La fuerza de Iosef

“Y fue colocado en un cajón en Egipto” (Bereshit 50:26)

La Parshá Vaiejí cierra el libro de Bereshit y finaliza con el fallecimiento de Iosef, contándonos cómo fue colocado “en un cajón en Egipto”. Este final, en cierta medida, llama la atención; a la luz de la regla “se finaliza con lo bueno”, puesto que el texto podría haber concluido en unos versículos antes, donde dice que Iosef vivió ciento diez años y tuvo el privilegio de ver nietos y bisnietos, la Torá podría haber dejado el relato de su fallecimiento para el libro de Shemot. Debemos decir, entonces, que el deseo de Iosef tiene relación con el sentido esencial general del libro de Bereshit. La diferencia general entre el libro de Bereshit y el resto de los libros bíblicos del Pentateuco, radica en que el libro de Bereshit trata sobre los Patriarcas y las Tribus, es decir, es la formación y constitución del pueblo judío como pueblo, mientras que los demás libros tratan sobre los sucesos que tuvieron lugar con el pueblo de Israel, una vez ya convertido en pueblo.

LA QUEJA DE LAS NACIONES

El libro de Bereshit abre con el relato de la creación. Sobre ello Rabí Itzjak dice, que en realidad la Torá debería haber comenzado con la primera Mitzvá (precepto), y sin embargo eligió comenzar con la creación del mundo, para neutralizar los posibles argumentos de las naciones del mundo: “si van a decir las naciones del mundo: ‘ustedes son ladrones puesto que conquistasteis las tierras de los siete pueblos’, ellos (los israelitas) podrán responderles: toda la tierra le pertenece al Santo, Bendito Sea Él, Él la creó y la entregó a quien Él veía correcto, con Su Voluntad la entregó a ellos (las naciones), y con su Voluntad la tomó de ellos y la entregó a nosotros”. Es obvio que la Torá no hubiera alterado el orden de cómo fue escrita sólo para abastecer de respuestas a los pueblos, sino que en ello hay también un mensaje básico para el pueblo de Israel.

A QUIÉN LE PERTENECE LA TIERRA

También los pueblos saben de la singularidad del Pueblo de Israel y de su misión especial. Sólo que su argumento es justamente, que precisamente por esa singularidad, los judíos deben ocuparse sólo del Servicio a Hashem y no exigir el dominio de una tierra material. Siendo que ellos no son iguales al resto de las naciones, tampoco deben poseer un territorio igual como lo poseen las naciones. En realidad, este es un argumento básico sobre la relación existente entre el servir a Di-s y la realidad terrenal. A ello la Torá responde: “Toda la Tierra es de Hashem”- también lo terrenal pertenece a Di-s, y también ahí debe introducirse la luz de la santidad. Esa es, precisamente, la misión del pueblo judío, santificar también la existencia terrenal y material.

IOSEF ESTÁ EN EL EXILIO

Con este concepto abre el libro de Bereshit, y con el mismo finaliza. La causa de por qué el cajón de Iosef permaneció en Egipto (a diferencia del de Iaakov que fue llevado para ser sepultado en la Tierra de Israel) es para prodigar al pueblo judío las fuerzas necesarias estando también en el exilio egipcio. Iosef que fue colocado “en el cajón… Egipto”, simboliza la fuerza del pueblo de Israel también en pleno Egipto, y exilio. Con ello concluye el libro de Bereshit, el libro que prepara al Pueblo de Israel con esa fuerza especial que se dio a los judíos para compenetrar con la santidad de Di-s también en el seno del exilio y de Egipto: A través de esta preparación, el pueblo judío está capacitado para enfrentar las dificultades de la diáspora y llegar a la verdadera y completa redención a manos del Mashíaj.

(Likutei Sijot Tomo 30, Pág. 249)

Asará B’Tevet

El ayuno de Asará BeTevet, que es llamado el décimo ayuno ya que cae el día 10 de Tevet, que es el décimo mes del año.

