Generaciones

Iaacov, hijo de Itzjak y Rivka, hermano mellizo de Esav y tercer patriarca del Pueblo Judío, nació en el año 2108 desde la Creación y vivió 147 años. Sus doce hijos formaron las doce tribus del Pueblo de Israel.

Rivka estuvo casada por veinte años sin tener hijos. Otras mujeres que tuvieron que esperar muchos años antes de tener hijos fueron: Sara, quien debió esperar 75 años por Itzjak; Rajel, quien debió esperar 14 años, y Janá, quien aguardó 19 años hasta el nacimiento de Shmuel.

Rivka tuvo un embarazo muy molesto. Cuando consultó a Shem – hijo de Noé y tzadik de la época – sobre el particular, éste le comunicó que llevaba mellizos en su vientre y que éstos darían origen a dos naciones: Iaacov a Israel y Esav, Roma.

Estas dos naciones tendrán objetivos diferentes. Una estaría orgullosa de su Torá, la otra, de su riqueza. Ambas generarían grandes emperadores: Israel daría al rey Salomón, quien construiría el Gran Templo de Jerusalem, y Roma, a Adriano, quien lo destuiría.

Esav es nombrado por sus padres; en cambio, Iaacov es nombrado directamente por Di-s.

Hasta los 13 años no existieron diferencias entre Esav y Iaacov; estas se hicieron evidentes luego de esta edad, cuando Iaacov se dedicó al estudio de Torá y Esav a la caza.

Esav hacía creer que observaba las mitzvot, cuando en realidad no las cumplía y además se comportaba como un malvado. El único precepto que cumplía era el de honrar a su padre.

Esav le vendió su primogenitura a Iaacov por un plato de lentejas, pues no le daba importancia al privilegio que tenía el primogénito de cada familia de ser honrado como Cohén y de continuar la tradición de Abraham e Itzjak, como lo hará luego Iaacov.

Esav prefirió el placer temporal a los valores eternos de la Torá. Itzjak bendijo a Iaacov creyendo que era Esav, por su ceguera y por las pieles que Rivka había puesto en el cuerpo de Iaacov, siendo esto parte del Plan Divino.

La bendición por la que Iaacov prevalecería sobre las demás naciones estaba sujeta al cumplimiento y al estudio de la Torá. Si violaba la Torá, serían los descendientes de Esav los que dominarían.

El odio de Esav a Iaacov es una halajá (ley) de la Torá en la que se encuentran los orígenes más remotos del antisemitismo. Ello nos enseña que no es la emulación de la conducta de los demás pueblos, ni la asimilación, ni la adulación a los no judíos, lo que determina las buenas relaciones con los demás pueblos. Sólo existe un método para combatir el antisemitismo y es, tal como está expresado en la bendición de Itzjak, el cumplimiento de la Torá, para impedir que prevalezca la descendencia de Esav.

“El dolor constriñe la mente, eclipsa tus inquietudes, hace que te olvides de tu sagrada misión en la vida. Si el dolor se presenta, recuerda que es sólo una puerta transitoria que necesitas atravesar”.

Según la Cábala, Abraham representa la bondad. Tuvo dos hijos, Ishmael e Itzjak, lo cual demuestra que una bondad excesiva puede ser dañina. Itzjak es la personificación de la severidad, de la fortaleza, también él tuvo dos hijos, Iaacov y Esav. Éste último representa el lado impuro del rigor, el orgullo, el egoísmo, el odio al prójimo. Iaacov representa la combinación armoniosa de bondad y severidad, personificando la “majestuosidad” que, a través de sus doce hijos, da lugar a las doce tribus de Israel.

Kislev, mes de milagros y liberación

Arco Iris

El símbolo astrológico del mes de Kislev es el arco, como el arco iris que se ve en el cielo cuando llueve en un día soleado. En efecto, el primer arco iris que se vio después del Diluvio, apareció en el mes de Kislev.

El versículo expresa (bereshit 9:12-13): “Y dijo Di-s, esta es la señal del pacto que he puesto entre Mí y vosotros, y entre todo ser viviente que esta con vosotros para la eternidad. Mi arco he puesto en las nubes, y será la señal de pacto entre Mí y la tierra”.

