El agua que se secó completamente

En la Hagadá de Pésaj alabamos a Di-s por los milagros que nos realizó en la salida de Egipto. Entre las alabanzas decimos: “Cuántos niveles de favor nos ha concedido el Omnipresente”. Una de ellas dice: “Si hubiera partido el mar para nosotros y no nos hubiera hecho pasar por él en seco -Daieinu- hubiera sido suficiente!”. 

Nos explica sobre esto el Abudraham, que aquí agradecemos a Di-s haber cruzado el mar por un camino totalmente seco, sin haber siquiera residuos de agua y barro. Sin duda hubiera sido suficiente partir para nosotros el mar, aunque hubiera quedado allí algo de lodo.

Se plantea el interrogante: ¿Acaso este tipo de favor fue tan importante como para nombrarlo entre estas alabanzas, que incluyen la partición del mar, la entrega de la Torá, la entrada a la Tierra de Israel o la construcción del Beit Hamikdash? ¿Qué hay de extraordinario en que Di-s nos haya evitado pisar el barro?

DESPUÉS DE LA PLEGARIA 

Esto se comprenderá de acuerdo al significado místico de Kriat Iam Suf, la partición del mar. Una de las diferencia entre el mar y sequedad consiste en que en la superficie todo está revelado y al descubierto, mientras que el mar cubre y oculta lo que hay dentro de él.

“Mar” en un sentido más amplio representa a los “mundos supremos espirituales”que permanecen ocultos ante nuestros ojos y captación. Y esa es la esencia mística de la partición del mar: se rompió el ocultamiento y quedaron al descubierto los mundos superiores. Por eso todos mostraron con el dedo y proclamaron “Este es mi Di-s” y lo que vio una esclava de Divinidad en el cruce del mar no lo vio siquiera Ezequiel, el grande entre los profetas.

También en el servicio a Di-s del hombre, existe el proceso de Kriat Iam Suf. Cuando reza, la persona se encuentra en un estado de subordinación y nulidad frente a Di-s. La Luz Divina brilla en su alma. Pero luego, cuando se dedica a los asuntos mundanos, este sentimiento queda oculto y gana espacio el ego. Es necesaria entonces “la partición del mar”- que la Verdad Divina que está oculta en su fuero interior irradie en su persona a lo largo de todo el día.

LA FUERZA FUE ENTREGADA 

En esto consiste la alabanza a Di-s de “nos hizo cruzar por el mar en lo seco” y no quedó nada de barro y lodo. La permanencia del lodo implica que queda aún un poco de agua; que tapa sobre el fuero interior. Es decir, queda un “ocultamiento”. Aunque sea que se trata de una medida mínima, pues en su mayoría logramos que nuestra Divinidad interior nos ilumine también en “lo seco”- lo mundano y terrenal. En lo que hace a nuestra conducta brille la Luz Divina durante todo el día, solo que en lo que hace a nuestros sentimientos internos puede perdurar el ego frente a Di-s.

Este es el gran favor que Hashem nos hizo partiendo el mar sin que quede nada de lodo. Nos dio la fuerza de anular totalmente el mal interior. En la revelación Divina que tuvo lugar durante Kriat Iam Suf nos prodigó de fuerza -para todas las generaciones- para lograr una conciencia plena de “colocar frente a mí a Di-s siempre” de manera tal que todos los aspectos de nuestra vida terrenal se vean como nulos frente a la presencia de Di-s.

Likutei Sijot, tomo 3, Pág. 1016.

El séptimo día de Pésaj

El séptimo día de Pésaj, Shevishel Pésaj, no se considera una Festividad por sí misma, como es el caso de Sheminí Atzeret, el octavo día de Sucot.

Por el contrarío, este día constituye la conclusión de la Festividad de Pésaj y por ende no recitamos la braja Shehejeianu en el Kidush ni en el encendido de las velas.

El séptimo día de Pésaj marca el día en que muchos milagros fueron realizados para nuestros antepasados en el lam Suf.

La Torá (Éxodo 12:15) expresa: El séptimo día será declarado santo para vosotros; ningún trabajo se hará en él. En la mayoría de las veces que la Torá hace referencia al primer día de Pésaj, se hace mención del Éxodo de Egipto.