En este día el emperador babilónico Nabucodonosor comenzó el sitio a la ciudad de Jerusalén en el año 3.336 ‐ 424 Antes de la era común que concluyó posteriormente con la destrucción del Primer Templo.

El ayuno comienza a las 3:59 Hs y se extiende hasta las 20:37 Hs.
Estos son algunos de los acontecimientos desdichados que ocurrieron en el mes de Tevet:

a) Un 1 de Tevet fue exiliado Iejonia rey de Iehudá con los Sabios de Israel a Babel en el año3327.

b) El 8 de Tevet del año 3515 Talmai rey de Iavan ordenó a los sabios judíos traducir la Torá al griego.

c) Un 9 de Tevet fallecieron Ezra y Nejemia, quienes reconstruyeran el segundo templo en Jerusalem.

d)El día 10 de Tevet Nabucodonosor rey de Bavel cercó la cuidad de Jerusalem en el año 3336, y a los 3 años la conquistó en el día 9 de Tamuz.

e) El día 23 de Tevet del año 5277 los Judíos fueron expulsados por la inquisición de Portugal.

Dado que estos ayunos se consideran menos estrictos que los de Yom Kippur y 9 de Av (que comienzan al atardecer del día anterior), hay lugar para la indulgencia para las mujeres embarazadas y las madres lactantes, y otras personas con condiciones médicas específicas.

Al igual que el 17 de Tamuz , el ayuno de Gedalías (3 de Tishrei ) y el ayuno de Ester (13 de Adar ), este ayuno comienza al amanecer y concluye al anochecer, cuando tres estrellas de tamaño mediano aparecen en el cielo.

Único entre los ayunos judíos, el 10 de Tevet se observa incluso cuando cae en viernes, aunque interfiere un poco con los preparativos de Shabat , haciendo que ayunemos hasta que hacemos kidush el viernes por la tarde .

Los trece principios de la fe judía

El gran codificador de la ley de la Torá y la filosofía judía, el rabino Moshe ben Maimon (” Maimónides “, también conocido como “El Rambam “), recopiló lo que él llama Shloshah Asar Ikkarim , los “Trece Principios Fundamentales” de la fe judía, tal como se derivan de la Torá . 

Maimónides se refiere a estos trece principios de la fe como “las verdades fundamentales de nuestra religión y sus fundamentos mismos”. 

Los Trece Principios de la fe judía (tal como se registran en la introducción de Maimónides a Perek Chelek) son los siguientes:

1. Creencia en la existencia del Creador, que es perfecto en toda forma de existencia y es la Causa Primaria de todo lo que existe.

2. La creencia en la unidad absoluta e incomparable de Di-s .

3. La creencia en la no corporeidad de Di-s , ni en que Él será afectado por ningún suceso físico, como el movimiento, el descanso o la morada.

4. La creencia en la eternidad de Di-s.

5. El imperativo de adorar exclusivamente a Di-s y no a dioses falsos extranjeros.

6. La creencia de que Di-s se comunica con el hombre a través de la profecía.

7. La creencia en la primacía de la profecía de Moisés nuestro maestro.

8. La creencia en el origen divino de la Torá.

9. La creencia en la inmutabilidad de la Torá.

10. La creencia en la omnisciencia y providencia de Di-s.

11. La creencia en la recompensa y retribución divinas.

12. La creencia en la llegada del Mesías y la era mesiánica.

13. La creencia en la resurrección de los muertos.

Es costumbre de muchas congregaciones recitar los Trece Artículos, en una forma ligeramente más poética, comenzando con las palabras Ani Maamin (“Creo”), todos los días después de las oraciones de la mañana en la sinagoga.

