El viaje del alma

Esta semana, en Vaieizé, comienza con el viaje de Iaakov a Jarán; Y Iaakov salió de Beersheva y se dirigió hacia Jarán. ¿Es necesario que sepamos de dónde venía?
Rashi nos da una explicación basada en el Midrash.
Esto enseña que la partida de una persona justa de cualquier lugar causa un impacto.

Durante el tiempo que la persona justa está en una ciudad, constituye su gloria, él es su esplendor, él es su corona.
Cuando se va, se va su gloria, se va su esplendor, se va su corona”.

Esta explicación es sorprendente, ya que cuando Iaakov dejó Beersheva, sus padres, Itzjak y Rivka, ambos tzadikim, todavía vivían allí.
¿Cómo podría Rashi afirmar que con la partida de Iaakov, de Beersheva también se fueron la gloria y el esplendor?
La respuesta se revela al observar más de cerca la explicación de Rashi, que no es una cita exacta del Midrash.
El Midrash afirma que una persona justa constituye el esplendor y la corona de una ciudad.
Rashi, sin embargo, presenta sus comentarios con la palabra gloria.

Según él, la influencia de la persona justa en su entorno tiene tres elementos: 1) corona, en el sentido de honor y respeto; 2) esplendor, la luz espiritual que emana de la persona justa y sus obras; y 3) gloria, un nivel aún más alto de iluminación que emana del tzadik que provoca asombro.Incluso después de que Iaakov dejó Beersheva, todavía había dos personas justas viviendo allí, sus padres.


Pero para entonces Itzjak era muy viejo y ciego, y estaba confinado en su casa. Rivka también mayor, se ocupaba de cuidar a su esposo.

No hay duda de que su presencia continua en la ciudad trajo honor y protegió a sus habitantes.
Para entonces, Itzjak y Rivka ya no podían iluminar sus alrededores con el tipo de luz que promueve asombro.
Este nivel de luz, gloria, emanaba de su hijo, Iaakov.
Así, cuando salió de Beersheva, su gloria también se fue.

Además de su significado literal, el viaje de Iaakov desde Beersheva a Jarán alude al descenso del alma del mundo espiritual al mundo físico, que también causa un impacto. De hecho, el alma demuestra un gran sacrificio perso nal al ser investida en un cuerpo físico.
En el mérito de este sacrificio personal, cada judío merece ser restaurado a su verdadero estado de regocijo en la luz de Di‐s, con la redención completa con Mashíaj.

Adaptado de Likutei Torá, vol. 32

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