Viajar como Iehudi

Dado que nos encontramos en el verano y la gente comienza a viajar, presentamos algunas de las leyes concernientes a situaciones que se nos pueden presentar…

SEGURIDAD PARA EL VIAJE

Es conveniente que antes de salir de viaje pongamos algunas monedas en caridad, como está escrito (Tehilim 85:14) “Caridad en frente de él ira y pondrá (orientará) sus pasos”, también es conveniente que pida de la gente (rabinos o sabios de la Torá) importantes su bendición para tener un viaje seguro y exitoso (Kitzur Sh. A.  68:6).

Los sabios aconsejan que iniciemos el viaje durante el día y que hagamos las paradas antes que se ponga el sol. Esta enseñanza la asociaron al versículo: “Y vio Hashem que la luz era buena” por eso cuando tenemos luz natural es mejor para viajar. Hoy vemos en las estadísticas que los peligros en la ruta son mayores para los que viajan de noche. Con respecto de algunos accidentes que se habían producido entre algunos de los miembros de nuestra comunidad, el Rebe instó a que tengamos una alcancía y los siguientes libros: Jumash, Tehilim, Tania y Sidur (los encontramos hoy todos juntos en un libro llamado Jitas) en el auto o con nosotros durante el viaje. En ciertas ocasiones, el Rebe también aconsejó a ciertas personas incluir una mezuzá.

Ni hace falta aclarar que debemos llevar con nosotros (los varones mayores) el Talit y los Tefilín e incluso cuando viajamos en avión u otro modo, llevarlos a bordo junto con nosotros y tener previsto todo lo necesario para mantener el mismo nivel de kashrut que en nuestras casas.

También es conveniente ahora que estamos saliendo de vacaciones y disponemos de más tiempo encontrándonos sin los compromisos laborales, extender nuestra plegaria y agregar en nuestro estudio de Torá.

Cabe aclarar que las leyes y consejos mencionados valen para cualquier viaje que emprendamos.

* Por Rav Iosef Feigelstock

Bó: La oscuridad por dentro

Las últimas tres plagas ocurrieron en Egipto antes de que el pueblo de Israel abandonara la esclavitud. La novena plaga, la oscuridad, es descrita en la porción semanal de la Torá de esta semana. “Ningún hombre vio a su hermano, ni nadie se  levantó de su lugar”.

Con esta descripción, un evento en la historia se convierte en contemporáneo y actual. La plaga de la oscuridad se hizo parte de la historia atemporal del hombre, símbolo de aflicciones análogas que no admiten inmunidad. La oscuridad física simple de la noche se convierte en una enfermedad del individuo, del alma. No hay ceguera como el egoísmo que mancha a otros hombres en nuestro punto de vista, la oscuridad que previene a uno de ver a su hermano. Esta es la plaga dirigida hacia el exterior.

Otro aspecto de la oscuridad-aflicción es la satisfacción con lo que uno es, el estancamiento que evita el crecimiento del hombre, de elevarlo de su lugar. Hay una presumida arrogancia en  la sentencia tan común que la gente hace generalmente: “Soy un buen hombre”. Ese tipo de gente, ciegos a sus deficiencias, se vuelven insufribles, nunca se animan a considerar la posibilidad  que pueden ser imperfectos.

Estos son los universales en la plaga de la oscuridad, el egocentrismo que excluye a otros hombres de la consideración, y la felicidad que nos aseguran que hemos obtenido la conclusión del bien.

La oscuridad nos mantiene alejados de vernos a nosotros o a los otros.

*POR ZALMAN POSNER

Cuando Coca-Cola quiso aprender de Jabad

Era agosto de 1994, pocas semanas después de la desaparición física del Rebe. Un día, sonó el teléfono en la oficina de Jabad en Atlanta, donde yo trabajo como uno de los emisarios del equipo del Rebe. En la línea había un ejecutivo de Coca-Cola internacional, con sede en Atlanta. Estaba solicitando una cita “con Jabad Lubavitch”. Unos días después, aparecieron dos hombres muy bien vestidos. Ambos llevaban maletines, y parecían muy serios. Explicaron que Coca-Cola sigue atentamente a los medios de comunicación, y que habían leído las numerosas fuentes de noticias y artículos sobre el Rebe y el movimiento que construyó. Y en su esfuerzo por aprender sobre el Rebe, descubrieron cuán exitoso era el movimiento de Jabad, gracias al Rebe.

