Cuando un niño es circuncidado, entra en el pacto de Di-s con Abraham y sus descendientes, se une a una cadena que lo une al comienzo mismo de nuestra nación.
El bris o brit milá es un símbolo físico de la relación entre Di-s y el pueblo judío.
Es un recordatorio constante de lo que implica la misión judía. El ritual, que se lleva a cabo el octavo día de vida, lo lleva a cabo un mohel experto y es una celebración alegre que marca la entrada de otro varón judío en el pacto de Abraham.
El mandamiento
Di-s ordenó al pueblo judío ( Levítico 12:2) :
“Al octavo día se circuncidará la carne del prepucio”.
El acto de la circuncisión, que marca la finalización del cuerpo, es un acto humano. Esto nos enseña que nuestra perfección espiritual, emocional, moral y ética requiere esfuerzo humano.
Hay muchas relaciones que una persona establece a lo largo de su vida. La mayoría de ellas, en algún momento, llegarán a un final natural o serán rotas por una de las partes.
El brit , la circuncisión ritual, es un símbolo de nuestra relación con Di-s. Grabado en la carne de nuestro cuerpo físico, el pacto nunca terminará ni será olvidado.
Esto se conoce como brit milá (o bris ).
El brit se realiza en cualquier momento entre el amanecer y el atardecer del octavo día desde el nacimiento del niño.
Si complicaciones de salud retrasan la circuncisión , ésta se realiza inmediatamente después de que se confirme la salud estable del niño.
El Sandak, es el hombre que sostiene al bebé en el momento del Brit. Esta terminología compuesta, significa que es el principal testigo y defensor del bebé en el cumplimiento de la Mitzvá del Brit Milá.
Tanto el Sandak como el Mohel ejercen una influencia espiritual muy especial sobre el niño en el momento del Berit, por lo cual luego de los compromisos cercanos o familiares, se acostumbra a honrar a quien más digno sea para cumplir esta importante función.
La madrina traerá al niño al recinto donde se realizará el Berit y se lo entregará al padrino; éste al padre del bebé, quien recitará la bendición a D”s para ingresar a su hijo al pacto de Abraham Avínu .-.Lehajniso Bibritó Shel Abraham Avínu- para luego cederlo al Sandak.
Por otra parte el Sandak se considera como el Cohen Gadól -Gran Sacerdote- que acercaba el incienso en el Gran Templo de Jerusalem en el sagrado día de Iom Kipur, sobre quién recaen grandes bendiciones.
Se preparan 2 sillas; en una se sienta el Sandak y en la otra Eliahu Hanabí -el profeta Elías. Este personaje a quien le damos lugar en el Berit pero no es visible, es el ángel del Brit, quien vivió en los tiempos de la salida de Egipto bajo el nombre de Pinjás, Hijo de Elazar, nieto de Aharón -hermano de Moisés-; y se caracterizó en su larga vida, hasta los tiempos del rey Hajháb y la reina Izébel, por ser un gran Profeta de D”s; pero más que eso por el dolor y sufrimiento que sentía cuando los Judíos se alejaban de la Torá y sus mandamientos, lo que lo llevaba a acusar a sus hermanos ante D”s, como varias veces lo expresó: “D”s, Los hijos de Israel abandonaron Tu pacto”; por eso D”s le prometió y le sentenció en defensa de los Judíos, que no se realizará ningún Brit hasta que Eliahu, el profeta, este presente. Además para que Eliahu Hanabí no tenga reparos por si los asistentes no son observantes de la Torá, D”s perdona los pecados de todos los presentes como en Iom Kipur, antes de la llegada del profeta Eliahu, requiriendo solamente un gesto mínimo de superación o acercamiento a la Torá o buenas cualidades por parte de los invitados
¿Quien debe realizarlo?
Como ya hemos mencionado el Brit Milá es la Mitzvá más importante y de mayor santidad de todo el judaísmo pues de ella depende la unión eterna de todo Judío con su Creador.
Por lo tanto, en lo que al Mohel se refiere, le corresponde, por ser quien realiza éste pacto Divino, ser además de experto en la materia, un judío que tuviere una estrecha relación con todo lo espiritual o sea un observante activo de todas las Mitzvot de la Torá y respeto a D”s, un individuo de inobjetable conducta social y un ser sumamente piadoso.
Por parte de los padres del niño o responsables del Brit Milá, es imprescindible esmerarse en lograr realizar el mismo, no solamente con el mejor especialista, sino por sobre todo con la persona más adecuada espiritualmente para estas circunstancias, no olvidando que el Brit Milá se realiza tan sólo una vez, implicando un gran sacrificio sentimental para los padres y físico para el circuncidado, dependiendo del mismo gran parte de la influencia espiritual para el futuro del niño.
Mohel es una terminología proveniente del hebreo bíblico Imól que significa circuncidar, es decir que el Mohel es quien realiza la circuncisión.
