Matzá, el “alimento de la fe”

Cuando nuestros antepasados ​​salieron de Egipto, tenían tanta prisa que no había tiempo para esperar a que la masa leudara. Como consecuencia, comieron Matzá (pan sin leudar). Con solo esta comida (pero con gran fe), nuestros antepasados ​​confiaron en que el Todopoderoso proporcionaría sustento a toda la nación judía: unas dos millones de almas. 

El más humilde de los alimentos

Matzá simboliza la fe: consiste solamente en harina y agua, y no se le permite leudarse. Del mismo modo, los únicos “ingredientes” para la fe son la humildad y la sumisión a Di-s, que provienen del reconocimiento de nuestra condición de “nada” en comparación con el infinito del Creador.

La Mitzvá de Matzá se cumple en las dos noches del Séder.

Hay diferentes tipos de Matzá, elegí la correcta para cumplir la Mitzvá:

-Matzá de todo el año: no es apta para Pesaj bajo ninguna circunstancia.

-Matzá hecha con jugos o huevo: no es apta para Ashkenazim. Bajo circunstancias límites de salud, consultando con un rabino competente, se puede permitir, pero no para el Séder.

-Matzá a máquina hecha para Pesaj: sólo elaborada bajo estricta supervisión rabínica, pero no es óptima para el Séder.

-Matzá Shmurá hecha a máquina: Matzá hecha de harina que fue cuidada de humedad desde el momento de la cosecha hasta que fue horneada. Casi la mejor Matzá, excepto un detalle…

-Matzá Shmurá hecha a mano: para el Séder se requiere Matzá hecha específicamente para el cumplimiento de la Mitzvá. Tiene que ser elaborada con ese pensamiento, cosa que no es posible con la máquina. Por eso la Matzá más apropiada está hecha a mano, donde cada amasador dice: “amaso, estiro y horneo para confeccionar Matzá apta para cumplir con la obligación de comer Matzá”.

Shabat HaGadol. El comienzo de la redención

El pueblo de Israel celebró su primer Shabat HaGadol en Egipto, en el décimo día de Nisán, cinco días antes de su redención. 

En aquel Shabat, los Hijos de Israel recibieron su primera mitzvá (precepto) que rigió únicamente para ese momento y no para las futuras generaciones: En el décimo día de este mes [Nisán]… tomará cada uno un cordero por casa paterna, uno por familia… 

(Éxodo 12:3)

El Shabat que precede a Pésaj es llamado Shabat HaGadol -el Gran Shabat. Existen muchas costumbres especiales relacionadas con este Shabat.

Esta mitzvá de preparar un cordero para el sacrificio de Pésaj cuatro días antes de realizar la ofrenda fue especificada sólo en relación con aquel primer Pésaj en Egipto, pero con respecto a los siguientes la Torá no nos ordena proceder de esta forma. Sin embargo, el pueblo de Israel la siguió cumpliendo, dedicando estos días al examen de sus corderos, verificando que no tuvieran ningún defecto que los pudiera invalidar para ser sacrificados.

Grandes milagros tuvieron lugar en favor de los Hijos de Israel en este primer Shabat HaGadol. En aquel día, cada uno de ellos tomó un cordero para su ofrenda y lo ató a las patas de la cama. 

Los egipcios, al ver esto, preguntaron: “¿Para qué es este cordero?” Los Hijos de Israel respondieron: “Es para ser sacrificado como ofrenda de Pésaj, tal como Di-s nos lo ordenó”. Los dientes de los egipcios, para quienes el cordero constituía una deidad, crujieron de rabia, pero no pudieron emitir sonido alguno de protesta.

También ocurrieron otros milagros relacionados con este episodio, y por eso nos referimos a este día como Shabat HaGadol, en recuerdo de los grandes milagros que Di-s obró por nuestro bien.

En el Sefer haPardés —atribuido a Rashi— encontramos lo siguiente:

La gente acostumbra a llamar “Shabat HaGadol” al Shabat anterior a Pésaj pero ignora el por qué de este nombre especial, ya que en apariencia es igual a cualquier otro Shabat. 

Los Hijos de Israel salieron de Egipto un jueves, como lo registra Seder Olam (Capítulo 5), y prepararon el cordero para el sacrificio de Pésaj el Shabat anterior, en el décimo día de Nisán. Cuando se les ordenó hacerlo, dijeron: “¿Acaso es posible que sacrifiquemos al dios de los egipcios ante sus propios ojos y no nos apedreen?” 

Pero el Santo, bendito sea, les dijo: “Ahora veréis las maravillas que haré por vosotros”. Los Hijos de Israel tomaron de inmediato cada uno un cordero, que guardaron durante cuatro días. Cuando los egipcios vieron esto quisieron alzarse en su contra y tomar venganza, pero fueron azotados por todo tipo de males y no pudieron dañar a los Hijos de Israel. Debido a los milagros que Di-s obró en ese día, el Shabat anterior a Pésaj es llamado Shabat HaGadol.

Aun antes de que cada familia judía tomara un cordero el 10 de Nisán, los egipcios sabían que la plaga que se abatiría sobre sus primogénitos era inminente, pero desconocían el día exacto en que tendría lugar, pues la advertencia de Di-s, “Enviaré una plaga más sobre el Faraón y Egipto” (Éxodo 11:1), ya había sido formulada el 7 de Nisán. Cuando los egipcios se enteraron de que los Hijos de Israel habían tomado corderos y los tenían amarrados a las patas de sus camas, un gran temor se apoderó de sus primogénitos. “La plaga está a punto de caer sobre nosotros”, dijeron. 

“Nuestros dioses están amarrados con cuerdas en las casas de los hebreos y no pueden defendernos”. Fue así que en aquel primer Shabat HaGadol los primogénitos egipcios llegaron a las casas judías dominados por el pánico, ansiosos por saber qué les deparaba el futuro.