Para que entendiera de dónde venían y qué querían de mí, procedieron a describir cómo funciona Coca-Cola. Cuando desean  introducir un nuevo  sabor,  un  equipo elige el nuevo gusto. Un comité de degustación se hace cargo, para decidir cómo debe saber realmente. Luego pasa al departamento de publicidad, para adoptar una etiqueta y la imagen de este nuevo  producto.  Finalmente,  se dirige al departamento de marketing, para seleccionar dónde, precisamente, se iniciarán las pruebas del nuevo sabor. En total, explicaron, se necesitan aproximadamente dos años completos para probar, evaluar, refinar e implementar el cambio en el mercado global de Coca-Cola.

En contraste, dijeron, cuando el Lubavitcher Rebe inició nuevas campañas, estas se desplegaron con entusiasmo en todo el mundo dentro de las veinticuatro horas desde la introducción del Rebe. En cuestión de días, el mundo se llenó de calcomanías, carteles, folletos y jóvenes y mayores, promo- vían, alentaban e impulsaban esta nueva campaña a todo el mundo.

“¿Cuál es el secreto del éxito del movimiento Jabad? ”, me dijeron los compañeros, “Nos gustaría aprender de ustedes”.

No pude pensar en un “secreto”. Decidí que, describiéndoles al Rebe, se podía entender el proceso. Les conté cómo el Rebe celebraba los “Farbrenguens”, reuniones de sus seguidores y admiradores en las tardes de Shabat, así como en festividades religiosas, jasídicas y otros días importantes alrededor del año. Durante estos eventos, que podían durar desde un par hasta seis o siete horas, el Rebe hablaba en intervalos de veinte minutos a una hora, desarrollando temas e ideas en temas clásicos de la Torá, que abarcaban todas sus áreas. Estas reuniones se intercalaban con hermosas melodías jasídicas. En algún lugar durante estas reuniones, el Rebe desarrollaba el tema de la nueva campaña que deseaba lanzar.

Cuando estas reuniones se llevaban a cabo los días de semana, todo el proceso se transmitía en vivo a los centros de Jabad en todo el mundo. En el Shabat y en las festividades judías, cuando no se pueden usar dispositivos de grabación electrónicos, un equipo de eruditos bendecidos con buena memoria, transcribían y publicaban sus palabras inmediatamente después del Shabat. Luego se enviaban a todos los centros de Jabad. En cuestión de horas, se generaban ideas creativas y se lanzaban campañas en todo el mundo.

Los caballeros en mi oficina parecían perplejos. “¿Qué pasa con los CEOs?”, preguntaron “¿el Rebe no se reunía con su gente para tomar decisiones globales?”

Respondí que el Rebe era el líder. Tenía un equipo muy grande: sus emisarios en todo el mundo y todos sus seguidores. No había reuniones de consejo. En cambio, el Rebe sugería una campaña basada en lo que se necesitaba en ese momento. Los ejecutivos de Coca-Cola no entendían nada.

Luego me hicieron una pregunta más: “¿De dónde sacaba el Rebe sus ideas?”

“El Rebe era un hombre de Di-s”, dije. “Era extremadamente humilde y un hombre de verdad, cuya presencia y convicción inspiran y capacitan a todas las personas con las que tuvo contacto, para estar más conectados con Di-s. Como emisarios de un hombre extraordinariamente santo, los devotos seguidores del Rebe se dan cuenta, aún hasta hoy, del privilegio de poder enviar al mundo el mensaje de este hombre santo y sus energías espirituales”. Al escuchar esto, los hombres tomaron sus maletines, me dieron las gracias y se fueron.