Estas palabras fueron dichas a Nóaj al principio o hacia la mitad del mes de Kislev, pues Nóaj salió del Arca el día 28 de Jeshván. Luego construyó un altar, como expresa el versículo (ibid. 8:20): “Y Noaj construyó un altar para Di-s y tomó de todo animal puro y de toda ave pura, y sacrificó holocaustos sobre el altar”. Esto tuvo lugar durante los últimos días del mes de Jeshván. Al comienzo del mes de Kislev, Di-s bendijo a Nóaj; le permitió comer carne, le prohibió el derramamiento de sangre humana, estableció con él un pacto de vida, y le mostró el arco iris.

¿Cuántos días es Rosh Jodesh?

Rosh Jodesh Kislev se celebra a veces durante dos días y otras durante uno solo. El mes de Jeshván puede ser completo (de 30 días) o incompleto (de 29 días). Cuando Jeshván es completo, como este año, Rosh Jodesh Kislev consta de dos días -el 30 de Jeshván y el 1 de Kislev-. Cuando Jeshván es incompleto, Rosh Jodesh Kislev consta de un solo día, el 1 de Kislev.

Cuando los meses eran consagrados por el beit din (Tribunal) en base al testimonio de testigos que habían visto la Luna Nueva, la corte enviaba mensajeros hacia todas las comunidades alejadas de Jerusalén para informarles sobre la consagración del nuevo mes. Estos emisarios eran enviados solamente en aquellos meses que contenían alguna festividad, para que dichas comunidades supieran cuándo debían celebrarla. Desde la época de los Jashmonaim en adelante, cuando el beit din consagraba el mes de Kislev, los mensajeros salían de Jerusalén para anunciar acerca de la santificación y cuándo acaecería Jánuca, pues también esta, es considerada una Festividad pese a que su observancia es de origen rabínico.

Un nuevo mes

Todo inicio puede ser una oportunidad de arrojar las cargas del pasado. El nuevo mes, el nuevo año, e incluso cada nuevo día pueden ser utilizados como un fresco comienzo.

Pero las oportunidades son simplemente eso. Nosotros podemos sacar ventaja de ellas para hacer un inventario moral de nuestro pasado y deshacernos de todo rasgo de carácter inapropiado. Podemos hacer los cambios necesarios que nos permitirán estar libres de culpa grave. O podemos dejar escapar las oportunidades, y caminar laboriosamente adelante como antes, bajo la opresión y depresión que nos impide maximizar nuestro potencial y disfrutar la vida hasta la plenitud.

Di-s nos concede oportunidades. Si nosotros las utilizamos o no es nuestra elección.

Costumbres de Rosh Jodesh

1. Se agrega una plegaria adicional durante los servicios de la mañana llamada “HALEL”.

2. Se lleva a cabo una lectura especial de la Torá durante los Servicios de la mañana.

3. Se agrega una plegaria adicional llamada “IAALÉ VEIABÓ” durante la Amidá y el Agradecimiento después de las Comidas (Birkat Hamazón).

En algunas congregaciones Sefardíes se enciende una vela en la víspera de Rosh Jodesh.

Adicionalmente, los judíos no se cortan el cabello ni ayunan en Rosh Jodesh debido a su “santidad”.

Las mujeres judías tienen una conexión especial a Rosh Jodesh y por consiguiente se abstienen del trabajo extra en ese día.

Algunos sucesos históricos que ocurrieron en el mes de Kislev

El 13 de Kislev de 499 falleció Ravina, co-editor del Talmud babilonio.  Su muerte marca el final del período talmúdico.

El 14 de Kislev (16 de diciembre de 1948) comenzó el primer plan de la operación “Alfombra mágica”, que consistío en transportar judíos yemenitas a Israel.

El 7 de diciembre de 1237, falleció Rabí Abraham Maimon Ha Naguid, hijo de Maimonides, autor de Miljamot Hashem.

El 14 del año 1928  Rabí Menajem Mendel Schneersohn, contrajo matrimonio con la Rebetzin Jaia Mushka, hija del Rebe Anterior.

El 19, el notable discípulo del Baal Shem Tov, Rabí Dovber, el Maguid (predicador) de Mezritch, falleció en el año 5533 (1773).

26 años después, en la misma fecha, Rabí Shneur Zalman, su discípulo, recitaba los Salmos en la prisión de Petesburgo. Cuando sus labios llegaron al versículo (55:19) “Di-s redimió mi alma en paz”, fue puesto en libertad. Esta fecha corresponde al 27 de noviembre del año 1798. 