Esta escrito en la Torá, “Himól Imól “, y explican los sabios que la aparente reiteración significa, que únicamente un circuncidado puede circuncidar a otra persona; es decir que el Mohel no solamente debe ser una persona circuncidada físicamente, sino también su corazón debe estar adecuadamente descubierto y abierto a todo lo que signifique espiritualidad y así poder transmitirlo al nuevo circuncidado, al nuevo Iehudí.
Si el Berit fue realizado por un Mohel no observante o un gentil, es necesario tomar una pequeña gota de sangre, Dam Berit, por intermedio de un Mohel kasher una vez cicatrizado, pues de lo contrario no cumplió como corresponde con la Mitzvá.
A pesar de que a través de tantas generaciones el Berit fue realizado por Mohalím, no médicos de profesión, los casos de complicaciones en la realización del Brit fueron muy aislados, demostrando ampliamente el conocimiento de estos en la materia. Más aún en nuestros días, que los Mohalím se reciben en academias especiales donde deben rendir numerosos exámenes teóricos y prácticos antes de iniciarse en esta delicada profesión.
Tradicionalmente el hombre debe circundar con exclusividad, pues así se aprende de la Torá: el circuncidado -varón- que efectúe la circuncisión. En caso de que el padre del recién nacido sepa realizarlo, no debe ceder la Mitzvá a otra persona, pues ésta es su obligación.
Hay quienes recurren ante este evento tan trascendente a un médico, sin asegurarse que posea las condiciones necesarias que lo habiliten para ejercer como Mohel.
Analizémos si esta elección es correcta o no y que importancia tiene. En primer término debemos conocer que es un Berit Milá, como se cumple con él y quién es apto para llevarlo a cabo.
Brit significa pacto; es decir que no se trata de una intervención quirúrgica con fines médicos o higiénicos, sino de un pacto con D”s mismo.
Un pacto se lleva a cabo generalmente para lograr un compromiso inquebrantable, en el cual se está asumiendo la responsabilidad de cumplir con las condiciones del mismo ante cualquier circunstancia; y aunque llegue una situación en la cual no quiera seguir con dicha relación, el pacto lo obliga a continuar.
En el caso de un pacto entre el judío y D”s, el objetivo es darle al ser humano una fuerza especial para poder superar todas las dificultades que se interponen en su camino, impidiéndole el cumplimiento pleno de sus responsabilidades para con D”s.
Es obvio que no tendríamos la mínima idéa de cómo lograr un pacto con D”s; pues como podríamos nosotros con nuestra mente limitada comprender algo de una magnitud tan grande, como el hacer un pacto con D”s que es espiritual infinito y Todopoderoso; además a quién se le ocurriría que fuera posible semejante relación.
Fue necesario que D”s mismo nos lo dijera y transmitiera su deséo de que nuestra relación con El se selle por medio de un pacto y que la manera de lograrlo y manifestarlo sea por intermedio del Brit Mila.
Como el niño a los 8 días de vida es incapaz de realizar éste pacto con D”s por sus propios medios, el padre se lo hace por él como apoderado. En caso de que el padre no este en condiciones de efectuar el Brit personalmente designa un Mohel para tal efecto.
Para realizar un Brit Milá adecuadamente es necesario conocer y respetar todas las leyes religiosas correspondientes a su ejecución en especial. Además es condición imprescindible ser fiel observador de las Mitzvot de la Tora; pues sería contradictorio y poco serio que una persona que en su vida privada no respeta plenamente la voluntad del Creador e iniciador de este pacto, sea capaz de representar e introducir a un niño en el mismo ante D”s; y por sobre todo que no es posible ni tiene sentido llevarlo a cabo por medio de un acto que viola la esencia del mismo en la forma de realizarlo, y mas aún en éste pacto con D”s no lograríamos su cometido si hacemos caso omiso a las indicaciones específicas que El mismo nos ordenó.
Conversando con unos papás sobre el tema, se excusaron diciendo que si ellos no son observantes, que importancia tenía si el Mohel lo es o no.
Les respondí que aunque a ellos hoy no les interesara, cómo saben que a su hijo no le va a importar. Cuando el niño crezca pueden suceder dos cosas; que no le interese quien y como se le haya realizado el Brit o que sí le importe. En el primer caso no perdieron nada si el Brit fue efectuado por un Mohel casher; pero si a él le llegara a interesar, como le van a responder la pregunta o el reclamo de porque no me lo hicieron con quien y como corresponde. Es decir si son realmente liberales, deben optar por un Mohel verdadero para no privar a vuestro hijo de un Brit Mila auténtico, obligándolo a conformarse con una imitación.
Otro análisis para tomar en cuenta es el derecho de los padres para cortar y hacer sufrir a su propio hijo.
La justificación en este caso es que se está cumpliendo con un precepto Divino; el cual es válido siempre que el Brit se realice de acuerdo a las leyes del mismo; pues en el momento que se altera el proceso de éste, deja automáticamente de ser un acto pedído por D”s para convertirse en una iniciativa propia de los padres, volviendo el cuestionamiento del derecho de realizarlo sin ningún tipo de consentimientos.
