¿Qué es el amor?

Si el amor es tan necesario como la comida o el agua, ¿por qué es tan fugitivo?…

El amor es el componente singular más necesario en la vida humana. Es a la vez dar y recibir; nos permite experimentar a otra persona y permite que esa persona nos experimente a nosotros. El amor es el origen y el fundamento de toda interacción humana. Para vivir una vida plena de sentido, debemos aprender más sobre el amor y cómo introducirlo en nuestras vidas.

A primera vista, podríamos pensar que necesitamos amor del mismo modo en que necesitamos comer y beber, respirar y dormir. Sabemos que el amor consumea nuestra necesidad de que se ocupen de nosotros, nuestra necesidad de intimidad. Por eso procuramos el amor de una manera que muchas veces suele ser narcisista e indulgente; buscamos a alguien que nos ame porque así lo queremos; podemos querer amar a alguien para sentirnos bien con nosotros mismos.

Pero si el amor es sólo una necesidad más como la comida o el agua, ¿por qué es tan fugitivo? ¿Por qué a tanta gente se le hace tan difícil alcanzar el amor? Y cuando lo hallamos, no es fácil ejercerlo; siempre viene acompañado de alguna medida de dolor y frustración. Podemos tener éxito en amar por un tiempo, pero cuando fallamos, el dolor es intenso.

Estos son los inconvenientes que enfrentamos cuando consideramos al amor sólo como una más de nuestras necesidades corporales. Sí, necesitamos amor igual que necesitamos comida y agua, pero hay una diferencia. La comida y el agua son elementos de la tierra que sustentan nuestros cuerpos físicos, mientras que el amor es el lenguaje de Di-s, que sostiene a nuestra alma.

El amor genuino se parece poco al amor sobre el que leemos en las novelas u oímos en las canciones. El amor verdadero es trascendencia, equivale a unir nuestras personas físicas a Di-s y, en consecuencia, a todo lo que nos rodea. Con demasiada frecuencia tenemos una concepción egoísta del amor, como algo que queremos y necesitamos; pero el verdadero amor, al ser parte integral de nuestra relación con Di-s, es altruista.

Uno de nuestros principios más fundamentales es “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.’ ¿Pero cómo puede ser posible esto? ¿Acaso no nos amamos más de lo que podríamos amar a cualquier otra cosa? La respuesta está en el hecho de que el verdadero amor altruista no surge del cuerpo sino del alma. El amor es la predominancia del espíritu sobre la materia. Según la definición de materialismo, dos objetos no pueden ocupar el mismo espacio simultáneamente. Pero el alma trasciende el tiempo y el espacio, y también trasciende el narcisismo, haciendo posible que nos compartamos realmente con otra persona.

El sabio Hilel dice: “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti. Esta es toda la Torá, y el resto es comentario.” El propósito de la sabiduría de Di-s es uno: enseñarnos cómo amar, trascender nuestros límites materiales y llegar a un lugar más espiritual. Ese viaje sólo se hace con el alma, y el amor es el idioma que debemos aprender para hablar en el camino. El amor es un modo de hablar con Di-s. Cuando miramos a los ojos de alguien y lo amamos, estamos trascendiendo el mundo físico y conectándonos con Di-s.

De modo que el amor es mucho más que tratar a otra persona con compasión. Va más allá del intercambio de sentimientos de ternura y.  eEs mucho más que hacer a otros sólo lo que nos haríamos a nosotros mismos. El amor es un acto Divino, el modo más puro de alimentar el alma de otra persona tanto como la nuestra. El amor más profundo no es meramente humano. Es un amor imbuido de Divinidad, por el cual un beso mortal se transforma en uno inmortal. El amor verdadero es un alma recibiendo a otra.

¿POR QUÉ NECESITAMOS EL AMOR?

En cierto sentido, todos nos hemos ido alejando de nuestro verdadero ser. El nacimiento es el comienzo del viaje de nuestra alma, enviada desde su fuente divina para vivir en un estado no natural, en una tierra de materialismo. A lo largo de nuestras vidas, entonces, sentimos la nostalgia de reunirnos con nuestro verdadero ser. Buscamos nuestra alma, buscamos la chispa de Di-s dentro de nosotros. Ansiamos volver a conectarnos con nuestra fuente.

Muchos de nosotros no comprendemos que lo que llamamos amor es en realidad una búsqueda de Di-s. La necesidad urgente que estamos expresando cuando decimos: “Necesito que alguien se ocupe de mí», o “Necesito intimidad”, es en realidad la necesidad de trascender nuestra persona física y conectarnos con nuestras almas. De modo que, en cierto sentido, amar a otra persona debería ser lo mismo que amar a Di-s, y viceversa. Una persona que puede amar a Di-s pero no puede amar a otro ser humano en realidad no está amando a Di-s. Y una persona que amae a otra persona pero no tiene amor por Di-s descubrirá en última instancia que lo que él 1/ama, amor es algo condicionado y egoísta, lo que significa que no es en absoluto amor verdadero.

