¿Puedo pagarle a mi amigo un interés que él pagó por mi?

PREGUNTA:

Un buen amigo mio me prestó plata de su linea de crédito, y ahora tiene que pagar intereses de esa cantidad. ¿Puedo pagarle por esos intereses que él mismo le va a pagar al banco, o está prohibido pagarle más de la cantidad que el me prestó? Si es así, ¿hay alguna solución para que pueda pagar ese interés?

RESPUESTA:

De acuerdo a la ley de la Torá, no se debe pagar interés en un préstamo entre dos Judíos. Está, sin embargo, permitido pagar intereses o recibir interés de un no judío, o a un banco o tarjeta de crédito de un no judío. No hay nada de malo en cargar intereses, es algo aceptado en todas las sociedades. Sin embargo, debemos tratar a los Judíos como miembros de la familia, y entre hermanos no se cargan intereses.

En una instancia como la cual tu me describes, a pesar de que entiendo que te debes sentir mal al saber que tu amigo está pagando intereses al prestarte dinero, tu no tienes permitido pagarle ningún interés.

Tu no le debes plata a su banco, le debes la plata a él. Él te prestó el dinero, y pagarle más de lo que te prestó está prohibido.

Hay una solución que se puede hacer ANTES de tomar el préstamo llamado “Heter Iska”. La idea detrás de esto es que, en vez de pedir por un préstamo personal, el prestamista y el prestatario firman un acuerdo de negocios cuyos beneficios serán compartidos. Tu Rabino debe tener un formulario de Heter Iska que tiene que ser llenado por ambas partes.

Mientras que lo antes mencionado es la regla Halájica en tales casos, siempre debes consultarle a tu Rabino.

Rabino Eliezer Danzinger de Chabad.org

Tres situaciones en la educación

En el comienzo de nuestra Parshá, la Torá ordena a los Cohanim (los sacerdotes), que no deben impurificarse y se les prohíbe permanecer bajo el mismo techo que un muerto. Lo llamativo es que el texto parece redundante: “Dile a los Cohanim hijos de Aarón y les dirás a ellos”. Rashi, el gran comentarista de la Torá, explica que el “les dirás” es para “responsabilizar a los adultos por los pequeños”. Esta no es la única oportunidad en que la Torá encomienda a los mayores por la conducta de los niños. Nuestros Sabios indican que esta regla aparece en tres oportunidades: en la prohibición de comer bichos e insectos, en la prohibición de comer o beber sangre y en la prohibición a los Cohanim de impurificarse.

NO DARSE POR VENCIDO

¿Por qué la Torá ve necesario acentuar la importancia de la educación justo en estos tres temas? Esto se debe a que en estas tres situaciones el educador puede pensar que en este caso no es posible educar a un niño en el alto standard de exigencia de la Torá. Por eso la Torá lo alienta ya que aquí también es responsable de educar al menor para que no transgreda.

Lo característico en la prohibición de comer bichos y reptiles es que, es algo que de por sí produce repugnancia.

En cuanto al consumo de sangre, era una conducta a la que los judíos estaban acostumbrados a ver en los egipcios, y que imitaban. Y con respecto a las leyes de los Cohanim, su particularidad es que el concepto de la impureza es algo no racional. Del hecho que la Torá acentúa velar por la conducta de los niños en estos tres casos especialmente, aprendemos tres reglas fundamentales en la educación.

EDUCAR A QUIEN COME ABOMINACIONES

Cuando nos enfrentamos a una situación escabrosa, o frente a una reacción grosera o poco amable del educando, podemos pensar que en este caso es imposible lograr una mejora. Por eso viene la Torá y nos enseña que aunque se trate de una persona que come tarascas – un nivel de degradación moral grave – de todos modos debemos educarlo y encaminarlo en la senda correcta.

Algunos opinan que la educación es aplicable mientras la persona no esté acostumbrada a transitar el mal camino, pero si sus malas costumbres se convirtieron en hábitos, es en vano todo esfuerzo por instruirlo. La Torá nos guía entonces, mostrándonos que incluso cuando los iehudim se encontraban totalmente habituados a la ingesta de sangre como lo hacían los egipcios, pudieron abandonar esta conducta por mandato de la Torá. También con los niños, por medio de una educación adecuada, podemos revertir los malos hábitos.

