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Todos con Iosef

En la porción de la Torá de esta semana, Vaiejí, Iosef obligó a sus hermanos a jurar que cuando Di-s “los saque de esto”, es decir, saque a sus descendientes de Egipto, llevarán sus huesos para ser enterrados en Israel. La Torá luego termina el libro de Bereshit, Génesis, con este versículo: “Y Iosef murió a la edad de ciento diez años, y fue embalsamado y colocado en un ataúd en Egipto”.

¿Por qué era responsabilidad de todos los Hijos de Israel tomar los huesos de Iosef, por qué no solo sus propios hijos? ¿Por qué se enfoca en Iosef al final de la porción? Cuando la Torá elige terminar un libro con un versículo, hay un mensaje significativo en él. ¿Qué mensaje hay para nosotros?

El pueblo judío está a punto de comenzar un exilio difícil y horroroso en Egipto. Hashem les da las herramientas psicológicas necesarias para lidiar con eso. Estas son lecciones para todos los futuros exiliados, incluido el presente.

Primero, necesitamos saber que hay un fin y un propósito para este exilio, Di-s no solo nos sacará de galut, sino que nos “sacará de esto”. Seremos elevados a un nivel más alto, veremos y disfrutaremos los frutos de todo el trabajo y el sufrimiento. Saber esto nos ayudará a superar las dificultades del exilio.

Segundo, necesitamos ser como Iosef. Él se convierte en el gobernante de Egipto. Se eleva y gobierna incluso durante el tiempo del exilio. Nosotros también, como Iosef, podemos elevarnos y gobernar nuestro exilio actual. Como Iosef, estamos en eso, pero no nos gobierna.

Tercero, Iosef se queda con nosotros hasta que salgamos del exilio. Esto debe ser un recordatorio y fortalecernos para ennoblecernos. Todos los judíos estaban obligados a llevar a Iosef, cuando las cosas son difíciles, piensa en él, comprenderás que puedes ser como él y superar cualquier desafío que se nos presente.

Algunas personas, como mi familia y yo, fuimos elegidas para   soportar  desafíos abiertos y difíciles, con los que luchamos todos los días. Es difícil, pero no hay nada más gratificante que superar un desafío. A pesar de que éste aún existe y las dificultades persisten, tratamos de encontrar formas de prevalecerlos. Qué agradable es poder hacer feliz a otro judío y le agradezco a Hashem que incluso en mi estado actual he encontrado formas de hacerlo. Aún así, este exilio se ha prolongado suficiente, que Di-s elimine el sufrimiento y los desafíos y nos revele lo bueno ahora.

Adaptado por Rabi Yitzi Hurwitz de las enseñanzas del Rebe, yitzihurwitz.blogspot.com.

El rabino Hurwitz, está luchando contra la ELA, y junto a su esposa Dina,son emisarios del Rebe en Temecula,

California.

Iehudit, la mujer que trajo la salvación

No se sabe con claridad cuándo sucedió la historia que estamos por contar. La historia apareció por primera vez en un libro muy antiguo que lleva el nombre de su heroína, Iehudith (Judith) y estaba escrito en hebreo. Sin embargo, el texto original se perdió y sólo quedó una traducción al griego, y no una muy precisa.

La historia se volvió a contar con versiones diferentes. Según una versión, sucedió durante una revuelta de los Macabeos contra sus opresores sirios y Iehudith era la hija de Iojanán, el Sumo Sacerdote, padre de la familia de los jashmonaim. De todas formas, el acto heroico de Iehudith ha inspirado fe y coraje en el corazón de los judíos a lo largo de la historia.

La ciudad de Betulia, en la tierra de Judea, cayó bajo las manos de un enorme ejército, con Holofernes, un general greco-sirio, a la cabeza. Los hombres de Betulia lucharon heroicamente y con desesperación. Holofernes cortó los abastecimientos de alimentos y agua, y muy pronto la ciudad estaba a punto de rendirse.

Uziá –-el comandante de las fuerzas de defensa– y los Ancianos de la ciudad imploraron a los habitantes que no se rindieran. “Denos cinco días más para hallar alguna solución”.

Reluctante, el pueblo aceptó. Todos menos uno.

“¿Por qué ponéis a Di-s a prueba? Si realmente tenéis fe, jamás debéis deponer vuestra confianza en Di-s. Además, bien sabéis que la rendición a Holofernes es peor que la muerte”. Así hablaba Iehudit, la hija de Iojanán, el Sumo Sacerdote. Era una joven viuda bendecida con maravillosa gracia y belleza. Sus palabras causaron honda impresión en Uziá y los Ancianos.

“¿Qué podemos hacer?”, le preguntaron. “Reza por nosotros, Iehudit, y quizás Di-s acepte tus plegarias”.

“He pensado en un plan. Quiero ir a ver a Holofernes”, dijo Iehudit. Uziá y los Ancianos estaban asombrados. “¿Sacrificarías tu vida por la posibilidad de que quizás logres ablandar el corazón de Holofernes?”

Iehudit, no obstante, insistió, y luego de mucha discusión Uziá y los Ancianos decidieron permitirle hacer el intento. Iehudit cruzó los portones de Betulia, vestida en sus prendas más finas. Estaba acompañada por su fiel doncella, quien portaba una cesta llena de panecillos, queso y un par de botellas de vino.

Antes de ingresar al campamento enemigo fueron interceptadas por los centinelas, exigiendo saber quiénes eran y quién las enviaba.

“Tenemos un importante mensaje para el valiente Holofernes”, dijo Iehudit. “Llévennos a él de inmediato”.

“¿Quién eres, y por qué estás aquí?”, preguntó Holofernes, deleitando sus ojos con la inesperada y encantadora visitante.

“Soy Iehudit, una simple viuda de Betulia. He venido a decirte cómo capturar la ciudad, en la esperanza de que tratarás con piedad a sus habitantes”. Iehudit contó a Holofernes lo que éste ya sabía, que la situación en la sitiada ciudad era desesperante, que sus habitantes contaban con escasas raciones de alimento y bebida. Con todo, dijo, su fe en Di-s se mantiene firme y, mientras conserven su fe, no se rendirían. Muy pronto, sin embargo, por desesperación, comenzarán a comer animales no-kasher, prohibidos por la Ley Divina. Ello despertará la ira de Di-s en su contra y la ciudad caerá.

“¿Cómo sabré cuando esto sucede?”, preguntó Holofernes.

“Ya lo he organizado con uno de los centinelas a la entrada de la ciudad. El me informará lo que sucede en su interior”, respondió Iehudit.

Holefernes se sentía totalmente cautivado por Iehudit. Dio órdenes de que ella y su doncella tuvieran total libertad para moverse por el campamento, y quienquiera intentara molestarlas de cualquier manera sería ejecutado de inmediato. Cada noche Iehudit caminaba hasta los portones de la ciudad y comunicaba al centinela que todo estaba en orden, funcionando como lo había planeado. “El pueblo debe mantener firme su confianza en Di-s”, le dijo.

Al tercer día Holofernes y sus hombres comenzaron a inquietarse. Cuando Iehudit entró a la carpa de Holofernes con su inseparable doncella, le preguntó: “¿Qué información me traes hoy?”

“Tengo muy buenas noticias, general. Ya no queda más alimento kasher. En un día o dos el hambre los llevará a comerse sus mulas y perros. ¡Entonces Di-s los entregará en tus manos!”

“Maravilloso”, dijo Holofernes. “Esto exige una celebración. Esta noche tendremos una fiesta. Solamente nosotros dos”. Esa noche Holofernes recibió a Iehudit en su carpa y le ofreció de las delicias que cubrían su mesa. “He traído mi propio vino y comida, preparados especialmente para esta ocasión”, dijo Iehudit. “Mi queso de cabra es célebre en todo Betulia”.

A Holofernes le agradó el queso salado y el fuerte vino. Muy pronto, estaba estirado en el suelo, totalmente ebrio.

Iehudit recitó una plegaria silenciosa y desenvainó la pesada espada de Holofernes. Tomado puntería, la hizo caer sobre el cuello del general con todas sus fuerzas. Luego ocultó la cabeza del general en su cesta y caminó tranquilamente hasta su carpa.

“Ven pronto”, dijo a su doncella. Las dos mujeres caminaron serenamente, como lo solían hacer cada día, hasta llegar a los portones de la ciudad. “Llévenme con Uziá de inmediato”, ordenó al centinela. Uziá no podía creerlo, y observaba el macabro premio que Iehudit le había traído.

“No hay tiempo para perder”, dijo Iehudit al comandante. “Prepara a tus hombres para un ataque sorpresa al amanecer. Cuando los soldados de Holofernes corran a su carpa y encuentren su cuerpo decapitado, huirán para salvar sus propias vidas”.Eso es exactamente lo que sucedió. El enemigo huyó despavorido, en confusión y terror. Y fue la valiente Iehudit, temerosa de Di-s, quien salvó a la ciudad.

En su memoria, y en el de su heroica actitud, tenemos una tradición de comer alimentos lácteos en Januca.

