PARA PENSAR, COMPARTIR CON AMIGOS
Y LLEVAR A LA PRÁCTICA
Cinco hermanas: La historia de las hijas de Tzelafjad
17 de Tamuz: ayuno por los cinco hechos trágicos
Ben Hametzarim – “Esperando al Mashiaj”
Esstas tres semanas que van del 17 de Tamuz (23/7) -hasta el 9 de Av (13/8), son tres semanas de duelo por la destrucción del Beit HaMikdash que culminó con el exilio.
Es importante reflexionar sobre esta situación y pedir de Hashem que nos mande al Mashíaj.
Tal como ocurriese en el primer exilio en Egipto, Hashem no mandó al salvador (Moshé Rabenu) hasta que el pueblo mismo clamó por la salvación.
Por este motivo nos enseñaron que en la Amidá pidamos por la venida del Mashíaj “Haz sonar el gran Shofar para nuestra libertad… y recógenos de los cuatro rincones del mundo a nuestra tierra…”
“Regresa con misericordia a Jerusalém, Tu ciu-dad… y reconstrúyela pronto en nuestros días…”
“Haz que el vástago de David, Tu servidor florezca rápidamente, e incrementa su poder mediante Tu sal-vación, pues a tu salvación ansiamos todo el día…”
“Que nuestros ojos vean Tu retorno a Tzión…”
Y concluimos con “sea Tu voluntad… que se reconstruya el Bet Hamikdash pronto en nuestros días”.
En el día 9 de Av los Sabios instituyeron una plegaria adicional en el rezo de minjá que dice: “Consuela Hashem a quien está de duelo por Tzión y Jerusalém…
Por eso Tzion llora amargamente y Jerusalém eleva su voz: Pues Tu Hashem, la consumiste con fuego y con fuego Tú has de reconstruirla, como fue dicho: Yo seré para ella dice Hashem, un muro de fuego de rededor y
Yo seré para gloria en su medio (Zejaria 2:9)”
Aunque nuestros Sabios nos cuentan que el tercer Bet HaMikdash será construido por Hashem como decimos en los rezos: “
… el Santuario, Hashem, que Tus manos han establecido” (Shemot 15:17)
Llamado del Rebe de Lubavitch
En estos días es menester incrementar la observancia del versículo “Tzión será redimida con Ley (mishpat), y quienes retornen a ella lo harán mediante la caridad (tzedaká)”, ampliando nuestros actos de caridad y estudio de la Torá.
Es importante dedicarse a segmentos de la Torá que tratan de la Redención y la construcción del Gran Templo.
El estudio de estos temas debe ser con mayor en-tusiasmo, dado que nos encontramos en los umbrales de la Redención.
Es importante estudiar los temas vinculados al Gran Templo, que será una realidad palpable, con la venida de nuestro justo Mashíaj.
El genoma espiritual
Una importante revista internacional imprimió algunas fotos asombrosas tomadas dentro del vientre de una madre, mostrando la evolución de un feto de dos semanas hasta un bebé a término, justo antes de su nacimiento…
La extrapolación de complejidad y completitud desde lo aparentemente simple es absolutamente milagrosa.
Un rasgo curioso, sin embargo, es la postura. El estado más temprano, la forma rizada y plegada del feto está llamativamente fuera de sincronía con la postura erecta del ser humano. La explicación obvia es el espacio limitado en su morada temporal dentro del útero. EL jasidismo ofrece una explicación más profunda.
La funcionalidad del cuerpo nonato es limitada. Más significativamente, la cabeza está inclinada abajo entre las rodillas. Este estado flácido también es indicativo de una falta de conciencia -la funcionalidad del cerebro, en el sentido de actividad mental. La función dominante del cuerpo es la del estómago, atado por el cordón umbilical a la madre. El crecimiento y mantenimiento del feto se realiza a través de esta asombrosa “manguera” que lo alimenta directamente. Sólo cuando tiene lugar el nacimiento, espontáneamente las otras funciones potenciales se activan con el primer llanto del recién nacido. La cabeza se alza y los músculos del cuello le dan apoyo. El cordón se corta y el estado de independencia se establece.