ENSEÑAR A TENER FE

Otros sostienen que la Torá y el judaísmo pueden instruirse a los jóvenes y principiantes sólo con conceptos racionales posibles de ser explicados con la lógica, pero los temas de fe, supra-racionales, son imposibles de transmitir a los niños en edad o en preparación espiritual. Nos puntualiza la Torá que incluso un tema como el de la impureza, que es irracional, más allá del intelecto humano, debe ser enseñado y cumplido por los niños. Los temas de la fe judía se pueden y deben enseñar y transmitir. En su fuero íntimo, todo judío es creyente, y la enseñanza que le proporcionamos sirve para revelar esta fe que ya se encuentra en él (aunque sea en forma potencial).

El solo hecho que la Torá nos ordena algo, nos demuestra que esto es posible. Pero además, la orden de Di-s nos otorga las fuerzas necesarias para llevar a cabo la Mitzvá. Di-s no pide de la persona cosas que no están a su alcance, y si Él nos manda en la Torá y en el Shulján Aruj, actuar de cierta manera, ya nos ha dado las energías necesarias para lograrlo.

Igrot Kodesh, tomo 1 Pág. 119

¿Por qué celebrar en una tumba?

Rabi Shimón Bar Iojai, fue uno de los más grandes sabios del pueblo judío. Alumno de Rabi Akiva, vivió en la época de las persecuciones romanas. Se decía de él que toda mujer debe orar para que su hijo pueda emularlo, y que por lo excepcional que era, su mérito fue suficiente para proteger a toda su generación.

Los romanos condenaron a Rabí Shimón a muerte por sus declaraciones contra el gobierno. Pasó a la clandestinidad junto con su hijo Elazar. Se escondieron en una cueva durante 12 años, pasando ese tiempo estudiando Torá.

Cuando salieron, se habían elevado a tales alturas de santidad y comprensión Divina que veían el mundo desde una perspectiva diferente de la persona promedio.

Compuso muchos volúmenes de comentarios de la Torá, pero es más conocido por el Zohar, la obra fundamental de la Cábala. Rabí Shimón pidió que el aniversario de su muerte, 33 del Omer, esté marcado por grandes celebraciones, especialmente en el lugar de su tumba en Merón.

Es inusual celebrar en un Iortzait así. Una fuente de esta antigua costumbre se basa en el hecho de que la sentencia de muerte contra Rabí Shimón fue anulada por un milagro. Ya que a los asesinados por los romanos se les negaba sepultura, la celebración es en su tumba, y Rabi Shimón murió de muerte natural.

La antigüedad y la continuidad de estas costumbres se evidencian por los registros en el diario de un viajero que data de 1522, “… El 15 de Iyar una gran caravana se formó en Meron, más de mil almas estaban allí, porque muchos vinieron de Damasco con sus esposas e hijos, y la mayoría de la comunidad de Safed, y toda la comunidad de Levukim, que es un pueblo cerca de la cueva donde Rashbi y su hijo estaban escondidos… y pasamos dos días y dos noches [coincidiendo con Lag Baomer] de celebración y regocijo”.

¿POR QUÉ CELEBRAR EN UNA TUMBA?

Un milagro de Lag Baomer

Lag BaOmer , el día 33 del conteo del Omer, es un día festivo en el calendario judío que honra a Rabí Shimon bar Yochai, autor del Zóhar. 

Se celebra con salidas (en las que tradicionalmente los niños juegan con arcos y flechas ), fogatas, desfiles y otros eventos alegres. Muchos visitan el lugar de descanso (en Meron, al norte de Israel ) de Rabí Shimon, el aniversario de cuyo fallecimiento es este día.

Qué significa
Lag BaOmer siempre se celebra el día 18 del mes de Iyar .

¿A qué se debe el nombre?

La palabra “Lag” está formada por las letras hebreas lamed (ל) y gimel (ג), que juntas tienen el valor numérico de 33. “BaOmer” significa “del Omer”. 

El Omer es el período de conteo que comienza el segundo día de Pésaj y culmina con la festividad de Shavuot , después del día 49.

Lag BaOmer también conmemora otro acontecimiento alegre. 

El Talmud relata que en las semanas entre las festividades judías de Pésaj y Shavuot , una plaga azotó a los discípulos del gran sabio Rabí Akiva (maestro de Rabí Shimon bar Yochai ), “porque no actuaron respetuosamente unos con otros”. 

Por lo tanto, estas semanas se observan como un período de duelo , con diversas actividades alegres proscritas por la ley y la costumbre. 

