Una festividad tan grande como Iom Kipur

¿Por qué es el 15 de Av una festividad tan grande como Iom Kipur?

La Mishná declara que “no hubo festividades más grandes para Israel que el Quince de Av y Iom Kipur”. ¿Qué sucedió el Quince de Av que causó a ésta volverse una festividad de tan grande magnitud como lom Kipur?

Una explicación en la Guemará es que éste fue el día cuando – a causa de condiciones decisivas – el pueblo judío cesó de talar madera para su uso en el altar.

¿Por qué fue considerado tan especial ese cesar de realizar una acción que era hecha en aras del Beit HaMikdash?

Por el contrario, esto parecería ser una razón para tristeza, no de celebración.

No obstante, esta festividad es considerada tan grande que “No hubo festividades más grandes para Israel que el Quince de Av (y lom Kipur)”.

El Rashbam explica que la razón para el júbilo del Quince de Av era que en aquel día ellos completaban la “gran mitzvá’ de preparar madera para el altar para el año entero. Al igual que nosotros celebramos la conclusión de otras mitzvot, escribir un Sefer Torá por ejemplo, así también la conclusión de preparar madera para el altar era celebrada con gran júbilo.

Al declarar que la preparación de madera para el altar era una “gran mitzvá”, el Rashbam está explicando por qué el Quince de Av era una festividad extraordinaria, y no una fiesta como otras.

Pero ¿por qué, en verdad, era este talar de madera considerado “gran mitzvá”? Quizás, meramente servía como una preparación para una mitzvá – preparar suficiente madera para la mitzvá de traer las ofrendas.

La declaración “No hubo más grandes festividades para Israel que el Quince de Av y lom Kipur” está relacionada con una declaración anterior en la Mishná, relativa a Tishá BeAv, el “día de duelo” más esencial del año: a lo largo del año no hay día que sea tan contrario al tema de júbilo y lom Tov como el día de Tishá BeAv.

En conjunción con esto, la Mishná prosigue para concluir que en el polo opuesto, “No hubo más grandes festividades para Israel que el Quince de Av y lom Kipur”.

Nosotros de este modo, entendemos que no sólo la festividad misma, sino también las razones para la gran celebración del Quince de Av, están en oposición directa a los eventos que condujeron a la tragedia de Tishá BeAv. ¿Cómo sirve la preparación de madera como antítesis de Tishá BeAv?

Preparar la madera permitía a las ofrendas ser traídas sobre el altar durante todo el año. Esto incluía, ambas: ofrendas individuales así como también ofrendas comunales -ofrendas en las que todo judío tenía una parte.

Así, la sustancia y el tema de preparar la madera para permitir traer las ofrendas era la mitzvá de tzedaká, “una mitzvá igual a todas las otras mitzvot juntas, y en todo el Talmud Ierushalmi, tzedaká es llamada simplemente ‘La mitzvá’”.

La grandeza de esta tzedaká era tanto cuantitativa como cualitativa: Cuantitativamente era realizada por cada individuo y por todo Israel, ya que permitía ofrendas individuales y comunales; cualitativamente, no hubiera sido la madera preparada para el Quince de Av, y no hubiera habido madera apropiada para completar el servicio de las ofrendas.

Dado que el Beit HaMikdash fue erigido a fin de que fuera “una morada para Di-s listo para el traer de ofrendas”, haciendo disponible la madera para las ofrendas, el propósito entero del Beit HaMikdash era traído a cumplimiento. La culminación de esta “gran mitzvá” tenía lugar el Quince de Av.

Los eventos posteriores de Tisha BeAv, la destrucción del Segundo Beit HaMikdash,  un evento que fue “aún más severo que la destrucción del Primer Beit HaMikdash” , fue un resultado directo del odio infundado, sinat jinam, que existía del hombre para con su semejante.

Talar madera para el altar a fin de permitir a la gente que era enteramente desconocida para aquellos que preparaban la madera, no sólo fue un acto de tzedaká del orden más elevado, sino también un acto que estaba basado en amor infundado, ahavat jinam, ya que la persona que preparaba la madera no tenía absolutamente idea para quien estaba haciendo un favor. 

Como tal, ésta era la misma antítesis del odio infundado que dio lugar a Tisha BeAv.

En otras palabras, el Quince de Av proveyó tanto la “construcción” del Beit HaMikdash,  una construcción destinada para ofrendas, en lugar de la destrucción del Beit HaMikdash en Tisha BeAv, como también actos de amor infundado, a distinción del odio infundado que fue la causa de Tisha BeAv.

Actuar de una manera similar hoy, tratando a todo y cada individuo con ahavat jinam, sirve como el mejor antídoto posible para nuestro exilio de hoy, día que resultó de sinat jinam, y acelera la rápida llegada de nuestro justo Mashíaj y la reconstrucción del Tercer Beit HaMikdash.

Basado en Likutéi Sijot, Vol. XXIV, págs, 47-56.

Extraído de “Días solemnes, días de regocijo” de editorial Bnei Sholem.

Rabí Leví Itzjak Schneerson (1878-1944)

Este 20 de Av (17 de agosto), se conmemora el frallecimiento de Rabí Levi Itzjak Schneerson, padre del Rebe de Lubavitch.

Rabí Leví Itzjak Schneerson nació el 18 de Nisan en la ciudad de Podrovna (cerca de Gomel). Hijo de Rabí Baruj Shneur y la Rebetzn Zelda Rajel Schneerson. Su tatarabuelo fue el tercer Rebe de Jabad, Rabí Menajem Mendl de Lubavitch, conocido como el Tzemaj Tzedek.

