Enseñanza semanal

Para pensar, compartir con amigos y llevar a la práctica.

MAN, ALIMENTO DEL HAMBRE

Elisha Greenbaum

Una amiga me dijo que su suegro, un sobreviviente del Holocausto, todas las noches, antes de irse a
dormir, revisaba discretamente el contenido de la despensa.
Si había pan en el estante, se iba a su dormitorio. Pero si no había pan, salía a comprar una hogaza.
Ella no recuerda si alguna vez dijo explícitamente que no podía irse a dormir sin que hubiera pan en la casa, pero esa era su costumbre.
Obviamente, su experiencia influyó en este comportamiento. Nosotros, que no hemos pasado hambre de verdad, no podemos imaginar el efecto de los años de privaciones que él y su generación sufrieron en los guetos y los campos.
Pero imaginamos, en un sentido abstracto, la ansiedad de no saber de dónde vendrá la próxima comida.
Encontramos un concepto paralelo en Ekev. El man, que cayó del cielo durante los 40 años en el desierto es mencionado por el Midrash como “alimento del hambre”. El man era el alimento de los milagros,
que caía todos los días y alimentaba a la nación.
Cada persona recibía una porción exacta, del tamaño adecuado para saciar su hambre, y tenía la milagrosa propiedad de tener el sabor de la comida que uno deseaba.
Al reflexionar, es comprensible que si tuvieras que depender de un milagro diario para comer, siempre tendrías hambre.
Imagina irte a la cama todas las noches durante 40 años preguntándote si Di‐s volverá a enviar comida al día siguiente.
Te ha alimentado hoy, pero ¿qué tan seguro es que tendrás sustento para el día siguiente?
Siempre pensarás en la comida.
En la primera parte de la bendición después de las comidas, citamos “Comerás, te saciarás y bendecirás al Señor tu Di‐s”, dice la tradición es una referencia al man.
¿El man satisface? ¿O es el pan del hambre? Porque los sentimientos que una persona tiene hacia el man están afectados por su perspectiva sobre la vida y su relación con Di‐s.
La comida que compras con el dinero que ganaste es más satisfactoria que el potencial man que está por caer del cielo.
Tus recursos son medibles y cuantificables, y puedes relajarte sabiendo que tienes suficiente para comer hoy.
Pero, el dinero que tienes ahora y la comida que puedes comprar con él son limitados. Hay un límite a lo que podrás lograr por tu cuenta.
Di‐s es infinito y tiene recursos ilimitados. No importa cuán difícil sea ahora y cuán duras sean tus circunstancias actuales, puedes sentirte seguro de que las cosas pueden mejorar y lo harán.
Incluso en tiempos de pérdida y sufrimiento, puedes mirar hacia un mañana mejor, con la esperanza y la confianza de que Hashem proveerá los recursos.
El man que llega como un regalo directo de Di‐s es el alimento verdadero y satisfactorio.
Y la pizca de Divinidad que cae en nuestra vida es el pan diario de fe que sustenta nues‐

LA PARSHÁ EN PROFUNDIDAD

De las Palabras del Rebe de Lubavitch

“Ekev (“si” o “porque”) escuchas estas leyes…” En lugar de la palabra más común “im” para denotar “si”, la Torá utiliza la palabra “ekev”, que significa “talón”.
Según Rashi, Ekev alude a las “Mitzvot simples que generalmente se pisotean”, las Mitzvot cuya importancia a veces se denigra.
Rashi se basa en un Midrash que dice: “Estos son los mandamientos simples que las personas no siempre tienen cuidado de cumplir; los arrojan bajo sus talones”.
El Midrash no se refiere a una persona que considera que estas Mitzvot son triviales y las desprecia intencionalmente. Se refiere a un judío que acepta que estas Mitzvot deben ser observadas y que se esfuerza por cumplirlas, pero sigue posponiendo su observancia hasta que sean “echadas bajo el talón”.
Es probable que una persona así divida los mandamientos de Di‐s en categorías, según lo que percibe como importante.
Para él, las Mitzvot “importantes” son la “cabeza” y tienen prioridad.
“Primero observaré las mitzvot ‘importantes’ a la perfección”, dice, “luego comenzaré con las otras”.
Las más simples quedan para el final.
Así, el judío no se exige un nivel de conducta que esté “dentro de la letra de la ley” hasta que considere que ha dominado las Mitzvot “importantes”.
¿Cuál es la consecuencia de tal perspectiva? Cuando se le pide a esta persona que ame a todos los judíos, incluso a aquellos que no conoce personalmente, responde: “¿Cómo puedes pedirme eso? ¡Es difícil para mí amar a la gente que conozco!”
Cuando se le presiona para que observe las Mitzvot con más escrupulosidad de lo que se requiere, responde: “¡No! Tiene que haber una cierta secuencia en la observancia de las Mitzvot.
Exigirme que haga más que lo básico es como pedirme que camine descalzo por la calle con una hermosa corbata alrededor del cuello. Tienes que empezar por el principio y avanzar poco a poco”.
Si bien estos argumentos pueden parecer lógicos a primera vista, no son más que el consejo de la inclinación al mal.
La base del servicio Divino de un judío se basa en la aceptación del yugo del Cielo, no en argumentos intelectuales.
La función de las Mitzvot es conectarnos con Di‐s. Cada mitzvá que un judío observa fortalece su vínculo con Di‐s, sin importar si se trata de un mandamiento “importante” o “simple”, relacionado con la “cabeza” o con el “talón”.
Si alguna mitzvá nos permite acercarnos a Di‐s y unirnos con Él, ¿por qué no cumplirla de inmediato?