Fuente

Parashá en síntensis: Vaigash

Descripción general : En el pasaje de esta semana, Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá: Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada, José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Descripción general : En el pasaje de esta semana , Vayigash , Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá : Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada , José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Segunda Aliá : Judá continuó: “Cuando [Jacob] vea que el muchacho se ha ido, morirá”. Le explicó a José que él, Judá, había asumido la responsabilidad personal de que Benjamín regresara ileso a Canaán . Y como tal, pidió permanecer como esclavo en lugar de Benjamín. En ese momento, José no pudo contenerse más. Pidió a todos los egipcios presentes que salieran de la habitación, y reveló su identidad a sus hermanos: “¡Soy José! ¿Mi padre aún está vivo?”. Luego los tranquilizó y les pidió que no se molestaran por venderlo como esclavo: “Pues fue para preservar la vida que Di-s me envió delante de ustedes. Durante otros cinco años no habrá ni arado ni cosecha, y Di-s me envió delante de ustedes para asegurar su supervivencia en la tierra…”

Tercera aliá : José ordenó a sus hermanos que regresaran rápidamente a Canaán y trajeran a Jacob y sus familias de regreso a Egipto, donde José prometió proporcionarles comida hasta que terminara la hambruna. José abrazó a sus hermanos y lloró. El Faraón fue informado de que la familia de José había llegado, y él también les ordenó que fueran a Egipto donde les daría lo “mejor de la tierra”. Los hermanos fueron a Canaán, cargados de regalos de parte del Faraón y José, e informaron a Jacob que José estaba vivo, de hecho gobernaba sobre todo Egipto. “Y el espíritu de su padre Jacob revivió”.

Descripción general : En el pasaje de esta semana , Vayigash , Judá responde a la exigencia de José de que Benjamín permanezca esclavizado en Egipto, y ruega que lo tomen como sustituto. José revela su identidad a sus hermanos. A pedido de José, Jacob y su familia descienden a Egipto.

Primera aliá : Al final de la lectura de la Torá de la semana pasada , José exigió que Benjamín se quedara en Egipto como su esclavo. La lectura de esta semana comienza con Judá acercándose a José y suplicándole que permitiera a Benjamín regresar con su padre Jacob en Canaán . Habló de la renuencia de Jacob a permitir que Benjamín –el único hijo que le quedaba a Raquel– hiciera el viaje a Egipto, y del gran amor que Jacob sentía por su hijo menor.

Segunda Aliá : Judá continuó: “Cuando [Jacob] vea que el muchacho se ha ido, morirá”. Le explicó a José que él, Judá, había asumido la responsabilidad personal de que Benjamín regresara ileso a Canaán . Y como tal, pidió permanecer como esclavo en lugar de Benjamín. En ese momento, José no pudo contenerse más. Pidió a todos los egipcios presentes que salieran de la habitación, y reveló su identidad a sus hermanos: “¡Soy José! ¿Mi padre aún está vivo?”. Luego los tranquilizó y les pidió que no se molestaran por venderlo como esclavo: “Pues fue para preservar la vida que Dios me envió delante de ustedes. Durante otros cinco años no habrá ni arado ni cosecha, y Dios me envió delante de ustedes para asegurar su supervivencia en la tierra…”

Tercera aliá : José ordenó a sus hermanos que regresaran rápidamente a Canaán y trajeran a Jacob y sus familias de regreso a Egipto, donde José prometió proporcionarles comida hasta que terminara la hambruna. José abrazó a sus hermanos y lloró. El Faraón fue informado de que la familia de José había llegado, y él también les ordenó que fueran a Egipto donde les daría lo “mejor de la tierra”. Los hermanos fueron a Canaán, cargados de regalos de parte del Faraón y José, e informaron a Jacob que José estaba vivo, de hecho gobernaba sobre todo Egipto. “Y el espíritu de su padre Jacob revivió”.

Cuarta aliá : Jacob y toda su familia salieron de Canaán y se dirigieron a Egipto. En el camino se detuvieron en Beersheba, donde Di-s le dijo a Jacob que no tuviera miedo de ir a Egipto, porque allí se convertiría en una gran nación. Además, Di-s le dijo: “Yo descenderé contigo a Egipto, y también te haré subir”.

