Tiempo de Cambio

Elul es un mes muy especial. Es un tiempo para aprovechar la oportunidad de trabajar en nosotros mismos, para cambiar, para ser mejores y llevar a cabo nuestros sueños…

Es un nuevo principio para finalmente hacer aquellas cosas que siempre sentiste que eras capaz de hacer pero nunca las hiciste.

Cada Elul empieza con las mismas grandes expectativas: va a existir un nuevo mundo y las cosas no serán iguales. Desafortunadamente, el entusiasmo inicial rápidamente da lugar a una realidad muy diferente; el entusiasmo baja su nivel y acabas estando no muy distinto que antes de empezar. Es seguro que creces poco a poco año tras año, pero el avance importante – convertirte en la persona que sabes que puedes y debes ser – nunca parece materializarse, quedando como un sueño difícil de realizar.

¿Cómo tomar todo el entusiasmo, la buena voluntad y la emoción, y convertirlos en un cambio significativo y duradero? En otras palabras: ¿Cómo puedes hacer que Elul realmente funcione?

Los Sabios nos dicen que existe una Voz Divina (“Bat Kol”) que resuena en el mes de Elul diciendo: ‘Vayan a arar los campos, no planten sobre las espinas y la maleza”. Claro que existen muchos significados cabalísticos para esta frase, pero una explicación simple; es que si no preparas tu campo arándolo, no importa lo que siembres, tu jardín va a estar eventualmente invadido de espinas.

Por lo tanto, la clave para un Elul exitoso es prepararse adecuadamente considerando qué semillas deseas plantar.

¿Cómo te debes ararte a ti mismo para asegurarte de que todo lo que decidas hacer se desarrollará de la manera que quieras, para que después de unos cuantos meses no pienses que tu resolución no fue nada más que un bonito deseo?

Tu deseo de cambio es claro, de otra manera no estarías leyendo esto en este momento. Pero ¿qué es lo que te motiva al cambio?. La llave es entenderte a ti mismo. Cómo funcionas, cómo creces y qué te motiva. ¿Cuáles son los pasos apropiados para tu crecimiento? A su vez, está el factor fundamental: “todo a su tiempo”.

Se cuenta la historia de un hombre joven en la Ieshivá del Rabino Meir Jadash. Era un estudiante perezoso que nunca estudiaba, hacía l¡o que se le antojaba y parecía que iba a dejar todo completamente. Un día el estudiante hizo un giro de 180 grados. Era el primero en el salón de estudios en la mañana y el último en salir de allí por la noche.

Al día siguiente el Rabino Jadash se le acercó y le dijo: “Eres tan inmaduro, ¿cuándo vas a crecer?”.

El mensaje es claro: no vas a cambiar de la noche a la mañana, no pasarás de ser irresponsable y apático, a ser el más responsable. Y si lo intentas, es pura falsedad. Puedes tener éxito unos cuantos días pensando que lo has logrado, pero ¿cuánto te durará?. Eso no es “crecimiento”, es inmadurez. El verdadero crecimiento es paulatino. Tienes que saber cuál es el siguiente paso, entenderte a ti mismo y ser honesto.

Decide lo que quieres aceptar sobre ti y qué realmente cambiará las cosas. Por ejemplo: cuidar que la casa sea casher, o dedicarte a ser más sensible y cuidadoso. Estas semillas tienen un increíble potencial… si preparas antes el terreno.

Observa profundamente dentro de ti, pide buenos consejos, y por sobre todo sé realista acerca de lo que es posible alcanzar.

¿Y sobre el proceso real de teshuvá? El primer paso es reconocer tus errores, entender lo que has hecho mal y cómo lo podrías haber hecho mejor.

Para hacer esto, tienes que conocer tus capacidades específicas. De otra forma, cometerás el error de tratar de cambiar cosas que están más allá de ti. Esto es muy malo, porque cuando lo “confiesas”, realmente no lo sientes porque muy dentro de ti sabes que no es real.

La verdadera teshuvá y confesión significa articular el hecho de que a tu nivel lo hubieras podido hacer mejor. Es muy importante hacer esto de una forma en la cual lo escuches y lo creas.

Entiende los asuntos que son reales para ti; si están más allá de ti, entonces no son “tus” asuntos. Trabaja con lo que es real y apropiado. De lo contrario, vas a plantar tus semillas año tras año y no vas a cosechar más que espinas. Claro que no debes utilizar esta idea como excusa para continuar cometiendo errores. Por el contrario, toma conciencia de cómo un cambio drástico a veces termina en algo peor. No te muevas en un mundo ilusorio. Evalúa qué aspecto de tu carácter no está muy bien y empieza a cambiarlo – gradualmente.

“Preparar el terreno” significa descubrir qué es lo que te motiva y reconocer qué es lo que necesitas hacer ahora. Al final  .de cuentas, el cambio final puede ser en unos cuantos años. Pero no te desanimes. Los Sabios dicen que una vez que te encamines hacia algún lado, para Di-s, es como si ya hubieras llegado a ese lugar. Una vez que hayas decidido hacer algo, existe una elevación de tu alma; en el plano metafísico es como si ya estuviera hecho. Tu alma ha llegado; es sólo que tu cuerpo todavía tiene que caminar por muchos senderos.

Una cosa más. Para estar inspirado en el proceso de la teshuvá (el arrepentimiento), tenemos que darnos cuenta de que Di-s nos ama, incluso con todos los errores que hemos cometido. Sé consciente de que Di-s te entiende y quiere ayudarte. No te sientas culpable; los errores que has hecho son parte de tu proceso de crecimiento para llegar hasta donde te encuentras el día de hoy. Di-s no quiere que sufras. Por el contrario, si el crecimiento es para lo que nos creó Di-s, entonces incluso las dificultades involucradas deben ser lo mejor para nosotros. Di-s no es el “patrón autoritario del cielo”. Está de tu lado. Si no entiendes esto, nunca podrás hacer teshuvá.

Piensa a lo grande y plantéate metas a largo plazo, – pero sé realista. Toma las cosas con calma, – pero trata de mantener la motivación. La teshuvá demanda madurez, realismo y honestidad. No utilices esta oportunidad año tras año de la manera incorrecta.

¡Que el Todopoderoso nos ayude a tener una vida significativa y unas fiestas productivas! 

Leshaná tová tikatevu! – ¡Buen año para todos!



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