La Cabalá de la Keara

De acuerdo con el Ari Z”L (Rabí Itzjak Luria), la Keará representa las diez Sefirot (emanaciones Divinas).

El plato mismo, cuando se hace de la plata o de oro, representa la sefirá de Maljut (reinado). Las tres matzot, colocados a la cabeza de la Keará representan las sefirot de Jojmá (sabiduría), Biná (Entendimiento intuitivo), y Daat (sentido común).

En la esquina superior derecha de la Keará está el zeroa (pata de cordero, o cogote de pollo asado) que representa a la sefirá de Jesed (bondad). En la esquinas superior izquierda es la Beitzá (huevo duro), que representa a Gevurá (fuerza).

En el centro de la Keará está el maror (hierva amarga, rábano picante) que representa a la sefirá de Tiferet (Belleza / Armonía). Esta es una mezcla de Jesed y Gevurá, tal vez como el maror que comienza dulce y se convierte en amargo.

El jaroset, colocado debajo del zeroa, representa a Netzaj (Victoria). El Karpas (cebolla o papa hervida) representa la sefirá de Hod (Magnificencia).

¿Por qué el zeroa es asociado con Jesed y la Beitzá con Gevura?

La palabra hebrea zeroa nos recuerda el zeroa netuiá, el brazo extendido, el Jesed es la bondad Divina que nos fue mostrada, que nos trajo nuestra salvación. La Beitza es un alimento tradicional de duelo, cuya forma ovalada representa el círculo de la vida con sus altibajos. El huevo se asocia con Guevurá, un tiempo de pérdida, cuando hay un aparente ocultamiento de la bondad.

Por: Malkie Janowski

Pesaj en el Beit Hamikdash

De acuerdo a la expresa directiva dada en la todo judío debía ofrecer el Sacrificio Pesaj -Korbán Pesaj- en el Templo de Jerusalem.

Por eso, de las Tres Festividades bíblicas -Pesaj, Shavuot y Sucot- Pesaj era la que requería el mayor número de peregrinos.

Millares de judíos de todas las regiones de Tierra Santa se congregaban en Jerusalem para la ocasión.

Un mes antes de Pesaj, todas las rutas y caminos que llevaban a Jerusalem comenzaban a ser reparados y las fuentes eran reaprovisionadas de agua, de manera que los peregrinos tuvieran todas las facilidades posibles para viajar a la Ciudad Santa.

Los preparativos más elaborados se efectuaban en la ciudad misma de Jerusalem, para recibir a los millares de peregrinos.

Es de notar que, a pesar del hecho de que los nuevos visitantes sumaban millares, había lugar para todos en la ciudad, y nadie se quejaba de incomodidad. La  alegría y la excitación espiritual de la población no tenía límites.

La culminación llegaba el día antes de Pesaj, cuando la ofrenda del Korbán Pesaj comenzaba al atardecer.

Cada familia tenía listo su cordero, y durante los días previos a la ofrenda, lo guardaba bajo constante cuidado y vigilancia, para que ningún accidente de acuerdo a la expresa directiva dada en la todo judío debía ofrecer el Sacrificio Pesaj -Korbán Pesaj- en el Templo de Jerusalem.Por eso, de las Tres Festividades bíblicas -Pesaj, Shavuot y Sucot- Pesaj era la que requería el mayor número de peregrinos.Millares de judíos de todas las regiones de Tierra Santa se congregaban en Jerusalem para la ocasión.Un mes antes de Pesaj, todas las rutas y caminos que llevaban a Jerusalem comenzaban a ser reparados y las fuentes eran reaprovisionadas de agua, de manera que los peregrinos tuvieran todas las facilidades posibles para viajar a la Ciudad Santa.Los preparativos más elaborados se efectuaban en la ciudad misma de Jerusalem, para recibir a los millares de peregrinos.Es de notar que, a pesar del hecho de que los nuevos visitantes sumaban millares, había lugar para todos en la ciudad, y nadie se quejaba de incomodidad.    La    alegría   y   la excitación espiritual de la población no tenía límites.La culminación llegaba el día antes de Pesaj, cuando la ofrenda del Korbán Pesaj comenzaba al atardecer.Cada familia tenía listo su cordero, y durante los días previos a la ofrenda, lo guardaba bajo constante cuidado y vigilancia, para que ningún accidente lo lisiara o le causara herida alguna que lo hiciera inaceptable como ofrenda.