En Lag BaOmer cesaron las muertes. Por lo tanto, Lag BaOmer también lleva el tema de amar y respetar al prójimo ( ahavat Yisrael ) .

6 costumbres y tradiciones de Lag BaOmer que debes conocer

Por Naftali Silberberg

Lag BaOmer es un día festivo en el calendario judío, que celebra el aniversario del fallecimiento del gran sabio y místico Rabí Shimon bar Yochai, autor del Zohar. También conmemora otro acontecimiento. En las semanas entre Pésaj y Shavuot , una plaga azotó a los discípulos del gran sabio Rabí Akiva . En Lag BaOmer cesaron los moribundos. 

Así es como se celebra:

Encender hogueras
Es tradición encender hogueras en vísperas de Lag BaOmer. Estas conmemoran la inmensa luz que Rabí Shimon bar Yojai trajo al mundo a través de sus enseñanzas místicas. Esto fue especialmente cierto el día de su muerte, Lag BaOmer, cuando reveló a sus discípulos secretos de la Torá cuya profundidad e intensidad el mundo aún no había experimentado. El Zohar relata que la casa se llenó de fuego y luz intensa, al punto que los reunidos no podían acercarse ni siquiera mirar a Rabí Shimon.

Ir a Meron
La celebración más grande de Lag BaOmer se lleva a cabo en la tumba de Rabí Shimon y sus alrededores, ubicada en la aldea de Meron, en el norte de Israel. Cientos de miles de personas asisten a las festividades, y la celebración, los cantos y los bailes que duran todo el día no tienen paralelo.

Dispara arcos y flechas 
Los niños suelen salir al campo y jugar con arcos y flechas de imitación. Esto conmemora la tradición midráshica de que no se vio ningún arcoíris durante la vida de Rabí Shimon. Los arcoíris aparecieron por primera vez después del diluvio de Noé , cuando Di-s prometió no volver a devastar el mundo. Cuando las personas merecen un castigo, Di-s envía un arcoíris en su lugar. El mérito de Rabí Shimon protegió al mundo, haciendo que el arcoíris fuera superfluo.

El milagro de las algarrobas
En algunos círculos es costumbre comer algarrobas en Lag BaOmer. Esto conmemora un milagro que salvó la vida de Rabí Shimon . Durante un período de trece años, Rabí Shimon y su hijo fueron fugitivos del régimen romano, escondidos en una cueva en el norte de Israel . Milagrosamente, un algarrobo creció en la entrada de la cueva, proporcionando alimento a sus dos santos ocupantes.

 

La historia de Lag BaOmer

Una rica visión general de las numerosas costumbres que rodean este día especial.
Por Boruch Altein

Lag BaOmer es un día festivo en el calendario judío, que se celebra por un doble motivo.

El Talmud describe cómo, durante el período de Sefirat HaOmer (los días entre Pésaj y Shavuot ), una plaga azotó a los 24.000 estudiantes de Rabí Akiva porque no se comportaron con el debido respeto entre ellos.

Para conmemorar la tragedia, se observan ciertas costumbres de duelo durante este tiempo.  Sin embargo, el día treinta y tres del conteo de Omer, los estudiantes dejaron de morir. ( Lamed-gimmel , pronunciado lag , es el número hebreo 33). Las costumbres de duelo se suspenden y celebramos el día como una festividad. 

Lag BaOmer es también el yahrtzeit (aniversario del fallecimiento), varias décadas después, del gran sabio y místico Rabí Shimon bar Yochai , mejor conocido como el autor principal del Zohar , el texto fundamental del misticismo judío. El Zohar  relata que el día de su fallecimiento, Rabí Shimon reveló nuevas y profundas ideas místicas a sus discípulos, y les ordenó que en lugar de llorar por él, debían regocijarse en este día, tal como él se regocijó por la inminente reunión de su alma con Di-s .

En todo el mundo, Lag BaOmer se celebra con salidas festivas y picnics, donde los niños juegan con arcos y flechas de juguete. En Israel , decenas de miles de personas se reúnen en el pequeño pueblo de Meron, en la Alta Galilea, para celebrar junto a la tumba de Rabí Shimon. La noche se ilumina con hogueras de todos los tamaños; los cantos y los bailes son un espectáculo digno de contemplar.

