Rabí Akiva: Su vida y enseñanzas

Rabí Akiva fue uno de los maestros más prolíficos e inspiradores del judaísmo, quien formó un eslabón crucial en la cadena de transmisión de la tradición judía que comenzó con Moisés y continúa hasta nuestros días. 

Enseñó y dirigió durante los tumultuosos años de la destrucción del Segundo Templo Sagrado, y finalmente fue ejecutado por los romanos por el “delito” de enseñar la Torá.

Raquel , la esposa del rabino Akiva


Quizás conozcan a Rabí Akiva ben Joseph , de quien nuestros sabios dicen que fue uno de los más grandes eruditos de todos los tiempos. Con su mente aguda, dijeron los sabios, podía “arrancar montañas” y explicó cada letra de la Torá , incluso las pequeñas coronas que adornan muchas de ellas. Rabí Akiva fue uno de los cuatro grandes sabios que intentaron penetrar en los secretos más profundos de la Creación y del conocimiento, y fue el único que salió sano de cuerpo y mente.

¿Pero sabéis también que toda la extraordinaria erudición de este tan famoso Tanaim se debió al amor abnegado de su esposa por la Torá?

Verán, Rabí Akiva no era de los afortunados que nacen en la riqueza ni en la familia de un erudito. Tuvo que conseguirlo todo a las duras penas. Nació en una familia muy pobre y se convirtió en un pastor ignorante, uno de los muchos que cuidaban los miles de rebaños del acaudalado Kalba Sabua, sobre cuyas riquezas el Talmud cuenta muchas historias. La hija de este hombre fabuloso era una joven hermosa y temerosa de Dios . Los jóvenes más ricos y eruditos de la época se habrían considerado afortunados de casarse con ella. Pero Rajel, la única hija de Kalba Sabua, heredera de sus riquezas, había observado al pastor Akiva y una voz interior le decía que este joven ignorante tenía la fuerza para ser un gran erudito. Con la condición de que dejara el trabajo de su padre para ir a estudiar Torá, se casó con él en secreto.

Mientras Raquel rechazaba a un joven tras otro, Kalba Sabua descubrió su matrimonio secreto con su antiguo pastor. Se enfureció y juró no tener nada que ver con ella ni con su esposo. Con alegría, la hija única del hombre más rico de la época abandonó todos los lujos y comodidades a los que estaba acostumbrada y se fue a vivir con Akiva en una choza, durmiendo sobre un fardo de paja y trabajando arduamente con sus propias manos, para que su esposo pudiera dedicarse al estudio de la Torá. En una ocasión, al no encontrar trabajo, incluso se cortó su hermosa y larga cabellera para venderla y así tener dinero para comprar un mendrugo de pan para ambos.

Sin embargo, incluso en su pobreza, estaban dispuestos a compartir con los demás lo poco que poseían. Una vez, un hombre pobre pasó junto a la choza de Akiva y Raquel y suplicó: «Por favor, buena gente, denme un puñado de paja. Mi esposa está enferma y no tengo con qué acostarla». De inmediato, Akiva compartió su propio atado de paja con el hombre pobre, y le comentó a Raquel: «Mira, hija mía, hay quienes están peor que nosotros». El pobre mendigo, dicen nuestros sabios, no era sino el profeta Elías , que había venido a poner a prueba el buen corazón de Akiva.

Rabí Akiva y la gota de agua

Akiva una vez vio gotas de agua cayendo sobre una piedra enorme –goteo, gota– y justo donde caían las gotas había un agujero profundo en la piedra.

«¡Qué poder tan grande hay en una gota de agua!», pensó el pastor. «¿Podría mi corazón de piedra ablandarse de esa manera? Mira lo que las pequeñas gotas de agua le hicieron a la roca. Supongamos que comenzara a estudiar la Torá, poco a poco, gota a gota, ¿quizás mi mente se ablandaría?».

