarlo. (Sin embargo, el nivel de placer Divino evocado al tocar el Shofar en el Templo Sagrado, el lugar donde se manifestó la esencia de Di‐s, es mayor que el placer activado naturalmente en Shabat. Como tal, el Shofar suena en el Templo incluso cuando Rosh HaShaná cae en Shabat.)
Pronto, esperamos merecer escuchar el “gran Shofar” que se tocará el día de la Redención.

Shabat de Luna llena: Encontrando el amor y consuelo

Inspiradoras palabras de Torá que fueron enseñadas por el Rabino Simon Jacobson y su hermano Rab. Iosef Itzjak.

Las llamas de Shabat

En la base de la llama, donde se conecta con la mecha, la luz azul, negra y cobalto representan la lucha de nuestra alma con la oscuridad, las inseguridades, los miedos y similares. Hemos entrado en el mundo de la luz, pero la luz todavía está luchando con la oscuridad. 

Por encima de esto, el cuerpo de la llama está naranja, amarillo y rojo. Esto refleja nuestra experiencia pura de la luz y la alegría, nuestras fuerzas, el poder del alma que quema brillante. Finalmente, por encima de la llama hay un fuego oculto que no es visible para el ojo. Esta es la parte invisible de nuestra alma que va más allá de todo, que no se ve afectada por las vicisitudes de nuestras luchas diarias. 

Es la parte de nosotros que nunca ha sido y nunca será “quebrada”. Es nuestra esencia Divina.

Estos tres aspectos de la llama también se relacionan con las tres etapas o comidas de Shabat. El viernes por la noche entramos en el terreno de la luz del Shabat, pero aún estamos lidiando con la memoria de nuestra desafiante semana de trabajo. 

En el Día de Shabat nos sumergimos en la paz, belleza y serenidad. Por último, la tercera comida, representa la llama oculta trascendente, al entrar en un lugar que está más allá de cualquier expresión consciente.

El 15 de Av – Meditaciones de Luna Llena

La luna llena de Av está asociada con las relaciones. En este día, “las hijas de Jerusalén salían … y bailaban en los viñedos”, y “el que no tenía esposa iría allí” para encontrar una novia (Talmud, Taanit 26b). Pero ¿por qué esto es así?, ¿por qué este día está asociado con la búsqueda de un alma gemela?
El judaísmo nos enseña que cada persona tiene un “bashert”, la otra mitad de su alma que se busca para casarse. Cuarenta días antes de que una persona nace, una voz celestial anuncia su “bashert.” 
El 15 de Av es cuarenta días antes del 25 de Elul, el primer día de la Creación. Es por eso que la luna llena de Av celebra las relaciones (B’nei Issajar).

Shabat Najamú
Shabat Najamú es el primer Shabat después de Tishá Be Av, la fecha en que los dos Templos Sagrados fueron destruidos, cerrando la ventana entre el cielo y la tierra. “Najamú, Najamú Ami – consuelen, consuelen a mi pueblo”, las palabras del profeta reverberan a través de las semanas siguientes, las siete semanas de la Consolación. 

Después de la degradación y el sufrimiento experimentado por el pueblo judío, el profeta los consuela. Pero los Judíos responden diciendo que no quieren ser consolados por los profetas, sino por Di-s mismo.

 

¿Por qué Di-s consuela a los Judíos a través de un mensajero? Mandando a un ser humano para consolar a la gente, Di-s impregna a cada uno de nosotros la habilidad y el poder de consolar a otros. 

Podría parecer que un mortal puede hacer muy poco para consolar a otro, no tenemos el poder para compensar la pérdida o la capacidad de cambiar la situación de alguien. Pero, a través de estas palabras de consuelo que se nos da a través de un ser humano, Di-s nos da a cada uno de nosotros la fuerza Divina para realmente consolar a otro ser humano que sufre.

La luna nos enseña tres lecciones fundamentales sobre las relaciones exitosas:

1. La luna sabe cómo ser humilde e invisible. No se consume con su propio ego. Esa es la lección # 1 en las relaciones: Sé humilde, lo suficientemente fuerte como para saber cuándo aplazar.

