Enseñanza semanal

PARSHAT TOLDOT
29 NOVIEMBRE, 2024 | 28 MARJESHVAN, 5785

SHABAT MEVARJIM

EISAV, EL TRANSFORMADOR

Tali Loewenthal

La Torá es a menudo muy ambigua. Un ejemplo es el relato de Iaakov y Esav, los hijos gemelos de Itzjak.
Iaakov es descrito como “un hombre puro, que habitaba en las tiendas”, y Esav es “un hombre que sabía cazar, un hombre del campo”.
Esto señala que Iaakov representa la bondad y la pureza, que habita en las tiendas del estudio de la Torá, y que Esav representa el mal. Es un cazador, un hombre de batalla.
Pero, la Torá agrega una nota de ambigüedad, que desafía a los eruditos durante miles de años: Itzjak prefería a Esav.
Si Iaakov representa el bien y Esav el mal, ¿cómo podría preferirlo?
La misma ambigüedad se encuentra en las enseñanzas de los Sabios. Mientras Esav era un feto en el vientre, luchaba por salir cada vez que su madre se acercaba a un templo idólatra. Y dicen que incluso antes de que nacieran los bebés gemelos, luchaban por los dos mundos: el
mundo venidero, que fue la elección de Iaakov, y este mundo, que era el foco de Esav  Pero, el Zohar explica que cuando la Torá dice “y los niños crecieron”, lo significa en términos espirituales: la herencia espiritual de su abuelo Abraham comenzó a verse en ellos, y, de hecho, el propio Abraham, que todavía estaba vivo, participó activamente en su educación.
¿Esav fue malvado desde su vida embrionaria?
Cada persona tiene libre albedrío. Y si era malvado, ¿qué hay de su crecimiento espiritual, la educación de su abuelo Abraham y el hecho de que su padre lo prefiriera?
El Rebe de Lubavitch, que busca la perspectiva positiva en todo, explica:

La verdadera diferencia entre Iaakov y
Esav fue la preocupación de Iaakov por desarrollar aún más la bondad, frente al objetivo de Eisav de transformar el mal en bien.
Esav era el tipo de hombre que lucha contra el mal en todas sus formas y, lo conquista.
Tenía esta cualidad transformadora desde antes de nacer: mientras estaba en el útero, luchó por salir cuando su madre pasaba por un templo idólatra, porque quería cambiarlo de malo a bueno.
Antes de nacer, luchó por hacer que este mundo revelara la bondad, mientras que Iaakov sentía que el verdadero bien se revelaría en el mundo venidero. Por eso, los bebés no nacidos luchaban dentro del vientre de su madre.
Luego, cuando eran dos jóvenes, Iaakov se quedaba en la tienda estudiando Torá y Esav se convirtió en cazador, un hombre del campo, porque quería conquistar la negatividad del “exterior” y transformarla en bien.
Este es un camino loable, y su padre lo vio como algo que, en última instancia, llegaba más alto que el camino de Iaakov.
Pero, lamentablemente, aunque Esav comenzó de manera positiva, con el tiempo sucumbió al mal: en lugar de transformarlo en bien, fue vencido y él mismo se convirtió en malo.
Su transformación final en bien tiene que venir a través de Iaakov. Iaakov incorporó más tarde el camino de la transformación.
Los caminos originales de Iaakov y Esav son parte de la Torá.
En nuestro servicio personal a Di‐s y en nuestra participación con la sociedad, cada uno tiene que ser una persona que habita en las “tiendas de la Torá”, ascendiendo cada vez más alto espiritualmente; y un “hombre del campo”, que busca lo aparentemente negativo y revela su potencial positivo.
Al combinar ambos enfoques podemos revelar la bondad suprema, superior al mundo espiritual venidero: un mundo real, aquí abajo, de bien absoluto.

LA PARSHÁ EN PROFUNDIDAD

De las Palabras del Rebe de Lubavitch

Toldot, comienza con las palabras: “Estas son las generaciones de Itzjak, hijo de Abraham: Abraham engendró a Itzjak”.
Según el Talmud, una de las razones de la repetición de este versículo es enfatizar el hecho de que, según la ley natural,
Abraham no podía tener hijos a esa edad.
Cuando Sara concibió y dio a luz a un hijo, las naciones del
mundo se burlaron, insinuando que Abraham no era el padre biológico.
Por lo tanto, Di‐s modeló los rasgos faciales de Itzjak para que
se parecieran exactamente a los de su padre, probando su paternidad y disipando cualquier concepto erróneo.
“Las naciones del mundo” no tuvieron dificultad en aceptar la capacidad de Abraham para tener hijos en el sentido espiritual, difundiendo la creencia en un Di‐s Único y fomentando las buenas acciones
entre la humanidad.
Lo que les resultó imposible de creer fue que Abraham, en virtud de su fe en un Di‐s que trascendía la ley natural, pudiera superar sus limitaciones físicas y engendrar un hijo también en el sentido literal.
El nacimiento milagroso de Itzjak demostró que el cuerpo físico del judío –no sólo su alma– existe más allá de los confines de la naturaleza y es creado y sustentado por Di‐s.
Es desde esta perspectiva que podemos entender las palabras del Rebe Anterior, que pronunció antes de ser exiliado en la Unión Soviética, donde fue sentenciado por el régimen comunista por el “crimen” de difundir el judaísmo.
Dirigiéndose a un grupo de jasidim que vinieron a despedirlo, el Rebe declaró: “…Y que todas las naciones del  mundo sepan que sólo nuestros cuerpos físicos están en el exilio y sujetos al yugo de las naciones.
¡Nuestras almas no están en el exilio y nunca podrán ser subyugadas!
¡Nadie puede ejercer influencia sobre nosotros cuando se trata de asuntos de Torá, Mitzvot y práctica judía!”
Abraham demostró que siempre que un judío descubre las dimensiones sobrenaturales de su alma, su luz Divina iluminará también su ser físico.
Así, el cuerpo físico se eleva por encima de las leyes de la naturaleza, a un plano en el que ningún poder de la tierra puede ejercer influencia alguna.