Y así fue como Akiva, el pastor, se convirtió en el gran Rabí Akiva, el erudito y maestro más grande y sabio de su época, ¡quien tuvo 24 mil alumnos! A menudo les decía que fue una gota de agua la que le cambió la vida.

Después de que Akiva hubo dominado el conocimiento básico de la Torá, su esposa y él acordaron que él iría a la academia de los grandes eruditos de aquellos días, dirigida por el rabino Eliezer , para dedicar doce años al estudio intensivo. Así los dos se separaron, y durante doce largos años, Raquel trabajó arduamente para mantenerse, mientras que su esposo se convirtió en uno de los hombres más eruditos de todos los que alguna vez vivieron. Al final de los doce años, Rabí Akiva regresó con su esposa, como le había prometido. Cuando llegó ante la vieja y destartalada choza, escuchó una conversación entre su esposa y un vecino que se burlaba de Raquel por ser lo suficientemente tonta como para esperar y esclavizar a su esposo que la había dejado para estudiar Torá. “Podrías vivir en riquezas y lujos si no fueras tan tonta”, dijo la mujer.

“Por mi parte, él podría quedarse otros doce años en la Yeshivá para adquirir más conocimientos”, fue la respuesta de Raquel.

Lleno de orgullo y admiración por su gran esposa, Rabí Akiva se dio vuelta y hizo lo que Raquel quería que hiciera.

Al término de sus veinticuatro años, Rabí Akiva se había convertido en el erudito más famoso de todos los vivos. Jóvenes de Israel acudían de todas partes para estudiar bajo su dirección.

Acompañado por veinticuatro mil estudiantes, el rabino Akiva regresó a casa en un viaje triunfal de ciudad en ciudad, recibido en todas partes por la más alta nobleza. Las masas, ricas y pobres, acudieron a su regreso a Jerusalén .

Kalba Sabua también estaba entre quienes intentaban acercarse al maestro. De repente, Rabí Akiva vio a sus discípulos intentando contener a una mujer vestida con harapos. De inmediato se abrió paso entre la multitud para saludar a la mujer y la condujo a la silla a su lado. «Si no fuera por esta mujer, sería un pastor ignorante, incapaz de leer el Alef-Bet. Todo lo que sé se lo debo a ella», declaró Rabí Akiva.

La multitud se inclinó en señal de respeto ante la mujer a quien Rabí Akiva debía su gran beca. Kalba Sabua también descubrió de repente quién era su yerno. Expresó públicamente su arrepentimiento por haber tratado tan mal a su hija y a su esposo. Ahora toda su riqueza sería suya.

 

 

Rabí Akiva y el burlador

Cuando falleció Rabí Akiva, «no dejó a nadie como él», dijeron los rabinos. Son muchas las sabias enseñanzas y leyes que enseñó, y de las cuales está repleto el Talmud . Les presentamos algunas de sus enseñanzas:

Un pagano se acercó una vez a Rabí Akiva y le preguntó: “¿Quién creó el mundo?”

“ Di-s creó el mundo”, respondió Rabí Akiva.

“Demuéstramelo”, insistió el pagano.

“Vuelve mañana”, le dijo Rabí Akiva.

Al día siguiente, el pagano regresó y Rabí Akiva entabló conversación con él. “¿Qué llevas puesto?”, le preguntó Rabí Akiva.

“Una capa, como ves.”

“¿Quién lo hizo?” preguntó Rabí Akiva.

“El tejedor, por supuesto.”

“No lo creo; ¡demuéstramelo!” insistió Rabí Akiva.

¿Qué prueba quieres? ¿No ves que el tejedor ha hecho la tela?

Entonces, ¿por qué pides pruebas de que Di-s creó el mundo? ¿No ves que el Santo, bendito sea, lo creó?