Dudo que hayan asimilado algún secreto ese día. Pero aprendí una lección increíble de ellos. Coca-Cola es, posiblemente, la compañía más exitosa del mundo. Se podría argumentar que puede ser la de mayor éxito de la historia. Es incomparable.

Y, sin embargo, en su búsqueda por ser aún más exitoso, ¡Coca-Cola se dirigió a Jabad en busca de ideas y creatividad!

Algunos comparan Jabad con Coca-Cola. La famosa línea es: Dondequiera que haya Coca Cola hay Jabad. El mensaje del Rebe, sin embargo, tiene un éxito aún mayor, ya que este mensaje se encuentra en el reino espiritual y, por lo tanto, es universal e intemporal. La sabiduría perspicaz del Rebe y las “campañas”, por lo tanto, han tenido un éxito aún mayor que cualquier nuevo sabor de Coca Cola.



El número 13, ¿es un número de mala suerte?

El trece tiene gran significado en el Judaísmo. A veces popularmente se producen distorsiones que nada tienen que ver con la realidad.

En hebreo el número que expresa la unidad es el uno, que se dice ejad y las letras que lo conforman: alef (1), jet (8) y dalet (4), suman trece. La alef remite a Uno que es el Creador – Alufo shel Ólam – la jet a los siete cielos y la tierra, y la dalet a los cuatro puntos cardinales; de tal modo se alude a la totalidad de lo existente, configurado en el Uno que está compuesto por trece, y que tiene su expresión cuando se dice: “Shemá Israel, A-do-nai E-lo-heinu, A-do-nai Ejad”.

Varias veces se menciona ese número tanto en el Talmud, el Midrash y otras fuentes, y por supuesto no hay nada que lo relacione con la mala suerte; por lo tanto evitarlo en cualquier forma es un absurdo. 

El judaísmo no admite la noción de números de mala suerte; existen números significativos, pero la suerte no se mezcla con ellos.

Los atributos de misericordia de Di-s, que son las manifestaciones Divinas expresadas en el contexto humano, son trece; los métodos básicos para explicar la Torá también son trece.

Los trece principios de Fe: 

Estos 13 credos fundamentales basados en las formulaciones de Maimónides, están divididos en tres categorías: la natural creencia en Di-s, la autenticidad de la Torá, la responsabilidad del hombre y la última recompensa.

Los trece convenios: La importancia de la circuncisión se destaca porque en la introducción de la mitzvá (Bereshit 17), se le refiere trece veces como brit, un convenio (Nedarim  31b).

Trece nudos y cordones de los Tzitzit: El equivalente numérico de la palabra Tzitzit en hebreo es de 600.

La suma de los 5 nudos y 8 cordones de los Tzitzit es 13. Entonces al mirar los Tzitzit, se recuerda la necesidad de cumplir los 613 preceptos (rashi 15:3).

Trece expresiones de rezo:

El Zohar (Teruma 132a) se refiere a trece expresiones de rezo a Di-s por su grandeza y dominio.

Los trece hijos de Jacob: Además de sus doce hijos, Jacob tuvo una hija llamada Dina.

Los Trece nombres de Di-s: El nombre de Di-s es mencionado trece veces en la descripción de la primera ofrenda (Devarim  26:1-10), que se corresponde con los trece atributos de misericordia.

Las bendiciones matinales:

Cada mañana se recitan trece bendiciones, las cuales también incluyen las trece cualidades que están ligadas a la estructura espiritual del ser humano.

Ahora… ¿sigue usted pensando que el trece es un número de mala suerte?

Vaerá: una mezcla de bestias salvajes

Por: Yitsjak Meir Kagan

Las primeras tres plagas con las cuales Di-s castigó a los Egipcios fueron Sangre, Ranas y Piojos. Cuando les advirtió sobre la cuarta plaga de los animales salvajes, el Todopoderoso declaró:

…”Y en ese día, haré distintiva la Tierra de Goshen, en donde mi pueblo vive, y no habrá mezcla de animales salvajes”(Éxodo (8:15)

Cuando las primeras tres plagas fueron discutidas, ¿por qué la Torá no dijo explícitamente que no afectaron a los Judíos? Si fue tan obvio que no era necesario ser especificado, entonces ¿por qué la Torá sí lo hace con la cuarta plaga?