Los dos tipos de amor, el egoísta y el altruista, son diametralmente opuestos. El amor egoísta es un amor condicionado; se ama con la condición de que sus necesidades sean satisfechas, y si la persona que hemos elegido para amar no satisface esas necesidades, rechazamos a esa persona y buscamos otra. Aunque puede parecer hermoso por un tiempo, ese amor está destinado a ser pasajero. Cuando la persona que amamos quiere ayuda, podemos dársela. Pero si el precio se vuelve muy alto, si sentimos que estamos dando más de lo que estamos recibiendo, simplemente podemos dejar de amar. Después de todo, hay una medida fija de incomodidad que estamos dispuestos a tolerar de la otra persona.

El amor altruista, en cambio, significa elevarse por encima de las propias necesidades. Significa salir de uno mismo, conectarse realmente con el alma del otro, y, en consecuencia, con Di-s. Cuando el amor es trascendente, estamos llegando a un sitio más alto; juntos, estamos acercándonos a Di-s. No hay condiciones en ese amor altruista; cuando la trascendencia es el objetivo de nuestro amor, no estamos todo el tiempo redefiniendo nuestros deseos y necesidades.

El amor condicionado y egoísta se disipa cuando sus condiciones no se cumplen, pero el amor altruista e incondicionado es constante y eterno. El amor condicional con demasiada frecuencia significa la obliteración o sujeción de un individuo; en lugar de dos volviéndose uno, el amor de la persona dominante consume al otro. El amor incondicionado, en cambio, el amor de la trascendencia, nos permite hacer a un lado nuestros deseos egoístas y amar a esa persona en consecuencia.

El amor condicionado no estimula el crecimiento, porque es simplemente una necesidad temporal que se está satisfaciendo. Así como necesitamos comer de nuevo pocas horas después de una comida, alguien que ame condicionadamente necesitará constantemente más porciones de seguridad, cuidado y aceptación. Pero el amor incondicionado es el fundamento del crecimiento humano. Es amplio: se derrama, y afecta no sólo nuestras necesidades inmediatas sino toda nuestra persona. Mientras que el amor condicionado está compartimentado en nuestra vida, el amor incondicionado es una parte integral de toda nuestra existencia. Y por último, es la herramienta con la que aprendemos a experimentar la más alta realidad: Di-s.

El amor, por lo tanto, es el fundamento sobre el que se levanta todo nuestro mundo. Todas nuestras leyes, todas nuestras actitudes, todas nuestras interacciones, surgen del mismo principio. El amor es la raíz de toda civilidad y moralidad. Sin amor, sería imposible vivir en paz unos con otros, respetar las necesidades del otro, y tratar a cada cual con la misma compasión que nos gustaría recibir.

El “desliz freudiano” más grande de Freud

Un trabajo extraño que se publicó en 1939…

Si se hubiese quedado en Viena, el cielo sabe qué humillaciones habría sufrido antes de ser asesinado junto a sus compañeros judíos. Por alguna razón, en este momento desesperado, Freud escribió un libro, (él lo describió originalmente como una “novela histórica”) en el que intentó demostrar que Moisés era egipcio. Han habido muchas especulaciones acerca del motivo por el cual lo escribió, y yo no tengo ningún deseo de aumentar esta lista.

 

Al comienzo del libro, hay un episodio muy curioso.

Freud nota que varios estudiosos han identificado un tema en común en las historias sobre la niñez de los héroes. El nacimiento del héroe está cargado con peligro. Como bebé, se expone a elementos o factores que normalmente llevarían a la muerte – en algunos casos colocados en una caja y siendo arrojados al agua – El niño es rescatado y atendido por padres adoptivos. Eventualmente, descubre su verdadera identidad. Es la historia sobre Sargo, Gilgamesh, Edipo, Rómulo y muchos otros. También es la historia de Moisés.

A esta altura, sin embargo, Freud nota que en un aspecto la historia de Moisés no es como las demás. Al contrario. En la historia convencional, los padres adoptivos del héroe son personas humildes, ordinarias y luego descubre su verdadero origen real.

La historia de Moisés es completamente al revés. Su familia adoptiva es real. Él es salvado por la hija del Faraón. Luego descubre su verdadera identidad, descubre que pertenece a una nación de esclavos.

Freud notó esto, pero no pudo ver el verdadero significado. En cambio, concluyó que la historia de Moisés era una invención diseñada para ocultar el hecho de que Moisés era el nieto del Faraón; que realmente era un príncipe de Egipto. Lo que Freud no comprendió es que la historia de Moisés no es un mito sino un anti-mito.

Su mensaje es simple y revolucionario. La Biblia sugiere que la verdadera realeza – es contraria a lo que supone nuestra sabiduría convencional. La verdadera realeza no  No es privilegio y riqueza, esplendor y palacios, sino . Es el valor moral. Moisés, descubriendo que es hijo de esclavos, encuentra la grandeza. No es el poder lo que importa, es la lucha por la justicia y la libertad. Si Moisés hubiese sido un príncipe egipcio, habríaubiese sido olvidado. Sólo siendo fiel a su pueblo y a Di-s, se convirtió en héroe.