Las enseñanzas jasídicas de la Kabalá comparan al bebé nonato con el estado actual del mundo y la historia. La Torá hace notar que “tenemos ojos pero no vemos, orejas pero no oímos”, como lo hace, sustancialmente, un niño nonato.
Nuestra conciencia está muy limitada, como se evidencia por la pequeña porción del cerebro que usamos actualmente –estimada en un 5% de su potencial. Tendemos abuscar entender la mecánica de la vida, y nos esforzamos para comprender su propósito. El nuestro es un acercamiento frío y cerebral al funcionamiento del mundo. Esto es semejante al estado de actividad y visión del feto dentro del vientre.
La Kabalá nos dice que una fase de “explosión espiritual” surgirá de repente –una combustión espontánea de visión y conciencia más elevada, estado conocido como Mashiaj. Como el nacimiento de un niño y la transformación de un feto plegado en un ser humano sensible y derecho, de la misma manera la humanidad se volverá un mundo de conocimiento más elevado y los soportes espirituales de la realidad se volverán abiertos y claros. El otro 95% del cerebro funcionará con todo nuestro potencial para percibir las realidades más profundas. El estado de unidad y unicidad será evidente, produciendo un estado de equilibrio nunca antes experimentado.
Las enseñanzas de Jasidut describen este fenómeno como el equilibrio emergente de los tres patriarcas: Abraham, Itzjak, y Iaakov, manifestando su contribución espiritual al embrión que supimos ser. Los patriarcas proporcionaron la “semilla” espiritual de la cual evolucionamos. Es su aporte que se manifestará y revelará próximamente, produciendo una profunda auto-realización.
A través de nuestro autodominio e introspección estamos preparándonos constantemente para esta transformación, y en esta búsqueda de una conciencia más elevada, nos volvemos los catalizadores activos en la aceleración del proceso.
CONTEMPLACIÓN: El aspecto de la personalidad de Abraham es su naturaleza compasiva. El aspecto de Itzjak es su fuerza y resolución. El de Iaakov es su sentido de verdad y equilibrio. Pasá tres días consecutivos enfocado y alerta a cada uno de estos tres elementos espirituales, uno por uno, secuencialmente durante los tres días. A medida que se va dando cuenta del lugar que ocupan dentro suyo, comprométase a fortalecerlos y a re-equilibrarlos, fijándose si falta alguno o alguno está funcionando a medias.
MEDITACIÓN: Pensá en una idea. Rastreala hasta su nacimiento. ¿Cómo la pensasteó? ¿De dónde vino? ¿Cuál fue el espacio espiritual – el potencial que permitió concebir el pensamiento? ¿Qué características “patriarcales” se invirtieron en esta disposición del pensamiento a su código genético? ¿Cómo traspusieron el tiempo, el espacio y la persona, para volverse un aspecto de su personalidad? ¿Dónde residían antes en sus padres, y sus padres, y sucesivamente? Permanecé en un estado de asombro y admiración del misterio de la creación.
Laibl Wolf
Enseñanza semanal, Balak
PARA PENSAR, COMPARTIR CON AMIGOS
Y LLEVAR A LA PRÁCTICA
Sopa de Zucchini
Ingredientes:
– 2 cucharadas de aceite de oliva
-6 Zucchinis grandes u ocho chicos, pelados y cortados en dados
-1 cebolla cortada en cuadrados
-1 papa cortada en cuadrados
-6 vasos de caldo
-1 cucharada de maizena diluida en 2 cucharas de agua
-1 cuchara de azúcar
-1 cucharita de vinagre
– sal y pimienta a gusto
Procedimiento:
Poner en una olla a calentar el aceite. Una vez que está caliente, agregar los zucchinis, la cebolla y la papa. Cuando se haya cocinado todo, agregar el caldo, la maizena diluida, el azúcar, el vinagre y sal pimienta a gusto.
Dejar cocinar por media hora. Una vez que esté frío, procesar.
Para comer, volver a calentarlo.
Todo sobre el Tabernáculo
El significado del Arca (Arón) en el Mishkán
Por Israel Cotlar
PREGUNTA:
Durante las pasadas semanas me ha sido muy difícil concentrarme en las lecturas semanales de la Torá. Me encuentro hojeando los intrínsecos detalles de la construcción del Mishkán, el Tabernáculo móvil que los judíos habían construido en el desierto.