Asimismo, Tosafot (Talmud, Shabat 87b) hace mención de este suceso en nombre del midrash:

Por eso nos referimos a este Shabat como “Shabat HaGadol”, pues un gran milagro ocurrió en aquel día. El midrash relata: Cuando los Hijos de Israel tomaron cada uno su cordero para Pésaj en ese Shabat, los primogénitos de todas las naciones del mundo se congregaron a su alrededor y les preguntaron el por qué de su proceder. 

Ellos respondieron: “Es la ofrenda de Pésaj para nuestro Di-s, quien dará muerte a todos los primogénitos egipcios”. De inmediato estos se dirigieron a sus padres y al Faraón, rogando que dejaran salir a Israel de Egipto, pero el Faraón y sus consejeros no estuvieron de acuerdo con la petición. Entonces los primogénitos libraron una guerra contra los otros egipcios, matando a muchos de ellos. Así lo expresa el versículo: Quien golpeó a Egipto a través de sus primogénitos (Salmos 136:10); es decir, los primogénitos mismos fueron quienes dieron muerte a otros egipcios.

 

CONMEMORACIÓN EN SHABAT EN LUGAR DEL 10 DE NISÁN

¿Por qué conmemoramos este milagro el Shabat anterior a Pésaj y no el 10 de Nisán, el día en que realmente ocurrió, tal como menciona la Torá (Exodo 12:3)?

La razón de ello es que dicho milagro guarda una estrecha relación con el Shabat. Los egipcios sabían que los Hijos de Israel observaban el Shabat y no se ocupaban del cuidado de los animales en ese día; por eso, cuando los vieron tomando corderos y atándolos a las patas de sus camas en Shabat, se sorprendieron y decidieron averiguar qué estaba sucediendo. Fueron y confrontaron a los Hijos de Israel quienes se vieron en un gran peligro, requiriéndose de un milagro para salvarse, puesto que era Shabat. Por este motivo conmemoramos el milagro en Shabat y no en el décimo día del mes.

Además, de no haber sido en Shabat, los Hijos de Israel no habrían necesitado de un milagro para ser salvados pues habrían podido persuadir a los egipcios distrayendo su atención hacia otro asunto o inventando cualquier tipo de justificación. Sin embargo, al ser Shabat, no podían actuar así, ya que, como dijeron nuestros Sabios, 

“Aun el ignorante siente temor al Shabat y no miente en este día”. Por lo tanto, en tales circunstancias sus vidas corrían peligro, siendo necesario un milagro para salvarse.

Otra de las razones por la cual conmemoramos el milagro en Shabat y no el 10 de Nisán es que en ese preciso día, cuarenta años más tarde, murió Miriam —hermana de Moshé— y desapareció el manantial que había acompañado a los Hijos de Israel proveyéndolos de agua durante su travesía en el desierto. Así, esta fecha fue establecida como día de “ayuno por los justos” cuando acaece en medio de la semana.

 

OTRAS RAZONES PARA EL NOMBRE “SHABAT HAGADOL”

Durante siglos, nuestros eruditos de la Torá han proporcionado diversas razones que justifican este nombre, razones acordes a quienes las formulan y que deleitan a quienes las oyen.

Algunos interpretan la palabra “hagadol” —el gran— como un adjetivo que califica al Shabat mismo. Aunque el sustantivo Shabat es femenino y el adjetivo hagadol se encuentra en su forma masculina, ello no debe inquietarnos pues muchas veces encontramos que un adjetivo cambia de su forma femenina a masculina cuando es utilizado para expresar grandeza e importancia.

Otros, por su parte, interpretan la palabra hagadol haciendo referencia a otros asuntos. Lo que sigue a continuación es una selección de explicaciones adicionales que nuestros Sabios ofrecieron en relación a este tema:

— Al igual que un niño es considerado gadol (adulto) desde el momento en que recibe sobre sí la responsabilidad de cumplir las mitzvot, así también el día en que todo el pueblo de Israel observó su primera mitzvá —el acto de tomar un cordero el día 10 de Nisán— es llamado gadol (Jizkuni, Abudraham, y comentaristas posteriores).

— Cuando los Hijos de Israel estuvieron en Egipto, Moshé pidió al Faraón que les concediera un día de la semana —Shabat— como día de descanso.

Así, apenas concluía el Shabat, regresaban de inmediato a su trabajo forzado. Sin embargo, en aquel Shabat no regresaron a su esclavitud, y por eso nos referimos a él como Shabat HaGadol (Rabí Iehoshúa de Trani, en nombre de su padre)

Perspectivas de la Hagadá

¿Por qué no recitamos una bendición para la mitzvá de contar la historia del Éxodo? Antes de realizar la mayoría de las Mitzvot, como colocar los Tefilín y encender velas, recitamos una bendición.

¿Por qué no decimos una bendición antes de la Mitzvá de contar la historia del Éxodo? Algunos explican que no hacemos una bendición por separado, ya que no hay un requisito mínimo para volver a contar la historia, y \ o es posible que ya hayamos cumplido técnicamente nuestro requisito mínimo al mencionar el Éxodo durante los servicios nocturnos o el Kidush.

Rabi Shneur Zalman de Liadi cuestiona estas explicaciones. Después de todo, en todas las demás noches (y días), una mera mención del Éxodo es suficiente para cumplir con la Mitzvá. Pero en esta noche, hay una mitzvá especial para discutir el Éxodo en profundidad, así que, ¿por qué no hacemos una bendición?

Él explica que así como no hacemos una bendición sobre la mitzvá de recitar el Agradecimiento después de las comidas (Birkat HaMazón), ya que en sí misma es una bendición, la Hagadá misma también está llena de bendiciones, y no hacemos una bendición sobre una bendición. Rabi Shneur Zalman (1745‐1812), también conocido como el Alter Rebe, fue el primer Rebe de Jabad. Aunque no escribió un comentario separado sobre la Hagadá, sus ideas sobre la Hagadá y Pésaj se encuentran a lo largo de sus escritos.