 En el año 1900, Rabí Leví Itzjak contrajo matrimonio con la Rebetzn Jana Yanovski, hija de Rabí Meir Shlomo, quien fue el Rabino de la ciudad rusa de Nikolayiev. En 1902, nació su hijo mayor, Menajem Mendl, quien luego se convertiría en el Rebe de Lubavitch.

 Rabí Leví Itzjak vivió en Nikolaiyev hasta el 1909, para luego ser designado Rabino de Yekatrinoslav (hoy, Dnipro Ucraniak). En 1939 fue arrestado por el régimen comunista por su valiente postura frente al Gobierno de querer erradicar enseñanza y práctica judía en la Rusia Soviética. Luego de un poco más de un año de tortura e interrogatorios en las terribles prisiones de Stalin, fue sentenciado a exilio en el interior de Rusia, donde falleció en el 20 de Av 1944.

Parasha en síntesis: Vaetjanán

Moshé ruega a Di-s para que lo deje entrar a la Tierra Prometida. Aun cuando Moshé sirvió durante toda su vida a Di-s, no hace esta petición como recompensa, sino en tono de súplica.

Sabiendo que tenía muy poca chance de que su ruego fuera concedido, siguió rezando hasta el final, lo que nos demuestra que ningún rezo es en vano, aún cuando no se obtengan resultados tangibles e inmediatos.

Moshé exhorta al pueblo para que se mantenga siempre fiel a la Torá, cumpliendo sus leyes y preceptos, como única forma de vivir plenamente y cumplir su misión en el mundo.

Sin embargo, profetiza que luego de la llegada del pueblo a Eretz Israel y después de vivir así por varias generaciones, el pueblo pecará, se volverá idólatra y será exiliado y dispersado entre todas las naciones del mundo. 852 años después del Éxodo de Egipto, el pueblo fue expulsado de la tierra, cumpliéndose así la profecía de Moshé.

Durante su permanencia en el exilio, Moshé advierte al pueblo que debe hacer Teshuvá, retornar a su esencia judía y a sus raíces. Dicen nuestros Sabios que aún en los casos más extremos de alejamiento de Di-s siempre existe la posibilidad de establecer relación con Él.

Dice el versículo: “Buscarás a Di-s y lo encontrarás”, ya que en este caso buscar ya es encontrar. A diferencia de la búsqueda de un tesoro, que de no ser encontrado resulta un esfuerzo vano, en este caso la misma búsqueda, es el proceso de acercarse a Di-s y la disposición a mejorar, ya constituye un encuentro. 

En esta Parashá, Moshé repite los Diez Mandamientos, que aparecen por primera vez en Parashát Itró, ya que esta generación pronta a entrar a Israel no los había oído directamente la vez anterior, aún cuando sus padres se lo relataron vívidamente.

Los Diez Mandamientos están escritos en singular para que cada persona entienda que tiene la obligación de cumplirlos. Además, los últimos cuatro mandamientos empiezan con la palabra “y” – “y no robarás…”; “y no cometerás adulterio…”, lo que nos enseña que transgredir uno inevitablemente nos lleva a incumplir los demás.

El mandamiento “no matarás” implícitamente comprende otras prohibiciones como las siguientes: dar testimonio que pueda provocar la muerte de alguien o negarse a revelar un secreto que puede salvar una persona de la destrucción; matar a alguien hablando mal de él; avergonzar públicamente a un judío; acortar la vida a quien está cercano a la muerte (eutanasia); practicar abortos (cada caso debe ser evaluado por un rabino ortodoxo) y, para un juez, condenar a muerte a un inocente.

Moshé enseña al pueblo la mitzvá de reconocer y creer en la unidad y unicidad de Di-s por medio del Shemá Israel, que debe ser recitado dos veces al día, en la mañana y en la noche, antes de dormir.

Cuando se ve el Shemá en hebreo, se pueden distinguir dos letras que sobresalen de su tamaño: la ain, última de la palabra Shemá (oye), y la daled, última de la palabra ejad (uno); estas dos letras forman la palabra ed, que significa “testigo”. Los judíos fueron creados para testimoniar la verdad de la unicidad de Di-s, que proclaman dos veces al día. 

Los 10 mandamientos

1. Yo soy el eterno, tu Di-s, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de los esclavos .

2. No tendrás dioses ajenos en mi presencia. No harás para ti efigies talladas ní cualquier imagen de lo que exista arriba en los cielos, abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos ni les servirás, pues Yo soy el eterno, tu Di-s, (un) Di-s celoso, que toma en cuenta la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen. Pero hago bondad por millares (de generaciones) a los que me aman y a los que guardan mis mandamientos.

3. No tomarás el nombre del Eterno, tu Di-s en vano; pues el Eterno no absolverá al que jure su nombre en vano.


4. Recuerda el día de Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu labor. Pero el séptimo día es Shabat para el eterno, tu Di-s; no harás ninguna labor; ni tú, ni tu hijo o tu hija ni, ni tu siervo o tu sierva, ni tu ganado o el extranjero que esté en tus portales. Porque (en) seis días el Eterno hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descanso en el séptimo día. Por eso el Eterno bendijo al día de Shabat y lo consagró.

5. Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el eterno, tu Di-s, te concede.


6. No asesines.


7. No cometas adulterio.

 

8. No robes.

 

9, No expreses falso testimonio contra tu compañero.


10.No codicies la casa de tu prójimo; no codicies la mujer de tu prójimo, ni su siervo ni su criada, ni su toro ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.

