Parashá en síntesis: Pinjas

El fracaso de Bilam en maldecir al pueblo de Israel (las maldiciones se convirtieron en bendiciones) conduce a Balak y a los nombres de Midiam a poner en acción otro plan de Bilam, que logra tener éxito al hacer pecar a los judíos. Las mujeres moabitas seducen a los hombres judíos, los embriagan, los hacen adorar a su ídolo Ba`al Peor, así como cometer actos inmorales. 

Kozbi, hija de Balak, es llamada por Zimri, príncipe de la tribu de Shimón a su tienda, en abierto desafío a Moshé y a las leyes imperantes. Pinjas, hijo de Elazar y nieto de Aharón, mata a ambos en nombre de Di-s, salvando así al resto del pueblo del castigo Divino. 

La plaga que se había desatado por los pecados cometidos mató a 24.000 judíos, todos de la tribu de Shimón. Este acontecimiento de Shitim es considerado de mayor gravedad que el del becerro de oro, cuando murieron 3.000 personas, ya que el pecado de idolatría se suma el de inmoralidad, que es castigado con gran severidad. 

A lo largo de la historia, cada tribu produjo grandes líderes, con excepción de la tribu de Shimón, de la cual provenía Zimri.

Nuestros Sabios explican que si Pinjas hubiese preguntado al tribunal si se debían tomar medidas contra los pecadores, éste hubiese respondido de forma negativa. La acción cometida con sus sentimientos de celo a Di-s está calificada en la Ley Judía como “es ley, pero no se instruye”. El tribunal no puede ordenar castigo, pero la persona – como en el caso de Pinjas – que estaba presente en el acto vergonzoso está obligada a reclamar y obrar contra la profanación del Nombre de Di-s.

Pinjas es premiado por Di-s con un pacto de paz para sus descendientes. Se le premia con el sacerdocio eterno, por cuanto mostró amor por su Di-s y logró la expiación para los hijos de Israel. Durante la época del Primer Templo, 18 Cohanim Guedolim (Sumos Sacerdotes) fueron descendientes de Pinjas, y durante el Segundo Templo, lo fueron 80. 

A pesar de que Moshé había intervenido numerosas veces para aplacar la ira de Di-s contra su pueblo, no fue premiado como Pinjas. La actuación de ambos era diferente: Moshé lograba el perdón por medio de la plegaria, que era escuchada por Di-s; Pinjas lo hacía por medio de la acción, llevando a las personas a arrepentirse.

La abnegación de moshé era de naturaleza espiritual; en cambio, la de Pinjas era física, arriesgaba su vida. 

Cuando el servicio de la persona es el resultado de la iluminación Divina que impregna el mundo físico – como es, en este caso, el mundo de Moshé -, no hay garantía de la durabilidad de su efecto. El nivel físico no se purifica, ni se eleva y regresa a su estado anterior una vez que la iluminación espiritual cesa.

Cuando la iluminación espiritual deriva del servicio del hombre – como en el caso de Pinjas, quien con su acción eleva y purifica el mundo físico, llevando a las demás personas a retornar a su esencia-, entonces el efecto es duradero, y el perdón, permanente.

Di-s instruye a Moshé para que se enfrente en guerra contra Midián por su tentativa de corrompèr moralmente a los judíos y de intentar destruirlos espiritualmente, lo que es aún más grave que la destrucción física, como la que pretendía Egipto. 

En la actualidad tendríamos que reflexionar sobre las precauciones que tomamos para nuestra protección física y espiritual y la de nuestros hijos. ¿Qué tan cuidadosos somos en prevenir cosas que atentan contra nosotros físicamente? ¿Tenemos el mismo cuidado cuando se trata de evitar un peligro espiritual? los medios de comunicación de masas, bajo el disfraz de la libertad de expresión y de prensa, están repletos de material gráfico y verbal que induce a la violencia y a la vulgaridad, afectando nuestra espiritualidad y la de los nuestros.