Reuben, el primer hijo del Patriarca Iaakov, fue circuncidado el 21 de Kislev. Al año siguiente, en la misma fecha, nació su hermano Simón.

Todos los judíos de Nuremberg fueron asesinados y quemados durante la Peste Negra el 24 del año 5110 (1350). Como en muchas otras ciudades Europeas, los habitantes enloquecidos y coléricos, culparon a los judíos de la peste bubónica.

* Se terminó la fundación del Segundo Templo en el 520 antes de la era común.

* El Profeta Jagai, predijo en ese mismo año, la caída del Imperio Persa y la salvación de Israel.

Un 25, ocurrió el milagro de Janucá, en el año 3597, (163 antes de la era común).

Extraído de “Nosotros en el tiempo” Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana 

Vida después de la vida

Nuestra Parashá, en su totalidad, trata sobre sucesos ocurridos posteriormente al fallecimiento de Sará, la matriarca: la adquisición de la Cueva de Majpelá, con el fin de sepultarla allí; el casamiento de Itzjak con Rivka, a través del cual él se consuela por la muerte de su madre; y finalmente se relata sobre el casamiento de Ketura (que era Hagar, la otra esposa de Abraham) y sobre la descendencia de Ishamel. Esto genera gran asombro sobre lo apropiado del nombre de la Parashá- la vida de Sará, que representa todo lo opuesto a lo que la misma relata. Es sabido, que el nombre de una parashá de la Torá es absolutamente exacto, por ende debemos decir que sí existe una profunda relación entre lo relatado en la parashá y el verdadero sentido de “la vida de Sará”.

EL TIPO DE VIDA

La verdadera vida es eterna. No concluye en el instante de la muerte, sino que continúa y encuentra su expresión en la descendencia del fallecido, y en los sucesos que tienen lugar posteriormente en este mundo. Desde esta perspectiva, son justamente los acontecimientos acaecidos post muerte los que dan testimonio del nivel y calidad de la vida de la persona fallecida, puesto que es ahí donde se comprueba la verdadera esencia de esa vida, si realmente era eterna, vida en su sentido más cabal. Nuestros Sabios z”l declararon: “Iaakov el Patriarca no murió”, y explican- “así como su cimiente está con vida, también él está con vida”. Es decir, cuando la descendencia continúa con su camino, sabemos que “también él está con vida”. Así también, es justamente en nuestra Parashá, que relata los sucesos que tuvieron lugar luego del fallecimiento de Sará, la que nos permite apreciar la eternidad de su vida. Vemos a Rivka como continuadora del camino de Sará (en el lenguaje de la Escritura: “y la trajo Itzjak a la carpa (de) Sará su madre”, sobre lo que Rashi comenta “y ella fue cuál Sará su madre”) y generadora nuevamente de los tres milagros que tenían lugar durante su vida. Más aún: todos los sucesos de la parashá dan cuenta de que la línea de pensamiento de Sará es la que se impuso.

SARÁ Y ABRAHAM

Aquí es necesario distinguir entre Sará y AbrahamSará fue la madre de Itzjak específicamente

Desde que él nació, Sará aspiraba a que el flujo Divino se dirija sólo hacia él, siendo Itzjak el símbolo de la santidad. En contraposición a ello, Abraham fue también el padre de otros pueblos (Ishmael y los hijos de Ketura), y brindó de sí a todos sus hijos. Sará quiso echar al “hijo de la sierva”; pero Abraham sufrió su expulsión y rezó también por Ishmael. 

Lo ocurrido en nuestra parashá brinda testimonio sobre lo correcto del camino de Sará concretamente. La parashá abre con el relato de la Cueva de Majpelá

Inicialmente la Cueva era el lugar de sepultura de Adam y Java, padres de toda la especie humana. Vemos que aquí Abraham adquiere la Cueva para sepultar a Sará, y efectivamente ahí fueron sepultados sólo los Patriarcas y las Matriarcas del pueblo de Israel, tal como fue el deseo de Sará, que pretendía que la Divinidad se direccione sólo hacia Itzjak.

LA CONTINUIDAD- EL PUEBLO DE ISRAEL

A eso se agrega el segundo episodio, la misión de Eliézer: Sobre Eliézer, el fiel alumno de Abraham, está escrito que él “extraía y daba para beber a otros de las enseñanzas de su maestro”. 