¿Celebrar la libertad en el exilio? ¿Por qué los judíos celebran Pésaj, una festividad que celebra la libertad, incluso durante nuestro largo y amargo exilio? Rabi Iehuda Loew, el Maharal de Praga, explica que la festividad de Pésaj no solo celebra nuestra libertad de la opresión. Después de todo, a lo largo de nuestra larga historia, incluso en condiciones duras y extenuantes a manos de otros tiranos opresivos, los judíos hemos seguido celebrando nuestra libertad de Egipto.

Entonces, ¿qué estamos celebrando? La libertad que logramos a través del Éxodo de Egipto, transformó la naturaleza esencial del pueblo judío. Adquirimos la naturaleza de personas libres, hasta el punto de que en nuestra esencia somos libres y nadie tiene la capacidad de subyugar nuestro yo esencial nunca más.

Por lo tanto, a pesar de la subsiguiente opresión, esclavitud y tortura, la naturaleza fundamental del pueblo judío sigue siendo libre. Esto nos sostiene incluso en los momentos más duros del exilio. Es posible que nuestros enemigos hayan intentado subyugar nuestro cuerpo físico, pero ya no tienen la capacidad de subyugar nuestro espíritu.

Rabi Iehuda Loew (1520‐1609), conocido como el Maharal de Praga, fue un estudioso de la Torá, filósofo, místico y prolífico escritor. Aparte de la Hagadá Divrei Neguidim publicada por su descendiente, su obra Guevurot Hashem también está dedicada a la festividad de Pésaj.

 

¿Cuál es la respuesta real a las cuatro preguntas del Ma Nishtana? 

Rabi Don Itzjak Abarbanel explica que hay una pregunta subyacente detrás de las Cuatro Preguntas: ¿Por qué en esta noche hacemos cosas que simbolizan la libertad y el lujo, como mojar la comida dos veces y apoyarnos de costado mientras comemos, mientras que también comemos Matzá‐pan de hombre pobre, y hierbas simples y amargas, que simbolizan la servidumbre? La respuesta a esto, explica el Abarbanel, está en el siguiente párrafo: “Éramos esclavos del Faraón en Egipto, y el Señor, nuestro Di‐s, nos sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido…”

Al comienzo de esta noche, éramos esclavos, y al final de la noche, somos personas libres. Así, los rituales de esta noche engloban ambos aspectos: libertad y lujo, así como servidumbre. El rabino Don Itzjak Abarbanel (1437–1508) fue un filósofo judío, estadista, líder de los judíos españoles y ministro de finanzas de varios reyes, incluido el rey de España hasta la expulsión española. Su comentario a la Hagadá, Zevach Pésaj, se considera uno de los comentarios clásicos de la Hagadá.

La libertad en cinco dimensiones

Nuestros Sabios hablan de la relación que existe entre el individuo y la historia del pueblo judío, tal como está descripta en la Torá. Los sucesos de la esclavitud en Egipto y el Éxodo que se relata en las parshiot que leemos estas semanas, tienen una relación directa con el mundo personal de cada hombre o mujer de hoy.

Uno de los ejemplos son las Plagas. En el Seder de Pésaj leemos sobre ellas en la Hagadá. A continuación se nos describe la discusión de dos de nuestros Sabios, Rabí Eliézer y Rabi Akiva. El primero opina que cada plaga consistía en cuatro plagas, mientras que el segundo sostiene que cada una contiene cinco.

En este punto podemos descubrir algo acerca del hecho de habitar en Egipto en un nivel íntimo y personal.

El objetivo de las plagas en la historia fue el de romper la fuerza negativa de Egipto y el Faraón, el tirano que esclavizó a los judíos. Desde el punto de vista íntimo, el equivalente de las plagas es el que podamos romper nuestra propia situación de esclavitud. ¿Quién nos esclaviza? Nuestro ego, nuestros propios deseos negativos.

En esa esclavitud existen cuatro niveles, de acuerdo a Rabí Eliezer y cinco acorde con Rabí Akiva: El primer nivel es cuando lo negativo que hay en nosotros tiene tanto dominio sobre nuestro ser que nos fuerza a cometer errores. Ésta es la vida cotidiana, en el que la

persona lucha por controlar su conducta. El segundo nivel de esclavitud es cuando la persona hace lo correcto, pero está siempre preocupado por lo que los demás piensan de él. Está atrapado en su propio concepto de sociedad.

El tercero es más sutil. La persona tiene la sensación de libertad, y está por encima de lo que opinan los demás. De todas formas, aún está limitado por su propio intelecto y comprensión. Permanece frío y sin pasión alguna. En contraste a lo que el judaísmo demanda de nosotros, es decir, “amar a Di-s con todo tu corazón, todo tu alma y toda tu fuerza…” Existen situaciones que exigen más que la fría racionalidad.

El cuarto nivel es aquel en el que la persona va más allá de su comprensión. Él actúa con mesirut nefesh (auto- sacrificio) De acuerdo a Rabí Eliezer, éste es el nivel supremo. Sin embargo, Rabí Akiva visualiza otro problema. La persona puede continuar atrapada en su propia conciencia de rectitud: “¡Estoy sacrificándome a mí mismo! ¡¿No es esto maravilloso?!” Para Rabí Akiva el quinto nivel de libertad se logra cuando el individuo está liberado totalmente de sí mismo. Entonces puede ser verdaderamente devoto en su servicio a Di-s, trayendo la Redención no sólo para sí mismo sino para el mundo entero.

* Por el Rabino dr. Tali Lowenthal basado en las enseñanzas del Rebe

¿Comer Matzá todos los días de Pésaj?

La Torá dice: “Durante siete días comerás pan sin levadura…” lo que parece indicar que es una obligación comer Matzá todos los días de Pésaj.