Adaptado para Maaian Jai de Likutei Sijot, Vol. 19

UN MOMENTO

Rabi Leví Itzjak Schneerson z”l El 20 de Menajem Av del año 5704 (1944), falleció Rabí Levi Itzjak
Schneerson Z”L‐ padre de Rabí Menajem Mendl Schneerson, Rebe de Lubavitch.
Renombrado talmudista y cabalista contemporáneo. Gran Rabino de Ucrania, entregó su vida por la difusión del judaísmo y la Torá en la ex Unión Soviética; falleció en el exilio en Asia Oriental.
Su lugar de reposo se encuentra en la ciudad de Alma Ata.
Sus profundas explicaciones cabalísticas, escritas con absoluta síntesis en su lugar de destierro y que rescató su esposa, la Rabanit Jana Z”L, fueron reveladas
y publicadas por su hijo‐ el Rebe de Lubavitch.

JUDAÍSMO PRÁCTICO

AGUA CALIENTE EN SHABAT

En general, el suministro de agua caliente se genera con calefón o termo tanque. Ambos están prohibidos de usar en Shabat.
En el caso del calefón, al abrir la canilla se enciende automáticamente el fuego para calentar al agua fría que acaba de entrar en la serpentina.
Resulta que con este sistema estaríamos violando dos prohibiciones: a) aumentar fuego y b) cocinar.
En lo que respecta al termo tanque ya sea del consorcio o privado:
Este sistema funciona con un termostato que al detectar una baja en la temperatura del agua en el interior, enciende el suministro de energía ya sea a gas o eléctrico para calentar el agua y cuando llega a la temperatura prefijada, esta fuente de calor disminuye para mantener el calor. Por cada gota de agua caliente que utilicemos, una fría entra en su lugar al termo tanque.
Esto está prohibido en Shabat ya que estaremos poniendo agua fría en un recipiente que esta sobre el fuego, transgrediendo así solamente la prohibición de cocinar. Ya que hay posibilidades de que al abrir el agua caliente no active el termostato. AIRE ACONDICIONADO EN SHABAT Los sistemas de aire acondicionado frío, frío calor o calefacción central, cuentan con termostatos que miden la temperatura del interior y encienden o apagan el sistema de acuerdo a la temperatura prefijada.
Cuando entra aire frío o caliente al abrir puertas o ventanas, activamos el termostato que a su vez activa el sistema. No obstante, su uso está permitido en Shabat y Iom Tov porque al dejar entrar el aire frío o caliente la mayoría de las veces no se activará el termostato. Y por la ley de “safec psik reisha” y de “davar sheino mitkaven” está permitido

El uso de calefones o termotanques está  prohibido en Shabat ya que estaremos poniendo agua fría en un recipiente que esta sobre el fuego, transgrediendo así solamente la prohibición de cocinar.

LO QUE SIEMPRE QUISE PREGUNTAR
¿POR QUÉ LA BARBA?

La fuente del uso de la barba se encuentra en la Torá, en Vaikrá: “No te cortes el pelo que está a los lados de tu cabeza” y más adelante: “Que no sean afeitadas los bordes de sus barbas”.
Otras normas generales como la de no seguir la costumbre de los gentiles fundamentan esta prohibición.
Estos versículos de la Torá son sustentan la prohibición de afeitar la barba con un instrumento que quitaría el pelo al ras de la piel.
Por ello que hay muchos judíos tradicionales que se afeitan de tal modo que dejan ligeros cánones en sus barbas, o usan determinadas cremas o polvos, que no entran en la categoría de afeite, aun cuando quitan todo el pelo.
De acuerdo con la Cabalá, la barba representa una gran energía de Divinidad.
El Zohar dice “Estos trece tikunim (conexiones) se encuentran en la barba y cuando la persona tiene su barba completa se le llama una persona fiel y aquellos que ven su barba, ponen su emuná ‐fe en ella”.