El Shemá consta de tres párrafos; veahavta (“y amarás a Di-s”), que establece el amor a Di-s como mitzvá; se ama a Di-s porque Él lo ordena y además, con todo el ser, tanto con inclinación al bien, como con la inclinación al mal. Por eso se utiliza la palabra levavjá – en plural – corazones. 

Vehaya im shamoá tishmeú et mitzvotai, que exhorta al cumplimiento de las mitzvot y está expresada en plural para denotar la importancia de su cumplimiento por todo el pueblo judío; y Vayomer,  que hace referencia al hecho de Egipto. 

Cuando se dice Shemá, se cubren los ojos porque se considera que está presente en el momento de la Providencia Divina. 

El Shemá Israel

Oye, Oh Israel, Di-s es nuestro señor, Di-s es uno (único). Bendito sea el nombre de Su glorioso reinado eternamente. Y amarás a Di-s tu Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Y estarán estas palabras que yo te ordeno hoy, sobre tu corazón, y las enseñarás a tus hijos, y hablarás sobre ellas, cuando estés sentado en tu hogar, y cuando vayas por el camino, y al acostarte y al levantarse. Y las atarás como señal sobre la mano, y serán como recordatorio entre tus ojos, y las escribirás sobre las jambas de tu hogar y en tu portones.

SHEMA ISRAEL A-DO-NAI ELO-HEINU A-DO-NAI EJAD

Baruj shem kevod maljuto leolam vaed. 

Veahavta et A-do-nai Elo-heja bejol levavja uv`jol meodeja. Vehaiu hadevarim haeile asher anoji metzavja haiom al levaveja. Veshinantam levaneja vedibarta bam, beshivteja, beveteja, uvlejteja baderej, uv´shojbeja uv´kumeja. Ukshartam leot al yadeja, vehaiu letotafot bein eineja, ujtavtam al mezuzot beiteja uvishareja. 

¿Por qué nos duele?

El ayuno de Tisha Be Av, es el día en que se destruyeron ambos Templos, así como muchos otros eventos trágicos en todo el galut (exilio). Es nuestro día nacional de luto y hacemos una pausa para reflexionar sobre los pogroms, cruzadas, inquisiciones y holocaustos que acosaron a nuestra nación durante los últimos 2,000 años. Pero, se observa en la fecha en que los Templos fueron destruidos, y éstos son el foco principal del luto. Nuestro sufrimiento está íntimamente asociado con la ausencia del Templo.

¿Por qué la obsesión por una antigua estructura de Jerusalem? El Talmud declara: Cuando los judíos entran a sus sinagogas y proclaman: “Que Su gran Nombre sea bendecido”, el Santo, bendito sea Él, asiente y dice: “Afortunado es el rey que es alabado de esta manera en Su hogar. ¿Qué hay para un padre que ha exiliado a su hijo? Y ¡Ay de los hijos que han sido exiliados de la mesa de su padre!

Esta breve declaración captura la esencia misma de galut.

Las relaciones entre padres e hijos comparten las cualidades de todas las relaciones: respeto, amor, cuidado. Mas existe una diferencia esencial. Otras relaciones se basan en los sentimientos mencionados: porque me gustas y me importas, somos amigos. En la relación padre-hijo, lo contrario es cierto; estos sentimientos se basan en la relación: porque soy tu padre / hijo, te amo.

La relación padre-hijo posee dos aspectos; su esencia y sus manifestaciones. Su núcleo es la relación esencial que es inmutable y que no está sujeta a fluctuaciones. Un padre siempre será un padre y el hijo de uno sigue siendo el hijo de uno. En una relación saludable entre padres e hijos, esta conexión central del alma se expresa en forma de amor, cuidado y respeto mutuo.

Di-s es nuestro padre, y nosotros sus hijos. Y durante el galut constituimos una familia disfuncional. Fuimos expulsados ​​de la Casa de nuestro Padre. Nuestra relación se ha reducido a su núcleo. Todas las huellas perceptibles han desaparecido. No sentimos ni vemos el amor de Di-s por nosotros, y no nos sentimos como sus hijos. Estudiamos Su Torá y seguimos Sus mandamientos, y se nos dice que al hacerlo nos conectamos con Él, pero no sentimos que estemos en una relación.

Así no debería ser la relación, y no siempre fue así. Hubo un tiempo en el que fuimos mimados por nuestro Padre. Su amor se manifestó en milagros, profetas, abundantes bendiciones y una tierra que fluye con leche y miel. Y en el punto crucial de nuestra relación estaba el Templo Sagrado, la casa de  Di-s donde Él literalmente habitaba entre Su pueblo, Su presencia era tangible. Tres veces al año los judíos visitaban la casa de Di-s y sentían Su presencia. Luego regresaban a casa vigorizados por la experiencia, sus corazones y almas ardían con amor por Di-s.

El sufrimiento que ha sido nuestro destino desde el día en que se destruyó el Templo es el resultado de nuestro estado de exilio. Cuando el hijo del rey reside en el palacio, y el amor del rey por el príncipe se manifiesta, el niño está aislado de todos sus enemigos. Pero cuando el niño es expulsado, los enemigos saltan.

Por eso lamentamos la destrucción de los Templos.

Y creemos con perfecta fe que el día está cerca, cuando regresaremos a la Casa de nuestro Padre y una vez más seremos abrazados por su amor.

¿Qué es Meguilat Eijá?

En ocasión del ayuno de Tishá Beav se lee Meguilat Eija “Libro de Lamentaciones”, ya que en esa fecha se conmemora el aniversario de la destrucción del Primer y Segundo Gran Templo de Jerusalém. 