Y, otro versículo dice: “En esa noche comerás pan sin levadura” refiriéndose solo a la(s) primera(s) noche(s) de la Pésaj. El Talmud reconcilia estos dos versículos basándose en un tercero: “Comerás pan sin levadura durante seis días y el séptimo día habrá una convocación” explicando que es obligatorio comer Matzá en la(s) primera(s) noche(s), y el resto de Pésaj, es opcional.

¿Por qué el primer versículo dice que “comerás pan sin levadura” durante los siete días de la Pésaj? Porque si uno quiere comida parecida al pan, necesita comer Matzá, dado que el jametz está prohibido.

Hay autoridades que opinan que cuando el Talmud dice que la Matzá es “opcional”, solo se refiere a las primeras noches de Pésaj. Todavía hay una mitzvá bíblica de comer Matzá el resto de la Pésaj, solo que no es tan obligatorio como la primera noche.
Pero, la mayoría de las autoridades, incluido Rabi Shneur Zalman de Liadi, opinan que no hay obligación de comer Matzá en los demás días de Pésaj.
Los maestros jasídicos escriben que hay “un poco” de mitzvá al comer Matzá todos los días de Pésaj.

El Lubavitcher Rebe explica que esto es especialmente cierto en los últimos días de Pésaj.
Según los cabalistas, comer Matzá en los primeros días de Pésaj fortalece la fe. Y, comer la Matzá
entonces es obligatorio; comer en el (los) último (s) día (s), cuando es opcional, fortalece aún más la fe.
Dado que aprendemos del versículo sobre el séptimo día que es opcional comer Matzá en los últimos días, el séptimo (y octavo) día está especialmente ligado al concepto de que la Matzá es opcional.

Por lo tanto, aunque no hay obligación de comer Matzá el resto de Pesaj, uno debe esforzarse por hacerlo.

El cromosoma ¿Por qué?

Los niños son insólitos. 

Todas las cosas que los adultos inteligentes y mundanos, dan por sentado, los niños preguntan.
Qué padre no ha recibido preguntas tales como:
“¿Por qué el cielo es azul?”
“¿Por qué mueren las personas?”
Y uno se detiene a pensar. Se enorgullece de la habilidad del niño, y profundiza en los recovecos de la mente para dragar alguna olvidada explicación. Pensando la mejor manera de decirlo, repasa la idea, recorta algunos detalles, elige las palabras más fáciles, y dice las cosas como esperaba (ingenuamente) que su hijo quedara satisfecho y el asunto felizmente resuelto.


“El cielo es azul debido a que el aire dispersa todo el resto de los colores, pero permite atravesar al azul” “Las personas mueren porque sus cuerpos se agotan”.

Parece que el niño lo absorbe, reflexiona un poco, empuja su coche de juguete, palmea a su muñeca, juega un poco alrededor de la sala y nos permite regresar a nuestras cosas, pensando que el caso está cerrado, hasta que dentro de una o dos horas o días más tarde habrá que hacer frente a la próxima guardia de control de la realidad.

“Pero, ¿por qué el aire no dispersa la luz azul?”
“¿Por qué los cuerpos se agotan?”


En la sincera curiosidad infantil, se halla la necesidad de conocer la explicación de las cosas.
El juego no se limita a los niños. 

El hecho de que la mayoría de nosotros supera su inherente curiosidad sobre el mundo no es tanto porque sabemos las respuestas, sino más bien porque, a medida que la vida pasa, nos acostumbramos al funcionamiento maravilloso del mundo que nos rodea. 

Cuando ya hemos alcanzado nuestra edad madura, la única pregunta que la mayoría de nosotros se formula es: “¿Por qué a mí? Claro, salvo los científicos.


Quizás los científicos son más sensibles. Tal vez nunca crecieron. O tal vez sufren de una sobre‐actividad de su “cromosoma ¿por qué?” en su ADN. Y, la pregunta sigue siendo: ¿Por qué?

Responder a esto resulta ser más importante que lo que parece, porque la notable costumbre humana de buscar explicaciones nos conduce a las dos unidades más poderosas de las fuerzas sociales en actividad hoy: la ciencia y la religión.
Y puesto que las dos parecen en conflicto, merece la pena el esfuerzo de investigar un poco cómo una pequeña pregunta puede generar dos respuestas radicalmente diferentes.

Como ocurre con muchas otras preguntas, podemos usar el “Principio de Abraham” para resolver esto.
El principio de Abraham establece que cuando dos o más entidades tienen una correlación de estructura o comportamiento, esto
es evidencia de la existencia de un tercero o fuerza causal, externa y más poderosa que ellos, lo que determina su forma o modo de
comportamiento.

Para el científico, la pregunta “por qué” es un viaje de causa y efecto y llegar allí es la mitad de la diversión.
La otra mitad es saber que, independientemente de lo que descubrimos, las preguntas siguen existiendo y al mismo tiempo
aparecen nuevos interrogantes.

Para el religioso sincero también la pregunta “por qué” es una exploración, pero que no termina con algún retroceso infinito, ni un sinfín de preguntas, sino más bien con una respuesta definitiva: que hay una Primera Causa que sembró en el mundo el “el cromosoma ¿por qué?” en nuestra psiquis, y nos dio la habilidad lógica de derivar de nuevo a la fuente, el singular

 Porque ante Quien no hay ¿por qué? ¿Y por qué Él haría una cosa así? Bueno, ¿por qué no?

Un precepto que cumplimos cada instante

En el comienzo de Tazria encontramos el versículo acerca de lo que el judío debe hacer cuando le nace un hijo varón.:

“y en el octavo día circuncidará la carne de su prepucio”.


A pesar de que ya habíamos sido ordenados sobre la circuncisión en tiempos de Abraham, cuando el Altísimo le ordenó circuncidarse, “tú y tu descendencia que te sigue, para todas sus generaciones”, la circuncisión que realizamos no se debe a aquel mandato a Abraham, sino al mandamiento dicho en nuestra Parshá.

