Todos con Iosef

En la porción de la Torá de esta semana, Vaiejí, Iosef obligó a sus hermanos a jurar que cuando Di-s “los saque de esto”, es decir, saque a sus descendientes de Egipto, llevarán sus huesos para ser enterrados en Israel. La Torá luego termina el libro de Bereshit, Génesis, con este versículo: “Y Iosef murió a la edad de ciento diez años, y fue embalsamado y colocado en un ataúd en Egipto”.

¿Por qué era responsabilidad de todos los Hijos de Israel tomar los huesos de Iosef, por qué no solo sus propios hijos? ¿Por qué se enfoca en Iosef al final de la porción? Cuando la Torá elige terminar un libro con un versículo, hay un mensaje significativo en él. ¿Qué mensaje hay para nosotros?

El pueblo judío está a punto de comenzar un exilio difícil y horroroso en Egipto. Hashem les da las herramientas psicológicas necesarias para lidiar con eso. Estas son lecciones para todos los futuros exiliados, incluido el presente.

Primero, necesitamos saber que hay un fin y un propósito para este exilio, Di-s no solo nos sacará de galut, sino que nos “sacará de esto”. Seremos elevados a un nivel más alto, veremos y disfrutaremos los frutos de todo el trabajo y el sufrimiento. Saber esto nos ayudará a superar las dificultades del exilio.

Segundo, necesitamos ser como Iosef. Él se convierte en el gobernante de Egipto. Se eleva y gobierna incluso durante el tiempo del exilio. Nosotros también, como Iosef, podemos elevarnos y gobernar nuestro exilio actual. Como Iosef, estamos en eso, pero no nos gobierna.

Tercero, Iosef se queda con nosotros hasta que salgamos del exilio. Esto debe ser un recordatorio y fortalecernos para ennoblecernos. Todos los judíos estaban obligados a llevar a Iosef, cuando las cosas son difíciles, piensa en él, comprenderás que puedes ser como él y superar cualquier desafío que se nos presente.

Algunas personas, como mi familia y yo, fuimos elegidas para   soportar  desafíos abiertos y difíciles, con los que luchamos todos los días. Es difícil, pero no hay nada más gratificante que superar un desafío. A pesar de que éste aún existe y las dificultades persisten, tratamos de encontrar formas de prevalecerlos. Qué agradable es poder hacer feliz a otro judío y le agradezco a Hashem que incluso en mi estado actual he encontrado formas de hacerlo. Aún así, este exilio se ha prolongado suficiente, que Di-s elimine el sufrimiento y los desafíos y nos revele lo bueno ahora.

Adaptado por Rabi Yitzi Hurwitz de las enseñanzas del Rebe, yitzihurwitz.blogspot.com.

El rabino Hurwitz, está luchando contra la ELA, y junto a su esposa Dina,son emisarios del Rebe en Temecula,

California.

Parashá en síntensis: Vaigash

Descripción general : En el pasaje de esta semana, Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá: Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada, José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Descripción general : En el pasaje de esta semana , Vayigash , Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá : Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada , José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Segunda Aliá : Judá continuó: “Cuando [Jacob] vea que el muchacho se ha ido, morirá”. Le explicó a José que él, Judá, había asumido la responsabilidad personal de que Benjamín regresara ileso a Canaán . Y como tal, pidió permanecer como esclavo en lugar de Benjamín. En ese momento, José no pudo contenerse más. Pidió a todos los egipcios presentes que salieran de la habitación, y reveló su identidad a sus hermanos: “¡Soy José! ¿Mi padre aún está vivo?”. Luego los tranquilizó y les pidió que no se molestaran por venderlo como esclavo: “Pues fue para preservar la vida que Di-s me envió delante de ustedes. Durante otros cinco años no habrá ni arado ni cosecha, y Di-s me envió delante de ustedes para asegurar su supervivencia en la tierra…”

Tercera aliá : José ordenó a sus hermanos que regresaran rápidamente a Canaán y trajeran a Jacob y sus familias de regreso a Egipto, donde José prometió proporcionarles comida hasta que terminara la hambruna. José abrazó a sus hermanos y lloró. El Faraón fue informado de que la familia de José había llegado, y él también les ordenó que fueran a Egipto donde les daría lo “mejor de la tierra”. Los hermanos fueron a Canaán, cargados de regalos de parte del Faraón y José, e informaron a Jacob que José estaba vivo, de hecho gobernaba sobre todo Egipto. “Y el espíritu de su padre Jacob revivió”.