Algunos comentaristas explican que las primeras tres plagas sí afectaron a los Israelitas. Otros, sin embargo, dicen que esto no es posible, ya que si hubiera sido así, entonces, ¿cómo forzarían a Paró a que decida sacar a los Judíos de Egipto?

Según Rashi, el simple texto nos dice que los Judíos sí sufrieron de las primeras tres plagas. El propósito de las primeras dos (sangre y ranas) era para atacar al dios de los Egipcios, por lo tanto, era esencial que la plaga fuera ilimitada, afectando también el Nilo, incluso en el asentamiento de Goshen donde se encontraban los Judíos. Porque si el “dios del Nilo” no hubiera sido afectado allí, entonces Paró podría haber pensado que el Nilo en Goshen es más poderoso que Di-s.

El mismo razonamiento se aplica para la tercera plaga, que el propósito era mostrarle a Paró que la plaga no era trabajo de magos, sino de Di-s. Si los piojos hubieran afectado solo una parte de la tierra, los hechiceros hubieran pensado que era obra limitada de hechiceros humanos (Moisés y Aharon).

La cuarta plaga, mezcla de animales salvajes, no era para mostrar la impotencia de los dioses Egipcios y hechiceros, por lo tanto, no era necesario que afectara a todos los habitantes. Aquí Di-s declaró:…”Voy a distinguir la Tierra de Goshen etc…”

Con la llegada de la plaga de la mezcla de animales salvajes, a algunos podría haberle parecido que el Todopoderoso había eliminado todas las barreras naturales, límites y distinciones. Animales de naturalezas completamente diferentes, inherentemente hostiles entre sí, estaban ahora dando vueltas juntos, ¿no podría decir esto que la diferencia inherente entre el Judío y no-Judío también había sido abolida?

Para anular completamente esta suposición, Di-s declaró: “Haré una separación entre mi pueblo y tu pueblo”, ¡no solo entre Paró y Moisés, sino también entre cada Egipcio y Judío, incluso aquellos que no quisieron salir de Egipto!

La lección es clara. Hay una plaga de “mezcla” y confusión en el mundo. Límites naturales y distinciones han sido rotos, la asimilación, la línea entre nuestra nación y otras. Nunca antes hubo tanta necesidad de intensificar la distinción, y de implementar la declaración del Todopoderoso.

@cocinajudiaconriki: Bon o Bon caseros

Ingredientes:

-100 gramos de chocolate blanco neutro.

-300 gramos de pasta de mani.

– 1 pizca de sal.

-130 gramos de azúcar impalpable. 

-Obleas dulces sin relleno (tipo cucurucho dulce) triturado. 

-Chocolate cobertura cantidad necesaria.

 

 

Procedimiento: 

Derretir el chocolate blanco en baño maría e incorporar la pasta de maní, retirar del fuego y agregar la sal y el azúcar impalpable.

 

LLevar a la heladera una hora, formar bolitas, pasarla por las obleas trituradas, bañar en chocolate y a disfrutar.

 

Extraido de Cocinajudiaconriki

 

Iosef representa el traer la santidad a este mundo

A veces una persona puede tener cierta visión que lo lleva a comenzar la búsqueda de la verdad, hasta incluso mirar dentro del Judaísmo. Generalmente esto viene de una revelación acerca de su cansancio de la falsedad que lo persigue a todos lados y deseo de escaparse de toda confusión y llegar a la raíz de las cosas.