La superioridad de este mandamiento por sobre la orden a Abraham radica en que aquella fue personal, transmitida por profecía a un individuo, mientras que el mandato en nuestra Parshá es parte de los 613 preceptos dados al Pueblo de Israel en el Monte Sinaí, y el pueblo todo fue testigo de ello. El precepto de la circuncisión es uno de los más importantes. Son muchos los motivos dados a este precepto: El momento principal del ingreso del alma sagrada al cuerpo tiene lugar con la circuncisión.

Previo a la misma, todavía no se completó la unión entre el alma Divina del iehudí y el cuerpo. Es sólo a través de la circuncisión que se genera entre ambos una unificación completa.

Una virtud adicional de la circuncisión es que se trata de un precepto grabado en la carne del cuerpo. 

Todo otro precepto está relacionado fundamentalmente con el alma (aunque se utilizan los órganos del cuerpo para cumplirla), y este precepto genera un cambio visible en la carne del cuerpo, y el ojo físico ve el vínculo entre el judío y Di‐s. Por eso, se practica la circuncisión a un bebé que no está en condiciones de entender lo que ocurre. 

Si sería un pacto del alma, la pregunta tendría lugar. Pero como se trata de un pacto que se sella en la carne del cuerpo, no hay diferencia entre un bebé y un adulto. 

Por lo tanto, en la primera oportunidad que es posible circuncidar al bebé (puesto que ya tiene ocho días) se sella el pacto eterno entre él y Hashem.

Maimónides escribe que uno de los motivos de este precepto es el refinamiento logrado a través del mismo. La circuncisión debilita uno de los deseos más fuertes del hombre y da la fuerza para superarlo y manejarlo correctamente. El Brit‐ Pacto, constituye la señal del Pacto entre Hashem y el Pueblo Judío, una señal eterna sellada sobre la carne que refleja el profundo vínculo entre el Altísimo y el Pueblo de Israel.

La singularidad de este precepto consiste en su condición de precepto constante. El Talmud relata que el rey David entró en cierta oportunidad a bañarse y cuando se vio sin ropas exclamó: “pobre de mí que estoy desnudo sin precepto alguno”.

Pero cuando se recordó de la circuncisión que estaba sellada sobre su carne, se tranquilizó. Aprendemos que este es un precepto permanente, que continúa hasta la eternidad.

Acerca del Brit Milá

Cuando un niño es circuncidado, entra en el pacto de Di-s con Abraham y sus descendientes, se une a una cadena que lo une al comienzo mismo de nuestra nación.

El bris o brit milá es un símbolo físico de la relación entre Di-s y el pueblo judío. 

Es un recordatorio constante de lo que implica la misión judía. El ritual, que se lleva a cabo el octavo día de vida, lo lleva a cabo un mohel experto y es una celebración alegre que marca la entrada de otro varón judío en el pacto de Abraham.

El mandamiento

Di-s ordenó al pueblo judío ( Levítico 12:2) : 

Al octavo día se circuncidará la carne del prepucio”. 

El acto de la circuncisión, que marca la finalización del cuerpo, es un acto humano. Esto nos enseña que nuestra perfección espiritual, emocional, moral y ética requiere esfuerzo humano. 

Hay muchas relaciones que una persona establece a lo largo de su vida. La mayoría de ellas, en algún momento, llegarán a un final natural o serán rotas por una de las partes. 

El brit , la circuncisión ritual, es un símbolo de nuestra relación con Di-s. Grabado en la carne de nuestro cuerpo físico, el pacto nunca terminará ni será olvidado. 

Esto se conoce como brit milá (o bris ).

El brit se realiza en cualquier momento entre el amanecer y el atardecer del octavo día desde el nacimiento del niño.

Si complicaciones de salud retrasan la circuncisión , ésta se realiza inmediatamente después de que se confirme la salud estable del niño.

El Sandak, es el hombre que sostiene al bebé en el momento del Brit. Esta terminología compuesta, significa que es el principal testigo y defensor del bebé en el cumplimiento de la Mitzvá del Brit Milá.

Tanto el Sandak como el Mohel ejercen una influencia espiritual muy especial sobre el niño en el momento del Berit, por lo cual luego de los compromisos cercanos o familiares, se acostumbra a honrar a quien más digno sea para cumplir esta importante función.

La madrina traerá al niño al recinto donde se realizará el Berit y se lo entregará al padrino; éste al padre del bebé, quien recitará la bendición a D”s para ingresar a su hijo al pacto de Abraham Avínu .-.Lehajniso Bibritó Shel Abraham Avínu- para luego cederlo al Sandak.

Por otra parte el Sandak se considera como el Cohen Gadól -Gran Sacerdote- que acercaba el incienso en el Gran Templo de Jerusalem en el sagrado día de Iom Kipur, sobre quién recaen grandes bendiciones.

Se preparan 2 sillas; en una se sienta el Sandak y en la otra Eliahu Hanabí -el profeta Elías. Este personaje a quien le damos lugar en el Berit pero no es visible, es el ángel del Brit, quien vivió en los tiempos de la salida de Egipto bajo el nombre de Pinjás, Hijo de Elazar, nieto de Aharón -hermano de Moisés-; y se caracterizó en su larga vida, hasta los tiempos del rey Hajháb y la reina Izébel, por ser un gran Profeta de D”s; pero más que eso por el dolor y sufrimiento que sentía cuando los Judíos se alejaban de la Torá y sus mandamientos, lo que lo llevaba a acusar a sus hermanos ante D”s, como varias veces lo expresó: “D”s, Los hijos de Israel abandonaron Tu pacto”; por eso D”s le prometió y le sentenció en defensa de los Judíos, que no se realizará ningún Brit hasta que Eliahu, el profeta, este presente. Además para que Eliahu Hanabí no tenga reparos por si los asistentes no son observantes de la Torá, D”s perdona los pecados de todos los presentes como en Iom Kipur, antes de la llegada del profeta Eliahu, requiriendo solamente un gesto mínimo de superación o acercamiento a la Torá o buenas cualidades por parte de los invitados

¿Quien debe realizarlo?