No soy un historiador, ni arquitecto, y no estoy muy interesado en cuántos hilos han sido cosidos. ¿Cómo me reconcilio a lo tedioso de estos versículos? ¿Qué se supone que debo aprender de estas enseñanzas?
RESPUESTA:
Me alegra que lo preguntes. Es un signo de que estás estudiando la porción semanal de la Torá correctamente, fijándote en lo que te enseña hoy, y no simplemente dando vuelta las páginas como si la Torá fuese un Libro de Historia Judía.
Comencemos por un principio general:
La Torá sólo menciona aquello que sirve como lección para siempre.
Así es que, el hecho de que la Torá nos cuente sobre el Mishkán con tanto detalle significa que hay mucho para aprender de ello.
La clave aquí es que cada ítem en el Mishkán físico tiene su contraparte en nuestras propias vidas, el “Mishkán” privado que cada uno construye dentro suyo.
El versículo mismo sugiere esto cuando da la primera instrucción al pueblo judío sobre el Mishkán: “Harán para Mí un santuario y Yo moraré dentro de ellos”. ¿Por qué el cambio de singular a plural? Rabí Ieshaia Horowitz (1558-1628), conocido como el Shaló, explica que el versículo no dice que Di-s morará “dentro de cada uno”, refiriéndose al Mishkán, sino que dice “en medio de ustedes”, refiriéndose al Mishkán que hay dentro de cada uno de nosotros.
Las enseñanzas de los Jasidim están llenas de conexiones entre los intrínsecos detalles de la construcción del Mishkán y los contenidos, y el Mishkán personal que hacemos en nuestras vidas.
Tomemos un ejemplo: el Arca.
El Arca misma estaba hecha de madera. Y, el versículo (Éxodo 25:11) nos dice: “Y le harás una capa de oro puro, por dentro y por fuera”.
Los judíos cumplieron con esta directiva al hacer tres cajas metidas una dentro de otra. La caja más grande y visible estaba hecha de oro puro. Dentro de ella, había una caja de madera de acacia. Luego una segunda caja de oro era puesta dentro de la de madera. Así, la caja de madera del medio estaba cubierta de oro por fuera y por dentro.
¿Qué nos enseña esto sobre nuestro Mishkán personal?
Nosotros también tenemos tres capas:
La dimensión más interna del alma es de “oro puro”. Esta es nuestra “chispa Divina”, aquella parte de nuestro subconsciente que nunca puede ser contaminada, como el oro, que es un elemento inorgánico no sujeto a cambios.
Después, viene una parte más visible de nuestra alma: nuestra personalidad. Sentimientos, actitudes, humores…la parte de nosotros que fluctúa constantemente. Como la madera, que puede ser exquisita y bella (nuestros momentos espirituales, ideales), o putrefacta (los momentos llenos de depresión y deseos negativos).
Finalmente, está nuestra arca externa, aquella visible para todos: nuestro comportamiento. Idealmente, esto también es de oro.
Hay dos lecciones aquí:
Reconocemos que la capa del medio hecha de madera, tiene sus momentos oscuros. Y está bien. Sin embargo, se nos instruye controlar nuestras tentaciones y mostrar un oro brillante. A pesar de lo que pasa adentro, nuestras acciones están bajo jurisdicción.
Nunca debemos sentirnos hipócritas cuando hacemos una buena acción. Al contrario, es el nivel del medio que no es nuestra verdadera esencia; el oro que mostramos afuera simplemente refleja quienes somos en nuestro nivel más profundo.
Esto es sólo un ejemplo. Hay incontables lecciones para aprender del diseño del Arca. Lo mismo ocurre con los otros recipientes, así como con todo el diseño del Mishkán. Así que puedes ver, que con un poco de esfuerzo y estudio, estos versículos pueden ser entendidos, de hecho, como si te hablaran directamente a ti.
El nacimiento del Freideker Rebe
El 12 de Tamuz, es el aniversario del nacimiento del Rebe Anterior de Lubavitch, Rabí Iosef Itzjak Schneerson, conocido como el Frierdiker Rebe. A continuación, transcribimos los interesantes detalles que tienen que ver con su nacimiento.