Las familias más pequeñas se organizaban en grupos para llevar un sacrificio en conjunto, pues toda la carne del sacrificio debía ser consumida esa noche, sin que quedara nada para el día siguiente.

Tales grupos, a menudo, se componían de cientos de miles; sin embargo, ¡todos los sacrificios de Pesaj se ofrecían en el curso de una sola tarde!

El procedimiento para ofrecer el Korbán Pesaj era el siguiente:

La gran multitud de fieles se dividía en tres turnos admitidos sucesivamente al gran patio del Templo.

Cuando el primer turno había ingresado, se cerraban los enormes portones.

A una señal dada, consistente en el sonido del Shofar tocado tres veces consecutivas, comenzaba la ofrenda de los sacrificios.

Los Kohaním -sacerdotes- se alineaban en varias filas hasta el altar, sosteniendo recipientes de oro y plata.

Los que sostenían recipientes de oro formaban filas separadas de aquéllos con recipientes de plata, para no mezclarse.

El Kohen, de pie junto al lugar donde los sacrificios eran realizados, inmediatamente luego de la shejitá -faenado-, echaba la sangre dentro del recipiente del sacerdote que se encontraba cercano a él, y éste a su vez lo entregaba al próximo en la fila; así sucesivamente hasta llegar al Mizbeaj -altar-, el que rociaba con la sangre.

Los recipientes eran de una clase especial; angostos al fondo, de manera que no puedan ser depositados sobre el suelo sin que se derramaran. Los sacerdotes debían ser muy rápidos, al transferir el recipiente de uno al otro sin perder una gota.

Ello se debía a la necesidad de finalizar la operación antes de que se coagulara la sangre. La velocidad y la destreza de los sacerdotes al ejecutar esta labor era realmente magnífica.

Luego de rociar la sangre, algunas parte del Korbán se ofrecían sobre el altar.

Cuando el primer grupo concluía, el segundo era inmediatamente admitido para ofrecer su Korbán Pesaj y finalmente el tercero.

Durante el tiempo que duraba la ofrenda, los fieles congregados, dirigidos por los Levitas, cantaban el “Halel” -Salmos de alabanza al Creador-.

Luego, los corderos eran asados, pues la Tora no permite que fueran hervidos.

Por la noche, el grupo de familias que se había juntado para llevar un sacrificio, se reunía en una casa y todos juntos celebraban el “Seder” muy similarmente a como lo hacemos nosotros, hoy en día, excepto, por supuesto, que en lugar del “Zeroa” (hueso) que hoy ponemos sobre la Keará -el plato del Seder- en recuerdo del Korbán Pesaj, ellos se servían del cordero mismo.

Jerusalem se colmaba de júbilo durante esos días de Pesaj, y muchos no judíos venían de cerca y de lejos para presenciar los magníficos festejos celebrados por los judíos de la Ciudad Santa.

Hoy en día, celebrando el Seder en la diáspora fiel al orden de la “Hagadá” en todos sus detalles y recordando esos gloriosos días de nuestra tierra cuando el Templo estaba en su máximo esplendor, exclamamos al principio del Seder: ¡Este año estamos aquí, pero que el próximo año podamos celebrarlo en la Tierra de Israel!

Y concluimos el Seder con las palabras: ¡El año que viene en Jerusalem!

¿Qué es Purim?