Ángeles reales

Dicen que “no puedes bailar en dos casamientos a la misma vez”. Pero según las enseñanzas del Maguid de Mezritch sí puedes.

La lectura de la Torá de Vaishlaj comienza: “Y Iaakov envió ángeles delante de él a Esav su hermano” (Génesis 32:4). Iaakov lucha para reconciliarse con su salvaje hermano Esav, quién está determinado en castigar a Iaakov.

Comentando las palabras “Y Iaakov envió ángeles”, Rashi dice: “Ángeles reales”. El Maguid de Mezritch dice: “Sólo el aspecto ‘real’ de los ángeles le envió a Esav, pero el componente espiritual se mantenía siempre con Iaakov”.

Espera un minuto, algo no está bien aquí. Parecería que el objetivo de Iaakov en el envío de los ángeles, era que ellos ejercieran sus inmensos poderes espirituales para neutralizar la hostilidad de su hermano Esav. ¿Por qué el Maguid propone que en el envío de los ángeles, Iaakov retenga estos poderes espirituales, enviando una versión más común de los ángeles en su lugar?

Pero las palabras del Maguid pueden ser entendidas de otra forma más mágica.

Los ángeles traen todo de sí mismos para el encuentro con Esav. Están totalmente equipados, en la realidad, así como también espiritualmente, para hacer frente a este formidable desafío. Sin embargo, mientras que luchan para realizar su misión, nunca dejan de darse cuenta de que estar con Esav no es su destino final. Ellos se apuran en terminar y reunirse con Iaakov. Así, mientras los ángeles están con Esav en la realidad, siguen estando espiritualmente conectados con quien los envió.

Y es este vínculo inquebrantable que provoca el éxito de los ángeles. Sólo permaneciendo firmemente conectados con su fuente, el virtuoso Iaakov, los ángeles pueden estar seguros de tener éxito en su esfuerzo de refinar a Esav.

Así también es la historia de nuestras vidas.

Nosotros también estamos en una misión. Nuestras almas se han enviado desde lo alto, para investirse en un cuerpo. Al mismo tiempo, se nos ha imbuido con las herramientas necesarias para dominar, refinar y elevar nuestro entorno.

Es imprescindible que para enfrentar esta prueba, tengamos el arte de bailar simultáneamente en dos casamientos. Mientras enviamos a nuestro ángel mensajero, a nuestra alma, para vencer, debemos mantener firme nuestro propio “Iaakov”, la fuente de nuestra alma Divina, que nunca puede ser manchada.

Por: Dovi Scheiner

La escalera de Jacob

¿Qué simboliza la escalera de Jacob? Una metáfora atemporal

Por Katia Bolotin

La innovación es un sello distintivo del espíritu humano. Los innovadores, los pioneros de nuevas ideas, desafían el status quo y se proponen mejorarlo. Cada generación se distingue por la introducción de innovaciones nuevas y mejoradas.

¿Cuántos de nosotros seguimos usando máquinas de escribir o grabadoras de casetes? Lo que en su día fueron innovaciones asombrosas pasan de moda y acaban por quedar obsoletos. Esas son las consecuencias de la innovación.

Sin embargo, incluso en el mundo tecnológico actual, algunas cosas poseen un poder de permanencia intemporal. Tomemos, por ejemplo, la escalera, el tema del sueño de Jacob en la parashá Vaieitzei . La palabra hebrea para “escalera” es sulam. Una permutación de las letras hebreas de sulam revela una profunda comprensión que explica el significado perdurable de la escalera. Al reorganizar las letras de sulam (samejlamed, mem ), revelamos otra palabra, semel , que significa “símbolo”.

¿Cuál es el simbolismo de la escalera? Este simplista dispositivo para subir o bajar no ha sufrido ninguna alteración conceptual desde su creación.

Metafóricamente, la Torá amplía la sencilla función de la escalera para incluir imágenes que unen el cielo y la tierra. A través de imágenes visuales, podemos captar el concepto de transición.

El puente contra la escalera

La vida nos presenta diversas transiciones que desafían el status quo de nuestros niveles de comodidad. Podemos encontrarnos en una encrucijada, reconociendo la necesidad de un cambio pero sin saber qué camino tomar. Podemos sentirnos desprevenidos y no equipados para navegar el viaje desconocido que tenemos por delante. ¿Cuál es la mejor manera de atravesar el espacio liminal entre dónde estamos y dónde nos gustaría estar? ¿Cuáles son los mejores medios para ayudarnos a alcanzar nuestras metas y destino deseados? ¿Cómo combatimos los sentimientos de incertidumbre y vulnerabilidad que pueden enfrentarnos en el camino, eclipsando la luz guía de la fe?

Cuando se transita por un terreno desconocido o una transición, hay dos opciones: cruzarlo, salvando la distancia que separa el punto A del punto B, o trascenderlo. A menudo, la imagen de un puente se utiliza para representar el paso de una etapa de la vida a la siguiente. Sin embargo, aunque cambiamos de lugar, no necesariamente estamos cambiando ni estamos cambiando nosotros mismos. Mientras permanezcamos en la misma altitud, no podemos trascender nuestro estado actual de ser o nuestra perspectiva.

En cambio, al ascender o descender por una escalera, peldaño a peldaño, cambiamos nuestra altitud de forma gradual. Nos movemos hacia arriba o hacia abajo, nunca permanecemos estáticos. Nuestro punto de observación se amplía a medida que ascendemos o se estrecha a medida que descendemos.

 

La innovación es un sello distintivo del espíritu humano. Los innovadores, los pioneros de nuevas ideas, desafían el status quo y se proponen mejorarlo. Cada generación se distingue por la introducción de innovaciones nuevas y mejoradas.

¿Cuántos de nosotros seguimos usando máquinas de escribir o grabadoras de casetes? Lo que en su día fueron innovaciones asombrosas pasan de moda y acaban por quedar obsoletos. Esas son las consecuencias de la innovación.

Sin embargo, incluso en el mundo tecnológico actual, algunas cosas poseen un poder de permanencia intemporal. Tomemos, por ejemplo, la escalera, el tema del sueño de Jacob en la parashá Vayeitzei . La palabra hebrea para “escalera” es sulam. Una permutación de las letras hebreas de sulam revela una profunda comprensión que explica el significado perdurable de la escalera. Al reorganizar las letras de sulam (samech , lamed , mem ), revelamos otra palabra, semel , que significa “símbolo”.

¿Cuál es el simbolismo de la escalera? Este simplista dispositivo para subir o bajar no ha sufrido ninguna alteración conceptual desde su creación.

Metafóricamente, la Torá amplía la sencilla función de la escalera para incluir imágenes que unen el cielo y la tierra. A través de imágenes visuales, podemos captar el concepto de transición.

La escalera que simboliza el ascenso y la caída de las naciones

La sencilla escalera de Jacob prefigura la trayectoria del desarrollo humano. El Midrash describe cómo se nos predice el ascenso y la caída continuos de varias naciones que ocuparán el centro del escenario mundial por un tiempo y luego se hundirán en el olvido. Los opresores de Israel están entre ellos, ya que se nos advierte de su prominencia. Rashi destaca que los ángeles ascendentes representan aquellas fuerzas espirituales que acompañan a Jacob y al pueblo judío mientras están en nuestra tierra natal, Eretz Israel . Deben regresar al cielo cuando Jacob deja la Tierra Santa, pero son reemplazados por otras fuerzas angelicales más adecuadas para salvaguardar a la nación judía cuando habita fuera de la tierra. La explicación de Rashi predice nuestro mérito final de establecernos en la tierra de Israel.

La escalera de la oración: la transición entre el cielo y la tierra

La escalera de Jacob también amplía nuestras perspectivas sobre el poder de la oración como vehículo para navegar la transición entre el Cielo y la Tierra. La oración significativa crea una huella espiritual; dicha oración deja su huella en el tejido tanto del tiempo físico como de la eternidad espiritual. Nuestras oraciones se activan solo en la medida en que seamos conscientes y sinceros. En el sueño de Jacob, se las representa como formas angelicales que se elevan. Nuestros sabios nos dicen que nuestras oraciones crean ángeles acompañantes o energías de diferentes fuerzas. La sinceridad y la pura intención de cada corazón lo impulsan a ascender los peldaños de la fisicalidad. Una oración puede atravesar lo finito mientras anhela y se esfuerza por alcanzar los reinos infinitos.

La escalera de Jacob tiene el potencial de convertirse en un GPS espiritual

que, de hecho, calibra la dirección de nuestros pensamientos y acciones. Puede servir para trazar nuestro camino y mantenernos en el rumbo correcto para llegar a nuestro destino final. Es la aplicación más antigua y, a la vez, la más nueva que existe. Subir la escalera de Jacob puede representar toda una vida de viaje espiritual. Desde un nivel macro hasta uno micro, esta antigua visión sigue siendo un símbolo perdurable de relevancia atemporal y es un portal del pasado al presente y del presente al futuro.

fuente

Iaacov lucha con el ángel

Jacob permaneció muchos años en casa de su tío Labán, donde se casó con sus cuatro esposas: RaquelLeaBilha y Zilpa. Pero ahora llegó el momento de regresar a casa, a la Tierra de Israel .