“Lamentaciones” es uno de los cinco rollos o meguilot – Rut; Cantar de los Cantares; Eclesiastés; y Ester son las otras cuatro -que forman parte de los Hagiógrafos. Los rollos constituyen una sola entidad, aun cuando son diferentes no sólo en términos cronológicos, sino también en estilo y contenido.

De acuerdo a la Halajá o Ley judía sólo es un Precepto-mitzvá- la lectura pública de la “Meguilá de Ester” en Purim y la recitación de “Eija” -Lamentaciones en Tishá Be Av.

De acuerdo a la tradición, el autor del “Libro de Lamentaciones” fue el Profeta Jeremías (en hebreo Irmiahu) quien presenció la destrucción del Primer Gran Templo de Jerusalem y plasmó los nefastos acontecimientos junto con el impacto emocional que produjo esta tragedia nacional. Se trata del lamento de todo un pueblo, en el cual el desastre de lo individual es tan solo un ejemplo personal de la catástrofe nacional.

A pesar de la amargura expresada en las lamentaciones, no existe nada que aluda al deseo de anular el nexo con Di-s o producir una ruptura permanente.

El amor permanece intacto. En una perspectiva amplia hay también señales de esperanza pues se tiene la certeza de que es un ocultamiento temporal de la Divinidad y que al final el amor triunfará.

Tres de los cinco capítulos del Libro, comienzan con la palabra Eijá (¿cómo?) y por tanto se entiende que el libro reciba este nombre, no sólo por que ésta es la palabra inicial; sino porque es la palabra clave en toda la obra.

Hay tristeza, llanto y quejas en la Meguilá, pero además de todo eso, hay profundas interrogantes, sobre cómo es posible que ocurran cosas de la magnitud de esa destrucción. 

Son preguntas dolorosas a las cuales no se da respuesta en el libro, pero que provocan una genuina búsqueda para comprender y clarificar la razón de los horrores, comprender su significado y procurar un camino de solución.

La Divina Providencia se siente fuertemente en cada uno de los versículos, aun cuando en algunos no se menciona en forma expresa a Di-s pero siempre con la certeza de que mientras exista el poder Divino, siempre hay una oportunidad para la construcción, siempre habrá esperanza.

El estilo de las lamentaciones está entretejido con la fe en Di-s y en la justicia de sus decretos, con un nexo profundo en su faceta de padre misericordioso que no permitirá que el mal reine por siempre.

9 de Av

Horarios de ayuno para Buenos Aires

Comienza lunes 12 agosto | 18:22  h

Finaliza martes 13 agosto | 18:49 h

 

Horarios para otras ciudades

El pueblo se sublevó contra Moisés y Aharón, cuando los espías volvieron de la Tierra de Canaán con su informe altamente negativo.

Era la noche del 9 de Av cuando los judíos lloraron en vano y desde ese momento, ese día fue decretado como un día de permanente llanto, para las generaciones venideras.

A lo largo de nuestra historia, este día de Av, han sucedido trágicos acontecimientos para el pueblo judío. 

A continuación una breve referencia de los mismos.

Iaakov luchó contra el ángel de Esav (Génesis 32:25–30) y venció recibiendo desde entonces el nombre de Israel, que significa: “Luchaste con ángeles y hombres, y venciste”

  • El pueblo se sublevó contra Moisés y Aharón, cuando los espías volvieron de la Tierra de Canaán con su informe altamente negativo. 
  • Era la noche del 9 de Av cuando los judíos lloraron en vano y desde ese momento ese día fue decretado como un día de permanente llanto, para las generaciones venideras.

Di-s decretó que la generación del desierto, a raíz de su falta de fe, no entraría a la tierra de Israel, y habrían de morir en el desierto durante cuarenta años. (Números 14:33-34).

  • Fue destruido el Primer Beit Hamikdash, Gran Templo de Jerusalem, en el año 3338 (422 antes de la e.c.).

  • Fue destruido el Segundo Beit Hamikdash, en el año 3828 (68).

  • Fue destruida la Ciudad de Betar, tras la derrota de la rebelión de Bar Kojba.

  • La ciudad de Jerusalem fue arada por el invasor romano, para asegurarse de que nunca más pudiera ser reconstruida.

  • En el año 5222 (1462) fueron expulsados los judíos de España.

  • En el año 5050 (1290) fueron expulsados los judíos de Bretaña.

El 10 de Av…

…del año 5266 (1506) fueron expulsados los judíos de Provenza.

…del año 5266 (1506) fueron expulsados los judíos de Francia.

…del año 5754 (1994) tuvo lugar el atentado en el edificio de la AMIA. 

…del año 2005, 8600 judíos, habitantes de Gush Katif – una región al sur de la Franja de Gaza, fueron expulsados de sus hogares y las tierras fueron entregadas a los Palestinos.

Podemos agregar que en agosto de 2004, el gabinete israelí aprobó que Israel evacúe la Franja de Gaza y no desplegará militares en la zona limítrofe entre la Franja de Gaza y Egipto. 

Evacuaron asentamientos en el norte de Samaria y todas las instalaciones militares en dicha zona, con el objetivo de permitir la contigüidad territorial a los palestinos de la zona. Entre otras disposiciones. (Tratado gush katif)

La víspera del 9 de Av

Hacia el final del día, se debe comer la comida final, Seudat Hamafseket.

En esta comida, no se debe incluir dos tipos de alimentos cocidos aunque que sean de la misma variedad, por ejemplo: dos clases de fideos. Aunque el alimento sea generalmente comido crudo.