La alegre festividad judía de Purim se celebra cada año el día 14 del mes hebreo de Adar.

Conmemora la salvación (orquestada divinamente) del pueblo judío en el antiguo imperio persa del complot de Amán de “destruir, matar y aniquilar a todos los judíos, jóvenes y viejos, niños y mujeres, en un solo día”. Literalmente “suertes” en persa antiguo, Purim recibió ese nombre porque Amán había echado suertes para determinar cuándo llevaría a cabo su plan diabólico, como se registra en la Meguilá (libro de Ester ).

Un poco de historia…

El Imperio Persa del siglo IV a.e.c., incluye 127 países, y todos los judíos de aquel entonces son sus súbditos. 

  1. El rey Ajashverósh (Asuero) invita a toda la población a un festín de siete días, como culminación de la fiesta de 180 días en la que participaron representantes de todas las naciones de su vasto imperio.
  2. La reina Vashti es ejecutada por no cumplir sus órdenes y Ajashverósh organiza un concurso de belleza para encontrar una nueva reina. 
  3. Una mujer  judía, Ester, encuentra favor en sus ojos y se convierte en la nueva reina, aunque se niega a revelar sus orígenes.
  4. Haman, que odia a los judíos, es nombrado primer ministro del imperio. Mordejai, el líder de los judíos (y primo de Ester), desafía las órdenes del rey y se niega a inclinarse ante Hamán. 
  5. Hamán está indignado, y convence al rey de emitir un decreto ordenando el exterminio de todos los judíos el 13 de Adar, una fecha elegida por una lotería hecha por el mismo Hamán.
  6. Mordejai reúne a todos los judíos, convenciéndolos de que se arrepientan, ayunen y oren a Di-s. 
  7. Mientras tanto, Ester le pide al rey y a Hamán que se unan a ella para un festín. En una fiesta posterior, Ester le revela al rey su identidad judía. 
  8. Hamán es ahorcado, Mordejai es nombrado primer ministro en su lugar, y se emite un nuevo decreto que otorga a los judíos el derecho de defenderse contra sus enemigos.
  9. El 13 de Adar, los judíos se defienden y matan a muchos de sus enemigos. El 14 de Adar, descansan y celebran. En la ciudad capital de Shushan, se toman un día más para terminar con los ataques y descansan el 15 de Adar.

En profundidad:

Según la lógica, el decreto de Hamán debería haber causado el abandono masivo del judaísmo y la Torá, y la conversión. Sin embargo, a pesar de ser esta la única opción para salvar sus vidas, ni un solo judío lo consideró. Ellos se mantuvieron fuertes en su fe, ya  que la conexión entre el judío y su Creador no  se basa  en la lógica. Es una conexión que viene de su esencia.

¿Cuál es el significado de Purim?


Purim significa “lotes”. Como una lotería, que no es racional ni predecible, Purim expresa aquello que está más allá de la naturaleza y del entendimiento humano.

Además del milagro de la supervivencia judía a pesar de los esfuerzos de nuestros enemigos, Purim celebra la íntima participación de Di-s en cada aspecto de este mundo. Aunque no hubo milagros manifiestos registrados en la Meguilá (de hecho, Su nombre ni siquiera se menciona una vez), Di-s estaba “moviendo los hilos” activamente para cuidar de Su nación.

Además, el edicto de Hamán catalizó un renacimiento espiritual entre los judíos. En cierto sentido, esto fue incluso más significativo que el Pacto en el Sinaí —una experiencia espiritual abrumadora que obligó a los judíos a aceptar la Torá— , ya ​​que ocurrió por propia voluntad, incluso cuando estaban dispersos entre el pueblo persa e inmersos en su cultura. Fue en mérito de este despertar espiritual que Di-s orquestó su salvación.

En Purim, los niños (y también algunos adultos aventureros) se disfrazan tradicionalmente, en alusión a la intervención de Di-s en el milagro de Purim, que fue disfrazado por eventos naturales. Asegúrese de que sus hijos se disfracen de personajes buenos y alegres, como Mardoqueo y Ester.

