La Kabalá clásica relaciona los poderes del alma (las diez sefirot) con distintos aspectos de la anatomía humana. Esta identificación de poderes espirituales con miembros del cuerpo ilustra la idea cabalística de hitlabshut (“investidura”), donde una realidad más elevada se inviste dentro de una inferior. El poder del alma representa la realidad superior que se inviste y se expresa a través de una inferior, tal como un recipiente físico, como por ejemplo un miembro o un órgano del cuerpo.
Es importante notar que en la literatura tradicional de la Kabalá se pone gran énfasis en la correlación entre la sefirot supremas y los miembros y órganos del cuerpo humano, saltando directamente desde el plano de lo Divino al de lo físico. El Baal Shem Tov y sus discípulos revelaron y describieron en detalle las correlaciones psicológicas entre las supremas sefirot y sus paralelos físicos, pero sólo en una etapa tardía del desarrollo histórico de la revelación de la sabiduría oculta de la Torá. Estas asociaciones psicológicas sirven como intermediarios espirituales por medio de los cuales las sefirot Divinas pueden investirse de hecho y reflejarse en los miembros físicos del cuerpo.
Estas correspondencias pueden sintetizarse como sigue:
Keter se manifiesta en el cuerpo como el cráneo. Así como la corona rodea la cabeza, el cráneo es la corona, relativamente abarcadora, que se halla en el cuerpo. El cráneo sugiere la idea de poner un horizonte en nuestro campo de la experiencia consciente. Dando una definición a la mente y límites a su habilidad de expansión e inflarse, la conciencia está siempre rodeada de un borde de experiencia inconsciente que en sí mismo da forma a la conciencia.
De todos los poderes mentales, se considera a Jojmá como la mente esencial o la “mente dentro de la mente”. Consecuentemente, Biná asociada a Jojmá, a parte de referirse al corazón mismo (el asiento físico de la experiencia emotiva nacida del entendimiento de la mente), puede ser vista como el “corazón dentro de la mente”. Esta distinción también funciona en el cuerpo, donde Jojmá es ubicada en el hemisferio derecho y Biná en el izquierdo. El tercer elemento adicional, Daat, se localiza en el lóbulo posterior del cerebro en el punto donde el cerebro se junta con la médula espinal, la posición del lóbulo occipital.
Con respecto a los tres atributos emotivos del corazón, encontramos que el brazo derecho corporiza a Jesed y el izquierdo a Guevurá. Esto es aludido por el versículo: “Su brazo izquierdo está bajo mi cabeza y el derecho me abraza”, y según el dicho de nuestros sabios: “el brazo izquierdo aleja y el derecho acerca”. En este contexto, “alejar” significa desconectar o dejar libre, confiriendo a la otra parte un sentido de independencia (antes de acercarlo). En forma similar, la metáfora de “su brazo izquierdo está bajo mi cabeza” significa que alimenta mi conciencia de auto independencia (antes de abrazarme con su brazo derecho). La posición equilibrante de belleza es el torso, que está ligado a todas las partes del cuerpo en general y está centrado en particular entre los brazos.
De las propiedades de comportamiento del alma, las de Netzaj y Hod corresponden a las piernas. Estas representan el primer contacto y el más continuo con la realidad exterior. Por otra parte, las piernas facilitan el movimiento del cuerpo como un todo, llevando a la persona a donde quiera ir. Netzaj es la cualidad de poner “nuestro mejor pie primero” en una postura firme y asertiva. Hod es la pierna izquierda, que mantiene el curso del movimiento de la persona monitoreando y validando su enérgico empuje. Finalmente, la propiedad de Iesod es conocida como la “señal del Pacto Sagrado”, que corresponde a los órganos reproductivos masculino y femenino. Conocido como “la finalización del cuerpo”, Iesod es la manifestación física del cuerpo de su propia habilidad de realizarse y cumplimentarse, como también de conectarse y comunicarse con otros.El último poder del alma se manifiesta en la boca. Maljut, reinado, es el área de influencia de la persona. Como está escrito: “La palabra del rey rige”, significando que el alcance de la autoridad del rey está señalada por cuán lejos pueden viajar sus palabras. La capacidad de hablar que tiene la boca, de generar la auto expresión, es el poder de afectar nuestro entorno, nuestro mundo.