UN MOMENTO

Las enseñanzas judías afirman que
habrá diez hambrunas que llegarán
al mundo en diferentes puntos
de la historia.


Sin embargo, habrá una hambruna
adicional, durante los tiempos del Mashiaj.


Esta hambruna final será diferente de
todas las anteriores, ya que será un hambre de escuchar las palabras de Di‐s.
Conducirá al momento en que “la tierra
se llenará del conocimiento de Di‐s
como el agua cubre el océano”.

(Bereshit Raba citado  en Discover Moshiach)

Y su mano estaba asida al talón de Esav (Gén. 25:26)
Esav simboliza el alma animal y el ietzer hará (inclinación al mal); Iaakov simboliza el alma Divina y el ietzer tov (inclinación al bien).La función del alma Divina es perfeccionar el cuerpo físico mientras guía y corrige al alma animal, “sosteniéndola” mientras la dirige por el camino correcto.


(Likutei Sijot)

JUDAÍSMO PRÁCTICO

EN LA SINAGOGA: LA BIMÁ

La palabra hebrea bimá significa “plataforma” y se refiere a la plataforma en el centro de la sinagoga desde la cual se lee la Torá.
También se refiere a la mesa de lectura. En algunas sinagogas (más pequeñas), la mesa de lectura puede estar ubicada directamente al nivel del piso sin ninguna plataforma elevada. También se la llama bimá.

Algunos datos sobre la Bimá
La bimá está situada de manera que el lector esté de cara al rente del Santuario.
La mesa suele estar cubierta con una tela para honrar la Torá que se leerá en ella.
Al igual que una mesa de dibujo, la superficie de la bimá está ligeramente inclinada, lo que facilita la lectura del Rollo de la Torá (a menudo grande).
Además de ser el lugar desde el que se lee la Torá, también puede ser el lugar desde el que se dan conferencias y sermones. En algunas comunidades, Kabalat Shabat, los himnos que dan la bienvenida al Shabat, se cantan desde la bimá (a diferencia del amud, donde se encuentra el cantor cuando dirige todas las demás oraciones).
Durante la temporada de las Altas Fiestas, la cubierta de la bimá, las cubiertas de los rollos de la Torá, la tela que cubre el amud y la cortina del arca se cambian tradicionalmente por otras de color blanco.
Este color representa la pureza, el perdón y la pizarra en blanco, todos temas centrales de las Altas Fiestas.

 

Además de ser el lugar desde el que se lee la Torá, también puede ser el lugar desde el que se dan conferencias y sermones.

LO QUE SIEMPRE QUISE PREGUNTAR
¿QUÉ ES UNA COMIDA DE AGRADECIMIENTO?

Mi amigo está planeando una Seudat Hodaá (banquete de agradecimiento) porque su hija se recuperó de una seria enfermedad. ¿Cuál es el origen de esto? Y además de comer, ¿se hace algo más? ¿Alguna melodía especial o costumbres?

Respuesta: El primer banquete documentado se encuentra en (Bereshit 21:8), “El niño creció y fue destetado. Abraham hizo una gran fiesta el día que fue destetado Itzjak”. Sin duda, este banquete que realizó Abraham, fue en agradecimiento. Rashbam, el comentarista de la Torá, compara esto con la narrativa relatada en el primer capítulo de Samuel i, en donde Jana llevó a su hijo Shmuel al tabernáculo en Shiló cuando fue destetado, junto con las ofrendas de agradecimiento.

En los tiempos del templo Sagrado, uno de los sacrificios era “Todá” (Ofrenda de agradecimiento), una oportunidad para un individuo agradecido, para expresar su gratitud a Di‐s por Su benevolencia, especialmente por salvarlo de una situación peligrosa. 