Es una tradición dar tres monedas de “media” denominación —por ejemplo, tres monedas de medio dólar— a caridad, para conmemorar el medio siclo que cada judío contribuyó como su parte en las ofrendas comunitarias en la época del Sagrado Templo . Esta costumbre, que suele realizarse en la sinagoga, se lleva a cabo en la tarde del “ Ayuno de Ester ”, o antes de la lectura de la Meguilá.

El Shabat anterior a Purim se realiza una lectura especial en la sinagoga. Leemos la sección de la Torá llamada Zajor (“Recordar”), en la que se nos ordena recordar las acciones de (la nación de) Amalec (antepasado de Amán), que intentó destruir al pueblo judío.

¿Por qué es tan especial el mes de Adar?

La famosa frase sobre el mes de Adar es: “Cuando comienza Adar, aumentamos en alegría”

El mes mas alegre del calendario Judío es Adar por las siguientes razones:

  1. En Adar, Haman(de la historia de Purim) planeó aniquilar a todo el pueblo Judío. Cuando su plan hizo un completo giro en U, y los Judíos vencieron a sus enemigos, el mes se transformó del dolor al júbilo y victoria. Todo el mes de Adar se convirtió en el epítome de la felicidad, como lo demuestra la celebración de Purim.
  2. El día 7 del mes de Adar es el cumpleaños de Moisés, nuestro maestro y redentor. Él nos trajo algunos de los milagros mas grandes de la historia del pueblo Judío durante el éxodo y viajes en el desierto. Moisés también nos transmitió la Torá, el regalo mas grande de Di-s, del cual traemos perfección al mundo y bendiciones a nuestras vidas. (El 7 de Adar también es el día en el que Moisés falleció. Muchos hombres Justos fallecen el día de su cumpleaños en demostración a que han vivido una vida completa en el Servicio a Di-s). Así como Moisés condujo al pueblo Judío del exilio a la redención en medio de la alegría, debemos también estar felices en la anticipación de nuestra pronta redención con el Mashiaj.
  3. El signo zodiacal del mes de Adar es el pez. Para sobrevivir, éste debe mantenerse en su elemento natural, el agua. Así también los Judíos, debemos mantenernos es nuestro hábitat de la Torá y las Mitzvot para que podamos seguir existiendo. Adicionalmente, los peces son conocidos por su reproducción en grandes cantidades, así también el pueblo Judío.
  4. Adar es un mes propicio para el pueblo judío, ya que nuestra posibilidad de tener éxito es alta. Además, todo el mes (y no sólo la primera mitad) es apropiado para realizar casamientos.

¿Y qué pasa un año bisiesto con dos meses de Adar? Simplemente ¡”duplíca tu placer, y duplíca tu diversión!”

Que la alegría de Adar se extienda durante todo el año!

Por Sra. Dinka Kumer

Janucá: Gran Acto Central de Jabad Argentina este martes en Palermo

Pocas horas después de la final de la copa del mundo, este domingo por la noche comienza Janucá, la Fiesta de las Luminarias, que dura 8 días hasta el lunes 26 de diciembre por la tarde. Janucá celebra la victoria y el milagro de los macabeos y tendrá el martes 20 su tradicional Acto Central en la Plaza República Oriental del Uruguay, Av. Del Libertador y Austria, a las 19.30 horas. El encuentro es abierto a toda la comunidad y contará con un espectáculo artístico para disfrutar en familia, la música de Lionel Mizrahi y su orquesta, la presentación de Anshil Eichbaum, un gran show de luces y el encendido de las tres primeras velas del enorme candelabro de Palermo. Para quienes no puedan concurrir a la plaza se podrá ver en vivo en www.janucalive.com 

Como cada año, el Acto Central de Janucá es una cita para toda la Ciudad de Buenos Aires. El evento, de entraba libre y gratuita, contará con la presencia de destacadas personalidades de la sociedad y la política que se suman a este festejo del milagro, el coraje y la esperanza, y al encendido comunitario de la Janukiá -candelabro de Janucá-. En caso de lluvia, el acto se realizará el miércoles 21. En un año de Hakhel como es este 5783, año de unión, el evento tiene un valor adicional que destaca la fuerza del encuentro. 