  • La costumbre es comer un huevo hervido o lentejas en la comida final en demostración del luto. Uno no debe comer otro alimento cocido y puede saciar su hambre con pan, productos lácteos, o fruta. 

Es costumbre comer la comida final sentado en el piso o en un taburete bajo. Según la Cabala es correcto colocar una estera o un paño para no sentarse directamente en el piso. No es necesario quitarse los zapatos antes de comer.

Después de la comida final, si todavía no se puso el sol, se puede continuar comiendo, con la condición que no haya aceptado el ayuno sobre si. Sin embargo, si decidió no comer más porque estaba lleno, se puede comer nuevamente puesto que no se había propuesto aceptar el ayuno todavía. Es apropiado declarar o pensar específicamente, aquél no ha aceptado el ayuno hasta puesta del sol.

  • El estudio de Torá esta prohibido en Tisha BeAv, como dice el versículo (Salmos 19:9): Los estatutos de Di-s son correctos, regocijan el corazón, y quién está de luto no debe regocijarse. Es costumbre refrenarse de estudiar Torá desde el mediodía de la víspera del 9 de Av. Hay quienes acostumbran a comer una comida completa, sin carne o vino, temprano por la tarde [antes de la comida final] para preparase para el ayuno. Esta costumbre también sirve como conmemoración del carácter festivo de la víspera Tisha Beav y de 9 de Av, mismo durante el período del Segundo Beit Hamikdash. Durante este período, los cuatro días de ayuno que conmemoran la destrucción del primer Beit Hamikdash eran celebrados como días de fiesta, y la gente comía, bebía, y se regocijaba incluso en 9 BeAv. A pesar de que actualmente no somos merecedores del consuelo de la reconstrucción del Beit Hamikdash, esta comida demuestra nuestra fe y anticipación en la redención.
  • Los rezos de la tarde son recitados más temprano, para dar tiempo para la comida final, y Tajanun (Confesión) se omite ya que el versículo (Lamentaciones 1:15) refiere a 9 de Av como día de fiesta.
  • En la víspera de 9 de Av no se deben hacer paseos para no llegar a la risa y a la frivolidad.

Las leyes del 9 de Av

Hay cinco cosas prohibidas en Tisha BeAv:

  • 1-Comer y beber.
  • 2-Lavarse.
  • 3-Untarse cremas o aceites.
  • 4-Usar calzado de cuero.
  • 5-Mantener relaciones conyugales.

No hay diferencia entre la noche y el día.

Se puede comer hasta la puesta del sol en la víspera del 9 de Av; el crepúsculo se considera noche y se prohíbe.

Todos deben ayunar en Tisha BeAv, incluyendo mujeres embarazadas y madres que deben amamantar. Quién esta enfermo, sin embargo, puede comer aunque su enfermedad no ponga en riesgo su vida.

Sin embargo, una persona enferma debe refrenarse de comer delicias y debe comer solamente lo absolutamente necesario para su bienestar físico.

Si Tisha BeAv cae domingo y una persona enferma necesita comer durante el ayuno, debe recitar Havdalá antes de comer [Ya que Havdalá no fue recitado la noche anterior debido a Tisha BeAv].

  • Uno puede no enjuagar su boca en Tisha BeAv hasta el final del ayuno.

  • Lavarse por placer esta prohibido tanto con agua caliente o fría. Sin embargo, si sus manos están sucias, puede lavarlas. Puede lavarse las manos sobre al levantarse por la mañana como se hace a diario, así como después de usar el baño. Sin embargo, no puede lavarse la mano entera sino solamente los dedos. Mientras los dedos siguen húmedos, se puede limpiar los ojos con ellos. Si los ojos siguen sucios, puede enjuagarlos como lo hace normalmente.

  • Al cocinar y en la preparación del alimento, se puede lavar el alimento ya que la intención no es lavarse las manos.

  • La prohibición de usar zapatos se aplica a los de cuero. Los zapatos hechos de tela o caucho pueden ser utilizados. Sin embargo, si están recubiertos por cuero o si tienen suela de cuero, no pueden ser usados. Si uno está caminando en un área de espinas o en un área poblada de gentiles [donde su aspecto sería puesto en ridículo], se puede usar zapatos regulares en ese lugar.

  • Esta permitido bañar a un bebé y aplicar aceites o cremas a su piel como lo hace una normalmente.

Todas las prohibiciones mencionadas son aplicables desde la puesta del sol de la víspera de Tisha BeAv hasta el final del ayuno.

Según lo mencionado anteriormente, el estudio de Torá se prohíbe en Tisha BeAv ya que el estudio de Torá trae alegría a la persona. Sin embargo, se permite estudiar el III capítulo del tratado talmúdico Moed Katan que trata sobre las leyes del luto y del excomunicación.

Cuando cae la noche, antes de romper el ayuno, se debe realizar Netilat Iadaim (lavado de manos), esta vez cubriendo toda la mano con agua, pero sin recitar la bendición. También es costumbre realizar Kidush Levana en este momento, celebrando el renacimiento de la luna y nuestro esperado renacimiento nacional. El Templo fue incendiado en la tarde del 9 de Av, y ardió hasta el 10. Por lo tanto, las restricciones de los Nueve Días (como no comer carne, nadar o lavar la ropa) se extienden hasta el mediodía del 10 de Av.

Incluso cuando estamos de duelo, hay un elemento de alegría y consuelo.