Descripción general : En el pasaje de esta semana , Vayigash , Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá : Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada , José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Segunda Aliá : Judá continuó: “Cuando [Jacob] vea que el muchacho se ha ido, morirá”. Le explicó a José que él, Judá, había asumido la responsabilidad personal de que Benjamín regresara ileso a Canaán . Y como tal, pidió permanecer como esclavo en lugar de Benjamín. En ese momento, José no pudo contenerse más. Pidió a todos los egipcios presentes que salieran de la habitación, y reveló su identidad a sus hermanos: “¡Soy José! ¿Mi padre aún está vivo?”. Luego los tranquilizó y les pidió que no se molestaran por venderlo como esclavo: “Pues fue para preservar la vida que Dios me envió delante de ustedes. Durante otros cinco años no habrá ni arado ni cosecha, y Dios me envió delante de ustedes para asegurar su supervivencia en la tierra…”

Tercera aliá : José ordenó a sus hermanos que regresaran rápidamente a Canaán y trajeran a Jacob y sus familias de regreso a Egipto, donde José prometió proporcionarles comida hasta que terminara la hambruna. José abrazó a sus hermanos y lloró. El Faraón fue informado de que la familia de José había llegado, y él también les ordenó que fueran a Egipto donde les daría lo “mejor de la tierra”. Los hermanos fueron a Canaán, cargados de regalos de parte del Faraón y José, e informaron a Jacob que José estaba vivo, de hecho gobernaba sobre todo Egipto. “Y el espíritu de su padre Jacob revivió”.

Cuarta aliá : Jacob y toda su familia salieron de Canaán y se dirigieron a Egipto. En el camino se detuvieron en Beersheba, donde Di-s le dijo a Jacob que no tuviera miedo de ir a Egipto, porque allí se convertiría en una gran nación. Además, Di-s le dijo: “Yo descenderé contigo a Egipto, y también te haré subir”.

Quinta Aliá : Esta sección nombra a los setenta miembros de la familia de Jacob que fueron a Egipto.

Sexta aliá : Jacob llegó a Egipto, a la provincia de Gosén que el Faraón había asignado a su familia. José fue allí para saludar a su padre. José preparó a su familia para encontrarse con el Faraón e instruyó a sus hermanos para que le dijeran al Faraón que ellos eran pastores, que sólo deseaban cuidar de sus rebaños en Gosén hasta que terminara la hambruna. De hecho, los hermanos siguieron este guión, y el Faraón accedió a su pedido. Jacob fue llevado ante el Faraón, y Jacob lo bendijo.

Séptima aliá: Mientras José abastecía a su familia de alimentos, el resto de Egipto se encontraba en una situación desesperada. Primero gastaron todo su dinero a cambio de alimentos que José les vendió. Luego se les acabó el dinero y pagaron las provisiones con su ganado. Finalmente, cuando ya no les quedó dinero ni ganado, vendieron sus tierras y a sí mismos al Faraón como esclavos a cambio de provisiones. Mientras tanto, en la tierra de Gosén, la familia de Jacob prosperó y se multiplicó en gran manera.

 

FUENTE 

Unidad en el principio y unidad en el final

“Y se acercó a él Iehudá” (Bereshit 44:18)

Es sabido que el nombre de la Parshá indica su contenido (esto nos explica por qué a veces se elige la primera palabra de la Parshá como nombre de la misma, y a veces se elige la segunda o tercera palabra e incluso el segundo versículo). Esto se ve abiertamente en nuestra Parshá, ya que el sentido interior de todos los temas de la Parshá se refleja en la palabra “vaigash– y se acercó”.

La Parshá relata sobre múltiples y diferentes sucesos: el pararse con firmeza de Iehudá en apoyo de Biniamín, el darse a conocer Iosef a sus hermanos, el descender de Iaakov y sus hijos a Egipto, etc.; sin embargo, cuando profundizamos en el contenido interior de estos sucesos, descubrimos que el factor que los une a todos es “vaigash- se acercó”.