Como ya hemos mencionado el Brit Milá es la Mitzvá más importante y de mayor santidad de todo el judaísmo pues de ella depende la unión eterna de todo Judío con su Creador.

Por lo tanto, en lo que al Mohel se refiere, le corresponde, por ser quien realiza éste pacto Divino, ser además de experto en la materia, un judío que tuviere una estrecha relación con todo lo espiritual o sea un observante activo de todas las Mitzvot de la Torá y respeto a D”s, un individuo de inobjetable conducta social y un ser sumamente piadoso.

Por parte de los padres del niño o responsables del Brit Milá, es imprescindible esmerarse en lograr realizar el mismo, no solamente con el mejor especialista, sino por sobre todo con la persona más adecuada espiritualmente para estas circunstancias, no olvidando que el Brit Milá se realiza tan sólo una vez, implicando un gran sacrificio sentimental para los padres y físico para el circuncidado, dependiendo del mismo gran parte de la influencia espiritual para el futuro del niño.

Mohel es una terminología proveniente del hebreo bíblico Imól que significa circuncidar, es decir que el Mohel es quien realiza la circuncisión.

Esta escrito en la Torá, “Himól Imól “, y explican los sabios que la aparente reiteración significa, que únicamente un circuncidado puede circuncidar a otra persona; es decir que el Mohel no solamente debe ser una persona circuncidada físicamente, sino también su corazón debe estar adecuadamente descubierto y abierto a todo lo que signifique espiritualidad y así poder transmitirlo al nuevo circuncidado, al nuevo Iehudí.

Si el Berit fue realizado por un Mohel no observante o un gentil, es necesario tomar una pequeña gota de sangre, Dam Berit, por intermedio de un Mohel kasher una vez cicatrizado, pues de lo contrario no cumplió como corresponde con la Mitzvá.

A pesar de que a través de tantas generaciones el Berit fue realizado por Mohalím, no médicos de profesión, los casos de complicaciones en la realización del Brit fueron muy aislados, demostrando ampliamente el conocimiento de estos en la materia. Más aún en nuestros días, que los Mohalím se reciben en academias especiales donde deben rendir numerosos exámenes teóricos y prácticos antes de iniciarse en esta delicada profesión.

Tradicionalmente el hombre debe circundar con exclusividad, pues así se aprende de la Torá: el circuncidado -varón- que efectúe la circuncisión. En caso de que el padre del recién nacido sepa realizarlo, no debe ceder la Mitzvá a otra persona, pues ésta es su obligación.

Hay quienes recurren ante este evento tan trascendente a un médico, sin asegurarse que posea las condiciones necesarias que lo habiliten para ejercer como Mohel.

Analizémos si esta elección es correcta o no y que importancia tiene. En primer término debemos conocer que es un Berit Milá, como se cumple con él y quién es apto para llevarlo a cabo.

Brit significa pacto; es decir que no se trata de una intervención quirúrgica con fines médicos o higiénicos, sino de un pacto con D”s mismo.

Un pacto se lleva a cabo generalmente para lograr un compromiso inquebrantable, en el cual se está asumiendo la responsabilidad de cumplir con las condiciones del mismo ante cualquier circunstancia; y aunque llegue una situación en la cual no quiera seguir con dicha relación, el pacto lo obliga a continuar.

En el caso de un pacto entre el judío y D”s, el objetivo es darle al ser humano una fuerza especial para poder superar todas las dificultades que se interponen en su camino, impidiéndole el cumplimiento pleno de sus responsabilidades para con D”s.

Es obvio que no tendríamos la mínima idéa de cómo lograr un pacto con D”s; pues como podríamos nosotros con nuestra mente limitada comprender algo de una magnitud tan grande, como el hacer un pacto con D”s que es espiritual infinito y Todopoderoso; además a quién se le ocurriría que fuera posible semejante relación.

Fue necesario que D”s mismo nos lo dijera y transmitiera su deséo de que nuestra relación con El se selle por medio de un pacto y que la manera de lograrlo y manifestarlo sea por intermedio del Brit Mila. 

Como el niño a los 8 días de vida es incapaz de realizar éste pacto con D”s por sus propios medios, el padre se lo hace por él como apoderado. En caso de que el padre no este en condiciones de efectuar el Brit personalmente designa un Mohel para tal efecto.

Para realizar un Brit Milá adecuadamente es necesario conocer y respetar todas las leyes religiosas correspondientes a su ejecución en especial. Además es condición imprescindible ser fiel observador de las Mitzvot de la Tora; pues sería contradictorio y poco serio que una persona que en su vida privada no respeta plenamente la voluntad del Creador e iniciador de este pacto, sea capaz de representar e introducir a un niño en el mismo ante D”s; y por sobre todo que no es posible ni tiene sentido llevarlo a cabo por medio de un acto que viola la esencia del mismo en la forma de realizarlo, y mas aún en éste pacto con D”s no lograríamos su cometido si hacemos caso omiso a las indicaciones específicas que El mismo nos ordenó. 

Conversando con unos papás sobre el tema, se excusaron diciendo que si ellos no son observantes, que importancia tenía si el Mohel lo es o no.

Les respondí que aunque a ellos hoy no les interesara, cómo saben que a su hijo no le va a importar. Cuando el niño crezca pueden suceder dos cosas; que no le interese quien y como se le haya realizado el Brit o que sí le importe. En el primer caso no perdieron nada si el Brit fue efectuado por un Mohel casher; pero si a él le llegara a interesar, como le van a responder la pregunta o el reclamo de porque no me lo hicieron con quien y como corresponde. Es decir si son realmente liberales, deben optar por un Mohel verdadero para no privar a vuestro hijo de un Brit Mila auténtico, obligándolo a conformarse con una imitación.

Otro análisis para tomar en cuenta es el derecho de los padres para cortar y hacer sufrir a su propio hijo.