(Esta historia fue contada por la Rabanit Shterna Sara, madre del Rebe Anterior, Rabí Iosef Itzjak Schneerson, a Reb Zalke Parsitz, durante el verano de 1918, y fue escrita por Rabí Rafael Kahan, en su libro Shmuot Besipurim, Vol, 1)
“Ya habían transcurrido varios años desde su boda, y aún la Rabanit Shterna Sara no había sido bendecida con el nacimiento de un niño. Esto pesaba mucho sobre su corazón. Además era muy joven y estaba lejos de su familia.
En Simjat Torá del año 1879, la Rabanit concurrió junto a toda la familia de su esposo a la casa de su suegro, el Rebe Maharash, para participar del Kidush(refrigerio festivo). En el transcurso del mismo se decidió que se daría una bendición a cada uno de los presentes (Misheberaj). Los hombres se acercaron a la habitación donde se encontraban las mujeres reunidas y comenzaron a recitar la bendición para cada una. Inadvertidamente, omitieron el nombre de la Rabanit Shterna Sara, quien se sintió muy mal por esto. Inmediatamente después de ser descubierto el error, retornaron a la habitación y pronunciaron un Misheberaj especialmente para ella, pero de todas formas la Rabanit no se sintió del todo reconfortada.
Al concluir el Kidush, el Rebe Maharash se retiró a su habitación y el resto de los Jasidim, incluido el marido de la Rabanit, Rabí Shalom Dover, se dirigieron a un Farbrenguen(reunión Jasídica).
La Rabanit Shterna Sara se retiró a su hogar, encerrándose en su dormitorio, y no pudiendo controlar su dolor, acentuado ahora por el olvido de su nombre, comenzó a llorar desconsoladamente, quedándose dormida empapada en lágrimas. En ese momento tuvo un increíble sueño. En él un hombre entraba a la habitación y le preguntaba: “Hija mía, ¿por qué lloras?”, Ella volcó su corazón contándole de su sufrimiento. El le contestó: “No llores, yo te prometo que este año serás bendecida con un hijo. Pero hay dos condiciones: La primera, que inmediatamente después de Iom Tov deberás distribuir 18 Rublos en Tzedaká de tu propio dinero. Y segundo, mantén todo este asunto en secreto”. Cuando terminó de hablar, abandonó la habitación, más retornó enseguida, junto a otras dos personas. Frente a ellos repitió la promesa con las dos condiciones, y ambos dieron su consentimiento. Entonces, los tres la bendijeron y salieron. Ese fue el final del sueño.
El Rebe Rashab, su marido, volvió a casa un instante después con un exultante humor. Después de todo, era Simjat Torá. Estaba tan alegre, que saltó el umbral! La Rebetzn Shterna Sara le contó inmediatamente sobre el sueño.
El Rebe Rashab quedó profundamente afectado y se dirigió directamente a lo de su padre, el Rebe Maharash, y le pidió que escuchara de la Rebetzn Shterna Sara el relato del sueño. Ni bien la Rebetzn concluyó, el Rebe Maharash le hizo preguntas puntuales sobre la apariencia de las tres personas que aparecían en el mismo. Cuando la Rebetzn terminó la descripción del sueño con grandes detalles, el Rebe Maharash le dijo, “La primer persona que vino a ti fue mi padre el Tzemaj Tzedek (Rabí Menajem Mendl). Las otras dos fueron mi abuelo, el Miteler Rebe (Rabí Dovber), y mi bisabuelo, el Alter Rebe (Rabí Shneur Zalman de Liadí)”.
Iom tov terminó y la Rebetzn Shterna Sara estaba lista para cumplir con las condiciones del sueño. Mas ¿de dónde conseguiría los 18 Rublos de su “propio” dinero? Finalmente, se le ocurrió una idea. Ella tenía un vestido de antes del casamiento que era extremadamente moderno. La Rebetzn Shterna Sara no lo usaba, sabiendo que su suegro, el Rebe, no lo aprobaría. Se encontraba colgado en su placard, sin haber sido siquiera estrenado. Ahora, decidió venderlo.
La Rebetzn Shterna Sara se comunicó con una señora que era muy activa en la comunidad de Lubavitch. Privadamente, le pidió que tenga la amabilidad de vender este vestido por ella, pero que se cerciorara de que nadie se enterase a quién pertenecía. Como motivo del secreto, ella le dijo que no era apropiado para la nuera del Rebe, que venda su vestido.