Han pasado años desde que recibió las bendiciones que se esperaba que le correspondieran a su hermano mayor, Esaú.

Pero Jacob sigue preocupado: ¿Esaú todavía me odia? ¿Se vengará de mí por haberle “robado” las bendiciones?

Jacob envía mensajeros a Esaú, quienes le informan que, en efecto, Esaú desea hacerle daño. Por lo tanto, Jacob se prepara mediante una triple estrategia: rezar a Di-s , organizarse para la guerra y enviar un regalo para apaciguar a su hermano.

Sin embargo, antes de encontrarse con Esaú, ocurre un incidente misterioso: Jacob se enfrenta a un enigmático “hombre” que lucha con él e intenta impedirle seguir adelante.

¿Quién era este hombre? ¿Y quién ganó la batalla?

Veamos algunos midrashim que arrojan luz sobre la historia.

El relato bíblico

Jacob se levantó aquella noche, tomó sus dos mujeres, sus dos siervas y sus once hijos, y cruzó el vado de Jaboc. Los tomó y los hizo pasar el arroyo, y llevó consigo todo lo que tenía.

Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que amaneció. Y al ver que no podía con Jacob, le tocó la cadera, y la cadera de Jacob se dislocó mientras luchaba con él.

[El hombre] dijo: «¡Déjame ir, porque ya amanece!» [Jacob] dijo: «No te dejaré ir a menos que me bendigas».

“¿Cómo te llamas?”

“Jacob.”

[El hombre] dijo: “Ya no se dirá tu nombre Jacob, sino Israel, porque has ejercido dominio [sar] con lo divino y con los hombres, y has prevalecido”.

Jacob le pidió y le dijo: «Por favor, dime tu nombre». El hombre le respondió: «¿Por qué me preguntas por mi nombre?» Y lo bendijo allí.

Las pequeñas jarras

¿Por qué estaba solo Jacob?

El Talmud cita una enseñanza del rabino Elazar: Jacob había traído todas sus pertenencias a través del río, pero luego se dio cuenta de que faltaban algunas jarras pequeñas (de ningún gran valor). Sin embargo, no quería dejarlas atrás, así que regresó a buscarlas. Allí se encontró con el hombre.

¿Por qué Jacob no ignoró simplemente estos elementos aparentemente sin importancia?

El rabino Elazar ofrece esta explicación: “Los justos consideran que sus propias posesiones son más valiosas que ellos mismos. ¿Por qué? Porque no extienden sus manos para robar”. En otras palabras, ganan cada centavo honestamente, y por eso es importante para ellos.

En un tono más místico, los maestros jasídicos explican que cada objeto individual de nuestro mundo contiene una chispa divina que espera su elevación. Un tzadik (persona justa) reconoce esta chispa incluso en el objeto más insignificante, y por eso está dispuesto a arriesgar su vida para proteger esa chispa y llevarla a su plenitud máxima.

El rabino Shlomo Luria, el Maharshal, sugiere que estas jarras contenían el aceite que Jacob había designado para ungir el monumento que había erigido muchos años antes durante su huida a Harán Este era aceite sagrado, por lo que Jacob no quería dejarlo atrás.

Curiosamente, estas jarras pueden estar relacionadas con el milagro de Janucá. Según Tzeidah la-Derech: “ Di-s le dijo a Jacob: Arriesgaste tu vida por una pequeña jarra de aceite por Mi causa. A cambio, yo recompensaré a tus descendientes, los hasmoneos, cuando se produzca un milagro para ellos con una pequeña jarra de aceite”.

La confrontación

“ Un hombre luchó con él: nuestros sabios explicaron que éste era el ángel ministrador de Esaú.” 

Un lugar común de la literatura talmúdica y midráshica es que cada nación tiene su propio “ministro” angelical que representa sus intereses ante Di-s. Es, entonces, el ángel de Esaú quien intenta frustrar la misión de Jacob.

Así comienza el choque de titanes.

“Un hombre luchó con él hasta que amaneció”. La lucha duró horas y horas. Lucharon entre sí,  levantando polvo hasta el trono divino.

El ángel se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, así que “tocó su muslo” y se lo dislocó.

Al amanecer, el ángel de Esaú debe unirse a sus colegas para cantarle a su Creador. El ángel intenta desenredarse de Jacob, pero no lo logra. Se ve obligado a rogarle a Jacob que lo deje ir,  a lo que Jacob accede, pero con una sola condición: el ángel debe bendecirlo y admitir que las bendiciones que Jacob recibió de Isaac son en verdad suyas y no de Esaú.

El ángel accede, bendice a Jacob e incluso le otorga un nuevo nombre, Israel. Entre sus significados está el de que Jacob ha recibido las bendiciones de manera noble y no por medio de un fraude.

En conmemoración de este episodio, al pueblo judío se le prohíbe comer el gid ha-nasheh de un animal, que corresponde anatómicamente al nervio lesionado de Jacob.

La lucha épica

Los comentarios  señalan que la lucha descrita en esta parashá es el acto inicial de una batalla que continúa hasta el día de hoy entre el pueblo judío (representado por Jacob) y las naciones enemigas que buscan su destrucción (Di-s no lo permita). De hecho, a lo largo de la historia muchos regímenes han intentado, pero no han logrado erradicar al pueblo judío física o espiritualmente; pueden tener éxito en “dislocar la articulación de la cadera”, dañando partes del pueblo judío, pero el “cuerpo” en su totalidad permanece intacto.

Esta lucha llegará finalmente a su fin con el “amanecer”, la era de la Redención final, cuando la victoria de Jacob será completa y definitiva. “Jacob”, como sigue describiendo la Torá , “llegó sano y salvo a Siquem ”, y lo mismo ocurrirá con sus descendientes: a pesar de toda la humillación, el dolor y la tortura, el pueblo judío sigue viviendo eternamente y llegará “sano y salvo” a su destino final y al del mundo.

A nivel personal

El Zohar describe la batalla de Jacob con el ángel como símbolo de la lucha del hombre con su lado más oscuro.

Al acercarse la mañana, el ángel supo que debía actuar con rapidez, pues pronto la noche, el tiempo en que él tiene poder, se acabaría y él se vería impotente. Por eso, golpeó el muslo de Jacob, el lugar donde se asienta la inclinación al mal, y allí pudo herirlo.

El Zóhar nos enseña que en cada lucha somos poderosos y podemos superar nuestros malos impulsos si así lo deseamos. Sólo hay un lugar donde la lujuria es tan fuerte que incluso los grandes hombres son impotentes: el gid ha-nasheh . Su nombre significa “olvidar”,  porque una vez que se despierta, todo pensamiento racional y todos los escrúpulos religiosos quedan muy atrás.

La única manera de ganar esa guerra es mantenerse alejado, ya que una vez que uno cae en la tentación, no se sabe a dónde puede llevarnos. Por esta razón, el gid no se come en absoluto, sino que se evita por completo.

FUENTE

Los pozos de Isaac

La parashá Toldot dedica una atención significativa a los pozos excavados por nuestro antepasado Isaac . Más que un mero esfuerzo físico, los proyectos de excavación de Isaac están cargados de significado.

1. La historia comienza con Abraham. La conexión de Isaac con la excavación de pozos comienza con su padre, Abraham, cuyos sirvientes cavaron varios pozos mientras Abraham vivía entre los filisteos. En la antigüedad, los pozos eran fuentes de agua cruciales, y Abraham marcó su importancia dándole un nombre a cada uno. 

2. Los filisteos los encubrieron. Años después, durante una hambruna, Isaac se trasladó a la tierra de los filisteos.  Envidiosos de la riqueza y el éxito de Isaac, los filisteos taparon los pozos de Abraham, alegando que obstruían sus defensas.  En realidad, esperaban que la falta de agua alejara a Isaac de su tierra.  Algunos dicen que inicialmente cubrieron los pozos con piedras después de la muerte de Abraham, pero sus celos hacia Isaac los impulsaron a llenar los pozos completamente con tierra. 

3. Isaac restauró los pozos y sus nombres. Sin inmutarse, Isaac ordenó a sus siervos que reabrieran los pozos que los filisteos habían bloqueado.  Para hacer valer su herencia legítima, restauró los nombres originales que su padre les había dado a esos pozos. 

4. La tercera paz bien traída. Después de que le pidieran que abandonara la capital filistea de Gerar, Isaac se mudó a Nachal Gerar (“Río de Gerar”) y cavó un pozo de agua subterránea de manantial. 

Los pastores locales pensaron erróneamente que desviaba agua de su río,  lo que los llevó a reclamar el agua como suya. Isaac llamó al pozo Esek , que en hebreo significa “confrontación”. Un segundo pozo también provocó peleas, y lo llamó Sitnah , o “disturbio”. Pero cuando se alejó y cavó un tercer pozo, finalmente hubo paz, por lo que lo llamó Rejovot , que significa “expansión”, y dijo: “ Di-s ahora nos ha dado amplio espacio, y podemos ser fructíferos en la tierra”. 