Un amor proveniente de una relación de odio

En esta Parshá, leemos sobre Balak, el rey de Moab, quien está mortalmente asustado de los judíos que se encontraban acampando justo en el límite de su nación. La Nación Judía había logrado sin esfuerzo defenderse y conquistar las tierras adjuntas de los dos grandes reyes Amoritas, Sijón y Og, y Balak temía que su tierra fuera la siguiente. Así que mandó a llamar a Balaam, un brujo y profeta no judío, y lo contrató para maldecir a los inminentes invasores. Su plan fue contraproducente ya que Di-s transformó las maldiciones de Balaam en una cascada de elocuentes bendiciones.

Es interesante no obstante, que los temores de Balak no tuvieran fundamentos, y sus esfuerzos fueron en vano. Ya que él no sabía que Di-s había instruido a los judíos que “No provoquen una guerra con los Moabitas” (ya que Moab era un prometido como heredero para los descendientes de Lot). Ahora, mientras que no se le podía echar la culpa a Balak por no saber sobre este edicto Divino emitido a los judíos, Balaam, un profeta que “escuchó los dichos de DI-s y percibió los pensamientos del Altísimo” sabía sobre la neutralidad que debían mantener los judíos con los Moabitas.¿Por qué no le aconsejó a Balak: “Amigo, tu tranquilidad no debe ser perturbada; los Judíos no suponen ninguna amenaza”?

Es precisamente esta pregunta la que lleva al comentarista bíblico Rashi concluir con que “Balaam detestaba a los judíos más que Balak”. Balak odiaba a los judíos, pero por buenas razones; en su estimación, ellos presentaban una amenaza mortal para él y para sus ciudadanos. Balaam, por el otro lado, como muchos antisemitas en el correr de los siglos, odiaba a los judíos sin motivo alguno. Era un odio esencial que iba más allá de la razón, un odio que era cualitativamente mayor que el del Balak. Y como tal, aprovechó la oportunidad de maldecir a los judíos, aunque sabía muy bien que el temor de Balak era infundado.

Di-s no previno a Balaam de dirigirse a los judíos; ni siquiera reemplazó las maldiciones de Balaam con nuevas bendiciones. En vez de eso, Él “transformó la maldición en bendición”. Como explica el Talmud, las bendiciones de Balaam eran en verdad las mismas maldiciones que él intentaba pronunciar…pero ligeramente re fraseadas para transformarlas en bendiciones.

El transformar un odio lógico (del estilo de Balak) en amor, hará que ese amor también sea lógico; un amor basado y medido de acuerdo a las cualidades y valor del que es amado. Pero transformar un odio completamente infundado e ilógico en amor, traerá como resultado las bendiciones de Balaam: una efusión de amor infinito y esencial. Un amor que trasciende toda lógica y razón, el amor que Di-s alberga por cada uno y uno de Sus hijos.

No es sorprendente entonces, que las bendiciones de Balaam sean un vehículo para la profecía sobre la redención Mesiánica: “La veo, pero no ahora; la observo, pero no pronto. Una estrella (el Mashíaj) ha salido de Iaakov, (…)…e Israel triunfará”Ya que será durante la Era Mesiánica, que el amor esencial e infinito de Di-s por Su pueblo, como fue expresado en las bendiciones de Balaam, finalmente se manifestará”.

Por Naftali Silberberg

¿Por qué la parashá lleva el nombre de alguien malvado?

Querido Rabino, 

Me sorprendí que la lectura de la Tora de esta semana, lleva el nombre del malvado Rey Balak, quién tramó maldecir a los Judíos en el desierto. 

¿No podían encontrar otro nombre más apropiado?

RESPUESTA:

Es una pregunta interesante. De hecho, hay seis porciones de la Tora que llevan el nombre de personajes centrales: Noaj, Sara, Itro, Koraj, Balak y Pinjas, y todos son Justos menos Balak. Leyendo más detalladamente la historia, podemos entender un poco más la razón por la cual esta porción lleva el nombre de alguien malvado, y el mensaje que podemos aprender para nuestro viaje espiritual.