Y a sus discípulos añadió Rabí Akiva: “Hijos míos, así como la casa es prueba del constructor, la tela es prueba del tejedor y la puerta es prueba del carpintero, así también este mundo proclama que Di-s lo creó”.

Rabí Akiva había estudiado la Torá con mayor profundidad y profundidad que nadie, pero era muy humilde, pues sabía que la Torá es infinita, pues es la sabiduría de Dios. Dijo: «Todo mi aprendizaje no es más que la fragancia de un etrog ; quien lo huele lo disfruta, pero el etrog no pierde nada. O es como quien saca agua de un manantial o enciende una vela con otra».

No es de extrañar que Rabí Akiva despreciara a un hombre vanidoso y engreído, cuyo conocimiento solo lo llenaba de vanidad y egocentrismo. De tal hombre, Rabí Akiva dijo: «Es como un cadáver tirado en el camino; quien pasa junto a él se lleva los dedos a la nariz y se aleja apresuradamente».

La siguiente historia también ilustra su humildad y respeto por la Torá.

En una ocasión, Rabí Akiva fue llamado a leer a la congregación un pasaje de la Torá, pero no quiso hacerlo. Sus discípulos, asombrados, le preguntaron: «Maestro, ¿no nos has enseñado que la Torá es nuestra vida y la prolongación de nuestros días? ¿Por qué te negaste a leerla a la congregación?». Y Rabí Akiva respondió simplemente: «Créanme, no me había preparado para ello; pues nadie debe dirigir palabras de la Torá al público sin antes haberlas repasado para sí mismo tres o cuatro veces».

Rabí Akiva no se reservó su conocimiento, sino que tuvo muchos estudiantes y discípulos, más que cualquier otro maestro. Como saben, llegó a tener no menos de 24 mil estudiantes. Algunos de los rabinos más destacados de la siguiente generación se encontraban entre sus discípulos, como, por ejemplo, Rabí Simeón ben Yojái, cuyo Yahrzeit se celebra en Lag BaÓmer . Junto con otro gran sabio, Rabí Janina ben Chakinái, Rabí Simeón fue a Bnei Brak para aprender Torá con Rabí Akiva, ¡y permanecieron allí durante trece años!

Citando un pasaje de Koheleth (11:6): “Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no descanses tu mano”, Rabí Akiva explicó que significa: “Enseña a los discípulos en tu juventud, y no dejes de enseñar en tu vejez”.

Enseñanzas del rabino Akiva

En el tercer capítulo de Pirkei Avot encontramos los siguientes dichos suyos:

Las bromas y la frivolidad llevan al hombre a la inmoralidad. La Masora (Tradición) es una barrera para la Torá. Los diezmos (la tzedaká prescrita , la caridad) son una barrera para la riqueza. Los votos (autocontrol) son una barrera para una vida santa. Una barrera para la sabiduría es el silencio.

Él solía decir:

“Amado es el hombre, porque fue creado a imagen de Di-s… Amado es Israel, porque fueron llamados hijos de Dios… Amado es Israel, porque a ellos les fue dada la Torá deseable.”

El hombre es, sin duda, la criatura amada, e Israel ha sido elegido para recibir la Torá; por eso, su responsabilidad es aún mayor. Y así nos recuerda:

“Todo está previsto (por Di-s), pero se da la libertad de elección, y el mundo es juzgado con gracia, aunque todo es según la cantidad de trabajo realizado”.

Rabí Akiva compara el mundo con una tienda, donde cualquiera puede comprar a crédito, pero todo queda registrado en un libro de contabilidad y hay que pagar. Dijo:

“Todo se da en prenda, y una red se extiende sobre todos los seres vivientes: la tienda está abierta; y el tendero da crédito; y el libro de contabilidad está abierto; y la mano escribe; y quien quiera pedir prestado puede venir y pedir prestado; pero los cobradores hacen regularmente sus rondas diarias; y exigen el pago del hombre, ya sea que esté dispuesto o no.