De hecho, la lectura de Eijá concluye con el versículo: “Restituyenos a Ti, oh Señor, y seremos restaurados; renueva nuestros días como al principio”. También existe la costumbre entre muchos de utilizar libritos de Kinot encuadernados en papel, con la esperanza de que no los necesiten el año que viene. No es casualidad que las Escrituras se refieran a este día como un moed, una festividad, y que hoy no se diga Tajanún (oración de arrepentimiento).

Que pronto llegue el momento en que miremos hacia atrás con la claridad de la retrospectiva para ver cómo todo nuestro sufrimiento no fue más que un preludio de la felicidad y la bondad, con la llegada del Mashíaj.

¡Amén!

 

Fuente

Un fuego de júbilo

“Un fuego de júbilo se enciende dentro de mí, mientras pienso en el tiempo que partí de Egipto. Pero elevo mi voz en lamentaciones mientras rememoro cuando partí de Jerusalén” (Lamentaciones de Tishá BeAv).

En la vida de todos hay lluvia y brillo. ¿Por qué es que generalmente recordamos nuestros sufrimientos, y no preservamos igualmente memoria de experiencias gozosas?.
Por supuesto, como psiquiatra, raramente puedo esperar que los pacientes relaten sus experiencias placenteras. Ellos vienen por ayuda con sus problemas emocionales, los cuales creen ser el resultado de experiencias dolorosas. Esta selectividad está determinada por el juicio del paciente de lo que el psiquiatra necesita escuchar.
Pero, ¿por qué nosotros hacemos esto cuando hablamos a nuestros amigos? ¿No contamos nosotros mas frecuentemente a nuestros amigos acerca de nuestros problemas que lo que compartimos nuestras alegrías con ellos? ¿Podría ser que estamos proyectando, y que asumimos que ésta es la actitud de otros porque nosotros mismos preferiríamos escuchar acerca de las penas de otros antes que de sus alegrías?
Esta es una dura acusación, pero hagamos una pausa y pensemos. Escuchar acerca de la buena fortuna de alguien, tiende a despertar envidia, un sentimiento incómodo. Escuchar su pena puede hacernos sentir agradecidos que nosotros hemos sido más afortunados que ellos, un buen sentimiento.
Quizás si nosotros nos desembarazáramos de la envidia y desarrolláramos empatia, de modo que nos regocijaríamos con las alegrías de otros y sufriéramos con sus pesares, mejoraría nuestra selectividad de recuerdos..

Cuando dice la Amidá uno debe enfrentar a Jerusalén y el sitio del Templo (Oraj Jaím 94:2).

En Tishá BeAv, uno de los maestros jasídicos estaba llorando y afligiéndose tan implacable e intensamente que sus seguidores temieron por su vida. Decidieron que debían hacer algo para interrumpir el duelo de su maestro.
Uno de los discípulos lo abordó. “Maestro” dijo, Así que usted está afligiéndose porque el Santo Templo fue destruido. Por favor escúcheme. Nosotros podemos haber perdido el edificio, pero la parcela de tierra todavía está allí”.
El maestro cesó su llanto, y una débil sonrisa apareció en su rostro.
Tres veces al día nosotros enfrentamos Jerusalén. La parcela de tierra donde el Templo estaba en pie vincula a todos los judíos, uno al otro en plegaria. No todo se perdió.

Por el Rabino Twersky

Extraído de Viviendo cada día Editorial Bnei Sholem

¿Por que nos lamentamos?

El ayuno de Tisha BeAv, la fecha más triste del calendario Judío, es el día en el que vimos la destrucción de los dos Templos Sagrados, así como muchos eventos trágicos sucedidos en el correr del exilio de nuestra nación.

Se va creando cuidadosamente un estado de ánimo triste. Leemos el Libro de Lamentaciones de Jeremías y una gran colección de elegías que describen todas las tragedias, y durante el día, seguimos varias prácticas de lamentación.

Tisha BeAv es nuestro día nacional de lamentación cuando nos ponemos a reflexionar sobre todos los pogroms, las cruzadas, inquisiciones y holocaustos que han perseguido a nuestra nación durante los últimos 2000 años.

Sin embargo, son específicamente observados en la fecha en la que los Templos fueron destruidos, y los Templos son el principal enfoque de la lamentación del día. Está claro que nuestro sufrimiento está íntimamente asociado con la ausencia de los Templos. ¿Cuál es la conexión? ¿Y por qué tanta obsesión sobre una estructura antigua de Jerusalem? ¿Acaso la falta del Templo Sagrado nos deja sintiendo un agujero en nuestras vidas? El Talmud declara (BrAJoT 3a): Cuando los Judíos entran a las casas de estudio y a las plegarias y proclaman: “Que Su gran nombre sea bendecido”, el Santo Bendito Sea asiste y dice, “Afortunado es el rey que es alabado en su casa. ¿Qué le queda a un padre cuando tiene un hijo exiliado? ¡Y Ay de los hijos que han sido exiliados de la mesa de su padre!” Esta corta frase captura la propia esencia del Galut- exilio.

La relación entre padre e hijo comparte muchas cualidades que simbolizan todas las relaciones, aunque quizá en un nivel más grande: respeto, amor, cuidado, etc. No obstante, existe una diferencia esencial.

Las otras relaciones se basan en estos sentimientos arriba mencionados: porque Te quiero, te cuido, por eso, somos amigos.

En una relación de padre-hijo, lo contrario es cierto; estos sentimientos se basan en la relación: siendo que Yo soy tu padre/hijo, te quiero. Por eso, la relación padre-hijo posee dos aspectos; su esencia y sus manifestaciones.