Jánuca conmemora el coraje de un pequeño grupo hebreo, los macabeos, que se rebeló contra el ejército de Antíoco cuando éste prohibió la observancia del judaísmo. El milagro de su triunfo fue seguido por el del aceite al encender la menorá (candeladro ritual) del recuperado Templo Sagrado de Jerusalem: lo que debía durar una jornada fue suficiente para iluminar durante 8 días. Por este motivo la costumbre es encender velas, comenzando por una la primera fecha y completando la junukiá de ocho velas la última noche. Se enciende la luz para terminar con los días oscuros y recordar que los milagros son posibles. Todos están invitados a disfrutar de esta gran fiesta de los milagros y la luz

Un cargamento poderoso

Si miramos hacia atrás veremos que salimos al camino plenos de contenido y de vivencias espirituales variadas.

De Rosh HaShaná nos llevamos la recepción del yugo Divino. En este día todos nos paramos frente a Di-s, tocamos el Shofar y coronamos nuevamente sobre nosotros al Todopoderoso.

En Iom Kipur dejamos al descubierto la fibra más íntima que se esconde dentro nuestro. Revelamos que todos somos iehudim plenos de fe y amor a Di-s. Todos sentimos que somos Sus hijos.

La festividad de Sucot nos otorgó la oportunidad de comprender más profundamente a las diferentes partes del pueblo judío. Entendimos que no existen judíos que valgan más que otros. Comprobamos que sin la aravá (sauce) no tienen sentido el etrog, el lulav y el hadás. Nos es más fácil entender acerca de la unión de Israel.

Finalmente llegó Simjat Torá. El maravilloso día en el que todos bailamos con la Torá. Eruditos, iletrados, personas honorables, gente sencilla. Nos alegramos de tener la Torá y manifestamos el amor que sentimos hacia el extraordinario obsequio que Di-s nos dio.

Con todo este enorme cargamento volvemos a lo profano, para que lo transformemos en sagrado. Por eso es importante salir al camino con “provisiones” de buenas decisiones, la resolución de comportarnos diferente y mejor este año.

Debemos prepararnos para la llegada del Mashiaj, que hará su entrada muy pronto en nuestros días!



La shlisel jalá, la llave en la jalá

Hay una costumbre llamada en idish, “Shlisel Jalá (llave).” Insertamos una llave de la puerta de la casa, o damos forma a nuestras jalot de una llave, para significar que entendemos que nuestras necesidades básicas de la vida, así como nuestras comodidades están almacenadas para nosotros en el Cielo detrás de puertas cerradas. Todo lo que tenemos que hacer es pedir a Hashem, Todopoderoso, para desbloquear las puertas y llenar nuestros hogares con bendición.

¿Por qué hacemos una Shlisel Jalá el Shabat después de Pesaj?

Es apropiado porque en la primavera, poco después de Pesaj, los Benei Israel finalmente entraron en la Tierra de Israel. Fue un momento de transición en las estaciones, así como en la forma en que recibimos nuestro sustento. Estuvimos comiendo el Man del Cielo y ahora teníamos que empezar a comer del fruto de la tierra, alimentos que parecen venir a nosotros como un resultado directo de nuestro propio esfuerzo.

Al colocar una llave en nuestra jalá en la misma época del año, estamos diciendo que la llave sólo pertenece a Hashem. Y así como Él abrió las puertas de sustento para proveer a nuestros antepasados en esos días en la Tierra de Israel, que así Él nos proporcione nuestras necesidades ahora, donde quiera que estemos.