5. Representan los Tres Templos Sagrados. Lejos de ser meras narraciones históricas, las acciones de nuestros patriarcas prefiguraron e incluso estimularon acontecimientos posteriores en la historia judía. Al cavar tres pozos, Isaac sentó las bases espirituales para la construcción de los tres Templos Sagrados. 

Así como los dos primeros pozos estuvieron sujetos a conflictos, las dos primeras eras del Templo estuvieron marcadas por luchas internas y fueron posteriormente destruidas. Pero el tercer Templo, al igual que Rejovot , será un lugar eterno de paz y armonía. 

6. Isaac tuvo otra aventura de excavación. Más tarde, en Beerseba, los sirvientes de Isaac comenzaron a cavar otro pozo. En ese momento, el rey filisteo Abimelec , junto con su general y amigos cercanos, visitaron a Isaac y firmaron un tratado. A la mañana siguiente, Isaac recibió la noticia de que sus sirvientes habían encontrado agua. Para honrar el juramento hecho con Abimelec , Isaac llamó al pozo Shivá , que significa “juramento”. La ciudad cercana pasó a ser conocida como Beerseba, que significa “Pozo del juramento”. 

7. Algunos dicen que eran siete“Beer Sheba” también puede significar “el séptimo pozo”. 
Los comentaristas señalan que este pozo fue en realidad el séptimo de Isaac: tres fueron cavados originalmente por Abraham y luego re-cavados por Isaac, seguidos por los pozos de Esek , Sitnah , Rechovot y finalmente el pozo en Beer Sheba. 

8. Beer Sheba tenía una historia de excavación de pozos. Isaac no fue el primero en cavar en Beerseba. Anteriormente, uno de los pozos de Abraham había sido confiscado por los siervos de un rey filisteo anterior, también llamado Abimelec. Después de que Abraham confrontó al rey, ofreció siete ovejas como testimonio de que era el propietario del pozo.  El lugar llegó a ser conocido como Beerseba, tanto “Pozo del Juramento” como “Pozo de los Siete”, en referencia a las ovejas de Abraham y al pacto que hizo con Abimelec. 

9. Algunos dicen que era una Beer Sheba diferenteEntonces, ¿Berseba recibió su nombre por el juramento de Abraham o por el de Isaac? Algunos dicen que es un guiño a ambos eventos.  Es posible que esta haya sido la excavación original de Abraham que Isaac reabrió.  Otros sugieren que podría haber habido dos lugares conocidos como Beer Sheba. 
10. En Beer Sheba todavía se puede ver un antiguo pozoHoy en día, Beer Sheba es la ciudad más grande de la región sur de Israel . Dentro de la ciudad se encuentra un antiguo pozo conocido como “el pozo de Abraham”, identificado por algunos como el mismo que se menciona en la Torá . Sin embargo, muchos eruditos identifican la Beer Sheba bíblica con el sitio arqueológico conocido como Tel Beer Sheba, al este de la ciudad moderna.

 

11. Hay otra ciudad que lleva su nombre. El nombre del tercer pozo de Isaac, Rejovot , sigue vigente en la ciudad israelí de Rejovot. Aunque la ciudad no está cerca del sitio bíblico, su nombre refleja la expresión de gratitud de Isaac al encontrar paz y tranquilidad.

12. Tú también puedes ser un poceroCada uno de nosotros tiene “pozos” ocultos de amor innato hacia nuestro Creador, a menudo enterrados bajo el estrés de la vida, las presiones sociales y las luchas personales. Podemos ser como Isaac, trabajando para limpiar estas capas hasta que las aguas puras dentro de nosotros fluyan libremente, sacando a la superficie nuestro potencial espiritual único. 

FUENTE

Sara

Sara

Para mí un nombre hermoso.

El nombre de mi madre. Siempre escuché cómo la llamaban. Claro, nunca la llamé por su nombre. Sara, mezcla dulzura con personalidad segura. Sara es el nombre de cuatro de mis nietas. Lo llevan en honor a mi madre. ¡Y qué bien que les queda! Cada una de ellas es diferente, incluso físicamente, pero todas son, gracias a Di-s, brillantes, como lo era su bisabuela. El nombre, la esencia, las une. Mi madre, mis nietas y todas las Sara de todas las épocas, que conocimos y conoceremos se llaman así en honor a la primera Sará, nuestra matriarca. Mucho se habla de su esposo, Abraham Avinu, quién forjó el pueblo de Israel y difundió el monoteísmo en el mundo.

Pero que algo quede claro: No hubiese podido lograr su cometido sin la ayuda, apoyo y asistencia absoluta y fiel de Sara. Qué mejor entonces, que conocer un poco más de cerca la vida y personalidad de la mujer más famosa e influyente de nuestra historia. 

Llamada en un principio Sarai, Di-s le cambia el nombre reemplazando la letra Iud por la Hei. A partir de ese momento es llamada Sará. En hebreo significa “Princesa” “Ilustre” y en arameo “Princesa” “Guardián” “Ángel” y “Genio”. Todas estas características son aplicables a nuestra matriarca. Nieta de Teraj, sobrina de Abraham queda huérfana a muy temprana edad y su abuelo la adopta. Años más tarde contrae matrimonio con Abraham. Era una mujer alegre. Todos sus días fueron felices. Sará se encuentra entre las cuatro mujeres que la Biblia menciona como hermosas. También la llamaban Iská- pues todos se sentían acariciados por su hermosura.

Otros atribuyen este nombre a su poder de profecía. Todos los maltratos del camino desde Jarán a Israel no estropearon  su belleza. Su hermosura opacaba a las demás a punto de decirse que cualquier otra mujer frente a Sará era como un mono frente al ser humano. Fue codiciada por reyes y faraones. Su inmensa modestia y fidelidad a su esposo ayudaron a que fuera reconocida además como una mujer santa. Su atractivo físico era insignificante frente a su profundidad espiritual. Fue una de las siete profetizas que nombra la Biblia. De todas formas, sólo con ella Di-s habló en forma directa y no a través de algún ángel.

Cuando tenía cien años estaba tan limpia de pecados como una joven de veinte. Era muy recatada y el cántico compuesto por el rey Salomón “Eshet Jail”- Mujer Virtuosa- define a Sará desde el comienzo hasta el final. Ella apoyó y secundó a Abraham en la difusión del monoteísmo en el mundo, llevando el mensaje entre las mujeres de su generación. Sará era estéril y Di-s la recordó el día de Rosh Hashaná. Cuando logró concebir, también lo lograron muchas otras mujeres en mérito a ella y muchos enfermos se curaron. Al dar a luz a su hijo Itzjak a los 90 años, numerosas mujeres de la nobleza vinieron a visitarla con sus propios bebés. Todos sospechaban que el nacimiento de su hijo era un fraude y en realidad Itzjak era un niño adoptado. Pero Sará amamantó a todos esos infantes demostrando que era la madre legítima de Itzjak.

Explican nuestros Sabios que todos los hombres temerosos del Cielo y todos los prosélitos descienden de aquellos bebés que Sará amamantó. Durante todos los días de su vida una nube de honor posaba sobre su tienda, sus puertas abiertas a los cuatro vientos para recibir a quien lo necesitase, la bendición coronaba su masa y su vela estaba encendida desde la víspera del Shabat hasta la víspera del siguiente. Cuando ella falleció, todo esto desapareció. Pero la misma bendición regresó con la llegada de Rivka, su nuera. 

Sará falleció a los 127 años, plena de belleza espiritual y física, dejando el más importante legado a cada una de las mujeres judías. Que su mérito y enseñanzas iluminen nuestros hogares para lograr completar su misión y la nuestra de hacer de este mundo una morada para Di-s.

Por: Miriam Kapeluschnik

Dedicado a mi madre, Sara Ester Gordon, fallecida en la semana de Jaie Sara 5753

La primera matriarca

Sara de la Biblia: La primera matriarca
Por Shalom Goodman

Sara fue la esposa de Abraham y la primera de las cuatro matriarcas de la nación judía. Se la conoce comúnmente como Sarah Imeinu, “Sara nuestra madre”.

Junto con su esposo, el patriarca Abraham , Sara contribuyó decisivamente a enseñar a miles de personas acerca del monoteísmo , la creencia en un solo Di-s . 
Conocida por su amabilidad y hospitalidad, Sara recibía con los brazos abiertos a todos los que visitaban su tienda. 
Estéril durante muchos años, entre dolores y angustias, Sara finalmente dio a luz a Isaac, el segundo de nuestros patriarcas, a la edad de 90 años. 
Fue enterrada en Hebrón, en la Tumba de los Patriarcas, que compró su marido.

Sara nació en 1803 a. C. (1958 desde la creación) de Harán , hermano de Abraham. Se casó con su tío, Abraham, que era 10 años mayor que ella. Abraham había descubierto la existencia del verdadero Di-s y despreciaba la idolatría de la gente que lo rodeaba. Abraham arriesgó su vida, mostrando y enseñando a la gente acerca del único Di-s. 