Sin embargo, al hablar sobre la observancia del séptimo día de Pésaj, no se hace ninguna referencia al milagro de la partición del mar que tuvo lugar en ese día. 

Además, cuando la Torá relata este milagro en parshat Beshalaj, ¡no se hace mención alguna del día en que ocurrió! Como ya hemos visto, las Festividades no fueron dadas al pueblo de Israel para marcar la caída de sus enemigos, sino más bien para conmemorar la salvación de la nación judía.

El Santo, bendito sea, no se alegra con la destrucción de los malvados, y nosotros, por ende, tampoco hemos de celebrar este hecho. Al pueblo de Israel se le ordenó observar el séptimo día de Pésaj como festivo aún antes de que éste supiera que los egipcios tenían por destino perecer ahogados en el mar en este día. Es por ello que la Torá hace caso omiso de la relación entre el séptimo día de la Festividad y la partición del mar.

La esencia de la celebración de este día es la canción que Moshé y todo el pueblo junto entonaron por inspiración Divina; un cántico que tuvo el privilegio de ser incluido en la Torá, uno que Di-s y Sus huestes celestiales oyeron.

Aunque la Torá no consideró importante mencionar la fecha en que los egipcios fueron tragados por el mar, una tradición oral trasmitida por los Sabios sustenta esta afirmación y una vez que se permitió escribir la Torá Oral —conocimientos que son trasmitidos oralmente—, este hecho quedó también registrado para todas las generaciones sirviendo de fuente escrita para ello. 

Extraído de “Nosotros en el tiempo” editorial Kehoté

La cuenta del Omer

El mandato bíblico de contar el ómer


La Torá escribe: “Y contaréis desde el día siguiente del Shabat , desde el día en que ofrecéis el omer [ofrenda] elevada, siete semanas completas serán; hasta el día siguiente de la séptima semana contaréis cincuenta días” ( Levítico 23: 15-16).

Estos versículos nos ordenan contar siete semanas desde el momento en que el omer, la ofrenda de cebada nueva, fue traído al Templo, es decir, desde el día dieciséis de Nisán.

Comenzamos nuestro conteo en la segunda noche de Pésaj (la noche del segundo Seder en la Diáspora) y continuamos hasta Shavuot.

En realidad contamos cuarenta y nueve días, pues nuestros Sabios tenían una tradición que decía que el uso de la palabra cincuenta en la Torá significaba hasta el quincuagésimo día.

El conteo del Omer es una mitzvá anual . Todos los días, durante siete semanas (49 días), contamos cuánto tiempo ha transcurrido desde el segundo día de Pésaj

(16 de Nisán ).

El “Omer” es una antigua unidad de medida de grano (equivale aproximadamente a 43 oz). El primer día del conteo del Omer (el segundo día de Pésaj ), se ofrecía un omer de cebada de la cosecha fresca en el Sagrado Templo y, a partir de ese día, se permitía consumir el grano de la nueva cosecha.

 

Es la única mitzvá que dura 3 meses

El Omer se cuenta de noche, estando de pie, a continuación de la plegaria nocturna, Maariv (también llamada Arvit).

La bendición:

Baruj ata Ad-o-nai, Eloheinu melej haolam, asher kideshanu bemitzvotav, vetzivanu al Sefirat haOmer.

Bendito eres Tú, Ad-o-nai nuestro Di-s, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus mandamientos y nos ha ordenado lo concerniente a la Cuenta del Omer.

Hoy es …… días del Omer.

Que el Misericordioso restaure el Beit Hamikdash a su sitio, rápidamente en nuestros días; Amén.

Para el Director del Coro; un canto con música instrumental un Salmo. Di-s tenga gracia con nosotros y nos bendiga, que haga resplandecer Su semblante sobre nosotros para siempre; para que sea conocido Tu camino en la tierra, Tu salvación entre todas las naciones. Las naciones Te alabarán, Di-s, todas las naciones Te alabarán. Las naciones se alegrarán y cantarán jubilosamente, pues Tú juzgarás a los pueblos con justicia y guiarás a las naciones de la tierra para siempre. Los pueblos Te alabarán, Di-s; todos los pueblos Te alabarán, pues la tierra habrá rendido su fruto, y Di-s, nuestro Di-s, nos bendecirá. Di-s nos bendecirá; y todos, desde los más remotos rincones de la tierra, Le temerán.