El hombre que vivió en el futuro

Esta semana- el 25 y 26 de mayo – , judios de todo el mundo celebran la vida de un hombre que, literalmente, vivió en el futuro. Lag Baomer, el día 33 de la cuenta del Omer, es el día del fallecimiento de Rabí Shimon Bar Iojai, que estuvo en la segunda generación después de la destrucción del Templo, hace unos 1.900 años. 

Rabí Shimon es el autor del Zohar (el libro más básico de la Cabalá), Mejilta (una obra midráshica central), y de cientos de leyes y enseñanzas citadas en el Talmud. Desempeñó un papel fundamental en la historia de la transmisión de la Torá a través de los siglos, tanto en su “manifiesto” (es decir, talmúdico-halájico) así como lo esotérico (místico – cabalístico). Si hay algo que caracteriza la vida de Rabí Shimón Bar Iojai, es que habitaba una realidad que, para la mayoría de nosotros, todavía está en el futuro: la realidad del Mashíaj, el mundo mesiánico de la redención, la armonía y la perfección. Se dice que, para él, el Templo Sagrado nunca fue destruido, el pueblo de Israel nunca entró en el estado de galut (exilio físico y la alienación espiritual), y el mundo había alcanzado la perfección Divina de la Era del Mashíaj.

El Midrash nos cuenta una historia: Cierta vez, un discípulo de Rabí Shimon dejó la Tierra de Israel y se volvió un hombre rico. Los otros discípulos vieron esto y sintieron envidia y quisieron irse. Rabí Shimon los llevó a un valle frente a Meron y dijo: “¡Valle! ¡Valle! ¡Llénate de monedas de oro!” El valle comenzó a atiborrarse de monedas de oro delante de sus ojos.

Dijo Rabí Shimón a sus discípulos: “Si es oro lo que ustedes desean, aquí tienen oro; tómenlo. Pero todo el que toma ahora, está tomando su parte del Mundo por Venir. Pues el premio de la Torá es sólo en el mundo venidero” (Midrash Raba, Shemot)

El Rebe de Lubavitch explica un significado más profundo de esta historia: La Torá es el canal a través del cual toda la vitalidad y el sustento de la creación fluye desde arriba.

Así que todo en nuestro mundo, desde las bendiciones espirituales más elevadas a la riqueza mundana que viene en forma de monedas de oro, es suministrado por la Torá. 

Pero nuestro mundo es un lugar de ocultamiento y engaño.

Las cosas nos llegan, pero su origen sigue siendo oculto; Podemos ver el resultado, pero tenemos una percepción distorsionada de su causa. En nuestra realidad, es posible ver que mientras que la Torá es la fuente de todo el oro del universo, uno- cuya vida está dedicada a la Torá- puede sufrir la pobreza, mientras que uno que abandona la Torá puede parecer adquirir riquezas. Ese es nuestro mundo. 

El futuro del mundo del Mashíaj, sin embargo, es el mundo de verdad. En el que la mano es visible dentro del guante, la causa es evidente en el efecto, y la fuente de todo, se revela sin distorsión. En el Mundo Venidero, es claramente visible que incluso el oro físico fluye desde el conducto de la Torá.

Rabí Shimon Bar Iojai habitaba en la realidad futura. Sus discípulos, sin embargo, seguían viviendo en el mundo actual.

Entonces, les concedió un atisbo del mundo venidero. Les mostró el mundo que habitaba en cada momento de su vida. Y si no podían habitarlo y acceder allí, al menos podrían contemplarlo.

Cada año en Lag Baomer, somos atraídos a la órbita del mundo futurista de Rabí Shimon. Los maestros jasídicos explican que en el día de la muerte de una persona, todos sus actos, enseñanzas y logros alcanzan su máximo estado de plenitud y realización.

Por esto, en el día culminante de la vida de Rabí Shimon, predomina su influencia, y está en nuestro poder compartir su realidad, de un mundo redimido y perfeccionado.

El libro de la luz

Lag Baomer, el día treinta y tres de los cuarenta y nueve de la “cuenta del Omer” desde Pesaj hasta Shavuot, es el día que más se asocia con las enseñanzas de la Cabalá.