Esto se hizo, mas los 18 Rublos aún no estaban allí. La Rebetzn Shterna Sara se apuró en juntar el resto del dinero (no se sabe exactamente como lo hizo). Cuando reunió toda la suma, la distribuyó en Tzedaká. En el verano, el 12 de Tamuz, la Rebetzn Shterna Sara dio a luz al Frierdiker Rebe, Rabí Iosef Itzjak (También conocido como el Rebe Raiatz).
Durante el Brit Milá, el niño lloró, tal como suelen hacer los bebes en esa ocasión. El Rebe Maharash, el Zeide (abuelo) del niño, le dijo, “Por qué lloras, si dirás Jasidut con lenguaje claro”. El bebé se calmó inmediatamente.
Que siempre tengamos alegrías en el Pueblo de Israel!!!
Un amor proveniente de una relación de odio
En esta Parshá, leemos sobre Balak, el rey de Moab, quien está mortalmente asustado de los judíos que se encontraban acampando justo en el límite de su nación. La Nación Judía había logrado sin esfuerzo defenderse y conquistar las tierras adjuntas de los dos grandes reyes Amoritas, Sijón y Og, y Balak temía que su tierra fuera la siguiente. Así que mandó a llamar a Balaam, un brujo y profeta no judío, y lo contrató para maldecir a los inminentes invasores. Su plan fue contraproducente ya que Di-s transformó las maldiciones de Balaam en una cascada de elocuentes bendiciones.
Es interesante no obstante, que los temores de Balak no tuvieran fundamentos, y sus esfuerzos fueron en vano. Ya que él no sabía que Di-s había instruido a los judíos que “No provoquen una guerra con los Moabitas” (ya que Moab era un prometido como heredero para los descendientes de Lot). Ahora, mientras que no se le podía echar la culpa a Balak por no saber sobre este edicto Divino emitido a los judíos, Balaam, un profeta que “escuchó los dichos de DI-s y percibió los pensamientos del Altísimo” sabía sobre la neutralidad que debían mantener los judíos con los Moabitas.¿Por qué no le aconsejó a Balak: “Amigo, tu tranquilidad no debe ser perturbada; los Judíos no suponen ninguna amenaza”?
Es precisamente esta pregunta la que lleva al comentarista bíblico Rashi concluir con que “Balaam detestaba a los judíos más que Balak”. Balak odiaba a los judíos, pero por buenas razones; en su estimación, ellos presentaban una amenaza mortal para él y para sus ciudadanos. Balaam, por el otro lado, como muchos antisemitas en el correr de los siglos, odiaba a los judíos sin motivo alguno. Era un odio esencial que iba más allá de la razón, un odio que era cualitativamente mayor que el del Balak. Y como tal, aprovechó la oportunidad de maldecir a los judíos, aunque sabía muy bien que el temor de Balak era infundado.
Di-s no previno a Balaam de dirigirse a los judíos; ni siquiera reemplazó las maldiciones de Balaam con nuevas bendiciones. En vez de eso, Él “transformó la maldición en bendición”. Como explica el Talmud, las bendiciones de Balaam eran en verdad las mismas maldiciones que él intentaba pronunciar…pero ligeramente re fraseadas para transformarlas en bendiciones.
El transformar un odio lógico (del estilo de Balak) en amor, hará que ese amor también sea lógico; un amor basado y medido de acuerdo a las cualidades y valor del que es amado. Pero transformar un odio completamente infundado e ilógico en amor, traerá como resultado las bendiciones de Balaam: una efusión de amor infinito y esencial. Un amor que trasciende toda lógica y razón, el amor que Di-s alberga por cada uno y uno de Sus hijos.
No es sorprendente entonces, que las bendiciones de Balaam sean un vehículo para la profecía sobre la redención Mesiánica: “La veo, pero no ahora; la observo, pero no pronto. Una estrella (el Mashíaj) ha salido de Iaakov, (…)…e Israel triunfará”Ya que será durante la Era Mesiánica, que el amor esencial e infinito de Di-s por Su pueblo, como fue expresado en las bendiciones de Balaam, finalmente se manifestará”.
Por Naftali Silberberg