 

Freud mezcla los sentimientos sobre su propia identidad. Él admiró a los judíos pero fue sordo a la música del Judaísmo. Es por eso, sospecho, que no vio que se encontraba cara a cara con una de las verdades morales más poderosas que enseña la Biblia. Aquellos a quienes el mundo desprecia, Di-s los ama. Un niño de esclavos puede ser más grande que un príncipe. Las normas de Di-s no son poder y privilegio. El criterio estáa en reconocer la imagen de Di-s en el débil, el impotente, el afligido, el que sufre y lucha por su causa. ¡Qué mensaje de valor podría haber enviado Freud a su pueblo en medio de la oscuridad!

Permitámonos por lo menos ahora ver lo que Freud no vió, que la historia de Moisés es una de las grandes narrativas de esperanza en la literatura de humanidad.

 



El hombre que salvo al judaísmo del comunismo … y forjo una revolución en América

Una historia relatada por Rabi Iosef Itzjak Schneerson, el Rebe Anterior de Lubavitch, quien a través de su entrega y sacrificio personal y el de sus emisarios, salvó al judaísmo soviético de las llamas del comunismo.

El “Movimiento Iluminista” en su batalla contra el judaísmo tradicional, trataba de conseguir el apoyo de las autoridades para lograr su cometido. Encabezando el esfuerzo se hallaba un cierto Sr. Karpos a quien las autoridades habían instalado como rabino en Odessa. Él había preparado una voluminosa tesis “demostrando” que la religión es el enemigo número uno de la civilización y concluía con la recomendación de que el estudio de Cábala y otros principios del Judaísmo sea proscrito. Se había trasladado a Petersburg para presentar sus “resultados” al gobierno. Mi padre recibió noticias acerca de estos procesos y me despachó a Petersburg para tratar el tema. Después de varios días en allí  no había hecho en absoluto ningún avance; todas mis conexiones y esfuerzos fueron en vano. Notifiqué a mi padre por telegrama que todos mis esfuerzos por detener Karpos habían fallado. Mi padre contestó que debía continuar insistiendo. Cuando algunos días más habían pasado sin resultado, tomé el tren a casa para informar a mi padre de lo desesperado de la situación.. Cuando entré en el cuarto de mi padre, él estaba preparándose para la Plegaria de la mañana; tenía el Talit plegado en su hombro y estaba examinando sus Tzitzit. Informé los eventos y los fallidos esfuerzos de los últimos días, y concluí diciendo que, como personalmente lo veía, no había absolutamente nada para hacer acerca de esta situación. Mi padre dijo: “Una vez Rabi Shneur Zalman de Liadi envió a su hijo, Rabi Dovber, a realizar cierta misión. Rabi Dovber volvió con las manos vacías. Cuando llegó, encontró a su padre con su Talit plegado en su hombro, mientras verificaba sus Tzitzit en la preparación para la Plegaria de la mañana. Rabi Shneur Zalman dijo: “¿Ves? Éste es un Talit. El Talit representa el nivel del Or Makif (“Luz Trascendente”), y la Luz Trascendente enceguece todas las fuerzas del mal” Al oír esto, Rabi Dovber besó el Tzitzit de su padre y se volvió. Esa vez tuvo éxito”. 

Sin otra palabra, tomé los Tzitzit de mi padre, los besé, y viajé en el próximo tren, de vuelta a Petersburg. De nuevo allí, empecé a atormentar mi cerebro. Entonces, tuve una idea. Fui al hotel de Karpos y pedí verlo. Karpos me recibió cálidamente- parece que había oído hablar de mí y de mi padre. Nos sentamos y hablamos, y le planteé el asunto de su disertación. Habló de sus planes. “Pronto veremos quién prevalecerá” desafió. “En poco tiempo, los del Movimiento Iluminista libraremos a los judíos de sus nociones y prácticas arcaicas. He preparado todo el material,” continuó alardeando, “ahora sólo tengo que hacer unos retoques y estará listo para someterlo a la Comisión Ministerial de Cultura y Religión de nuestro Zar, que tiene previsto revisar mi escrito en unos días. ¡Por fin lograremos nuestro cometido!”

 “¿Puedo ver lo que escribió?” pregunté.

 “Claro. No tengo nada que esconder- en cuestión de días, todo se decidirá” dijo el calumniador, mientras me alcanzaba su manuscrito. 

Sin decir una palabra, procedí a romper la disertación en pedazos. Karpos explotó de rabia y frenesí. “¡¿Qué está haciendo?! ¡Mis conferencias! ¡Mis notas! ¿Sabe cuántos meses invertí en la investigación y en escribir estos papeles?”! Continué rasgando el manuscrito en pedazos diminutos de papel. Mientras tanto él continuó bramando de rabia, maldiciendo y ridiculizándome. En su furia, me dio una rotunda bofetada en el rostro. Cuando terminé con sus papeles, corrí fuera del hotel y volví a Lubavitch.

Cuando salió de Europa, en medio de la Segunda Guerra Mundial, y llegó a América, no dudó en seguir con su lucha por mantener vivo el judaísmo.

…Cuando descendió del barco, aclaró la razón de su arribo allí: “no he venido a descansar, sino a trabajar, y muy duro, para darle re­novada vida al judaísmo de América”… dijo Rabí losef ltzjak Schneerson, sexto Rebe de Jabad a Nue­va York, en el año 1940.