Es el aniversario del fallecimiento de Rabi Shimon Bar Iojai, autor de la obra más básica de la Kabalá, el Zohar. (Literalmente: “Iluminación”, “Radiación”, comúnmente traducido como “El libro del Esplendor”). Rabi Shimon le instruyó a sus alumnos celebrar el día de su fallecimiento, como si fuera el “día del casamiento” (Iom Hilula). Ya que el día del fallecimiento de una persona es la culminación de su vida en esta tierra; en el caso de un individuo justo, es también el punto más alto, el punto en el cual una misión perfectamente realizada en la vida, llega a su última realización.

La Cabalá es el alma mística de la Torá, el elemento de la Torá que más íntimamente se relaciona con su Divina esencia. Todo en la Torá, incluidos pasajes Talmúdicos que tienen que ver con las leyes de “dos personas que se sostienen en una vestimenta”, o “uno que hace trabajar a una vaca en vez de a un burro”, son sabidurías y deseos de Di-s, y la mente que los contempla y los integra hasta unirse con ellos, es entonces un recipiente que puede concebir Divinidad; pero de esa manera, uno entiende por sabiduría Divina como algo investido en “prendas” mundanas, cómo Él se ha investido dentro del mundo, en temas y lugares corrientes.

Por el otro lado, el alma de la Torá, en su forma así como también en su esencia, es Divina:

 

La Cabalá no discute sobre problemas financieros u obstáculos en la vida, sino que habla sobre los mundos espirituales, atributos supremos y formas de energías Divinas.

 

Si el estudiante de Talmud sabe que la temporalidad del tema en cuestión es sólo una caja que esconde la Divina esencia implícita dentro de ella, la mente Cabalista ingiere la sabiduría Divina en una cápsula más traslúcida, en un recipiente que irradia espiritualidad y Divinidad.

De vista y de oído

Cuando el Talmud cita una prueba para decidir la disputa entre dos sabios o para resolver una cuestión en una ley, generalmente lo introduce con la frase “Ta Shemá”, “Ven, escucha”, o “Ve y entiende”. (En Hebreo la palabra Shemá significa “escucha” y “entiende”). En contraste, la común frase con la que comienza el Zohar es “Ta jazi” “Ven, ve”. La diferencia entre ambos es que las dos formas de la Torá son parecidas a la diferencia entre ver por un lado, y escuchar y comprender por el otro.

Mientras que mirar y escuchar son ambas herramientas de percepción, absorbiendo estímulo y relacionándolos con la mente para interpretar, hay una gran diferencia entre la manera en las que ambas nos impresionan con sus “descubrimientos”. La vista es la facultad que más nos convence: una vez que hemos visto algo con nuestros “Propios ojos”, es virtualmente imposible que refutemos lo que otro sentido nos demuestre. Por el otro lado, cuando escuchamos y comprendemos, nos impresionamos menos con la información proporcionada. Nos convencerán de ciertas verdades, pero no como lo hacen inequívocamente nuestros ojos. Lo que oímos y entendemos son hechos que nos han sido “comprobados”; lo que vemos es una realidad.

 Uno contempla el “cuerpo” de la Torá y gana conocimiento de la realidad Divina. Pero esto permanece “escuchado”, una información de segunda mano convenida vía el medio del tema mundano en cuestión. Sólo al estudiar el alma de la Torá es que uno “ve” Divinidad, percibe la realidad de la forma más inmediata e inequívoca.

Basado en una directiva del Rebe, Lag Baomer 5711 (1951).

¿Qué es Pesaj Sheini?

El 14 de lyar es el día conocido como Pesaj Sheini, literalmente, “el segundo Pesaj”.

En la época del Beit HaMikdash, todos aquellos que no habían podido traer la ofrenda de Pesaj en la fecha estipulada, el 14 de Nisán, tenían una segunda oportunidad para hacerlo en este día. 

La Torá (Números 9:10-11) expresa: “Y Di-s habló a Moshé, diciendo: Habla a los Hijos de Israel, diciendo: Si hombre alguno de vosotros o de vuestras generaciones futuras se hallare impuro a causa de un cadáver o esté en camino distante, de todos modos hará la ofrenda de Pesaj a Di-s. La harán el decimocuarto día del segundo mes, hacia el atardecer, la comerán con matzot y hierbas amargas…”

“Pesaj Sheini” se ha convertido en una especie de festividad que celebra la segunda oportunidad de la vida. En las palabras del sexto Rebe de Lubavitch, y elaborado muchas veces por el Rebe, “Es iz nito kein farfalen”, nunca es demasiado tarde. 

Siempre podes arreglar los errores del pasado. Di-s está constantemente esperando a que expresemos un arrepentimiento sincero. 