Fue también merecedor de muchos milagros. Con todo ello, sin embargo, cuando quiso que Itzjak se case con su hija, no fue respondido favorablemente y Abraham le contestó: “Mi hijo es bendito, y tu eres maldito, y un maldito no se apega a un bendito”. 

También el final de la parashá es prueba de ello. La Torá dice: “Y Abraham entregó todo lo suyo a Itzjak”, mientras que a los hijos de las concubinas les dio regalos “y los mandó de Itzjak su hijo”. 

Con esto nos prueba la parshá en su totalidad lo correcto que era el camino de Sará, que vio la continuidad específicamente a través de Itzjak su hijo, y solicitó traspasarle el flujo Divino. Es por ello que la parashá se llama “La vida de Sará”, puesto que precisamente en ella descubrimos la condición eterna de su vida, y la rectitud de su camino.

(Likutei Sijot Tomo 15, pág. 145)

Jaiei Sará: la vida de Sará 

Sara, la primera de las cuatro matriarcas (Rivka, Rajel y Lea), vivió ciento veintisiete años (1958-2085 desde la Creación). Fue hija de Harán, hermana de Lot, sobrina y esposa de Abraham y madre del segundo de los patriarcas, Itzjak.

A la edad de ochenta y nueve años, Di-s cambió su nombre de Sarai a Sara, para indicar su carácter de “princesa”, madre del Pueblo Judío.

Sara fue una de las siete profetisas del Pueblo Judío, pero fue la única a quien Di-s habló directamente. Las otras seis fueron Miriam, Devora, Janá, Avigail, Juldá y Ester. 

Itzjak nació el 15 de Nisán, el mismo día en que posteriormente se celebraría el éxodo de Egipto.

Itzjak era muy parecido a su padre Abraham y, aún cuando éste estaba viejo, se veía joven, pues hasta el tiempo de Abraham la gente no tenía signos externos de vejez: se veían jóvenes hasta la muerte. 

El valor numérico de las letras del nombre de Itzjak en hebreo es: yud (110), porque la nación que descendería de él recibiría los Diez Mandamientos; tzadik (90), porque Sara lo tuvo milagrosamente a los noventa años; jet (8) porque fue circuncidado a los ocho días de nacido, y kuf (100), porque Abraham tuvo a su hijo a los cien años. 

Para el momento del sacrificio de Itzjak (Akeidá), Abraham tenía ciento treinta y siete años. Abraham e Itzjak demoraron tres días en llegar al Monte Moriá, lugar donde debía celebrarse la akeida en el día de Iom Kipur. 

Abraham visualizó que el sitio donde iba a ser sacrificado Itzjak sería el corazón de la Ciudad Santa, donde se construiría el Templo; por tanto, llamó al lugar Hashem Iré, que significa “Di-s mirará hacia abajo desde este lugar” y dará bondad al mundo. Shem, hijo de Noé, le dio al lugar otro nombre: Shalem. Di-s decidió unir ambos nombres dando origen al toponímico Ierushalaim, la ciudad cuya bondad y santidad ayudaría a las personas a perfeccionarse. 

Cuando el rey Salomón compuso la canción Eshet Jail – que se entona todas las noches de viernes en honor a la mujer para recibir el Shabat – describió las características de la mujer virtuosa aludiendo a Sara. Todos los versos de la canción de alef a tav (de la primera a la última letra) se aplican a ella, ya que cumplió la Torá de principio a fin.

Mientras Sara vivía, las velas de Shabat permanecían encendidas de viernes a viernes; el pan era bendecido y la Shejiná (santidad) se mantenía sobre su tienda en forma de una Nube de Gloria. Esto ocurría porque Sara era meticulosa en el cumplimiento de las mitzvot específicamente encomendadas a las mujeres: encender las velas de Shabat, separar jalá y cumplir con las leyes de pureza familiar (mikvé).

A la muerte de Sara, todas estas señales desaparecieron hasta la llegada de Rebeca (Rivka), ya que ésta observaba las mitzvot con la misma precisión que lo hacía Sara. 

Cada niña de nuestro pueblo es llamada hija de Sara, Rivka, Rajel y Lea, y por tanto, tiene como herencia el maravilloso poder de iluminar su casa toda la semana al encender sus velas de Shabat, tal como lo hizo Rebeca – la esposa de Itzjak, desde los tres años de edad.