¿Y cual es la solución más sencilla? Correr al desierto, hacia algún lugar en donde todos los gravámenes no lo puedan encontrar. Parece que la única manera es escaparse de las responsabilidades diarias para poder servir a Di-s sin distracciones. Esta es la razón por la cual nuestros ancestros y tribus decidieron ser pastores, lejos de las demandas de la sociedad. Rodeado de naturaleza y rebaño es fácil centrarse en el mundo espiritual de la santidad y la pureza.

En la Parshá de esta semana, se describe el descenso de los hermanos de Iosef a Egipto, incluyendo su encuentro inicial con Iosef: “Iosef reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él” (Génesis 42:8). Este versículo, como cada versículo de la Torá, puede ser entendido de forma sutil y también de forma obvia.

El Rebe de Lubavitch provee una visión interesante: Para las tribus era inconcebible que el hombre frente a ellos, inmerso totalmente en el gobierno Egipcio, pudiera ser su hermano. Era imposible que una persona pueda estar conectada con la verdad espiritual y a la misma vez estar tan metido en los detalles del mundo físico. No podía ser su hermano. Tenía que ser un egipcio.

Les era imposible pensar que Iosef estuviera en un nivel más alto que ellos. A pesar de que todas las responsabilidades recaían sobre él, él seguía siendo Iosef el Justo, un judío unido a su Creador. Esto era algo nuevo en la experiencia judía. Él podía conectarse con Di-s, no solo en situaciones de meditación y escape, pero también mientras estaba envuelto en este mundo. Esta es la razón por la cual sus hermanos no lo reconocieron. Ellos no reconocieron este nuevo nivel de espiritualidad en acción.

Este nivel alcanzado por Iosef revela el propósito de la creación. Di-s creó un mundo para inyectarle adentro la luz de la Divinidad. Si una persona se esconde, incluso que esté creando de esta manera un mejor ambiente para que él pueda servir a Di-s, no está ni santificando al mundo ni conectándose con lo espiritual. En vez de eso, está fortaleciendo la posición que el mundo y Di-s son separados y contradictorios.

Cuando un judío está envuelto en el mundo y aún así no compromete sus valores espirituales ni un gramo, él imbuye lo físico con luz divina. Cuando hace negocios honestos mientras al mismo tiempo cuida el Shabat y establece horarios para el estudio de la Torá, está dando pruebas que es posible servir a la comunidad honestamente y con fe, como lo requiere la Torá. Cuando cada acción de cada judío es hecha de este modo, infundiendo Divinidad dentro del mundo, se cumple el propósito del mundo. Nadie dice que sea fácil. Sin embargo, el pueblo judío está conectado con Iosef (vea Salmos 80:2), y puede conseguir las fuerzas de él para tener éxito. No podemos estar controlados por el mundo que nos rodea, sino, tenemos que persistir en nuestra misión espiritual: iluminar al mundo con la luz de la Torá y sus mandamientos.

Por Shaul Yosef Leitler



Actuar y Rezar

“Y Di-s Todo-poderoso os concede piedad” (Bereshit 43:14)

Nuestra Parshá nos cuenta sobre la hambruna que golpeó a la tierra, y sobre el descenso de los hermanos de Iosef a Egipto para adquirir alimentos. Shimón fue apresado en Egipto en carácter de rehén; el dinero abonado en Egipto es enigmáticamente encontrado en sus bolsos; finalmente se les ordena retornar a Egipto con Biniamín.

En un principio, Iaakov intenta oponerse al viaje de Biniamín: “a mí me habéis hecho perder mis hijos: Iosef no está, Shimón no está y a Biniamín habéis de tomar… ¡mi hijo no descenderá con ustedes! Sólo obligado por las circunstancias es que accedió a ello. 

Las Tribus ven en la situación imperante un castigo por la venta de Iosef, como declararon “en verdad nosotros somos culpables puesto que vimos su sufrimiento… por eso nos toca esta desgracia”

¿POR QUÉ LA PLEGARIA AL FINAL?

¿Qué hacen los judíos en un momento de apremio? El primer acto que se requiere llevar a cabo es rezar a Hashem. Así se condujo Iaakov en sus situaciones difíciles anteriores. Cuando quiso salvarse de Eisav, ante todo rezó, y sólo después tomó medidas naturales- le mandó un regalo y se preparó para la batalla.