Analizando la trama de Balak

Balak, el rey de Moab, se aterroriza de la llegada de la nación judía, y le dice a Bilam, un profeta, que los maldiga.

Di-s le dice a Bilam que no maldiga a los judíos, y al principio, cumple. Pero, con el tiempo le tomó odio a los judíos e insiste en hacerlo, por lo que Di-s le da la libertad de elegir.

Pero Di-s le hace saber a Bilam que no está de acuerdo con su elección. El envía un ángel para desviar a Bilam, pero sólo su burro puede percibirlo. 

Tres veces el ángel desvía al burro, y tres veces Bilam lo golpea. Finalmente, el burro había tenido demasiado. Sorprendentemente, él abre su boca y se queja a Bilam sobre su comportamiento. Bilam finalmente puede ver el ángel, pero todavía no entiende el mensaje.

Cuando Bilam llega al palacio de Balak, lo llevan a un lugar en donde pudiera ver al pueblo judío para maldecirlos. Pero cuando abre su boca para hacerlo, bendiciones salían de ella. De hecho, sus palabras contienen algunas de las alabanzas más hermosas del pueblo judío en la Torá.

Bilam luego dice la profecía sobre la era Mesiánica.

Luego del intento fallido de Bilam de maldecir a los Judíos, sugiere una estrategia diferente, provocar que los judíos pequen con las mujeres Moabitas, y causar que idolatren el Baal Peor. El plan tiene éxito, y una plaga devastadora aparece entre el pueblo como resultado. Pinjas, el nieto de Aaron, el Sumo Sacerdote, se levanta y pone fin a la plaga.

Seguramente aún te estás preguntando por qué la porción lleva el nombre de Balak. ¿Cuál es su cualidad redentora?

Repasemos unos puntos de la historia:

Bilam se trasforma, por su odio a los judíos, en alguien que no desea obedecer a Di-s.

Un burro habla

Las maldiciones son transformadas en bendiciones

Una porción del pueblo Judío se transforma en pecadores.

Las profecías sobre la era Mesiánica, describen la última transformación del mundo. 

Ésta porción de la Torá, inviste el poder de la transformación. Las bendiciones son tan profundas, ya que se originaron como maldiciones. Su transformación es tan absoluta que describen la última transformación del todo el mundo: La era del Mashiaj. Más aún, Balak mismo encarna ésta transformación.

El Talmud relata que la figura Bíblica Ruth, quién trasformó su propia vida convirtiéndose al judaísmo y mereció ser la bisabuela del Rey David, era descendiente directa de Balak. El Mashiaj vendrá del linaje del Rey David. De esta forma, la persona encargada de la transformación del pueblo judío y el mundo entero, Mashiaj, es un descendiente directo de Balak.

¿Cuál es el mensaje para nosotros? Transformarnos a nosotros y nuestras vidas no es sencillo. Pero muy seguido, las situaciones más difíciles son las que nos conducen a las mayores ganancias. Cuando nos damos cuenta de esto, en vez de someternos a la presión, usémoslo para nuestro crecimiento y desarrollo personal y así tener la experiencia mas sublime de transformación.

Por: Yossi Lew

Difíciles batallas

La Parashá que leemos esta semana comienza con la recompensa que recibió Pinjas por su acto de valentía, imponiendo castigos a Zimri ben Salu, quién estaba contra Moisés, y cohabitaba con una mujer Midianita. Zimri era jefe de la Tribu de Shimon, quienes eran fieles a su líder. 

El acto de Pinjas fue peligroso. El Talmud habla de los milagros que ocurrieron ese día, los cuales le permitieron a Pinjas salir ileso de la carpa de Zimri.

El acto de Pinjas no fue muy racional. Sus posibilidades de éxito eran mínimas, pero estaba siguiendo el ejemplo del primer Judío. 