Te imploramos, con el gran poder de Tu diestra, que liberes al cautivo.

Acepta la plegaria de Tu pueblo; fortalécenos, purifícanos, Reverenciado.

Poderoso, Te imploramos, guarda como la niña del ojo a aquéllos que procuran Tu Unicidad.

Bendícelos, purifícalos; concédeles por siempre Tu misericordiosa rectitud.

Poderoso, Santo, en Tu abundante bondad, guía a Tu congregación.

Único y Soberbio, vuélvete hacia Tu pueblo que recuerda Tu santidad.

Acepte nuestra súplica y escucha nuestro clamor, Tú que conoces los pensamientos secretos.

Bendito sea el nombre de la gloria de Su reino por siempre jamás.Amo del universo, Tú nos has ordenado por medio de Moshé, Tu servidor, contar Sefirat HaOmer, a fin de purificamos de nuestra iniquidad e impureza. Tal como has escrito en Tu Torá “Contaréis para vosotros desde el día siguiente al día de descanso, desde el día en que traéis el Omar como ofrenda mecida, [la cuenta será] siete semanas completas. Hasta el día posterior a la séptima semana contaréis cincuenta días”, a fin de que las almas de Tu pueblo Israel sean purificadas de su impureza. Por consiguiente, sea Tu voluntad, Ad-o-nai nuestro Di-s y Di-s de nuestros padres, que en mérito  del Sefirat HaOmer que conté hoy, sea rectificado el daño que he causado en la sefirá …(especifíque la sefirá que corresponde a ese día), y que yo sea purificado y santificado con la santidad suprema. Que de este modo se conceda abundante generosidad sobre todos los mundos. Que rectifique nuestro néfesh, rúaj y neshamá de toda bajeza y defecto, y que nos purifiques y santifique con Tu suprema santidad. Amén, séla.

La Cabalá de la Keara

De acuerdo con el Ari Z”L (Rabí Itzjak Luria), la Keará representa las diez Sefirot (emanaciones Divinas).

El plato mismo, cuando se hace de la plata o de oro, representa la sefirá de Maljut (reinado). Las tres matzot, colocados a la cabeza de la Keará representan las sefirot de Jojmá (sabiduría), Biná (Entendimiento intuitivo), y Daat (sentido común).

En la esquina superior derecha de la Keará está el zeroa (pata de cordero, o cogote de pollo asado) que representa a la sefirá de Jesed (bondad). En la esquinas superior izquierda es la Beitzá (huevo duro), que representa a Gevurá (fuerza).

En el centro de la Keará está el maror (hierva amarga, rábano picante) que representa a la sefirá de Tiferet (Belleza / Armonía). Esta es una mezcla de Jesed y Gevurá, tal vez como el maror que comienza dulce y se convierte en amargo.

El jaroset, colocado debajo del zeroa, representa a Netzaj (Victoria). El Karpas (cebolla o papa hervida) representa la sefirá de Hod (Magnificencia).

¿Por qué el zeroa es asociado con Jesed y la Beitzá con Gevura?

La palabra hebrea zeroa nos recuerda el zeroa netuiá, el brazo extendido, el Jesed es la bondad Divina que nos fue mostrada, que nos trajo nuestra salvación. La Beitza es un alimento tradicional de duelo, cuya forma ovalada representa el círculo de la vida con sus altibajos. El huevo se asocia con Guevurá, un tiempo de pérdida, cuando hay un aparente ocultamiento de la bondad.