Su centro es la relación esencial que es inmutable y no sujeta a cambios. No importa qué suceda, un padre siempre es un padre, y un hijo siempre es un hijo. En una relación padre-hijo normal y sana, este conexión del alma se expresa en la forma de amor, cuidado y respeto mutuo.

Di-s es nuestro padre, y nosotros somos Sus hijos. Y durante el Galut (exilio), constituimos una familia disfuncional. Nos han echado de la casa de nuestro Padre. Todos los rasgos perceptivos de la relación, han desaparecido. No vemos ni sentimos el amor de Di-s hacia nosotros, y no sentimos que somos Sus hijos.

Estudiamos Su Torá, y cumplimos con Sus mandamientos, y se nos dice que al hacerlo nos estamos conectando en Él, pero no sentimos que tenemos una relación. Ésta, ciertamente, no es la manera en la que debería ser la relación, y no siempre fue así el caso. Hubo un tiempo en el que estábamos mimados por el abrazo de nuestro Padre. Su amor por nosotros se manifestaba en varias formas: a través de milagros, profetas, abundantes bendiciones y una tierra que manaba leche y miel. Y en el centro de nuestra relación estaba el Templo Sagrado, la casa de Di-s en donde Él, literalmente moraba entre Su pueblo, en donde Su presencia era tangible.

Tres veces anuales, los judíos visitaban la casa de Di-s y sentían Su presencia, sentían su relación. Luego volvían a su casa vigorizados por la experiencia, con sus corazones y almas ardiendo de amor por Di-s.

Todo el sufrimiento que ha sido nuestro lote desde el día en el que el Templo fue destruido, es un resultado de nuestro estado de exilio. Cuando el hijo del rey vive en el palacio, cuando el amor del rey por el príncipe es evidente al público, el hijo entonces queda aislado frente a los designios de sus enemigos.

Pero cuando el hijo es echado, los enemigos atacan súbitamente. Es por eso que nos lamentamos por la destrucción de los Templos.

Y creemos con fe completa que el día en el que volveremos a la casa de nuestro Padre está cerca, y que una vez más nos embriagaremos con Su amor.

* Por Naftali Silberberg

La comida previa al ayuno de Tisha Be Av

El ayuno de Tisha Be Av – este año el 26 y 27 de julio de 2023-, comienza al atardecer de la víspera. Conocé algunas costumbres relacionadas con este día.

Hacia el final del día anterior a Tishá Be Av, antes de la puesta del sol, se debe comer la seudat hamafseket (la última comida previa al ayuno). En ésta no se deben ingerir dos clases diferentes de comida (cocinadas) aunque sean de la misma variedad —por ejemplo, dos tipos de fideos—, aun si generalmente uno de los alimentos se come crudo.

Algunos acostumbran en esta seudá a comer un huevo hervido o lentejas como símbolo de duelo. En este caso no se podrá comer ninguna otra comida cocinada y la persona deberá saciar su hambre con pan, productos lácteos o frutas. También hay quienes acostumbran a esparcir cenizas sobre el pan o el huevo y luego comerlo.

Es costumbre comer la seudat hamafseket sentado en el suelo o sobre una banqueta baja (de menos de 24 cm. de altura). Algunos opinan, según la Cabalá, que se debe colocar un felpudo, una alfombra o cualquier otro elemento debajo de uno para no sentarse directamente sobre el piso. También cabe destacar que no es necesario quitarse los zapatos de cuero antes de esta comida.

Luego de seudat hamafseket, si aún no se puso el sol, se puede continuar comiendo —siempre que no se haya pensado o expresado verbalmente asumir el ayuno desde ese momento—. Si la persona no tenía intenciones de volver a comer porque estaba satisfecha, ello no se considera una aceptación del ayuno, y si vuelve a sentir hambre puede comer hasta la puesta del sol. Es conveniente declarar o pensar explícitamente que uno no acepta el ayuno sobre sí sino a partir de la puesta del sol.

En Tishá beAv está prohibido estudiar Torá, pues el versículo (Salmos 19:9) expresa: Los preceptos de Di-s son rectos, alegran el corazón, y aquel que está de duelo —como todos nosotros en este día— tiene prohibido alegrarse. La costumbre es abstenerse de estudiar Torá desde el mediodía de la víspera de Tishá Be Av. Sin embargo, existen temas de la Torá que sí se pueden estudiar, como explicaremos más adelante.

Algunos acostumbran a comer una comida completa —sin carne ni vino— al mediodía de la víspera de Tishá Be Av, horas antes de la seudat hamafseket, para soportar mejor el ayuno —al igual que se hace en la víspera de Iom Kipur—.

Esta costumbre conmemora también el carácter festivo que estos días —la víspera de Tishá Be Av y Tishá Be Av— tenían durante el período del segundo Beit HaMikdash. En esa época, los cuatro días de ayuno que conmemoran la destrucción del primer Beit HaMikdash eran celebrados como festividades, con comida y bebida en medio de una gran alegría. Sin embargo, nosotros, que aún no tuvimos el privilegio de ser consolados, conmemoramos esta celebración en recordación de lo que fue, y de lo que volverá a ser en el futuro, cuando se reconstruya el Beit HaMikdash y retornemos de la diáspora, sea pronto en nuestros días. Esta costumbre expresa nuestra fe y confianza absoluta en Di-s, y nuestra esperanza de ser redimidos con la venida del Mashíaj.

Durante esta seudá (comida) se pueden comer todas las frutas o vegetales frescos que uno desee, aunque algunos son más estrictos y no comen ensalada de vegetales como guarnición. Luego se puede beber té o café.