Con sor­presa fueron recibi­das las palabras del Rebe, sobre sus intenciones de convertir a América en un lugar de Torá como lo ha­bía sido Europa. “El Rebe pidió que no nos avergoncemos de caminar por las calles con barba y Peot, pero eso se veía peor que circular con sombreros típicos de Turquía. Gracias al Rebe comenzaron a verse judíos con barba en las afueras de Nueva York, y con el pasar de los años esto se popularizó en todos los círculos en donde se estudiaba Torá”.

Dos días después de su llegada dijo Rabí losef ltzjak: “Ya hace 48 hs que lle­gué aquí y todavía no se fundó la Ieshivá TOMJEI TMIMÍM (de Lubavitch)”. Y ciertamente el Rebe instituyó la leshivá, y luego decenas de ellas se extendieron a lo largo de todo Estados Unidos.-

Rabinos y personalidades judías vinie­ron a convencerlo de que sus planes eran irrealizables.

El Rebe les contestó “¡América no es diferente!” En medio de esta revolución falleció, el 10 de Shvat de 5710. Su alma se elevó a los Cielos, y la tarea quedó en manos de su yerno, Rabí Menajem Mendl Schneerson, 7mo. Rebe de la di­nastía de Jabad, conocido simplemente como “El Rebe”.

Un amor proveniente de una relación de odio

En esta Parshá, leemos sobre Balak, el rey de Moab, quien está mortalmente asustado de los judíos que se encontraban acampando justo en el límite de su nación. La Nación Judía había logrado sin esfuerzo defenderse y conquistar las tierras adjuntas de los dos grandes reyes Amoritas, Sijón y Og, y Balak temía que su tierra fuera la siguiente. Así que mandó a llamar a Balaam, un brujo y profeta no judío, y lo contrató para maldecir a los inminentes invasores. Su plan fue contraproducente ya que Di-s transformó las maldiciones de Balaam en una cascada de elocuentes bendiciones.

Es interesante no obstante, que los temores de Balak no tuvieran fundamentos, y sus esfuerzos fueron en vano. Ya que él no sabía que Di-s había instruido a los judíos que “No provoquen una guerra con los Moabitas” (ya que Moab era un prometido como heredero para los descendientes de Lot). Ahora, mientras que no se le podía echar la culpa a Balak por no saber sobre este edicto Divino emitido a los judíos, Balaam, un profeta que “escuchó los dichos de DI-s y percibió los pensamientos del Altísimo” sabía sobre la neutralidad que debían mantener los judíos con los Moabitas.¿Por qué no le aconsejó a Balak: “Amigo, tu tranquilidad no debe ser perturbada; los Judíos no suponen ninguna amenaza”?

Es precisamente esta pregunta la que lleva al comentarista bíblico Rashi concluir con que “Balaam detestaba a los judíos más que Balak”. Balak odiaba a los judíos, pero por buenas razones; en su estimación, ellos presentaban una amenaza mortal para él y para sus ciudadanos. Balaam, por el otro lado, como muchos antisemitas en el correr de los siglos, odiaba a los judíos sin motivo alguno. Era un odio esencial que iba más allá de la razón, un odio que era cualitativamente mayor que el del Balak. Y como tal, aprovechó la oportunidad de maldecir a los judíos, aunque sabía muy bien que el temor de Balak era infundado.

Di-s no previno a Balaam de dirigirse a los judíos; ni siquiera reemplazó las maldiciones de Balaam con nuevas bendiciones. En vez de eso, Él “transformó la maldición en bendición”. Como explica el Talmud, las bendiciones de Balaam eran en verdad las mismas maldiciones que él intentaba pronunciar…pero ligeramente re fraseadas para transformarlas en bendiciones.

El transformar un odio lógico (del estilo de Balak) en amor, hará que ese amor también sea lógico; un amor basado y medido de acuerdo a las cualidades y valor del que es amado. Pero transformar un odio completamente infundado e ilógico en amor, traerá como resultado las bendiciones de Balaam: una efusión de amor infinito y esencial. Un amor que trasciende toda lógica y razón, el amor que Di-s alberga por cada uno y uno de Sus hijos.

No es sorprendente entonces, que las bendiciones de Balaam sean un vehículo para la profecía sobre la redención Mesiánica: “La veo, pero no ahora; la observo, pero no pronto. Una estrella (el Mashíaj) ha salido de Iaakov, (…)…e Israel triunfará”Ya que será durante la Era Mesiánica, que el amor esencial e infinito de Di-s por Su pueblo, como fue expresado en las bendiciones de Balaam, finalmente se manifestará”.

Por Naftali Silberberg



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La liberación

Guimel Tamuz, el tercer día del mes de Tamuz, es aquel en que el Rebe Anterior, Rabí losef I. Schneerson, sea su memoria bendición, fue liberado por las autoridades rusas en 5687 (1927), de una sentencia de prisión amenazadora de vida.

A él se le permitió abandonar la prisión a condición que sirviera tres años de exilio en la ciudad de Kostramá.

Mientras se encontraba en Kostramá, nueve días más tarde, el día 12 de Tamuz, el Rebe fue notificado que esta sentencia también había sido revocada y que él era ahora un hombre libre.

El 13 de Tamuz recibió los documentos oficiales atestiguando que estaba verdaderamente libre.