¿POR QUÉ ESPERAR HASTA LA CIRCUNCISIÓN PARA COLOCAR NOMBRE AL NIÑO?
Sólo es apropiado darle su nombre judío después de que se haya convertido en miembro de pleno derecho de la nación judía. Quizás otra razón por la que posponemos ponerle nombre a un niño hasta la circuncisión es porque el primer “nombre judío” se dio junto con esta mitzvá. Como leemos en Génesis (17:5, 10): “Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que tu nombre será Abraham…
Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y entre vosotros y entre vuestra descendencia después de vosotros, que será circuncidado todo varón entre vosotros. ..”La ceremonia de la circuncisión es un pasaje de la vida muy significativo y, como parte de nuestra expresión de gozo por el cumplimiento de este mandamiento, vestimos de fiesta al bebé.
Algunos tienen la costumbre de que el bebé use una kipá, una prenda que cubre la cabeza; por razones prácticas, esto generalmente sería en forma de sombrero o gorra, ya que una kipá tradicional no permanecería en la cabeza de un recién nacid.
Brit significa pacto y Milá, cortar o quitar.
Justamente Brit Milá es el pacto que consiste en cortar y/o quitar el prepucio que cubre el extremo del pene, órgano reproductor masculino. También se denomina Pacto de Abraham Avínu pues fue el primer hombre que lo realizó como tal y dentro de estas dos denominaciones se incluyen todas las leyes correspondientes a su realización.
No es simplemente una operación física sino que contiene un profundo y valioso sentido religioso, pues se está sellando el nombre de D”s en dicho órgano.
Es la señal del pacto que realizó D”s con el Patriarca Abraham y su descendencia de ser el Pueblo elegido espiritualmente para la eternidad, como mérito por haber sido el primer hombre que promulgó la creencia en el único D”s existente: el monoteísmo.
Reseña Historica
Los primeros datos sobre la circuncisión se remontan a los tiempos de Abraham como lo cita la Torá, donde cuenta que en el año 2047 desde la creación del mundo, 401 años antes de entregar la Biblia al Pueblo Judío, D”s le ordenó al Patriarca realizarse el Brit a los 99 años de edad, de lo cual hasta nuestros días, año 5760, han transcurrido 3713 años. El Midrash explica que ese mismo día Abraham circuncidó a su hijo Ishmael de 13 años y a otros 318 hombres de su comunidad; también cita que los descendientes de los Patriarcas Abraham Itzjak y Iaacob continuaron cumpliendo con la Mitzvá, y que durante la esclavitud del Pueblo Judío en Egipto hubo algunos sectores que dejaron de realizarla.
Moisés circuncidó a los judíos que salieron de Egipto, pero durante el viaje de 40 años del Pueblo por el desierto se interrumpieron las circuncisiones por el peligro que esta situación implicaba, hasta que después de cruzar el Río Jordán para comenzar a conquistar la Tierra de Israel, Iehoshúa recibe el precepto de D”s de circuncidar a todos los nacidos en el desierto, es decir de 0 a 40 años de edad, en el lugar llamado Guilgál.
Posteriormente y a través de los tiempos, los Judíos cuidaron con recelo el cumplimiento de este precepto, aun en épocas de grandes imperios invasores que subyugaban a los pueblos anulando sus costumbres para asimilarlos. En el año -167 en los tiempos de Antíoco y en el -130 de Adriano a pesar del decreto de pena de muerte contra su realización, los Judíos continuaron cumpliendo ocultamente con esta Mitzvá aunque implicaba peligro para sus vidas. Entre los Judíos a través de toda la historia nunca hubo masivamente dudas en su realización y aun en las sectas como los Shomroním, Tzedokím y Karraím que omitían otros preceptos, efectuaban el Brit Milá; con excepción de individuos aislados que se negaron a respetar esta Mitzvá, como en los tiempos del Imperio Griego durante el período del segundo Templo de Jerusalém en pleno apogeo de la cultura helenística, que con la intención de eliminar diferencias físicas con los gentiles, no solamente dejaron de circuncidarse, sino los ya circuncidados se adherían el resto del prepucio nuevamente al glande mediante una especie de plástica con lo que quedaba anulado por completo el Brit Milá.
En el siglo XIX un grupo reformista en Alemania divulgó en el año 1843 un escrito en el cual figuraban 50 motivos contra la circuncisión y luego Samuel Holdhaim publicó un volumen completo sobre la prescindibilidad de la circuncisión por parte de la religión Judía, lo que tuvo cierta repercusión por un lapso determinado en Rusia y EE.UU. para luego quedar totalmente sin efecto.
Actualmente los judíos de todo el mundo, que se sienten identificados como tales, pertenecientes o no a las diversas comunidades, sin distinción de niveles religiosos o sociales, continúan practicando esta importante Mitzvá.