Abraham era un hombre joven en Ur, viviendo en una sociedad pagana, cuando comenzó a predicar una filosofía de monoteísmo. Nimrod no estaba contento con lo que Abraham estaba creando. De hecho, fue llamado el “Ivri”, que significa “del otro lado”, porque todo el mundo estaba de un lado, mientras que él, junto con sus creencias monoteístas, estaban del otro. Pero Abraham no se inmutó, porque sabía que lo que estaba haciendo era lo correcto.

Las historia de Abraham y Pinjas, se han repetido como un disco rayado a través de nuestra difícil y gloriosa historia. 

Nuestra nación no existiría ahora si no fuera por todos los actos heroicos realizados por valientes individuos y grupos. Dos ejemplos: La festividad de Januca, celebra la valentía de un pequeño grupo de personas que se rehusaron a ser parte de la contaminación espiritual del Helenismo, y pelearon contra un ejército Griego, que era mucho más grande y fuerte que el de ellos. 

Esta Parashá, siempre se lee cerca del 12 de Tamuz, el día en el que los Jasidim de Jabad celebran la milagrosa liberación de Rabi Iosef Itzjak Schneerson, el sexto Rebe de Jabad, de la prisión comunista en 1927. En un momento en donde enseñar Torá significaba la muerte o trabajo forzoso en Siberia, el Rebe no se desesperó. Él desafió el régimen Soviético, y animó a sus seguidores a que hicieran lo mismo. Estableció Yeshivot subterráneas, Mikves, etc, y él personalmente arregló los temas financieros para toda esta red subterránea.

El resultado final de estas historias es la victoria. Millones de descendientes aún siguen el camino que Abraham abrió. (En realidad, su legado incluye no sólo a los Judios, sino también a la mayor parte de la población del mundo que siguen las religiones que son ostensiblemente monoteístas, y todos ellos tienen sus raíces en Abraham). 

Pinjas fue recompensado por su acto, y hasta el día de hoy sus descendientes Sirven como Cohanim (Sacerdotes), quienes bendicen al pueblo Judío y retomarán sus Servicios en el Templo Sagrado cuando llegue el Mashiaj. Los Griegos fueron desterrados de la Tierra Santa, el judaísmo siguió floreciendo, y se nos ha dado unos días extra cada año para celebrar, comer, casarse… La educación judía siguió detrás de la Cortina de Hierro hasta el día que cayó. Ellos se han ido, y la Torá aún está aquí.

Incluso cuando las probabilidades están en nuestra contra, debemos pelear por lo que es correcto. Debemos hacer lo que nos corresponde a nosotros, y Di-s se encargará del resto.

Por: Naftali Silberberg

Parashá en síntesis: Jukat- Balak

Las 613 Mitzvot de la Torá se subdividen en tres categorías, a saber: Edut (Testimonios), preceptos relacionado con eventos históricos de nuestro pueblo o con aspectos de nuestras creencias; en éstas figuran el Shabat como testimonio de la Creación del mundo y de la salida de Egipto, la celebración de fiestas como Sucot, Pesaj, Shavuot, las Mitzvot de Tzitzit y Tefilín, que demuestran la fe en Di-s. Mishpatim (Leyes), preceptos que tienden a preservar el orden civilizado de la sociedad, como “no matar”, “no robar”, “honrar a los padres”. Y jukim (Decretos), aquellas leyes divinas cuya explicación no está al alcance de la inteligencia y comprensión humana.

El origen Divino de estas categorías de Mitzvot es lo que determina la necesidad de su cumplimiento; el judío cumple los preceptos porque son expresiones de la voluntad divina, no porque le parezcan lógicos o razonables. Al hacerlo, se refina y eleva la espiritualidad del mundo, reafirmando su vínculo de trascendencia.