Cualquier comida que conste de dos clases de alimentos que generalmente se cocinan juntos en un mismo recipiente se considera un solo plato, y no dos. Sin embargo, los piadosos comen (en la seudat hamafseket) sólo un trozo de pan seco con sal y un vaso de agua. El Talmud (Taanit 30a) señala:

Esta era la costumbre del Rabí Iehudá bar Ilaí: En la víspera de Tishá be Av le traían un pedazo de pan seco salado y él se sentaba cerca del horno [el lugar más desagradable de la casa (Rashi)] y lo comía junto con un vaso de agua, como aquel cuyo pariente yace muerto delante de él.

Extractado de “Nosotros en el Tiempo” de editorial Kehot

Buenas Intenciones

“Se la explicó a ellos en setenta idiomas”

(Comentario de Rashi, Devarim 4:1)

La primera traducción de la Torá fue llevada a cabo por Moshé Rabeinu, previo a la entrada de los israelitas a la tierra de Israel. Sobre el versículo de nuestra Parshá(1):“Moshé procedió a explicar esta Torá”, comentan nuestros Sabios(2) “Se la explicó a ellos en setenta idiomas”.

Además les ordenó escribir toda la Torá en setenta idiomas, una vez que cruzaran el Jordán(3). Sin embargo, en el tratado de Sofrim(4) se relata: “Ocurrió con cinco ancianos que escribieron la Torá para el Rey Shlomo en griego, y el día fue duro para Israel como el día en el cual se hizo el becerro”.

 

¿A qué se debía esto? “puesto que la Torá no podía ser traducida en toda su dimensión”. 

Esto despierta asombro ¿acaso no tradujo ya Moshé a la Torá en setenta idiomas, incluido el idioma griego?

EN LUGAR DE MOSHÉ

La explicación de esto radica en la precisión del lenguaje de nuestros Sabios Z”L, que compararon a la traducción de la Torá no al propio pecado del becerro, sino al “día en el cual se hizo el becerro”.

Es en esto donde está la comparación: tanto la elaboración del becerro como la traducción hecha para Shlomo no se llevaron a cabo con intención negativa. Su gravedad consistía en que de ello podría generarse algo grave. Con respecto al becerro, los comentaristas de la Torá(5) explican que los israelitas no hicieron el becerro en lugar de Di-s, sino en lugar de Moshé. Ellos argumentaron(6):“puesto que este Moshé, el hombre… no supimos qué ocurrió con él”. Ellos vieron que el Altísimo dispuso que un hombre terrenal sea el vínculo unificador entre ellos y Hashem-“Yo estoy parado entre Hashem y ustedes”(7)-y cuando vieron que tardaba en venir, pensaron en crear en su lugar a otro intermediario- el becerro.

EL ALTÍSIMO PUEDE

Esta intención por sí misma era buena. En realidad, ese fue justamente el objetivo de la construcción del altar: hacer morar a la santidad dentro de la existencia material de este mundo.

De entre los dos Kerubim material emergía la palabra de Hashem y se revelaba la Shejiná- la Presencia Divina(8). Siguiendo estos principios fue que los israelitas hicieron el becerro, con la intención de generar aquí abajo en el mundo inferior, algo similar al “carruaje celestial” de los ángeles supernales (eligiendo “el rostro del toro” que se encuentra en el “carruaje celestial”). Pero cometieron un error tremendo: cuando el Altísimo establece que su Shejiná se revele a través de “intermediario alguno”, no se percibe sino la palabra Divina exclusivamente.

El “intermediario” es concebido como falto de entidad propia, sino tan solo como algo cuya única función es única y exclusivamente transmitir la palabra de Hashem. Pero cuando el hombre decide por su cuenta generar “intermediarios” que conecten con el Altísimo, puede aquí crearse una situación de “dos poderes” y literalmente idolatría. Esa fue la gravedad del “día en el cual se hizo el becerro”.

LAS CONSECUENCIAS DE LA TRADUCCIÓN

Lo mismo ocurrió con la traducción de la Torá: cuando Moshé tradujo la Torá de acuerdo a la instrucción recibida de Hashem se depositó la santidad de la Torá en toda la traducción, lo que impedía el peligro de que no sea interpretada correctamente; pero cuando la Torá se tradujo por la exigencia del Rey Ptolomeo, sin mediar una orden Divina, estaba el peligro de una interpretación errónea, por lo cual los Sabios se vieron forzados a alterar la traducción en lugares específicos.

En la práctica no salieron consecuencias erróneas de la traducción de los setenta Sabios (“la Septuaquinta”), sino por el contrario, gracias a la traducción llegó el concepto de la unidad de Di-s también a las demás naciones, e incluso quedó fijada la Ley– Halajá (9), que el único idioma fuera de la Lengua Sagrada (el hebreo bíblico) en la cuales posible escribir un Rollo de la Torá es el griego, lo que implica una purificación y elevación del griego en el nivel más perfecto.

(Likutei Sijot , tomo 24, pág 1)

 

NOTAS: 

1.Devarim 1:5 

2.Explicación de Rashi ahí y en Tanjumá Devarim 2 Ver Igueret Bereshit Bereshit Rabá Parshá 49,b 

3.Devarim 27:4 y 27:8 Nuestros Sabios explican (Rashi ahí- de Sotá 32,a) 

4. Capítulo 1 halajá 7 

5. Ver in extenso Rambam Shemot 32,1 

6.Shemot 32:1 

7.Devarim 5:5

8.Ver Rambam sobre la Torá principio Parshat Trumá 

9.Meguilá 9,a Y ver explicación de Rashiahí Ver Sfat Emet Meguilá ahí.