LA REUNIÓN DE LOS REYES

La esencia del término “vaigash- se acercó” es el encuentro, el acercamiento físico de uno con su prójimo, al punto de unirse el uno con el otro. Sobre este “acercamiento” de Iehudá a Iosef aplican nuestros Sabios Z”L el versículo: “puesto que los reyes se reunieron”. En el libro Zohar está dicho que este fue “un mundo con otro mundo, que se unan el uno con el otro, para ser todos un uno”.

Esto se refleja con mayor claridad en el cierre de la lectura de la Torá en los profetas, la Haftará (que como es sabido, también nos explica la Parshá). La Haftará habla sobre la perfección del acercamiento de Iehudá a Iosef, tal cual tendrá lugar en el Futuro Por Venir, cuando tenga lugar una unificación cabal entre el reino de Iehudá con el reino de Iosef: “toma una rama y escribe sobre ella para ‘Iehudá’… y toma una rama y escribe sobre ella para ‘Iosef’… y que estén unidas en tu mano”. Y la Haftará finaliza: “Y los Haré un pueblo… y habrá un rey para todos”.

UNIDAD ENTRE LOS JUDÍOS

Está claro que el sentido de “vaigash- se acercó” es traer unidad donde hay división, y de eso trata la totalidad de la Parshá: la entrega total de Iehudá en aras de Biniamín, reflejó la unidad que se generó entre las tribus, en lugar de la discordia que imperaba entre ellos previamente. A continuación, Iosef se da a conocer a sus hermanos, y ahí se vuelven a unir nuevamente todas las doce tribus. Esta unificación es la que brinda las fuerzas para alcanzar la unidad perfecta en los días del Mashíaj.

Asimismo la continuación de la Parshá refleja unidad: el descenso de Iaakov a Egipto y la radicación de los hijos de Israel en aquel país, fue con el objetivo de traer la unidad de Di-s específicamente a un ámbito que se encontraba en la cumbre de la disociación con la santidad. Egipto era “la vergüenza de la Tierra” (como lo explican nuestros Sabios Z”L: “los más arruinados de entre las naciones”), donde dominaba la idolatría. Iaakov y sus hijos descendieron hasta este nivel tan bajo para traer también allí a la unidad de Di-s.

UNIDAD ENTRE LOS JUDÍOS.

La Parshá de “Vaigash- se acercó” nos enseña que la unión es la base de todo. Este es el comienzo del servicio diario a Hashem, como la costumbre de recitar antes de la Plegaria: “acepto cumplir el precepto de amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Este es también el objetivo de todo el servicio al Creador- llevar a toda la creación a la unidad.

En especial en estos días, los últimos días del Galut, debe ponerse énfasis en el tema de la unidad y traer unidad entre un judío y otro, entre Isajar (los estudiosos de la Torá) y Zebulún (los comerciantes) hasta la unificación del mundo entero bajo la soberanía del reino de Hashem.

(Sijot 5750 parte II Pág. 212)

Vaishlaj “Y Mandó”

Después de su regreso a Israel – que representa la perfección espiritual adquirida luego de haber pasado 20 años trabajando para Laván en Harán (mundo de idolatría) – Iaacov manda mensajeros a su hermano Esav para hacer las paces. Sin embargo, éste lo enfrenta con 400 guerreros, señalando así su intención de seguir peleando.

Para encontrarse con Esav, Iaacov se protege con tres cosas: la plegaria (tefilá), mandándole regalos a Esav y preparándose estratégicamente para la confrontación (divide a su gente en dos bandos, de tal modo que si Esav liquida a uno, queda el otro). Esto nos muestra cómo deben prepararse los judíos cuando son enfrentados por otras naciones. 

Al encontrarse con Esav, Iaacov se inclina ante él, pero realmente lo hace frente a la Shejiná, la Providencia Divina, que lo salva milagrosamente cuando Esav pretende matarlo. 

Iaacov pelea con el ángel protector de Esav y gana, pero es lesionado en el muslo; por ello la Torá prohíbe comer el Guid Hanashé, tendón del muslo cercano al nervio ciático.

La mitzvá de Guid Hanashé es la tercera de la Torá y la primera de carácter prohibitivo. Hay dos partes que no pueden ser comidas en un animal Kasher: el nervio ciático (ley de la Torá) y el nervio perineo (prohibición rabínica).

En nuestros hábitos diarios de comida somos forzados a recordar la herida infringida a Iaacov por Esav en su punto débil (yozai yerjó), representando por la descendencia de Iaacov, que es el pueblo judío. Por lo tanto, debemos reforzar cada generación mediante la educación en Torá, para no ser heridos por otros pueblos.