Concluiremos con una de sus frases favoritas, que nos vendrá bien recordar siempre:

“Todo lo que Di-s hace es para bien”.

 

La hija del rabino Akiva

La hija de Rabí Akiva fue una vez al mercado a comprar cosas para la casa. Al pasar junto a un grupo de astrólogos y adivinos, uno de ellos le dijo al otro: “¿Ves a esa hermosa joven? ¡Qué terrible calamidad le espera! Morirá el mismo día de su boda. ¡Recuerda lo que te digo!”

La hija de Rabí Akiva escuchó las palabras del astrólogo, pero no le prestó atención. A menudo le había oído decir a su gran padre que quien observa las mitzvot de la sagrada Torá no debe temer ningún mal.

A medida que se acercaba el feliz día de su boda, se había olvidado por completo de aquel astrónomo. El día anterior a su boda, había mucho que hacer, y por la noche se retiró a la cama, cansada pero feliz. Antes de acostarse, se quitó su horquilla dorada y la clavó en la pared, como había hecho antes.

A la mañana siguiente, arrancó el alfiler de la pared y, al hacerlo, arrastró consigo una serpiente pequeña pero muy venenosa. Horrorizada, se dio cuenta de que había matado a la serpiente que acechaba en la grieta de la pared al clavar el alfiler la noche anterior. ¡Qué milagro tan maravilloso!

Entonces recordó las palabras del astrónomo y se estremeció.

Oyó que llamaban a la puerta. “¿Estás bien, hija? Te oí gritar”, dijo su padre. Entonces vio la serpiente muerta aún colgando del alfiler. Le contó a su padre lo sucedido.

“Esto sí que es un milagro”, dijo Rabí Akiva. “Dime, hija, ¿qué hiciste ayer? Seguro que realizaste alguna mitzvá especial ayer para salvarte de esto”.

Bueno, lo único que recuerdo es esto. Anoche, cuando todos estaban ocupados con los preparativos de mi boda, entró un hombre pobre, pero nadie pareció notarlo, tan ocupados estaban todos. Vi que el pobre tenía mucha hambre, así que tomé mi porción del banquete de bodas y se la di.

Rabí Akiva siempre supo que su hija era muy devota de los pobres, pero esto era algo especial, y él estaba muy feliz. « La tzedaká (caridad) libra de la muerte», exclamó.

Cuando Rabí Akiva se convirtió en un gran hombre, su suegro, Kalba Sabua, uno de los tres hombres más ricos de Jerusalén , le dio toda su fortuna para compensar el trato que le había dado cuando Akiva era un pastor pobre e ignorante. Así que, de vez en cuando, Akiva compraba y vendía diamantes y piedras preciosas para ganarse la vida. He aquí la historia de un extraño cliente que quería comprarle una perla preciosa.

Rabí Akiva conocía al hombre y siempre lo había considerado pobre, pues vestía pobremente y siempre se sentaba en el beit hamidrash (sala de estudio) entre los pobres. «Quiero comprar la perla», dijo el hombre, «y pagaré su precio. Pero no tengo dinero. Si tiene la amabilidad de acompañarme a mi casa, se lo pagaré».

Rabí Akiva pensó que el hombre estaba bromeando, pero aún así decidió seguirle el juego.

Al entrar en la casa del hombre “pobre”, muchos sirvientes salieron a saludar a su amo. Le lavaron los pies polvorientos y lo sentaron en una silla de oro. El hombre pidió a sus sirvientes que trajeran la caja donde guardaba su dinero y le pagó a Rabí Akiva el precio completo de la perla. Luego ordenó que la molieran hasta convertirla en polvo fino.

Rabí Akiva se sorprendió mucho y le preguntó al hombre: «Pagaste tanto dinero por esta preciosa perla, y ahora la convertiste en polvo. ¿Por qué lo hiciste?».