Sara fue enterrada en la Cueva de Majpelá, que Abraham le compró a Efrón, rey de los Hititas. 

En esta Parashá, se describe por primera vez un shiduj (arreglo matrimonial), cuando Elazar – por orden de Abraham – le busca esposa a Itzjak y escoge a Rivka, hermana de Laván y pariente de Abraham. 

También es la primera vez que en la Biblia se describe con detalle una boda, la de itzjak y Rivka. 

Abraham se casa de nuevo después de la muerte de Sará. Al morir, es enterrado por sus hijos Itzjak e Ishmael. 

Sara y Abraham representaron una unidad biológico espiritual que dio origen al Pueblo Judío a través de su hijo Itzjak, de quien somos continuadores los judíos de hoy.

¿Qué es la Ketubá?

La Ketubá es el contrato matrimonial que establece las obligaciones del hombre sobre su mujer. El punto central de este documento es la compensación financiera que le corresponde a la mujer en el caso en el que el matrimonio se disuelva a través del divorcio o del fallecimiento. 

El documento es firmado por testigos Kasher, pero no necesariamente por los mismos que han observado el compromiso bajo la Jupa.

De acuerdo a la mayoría de las autoridades Halájicas, la Ketubá es de decreto rabínico. Los Sabios estaban preocupados por la posibilidad de que un hombre pudiera divorciarse de su mujer. Por ello, instituyeron que ningún hombre podía casarse con una mujer, a menos que se obligase a sí mismo a pagar una suma importante en el desafortunado evento en el que él la divorcie.

Cuando un hombre judío se casa con una mujer judía, automáticamente se está obligando a su mujer en diez áreas 

Hoy en día, el formato de la Ketubá  es un formulario impreso, en donde hay que completar la fecha y los nombres de los novios y sus testigos. Antes de la boda, el rabino que oficia la ceremonia, debe llenar estos espacios y supervisar las firmas de los testigos en el documento. También hay disponibles Ketubot que son verdaderas obras de arte.

Está prohibido que una pareja viva junta, incluso temporalmente, sin una Ketubá . En el caso en el que el documento se pierda o sea destruido, o si se ha encontrado un serio error en su texto, la pareja debe inmediatamente obtener otra Ketuvá de un rabino. Esta regla se aplica durante el período de matrimonio. Por ello, es prudente guardar la Ketubá  en un lugar seguro.

Por Naftali Silberberg

¿Por qué es Eliezer, el sirviente de Abraham, anónimo?

Recuerdo haber estudiado sobre la historia de Eliezer, el sirviente de Abraham, que había sido enviado para que encontrara una esposa para Itzjak. Recientemente, fui desafiado por un amigo en encontrar cuántas veces el nombre de Eliezer estaba mencionado en esta porción de la Torá. Para mi sorpresa, ¡su nombre no es mencionado ni siquiera una vez!, ¿Por qué?

RESPUESTA:

Esa es una gran pregunta. De hecho, es una sorpresa para muchos, que la figura central de la historia no tiene nombre durante todo el episodio.

Luego de encontrarse con Rivka, y haberse dado cuenta de que ella era la indicada, le pidió permiso a su padre y hermano para que pudiera volver con él y casarse con Itzjak. Su primera declaración fue: “Soy sirviente de Abraham” (Génesis 24:34). Y durante todo su viaje, constantemente se refería como “el sirviente”.

El no haber mencionado su nombre, nos enseña que no se trataba de la persona “Eliezer”, sino de su misión. Eliezer estaba tan dedicado a Abraham que en ningún momento sus intereses personales pudieron interferir en su misión. Él era una extensión del brazo de Abraham.

Y esto era central para el éxito en su misión. Eliezer fue enfrentado con la tarea casi imposible de encontrar una “rosa entre las espinas” (Levitico Rabah 23:1). Si hubiera confiado en sus propias capacidades, no hubiese tenido éxito. Fue su constante conocimiento de que él no era nada más que el sirviente de Abraham, que lo guió a través de los desafíos y obstáculos (ver Génesis 24:12). 