Quinta Aliá : Esta sección nombra a los setenta miembros de la familia de Jacob que fueron a Egipto.

Sexta aliá : Jacob llegó a Egipto, a la provincia de Gosén que el Faraón había asignado a su familia. José fue allí para saludar a su padre. José preparó a su familia para encontrarse con el Faraón e instruyó a sus hermanos para que le dijeran al Faraón que ellos eran pastores, que sólo deseaban cuidar de sus rebaños en Gosén hasta que terminara la hambruna. De hecho, los hermanos siguieron este guión, y el Faraón accedió a su pedido. Jacob fue llevado ante el Faraón, y Jacob lo bendijo.

Séptima aliá: Mientras José abastecía a su familia de alimentos, el resto de Egipto se encontraba en una situación desesperada. Primero gastaron todo su dinero a cambio de alimentos que José les vendió. Luego se les acabó el dinero y pagaron las provisiones con su ganado. Finalmente, cuando ya no les quedó dinero ni ganado, vendieron sus tierras y a sí mismos al Faraón como esclavos a cambio de provisiones. Mientras tanto, en la tierra de Gosén, la familia de Jacob prosperó y se multiplicó en gran manera.

 

FUENTE 

Unidad en el principio y unidad en el final

“Y se acercó a él Iehudá” (Bereshit 44:18)

Es sabido que el nombre de la Parshá indica su contenido (esto nos explica por qué a veces se elige la primera palabra de la Parshá como nombre de la misma, y a veces se elige la segunda o tercera palabra e incluso el segundo versículo). Esto se ve abiertamente en nuestra Parshá, ya que el sentido interior de todos los temas de la Parshá se refleja en la palabra “vaigash– y se acercó”.

La Parshá relata sobre múltiples y diferentes sucesos: el pararse con firmeza de Iehudá en apoyo de Biniamín, el darse a conocer Iosef a sus hermanos, el descender de Iaakov y sus hijos a Egipto, etc.; sin embargo, cuando profundizamos en el contenido interior de estos sucesos, descubrimos que el factor que los une a todos es “vaigash- se acercó”.

LA REUNIÓN DE LOS REYES

La esencia del término “vaigash- se acercó” es el encuentro, el acercamiento físico de uno con su prójimo, al punto de unirse el uno con el otro. Sobre este “acercamiento” de Iehudá a Iosef aplican nuestros Sabios Z”L el versículo: “puesto que los reyes se reunieron”. En el libro Zohar está dicho que este fue “un mundo con otro mundo, que se unan el uno con el otro, para ser todos un uno”.

Esto se refleja con mayor claridad en el cierre de la lectura de la Torá en los profetas, la Haftará (que como es sabido, también nos explica la Parshá). La Haftará habla sobre la perfección del acercamiento de Iehudá a Iosef, tal cual tendrá lugar en el Futuro Por Venir, cuando tenga lugar una unificación cabal entre el reino de Iehudá con el reino de Iosef: “toma una rama y escribe sobre ella para ‘Iehudá’… y toma una rama y escribe sobre ella para ‘Iosef’… y que estén unidas en tu mano”. Y la Haftará finaliza: “Y los Haré un pueblo… y habrá un rey para todos”.

UNIDAD ENTRE LOS JUDÍOS

Está claro que el sentido de “vaigash- se acercó” es traer unidad donde hay división, y de eso trata la totalidad de la Parshá: la entrega total de Iehudá en aras de Biniamín, reflejó la unidad que se generó entre las tribus, en lugar de la discordia que imperaba entre ellos previamente. A continuación, Iosef se da a conocer a sus hermanos, y ahí se vuelven a unir nuevamente todas las doce tribus. Esta unificación es la que brinda las fuerzas para alcanzar la unidad perfecta en los días del Mashíaj.

