Los Cohanim asumieron sus cargos después de los siete días de iniciación. Nadav y Avihú, los hijos mayores de Aharón,
ofrecieron incienso sobre fuego no consagrado y no tomado del altar. Una trasgresión tal por qwparte de los Cohanim, que debían dar el ejemplo para el resto de la asamblea, era imperdonable.
En consecuencia, ambos fueron consumidos por un fuego que venía “de la presencia del Señor”.
Aharón estaba abrumado por el dolor de esta tragedia, pero Moshé le explicó que los Cohanim tenían la responsabilidad especial de mantener el elevado nivel de santidad requerido de ellos por Hashem.
Pureza y santidad deben ser los principios subyacentes en la vida diaria entre los judíos. Por ende, se hizo una distinción
“entre lo puro y lo impuro, y entre los animales que pueden ser comidos y los que no pueden serlo”.