Por: Eliezer Zalmanov

La raíz del Mesirut Nefesh

El fundador del movimiento Jasídico Jabad, Rabí Shneur Zalman de Liadi, relató una vez:


En Mezeritch era sumamente difícil ser aceptado como discípulo de nuestro maestro, Rabi DovBer (sucesor de Rabí Israel Baal Shem Tov, conocido también como el Maguid‐predicador‐ de Mezritch).
Había un grupo de Jasidim que, no habiendo aplicado para estudiar directamente de nuestro maestro, insistían en servir a sus alumnos: traerles agua para lavar sus manos al despertarse, barrer el suelo del vestíbulo del estudio, encender las estufas durante los meses invernales, etc.


Eran conocidos como “los fogoneros de las estufas”. Una noche de invierno, cuando me acostaba en un banco en el vestíbulo del estudio, oí por casualidad una conversación entre tres de los “fogoneros”.
Uno preguntó: “¿Qué hay de especial en la prueba del Akeidá? “¿Si Di‐s se me hubiera revelado a mí y me habría ordenado que sacrificara a mi único hijo, no hubiese obedecido?”
Contestando su propia pregunta, él dijo: “Si Di‐s me dijera que sacrificara a mi único hijo, me demoraría algún tiempo, para tenerlo conmigo durante unos días más. La grandeza de Abraham consistió en que él se levantó temprano por la mañana para cumplir con la orden Divina de inmediato”

El segundo dijo: “Si Di‐s me dijera que sacrificara a mi único hijo, yo tampoco dejaría pasar ni un momento para llevar a cabo Su orden. Pero lo haría con el corazón abatido.
La grandeza de Abraham fue que él fue a la Akeidá con el corazón lleno de alegría por la oportunidad de cumplir la Voluntad de Di‐s”

El tercero agregó: “Yo, también llevaría a cabo el mandato de Di‐s con alegría. Pero pienso que la singularidad de Abraham reside en su reacción al saber que se trataba de una prueba.

Cuando Di‐s le ordenó: “no toques al niño, y no le hagas nada” Abraham estaba alborozado ‐no porque su único hijo no moriría, sino porque estaba dándosele la oportunidad de llevar a cabo otra orden de Di‐s”.
Rabí Shneur Zalman concluyó: “¿Piensan que se trataba de una mera charla?
Cada uno de ellos estaba describiendo el grado de auto‐sacrificio (mesirut nefesh) que había alcanzado en su servicio al Omnipotente”.

Crimenes de Lesa Humanidad

Las ciudades de Sdom, Amorá, Admá y Tzevaim pecaron a tal extremo que el Todopoderoso las destruyó a todas (una quinta ciudad, más pequeña, Tzohar, se salvó por poco).

Leemos:
Hashem hizo llover sobre Sdom y Amorá azufre y fuego del cielo…. Y requisó estas ciudades y toda la llanura, y a todos los habitantes de las ciudades, y la vegetación de la tierra. Según Rashi, “estas ciudades y toda la llanura” se refiere a las 4 ciudades. ¿Por qué sólo se
quemaron dos ciudades?

El Rebe sugiere que debe haber una diferencia que ya conocemos, razón por la cual Rashi no siente la necesidad de hacer comentarios.
En el momento en que Di‐s decidió el destino de esos lugares pecaminosos, el versículo dice:
Hashem dijo: “El clamor de Sdom y Amorá se ha hecho grande, y su pecado se ha vuelto muy grave”.
¿Qué los destacó? Las 4 ciudades fueron destruidas, porque todas habían pecado tan atrozmente que no había esperanza de arrepentimiento.
Algunos sugieren que Sdom y Amorá eran las ciudades principales y, por lo tanto, tenían la mayor culpa.

Pero, según este razonamiento, Sdom era la ciudad principal, ¿por qué mencionar también a Amorá?
Después de todo, cuando Abraham le suplicó a Di‐s que perdonara a las ciudades condenadas, argumentó que debía haber algunas personas
justas en Sdom (para evitar su destrucción), aunque estaba argumentando en defensa de todas las ciudades.

Los reyes de Sdom y Amorá son retratados como culpables de pecados contra el Cielo, así como de males contra las personas.
Los reyes de Adma y Tzevaim son presenta‐ dos como que sólo odiaban o se rebelaban contra Di‐s, pero no eran crueles con los humanos.