Como el día de su liberación de real encarcelación, Guimel Tamuz posee varios aspectos jubilosos, más grandes aún que el júbilo experimentado en los días 12 y 13 de Tamuz:

La liberación del 12 y 13 de Tamuz consistió en la liberación de un estado de exilio, mientras Guimel Tamuz consistió en la transformación de un estado de confinamiento y encarcelación a una condición de libertad relativa.

Pues cuando alguien es aprisionado, él no tiene absolutamente poder sobre sus acciones; todo está en manos de sus carceleros.

Esto fue especialmente cierto en el caso del Rebe Anterior quien al principio fue sentenciado a muerte; aún después que la sentencia drástica había sido reducida, era enteramente posible para la sentencia, ser vuelta a invocar mientras el Rebe estaba en prisión.

Siendo esto así, ¿por qué son sólo los días 12 y 13 de Tamuz celebrados como un lom Tov?¿Por qué no estableció el Rebe Anterior Guimel Tamuz como un lom Tov también?

El Rebe Anterior no estableció Guimel Tamuz como un lom Tov dado que el aspecto y ser de un líder y pastor del pueblo judío, es de proveer para su generación sus propias necesidades, mientras que sus asuntos personales son de mucha menor importancia. Dado que Guimel Tamuz fue una liberación personal, es decir, su exilio a Kostramá limitó su capacidad para influenciar y proveer para su generación, él por lo tanto no estableció Guimel Tamuz como un lom Tov.

Sin embargo, el lazo de jasidim a un Rebe y Nasí es tal que abarca todos los aspectos del ser del Rebe, aún sus asuntos “personales” se relacionan con todo el pueblo judío. Es por lo tanto apropiado para los jasidim celebrar también Guimel Tamuz.

Dado que, como el Baal Shem Tov enseña, todo tiene lugar por Providencia Divina individual, eventos significativos que acontecieron en Guimel Tamuz en el pasado, son vueltos a despertar y experimentarlos anualmente, se relacionan también con la liberación del Rebe Anterior el tres de Tamuz.

¿Qué evento prominente tuvo lugar en este día? El tres de Tamuz, lehoshúa detuvo el sol en su órbita cuando él dijo, “Sol, estáte quieto, [literalmente, “cállate”,] en Guibón”.

Nuestros Sabios explican que lehoshúa ordenó al sol – la fuerza angélica que es la fuente y contraparte espiritual del sol – cesar de cantar las alabanzas de Di-s, lo que a su vez causó a la órbita del sol, su “reverencia” delante de la Presencia Divina, cesar también.

lehoshúa pudo hacer así, demostrando la superioridad espiritual de los cánticos cantados por el pueblo judío sobre los cánticos de los ángeles. Así el Midrash declara que, cuando lehoshúa ordenó al sol cesar su canto, éste respondió: “Tú estás ordenándome estar callado. ¿Quién, entonces, cantará las alabanzas de Di-s?” Respondió lehoshúa: “Tú mantente callado, yo cantaré Sus alabanzas”.

El aspecto de canto es el elemento de ratzó y shov, avance y retiro – notas más altas y más bajas en la escala musical – delante de la Divinidad. Este ratzó y shov resultan del amor a Di-s y el temor reverente a El, de uno. Amor a Di-s causa a la persona ser despertada con un deseo de avanzar y acercarse a Él, mientras temor reverente engendra un sentido de retiro y retraimiento.

Ambos, el amor y temor reverente que una persona siente, son el resultado directo de la comprensión de la persona de la grandeza de Di-s; más uno entiende Divinidad, más grande su sentido de amor y temor reverente a Él. Esta comprensión es lograda a través de estudiar los aspectos interiores de Tora, revelados en su forma más comprensible en Jasidut.

Éste, también, fue el tema de la liberación del Rebe Anterior: Como resultado de ocuparse él mismo de fortalecer Torá y difundir judaísmo, incluyendo su corazón más íntimo – aquél de enseñar y difundir la parte más íntima de la Torá – el Rebe (Anterior) pudo prevalecer sobre el mundo material. Así, no sólo ciertamente materias corpóreas – hasta e incluyendo cuerpos celestes – no estorban su obra, sino por el contrario, ellos lo asistieron en sus esfuerzos santos.

En su benevolencia, el Rebe atrajo hacia abajo este mismísimo poder a todos los judíos, para que ellos también puedan prevalecer sobre lo material y transformarlo en lo espiritual.

Basado en Likutéi Sijot, Vol. IV, págs. 1314-1316.

El Pozo de Miriam y las Nubes de Gloria de Aarón

En el mérito de Miriam, Di-s proporcionó a los Hijos de Israel agua de un pozo que los acompañó en sus viajes durante los 40 años de su peregrinación por el desierto. También estaban protegidos por las “nubes de gloria” que los rodeaban dondequiera que iban, en mérito de Aarón, hermano de Moshé. Parshat Jukat, cuenta la muerte de Miriam y cómo el pozo que Di-s había dado a los judíos en su mérito dejó de fluir cuando falleció. La Torá relata que los iehudim vinieron a Moshé y Aarón y se quejaron.   Di-s hizo fluir el pozo una vez más, esta vez en el mérito de Moshé. Si nos adelantamos un poco a la muerte de Aarón, vemos que los iehudím no estallaron en llanto y queja cuando fueron quitadas las nubes de gloria. Estas nubes no eran menos necesarias en el desierto que en el pozo, ya que protegían del sol y de los vientos del desierto, abrían el camino ante ellos, mataban a las serpientes y escorpiones, y mostraban en qué dirección viajar. ¿Por qué no protestaron tan enérgicamente como con la remoción del pozo de Miriam?