Sin embargo, en este caso, para gran asombro observamos una reacción opuesta: en primer lugar, Iaakov instruye a sus hijos a actuar por la vía natural- aprovisionarse con obsequios y una suma de dinero del doble de lo que habían recibido de vuelta en sus bolsos, y sólo en el final de sus palabras les dice Iaakov: “Y el Di-s Todo-poderoso os conceda piedad”, lo que Rashi explica : “a partir de ahora no les falta a ustedes nada, salvo una plegaria, me pongo a rezar por ustedes”. 

Sus palabras dan lugar a interpretar como que la plegaria es sólo un tema secundario, que viene a continuación de todas las acciones naturales. ¿ Por qué se condujo Iaakov de esta forma?.

LA NATURALEZA Y LA PLEGARIA

La conducta de Iaakov podrá ser explicada como consecuencia de la manera con que se le presentaron a él las cosas. Las Tribus no revelaron a Iaakov su sospecha que los sucesos que estaban teniendo lugar eran un castigo por la venta de Iosef. Ellos presentaron el tema como una situación natural que puede ser solucionada fácilmente. Sobre ello, Iaakov reaccionó6 diciendo: “si es así hagan lo siguiente”. O sea, si es tal cual dicen ustedes, que aquí no hay una situación problemática especial generada desde Arriba’, sino que se trata de una circunstancia normal y natural, entonces también ustedes deben actuar por la vía natural.

Pero Iaakov no se da por satisfecho con ello y dice a sus hijos, que también cuando uno no espera milagros y una salvación por una desgracia, sino que pide éxito en los procesos naturales- también entonces debe rezar a Hashem. 

Por lo tanto, después de indicarles actuar por la vía natural, les dice: “me pongo ahora a rezar por ustedes”.

RECORDAR LO PRINCIPAL

Hay una diferencia más entre Iaakov y sus hijos: ellos veían en lo que les pasaba un tema privado y personal, mientras que Iaakov, como uno de los Patriarcas, cuyos actos tenían un carácter de “señal para los hijos”- veía en todo lo que le ocurría un tema trascendente para todo el pueblo judío. Por eso no aceptó las explicaciones normales de sus hijos, y entendió que estamos frente a una situación que requiere de una plegaria y una invocación de la Misericordia Divina. Sólo que su respuesta a sus hijos fue desde la perspectiva de aquellos.

Iaakov nos enseña, que también en la vida cotidiana no hay que contentarse con la acción natural sino que siempre también hay que rezar a Hashem. Es verdad que hay que actuar por la vía natural, como está escrito: “Y te bendecirá Hashem, tu Di-s en todo lo que hagas” específicamente- pero debe recordarse que lo fundamental está en las manos del Cielo- “es la bendición de Hashem la que enriquece”


(Likutei Sijot Tomo 25, Pág. 227)

Subidas y bajadas de Iosef

Iosef tuvo éxito porque logró dominarse a sí mismo…

Es interesante que en ambas porciones semanales de la Torá, Vaieshev y Miketz, ambas hablan en extensión sobre Iosef y su increíble aventura espiritual. 

En Vaieshev, Iosef comienza como el hijo favorito y termina siendo un esclavo, mientras que en esta parshá, Miketz, comienza como un esclavo y termina como virrey del Faraón. ¿Cómo puede explicarse semejante dicotomía? El Rabino Issac Bernstein, de bendita memoria, rabino de la Sinagoga Kinloss en Londres, sugirió que en Vaieshev Iosef estaba ocupado interpretando sus propios sueños, mientras que en Miketz estaba ocupado interpretando sueños de otros; esto es para enseñarnos que cuando toda nuestra energía está dirigida a nosotros mismos, tendemos a bajar, mientras que cuando usamos toda nuestra fuerza para ayudar a otros, tenemos una habilidad especial para subir, ascender tanto físicamente como espiritualmente.