—Mira, querido rabino —respondió el hombre—. Compro perlas, las muelo hasta convertirlas en polvo y las mezclo con ciertas medicinas para dárselas a los pobres.

El hombre ordenó que le pusieran la mesa con la mejor comida y vinos, e invitó a Rabí Akiva y a sus estudiantes a cenar con él. Después de cenar, Rabí Akiva le preguntó: «Veo que eres muy rico; dime, ¿por qué vistes tan pobremente y te sientas entre los pobres, como si fueras uno de ellos?».

A menudo oigo a nuestros grandes sabios enseñarnos que a Di-s no le gustan los hombres orgullosos. Y, además, ¿cómo puedo enorgullecerme de mi riqueza? ¿Qué es la vida del hombre? ¿Acaso su riqueza no es más que una sombra pasajera? Hoy estoy vivo, mañana, ¿quién sabe? Hoy soy rico, mañana, ¿quién sabe? Quizás sea pobre, y así no me será difícil encontrar mi lugar entre los pobres. Si no subo alto, la caída no me dolerá. Pero eso es solo en lo que a mí respecta, cuando se trata de dar caridad y apoyar instituciones de la Torá, no me encontrarán pobre, solo que prefiero hacerlo en silencio, pues no busco honor para mí.

Rabí Akiva bendijo al hombre para que viviera mucho tiempo y permaneciera rico toda su vida, para que pudiera continuar haciendo tanto bien a su maravillosa manera.

“Quien posee estas tres cosas es de los discípulos de nuestro padre Abraham … Un buen ojo, una mente humilde y un espíritu humilde… Los discípulos de nuestro padre Abraham disfrutan de este mundo y heredan el mundo venidero…” ( Pirkei Avot 5:23)

Rabí Akiva vivió en una época en la que los romanos gobernaban Tierra Santa, desde que destruyeron el Templo Sagrado. Llegó un momento en que los romanos trataron a los judíos con mucha dureza, prohibiéndoles estudiar la Torá y observar las mitzvot . Sin embargo, Rabí Akiva continuó enseñando a sus numerosos alumnos hasta que fue arrestado y encarcelado.

El director de la prisión permitió que uno de los estudiantes de Rabí Akiva le llevara agua al prisionero. Su nombre era Rabí Joshua ha-Garsi (que significa «el Molino de Frijoles», pues este era su oficio; existe otra opinión que el nombre se refiere a su ciudad natal).

Todos los días, el rabino Joshua le llevaba a su amo en la prisión una medida de agua. Una vez, el guardia notó la cantidad. «Nadie bebe tanta agua», dijo con recelo. «¿Quizás quiere socavar los cimientos de la prisión?». Dicho esto, el guardia vertió la mitad del agua y le dio al rabino Joshua la otra mitad para que se la llevara al prisionero.

Al preguntarle por qué llegaba tarde, el rabino Joshua le explicó a Rabí Akiva lo sucedido. «No importa», dijo Rabí Akiva con dulzura, «déjame lavarme las manos para poder comer algo».

El rabino Joshua ha-Garsi dijo: “Si usas el agua para lavarte las manos, ¡no habrá suficiente agua para beber!”

Entonces Rabí Akiva dijo: “¿Qué puedo hacer? Comer con las manos sin lavar es pecado. Es mejor morir de sed que cometer un pecado”.

Cuando los Sabios se enteraron más tarde de la conducta de Rabí Akiva, dijeron: «Si actúa de esta manera piadosa ahora que es anciano, ¡cuánto más cuidadoso debió haber sido cuando era más joven y fuerte! Y si observa todas las leyes mientras está en prisión, ¡cuánto más estricto debió haber sido en su casa! Además, ¡fíjense en la importancia de la mitzvá de lavarse las manos antes de comer!».

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¿Qué es una Mikve ?