Abraham y Sara difundieron el credo abrahámico de la teología monoteísta a todos. Abraham guiaba a los hombres, mientras que Sara influía en las mujeres, formando así lo que podría considerarse como una proto-Casa Jabad.

Entonces Di-s se le apareció a Abraham y le dijo que abandonara su tierra, su lugar de nacimiento, y viajara hacia un destino nuevo y desconocido. 

Abraham y Sara, de 75 y 65 años respectivamente, abandonaron Harán , donde su familia se había establecido después de salir de Ur Casdim, y se establecieron en Canaán .

Sin embargo, pronto llegó el hambre a la tierra, y se vieron obligados a viajar a Egipto. Antes de su llegada, Abraham escondió a su esposa en una gran caja y le ordenó que dijera, en caso de que la atraparan, que era su hermana y no su esposa. Los egipcios descubrieron a la hermosa Sara y se la dieron al Faraón como esposa, perdonando la vida a Abraham. Sara oró a Di-s, y el Faraón fue azotado por plagas esa misma tarde.  El Faraón se dio cuenta de su mal proceder y envió a Sara de regreso a Abraham. Junto con los regalos que le dio a Abraham, el Faraón le dio a Sara su hija,  la princesa Agar , para que fuera su sirvienta personal.

Esta secuencia de eventos se repitió cuando Abraham y Sara estaban residiendo en Gerar, después de la destrucción de Sodoma .

Abraham se presentó como su hermano a Abimélec , el rey de los filisteos,  quien rápidamente la tomó como esposa. Di-s se le apareció a Abimélec en un sueño, amenazándolo con la muerte si no liberaba a Sara. Inmediatamente devolvió a Sara a su esposo. Después de que Abraham y Sara habían vivido en la Tierra Prometida durante 10 años y ella no había sido bendecida con un hijo, Sara decidió hacer un sacrificio supremo y ofrecer a Agar a Abraham como su segunda esposa, quien le daría un hijo y le dejaría un legado duradero. 

Agar dio a luz un hijo, Ismael . Pero Di-s quería que Sara también fuera madre.

Cambios de nombre y bendiciones
Sara nació con el nombre de Sarai, que significa “mi princesa”, mientras que Abraham era conocido como Abram , que significa “padre de Aram”. (Sara también tenía otro nombre 1—Yiskah [“Jessica”], que significa “vidente”— porque era profetisa y tenía la capacidad de ver el futuro. También se la llamaba “vidente” porque la gente solía contemplar su belleza).

Ambos nombres eran algo limitantes. Sarai implicaba que ella era solamente “ mi princesa”, y Abram limitaba la esfera de influencia de Abraham a Aram, su ciudad natal original.

En una ceremonia dramática, conocida como el Pacto entre las Partes , Di-s le habló a Abraham y le prometió una gran riqueza y una gran recompensa, pero Abram no estaba satisfecho. Quería un hijo para continuar su legado. Di-s le prometió un hijo con Sara y cambió el nombre de Abram a Abraham, que significa “el padre de todas las naciones”,  y Sarai a Sara, que significa “ la princesa”. Este cambio de nombre trajo consigo un cambio de fortuna, que le dio a Sara la capacidad espiritual de dar a luz a un hijo.

Siguiendo la orden de Di-s, a la edad de 99 años, Abraham se sometió a la circuncisión. Mientras se recuperaba, le rezó a Di-s para que le enviara huéspedes, ya que inicialmente Di-s hizo que el día fuera extremadamente caluroso para que ningún viajero lo molestara mientras se recuperaba. Sus oraciones fueron respondidas, y tres ángeles, disfrazados de viajeros extranjeros, se encontraron con un Abraham débil pero acogedor. Abraham corrió a la tienda y le dijo a Sara que preparara un banquete. Mientras los ángeles estaban allí, le prometieron al anciano Abraham que Sara tendría un hijo. Sara, ante la mera sugerencia de que podía concebir y llevar el embarazo a los 89 años, estalló en risas.

Un año después, después del episodio de Lot y Sodoma y del segundo secuestro, Sara dio a luz a Isaac, su único hijo, el tan esperado portador del legado de Abraham. Con profunda alegría, Abraham y Sara celebraron banquetes en honor de su precioso hijo.

Para demostrar que el niño no era un expósito, Sara también cuidó a los hijos de otras mujeres. 

Sara despide a Agar
Después del nacimiento de su hijo, Sara vio que el otro hijo de Abraham, Ismael, actuaba de manera inapropiada. Sara le suplicó a Abraham que echara a Agar y a su hijo desobediente, por temor a que Isaac se dejara influenciar por su medio hermano mayor. 

Di-s le dijo a Abraham que escuchara a Sara, porque ella era una profetisa más grande que él. Abraham accedió, despidió a su hijo y dio una señal clara de que Isaac sería su heredero.

Cuando Sara tenía 127 años y su hijo Isaac 37, Di-s le ordenó a Abraham que sacrificara a su amado Isaac en el altar.  Abraham tomó a su hijo y fue al monte Moriah para ofrecerlo como sacrificio. Cuando estaba a punto de sacrificar al hijo que Dios le había prometido, un ángel lo detuvo y le rogó que se detuviera. El ángel le explicó a Abraham que Di-s nunca había tenido la intención de sacrificar a Isaac, sino que lo estaba poniendo a prueba, queriendo que Abraham demostrara su lealtad inquebrantable a Di-s. Abraham ahora había demostrado que en verdad temía a Di-s. 

Cuando Sara se enteró de que su hijo estaba a punto de morir, se sintió abrumado por ello. Murió a la edad de 127 años.

Abraham compró la cueva de Macpela a los hijos de Jet (hititas), cerca de Hebrón, donde habían sido enterrados Adán y Eva, y allí enterró a su esposa, Sara. Abraham, junto con el resto del pueblo, lloró la muerte de Sara. Años después, Abraham también fue enterrado cerca de su esposa en la cueva de Macpela.

Al decir la edad de Sara al momento de su muerte, la Torá nos dice que su vida fue de “100 años, y 20 años, y 7 años”. Los Sabios  comentan que esto significa que cuando tenía 100 años, era tan pura de pecado como una doncella de 20 años; y cuando tenía 20 años, era tan hermosa como una inocente niña de 7 años.

Una lección jasídica de Sarah
La porción de la Torá que habla del entierro de Sara se conoce como “jayei Sarah”, “La vida de Sara”. ¿No sería más apropiado llamarla “La muerte de Sara”?

El Rebe de Lubavitch , Rabino Menajem Mendel Schneersohn, de bendita memoria, explica que la vida de un tzadik , una persona justa, es más vital después de la muerte, cuando los méritos de sus acciones se cumplen y se actualizan. Sara invirtió su esencia misma en su hijo, trabajando duro para mantener su hogar puro y sagrado. Cuando leemos que Isaac se casó con Rebeca y continuó con sus caminos, estamos experimentando la verdadera vida de Sara.

¿Quién fue Abraham?

El primer patriarca de la Biblia – Por Menachem Posner

 

 

Según consta en la Biblia, Abraham (o Avraham , אברהם) el hebreo fue guiado por Di-s a la Tierra Santa, donde fue elegido para ser el progenitor de la nación judía. Junto con su esposa, Sara, enseñó a la gente sobre la existencia de un Di-s que es uno y no puede ser visto. Su legado fue continuado por su hijo, Isaac, a quien casi sacrificó por orden de Di-s. El primero de los patriarcas, es conocido por el pueblo judío como Avraham Avinu , “Abraham nuestro Padre”.

Los primeros años de vida de Abraham
La Biblia guarda un silencio relativo sobre las primeras décadas de la vida de Abraham, y nos dice que era hijo de Téraj y esposo de Sara, pero no mucho más. Sin embargo, el Midrash y el Talmud aportan muchos detalles cruciales. Así es como lo resume Maimónides:

Después de que este hombre poderoso [Abraham] fue destetado, comenzó a explorar y pensar…

 “¿Cómo es posible que la esfera continúe girando sin que nadie la controle? ¿Quién la hace girar? Seguramente, ella no se hace girar a sí misma”.

No tenía maestro, ni había nadie que le informara… Se dio cuenta de que había un solo Di-s que controlaba la esfera, que Él creó todo y que no hay otro Di-s entre todas las demás entidades…

Abraham tenía 40 años cuando tomó conciencia de su Creador. Cuando lo reconoció y lo conoció, comenzó a formular respuestas a los habitantes de Ur Kasdim [donde vivía] y a debatir con ellos, diciéndoles que no estaban siguiendo un camino correcto. Destruyó sus ídolos y comenzó a enseñar a la gente que es apropiado servir sólo al Di-s del mundo. . . .

Cuando los venció con la fuerza de sus argumentos, el rey [ Nimrod ] quiso matarlo. Fue [salvado por] un milagro y partió hacia Jarán . [Allí,] comenzó a llamar en voz alta a todas las personas y les informó que hay un solo Di-s en todo el mundo y que es apropiado servirle. 