Aún cuando coincidan con las leyes civiles del país, los Mishpatim son de naturaleza distinta: la ley es establecida por el hombre, a diferencia de aquello que emana de las palabras “Yo soy Di-s, el único Di-s… No matarás “.

Los Testimonios (Edut) no hubiesen sido conocidos por el hombre si Di-s no los hubiera revelado, aún cuando sean racionalmente comprensibles. Los Jukim son evidencia de la existencia de Di-s como un Ser Supremo con una lógica que va más allá de lo que la mente humana puede comprender.

Existen diferentes ejemplos de Jukím: Kashrut, Mikve. Pero la Torá establece explícitamente cuatro de ellos como tal: Yibum, la mitzvá que hace el cuñado al casarse con la viuda de su hermano que no haya tenido hijos; Shatnez, la prohibición de usar una prenda de vestir que tenga en su tejido mezcla de lana con lino; Zair LaAzazel, el carnero que se mataba como parte del servicio de Yom Kipur y que se servía para expiar la culpa del pueblo judío; Pará Adumá, la vaca roja mencionada en el presente Parashá.

Se sacrificaba una vaca roja y sus cenizas se mezclaban con agua, para purificar a la persona que hubiera tenido contacto con un muerto. A la vez, quien hacía este proceso se contaminaba. Está Mitzvá (carente de lógica para nosotros) demuestra la total aceptación de la Voluntad Divina como antítesis de la idolatría. La única persona a quien se hizo comprender esta Mitzvá fue Moshé, porque no participó ni activa ni pasivamente en el pecado de idolatría del becerro de oro.

El rey Salomón, considerado el más sabio de los hombres, declaró que a pesar de sus esfuerzos y estudios, la Mitzvá de Pará Adumá estaba fuera del alcance de su comprensión.

Hasta el día de hoy se han quemado nueve Vacas Rojas: la primera por Elazar, hijo de Aharón, bajo la supervisión directa de Moshé; otra, en tiempos de Ezra; la tercera y cuarta bajo la guía de Shimón Hatzadik; dos más en tiempo de Yojanán, El Gran Sacerdote. Desde la destrucción del Segundo Templo fueron sacrificadas tres vacas más. La décima y última será preparada por Mashiaj.

Después de Matán Torá, Di-s elevó los judíos por encima del poder del “Ángel de la Muerte”. Al no estar sujetos a la muerte – como antes del pecado de Adam-, la impureza desapareció. Di-s designó a la vaca – madre del becerro – para purificar la impureza causada por su cría.

El “Ángel de la Muerte” no pudo ejercer su poder sobre seis justos (Tzadikim), quienes murieron al partir su alma por el llamado “Beso Divino” (mitat neshika). Ellos fueron: Abraham, Itzjak, Iaacov, Moshé, Aharón y Miriam, quien murió el 10 de Nisán del cuadragésimo año en el desierto, a la edad de 123 años. Aharón, su hermano, murió a la misma edad, el 1º de Av del año 2487.

La “fuente de Miriam”, de la cual los judíos tomaban agua durante su estadía en el desierto, desapareció temporalmente con su muerte, para que se dieran cuenta de que existía por su mérito. Lo mismo sucedió con las Nubes de Gloria que acompañaban a Israel por el mérito de Aharón y, tras una desaparición temporal, fueron restituidas por el mérito de Moshé.


Después de la victoria contra Sijón, el amorita, y Og, rey de Bashan, sobrevivientes de los gigantes que existieron antes de la época del diluvio, los demás pueblos por donde tenían que pasar los judíos sentían un gran temor. 

En Moab se designó un nuevo rey, llamado Balak, quien usó los servicios de Bilam para que, con los poderes que tenía, maldijera al Pueblo Judío. De acuerdo con la Guemará, Bilam era hijo de Laván y creyó la calumnia de que Iaacov le había robado a su padre sus posesiones. De allí, el odio que le profesaba a todos sus descendientes. 