2. Aun cuando brilla, la luna sabe que la luz no es suya. Su poder proviene de otro lugar, su fuerza es reflejada y canalizada desde un lugar más alto.

3. La luna ilumina la oscuridad. No trata de erradicar la noche, sino que hace brillar la luz en la oscuridad. La luna llena no niega o erradica la debilidad, dificultad y dolor, sino que lo reconoce y a pesar del dolor, sigue brillando. Una relación sana no es sólo acerca de la perfección, sino de la sensibilidad de reconocer y saber cómo cooperar e iluminar nuestras debilidades, incluso a nuestros lados más oscuros.

Se puede amar de verdad sólo cuando no es consumido por usted mismo . Cuando uno está lleno de sí mismo, con su propia luz solar, puede lograr muchas cosas buenas, pero no el amor. Conviértete en una luna, un recipiente, y así podrá contener y amar a otro. La luna llena significa estar lleno con el otro. Su sentimiento de carencia y falta de plenitud le permite convertirse en el más completo.

Shabat el objetivo de la vida

“Cuando vengáis a la tierra… descansará la tierra un Shabat para Hashem” (Vaikrá 28,2)

En el comienzo de nuestra Parshá, la Torá dice1: “cuando vengáis a la tierra…descansará la tierra un Shabat para Hashem”. Esto se refiere a la mitzvá de Shmitá, el año sabático, que el texto detalla a continuación: “seis años sembrarás tu campo…y en el séptimo año un Shabat de Shabatón será para la tierra”.

La secuencia presentada por el versículo genera una pregunta2: del lenguaje de la Torá parecería como que “cuando vengáis a la tierra” de inmediato debe cesarse el trabajo del campo- “y descansará la tierra un Shabat para Hashem”. Pero en realidad esto no es así, ya que primero vienen los seis años de trabajo, y sólo después el año sabático de Shmitá.

TRABAJO EN ARAS DE LO SACRO

El orden de cómo nos presenta la Torá el tema, viene a enseñarnos cuál es el objetivo y la meta de toda la labor durante los seis años. El hombre podría pensar que el objetivo principal es el trabajo del campo durante los seis años de actividad agrícola, y el año sabático es un tema más allá de ella. Nos enseña aquí la Torá que todo el objetivo de “cuando vengáis a la tierra” y la actividad del arado y la siembra es “descansará la tierra un Shabat para Hashem”.

Es cierto que la secuencia real es en primer lugar los seis años de trabajo del campo y recién a continuación el año sabático; pero del judío se requiere que recuerde constantemente que el año sabático de Shmitá es el objetivo y la meta.

El judío debe tener siempre presente que toda la labor de los seis años no es sino para llegar al séptimo, al año de santidad y espiritualidad. Con ese fin Di-s nos dio la Tierra de Israel, para que introduzcamos en ella santidad- el “Shabat para Hashem”- en el seno de la vida cotidiana.

HACIA EL SÉPTIMO MILENIO:

En un aspecto más amplio, hay aquí una referencia a la vida del hombre en su sentido global. Es sabido3 que la vida en este mundo está compuesta de seis mil años de acción y de un séptimo milenio que es un “Shabat y descanso de vida eterna”4.

Nos indica aquí la Torá: “cuando vengáis a la tierra”- cuando el alma desciende a esta tierra inferior, a este mundo, a los seis mil años de acción, debe ésta saber que el objetivo es- “y descansará la tierra un Shabat para Hashem”- llegar al séptimo milenio, a la era del ‘Shabat’.

El judío debe estar compenetrado con la convicción de que todo el objetivo de su vida sobre la tierra es preparar al mundo para a su objetivo Divino- que el mundo se convierta en una morada para Él, Bendito Sea5, algo que alcanzará su concreción más íntegra, en el séptimo milenio.

CADA DÍA ES SHABAT:

Así ocurre también con la vida cotidiana: por la naturaleza de cómo está estructurado el mundo, la mayoría de las horas del día están dedicadas a temas mundanos- al trabajo, las diferentes necesidades materiales, etc. Sin embargo, uno debe tener presente que el objetivo es el ‘Shabat’ – la santidad.