Abraham en la Biblia
Abraham ocupa un lugar central en el libro bíblico del Génesis , en las tres porciones de Lej Leja, Vaiera y Jaei Sara ( Génesis 12-25).

La historia comienza con un llamado divino a Abraham: “Vete de tu tierra, de tu tierra natal y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré”. 2 Esto va acompañado de promesas de grandes bendiciones.

Pero cuando Abraham, Sara y su sobrino Lot llegan a la tierra que Di-s le ha mostrado ( Canaán ), el hambre los obliga a descender a Egipto, donde la bella Sara es raptada por el rey Faraón. Después de ser castigado por Dios, el Faraón se da cuenta de que está tratando con personas santas y los despide con grandes riquezas.

En Canaán , los pastores de Abraham se pelean con los pastores de Lot, y los dos parientes acuerdan separarse y Lot viaja a la malvada ciudad de Sodoma.

Aunque Abraham y Sara ganan adeptos a su modo de vida y prosperan, anhelan tener un hijo. Después de la partida de Lot, Di-s le promete a Abraham que un día sus descendientes serán tan numerosos como el polvo de la tierra y que habitarán en la tierra a la que Di-s los había traído. 

Pero esto no sucederá todavía. Estalla una guerra entre nueve reyes, y los habitantes de Sodoma, junto con Lot, son capturados. Al enterarse de la angustia de su pariente, Abraham y su siervo Eliezer acuden al rescate de Lot y los demás cautivos. Después de esa victoria, es recibido por el misterioso Melquisedec , rey de Jerusalem. Después de esos incidentes, Abraham teme haber “agotado” su parte del favor divino. En una dramática revelación conocida como el Pacto entre las Partes, Di-s se le aparece a Abraham y le promete que tendrá hijos que heredarán la tierra prometida de Canaán . Pero primero descenderán a una tierra donde serán esclavizados

Agar e Ismael
En un esfuerzo desinteresado por facilitar la bendición de Di-s, Sara ofrece a su sirvienta Agar a Abraham, con la esperanza de que tal vez él tenga un hijo con ella. Pero esto no resulta fácil. Agar pronto está embarazada y comienza a atormentar a su ama. Cuando Sara la pone en el lugar que le corresponde, Agar huye. Un ángel la encuentra junto a un pozo del desierto y le promete que pronto tendrá un hijo, Ismael, que será “un hombre como un asno salvaje”. De hecho, cuando Abraham tiene 86 años, nace Ismael.

La circuncisión y la promesa de un hijo

Cuando Abraham tiene 99 años, Di-s le ordena someterse a la circuncisión y realizar el procedimiento en todos los varones de su casa, incluido Ismael, de 13 años.

Luego, Di-s reitera su promesa de tener muchos hijos, junto con una instrucción importante. A Abraham, que se lo conocía como Abram , ahora se le agregará la letra hebrea hei a su nombre. Y a Sarai, de ahora en adelante, se la conocerá como Sara. Las diferencias sutiles son importantes. Abram significa “padre de Aram”, su lugar de nacimiento, lo que insinúa una esfera de influencia localizada. Sarai significa “mi princesa”, pero Sara implica que ella es la princesa de todos. Este cambio de nombre creó un cambio en el destino, permitiéndoles convertirse en figuras globales cuya descendencia espiritual y biológica duraría por la eternidad.

Tres días después, mientras Abraham se sienta a la entrada de su tienda, recuperándose de su circuncisión, aparecen ante él tres ángeles disfrazados de hombres. Abraham y Sara se esfuerzan al máximo para recibirlos. 

Abraham sacrifica un ternero (o tres, según el Midrash ) y Sara hornea pan. Mientras los hombres comen bajo la sombra de un árbol, prometen que Sara dará a luz dentro de un año. Sara, que escucha desde dentro de la tienda, estalla en carcajadas.

La destrucción de Sodoma
Los ángeles se van, pero su misión no ha terminado. Dos de ellos continúan hasta Sodoma, donde se les encarga destruir toda la zona (cinco ciudades en total), donde abundan la corrupción, el robo y el maltrato a los caminantes.

Pero primero Di-s le habla a Abraham y le cuenta sus planes. Abraham, siempre un “hombre de bondad”, le ruega a Di-s que salve las cinco ciudades en mérito de cincuenta hombres justos, pero no puede encontrar a cincuenta hombres justos. Abraham continúa negociando, pero cuando ni siquiera puede encontrar a diez hombres justos, admite la derrota.

Los ángeles salvan a Lot y a sus hijas, pero destruyen a los demás malhechores de Sodoma, incluida la propia esposa de Lot, que se convierte en una columna de sal.

El segundo rapto de Sara y el nacimiento de Isaac

En un incidente inquietantemente similar a lo que había sucedido tantas décadas antes, Abraham y Sara se mudan a Gerar. Nuevamente temiendo que el monarca local tome a su esposa y lo mate, Abraham finge que Sara es su hermana. El rey Abimelec de Gerar toma a Sara para sí, pero antes de que pueda tocarla, D-os ataca a Abimelec y a su familia con una misteriosa enfermedad que afecta sus orificios. Luego, Di-s se le aparece a Abimelec en un sueño y le dice que libere a Sara ya que es una mujer casada. Abimelec les da a Abraham y a Sara muchos regalos, y Abraham ora por la recuperación de Abimelec. 

Sara entonces es bendecida con lo que estaba esperando: ¡queda embarazada!

Siguiendo la palabra de Di-s, el bebé es circuncidado al octavo día de su vida y recibe el nombre de Isaac.

Pero no todo marcha bien en la familia de Abraham. A medida que Isaac crece, Sara se alarma cada vez más por la posibilidad de que el rebelde Ismael ejerza una influencia negativa sobre su hijo, el futuro portador del legado de Abraham. Con la aprobación de Di-s, Abraham despide a Agar e Ismael, quienes se establecen en el desierto.

La prueba final: el sacrificio de Isaac por parte de Abraham

A lo largo de su vida, Abraham sufre mucho. Di-s lo desafía con no menos de diez pruebas y culmina con la más difícil de todas: Di-s le dice a Abraham que tome a su amado hijo Isaac y lo sacrifique “en el monte que yo te mostraré”, el monte Moriá .

Estoicamente, Abraham se levanta temprano en la mañana y toma a su hijo Isaac, un cuchillo y fuego, y viaja al lugar designado.

Una vez allí, Abraham ata a Isaac al altar que había construido y extiende su brazo para sacrificar a su hijo. Entonces, justo a tiempo, llega un ángel y le dice a Abraham que se detenga. Di-s solo quería poner a prueba su lealtad y no había necesidad de seguir adelante con el sacrificio.

Al levantar los ojos, Abraham vio un carnero cuyos cuernos estaban atrapados entre los matorrales. Abraham degolló el carnero y lo sacrificó en lugar de su hijo.

Después de vivir una vida plena y rica de 127 años, Sara muere en la ciudad de Hebrón. 

En presencia de los habitantes de la ciudad (hititas), Abraham le pregunta a Efrón si le vendería la cueva de Macpela , que está en su campo. 

Sin que Efrón lo supiera, Adán y Eva fueron enterrados en esta cueva especial.

A pesar de sus grandiosas ofertas de dar la cueva gratis, Efrón vende el terreno a Abraham por la principesca suma de 400 monedas de plata, y Abraham entierra allí a su esposa.

Isaac y Abraham se casan
Aunque Sara no vive para ver a Isaac formar una familia, Abraham está decidido a que esto suceda, de la mejor manera posible. En lugar de emparejar a su hijo con una de las mujeres idólatras de Canaán, Abraham envía a su sirviente Eliezer a su antiguo hogar de Aram Naharaim para encontrar una esposa adecuada para su hijo.

La Torá describe con gran detalle cómo Eliezer ora por la asistencia Divina y es guiado hacia Rebeca , la sobrina nieta de Abraham, quien amablemente ofrece agua al viajero y su caravana de camellos sedientos.

“Y la trajo Isaac a la tienda de Sara su madre”, nos dice el versículo, “y tomó a Rebeca por mujer, y la amó. Y se consoló Isaac por la pérdida de su madre”. 

Con su hijo firmemente afianzado en el matrimonio, Abraham se vuelve a casar con una mujer llamada Cetura, a quien algunos identifican como Agar, de 15 años, y tiene muchos más hijos. A la avanzada edad de 175 años, Abraham fallece y es enterrado por Isaac e Ismael.

El profeta Isaías se refiere a él como “Abraham, mi amado”.  De hecho, Abraham vivió una vida de amor. 

Amaba a Di-s, amaba a la gente y, por lo tanto, se esforzaba por enseñar a todos acerca de Di-s. En vista de esto, resulta aún más conmovedor el hecho de que Abraham superara su tendencia natural al amor y estuviera dispuesto a sacrificar a su amado hijo en un altar. Este sacrificio supremo es un tema central de las oraciones de Rosh Hashaná , cuando le pedimos a Di-s que anule cualquier juicio severo que pueda tener contra nosotros.

