El hebreo, el idioma de la Biblia , también se conoce como la lengua sagrada . Durante miles de años, los judíos han rezado, estudiado, escrito y leído en esta antigua lengua.
Según la tradición, las 22 letras del alfabeto hebreo contienen los secretos de la creación y la clave de la sabiduría de Di-s . Te invitamos a explorar el idioma hebreo, aprendiendo los conceptos básicos de la lectura y los significados de las palabras, conectándote con este elemento vital del judaísmo .
El código de la creación
Las letras hebreas no son sólo una herramienta útil para transcribir el lenguaje hebreo, sino que son los vehículos a través de los cuales Di-s creó el universo. Como se cuenta en los primeros capítulos del Génesis , Di-s pronunció diez enunciados y el mundo llegó a existir. Estos diez enunciados son las “vestiduras” a través de las cuales la energía Divina se traduce en existencia física.
¿Qué sucede con las cosas, como las computadoras y los libros, que no se mencionan específicamente en los diez enunciados? Allí es donde entran en juego la gematría y otros sistemas de intercambio. Estos permiten que los términos hebreos, basados en los diez enunciados, se “conviertan” en el nombre hebreo de cada elemento dado, que es su fuente de vida.
Las palabras hebreas se componen de raíces de 2 o 3 letras a las que se les pueden añadir prefijos y sufijos. Por lo tanto, una palabra hebrea con varios prefijos y sufijos puede transmitir lo mismo que 5 palabras en español. Por ejemplo, ויוציאנו significa “y nos sacó”. Por esta razón, como cualquier traductor de hebreo a español puede decirle, varios cientos de palabras hebreas a menudo se convierten en miles cuando se traducen al español.
La oración es una parte importante de la vida judía. Rezamos tres veces en un día normal, cuatro veces en Shabat y en días festivos, y cinco veces en Iom Kipur . La mayor parte de estas oraciones se realizan en hebreo. Por eso, a los niños judíos se les suele enseñar a leer hebreo incluso antes de que puedan entender el idioma (nótese que los sabios nos aconsejan que primero enseñemos a comprender el hebreo).