Luego de la pelea con el ángel, el nombre de Iaacov es cambiado por el de Israel, que significa “has peleado con cuerpos celestiales (el ángel de Esav) y con cuerpos terrenales (Lávan y Esav) y has vencido”; por tanto, mereces la bendición por una conducta noble en un enfrentamiento directo. En esto se diferencia del nombre Iaacov (el que obtuvo la bendición de su padre a través de la astucia).

Cambiar el nombre puede anular un decreto celestial desfavorable. De haber un decreto para que Esaú dominara a Iaacov, Di-s reafirmaría a Iaacov, “puesto que ya no será Iaacov y su nombre será Israel”.

Los nombres de Iaacov e Israel – que todos hemos heredado – se refieren al cuerpo y el alma, respectivamente. Es necesario rectificar espiritualmente el cuerpo para que el poder del alma pueda morar en él. Solo entonces merecerá llamarse Israel.

La Torá no está escrita en orden cronológico. La venta de Iosef en realidad precedió a la muerte de Itzjak por 12 años. Cuando nació Iaacov, Itzjak tenía 60 años.

Itzjak falleció en el año 120 de Iaacov. Iosef tenía 17 años cuando fue vendido, y Iaacov tenía 108 años. 

Rivka murió sin haber visto a su hijo Iaacov y fue enterrada en la Cueva de Majpelá, a diferencia de Rajel, que fue enterrada en Bet Lejem o Belén, el lugar donde los judíos pasaron cuando fueron exiliados a Babilonia, Rajel pidió a Di-s por ellos. Rajel murió al dar a luz. 

Al morir Itzjak a la edad de 180 años, Esav decidió quedarse con los bienes de su padre, y Iaacov, con la tierra de Canaán y la Cueva de Majpelá, lugar donde fue enterrado su padre. 

“Los Sabios dicen que la experiencia de los padres es una guía para sus hijos. Lo sucedido a nuestros Patriarcas refleja eventos que se repiten en la historia de nuestro pueblo, tanto en lo individual como en la nación en su conjunto”.

El viaje del alma

Esta semana, en Vaieizé, comienza con el viaje de Iaakov a Jarán; Y Iaakov salió de Beersheva y se dirigió hacia Jarán. ¿Es necesario que sepamos de dónde venía?
Rashi nos da una explicación basada en el Midrash.
Esto enseña que la partida de una persona justa de cualquier lugar causa un impacto.

Durante el tiempo que la persona justa está en una ciudad, constituye su gloria, él es su esplendor, él es su corona.
Cuando se va, se va su gloria, se va su esplendor, se va su corona”.

Esta explicación es sorprendente, ya que cuando Iaakov dejó Beersheva, sus padres, Itzjak y Rivka, ambos tzadikim, todavía vivían allí.
¿Cómo podría Rashi afirmar que con la partida de Iaakov, de Beersheva también se fueron la gloria y el esplendor?
La respuesta se revela al observar más de cerca la explicación de Rashi, que no es una cita exacta del Midrash.
El Midrash afirma que una persona justa constituye el esplendor y la corona de una ciudad.
Rashi, sin embargo, presenta sus comentarios con la palabra gloria.

Según él, la influencia de la persona justa en su entorno tiene tres elementos: 1) corona, en el sentido de honor y respeto; 2) esplendor, la luz espiritual que emana de la persona justa y sus obras; y 3) gloria, un nivel aún más alto de iluminación que emana del tzadik que provoca asombro.Incluso después de que Iaakov dejó Beersheva, todavía había dos personas justas viviendo allí, sus padres.


Pero para entonces Itzjak era muy viejo y ciego, y estaba confinado en su casa. Rivka también mayor, se ocupaba de cuidar a su esposo.

No hay duda de que su presencia continua en la ciudad trajo honor y protegió a sus habitantes.
Para entonces, Itzjak y Rivka ya no podían iluminar sus alrededores con el tipo de luz que promueve asombro.
Este nivel de luz, gloria, emanaba de su hijo, Iaakov.
Así, cuando salió de Beersheva, su gloria también se fue.