La justificación en este caso es que se está cumpliendo con un precepto Divino; el cual es válido siempre que el Brit se realice de acuerdo a las leyes del mismo; pues en el momento que se altera el proceso de éste, deja automáticamente de ser un acto pedído por D”s para convertirse en una iniciativa propia de los padres, volviendo el cuestionamiento del derecho de realizarlo sin ningún tipo de consentimientos.

¿POR QUÉ ESPERAR HASTA LA CIRCUNCISIÓN PARA COLOCAR NOMBRE AL NIÑO?

Sólo es apropiado darle su nombre judío después de que se haya convertido en miembro de pleno derecho de la nación judía. Quizás otra razón por la que posponemos ponerle nombre a un niño hasta la circuncisión es porque el primer “nombre judío” se dio junto con esta mitzvá. Como leemos en Génesis (17:5, 10): “Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que tu nombre será Abraham… 

Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y entre vosotros y entre vuestra descendencia después de vosotros, que será circuncidado todo varón entre vosotros. ..”La ceremonia de la circuncisión es un pasaje de la vida muy significativo y, como parte de nuestra expresión de gozo por el cumplimiento de este mandamiento, vestimos de fiesta al bebé.

Algunos tienen la costumbre de que el bebé use una kipá, una prenda que cubre la cabeza; por razones prácticas, esto generalmente sería en forma de sombrero o gorra, ya que una kipá tradicional no permanecería en la cabeza de un recién nacid.

Brit significa pacto y Milá, cortar o quitar.

Justamente Brit Milá es el pacto que consiste en cortar y/o quitar el prepucio que cubre el extremo del pene, órgano reproductor masculino. También se denomina Pacto de Abraham Avínu pues fue el primer hombre que lo realizó como tal y dentro de estas dos denominaciones se incluyen todas las leyes correspondientes a su realización.

No es simplemente una operación física sino que contiene un profundo y valioso sentido religioso, pues se está sellando el nombre de D”s en dicho órgano.

Es la señal del pacto que realizó D”s con el Patriarca Abraham y su descendencia de ser el Pueblo elegido espiritualmente para la eternidad, como mérito por haber sido el primer hombre que promulgó la creencia en el único D”s existente: el monoteísmo.

Fuente

Reseña Historica

Los primeros datos sobre la circuncisión se remontan a los tiempos de Abraham como lo cita la Torá, donde cuenta que en el año 2047 desde la creación del mundo, 401 años antes de entregar la Biblia al Pueblo Judío, D”s le ordenó al Patriarca realizarse el Brit a los 99 años de edad, de lo cual hasta nuestros días, año 5760, han transcurrido 3713 años. El Midrash explica que ese mismo día Abraham circuncidó a su hijo Ishmael de 13 años y a otros 318 hombres de su comunidad; también cita que los descendientes de los Patriarcas Abraham Itzjak y Iaacob continuaron cumpliendo con la Mitzvá, y que durante la esclavitud del Pueblo Judío en Egipto hubo algunos sectores que dejaron de realizarla.

Moisés circuncidó a los judíos que salieron de Egipto, pero durante el viaje de 40 años del Pueblo por el desierto se interrumpieron las circuncisiones por el peligro que esta situación implicaba, hasta que después de cruzar el Río Jordán para comenzar a conquistar la Tierra de Israel, Iehoshúa recibe el precepto de D”s de circuncidar a todos los nacidos en el desierto, es decir de 0 a 40 años de edad, en el lugar llamado Guilgál.

Posteriormente y a través de los tiempos, los Judíos cuidaron con recelo el cumplimiento de este precepto, aun en épocas de grandes imperios invasores que subyugaban a los pueblos anulando sus costumbres para asimilarlos. En el año -167 en los tiempos de Antíoco y en el -130 de Adriano a pesar del decreto de pena de muerte contra su realización, los Judíos continuaron cumpliendo ocultamente con esta Mitzvá aunque implicaba peligro para sus vidas. Entre los Judíos a través de toda la historia nunca hubo masivamente dudas en su realización y aun en las sectas como los Shomroním, Tzedokím y Karraím que omitían otros preceptos, efectuaban el Brit Milá; con excepción de individuos aislados que se negaron a respetar esta Mitzvá, como en los tiempos del Imperio Griego durante el período del segundo Templo de Jerusalém en pleno apogeo de la cultura helenística, que con la intención de eliminar diferencias físicas con los gentiles, no solamente dejaron de circuncidarse, sino los ya circuncidados se adherían el resto del prepucio nuevamente al glande mediante una especie de plástica con lo que quedaba anulado por completo el Brit Milá.

En el siglo XIX un grupo reformista en Alemania divulgó en el año 1843 un escrito en el cual figuraban 50 motivos contra la circuncisión y luego Samuel Holdhaim publicó un volumen completo sobre la prescindibilidad de la circuncisión por parte de la religión Judía, lo que tuvo cierta repercusión por un lapso determinado en Rusia y EE.UU. para luego quedar totalmente sin efecto.

Actualmente los judíos de todo el mundo, que se sienten identificados como tales, pertenecientes o no a las diversas comunidades, sin distinción de niveles religiosos o sociales, continúan practicando esta importante Mitzvá.

Nacimiento y el renacimiento

El nacimiento y el renacimiento son los temas de este Shabat.

Esto se debe tanto al contenido de la lectura de la Torá como a la época del año en el calendario judío.

La Parashá comienza con las leyes relativas a la mujer que concibe y tiene un hijo.

Se explican las ceremonias que rodean el gran evento y la idea del Brit Milá, el pacto de la circuncisión, que acerca al niño judío a su vínculo especial con Di‐s.

Los Sabios nos dicen que se considera que una niña nace circuncidada. Así, cada judío entra al mundo con un vínculo y una responsabilidad Divinos especiales.