(TheKosherplanet.com)

¿Por qué Hamentash?

Este puede ser un caso de identidad equivocada. Los pasteles de Purim originalmente se llamaban mohntashen, que significa “bolsillos de semillas de amapola”. Hoy en día, la mayoría de los hamantashen se rellenan con mermelada, pero la semilla de amapola solía ser el relleno más popular. Fue un breve salto lingüístico de mohntashen a hamantashen, ya que la gente suponía que había una conexión entre la comida que se comía en Purim y el villano de la historia de Purim.

Los judíos siempre pueden encontrar un alimento para contar una historia. La verdadera razón para comer hamantashen es que simbolizan la naturaleza misma del milagro de Purim.

Si lees la historia de Purim, notarás que fue una serie de aparentes coincidencias las que salvaron al pueblo judío de la aniquilación. No hubo milagros abiertos, ni mares divididos, ni plagas, solo algunos giros y vueltas de la historia que, vistos como eventos separados, parecían bastante naturales. Solo al final de la historia se reveló que había ocurrido un milagro.

El exterior del hamantash es masa. El verdadero sabor se esconde en el interior. Más allá del barniz muy común está el corazón del hamantash, rebosante de dulzura.

Nuestras vidas son muy parecidas. A veces parece que estamos siendo empujados y tirados por fuerzas accidentales. Nos suceden cosas que parecen fortuitas y aleatorias; parece que no hay un sistema establecido, ninguna dirección hacia este universo frío y duro.

Esto no es verdad. Hay un sistema. Pero está escondido. Debajo de la superficie hay una mano dulce y un corazón cálido que dirige el universo.

Rara vez llegamos a ver esta mano. Purim es un día en que se reveló, cuando se abrió una grieta en la capa exterior de la naturaleza y vislumbramos lo que hay más allá.

Purim nos recuerda que todas esas coincidencias no son coincidencias, y nada es al azar. Todavía estamos en el medio de nuestra historia, por lo que es difícil ver la imagen completa. Pero al final veremos que todo es un gran hamantash.

La Recompensa

Esta historia ocurrió en Hoshaná Rabá, el séptimo día de Sucot. Sucot es la alegre Festividad que celebramos, en este hemisferio sur, en la primavera. Como seguramente saben, queridos lectores, duran…

Esta historia ocurrió en Hoshaná Rabá, el séptimo día de Sucot. Sucot es la alegre Festividad que celebramos, en este hemisferio sur, en la primavera.

Como seguramente saben, queridos lectores, durante los siete días que dura la Festividad comemos en la Sucá. La Sucá nos recuerda el cuidado y la protección que Di-s dio al pueblo judío en su viaje de Egipto a la Tierra Prometida.

Recordarán también que en Sucot pronunciamos una bendición sobre las cuatro Especies de Plantas: el lulav —una rama de palmera datilera—, el etrog —un tipo de fruta cítrica—, el haddas — tres ramitas de mirto— y la aravá —dos ramitas de sauce—. De este modo agradecemos a Di-s por todas las cosas que crecen en los campos y en los huertos. Porque Sucot es también una importante celebración de la cosecha en Eretz Israel, y se lo conoce como ‘Festival de la Recolección’.

Hace muchos años, antes de que hubiera tiendas como las que tenemos hoy, el mercado bullía de actividad en esa época del año. Los granjeros traían sus frutas y verduras maduras para vender. Los pescadores pasaban largos días trabajando para tener suficiente pescado para llevar al mercado. Los agricultores que tenían granjas lecheras llevaban leche, queso y huevos. Las mujeres recogían bayas. Algunas preparaban frascos de encurtidos de pepinos. Había manteles bordados y cosas tejidas. En un mercado se podía comprar prácticamente de todo. Podían encontrarse cosas para comer y beber, animales de granja vivos, medicamentos, platos, vasijas, tela para ropas y todo lo que a uno se le ocurriera.