 

Nuestros Sabios dicen que, en realidad, había dos tipos de nubes. Un tipo los protegía de los elementos peligrosos, y el otro, tenía el único propósito de “gloria”: demostrar el honor y estima que Di-s tenía a Israel. El último tipo de nubes fueron las que cesaron después de la muerte de Aarón. Las nubes que eran necesarias para el bienestar de los judíos en el desierto nunca fueron retiradas y continuaron protegiéndolas como antes. Los judíos no protestaron después del fallecimiento de Aarón porque no necesitaban las nubes de gloria para su supervivencia en el desierto.

 

La pregunta sigue siendo: si Di-s hizo que el pozo de Miriam fluyera nuevamente en el mérito de Moshé, ¿por qué no restauró las nubes de gloria que fueron removidas después de que Aarón falleció? ¿No era Moshé suficientemente grande como para merecer esto también?

 

Di-s proporcionó el pozo y las nubes de gloria debido a los méritos personales de Miriam y Aarón. Cuando fallecieron, dejaron de existir. Este no fue el caso, sin embargo, con Moshé, el pastor del pueblo judío, que cuidó de las necesidades de su rebaño. Cuando los Hijos de Israel requerían algo, Moshé estaba allí para proporcionarlo, no por su mérito personal, sino porque era necesario para ellos.

Es por eso que el pozo fue restaurado, mientras que las nubes de gloria no lo fueron. La gente necesitaba beber, pero en realidad no necesitaba las nubes, que eran solo en su honor. Moshé, en su papel de líder, se aseguró de que los judíos no sufrieran por la falta de agua. Vemos en esto la grandeza de un verdadero líder de Israel, cuya preocupación radica únicamente en satisfacer las necesidades físicas y espirituales del pueblo judío. La devoción de Moshé fue tan grande, que los judíos continuaron comiendo el man, que cayó en su mérito, 14 años después de que él falleciera.



Ideas para iluminar el mundo en honor al Rebe

El día 3 de Tamuz, este año sábado 2 de julio, se conmemora el  Iortzait- Hilulá, aniversario de la desaparición física del Rebe de Lubavitch.

El mundo se sostiene en mérito a los Tzadikim, hombres justos, que bregan por nosotros. Más aún, un Tzadik que dedicó todo su ser para el bienestar del pueblo judío y de la humanidad general es seguro que también ahora – al igual que Moshé Rabeinu, sobre quien está escrito en el Talmud  “tal cual antes estaba parado sirviendo (al pueblo de Israel), también ahora está parado sirviéndolo”- el Rebe brega por el bienestar de este mundo, despertando la benevolencia Divina.

Las enseñanzas del Rebe, a través de sus escritos y de sus alumnos, siguen inspirando a cientos de miles en el camino de la bondad y la santidad, difusión y fortalecimiento de la Torá y de sus preceptos, con amor y alegría. Lo que implica una presencia real de su mensaje tanto a nivel comunitario como individual.

En el día de la elevación de su alma, como está escrito en la Kabalá (Igueret Hakodesh Tania IV, epístola 28) la suma de los méritos del Tzadik a lo largo de toda su vida brilla aquí abajo, en la Tierra, con toda su intensidad, unida simultáneamente con la fuente del alma “arriba”, y “genera salvaciones en plena Tierra” y “logra la expiación por las transgresiones de la generación·”

El 3 de Tamuz honramos el recuerdo del Rebe por su bendita obra, vigente aquí en Argentina y en el mundo entero, para despertar la bendición Divina, e inspirarse en sus enseñanzas.

Se acostumbra a donar tzedaká para sus instituciones; estudiar sus enseñanzas, participar de un farbrenguen- reunión jasídica-  en honor a la fecha (este año en particular por el COVID-19 en algún Zoom o plataforma virtual), y tomar buenas decisiones en lo que respecta a la propia conducta en Torá y Mitzvot, y en relación al semejante. Especialmente, en la mitzvá de colocación de Tefilín, encendido de velas de Shabat, estudio de Torá, amor al prójimo, etc.

Quienes desean ser mencionados en plegaria a Hashem frente al sagrado lugar de descanso del Rebe, pueden enviar su pedido, con su nombre y nombre de la madre, (preferentemente en idish o hebreo) a [email protected]

El máximo deseo del Rebe fue alcanzar la llegada del Mashiaj por medio del esfuerzo mancomunado, que esto ya tenga lugar de inmediato!



El día menos esperado llegó

Recuerdo haber escuchado la noticia, el domingo por la mañana (horario en Israel), y correr hacia el aeropuerto. Había llegado al cementerio horas después del funeral.