Hoy en día, cuando no tenemos el Beit HaMikdash, se acostumbra comer un poco de matzá en Pesaj Sheni, en recuerdo a la ofrenda.

En la época del Beit HaMikdash— este era un día de regocijo para aquellos que cumplían con su obligación de traer la ofrenda de Pesaj. Por lo tanto, se considera en cierto modo especial y en él no se recita Tajanún.

BREVE RESUMEN DE LAS LEYES DE PESAJ SHENÍ

Aquel que se encontraba impuro [por haber entrado en contacto con un cadáver humano] en el momento estipulado para traer la ofrenda de Pesaj, o se hallaba en un lugar alejado, o tuvo algún percance, o indeliberadamente —o aun con intención— no la ofreció, debe traer la ofrenda de Pesaj en la tarde del 14 de lyar.

Quien se convirtió al judaísmo entre el 14 de Nisán y el 14 de Iyar, o un niño que pasa a ser adulto —respecto de su obligación para con las mitzvot, al cumplir 13 años, edad de bar-mitzvá— durante este período, también trae la ofrenda de Pesa] el 14 de Iyar. 

Si muchos del pueblo se hallan impuros en el momento de traer la ofrenda de Pesaj: Si constituyen la minoría de la nación, traen su ofrenda en Pesaj Sheni, pero si conforman la mayoría, o si los kohanim (sacerdotes) o utensilios del Gran Templo se hallan impuros en ese momento, de todas formas el sacrificio es traído por todos el 14 de Nisán. Y si el número de personas puras e impuras es el mismo, la ofrenda se trae el 14 de Nisán con la salvedad de que cada grupo la debe traer por separado, sin mezclarse unos con otros.

¿Cuál es la diferencia entre la ofrenda de Pesaj traída el 14 de Nisán y la traída el 14 de lyar? 

En la primera se prohíbe el jametz, el cual no puede ser “visto ni encontrado” en posesión del judío. Por ende no debe ser sacrificada junto con éste, siendo necesario exterminar previamente todo jametz de los hogares. Asimismo, ninguna porción de su carne puede ser comida fuera de la javurá,  (el grupo de personas formado para traer la ofrenda y comer la carne juntos, pues cada cordero era compartido por varias personas). 

Además, la ofrenda del 14 de Nisán va acompañada del Halel, cánticos de alabanza,  y de una ofrenda festiva especial, korbán jaguigá, pudiendo ser ofrecida incluso en estado de impureza, si la mayor parte del pueblo se encuentra en esa condición, como vimos antes.

En cuanto a la ofrenda de Pesaj traída el 14 de lyar: tanto el jametz como la matzá pueden encontrarse en posesión del judío, no hay obligación de recitar el Halel mientras se come, la carne del sacrificio puede comerse estando la persona separada de los otros miembros de la javurá, el sacrificio no es acompañado de una ofrenda festiva, y no puede ser traído en estado de impureza. 

Sin embargo, ambos comparten varias cosas en común: pueden traerse en Shabat, requieren del recitado del Halel durante su preparación, deben comerse asados en una misma casa, se comen junto con matzá y maror, no puede sobrar ningún resto de su carne, y no se puede quebrar ninguno de los huesos del animal.

¿Todo es reparable?

Te has perdido el vuelo. Se te olvidó presentar el informe antes de la fecha límite. Perdiste tu contacto. Descargaste un virus. Pensaste que tu aniversario era la próxima semana. Has dejado las llaves dentro del coche. Te olvidaste de colgar el teléfono antes de mencionar lo que realmente piensas sobre el…

No todos los errores son reparables, algunas equivocaciones son para siempre. Es una desafortunada consecuencia de la existencia de que cada error y oportunidad perdida es registrada con tinta indeleble. Puedes intentar olvidarlo, o negarlo, pero tú eres el que lo estropeó y siempre tendrá sus consecuencias.

Nuevamente Bienvenido

Hubo un grupo de Judíos que se acercaron a Moshé con un problema. Ellos habían estado ritualmente impuros en Pesaj, y por ende, no pudieron ofrendar el sacrificio Pascual. ¿había algo que Moshé podía proponer al respecto?

Di-s le dijo a Moshé que les diera una segunda oportunidad.

Un mes más tarde del siguiente día de Pesaj, celebramos “Pesaj Sheini”, por todos aquellos que no pudieron observar la festividad la primera vez.