Desde una perspectiva cabalística, Abraham está asociado con los atributos de jesed (bondad) y ahavá (amor), el primero de los siete middot (atributos emotivos). Esto contrasta con Isaac, quien personificó gevurá (severidad) e yirá (temor). Los middot conforman el “cuerpo cósmico”; jesed está en la parte superior derecha (brazo), mientras que gevurá está en la izquierda.

Abraham el anfitrión
Abraham y Sara eran famosos por su hospitalidad. Su tienda estaba abierta por los cuatro costados y los viajeros podían refrescarse antes de seguir adelante. Además de ocuparse de sus necesidades físicas, Abraham también se ocupaba de su estado espiritual. Como dice el Talmud:

Abraham, nuestro antepasado, hizo que el nombre de Di-s fuera pronunciado en boca de todos los que pasaban por allí. ¿Cómo? Después de que los invitados de Abraham comían y bebían, lo bendecían, pero él les decía: “¿Comieron de lo mío? La comida que comieron pertenece al Dios del Universo, así que agradezcan, alabe y bendigan a Aquel que habló y trajo el mundo a la existencia”.

¿Dónde estaba Abraham?
Más arriba, compartimos una sinopsis de los primeros años de Abraham, de cómo se enfrentó con valentía al poderoso Nimrod y proclamó la unidad de Di-s a todos. ¿Por qué la Torá no menciona este aspecto de su vida, comenzando solo con la instrucción de Di-s a Abraham de mudarse a la Tierra Prometida?

Esta historia fue registrada en la Torá no tanto para que aprendamos acerca de la vida personal de Abraham, sino más importante aún, para que aprendamos acerca de la nuestra. Mientras Di-s no se había comunicado con Abraham, la historia era cautivadora e inspiradora, pero era exclusiva de Abraham, una serie de logros que no se podrían haber esperado de un judío promedio.

Sin embargo, la vida de Abraham después de la revelación de Di-s se basa en el mandato de Di-s, algo que se aplica por igual a todos y cada uno de los miembros del pueblo elegido. Como nietos de Abraham, todos estamos capacitados para seguir a Di-s adondequiera que Él nos guíe.

 

FUENTE

Las siete leyes de los hijos de Noé

1. Con respecto a los mandamientos de Di-s, la humanidad está dividida en dos grupos: los Hijos de Israel y los Hijos de Noaj.

2. Los Hijos de Israel son los Judíos, los descendientes del Patriarca Jacob. Ellos tienen el deber de cumplir con los 613 Mandamientos de la Torá.

3. Los Hijos de Noaj comprenden las setenta naciones originales del mundo y sus ramificaciones. Ellos tienen el deber de cumplir las Siete Leyes Universales, también conocidas como las Siete Leyes de los Hijos de Noaj o las Siete Leyes Noájidas. 

Estas Siete Leyes Universales tienen que ver con idolatría, blasfemia, asesinato, robo, relaciones sexuales, comer la carne de un animal vivo y el establecimiento de cortes de justicia.

4. Todas las Siete Leyes Universales son prohibiciones. No hay que sorprenderse: los mandamientos negativos (o prohibitivos) son de un orden superior a los positivos; y, su cumplimiento, conlleva una mayor recompensa.

5. Hombres y mujeres son iguales en su responsabilidad por observar los Siete Mandamientos. 

6. Es materia de disputa la edad a partir de la cual un individuo es responsable por sus acciones bajo estas leyes. Una opinión sostiene que depende del desarrollo mental del individuo. Conforme a esta opinión, tan pronto como un muchacho ha alcanzado la madurez que le permite entender el significado e importancia de las Siete Leyes Universales, está en la obligación de cumplir con la ley en su plenitud. La otra opinión sostiene que un muchacho alcanza la edad de responsabilidad legal a los trece años (doce años en caso de las chicas). 

7. Los Hijos de Noaj están permanentemente advertidos en lo concerniente a las Siete Leyes Universales. Esto quiere decir que no es defensa válida la ignorancia de la ley. Uno no puede afirmar, por ejemplo, que no sabía que la idolatría estaba prohibida por una de las siete leyes. Ni puede tampoco afirmar que no sabía que inclinarse ante un ídolo constituía idolatría.

Nota – Sin embargo, podría afirmar que no sabía que un objeto en cuestión era un ídolo, pues esto no es ignorancia de la ley.

Por tanto, uno tiene el deber de ocuparse en el estudio de las Siete Leyes Universales a lo máximo de su capacidad y enseñar el conocimiento de estas a sus propios hijos.

8. Cuando uno de los Hijos de Noaj resuelve cumplir a cabalidad los Siete Mandamientos Universales, su alma se eleva. Esta persona se constituye en uno de los Jasidei Umot ha-Olam, Justos entre las Naciones, y recibe un lugar en el Mundo Eterno.  Las Santas Escrituras llaman a aquel que acepta el yugo del cumplimiento (cabal) de las Siete Leyes Universales un guer toshav, un Prosélito de la Puerta. Esta persona tiene permitido vivir en la Tierra de Israel y entrar al Santo Templo en Jerusalén y ofrecer sacrificios al Di-s de Israel. 

9. A pesar de que los Hijos de Noaj tienen como obligación sólo el cumplimiento de las Siete Leyes Universales, les está permitido observar cualquiera de los 613 Mandamientos de la Torá con el propósito de recibir recompensa divina. Las excepciones a esto son: 

A. Observar el Shabat a la manera de los Judíos (descansando de las acciones que fueron necesarias para la construcción del Tabernáculo durante el Exodo de Egipto).

B. Observar las festividades Judías a la manera de los Judíos (descansando de forma similar al Shabat).

C. Estudiar aquellas partes de la Torá que no se aplican al servicio Noájida para con Di-s.

D. Escribir un rollo de Torá (los Cinco Libros de Moisés) o recibir una aliyá a la Torá (i.e., leer una porción de la Torá en una reunión pública).

E. Hacer, escribir o vestir tefilín, las filacterías que se usan durante el rezo (judío) y que contienen porciones de la Torá.

F. Escribir una mezuzá, un pergamino particular que contiene porciones de la Torá, o instalarla en el marco de la puerta de acceso al hogar de uno.

Nota – Es el propósito primario de las Siete Leyes Universales el enseñar a los Hijos de Noaj acerca de la Unicidad de Di-s y, por tanto, les es permisible el estudio de aquellas partes de la Torá que corresponden a este conocimiento. Esto incluye los veinticuatro libros de las Escrituras Hebreas; y, del mismo modo, el estudio de cualquier parte de la Torá que conlleve un mayor conocimiento en lo concerniente al cumplimiento de los Siete Mandamientos por parte del Noájida, es permisible. Pero el estudio Talmúdico o Halájico de las materias que corresponden exclusivamente al servicio Judío hacia Dios, está prohibido. El Noájida que estudia porciones de la Torá que no le corresponden, daña su alma. 

10. Si un Noájida está, a la manera judía, esforzándose por aprender Torá o por guardar el Shabat, o si revela nuevos aspectos de la Torá, pudiera ser literalmente restringido e informado de que es merecedor de la pena capital, pero no se lo ejecutará.

Nota – La acción tomada en su contra tiene por objeto simplemente disuadirlo de cometer actos prohibidos.

Nota – Si la corte que está establecida en consonancia con las Siete Leyes Universales decreta la pena de muerte a un Noájida (por alguna transgresión o crimen), la ejecución es una expiación por la transgresión de esta persona y, consecuentemente, quien transgrede y es castigado (con la pena capital) por la corte puede ameritar una porción en el Mundo por Venir. Además, el Noájida debe reencarnar para estar en capacidad de expiar las acciones que, en el pasado, cometió.

11. La observancia de las Siete Leyes Noájidas es un yugo de fe para con Di-s; es decir, deben ser observadas exclusivamente porque Di-s las ordenó. Si un Hijo de Noaj observa estas Siete Leyes Universales por otra razón que no sea cumplir con el deseo de Dios, dicho cumplimiento es inválido y por tanto no le corresponde recompensa divina alguna. Esto quiere decir que si un Hijo de Noaj dice, “Estas leyes se presentan como sensibles y benéficas, por tanto las observaré”, sus acciones no concretan nada y no recibirá recompensa. 

12. Cuando un Hijo de Noaj se embarca en el estudio de las Siete Leyes Universales, es capaz de alcanzar un nivel espiritual superior al del Sumo Sacerdote de los Judíos, quien es el único que tiene la santidad para entrar al Lugar Santísimo en el Templo de Jerusalem.

13. Si un Noájida desea aceptar la reponsabilidad completa de la Torá y de los 613 Mandamientos, puede optar por la conversión y (entonces) ser Judío en cada aspecto. A aquel que opta por esta ruta se le conoce como un guer tzedek, un prosélito justo.