A este mercado llegó un hombre un Hoshaná Rabá hace mucho, mucho tiempo. Se llamaba Iaacov. En su bolsillo tenía diez shékels. Camino al mercado, Iaacov pensaba en todas las cosas que podría comprar para sus hijos con ese dinero. Se sentía muy feliz porque sabía qué contentos se pondrían los niños cuando regresara del mercado. No le había resultado nada fácil ahorrar los shékels, y a menudo se ponía la mano en el bolsillo para asegurarse de que el dinero aún estaba allí. No era frecuente que tuviera dinero para comprarle cosas a sus hijos, de manera que se trataba de una ocasión muy especial.

Cuando Iaacov llegó al mercado, miró a su alrededor. De pronto vio que alguien estaba pidiendo a la gente dinero para una pobre muchacha huérfana que se estaba por casar. Se puso la mano en el bolsillo. Pensó en sus hijos que estaban en casa, esperando que él les trajera cosas bonitas del mercado. Pobres niños, no recibían regalos a menudo. Luego pensó en la pobre niña que se estaba por casar. Realmente necesitaba dinero para comprar cosas para su nuevo hogar. Entonces se decidió. Sacó los diez shékels de su bolsillo y los entregó para la colecta para la pobre huérfana.

De regreso a su casa, Iaacov pensaba en sus hijos y estaba muy triste. Se sentirían desilusionados de que hubiera regalado todo su dinero. No le quedaba nada de dinero para comprarles algo.

Estaba oscureciendo, y era hora de rezar Minjá. Decidió detenerse en una sinagoga que quedaba en el camino. Allí vio un grupo de niños jugando con un montón de etroguím, porque ya estaban en Hoshaná Rabá y estos no se necesitaban más.

¿Qué es un etrog? Es una fruta amarilla y arrugada, que se parece al limón. Todos los años, cada padre trata de comprar para Sucot el etrog más hermoso y perfecto posible. En Sucot se toma el lulav (al que se unen tres ramitas de mirto y dos ramitas de sauce) en la mano derecha, se toma el etrog en la izquierda, y se dice una berajá —bendición— especial. Hay que tratar al etrog con cuidado. El padre lo guarda en una caja especial y el etrog se envuelve en una especie de algodón suave. Cuando termina Sucot, el etrog no se necesita más. Es por eso que los niños que estaban en la sinagoga jugaban con los etroguím en Hoshaná Rabá.

Iaacov pensó que a sus hijos les gustaría jugar con los etroguím. Era mejor llevar a casa una bolsa de etroguím que llegar con las manos vacías. De modo que juntó una bolsa entera y continuó su camino a casa.

Iaacov estaba muy cansado y afuera estaba oscuro, de manera que tomó el camino equivocado. Continuó caminando durante largo rato, pero cuando vio que aún no llegaba a casa, decidió detenerse y descansar. Se acostó a un costado del camino y utilizó la bolsa de etroguím como almohada.

Cuando despertó, vio que se encontraba en un lugar extraño. No sabía qué hacer. No sabía cómo encontrar el camino a casa.

De pronto vio unos hombres en uniforme montados sobre hermosos caballos. Eran mensajeros del rey. Iaacov se hallaba en un país nuevo y extraño, cuyo rey estaba muy enfermo. Se le había dicho al rey que sólo podía salvarlo la fruta que usaban los judíos en el festival de Sucot. Los soldados del rey viajaban por todo el país en busca de etroguím para poder curar al rey. Estaban muy tristes porque el rey se ponía más débil cada día y temían que muriera. Buscaban por todas partes y preguntaban a todos, pero nadie sabía cómo ayudar.

Detuvieron sus caballos frente a Iaacov y le preguntaron qué tenía en su bolsa. Quizá les sirviera. El pobre Iaacov se sintió atemorizado. Los hombres de uniforme lo asustaban.