El Rebe de Lubavitch señala otro camino hacia el éxito. 

Iosef se enfrentó con muchas dificultades antes de su éxito. Fue odiado por sus hermanos, secuestrado y exiliado, acusado falsamente y encarcelado por su amo, y castigado otra vez por Di-s por confiar en un humano y no en lo Divino. A pesar de todo esto, Iosef nunca se dio por vencido. 

Constantemente seguía con toda su fuerza, haciendo lo mejor que podía y ganándose el favor de los que lo rodeaban. Vemos esto en las primeras palabras de esta porción semanal de la Torá. ¿Por qué está escrito: “Al final de dos años de días”? ¿No hubiera sido suficiente decir: “Al final de dos años”? ¿Por qué precisamos la palabra “días”? Rabeinu Bajia explica que la expresión “dos años de días” es una referencia a cómo Iosef pasó su tiempo. Él trataba a cada día de los dos años de forma especial, no queriendo perder ni un solo minuto de trabajo hacia su meta. Su éxito vino de su propio dominio, de controlar su ambiente en vez de dejar que el ambiente lo controlara a él.

Vemos un mensaje similar en Janucá. En adición a la bendición que decimos en el encendido (“…y nos ordenó encender la vela de Janucá”), Janucá tiene una segunda bendición única. Siendo que el enfoque de Janucá son sus milagros, los Rabanim establecieron una bendición separada: “…Quien Ha hecho milagros para nuestros antepasados aquellos días, en estos tiempos”. 

Esta bendición nos está diciendo que a través del cumplimiento de los preceptos de cada festividad, podemos recrear el mismo ambiente espiritual que existió durante el evento original, AHORA.

¿Qué pasó entonces? Los griegos y los judíos que fueron influenciados por ellos querían apartar a los judíos de la Torá y de su especial conexión con Di-s. No cuestionaron la Torá como a la filosofía. Estaban indignados que estaban en contacto con su elemento Divino.

La misma pelea toma lugar hoy en día. La sociedad está intentando implacablemente imponerse en nuestras vidas con la base de los valores sostenida en conseguir placeres físicos, en secularizarnos, y en reemplazar nuestro enfoque judío de que Di-s dirige al mundo y que nuestras vidas y acciones deben reflejar esto a través del estudio de la Torá y el cumplimiento de los preceptos. Técnicamente, sería suficiente encender una vela cada noche para cumplir con el precepto de las Luces de Janucá. Pero, cada año, el Pueblo Judío cumple con los mandamientos de Janucá y lo hace realzadamente, agregando cada noche una nueva vela, y así proclamando a Di-s como “el Jefe” y que apreciamos Sus mandamientos

No vamos a permitir que el mundo cierre nuestro Templo Sagrado que existe dentro de cada uno de nosotros, y rezamos fervientemente que Él pronto nos va a permitir ser parte de la construcción del Tercer Templo físico.

Por Shaul Yosef Leitler

Los judios, maestros de la humanidad

La misión que Di-s le dio al pueblo judío es constituirse en maestros de la humanidad. Como en toda relación alumno-profesor hay cosas que aprender de lado y lado, cada uno de los lugares del galut tiene algo que enseñarle a los judíos…

Cuando hablamos de Janucá, y su significado, Friedman aborda el tema de la relación entre los judíos y el mundo circundante. Para él está claro que la convivencia debe darse en el marco del respeto y la tolerancia.

¿Cuáles son las normas que rigen estas relaciones?

Desde el principio de la historia, los judíos hemos sido llamados a ser los maestros del mundo, pues tenemos que enseñarle qué quiere Di-s del hombre. A lo largo de la historia, los pueblos que nos rodean no quisieron oír este mensaje, y algunos hasta llegaron a odiarnos por tratar de enseñarles. Hoy en día la situación es diferente: los pueblos tienen hambre de conocimientos, pero no pueden hallar buenos profesores. 