Nosotros (mi señora, mi hija de 20 meses y yo) habíamos traído nuestra ropa en una mochila, ya que teníamos pensado regresar a Tel Aviv esa misma noche. Nos quedamos siete días, de los cuales la mayoría de ellos los pasé en la oficina en 770, Eastern Parkway trabajando en un número de “Week in Review”, un resumen semanal de las enseñanzas del Rebe que editaba en ese momento. Recuerdo haber observando con asombro lo que estaba sucediendo, y lo que no, en la comunidad de Jabad-Lubavitch.

Casi todo lo imaginable estaba sucediendo, a excepción de lo previsible y natural que todo el mundo esperaba que ocurriera. Había conmoción e incredulidad, dolor y agonía. Habían desacuerdos y muchas respuestas sin responder.

Pero no había desesperación, ni tampoco parálisis. Cada uno de los emisarios del Rebe, discípulos y seguidores se preguntaban a sí mismos: “¿Qué debería estar haciendo?” y lo hacían.

Recuerdo haber pensado: El Rebe, quien ha redefinido prácticamente cada aspecto de la vida, también ha redefinido la muerte.

Así era el camino del Rebe. Él podía, por ejemplo, considerar el concepto de “trabajo”. Con pasos seguros, aprovechando la sabiduría de la Torá y la verdad de la experiencia cotidiana, demostraría que el trabajo es igual a la creatividad, la creatividad es igual a la sociedad humana con el Creador, y la asociación humana con el Creador es la razón de ser de la vida humana .

Esta verdad, por supuesto, se dijo hace miles de años por el Versículo: “El hombre ha nacido para ir a trabajar”. Pero esa declaración, que siempre nos ha atascado como un melancólico hecho de la vida, se convirtió, en manos del Rebe, en la clave para la comprensión de lo que nos hace funcionar y lograr satisfacciones en nuestros labores diarios.

 

Él hizo lo mismo con “matrimonio”, “amor”, “lluvia”, etc. El solía tomar un fenómeno natural, una curiosidad cultural, una actividad diaria, y cuando terminaba de analizarlo y aplicarlo, era algo diferente. No, era la misma cosa que siempre fue, pero en la claridad de su visión, su esencia era expuesta, revelando cuán escasa y superficial era nuestro concepto previo.

En una de sus charlas, el Rebe citó el dicho Talmúdico que “El sueño es la sexagésima parte de la muerte”. Bueno, dijo el Rebe, si el sueño es una forma de muerte, entonces la muerte es una forma de sueño. El sueño no es una terminación o incluso una interrupción de la vida, es un momento de Fomento, el cual el cuerpo y el alma recuperan sus energías para levantarse fresco y renovado el próximo día. Así es la muerte. La muerte, dijo el Rebe, es un “descenso en aras de subir”.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? La preguntas sin responder siguen sin respuesta. Pero sabemos lo que debemos hacer, y lo estamos haciendo. Puedes verlo por ti mismo, si resides en el planeta tierra, probablemente te encuentres a poca distancia de un Centro de Jabad Lubavitch.

El Rebe nos ha entrenado bien.

Por: Yanki Tauber



Llanto Injustificado

Cuando los espías que Moshé envió para inspeccionar la Tierra de Israel regresaron al campamento judío en el desierto de Paran luego de cuarenta días, profirieron calumnias en contra de ella: La tierra por la cual hemos transitado para explorarla es una que devora a sus habitantes (Números 13:32). La gente murmuraba en sus tiendas, diciendo: “¿A dónde somos conducidos? ¡Nuestros hermanos han llenado nuestros corazones de miedo!” Aquel día fue un 8 de Av, víspera de Tishá be Av.

Cayó la noche, y la nación se sintió abatida. Toda la congregación alzó su voz angustiada, y el pueblo lloró aquella noche. Todos los Hijos de Israel protestaron contra Moshé y la congregación entera les dijo: ¡Ojalá hubiésemos muerto en la tierra de Egipto o en este desierto, ojalá hubiésemos muerto! ¿Por qué motivo nos conduce Di-s a esta tierra para perecer por la espada? Nuestras esposas e hijos serán tomados cautivos; ¡es mejor para nosotros que regresemos a Egipto! Cada hombre dijo a su prójimo: Volvamos a Egipto (Números 14:1-5).

Y el pueblo lloró aquella noche — Rabí lojanán enseñó: Era Tishá beAv. Di-s les dijo: “Vosotros lloráis sin razón alguna, y por eso fijaré (este día) como uno de llanto para todas las generaciones futuras (Talmud, Taanit 29b).

Constituían una generación verdaderamente ilustre. Habían visto con sus propios ojos las insignes maravillas, señales y milagros que Di-s obró en Egipto y en el mar. Ante ellos los cielos mismos se abrieron. Habían percibido a Di-s y oído Su voz hablándoles de en medio del fuego. Constituían una generación cuyo alimento provenía de los cielos —el maná— y cuya sed era saciada por agua que brotaba de una roca —la Fuente de Miriam—, en contraste con el resto del mundo, que obtiene su pan de la tierra y su agua de los cielos. Su Rey y Amo había transformado para ellos un desierto yermo en un jardín paradisíaco. Estaban rodeados por las Nubes de Gloria Divina y eran guiados, durante el día, por la nube de Di-s, y por la noche, por Su columna de fuego. Constituían una generación que tenía a Di-s siempre cerca; El moró entre ellos y destruyó a sus enemigos. Estaban en camino a heredar la tierra de sus antepasados, el país que Di-s les había prometido: Observa, Di-s ha puesto la tierra ante ti, asciende y toma posesión… no temas ni te acobardes (Deuteronomio 1:21). Di-s los amaba y perdonó sus pecados, aun cuando muy a menudo se rebelaron en Su contra. El los cargó y transportó como sobre las alas del águila para llevarlos hacia Su legado.