“Pesaj Sheini” se ha convertido en una especie de festividad que celebra la segunda oportunidad de la vida. En las palabras del sexto Rebe de Lubavitch, y elaborado muchas veces por el Rebe, “Es iz nito kein farfalen”, nunca es demasiado tarde. Siempre puedes arreglar los errores del pasado. Di-s está constantemente esperando a que expresemos un arrepentimiento sincero.

Pero, ¿es realmente cierto? ¿Todos los errores pueden ser reparados?.

Algunos errores son permanentes. No todas las manchas son removidas al lavarse, y no todas los divorcios pueden recomponerse. ¿Por qué debo pensar de que siempre es posible reparar el pasado cuando la evidencia de mis propios ojos me muestra lo contrario?

El Botón de Rebobinado de la Vida

Está claro que la explicación de “Es Iz Nitoh Ken Falfalen”, debe ser más sofisticada del hecho que “todo puede ser reparado”. No todo puede arreglarse, pero sí puede ser mejorado. El primer Pesaj ya ha pasado, pero tu nuevo momento para brillar es ahora. Puede que no seas capaz de recuperar el pasado, pero tus acciones futuras pueden llevarte a un lugar mejor.

El dolor que causaste en sus relaciones fue real, pero, al comprometerte en empezar de nuevo y hacer todo lo posible para cambiar, tienes la oportunidad de construir una nueva relación, fundada en el fundamento de un compromiso compartido y un nuevo crecimiento.

Di-s nunca prometió que no caeríamos, pero nos ayudará a volver a subir. El pasado es mi señal para el futuro, y las lecciones que he aprendido de mis tropiezos anteriores me protegerán mientras busco mi nuevo camino a través de la vida. Todo lo que se necesita es resolución, coraje y mucho trabajo.

Todos cometemos errores y todos nos arrepentimos. El desafío no es detenernos en los pecados del pasado sino buscar un camino hacia adelante para el futuro. Nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo. Siempre hay una oportunidad. Al comenzar de nuevo y comprometernos a mejorar, nos encontramos con un nuevo mundo de oportunidades y seremos consolados por Di-s en nuestro viaje hacia el futuro.

Por: Elisha Greenbaum

Rabí Akiva y su legado

Los 49 días entre la festividad de Pesaj y Shavuot, se distinguen por la costumbre de la sefirá, es decir la cuenta del Omer. Los días de Omer en general, y el día 33 –Lag Baomer- en particular, están relacionados con el Gran Rabí Akiba y sus discípulos.

Rabí Akiba tenía cuarenta años, era iletrado y extremadamente pobre cuando comenzó una vida de estudio de Torá. Se inspiró ante la visión de un pequeño chorro de agua que al golpear sobre la dura roca hizo un agujero. Se dijo entonces a sí mismo: “Si el agua al caer con constancia, puede hacer un agujero en la roca, igualmente si estudio con perseverancia, aún yo, puedo ser un Erudito”. Tanto logró Rabí Akiba con su esfuerzo que se convirtió en uno de los grandes sabios y maestros de nuestra nación. En su momento llegó a liderar una Academia de Estudios de Torá que contaba que contaba con más de 24.000 alumnos a lo largo y ancho de la Tierra de Israel.

Por no haber sido respetuosos entre ellos, una plaga los atacó durante los días de Omer y muchos fallecieron. Por esa razón, los días de Omer son considerados días de duelo. No se celebran casamientos y también hay otras limitaciones en lo que se refiere al regocijo durante este período. El día 33 del Omer –Lag Baomer- la plaga terminó. A partir de ese momento, Lag Baomer se convirtió en un día festivo y auspicioso.

Su significado

La Guemará (el Talmud), testimonia que los estudiantes que fallecieron eran “alumnos de Rabí Akiba”. Se entiende que debían ser merecedores de ese título. Eso significa que estaban dedicados al estudio de la Torá y al cumplimiento de las Mitzvot con devoción, diligencia y Mesirut Nefesh (autosacrificio), tal como su maestro, el grande y exaltado sabio Rabí Akiba les había enseñado. Se deduce de ello, que la falta de respeto que hubo entre ellos, no pudo ser a causa de algo trivial, sino que estuvo motivado por el alto nivel espiritual en que se encontraban como alumnos de Rabí Akiba.

