¿Se puede utilizar medicamentos para perder peso fácilmente ?

Estar en forma y estar saludable no siempre son sinónimos. Muchos medicamentos, incluido Ozempic, pueden tener posibles efectos secundarios, algunos de los cuales pueden ser graves.

Definitivamente, este tema ha llamado mucho la atención últimamente. Estos medicamentos, disponibles en forma de inyección o píldora, se están volviendo cada vez más populares por su facilidad para ayudar a las personas a perder peso.
Si su médico le recetara estos (o cualquier) medicamento, es una mitzvá cuidar su salud y escuchar a su médico.
Pero, ¿está bien utilizar dichos medicamentos para mejorar su apariencia cuando no es una necesidad médica?

Desde una perspectiva judía, Di‐s nos confía nuestros cuerpos. No son nuestros para hacer con ellos lo que queramos, sino más bien herramientas que nos prestan para cumplir nuestra misión en este mundo, una misión que requiere un cuerpo sano. Por tanto, estamos
obligados a cuidar nuestra salud y evitar riesgos innecesarios.

Estar en forma y estar saludable no siempre son sinónimos. Muchos medicamentos, incluido Ozempic, pueden tener posibles efectos secundarios, algunos de los cuales pueden ser graves.
Esto coloca a dichos medicamentos en una categoría similar a la cirugía estética. Como se mencionó anteriormente, nuestros cuerpos
están prestados, por lo que “herirnos” mediante cualquier tipo de cirugía electiva puede ser problemático.

En 1964, se consultó a varios rabinos destacados sobre el caso de una mujer que estaba considerando someterse a una cirugía plástica para mejorar sus posibilidades de encontrar un marido adecuado.

Algunos rabinos argumentaron que se trataba de una excepción a la prohibición de autolesionarse, ya que el propósito de la cirugía
era aliviar el dolor emocional severo. Agregaron que los avances modernos minimizan los riesgos quirúrgicos, considerándolos no potencialmente mortales.

Esta visión matizada sugiere que uno debe sopesar cuidadosamente los riesgos y beneficios con un profesional médico (y con un ra‐
bino quizás) antes de decidir tomar pastillas para bajar de peso únicamente por razones cosméticas.

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