La alegría del nacimiento se expresa por el hecho de que en los tiempos del Templo, la madre feliz traía una ofrenda al Templo como acción de gracias a Di‐s, como se describe en la Parashá.
Es apropiado que esta lectura de la Torá se lea en o cerca del mes de Nisán, un mes alegre inextricablemente vinculado con Pesaj y la redención de Egipto.
Este evento fue el nacimiento real del pueblo judío.

El Éxodo lo describe en estos términos el profeta Iejezkel.
Utiliza la alegoría del nacimiento para describir toda la experiencia del pueblo judío al salir de Egipto, vagando por el desierto mientras confiaba sólo en Di‐s, y luego su posterior desarrollo hasta convertirse en una nación madura que sirve a Di‐s a través de la Torá y sus mandamientos.

También encontramos enseñanzas de la Torá que comparan nuestra experiencia del exilio con un estado de embarazo.
El feto está completamente formado, pero aún no funciona como un ser humano normal.

 

Tiene ojos y oídos, pero no puede ver ni oír. De la misma manera nosotros, el pueblo judío, no somos capaces de funcionar adecuadamente con toda nuestra estatura y sensibilidad espiritual.
Mientras estemos en el exilio, es de esperar que cumplamos las Mitzvot, pero en realidad no somos conscientes de su importancia.
Por esta razón, muchas personas aún no cumplen todas las Mitzvot que deberían.

Un ave que nos enseña los principios de la providencia divina

“El Shalaj. Explican nuestros Sabios- es el (ave) que extrae peces del mar (-el pelicano)”
(Comentario de Rashi, VAIkRá 11:17)

Entre las aves impuras, prohibidas para la alimentación, que la Torá enumera en nuestra Parshá, se menciona también el Shalaj
1. ¿Qué es un Shalaj? Rashi comenta: “explicaron nuestros Sabios- es el (ave) que extrae-sholé- peces del mar” El Shalaj es el pelicano que se zambulle en las profundidades del mar y extrae de allí peces con los cuales se alimenta.
La Guemará2 cuenta sobre Rabí Iojanán, que cuando veía un pelicano proclamaba3:
“Tu justicia llega a las grandes profundidades” Comenta Rashi: “Tu justicia está presente también en la gran profundidad, puesto que preparaste un pelicano para hacer justicia, y ejecutar Tu venganza en los peces del mar, matando a quienes están predestinados a morir” Es decir, el pelicano reflejaba en los ojos de Rabi Iojanán, la forma como el Altísimo supervisa a Su mundo, y fija, incluso con los peces cuál vivirá y cuál morirá.

UNA PRUEBA PARA LA POSICIÓN DELBAALSHEM TOV
De este dicho de Rabí Iojanán, el Alter Rebe trajo una prueba4 para comprobar la veracidad de la posición del Baal Shem Tov, que todas las cosas que suceden en el mundo son en base a la supervisión de cada detalle por parte de la Providencia Divina5.

Es decir, que no sólo los sucesos relacionados con el reino humano están supervisados, sino que Hashem supervisa también cada detalle de lo que ocurre con el animal, el vegetal y el mineral. Esto es justamente lo que dice Rabi Iojanán, que incluso cuando un ave se zambulle al mar y saca un pez, esto lo lleva a cabo bajo la supervisión de Hashem, Que define cuál pez es el que será atrapado.

Efectivamente, el Baal Shem Tov enseñó que cada detalle y cada movimiento que tiene lugar en el mundo, está supervisado en detalle por Di-s, incluso una hoja que se desprende de un árbol, Di-s dirige el desprendimiento y fina hacia dónde rodará y caerá.

EN LAS PROFUNDIDADES DEL MAR
El hecho que la prueba para ello es un dicho talmúdico que hace referencia al pelicano, tampoco es casual. Hay una relación directa entre la esencia del concepto de la Providencia Divina sobre cada detalle y el pelicano, “que extrae peces del mar” El mundo, tal cual se ve a nuestros ojos, parecería como que es manejado por las leyes naturales.

No vemos la mano de Di-s que dirige las cosas y las supervisa. Sin embargo, las enseñanzas Jasídicas explican que el término hebreo teva- naturaleza- deriva de teviá- hundimiento (como en el texto7 “se hundieron- tuvú- en el Mar del Suf”) Tal como los elementos hundidos en el agua existen ahí de manera íntegra, sólo que no son vistos, así es como ocurre con la naturaleza (-teva-) que oculta, como que la Providencia Divina estaría hundida en su seno, hasta que parecería como que las cosas se hacen por sí solas.


Es aquí donde aparece el pelicano y nos indica que si queremos descubrir a la Supervisión Superior, debemos sumergirnos y extraerla de dentro del mar- ‘quitar la careta’ de la naturaleza y encontrar a la Providencia que está por detrás de la naturaleza.

POR DEBAJO DEL OCULTAMIENTO
El pelicano nos enseña que se debe meditar y observar por debajo de la ‘capa de agua’, por debajo de la cobertura de la naturaleza. Se debe profundizar y meditar en la esencia interior de las cosas, y entonces ha de descubrirse que también en las cosas casuales- por así decirlo- las que supuestamente son producto de la naturaleza, en realidad están siendo guiadas por la Supervisión Divina de cada detalle.
Esto ocurre hoy en día, el mundo materialista cubre y oculta la Verdad Divina.
Pero cuando tenga lugar la verdadera y completa redención a manos del Mashíaj,
realmente pronto, ahí se revelará esta verdad a los ojos de todos, como está escrito8: “y Ha de revelarse la Gloria de Hashem, y toda carne verá, juntos, que la boca de Hashem habló”

(LIKUTEI SIJOT, TOMO 7, Pág.54)

NOTAS: 1.Vaikrá 11:17 2.Julín 63,a 3.Tehilim 36:7 4.Ver Iahel Or de Tehilim, inciso 3 5.Moré Nebujim Parte 3, cap 17 al final 6.Ver Maamar Ma Tovu Ohaleja 5689, cap. 3 7.Shemot 15:4 8.Ieshaiahu 40:5