“Nada importante”, les dijo Iaacov. “Nada valioso. Sólo tengo unos etroguím que quedaron de Sucot”.

“¡Etroguím! Es precisamente lo que necesitamos. Ven con nosotros”.

Los soldados tomaron a Iaacov y a su bolsa de etroguím y se dirigieron al palacio del rey lo más rápido que pudieron.

Iaacov no comprendía qué ocurría. Pensaba en su pobre mujer y sus hijos. Quizás no los vería nunca más. ¿Qué sucedía? ¿Qué sería de él ahora?

Cuando llegaron al palacio, los soldados saltaron de los caballos, tomaron la bolsa de etroguím y corrieron al dormitorio privado del rey.

La feliz noticia de que se habían encontrado etroguím corrió rápidamente por el palacio. Los sirvientes interrumpieron sus tareas para comentar la buena noticia.

Todos querían saber si la salud del rey mejoraba.

Afuera, Iaacov estaba sentado en los escalones del palacio, esperando. Quería irse a casa, pero no sabía para qué lado correr. Temía que los soldados del rey vinieran en sus caballos para llevarlo de vuelta al palacio, y eso podía significar nuevos problemas. Pensó en su mujer y en sus hijos amados, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

“¡El rey se ha salvado! ¡El rey está bien! ¡Viva el rey! ¡Hurra, hurra!”, gritaron los soldados y los sirvientes del rey desde las ventanas del palacio. Todos estaban felices y excitados. De pronto, Iaacov vio a los soldados del rey que se acercaban.

“Ven con nosotros”, le dijeron. “El rey quiere conocerte”. Iaacov temblaba de miedo. ¿Por qué querría conocerlo el rey?

Con temor, subió los escalones del palacio. Se abrieron las pesadas y labradas puertas de madera y entró a un gran vestíbulo. Nunca en su vida había estado en una habitación tan grande y hermosa. Lo guiaron a través de largos corredores y pasaron por decenas de habitaciones hasta que finalmente llegaron al dormitorio privado del rey. Este estaba sentado en la gran cama, y su espalda descansaba sobre almohadones muy cómodos. Su colcha color púrpura era de seda suave y brillosa. Lucía un pijama azul, adornado hermosamente. Sobre su cabeza lucía un gorro de noche, también azul, terminado en una suave bola de armiño que hacía juego con el pijama. Era un espectáculo imponente. Pero lo mejor de todo era que el rey se veía contento y sonreía bondadosamente a Iaacov.

“Muchas gracias”, dijo el rey. “Gracias por los etroguím que salvaron mi vida”.

Luego le contó a Iaacov que había creído que moriría porque necesitaba los etroguím para curarse y nadie había podido ayudarle. “Recibirás una recompensa”, dijo el rey. Ordenó a sus sirvientes que llenaran la bolsa de Iaacov con dinares de oro. Luego, ordenó a otro sirviente que preparara los caballos y la carroza real para conducir a Iaacov de vuelta a su hogar con su mujer e hijos.

Ustedes ya podrán imaginar qué ocurrió luego. Todos se alegraron al ver que Iaacov volvía sano y salvo…

¡Que este Rosh Hashaná no falte un rico Leicaj de miel!

Ingredientes:
-2 huevos
-¾ vaso de miel
-1 vaso de azúcar
-1 vaso de aceite
-1 cucharadita de canela
-1 cucharadita de bicarbonato de sodio
-1 cucharada de polvo de hornear
– 2 ½ vasos de harina
– 1 vaso de cafe (hecho con 2 cucharitas de cafe)

Procedimiento:

Precalentar el horno a fuego medio bajo.

Mezclar todos los ingredientes hasta que se forme una preparación homogénea y sin grumos.
Colocar en budineras previamente aceitadas y cocinar 20 minutos aproximadamente hasta que salga el escarbadiente limpio.