El verdadero objetivo de toda la actividad diaria son las horas dedicadas al estudio de la Torá, a la plegaria y a las mitzvot.

Con esta conciencia, el judío debe comenzar su día, como dice el Shuljan Aruj (Código de Leyes), que “de inmediato cuando uno despierta de su sueño debe recordar frente a quien se encuentra acostado”, y debe expresar esto diciendo “Modé ani lefaneja”- agradezco frente a Ti. Esta es efectivamente la meta de toda la vida- servir a Hashem y hacerlo morar en el mundo de la acción.

(Sefer HaSijot 5750, Tomo 5, Pág. 471)

Encendido de velas de Shabat

El hogar judío recibe al Shabat con el encendido de velas y este precepto pertenece a la mujer. Se deben encender las velas media hora antes del ocaso y por eso se deben observar los horarios del encendido que difieren de ciudad en ciudad.

El encendido de velas es uno de los tres preceptos específicos de la mujer. Si la mujer no se encuentra en la casa, el esposo u otro miembro de la familia debe prender las velas en su lugar.

Este precepto es específico de la mujer por el motivo que la mujer se encuentra en el hogar relativamente más tiempo. Otra razón se refiere al Shalom Bait – la armonía en el seno del hogar –. Nuestros sabios desearon enaltecer a la mujer, pilar del hogar y por ello le adjudicaron el honor de traer la santidad del Shabat a la casa.

Nuestros sabios también aportaron otro motivo: el encendido de las velas es una especie de reparación y expiación del pecado de Eva, la madre de todas las criaturas, que comió del árbol prohibido de la sabiduría y, además, alimentó con esos frutos a Adam.

¿Cuál es la relación entre el pecado original y el encendido de velas?

Como resultado de este pecado fue dicho “del polvo vienes y al polvo retornarás”. Es decir, con el hecho de haber comido del árbol de la sabiduría Java, apagó la “luz del mundo” (como dice el versículo: “la luz de D’s es el alma del hombre” en Proverbios 20:27) y por el hecho de haberla apagado, expía cada víspera de Shabat su falta, con el encendido de velas.

¿Cuántas velas se deben encender?

Contamos con dos costumbres principales acerca de la cantidad de velas, que se deben encender en la víspera de Shabat: la. Dos velas – una por “Recordad” y otra por “Cuidad”– son los dos conceptos que complementan la santidad de Shabat.

Una mujer casada habitualmente enciende dos velas y puede agregar una adicional por cada uno de sus hijos. Las mujeres solteras encienden una vela.

En cuanto una niña pueda captar la idea de Shabat puede recitar la bendición (aproximadamente 3 años de edad), su madre debe proporcionarle un candelabro y debe enseñarle a encender las velas de Shabat.

Las niñas deben encender antes que su madre en caso de que necesiten de su ayuda. Es costumbre poner unas monedas en una “pushke” (alcancía para Tzedaká)

 

 

La bendición de las velas en Shabat es pronunciada luego de ser realizada, es decir, después del encendido. Porque con la pronunciación de la bendición. , la ama de casa recibió al Shabat. Desde ese momento en adelante todas las prohibiciones de labores de Shabat recaen sobre ella – y una es la prohibición de encender fuego. Es por eso que primero deberá encender las velas y sólo después bendecir. De aquí nace la costumbre de cubrirse el rostro con las manos en el momento de pronunciar la bendición y mirar las velas encendidas sólo al acabarla, ya que de esta manera cumplieron con el precepto como si hubiera sido pronunciada antes del encendido.

Bendición:

Barúj ata A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlik ner shel Shabat Kodesh.

Bendito eres Tú, Di-s, nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender las velas del sagrado Shabat

Shabat Bereshit

Sobre el Shabat Bereshit, cuando se comienza con el ciclo anual regular de la lectura semanal de la Torá, hay un dicho conocido de los Rabinos de Jabad, que este Shabat influye sobre todo el año “como uno se para en Shabat Bereshit, así camina todo el año”

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