La persona que traía una ofrenda de “Todá” luego tendría un banquete, que, junto a su familia y amigos, comían una parte de la carne de “Todá”, como también pan para acompañar. El Midrash nos cuenta que el rey David le preguntó a Di‐s qué día fallecería, y Di‐s le informó que sería en Shabat. Desde ese momento hasta que falleció, al finalizar Shabat, David hacía un banquete de agradecimiento, por haberlo mantenido vivo otra semana. De lo que yo sé, no hay nada claro en qué hacer en el banquete. Pero cantar canciones Judías, y compartir palabras de Torá, es muy importante.

Moshe Goldman

Leyes de la bendición de agradecimiento Birkat Hagomel
Para qué: Hay cuatro categorías de personas que necesitan agradecerle a Di‐s por la bondad que Él les ha hecho, con la “Bendición de agradecimiento”: a) Uno que atraviesa en océano (un viaje internacional, etc) b) Uno que atraviesa un desierto
c) Uno que se recupera de una seria enfermedad d) Uno que fue liberado de prisión incluido en la categoría del desierto, hay otras situaciones de las que uno es salvado, como ser: accidentes de auto, robos, etc.
Dónde: La bendición debe ser recitada en presencia de diez hombres adultos. El que dice Hagomel puede estar incluido dentro de los diez. Lo ideal es decir la bendición dentro de los tres días del incidente. Por ejemplo, si uno es liberado de prisión el domingo por la tarde, debería decir la bendición antes del martes a la noche.

Es preferible decir la bendición en presencia de un rollo de Torá, y si es posible, el que dice la
bendición también debería recibir una Aliá (llamado a la Torá).

Sin embargo, si no es posible, la bendición no se atrasa. Si no pudo decirla dentro de los tres días, entonces lo debe hacer dentro de los cinco días. Algunos dicen que se puede realizar después de los cinco días también. Si no puede encontrar diez personas, entonces puede esperar hasta más de 30 días. Si no hay suficientes Aliot para todos aquellos que necesitan recitar la bendición, la preferencia es dada a aquellos que merecen
más honor.
Quién: Niños menores a Bar Mitzvá no recitan la bendición. 

Eliezer Wenger

MENSAJE PARA LA VIDA

EL “AMOR EXAGERADO” DEL REBE.

Eljonon Isaacs

París, 1971. Un estudiante rabínico se encontraba en un concurrido bulevar, preguntando a los transeúntes si eran judíos y si querían ponerse los Tefilín en la sinagoga cercana.
Joseph Schoukroun, un joven aspirante a ingeniero nacido en una familia judía en Argelia, vivía una vida secular y no sabía mucho sobre su herencia.
Cuando le preguntaron si era judío, respondió afirmativamente. En respuesta a la oferta del joven sincero de ayudarlo a ponerse los Tefilín, su curiosidad pudo más que él y aceptó entrar a la sinagoga.
Allí se puso los Tefilín por primera vez y luego siguió su camino. A medida que pasaban los días, la pregunta “¿eres judío?” seguía rondando en su mente y no le daba descanso.
Entonces se detuvo en una librería y compró algunos libros sobre judaísmo. A medida que leía y asimilaba la información, comenzó a hacer pequeños cambios en su vida.
El tiempo pasó y el trabajo llevó a Joseph a Brunoy, un suburbio al sureste de París.
Cuando preguntó por comida kasher, lo dirigieron a la Ieshivá de Jabad que se había fundado allí
poco después del final de la Segunda Guerra Mundial.
Fue recibido por dos estudiantes de la Ieshivá que entablaron una conversación con él. Pronto se dieron cuenta de que la sed de Joseph por el conocimiento de la Torá era insaciable.
La Ieshivá organizaba regularmente seminarios para estudiantes universitarios con el fin de avanzar en su estudio de la Torá, e invitaron a Joseph a unirse.
Aceptó la invitación y comenzó a aprender con entusiasmo, pasando ocho meses en la Ieshivá estudiando
Torá y viviendo como un judío observante.
Durante ese tiempo escuchó mucho sobre el Rebe y quiso visitar Nueva York y conocerlo personalmente.
Y así, Joseph concertó una audiencia con el Rebe.
Siguiendo la costumbre establecida, Joseph escribió una extensa carta en la que describía su pasado,
la encrucijada en la que se encontraba y las muchas otras preguntas que tenía, algunas relacionadas
con las costumbres jasídicas.
Durante la audiencia, Joseph leyó sus preguntas y el Rebe respondió a cada una de ellas.
Luego Joseph dijo: “He escuchado mucho sobre usted durante los últimos ocho meses y, en mi opinión,
los parisinos sienten un amor exagerado por usted”.
El Rebe sonrió y respondió: “¿Qué puedo hacer? ¡Yo mismo siento un amor exagerado por cada
judío!”. Joseph, ahora conocido como Iosef, regresó a Francia y continuó sus estudios.
Finalmente se casó y formó una hermosa familia judía, y se involucró en compartir el amor y la sabiduría
del Rebe con muchos judíos parisinos.

LA ENSEÑANZA SEMANAL
Director General: Rabino Tzví Grunblatt | Editora Responsable: Prof. Miriam Kapeluschnik

Para recibir la enseñanza por e-mail gratis:
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