Es un principio del Judaísmo, sin embargo, no buscar conversos; y todo individuo que solicita la conversión es generalmente desmotivado. En caso de que la persona persista en su deseo de conversión, deberá tomar consejo exclusivamente de un Rabino (o erudito) Ortodoxo porque si la conversión es realizada por fuera de los parámetros de la Halajá (Ley de la Torá), no es para nada una conversión válida. Asimismo, una conversión supervisada y concedida por rabinos quienes, por su cuenta, no siguen las leyes de la Torá, es nula y vacua: no es reconocida en los cielo ni por ningún Judío temeroso de Di-s.

14. Es erróneo pensar que, puesto que los Hijos de Israel tienen 613 Mandamientos y los Hijos de Noaj tienen Siete Mandamientos, el rango de valor espiritual es proporcionalmente de 613 a 7. La verdad es que las Siete Leyes Universales son mandamientos generales, cada una conteniendo muchas partes y detalles, mientras que los 613 Mandamientos de la Torá son específicos, cada uno en relación con uno de los detalles básicos de la Ley Divina. Por tanto, la disparidad numérica de ninguna manera refleja el valor espiritual relativo de los dos sistemas de mandamientos. La diferencia primaria en el servicio del Israelita y del Noájida es que el Noájida mira la existencia de la existencia, es decir, mejora el mundo, mientras que el Israelita mira la no-existencia de la existencia, es decir revela la Divinidad al mundo. Por supuesto, mejorando al mundo se revela Divinidad y revelando Divinidad automáticamente se mejora al mundo.

15. El castigo estatutario por transgredir cualquiera de las Siete Leyes de Noaj es la pena capital. De acuerdo con algunos sabios, el castigo es el mismo ya sea con conocimiento o ignorancia de la ley. De acuerdo con otros, un transgresor que es ignorante de la Ley Noájida recibe la pena de muerte sólo en el caso de asesinato. 

16. Si la corte no puede condenar a un individuo por falta de testigos o por cualquier otra razón (veáse el capítulo sobre las Cortes de Justicia), el transgresor será castigado por Decreto Divino. 

17. Junto a las Siete Leyes Universales, los Hijos de Noaj han tomado tradicionalmente sobre si mismos el cumplir con el mandamiento de honrar a padre y madre. 

18. Algunas autoridades son de la opinión de que los Hijos de Noaj tienen que observar el mandamiento de dar caridad. Otros sostienen que es propio y meritorio el que los Hijos de Noaj den caridad pero que en realidad no tienen obligación legal. 

19. Cuando un Noájida observante de las Siete Leyes Universales da caridad, los Israelitas la aceptan y la entregan a los pobres de Israel, porque a través del mérito de dar caridad al pobre (entre el pueblo Judío) uno gana vida por parte de Dios y es salvado de la muerte. Pero cuando un Noájida que no acepta el yugo de las Siete Leyes Universales da caridad, no está permitido entregarla al necesitado de Israel. Su caridad podría ser entregada solamente a pobres entre los Noájidas.

20. Si uno de los Hijos de Noaj se levanta y lleva a cabo un milagro y dice que Di-s lo envió, para entonces instruir a otros aumentando o quitando de lo concerniente a cualquiera de las Siete Leyes o las explica de una manera que no fue escuchada en el Monte Sinaí o si afirma que los 613 Mandamientos dados a los Judíos no son eternos (sino restringidos a un período fijo), esta persona es considerada un falso profeta e icurre en la pena capital. 

21. Hay una tradición oral que dice que los Hijos de Noaj tienen prohibido cruzar animales de diferentes especies o injertar árboles de diferentes variedades; aun cuando algunas autoridades sostienen que es permisivo tanto lo uno como lo otro. En todo caso, pueden vestir shaatnez (vestimenta que contiene lana y lino) y pueden plantar diferentes semillas como la vid y el trigo en un mismo campo, actos que son prohibidos para los Judíos. Aun si estuvieran prohibidas las acciones de cruce de especies, estas no son castigables por parte de las Cortes de Ley.

22. Los Sabios de Israel sostienen que los Hijos de Ketura (los hijos de la concubina de Abraham, Hagar) que nacieron después de Ishmael e Isaac deben por ley ser circuncidados. Puesto que hoy en dia los descendientes de Ishmael están intermezclados con los descendientes de los otros hijos de Hagar, todos están obligados a ser circuncidados al octavo dia después que nacen. Aquellos que transgreden esto no son culpables de pena capital. Esta ley se aplica sólo a pueblos Semitas, a pesar de que todas las demás naciones tienen permitido optar por la circuncisión si así lo deséan.

23. Una opinión sostiene que sólo los seis hijos de Hagar y no sus descendientes tenían como obligación la circuncisión. 

24. En conformidad con las Siete Leyes Universales, el hombre está advertido respecto a crear cualquier religión basado en su propio intelelecto: le corresponde o bien observar las Leyes Noájidas (si es gentil) o bien observar los 613 Mandamientos de la Torá (si es Judío). 

Nota – En lo concerniente a festividades, los Noájidas pudieran participar en ciertas celebraciones Judías tales como Shavuot (la celebración de la Entrega de la Torá), 31o Rosh Hashaná (Dia del Juicio y del Año Nuevo Judío) y Iom Kipur (Dia de la Expiación), pues, siendo importantes, deberían ser consideradas a tal efecto tanto por el Noájida como por el Judío. Rosh Hashaná es también el dia en que Adán, el Primer Hombre, fue creado por Di-s; y toda la humanidad desciende de Adán así como desciende de Noaj. Aun en estas festividades, sin embargo, los gentiles celebran sólo con el propósito de ganar mérito adicional y recompensa; y no pueden descansar a la manera de los Judíos. Más aun, el Noájida tiene estrictamente prohibido crear una nueva festividad que tenga un sentido religioso para afirmar entonces que es parte de su propia religión, aun si la religión fuera la observancia de las Siete Leyes Noájidas. Por ejemplo, tiene prohibido establecer una festividad celebrando el asentamiento de las aguas del Diluvio o cualquier cosa por el estilo. Y, lo que es más importante, tiene prohibido instituir festividades que adscriban significado religioso a eventos fuera de la esfera de los Siete Mandamientos Noájidas. La celebración de actividades seculares y la conmemoración de hechos históricos, aun si involucran una comida festiva, están permitidas.

25. Las naciones del mundo reconocen la existencia de Di-s y no contravienen Su deseo; sin embargo, el problema radica en que las naciones han presentado regularmente una incapacidad de nulificarse ante Di-s y niegan Su Unicidad al pensar que ellas mismas constituyen entidades separadas, refiriéndose a El como Di-s de dioses. Se deriva, por tanto, que cuando los gentiles transgreden los Siete Mandamientos Noájidas, se debe solamente al espíritu de “ingenuidad” que entra en ellos ocultándoles la verdad. Pero en su ser esencial, no son capaces de transgredir el Deseo Divino. De hecho, incluso Balaam, el profeta vil, dijo, “No soy capaz de contravenir la palabra de Di-s” (Números 22:18).

26. El mandamiento de ser fructífero y multiplicarse fue entregado a Noaj pero, puesto que no fue repetido en el Monte Sinaí, este mandamiento no es considerado como parte de las Siete Leyes Universales. Sin embargo, los Hijos de Noaj tienen la obligación de convertir al mundo entero en un lugar acogedor para la humanidad. Esto se cumple de forma mínima cuando la pareja trae a este mundo un niño y una niña que a su vez sean capaces (cuando llegue el momento) de reproducirse. Más aun, la pareja que engendra más hijos está trayendo más benevolencia espiritual al mundo, suponiendo que estos niños son educados en un ambiente de moralidad a través del cumplimiento de las Siete Leyes Universales.

27. Un Noájida que golpéa a un Israelita causándole aun una ligera magulladura, a pesar de que teóricamente es condenado por ello, no recibe la pena de muerte. 

28. Cuando un Noájida muere; sus restos deberían ser depositados en tierra, “pues de ella fuiste tomado; porque polvo eres y al polvo volverás” (Génesis 3:19). Esto no quiere decir que los Hijos de Noaj transgreden uno de los Siete Mandamientos al utilizar procesos como la cremación o la preservación criogénica, sino que carecerán de la expiación que el entierro conlleva. 

29. Al observar las Siete Leyes Universales, la humanidad usa la herramienta justa con la que puede perfeccionarse a sí misma. El individuo, a través de estas leyes, tiene el poder de refinar su ser esencial y puede elevarse cada vez más alto, sin límite. Porque está escrito, “Llamo al cielo y tierra para que atestigüen que cualquier individuo, hombre o mujer, Judío o Gentil, libre o esclavo, puede tener el Espíritu de Santidad morando sobre él. Todo depende de sus actos”. Y también está escrito, “Ultimadamente, todo está entendido: teme a Di-s y observa Sus Mandamientos, porque esa es la realización del hombre” (Eclesiastes 12:13).

Fuente:
The Path of the Righteous Gentile (An introduction to the Seven Laws of the Children of Noah)

Juan Mayorga Zambrano (traductor) & Yehuda Ribco (asesor de traducción)

Traducción al Castellano bajo permiso del Rabino Chaim Clorfene a partir de la edición 1987 (Feldheim Publishers Ltd.).

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