Asimismo la continuación de la Parshá refleja unidad: el descenso de Iaakov a Egipto y la radicación de los hijos de Israel en aquel país, fue con el objetivo de traer la unidad de Di-s específicamente a un ámbito que se encontraba en la cumbre de la disociación con la santidad. Egipto era “la vergüenza de la Tierra” (como lo explican nuestros Sabios Z”L: “los más arruinados de entre las naciones”), donde dominaba la idolatría. Iaakov y sus hijos descendieron hasta este nivel tan bajo para traer también allí a la unidad de Di-s.

UNIDAD ENTRE LOS JUDÍOS.

La Parshá de “Vaigash- se acercó” nos enseña que la unión es la base de todo. Este es el comienzo del servicio diario a Hashem, como la costumbre de recitar antes de la Plegaria: “acepto cumplir el precepto de amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Este es también el objetivo de todo el servicio al Creador- llevar a toda la creación a la unidad.

En especial en estos días, los últimos días del Galut, debe ponerse énfasis en el tema de la unidad y traer unidad entre un judío y otro, entre Isajar (los estudiosos de la Torá) y Zebulún (los comerciantes) hasta la unificación del mundo entero bajo la soberanía del reino de Hashem.

(Sijot 5750 parte II Pág. 212)

¿Por qué tantas velas?

Todo niño judío sabe la historia: los griegos habían impurificado las reservas de aceite de oliva del Santo Templo.

Entonces cuando los Macabeos liberaron el Templo, no podían encontrar el aceite ritualmente puro con que encendían la Menorá.

Sólo una vasija de aceite puro fue encontrada, suficiente para mantener la Menorá encendida durante un solo día.

Milagrosamente, el aceite duró ocho días, hasta que el nuevo aceite pudiera ser preparado. Nada de esto era necesario. La ley que prohíbe el uso de aceite ritualmente impuro en el Templo no se aplicaba bajo las circunstancias que prevalecían entonces.

Según la ley de Torá, la prohibición de impureza, si afecta a la comunidad entera es inaplicable -si la comunidad entera, o todos los Cohanim (sacerdotes), o todos los recipientes del Templo son ritualmente impuros, es permisible entrar en el Templo y dirigir los servicios del Templo bajo las condiciones de impureza.

No obstante, Di-s quiso mostrar su amor por los iehudim: Él suspendió las leyes de la naturaleza para permitirles reinaugurar el Templo sin ningún compromiso con relación a las normas de pureza- aún cuando es un compromiso.

 

¿Cuántas luces deben encenderse en la Menorá de Janucá?

La mayoría contestaría: una, en la primera noche, dos en la segunda, y así sucesivamente. La ley, sin embargo, dice otra cosa. Según el Talmud, la Mitzvá de Janucá es cumplida con una sola luz en cada hogar. Hay quienes hacen más de lo obligatorio, algunos encienden una sola luz por cada individuo.

Y hay quienes hacen más de lo obligatorio… encienden una luz el primer día y agregan una luz adicional cada día subsiguiente. Hay quienes compran los Tefilín que salen el mínimo costo del mercado, que dan el mínimo de lo que dicen las leyes de caridad (tzedaká).

¿Pero cuándo fue la última vez que usted vio una sola luz en la ventana de una casa judía en la sexta noche de Janucá?

En Janucá, todos hacemos más de lo obligatorio- después de todo, Di-s hizo lo mismo con nosotros. El nombre Janucá viene de la palabra Jinuj que significa la inauguración. Janucá celebra la renovación del servicio en el Santo Templo, después de que se liberó de los griegos, que se purificó, y se reestableció como el sitio de la Presencia Divina en nuestro mundo. Janucá sirve así, como un modelo para todas las inauguraciones, incluso la inauguración más significativa de todas -la educación, una inauguración de los niños en la vida (de hecho, jinuj también significa educación).