La explicación de esta conducta se encuentra en el dicho de nuestros sabios de santa memoria: “las personas en general, tienen distintas mentes y personalidades”. Cada individuo tiene su propia forma de servir a Di-s, estudiar la Torá y cumplir las Mitzvot. Por ejemplo, una persona puede hacerlo por amor a Di-s, otro puede hacerlo por temor a Di-s, y un tercero puede hacerlo por un sentimiento de total obediencia y sumisión a la Voluntad de Di-s, y así sucesivamente, aunque en la práctica, todos ellos observan con meticulosidad la Torá en su vida diaria.

Por ser discípulos de Rabí Akiba, eran hombres de nobleza, que servían a Di-s con la mayor sinceridad y devoción y con todo su ser. Por eso le parecía a cada uno que el suyo era el enfoque correcto, y el que no hubiera llegado a su nivel estaba lejos de la perfección. Más aún, siendo ellos discípulos de Rabí Akiba que enseñaba: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo, este es un gran principio de la Torá”, no estaban conformes con avanzar en forma individual en su propia forma de servir a Di-s, sino que deseaban lo mismo de sus compañeros, tratando de inducirlos a seguir su camino. Cuando veían que éstos no aceptaban su influencia, no podían respetarlos en el nivel que se esperaba de los discípulos de Rabí Akiba.

Su enseñanza

A la luz de lo antes mencionado, podemos ver que la historia de Lag Baomer en la Guemará, nos enseña cuál debe ser nuestra conducta.

La instrucción consta de tres partes:

1) El servicio a Di-s debe ser hecho con verdadera inspiración y vitalidad, al punto que se refleje en la totalidad de la personalidad del individuo.

2) Lo recién mencionado incluye –por supuesto- la gran Mitzvá de “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

3) Además, el individuo debe mirar en forma respetuosa y benevolente a cada judío, que está absolutamente comprometido con la Torá y el cumplimiento de las Mitzvot, aunque difiera en su forma de servicio, sea por amor o por reverencia, etc.

Otra instrucción es que, si uno se encuentra con un judío que todavía no adquirió el nivel adecuado en el servicio Divino, su relación deberá ser también con el debido respeto y afecto, de acuerdo con la enseñanza de nuestros Sabios: “Juzgarás a cada persona en forma favorable”. Es necesario tener en cuenta que la persona que aún no está comprometida con el Judaísmo, puede no ser responsable, sino que simplemente no tuvo la oportunidad de recibir una educación judía tal como corresponde.

En un caso así, debemos compadecernos de esa persona, y hay que hacer el mayor esfuerzo para acercarlo al judaísmo en forma cordial, con todo amor y respeto.

¿Un Hamse es algo judio?

Un Hamse es un amuleto que repre‐ senta una mano abierta simétrica, que se usa de forma decorativa en el hogar o en joyería. Su nombre, en árabe significa “cinco”, es representativo de los cinco dedos de la mano y las cualidades protectoras asociadas con ese número. Si bien los diseños varían, es común que haya un ojo bien abierto en la palma de la mano, que simboliza el deseo de estar protegido del “mal de ojo”.

Hamse está muy extendido entre los judíos sefardíes, muchos de los cuales proceden de tierras árabes. Pero también es común entre musulmanes y cristianos de esas mismas tierras.

¿Se considerara el Hamse como un símbolo legítimamente judío, o es algo tomado prestado de vecinos no judíos, o incluso un vestigio de la idolatría?

Esta cuestión ha sido objeto de acalorados debates y grandes autoridades halájicas respaldan varios enfoques.
Siguiendo la opinión que lo considera ajeno a la religión judía, muchos judíos se abstienen de utilizar el Hamse o colgarlo en sus hogares.

Pero, muchos rabinos sefardíes enseñaron que era un símbolo judío legítimo. Rabi Iosef David Azulai (Jid”a), así como Rabi Iosef Jaim de Bagdad (el Ben Ish Jai), registran la costumbre de colgar una pequeña mano grabada con la letra hebrea hei (que tiene el valor numérico de cinco) para protegerse del mal de ojo.

Si esta era la costumbre de tu comunidad, puedes continuar usándolo. Si no tienes esa costumbre, sería prudente consultar con tu rabino antes de comprar ese pequeño y llamativo amuleto de Hamse.

Es importante tener en cuenta que el Talmud nos asegura que el mal de ojo sólo te afecta si le das crédito y si te preocupas; si lo ignoras, el mal de ojo no te afecta.