El Arizal explica:
Algunas de sus explicaciones incluyen: el atributo de rajum – Misericordioso (existen 13 atributos Divinos) se manifiesta espiritualmente, en el pelo que crece por encima de la boca…”Y continua mostrando la correlación de las diferentes áreas de la cara en las cuales crece pelo y los 13 atributos de Divinidad.
En el lenguaje del Zohar “Existen 13 lugares donde crece el pelo en y alrededor de la cara y son llamados los 13 ornamentos de la barba.
Es que estas partes de la barba son los recipientes de las bendiciones que provienen de lo Alto.
El recipiente a través del cual los 13 atributos de misericordia son dirigidos hacia la persona, trayéndole el sustento y bendiciones de Di‐s a la vida personal y familiar del individuo.
Rabi Jaim Vital, discípulo del santo Arizal, dijo: “basado en el Zohar, nos damos cuenta de la gravedad de cortar pelos de la barba, porque todo el pelo que la compone es sagrado”.

“Existen 13 lugares donde crece el pelo en y
alrededor de la cara y son llamados los 13 ornamentos de la barba.

MENSAJE PARA LA VIDA

EL SILENCIO LO DICE TODO 

Extraído del Sipurei Jasidim

Sucedió hace más de 100 años atrás. El santo Vishnitzer Rebe, Rabi Israel Haguer, salió como todas las tardes a dar un paseo, acompañado de su secretario.
Sin embargo, en lugar de dirigirse al parque, se detuvo frente a la casa de unos de los judíos acaudalados de la ciudad, que dirigía el Banco local.
El secretario desconocía la razón de la visita. Este iehudí no era un jasid. En realidad era uno de los que se oponía al judaísmo tradicional.


De todas formas, al ver al Rebe en la puerta de su mansión, lo hizo pasar, saludándolo con calidez.
Hizo sentar a la inesperada visita y se ubicó a su lado esperando que el Rebe le cuente la razón de su venida. 

Pasaron unos minutos, y el Rebe permanecía en silencio. Pero el hombre, que era muy delicado, no se animaba a interrogarlo.
Perplejo, el director del Banco permaneció sentado. Miraba al Rebe. 

El Rebe lo miraba a él. Más silencio. ¿Qué sucedía aquí?
Luego de unos instantes, Rabí Israel se puso de pie, sin pronunciar palabra, caminó hacia la puerta.
El dueño de casa lo acompañó cortésmente hasta la vereda, y así caminaron juntos hasta la casa del Rebe.
Al arribar allí, el hombre dijo: “¡Vishnitzer Rebe!
Mientras estaba en mi casa no correspondía

hacerlo, pero ahora que estamos en la suya le pregunto: ¿Por qué me ha visitado?”.
El Rebe respondió: “Fui a cumplir una mitzvá” “¿Cuál?” preguntó intrigado el hombre. “Nuestros Sabios nos indican que es una mitzvá callar cuando sabemos que no seremos escuchados.
Por eso visité a la persona a la que no debía decir lo que no podría escucharme”.
“¿Qué es lo que me debía decir?” preguntó el judío. “No te lo diré‐ dijo el Rebe‐ pues perderé mi mitzvá”.
“¿Cómo sabe usted que no lo escucharé? ¡Por favor, debe decírmelo!”
Después de mucha insistencia el Rebe le contó: “Ayer me visitó una mujer viuda.
Ella recibió la comunicación del Banco, avisándole que embargarán su casa pues no ha pagado la deuda que tiene con dicha institución.
Eso significa que, junto a sus pequeños hijos, quedará en la calle.
Me pidió que hablara contigo porque sabe que eres judío y quizás podría convencerte para que la ayudes”. “Pero Rebe, yo no soy el dueño del Banco, ni soy yo quién pone las reglas. ¡Sólo lo dirijo!”.
“Así es. Por eso sabía que no sería escuchado. Buenas noches”.
El Rebe ingresó a su casa, seguido por su secretario.
El banquero permaneció inmóvil, petrificado.
Finalmente, caminó despacio hacia su hogar, meditabundo.
El tema lo había impactado. Antes del fin de semana, él pagó la deuda de la viuda, con su propio dinero.

“Nuestros Sabios nos indican que es una mitzvá
callar cuando sabemos que no seremos escuchados”

LA ENSEÑANZA SEMANAL Director General: Rabino Tzví Grunblatt Editora Responsable: Prof. Miriam Kapeluschnik
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