En Egipto, como consejero del Faraón, fue quien propuso que los varones judíos recién nacidos fueron echados al río Nilo. Sentía además especial animadversión por Moshé,

porque se consideraba su igual en sabiduría. Bilam, a diferencia de Balak, ocultaba su odio hacia los judíos bajo su poder de profeta. 

Bilam imploró a Di-s que le permitiera maldecir a los judíos, pero mientras formulaba la maldición en su mente y su corazón, Di-s cambiaba su intención y le hacía pronunciar lo contrario de lo que estaba pensando; por ello, de cada bendición podemos deducir la maldición respectiva. 

¿Qué es lo que quería en esencia Koraj?

La grave pelea de Koraj con Moshé tuvo lugar, en lo que hace a la secuencia del tiempo, a continuación del episodio de los espías, los meraglim. Esto sugiere que fue justamente la manera como concluyó el suceso de los espías lo que generó que Koraj se enfrente a Moshé.

No se encuentra otra causa que justifique el estallido de la controversia justo en este momento. Si lo que encolerizó a Koraj, fue el traspaso del sacerdocio a Aharón y sus hijos, esto ocurrió más de un año antes (Yerushalmi Iomá). Si lo inició el nombramiento de Elitzafán hijo de Uziel como líder de los hijos de Kehat, también esto tuvo lugar un par de meses atrás. Por lo tanto, es lógico decir que, aunque estos sucesos generaron una acumulación de amargura en el corazón de Koraj, la decisión para declarar una guerra abierta contra Moshé, fue el resultado del episodio de los espías.

¿QUÉ ES LO PRINCIPAL?

Los espías argumentaron que para estar cercanos a Di-s es preferible permanecer en el desierto y no entrar en la Tierra de Israel donde el orden material podría perturbar el apego a Di-s. A ello les respondió Moshé, que lo fundamental no es el apego a Hashem en la dimensión abstracta del espíritu, sino que “lo principal es la acción”. Lo más importante es cumplir los preceptos, y esto podría lograrse sólo en la Tierra de Israel.

Esta respuesta es la que causó que Koraj salga a discutir contra Moshé. Koraj era consciente que en lo que hace al estudio de la Torá, y al nivel espiritual en el que se encontraban Moshé y Aharón el sacerdote, superaban con creces a cualquier otro hombre. Sabía que Moshé recibió la Torá del Altísimo y Aarón HaCohen fue el primero en recibirla de Moshé. Sobre ello no tenía dudas ni argumentos.

LOS MISMOS TEFILÍN

Pero ahora escucha de Moshé que el nivel espiritual y la intensidad del apego interior a Di-s no son lo principal. Si es así, se quejó Koraj, “¿por qué han de erigirse ustedes como superiores?”. ¡Si lo más importante son los actos, entonces yo y todo judío, incluso el más simple, colocamos los mismos Tefilín y cumplimos los mismos preceptos!

SE REQUIERE INTERACCIÓN

La verdad es que Hashem quiere ambas cosas. La intención meditada (“kavaná”) y la acción de cumplir la Mitzvá en la práctica. Tanto el vínculo espiritual interior entre el hombre y su Creador, como la estricta y minuciosa observancia de todos los detalles “técnicos” de la Mitzvá.

Estos dos aspectos constituyen la misma unidad, así como el alma y el cuerpo que se conjugan el uno con el otro en una sola entidad- el hombre. Los espías no entendieron que todo el valor del apego espiritual a Di-s tiene lugar sólo y exclusivamente cuando va acompañada con el cumplimiento de los preceptos en la práctica; mientras que el pecado de Koraj fue una consecuencia de su falta de comprensión de que “una Mitzvá sin intención meditada, es cual un cuerpo sin alma”, y que la meditación, el sentimiento y la unión espiritual entre el hombre y Hashem son elementos fundamentales que deben acompañar la acción de la Mitzvá que es lo principal y condicionante.