Por: Malkie Janowski

Janucá: Gran Acto Central de Jabad Argentina este martes en Palermo

Pocas horas después de la final de la copa del mundo, este domingo por la noche comienza Janucá, la Fiesta de las Luminarias, que dura 8 días hasta el lunes 26 de diciembre por la tarde. Janucá celebra la victoria y el milagro de los macabeos y tendrá el martes 20 su tradicional Acto Central en la Plaza República Oriental del Uruguay, Av. Del Libertador y Austria, a las 19.30 horas. El encuentro es abierto a toda la comunidad y contará con un espectáculo artístico para disfrutar en familia, la música de Lionel Mizrahi y su orquesta, la presentación de Anshil Eichbaum, un gran show de luces y el encendido de las tres primeras velas del enorme candelabro de Palermo. Para quienes no puedan concurrir a la plaza se podrá ver en vivo en www.janucalive.com 

Como cada año, el Acto Central de Janucá es una cita para toda la Ciudad de Buenos Aires. El evento, de entraba libre y gratuita, contará con la presencia de destacadas personalidades de la sociedad y la política que se suman a este festejo del milagro, el coraje y la esperanza, y al encendido comunitario de la Janukiá -candelabro de Janucá-. En caso de lluvia, el acto se realizará el miércoles 21. En un año de Hakhel como es este 5783, año de unión, el evento tiene un valor adicional que destaca la fuerza del encuentro. 

Jánuca conmemora el coraje de un pequeño grupo hebreo, los macabeos, que se rebeló contra el ejército de Antíoco cuando éste prohibió la observancia del judaísmo. El milagro de su triunfo fue seguido por el del aceite al encender la menorá (candeladro ritual) del recuperado Templo Sagrado de Jerusalem: lo que debía durar una jornada fue suficiente para iluminar durante 8 días. Por este motivo la costumbre es encender velas, comenzando por una la primera fecha y completando la junukiá de ocho velas la última noche. Se enciende la luz para terminar con los días oscuros y recordar que los milagros son posibles. Todos están invitados a disfrutar de esta gran fiesta de los milagros y la luz

Un cargamento poderoso

Si miramos hacia atrás veremos que salimos al camino plenos de contenido y de vivencias espirituales variadas.

De Rosh HaShaná nos llevamos la recepción del yugo Divino. En este día todos nos paramos frente a Di-s, tocamos el Shofar y coronamos nuevamente sobre nosotros al Todopoderoso.

En Iom Kipur dejamos al descubierto la fibra más íntima que se esconde dentro nuestro. Revelamos que todos somos iehudim plenos de fe y amor a Di-s. Todos sentimos que somos Sus hijos.

La festividad de Sucot nos otorgó la oportunidad de comprender más profundamente a las diferentes partes del pueblo judío. Entendimos que no existen judíos que valgan más que otros. Comprobamos que sin la aravá (sauce) no tienen sentido el etrog, el lulav y el hadás. Nos es más fácil entender acerca de la unión de Israel.

Finalmente llegó Simjat Torá. El maravilloso día en el que todos bailamos con la Torá. Eruditos, iletrados, personas honorables, gente sencilla. Nos alegramos de tener la Torá y manifestamos el amor que sentimos hacia el extraordinario obsequio que Di-s nos dio.

Con todo este enorme cargamento volvemos a lo profano, para que lo transformemos en sagrado. Por eso es importante salir al camino con “provisiones” de buenas decisiones, la resolución de comportarnos diferente y mejor este año.

Debemos prepararnos para la llegada del Mashiaj, que hará su entrada muy pronto en nuestros días!



La shlisel jalá, la llave en la jalá

Hay una costumbre llamada en idish, “Shlisel Jalá (llave).” Insertamos una llave de la puerta de la casa, o damos forma a nuestras jalot de una llave, para significar que entendemos que nuestras necesidades básicas de la vida, así como nuestras comodidades están almacenadas para nosotros en el Cielo detrás de puertas cerradas. Todo lo que tenemos que hacer es pedir a Hashem, Todopoderoso, para desbloquear las puertas y llenar nuestros hogares con bendición.

¿Por qué hacemos una Shlisel Jalá el Shabat después de Pesaj?