Nosotros no tenemos que enseñarle a nuestros vecinos qué es ética, pues todo el mundo sabe lo que esto significa. Tampoco tenemos que enseñarles a creer en Di-os, pues todas las demás religiones lo hacen. 

Lo único que nosotros le podemos ofrecer al mundo es el mensaje de que Di-os nos dio la Torá y que en ella se describen las muchas cosas que Él necesita de nosotros, y que hemos llamado mandamientos o mitzvot. Nosotros tenemos que realizar estas acciones principalmente porque Di-s las necesita mucho más que nosotros. Esto es lo que nosotros llamamos el servicio divino, y que está expresado en 613 preceptos solo para los judíos, aunque también haya otros que corresponden al resto de la humanidad. 

Esto es importante que se diga: cualquier ser humano que haga lo que Di-s necesita es justo, y por lo tanto tiene una porción en el mundo venidero.

¿Cuándo un judío está sirviendo realmente a Di-s?

En el momento mismo en que cumple con los mandamientos para satisfacer las necesidades de Di-s. La gente cree que hay preceptos caprichosos como ponerse los tefilín, calzarse primero el zapato derecho, comer en la sucá o encender las velas de shabat. Nosotros no hacemos esto para satisfacer el intelecto humano sino porque Dios tiene necesidad de que se haga. 

Dios es justicia y si él lo necesita es por alguna razón. Yo siempre hago el paralelo entre los deseos de Di-os y los de una madre que le pide al hijo que le traiga té al salón. Una madre nunca le haría esto al hijo sólo por capricho, sino porque lo quiere o precisa de ello, y no para sólo fastidiarlo.

Se ha observado entre los judíos últimamente una tendencia, en el marco de la así llamada Nueva Era, a aventurarse a buscar “la luz” en fuentes exógenas a la religión judía ¿Se puede decir que todo lo no judío es malo? ¿Cómo poder identificar lo que es casher y lo que no lo es?

Si algo viene realmente de Dios, entonces está escrito en la Torá. Si algo la contradice, puede ser que sea espiritual, puede que sea moral, pero no viene de Él. En esto tiene mucho que ver el autorrespeto y la consideración que debe tener el judío por los demás. Cuando un judío está frente a las creencias y prácticas de los demás, debe pensar que él es transmisor de un mensaje único.

¿Qué cosas se pueden aprender de los demás pueblos?

Cada vez que un judío, o un grupo de los nuestros se ha asentado en algún lugar del mundo, ha sido para aprender algo. Esa es la voluntad divina. Cuando nosotros teníamos que saber cómo ser aristocráticos, estuvimos en España. Cuando necesitamos ser industriosos, estuvimos en Europa. De Estados Unidos hemos aprendido la sofisticación y de otros la disciplina.

¿Qué cosas nos puede enseñar los propios países, a donde Dios nos ha traído?

No conozco profundamente cómo son estos países, en los que he estado de paso, pero en general a mí me parece que podemos aprender de toda la América Latina la habilidad de confiar más en Di-s como regente del mundo. Me da la impresión que la gente de aquí es más dependiente de la voluntad divina, y eso se nota en que siempre están más relajados. Nosotros los judíos deberíamos aprender también a estar más tranquilos, sin tanto estrés.

Sobre la asimilación:

Mucha gente piensa que un medio sin antisemitismo ayuda a la asimilación y tal vez esa gente tenga razón, porque efectivamente el rechazo del medio hacia el judío lo obliga a mantenerse dentro de los límites de su pueblo. No obstante, esta no es una situación deseable. Yo creo que el mejor antídoto contra la asimilación es el respeto por uno mismo, que implica necesariamente el respeto por la esencia judía, pues si uno está consciente de que cada uno de nosotros tiene que enseñarle al mundo cuáles son las necesidades de Di-s, el asumir esta misión nos mantiene dentro del judaísmo. Los demás países no necesitan que nosotros nos casemos con sus otros ciudadanos, pues ya tienen suficientes personas para hacerlo. El mundo necesita que nosotros seamos sus maestros.

Rab. Manis Friedman