Esta es la clave para comprender los diferentes destinos. Los habitantes de Sdom y Amorá eran culpables de volverse contra el Todopode‐
roso y también de crímenes contra sus semejantes.
Sabemos de los comentarios anteriores de Rashi que el castigo por la crueldad humana es mucho más severo que el impuesto por la rebelión contra Di‐s.
Rashi destaca cómo el pueblo que creó la Torre de Babel para desafiar a Di‐s se dispersó, mientras que en tiempos de Noaj todo fue des‐
truido: Los primeros no extendieron sus manos contra Di‐s, y los segundos sí, para hacer la guerra contra Él.
Los primeros se ahogaron, y los segundos no desaparecieron del mundo. La Generación del Di‐s luvio robaba y peleaba y, por lo tanto, fue destruida.

Cuando las personas se comportan con crueldad entre sí, se socava el núcleo mismo de la civilización.
Está en conflicto con todo el propósito de la creación de Di‐s.
Por eso Sdom y Amorá recibieron 2 castigos: ser quemados hasta los cimientos y ser derribados, reflejando los males de los que
eran culpables.
Su conducta dañina para la civilización llevó a la destrucción de la tierra por medio del fuego.
La tierra misma fue destruida, lo que significó una desaprobación radical de las relaciones interpersonales de la gente.
Las 4 ciudades cometieron pecados insoportables y fueron derribadas, sólo Sdom y
Amorá fueron quemadas, lo que hizo que fueran imposibles de reconstruir.
Ése es el destino de los lugares en los que la gente se trata con insensibilidad y venganza.
Sdom se convirtió en sinónimo de maldad, no por la forma en que su pueblo se comportaba hacia Di‐s, sino por el trato que daban a
otras personas.
La lección es clara: ningún pecado es bueno, pero los pecados contra el prójimo son los peores.
El Todopoderoso será mucho más amable con aquellos que Le faltan el respeto, siempre y cuando respeten a sus semejantes.

Basado en Likutei Sijot, vol. 35, Vaierá II.

Tips para una cena de Shabat exitosa

Siguiendo al terror de no tener la comida suficiente para todos tus invitados de Shabat, está el inconveniente de servirles alguna  comida que no puedan, o no quieran comer. Aunque conozcas las preferencias de tu familia, en el momento de llenar tu mesa con invitados, se agregará una capa de incertidumbre que puede aliviarse con una planificación cuidadosa. ·

Invita a tus convidados con tu menú en mente:

No invites vegetarianos si estás pensando en cocinar una comida hecha con carne en cada plato. Si estás comprometido a cierto tipo de cocina, entonces asegúrate invitar gente que lo puedan apreciar. *Pregúntales qué obvian y qué prefieren: Cuando tus invitados aceptan la invitación, pregúntales sobre restricciones dietéticas. Asegúrate de preguntarles sobre alimentos que no les gustan, así como alergias. No elimines comida así como así.

Asume que han dejado algo sin contarte:

Si eres el tipo de persona que trae a casa invitados de la sinagoga a último momento, debes esperar lo inesperado. Algunos comensales son reacios a contarte sobre sus preferencias. Otros, simplemente no piensan hasta qué punto no le gustan las aceitunas (o tzimes o guefilte fish), porque nunca lo hacen en casa. Esfuérzate para tener la variedad suficiente para satisfacer a todos.

Balancea tu comida: 

Piensa que tu comida precisa tres componentes esenciales: proteínas, carbohidratos y grasas. Asegúrate de incluir al menos un plato de cada uno de estos grupos en tu menú. No repitas los mismos ingredientes en muchos platos.

Varía tus ingredientes:

Cocinar pollo con champignon y crepes de champignon puede emocionar a tus hijos, pero ¿qué hay si a un invitado no le gustan los champiñones? Limita los ingredientes conflictivos como ser el brócoli y espinaca a una comida por plato. Si estás invitando familias, considera las edades de tus invitados al planear el menú e incluye alguna comida “de niños”.

No te olvides de las personas que están a dieta:

Shabat puede hacer difícil atenerse a la dieta. Garantizaque tu menú incluya opciones más sanas, como ser verduras ligeramente condimentadas y frutas como opción de postre. Éstos invitados te agradecerán calladamente.

Asegurate que tu menú funcione “menos uno”:

Si cada uno de tus invitados no comió un elemento de lo que has servido, ¿se irán a su casa con hambre? Si la respuesta es sí, debes diversificar tu menú. 

Evita la contaminación cruzada:

 Cuando preparas tu comida, se cuidadoso al usar ingredientes que producen alergia como frutos secos y pescado. Lava todos tus utensilios y tablas de cortar y lava bien las mesadas si los has usado.