Es apropiado porque en la primavera, poco después de Pesaj, los Benei Israel finalmente entraron en la Tierra de Israel. Fue un momento de transición en las estaciones, así como en la forma en que recibimos nuestro sustento. Estuvimos comiendo el Man del Cielo y ahora teníamos que empezar a comer del fruto de la tierra, alimentos que parecen venir a nosotros como un resultado directo de nuestro propio esfuerzo.

Al colocar una llave en nuestra jalá en la misma época del año, estamos diciendo que la llave sólo pertenece a Hashem. Y así como Él abrió las puertas de sustento para proveer a nuestros antepasados en esos días en la Tierra de Israel, que así Él nos proporcione nuestras necesidades ahora, donde quiera que estemos.

(TheKosherplanet.com)

Milagros

Era la noche de Pésaj. Las velas se encendieron, la casa brillaba, y la mesa festiva fue preparada. Toda la familia vestía su ropa más fina. Los niños no podían esperar a que empezara el Seder, pero el padre parecía un poco triste.

¿Qué le molestaba? Sólo había encontrado a dos iehudim para invitar, en lugar de la docena usual. El Seder no sería el mismo. El padre, un judío adinerado repartía enormes sumas de tzedaká (caridad).

En su empresa empleaba a muchas personas, y siempre intentaba crear más fuentes de trabajo. Su casa estaba abierta a los pobres y necesitados, y cada Shabat y fiesta se llenaba de invitados. Sin embargo, este año, el clima había sido terrible, y los caminos estaban vacíos. Por ello, había pocos extraños para invitar.

De repente, alguien golpeó a la puerta. Esperando que pudiera tratarse de un invitado, el hombre corrió para abrirla. “He perdido mi camino en la nieve,” el extraño se disculpó. “Le pido, como un simple judío que por favor me permita participar en su Seder de Pésaj.” “Es usted bienvenido!” el judío adinerado contestó alegremente. La gastada ropa del extraño estaba completamente mojada. Los dientes del pobre rechinaban.

El padre pidió a uno de sus hijos que trajeran rápidamente una muda de ropa para cambiarse, pero el extraño insistió en que no era necesario. “La ropa que visto está bastante bien. Además, estoy seguro que se secará cuando retornemos del Templo”. Todos se preguntaron por qué el extraño era tan renuente a partir con su ropa sucia.

El hombre puso su mochila en el suelo y se fue a la Sinagoga con su anfitrión. Cuando vinieron a casa, los niños notaron que su padre estaba tratando a este invitado con mucha deferencia. Este fue ubicado a la cabeza de la mesa, y el padre siguió sonriéndole como si fueran viejos amigos. “Maguid” el padre anunció, y todos empezaron a recitar la Hagadá.

Todos, es decir, salvo el extraño que no abrió su boca. El hombre ni siquiera daba vuelta las páginas. De vez en cuando, parecía como si estuviera durmiendo… Cuando llegó el momento de la comida, el extraño se irguió. Sus modales en la mesa eran atroces. Llenaba su boca con comida, tomaba las cosas con las manos, y pedía repetir.

Pero el anfitrión continuó tratándolo respetuosamente y sirviéndole todo lo que pedía. Después de que la tercera copa de vino fue vertida y estaban a punto de recitar las gracias después de las comidas, el padre pidió atención a todos. “Niños” dijo, “esta noche es una mitzvá contar la historia del Éxodo. También es un tiempo apropiado para recontar los milagros que uno ha experimentado personalmente…” Y procedió a relatar un evento que le había pasado años atrás, cuando una vez había salido de viaje comercial con otros dos judíos.

Después de varias horas, debido a una fuerte tormenta de nieve, su carro y dos caballos aparecieron en medio de un bosque. Estaba completamente oscuro. “De repente, vimos una luz en la distancia. Estábamos alborozados cuando descubrimos que había una casa, pero nuestra alegría no duró demasiado.

Nos habíamos topado con la guarida de un grupo de ladrones. “Inmediatamente tomaron mi dinero y el reloj de oro con cadena. Los ladrones decidieron que debían matarme. Pedí por mi vida, pero sin efecto. “En ese momento, entró un hombre y preguntó de qué trataba todo esto. ¡Cuando me vio atado en el suelo dijo: ¡Déjenlo ir!