Likutei Sijot, Tomo 4, Pág. 1046

Parashá en síntesis: Koraj

En esta parashá se narra la sublevación de Koraj, quien se rebela junto a 250 personas contra la autoridad de Moshé y Aharón, alegando que si todo el pueblo tenía la característica de “ser santo”, de ser “un pueblo de sacerdotes”, no había necesidad de que éste sacerdocio fuera ejercido por Aharón y el pueblo liderado por Moshé.

La protesta de Koraj provino de la envidia que sentía por no poder ejercer el mismo liderazgo que sus primos hermanos Moshé y Aharón, quienes fueron designados para tal fin por Di-s por su nivel espiritual y por su capacidad de no distorsionar la Torá.

Moshé fue la más humilde de las personas y Aharón era conocido por sus esfuerzos en pro de la paz; sin embargo, eso no frenó a Koraj y a sus seguidores de acusarlos de arrogantes. Explican nuestros Sabios que cuando una persona ve defectos o falladas en otra es porque generalmente está proyectando las propias. La envidia y el deseo de poder fueron los móviles de esta acusación. 

Koraj y su séquito fueron castigados, la tierra se abrió y se los tragó vivos, confirmándose así la autoridad dada por Di-s a Moshé. 

Todos los judíos se equiparan en la acción, pero existen diferencias entre ellos desde el punto de vista espiritual. El Alter Rebe explica que los judíos son parte de un todo, cada uno tiene su misión y beneficia, del mismo modo que cuando sucede con los diferentes miembros del cuerpo: no se puede pensar que solo esté formado por cabezas, o por manos, etc.

Si bien el Pueblo Judío es “un pueblo de sacerdotes” que debe impregnar lo mundano con la santidad en todos los actos de la vida diaria (forma de vestir, comer y comportarse), también existen en su seno los “sacerdotes”, que por su grandeza espiritual están totalmente consagrados al servicio Divino. 

Así como el episodio de los espías indica la importancia de la acción en el mundo físico para elevarlo espiritualmente, del mismo modo lo sucedido con Koraj enfatiza el componente espiritual, que también está imbuido de elementos mundanos en el servicio del Sacerdocio (comer de los sacrificios, usar vestimentas especiales). 

En el Judaísmo, la necesidad de entrelazar la elevación espiritual con el mundo de la acción mediante el cumplimiento de los preceptos tiene una importancia capital. 

La actitud de Moshé al tomar la iniciativa de buscar hacer las paces con los revoltosos, nos instruye sobre la importancia del Shalom (paz) en el Judaísmo. Aún en su posición de líder, Moshé no deja que el orgullo lo venza y va en busca de la paz. 

Muchas peleas se prolongan por orgullo. Algunos no piden perdón aun cuando están claramente errados en su posición, otros no lo hacen porque creen tener la razón. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que ningún esfuerzo por lograr la paz es inútil. Cuando hay una pelea, el énfasis debe ponerse en la paz y no en quién tiene o no la razón.

Esta Parashá demuestra la influencia que ejerce la mujer sobre su esposo. La mujer de Koraj lo instigó para que liderase la rebelión; en cambio, la esposa de On Ben Pele aconsejó a su esposo para que se separase de la conspiración y así lo salvó de la muerte, con la que fueron castigados los demás. 

En la parashá de Bereshit, la Torá define a la mujer como ezer kenegdó (“una ayuda en su contra”), lo cual parece una expresión contradictoria. Explican nuestros Sabios que, con frecuencia, el hombre no es capaz de juzgarse objetivamente y a veces no ve sus defectos; no obstante, su esposa si es capaz de verlo como realmente es. Si el esposo es observante de leyes de DI-s y ayuda a su prójimo, ella debe ayudarlo y estimularlo. Si por el contrario es irrespetuoso y abusivo, debe oponerse a esa conducta, señalarle sus errores y ayudarlo a mejorar. 

Bien sea como “ayudante” o como “opositora”, es innegable la importancia de la mujer en el Judaísmo en todas las épocas.