Haz cosas fáciles de separar:

Si sabes que tus invitados son muy exigentes, sirve las salsas y condimentos por separado. Evita “esconder” ingredientes o cortar elementos de sabor muy fuerte demasiado fino. Aunque “expertos” en comida te digan que escondas la comida que a tus hijos no les gusta en sopas o purés, esto puede llegar a ser una sorpresa un poco antipática para tus invitados. Diseña un menú que tenga algo para todos, y tus invitados seguro volverán a casa muy contentos.

por Aliza Libman

No seas justo

“Los hombres de Sodoma estaban corrompidos por la riqueza que Di-s había despilfarrado en ellos…”

El libro del Génesis (en los capítulos 13-14 y 18-19) nos cuenta sobre la perversa ciudad de Sodoma.

Primero leímos cómo Lot, sobrino de Abraham, se estableció en Sodoma a pesar del hecho de que sus habitantes eran “perversos y pecadores a Di-s”; Sodoma es arrasada por los ejércitos de Jerdolaomer, y Abraham viene al rescate de su sobrino prisionero; luego encontramos a Abraham que le suplica a Di-s que se apiade de la ciudad pecadora en mérito de los habitantes virtuosos que pudieran encontrarse, pero resulta que ni siquiera se pudo encontrar diez de esas personas; dos ángeles, enmascarados como los hombres, visitaron la ciudad, pero sólo Lot les ofrecerá hospitalidad; Él los salva de las hordas de Sodoma, y ellos, a su vez, lo rescatan a él y a sus dos hijas antes de destruir la ciudad.

¿Cuáles fueron los pecados de Sodoma? En nuestro idioma, el nombre de la ciudad es sinónimo de perversión sexual. Esto se deriva de lo que cuenta la Torá de cómo las hordas sodomitas que merodeaban la casa de Lot, le exigían que les entregue sus dos invitados “para que nosotros podamos violarlos”. Pero las fuentes judías tradicionales–el Talmud, los Midrashim y los Comentarios–tienen una visión diferente de la historia de Sodoma. Allí, el énfasis no está en sus pecados sexuales, sino en su falta de hospitalidad y en su agresión a cualquiera que se atreviera a compartir la riqueza de la ciudad con cualquier extraño.

En las palabras del Talmud: “Los hombres de Sodoma sólo estaban corrompidos a causa de la riqueza que Di-s había despilfarrado en ellos… Dijeron: “Si en nuestra tierra crece el pan, y tiene el polvo de oro, por qué debemos recibir forasteros que sólo vienen a llevarse nuestra riqueza? ¡Vamos!, hay que abolir la práctica de alojar a los viajeros en nuestra tierra…”

Inclusive hallaron una manera de ser caritativos asegurándose de que ningún extraño se beneficiara de su caridad: “Si algún pobre pasara por aquí, cada habitante le daría un dinar en el cual escribiría su nombre, pero no se le vendería nada de pan. Cuando él muriese, cada uno vendrá y tomará de vuelta su dinar”. Llegaron al extremo de decretar: “Cualquiera que dé un pedazo de pan a un pobre o a un extraño se lo quemará en la estaca”.

La historia de Sodoma aparece en la Torá en contraposición a la vida de Abraham. De hecho, Sodoma es la antítesis de Abraham que está retratado en la Torá como la personificación misma de jesed (benevolencia). Abraham da de él, materialmente (proporcionando comida y alojamiento a los forasteros) y espiritualmente (compartiendo las verdades que descubrió, rezando Sodoma); la intención del Sodomita es guardar para él lo que es suyo.

Lo que es notable sobre la gente de Sodoma es que no son ladrones (como era la generación del Diluvio). Incluso cuando niegan a un extraño sus posesiones, tienen el cuidado de hacerlo de una forma “legal”. De hecho, la base de su filosofía parece bastante benigna. En las palabras de la Ética de los Padres:

Uno que dice, “lo que es mío es mío y lo que es tuyo es tuyo”–éste es el rasgo de Sodoma.

¿Qué puede ser más justo? La gente de Sodoma tomaron esto al pie de la letra. Pero, cada persona que declara “lo que es mío, es mío y lo que es tuyo es tuyo”, todo lo que está diciendo es: “yo no tocaré lo que es tuyo, pero no esperes que te dé nada.”

Para el judío, tal justicia es la esencia misma del mal.

Yanki Tauber