Si él muere, muchos otros morirán con él ‐todos los obreros que el emplea y todas las personas pobres que apoya. Trabajé para él, y puedo decirles de primera mano que es un hombre bueno. Déjenlo ir. Háganlo por mí”

“A la mañana nos permitieron salir. El hombre que salvó mi vida nos acompañó hasta llegar al camino. Si quieren saber su identidad, está sentado a mi lado…” ¡Los niños miraron la silla de al lado de su padre ‐ pero estaba vacía! No habían notado que el extraño había desaparecido. Lo buscaron, pero no lo hallaron. Dada la prisa, se había olvidado de llevar su mochila. Después de Iom Tov la abrieron, y encontraron el reloj de oro y su gruesa cadena y algo de dinero.

Venta del Jametz

Dado que está prohibido poseer Jametz en Pésaj, cualquier Jametz que no se deseche debe venderse a un no judío.

Todo ese Jametz, así como todos los utensilios de Jametz que no hayan sido limpiados a fondo, deben guardarse. El área de almacenamiento debe estar cerrada con llave o cinta adhesiva durante la festividad.

Dado que hay muchas complejidades legales involucradas en esta venta, un rabino actúa como nuestro agente tanto para vender el Jametz al no judío en la mañana antes de Pésaj, como también para volver a comprarlo en la noche después de que finaliza Pésaj.

La ley judía requiere que su Jametz se venda antes de la fecha límite especificada para el lugar en el que estará el propietario el día antes de Pésaj.

 

LA QUEMA DEL JAMETZ
Procedemos a eliminar todo el Jametz que encontramos la noche anterior a Pésaj, quemándolo la mañana antes de la festividad.

COMESTIBLES
Debemos tener sumo cuidado en cuanto a los alimentos, productos de limpieza y aseo y los cosméticos que consumimos y utilizamos durante Pésaj. Utilice sólo productos que tengan visible la leyenda Kasher LePesaj y la firma o sello de un rabino responsable, el cual acredite que estos productos son “Kasher para Pésaj” Encontrará toda clase de productos para Pésaj en los almacenes kasher.

¿Por qué Hamentash?

Este puede ser un caso de identidad equivocada. Los pasteles de Purim originalmente se llamaban mohntashen, que significa “bolsillos de semillas de amapola”. Hoy en día, la mayoría de los hamantashen se rellenan con mermelada, pero la semilla de amapola solía ser el relleno más popular. Fue un breve salto lingüístico de mohntashen a hamantashen, ya que la gente suponía que había una conexión entre la comida que se comía en Purim y el villano de la historia de Purim.

Los judíos siempre pueden encontrar un alimento para contar una historia. La verdadera razón para comer hamantashen es que simbolizan la naturaleza misma del milagro de Purim.

Si lees la historia de Purim, notarás que fue una serie de aparentes coincidencias las que salvaron al pueblo judío de la aniquilación. No hubo milagros abiertos, ni mares divididos, ni plagas, solo algunos giros y vueltas de la historia que, vistos como eventos separados, parecían bastante naturales. Solo al final de la historia se reveló que había ocurrido un milagro.

El exterior del hamantash es masa. El verdadero sabor se esconde en el interior. Más allá del barniz muy común está el corazón del hamantash, rebosante de dulzura.

Nuestras vidas son muy parecidas. A veces parece que estamos siendo empujados y tirados por fuerzas accidentales. Nos suceden cosas que parecen fortuitas y aleatorias; parece que no hay un sistema establecido, ninguna dirección hacia este universo frío y duro.

Esto no es verdad. Hay un sistema. Pero está escondido. Debajo de la superficie hay una mano dulce y un corazón cálido que dirige el universo.

Rara vez llegamos a ver esta mano. Purim es un día en que se reveló, cuando se abrió una grieta en la capa exterior de la naturaleza y vislumbramos lo que hay más allá.

Purim nos recuerda que todas esas coincidencias no son coincidencias, y nada es al azar. Todavía estamos en el medio de nuestra historia, por lo que es difícil ver la imagen completa. Pero al final veremos que todo es un gran hamantash.