Además de su significado literal, el viaje de Iaakov desde Beersheva a Jarán alude al descenso del alma del mundo espiritual al mundo físico, que también causa un impacto. De hecho, el alma demuestra un gran sacrificio perso nal al ser investida en un cuerpo físico.
En el mérito de este sacrificio personal, cada judío merece ser restaurado a su verdadero estado de regocijo en la luz de Di‐s, con la redención completa con Mashíaj.

Adaptado de Likutei Torá, vol. 32

La parashá en síntesis: Vaietzé

Vayetzé: Y salió…

Iaacov, padre de las doce tribus, salió de Israel (Beer Sheva) y se fue a Aram (Harán) para escapar de su hermano Esav, según el consejo de su madre, y para buscar esposa, según las instrucciones de su padre, Itzjak.

Beer Sheva representaba la paz y la seguridad, el rezo y el estudio de Torá; sin embargo, tuvo que dejarlo para enfrentarse al mundo de las tentaciones, Olam, cuya raíz es Elem, ocultamiento (donde Di-s está oculto) y para superarlas, con miras a ser luego el padre de la casa de Israel. Esto nos enseña que Di-s quiere que los judíos vivan una vida espiritual en un mundo terrenal. 

Iaacov estudió 14 años en la Yeshivá de Eber antes de ir a Harán. En vez de dedicarse a estudiar la cultura y el idioma del lugar al cual iba, se dedicó a rezar, lo cual demuestra que antes de formar un hogar judío, la prioridad no debe ser integrarse a la sociedad e imitar las costumbres de otros, sino conocer nuestros fundamentos de vida, indicados en la Torá. 

Antes de llegar a Harán, Iaacov, se detuvo en el Monte Moriá, en el mismo lugar donde Abraham construyó el altar para el sacrificio de Itzjak y donde posteriormente fue construido el Beit Hamikdash (Templo de Jerusalem). Allí tuvo el famoso sueño de la escalera y recibió de Di-s la promesa de que esa tierra le pertenecería, y de que su descendencia sería tan numerosa como la arena. 

En el sueño de Iaacov, la escalera estaba apoyada en la tierra, pero llegaba hasta el cielo. Como la vida y las experiencias de los patriarcas sirven de modelos para nuestra conducta, este sueño del patriarca nos señala que aún cuando nuestra existencia física es terrenal, todos tenemos el potencial de alcanzar altos niveles espirituales y, por tanto, debemos poner todo el empeño en lograrlos.

En la escalera había ángeles que subían y bajaban. Éstos representaban a los cuatro imperios que dominarían a nuestro pueblo: el de Babilonia, Persia, Grecia y Roma (Edom), nuestro exilio actual.

En cada uno de los casos, Iaacov vio su subida, apogeo y caída, menos en el caso de Edom, cuyo ángel subía continuamente. Al preguntarle a Di-s cuándo bajaría, este le respondió que Él mismo lo haría bajar, lo que indica que la finalización del actual exilio se producirá por medios sobrenaturales.

Iaacov llegó a la casa de Laván, su tío, y luego de trabajar siete años para casarse con Rajel, tuvo que casarse con Lea, la hermana mayor de Rajel, porque Laván lo engañó. Entonces trabajó siete años más para casarse con Rajel. En total, Yaacov pasó 20 años trabajando para Laván, sin perder su nivel espiritual. 

La raíz de la palabra arameo (en hebreo, aramí) significa “engaño”; ese era el nombre con que se conocía a Laván, “maestro del engaño” (aramí).

Cuando se narra el amor de Yaacov por Rajel, se dice que aún cuando tuvo que esperar siete años para casarse con ella, éstos se le pasaron como si fueran pocos días, debido al amor que sentía. Esto nos explica el verdadero tipo de amor. 

Para quienes se aman principalmente a sí mismos y necesitan la compañía de la otra persona para gratificarse, cada día de ausencia es una eternidad. En cambio, Iaacov amaba a Rajel por lo que ella era, más que por lo que podía darle; se trataba de un amor incondicional, por el que cualquier sacrificio valía la pena.

El amor egoísta es impaciente; el verdadero amor es permanente, prevalece, y en tal contexto, muchos años pueden parecer pocos días. 

Iaacov tuvo doce hijos con sus cuatro esposas: Lea, Rajel, Bilhá y Zilpá. Las cuatro eran hermanas por parte de Laván, su padre; y Bilhá y Zilpá eran hijas de una concubina de Laván.