La insistencia inflexible en pureza y perfección de Janucá representa una lección importante con respecto al ser de los educadores. El no comprometerse es el anatema a la educación. A un árbol maduro, una cuchillada le produce una pequeña o ninguna consecuencia.

Pero el arañazo más pequeño en la semilla, la mella más ligera en el arbolillo, resultará una deformidad irrevocable, una falla que los años por venir ahondarán en lugar de desaparecer.

Virtualmente, cada vida se enfrenta con las demandas de los compromisos algunos tolerables, otros no. El educador que desea impartir un cúmulo de valores y prioridades que lo curarán todo, debe entregar, en la palabra y el ejemplo, un mensaje de pureza impecable, libre del más ligero y más aceptable error.

Basado en las enseñanzas del Rebe de lubavitch cortesía de MeaningfulLife.com

Comprendiendo el milagro de Janucá

La festividad de Janucá (la fiesta de las luminarias), en la cual encendemos la janukía por ocho días para agradecer y recordar el milagro que Hashem nos hizo, que las velas permanecieron prendidas esos 8 días a pesar de que el aceite encontrado (un único tarrito con el sello del Kohen Gadol, que esto significaba que no había sido impurificado por los griegos) sólo alcanzaba para un día.

Ahora, surge una pregunta acerca de este milagro que celebramos, en el Beit Hamikdash, el Kohen todos los días ponía siempre la misma cantidad de aceite en la menorá, y ¿ cuánto tenía que poner? la mitzvá era que las velas perduren MEEREV AD BOKER, es decir, desde el anochecer hasta el amanecer, dentro de ese momento hay 2 tiempos llamados BEIN HASHEMASHOT, que es desde cuando el sol se pone hasta la salida de las estrellas en la tarde y desde el alba a la salida del sol en la mañana, tiempo en el cual hay duda si es día o noche.

Todos los días el Kohen llenaba todos los tarritos con la misma cantidad de aceite necesario para ese tiempo, pero la única que permanecía encendida también en el tiempo de Bein Hashemashot era el NER HAMARAVÍ, la vela occidental, las otras no.

De acá vemos, que el milagro de permanecer encendidas las velas ya existía, con el Ner Hamaraví.

Entonces, ¿qué diferencia hubo entre el milagro de janucá, que las velas permanecieron encendidas 8 días, con el Ner Hamaraví del Beit Hamikdash?

En Janucá, TODAS las velas permanecieron encendidas también en el tiempo de Bein Hashemashot, mientras que en el Beit Hamikdash solo el Ner hamaraví.

De aca, que en el Beit Hamikdash había milagro dos veces, en el Bein Hashemashot de la noche y en el del día, ya que al día siguiente tenía que rellenarlos nuevamente, en cambio en janucá hubo milagro 8 días, ya que todas las velas permanecieron encendidas también en el tiempo de bein hashemashot todos los días sin apagarse en ningún momento con solo 1 tarrito de aceite.

Encendemos la Menorá de Janucá al atardecer y es costumbre de Jabad incluso encenderla al momento de la puesta del sol, es decir, justo al comienzo de Bein Hashemashot.

La Halajá (Ley) establece que para cumplir la Mitzvá, las velas deben estar encendidas un mínimo de ½ hora aproximadamente una vez entrada la noche, y ese tiempo es exactamente el tiempo de 2 Bein Hashemashot (de aproximadamente 15 minutos cada uno, el de la mañana y el de la tarde).

La Luz de las velas de Janucá representan la Luz milagrosa que iluminó a nuestros antepasados justamente en los tiempos de duda, tiempos donde no se sabe si es día o noche, tiempos de confusión.

Esa misma energía se renueva cada año en Janucá y es un momento propicio para alegrarnos por la Luz que ilumina y despeja todas nuestras dudas.

Quiera Hashem que la luz de este Janucá disipe toda duda y perdure por siempre.

 

Por Shulamit Grodzicki