Fue apenas ayer cuando se encontraban de pie ante el Monte Jorev en el desierto del Sinaí, a una distancia de tan sólo once días del desierto de Paran —próximo a su heredad— viajando por Seír —la ruta más corta—. Sin embargo, tomaron el camino más largo, rodeando el monte Seir, y aun así llegaron al lugar en tres días, pues Di-s les acortó el camino.

¿Cuál fue el propósito de todo ello? Por Su gran amor hacia el pueblo de Israel y hacia la Tierra Prometida, Di-s acortó su camino para que de esa forma pudieran ingresar a su heredad más rápido aún. No obstante, esta generación, cuyos deseos, todos, fueron cumplidos, cuando se le dijo asciende y toma posesión de la tierra, perdió toda su fe, abandonó su esperanza, y en lugar de albergar un enorme sentimiento de alegría se sumió en el duelo; en lugar de entonar alabanzas, rompió en llanto. ¿Cómo es posible explicar su comportamiento?

En verdad, hay muchas otras preguntas que pueden plantearse. Los espías que Moshé envió eran héroes espirituales. Su fe era tan sólida que no temían ir por los caminos más peligrosos a fin de explorar la tierra. Eran también físicamente fuertes, capaces de transportar pesadas cargas sobre sus hombros a lo largo de cientos de kilómetros. ¿Por qué se desvanecieron sus corazones y atemorizaron a los del resto del pueblo ante la fortaleza de los habitantes de la tierra a la cual estaban por ingresar? ¿Acaso estos eran más fuertes que los egipcios, ante quienes los mismos reyes canaanitas se sometían, antes de que el pueblo de Israel saliera de Egipto?

Con excepción de Calev ben lefuné y lehoshúa bin Nun (y la tribu de Leví), no hubo un solo hombre en toda la nación que no se uniera a los espías en la queja. La Torá (Números 14:1-2) nos dice: Toda la congregación… lloró… y todos los Hijos de Israel protestaron contra Moshé y Aharón…y toda la congregación sugirió lapidarlos. La Torá enfatiza tres veces que toda la nación se unió a los espías, que no había un solo hombre entre ellos cuya fe en Di-s permaneciera firme. ¿Cómo es posible que todo el pueblo se transformara súbitamente en una congregación de rebeldes, diciendo (ibíd. 14:3): ¿Es mejor para nosotros que regresemos a Egipto’?

Los espías eran culpables de haber difamado la tierra pero el pueblo fue aún más lejos y profirió calumnias contra Di-s, Quien siempre les había demostrado compasión: Por el odio que Di-s siente hacia nosotros nos había sacado de la tierra de Egipto, afín de entregarnos en manos de los cananitas para que nos aniquilen (Deuteronomio 1:27). ¿Cómo podía pronunciar una nación santa semejante blasfemia? ¿Cómo podía hablar una nación sabía con tanta insensatez?

Dado que todo este suceso contiene tantos elementos desconcertantes, no podemos conformarnos con una explicación netamente literal, en menoscabo del pueblo de Israel. Las Escrituras mismas testimonian que Israel es un pueblo sabio y entendido, y además, nunca hubo una nación sobre la tierra que perdiera sus sentidos nacionales tan rápido y de repente, de una sola vez. Por lo tanto, estamos obligados a buscar otra explicación para este hecho tan intrincado.

Extraído de “Nosotros en el Tiempo” de Editorial Kehot.



Receta clásica de Jala (Que nunca falla)

importante: para poder cumplir con la Mitzvá de separar Jalá hay que hacer doble receta.

INGREDIENTES

1 kg de harina común

2 huevos

½ vaso de aceite

2 vasos de agua tibia

½ vaso de azúcar

50 gr de levadura

1 cucharita de sal

PARA PINTAR

1 huevo batido

1 cuchara de azúcar

1 cucharita de aceite

Sésamo

Tamizar la harina. Hacer un hueco en el medio. Colocar la levadura. Agregar el azúcar y el agua tibia. Esperar que la levadura se disuelva. Agregar los huevos, aceite, sal. Mezclar y empezar a amasar hasta que se forme una masa suave y elástica. Colocar un dedo sobre la masa y hundirla un poco. Si la masa vuelve ya está suficientemente amasada. Dejar levar hasta que duplique su tamaño (más o menos una hora).

Encender el horno a temperatura media.



Tomar bollitos y darle forma de bastones. Trenzarlos, colocar cada pan trenzado en una asadera aceitada y pintarlos. Espolvorear con sésamo. Hornear hasta que estén dorados los panes.

JALÁ INTEGRAL

Para hacer la jalá con harina integral, reemplazar la mitad de la harina común por la misma cantidad de harina integral.