Por Rivkah Slonim

 

Una mikve (מִקְוֶה, también escrita mikveh ) es una piscina de agua en la que los judíos se sumergen para alcanzar la pureza. Es más común que la usen las mujeres, como parte del ciclo de nidá , antes de reunirse con su esposo. La mikve también la usan los conversos al convertirse al judaísmo . En la época del templo , era utilizada por cualquiera que deseara entrar al complejo del Templo Sagrado o disfrutar de los alimentos sagrados. Una mikve moderna suele ser una hermosa instalación similar a un spa.

¿Qué hace que una Mikve sea una?
Para quienes no lo conocen, una mikve moderna parece una piscina en miniatura. En una religión rica en detalles, belleza y ornamentación —con el Templo antiguo o incluso las sinagogas contemporáneas como telón de fondo—, la mikve es sorprendentemente anodina, una estructura humilde. Sin embargo, su apariencia ordinaria contradice su lugar primordial en la vida y la ley judías. La mikve ofrece al individuo, a la comunidad y a la nación de Israel el extraordinario don de la pureza y la santidad. Ningún otro establecimiento, estructura o rito religioso puede afectar al judío en este sentido.

De esta manera, y de hecho, a un nivel tan esencial. Sin embargo, su extraordinario poder depende de su construcción conforme a las numerosas y complejas especificaciones descritas en la halajá, la ley judía.

Las masas de agua naturales del mundo —sus océanos, ríos, pozos y lagos de manantial— son mikvehs en su forma más primigenia. Contienen aguas de origen divino y, por lo tanto, según la tradición, el poder de purificar. Creadas incluso antes de que la tierra tomara forma, estas masas de agua ofrecen una ruta esencial para la consagración. Pero también presentan dificultades. No son necesariamente kosher para la inmersión (se debe consultar a un rabino competente). Además, estas aguas pueden ser inaccesibles o peligrosas, por no mencionar los problemas del mal tiempo y la falta de privacidad. Por lo tanto, la vida judía exige la construcción de mikvehs (piscinas), y de hecho esto lo han hecho los judíos en todas las épocas y circunstancias.

En resumen: Una mikve debe construirse en el suelo o como parte esencial de un edificio. Por lo tanto, los recipientes portátiles, como bañeras, jacuzzis o jacuzzis, nunca pueden funcionar como mikve .

La mikve debe contener un mínimo de 200 galones de agua de lluvia, recolectada y vertida a la piscina de la mikve , de acuerdo con una normativa muy específica. En casos extremos, cuando la obtención de agua de lluvia es imposible, se puede utilizar hielo o nieve de una fuente natural para llenar la mikve. Al igual que con el agua de lluvia, su transporte y manipulación están sujetos a unas normas muy complejas.

El observador casual a menudo verá solo una piscina: la que se usa para la inmersión. En realidad, la mayoría de las mikveh se componen de dos, a veces tres, piscinas adyacentes.

Mientras que el agua de lluvia acumulada se almacena en una piscina inferior, la piscina de inmersión superior se drena y se rellena regularmente con agua del grifo.

Conectadas mediante un orificio de al menos cinco centímetros de diámetro en el fondo de la piscina superior, el flujo libre, o “beso”, de las aguas entre ambas piscinas convierte las aguas de la piscina de inmersión en una extensión del agua de lluvia natural, lo que le confiere la categoría legal de mikveh. Un método alternativo consiste en instalar piscinas contiguas que comparten una pared común con un orificio.

Las aguas de la mikve suelen llegar hasta el pecho y se mantienen a una temperatura agradable. Se accede a la piscina por escaleras. (Las mikve accesibles cuentan con ascensores).

La mikve , como institución, es víctima de una idea errónea popular. La inmersión en agua se asocia naturalmente con la purificación. Para complicar aún más la cuestión, históricamente las autoridades prohibían a los judíos usar los ríos de sus ciudades para bañarse. En respuesta, construyeron baños públicos, muchos de ellos con mikve dentro o cerca de ellos. En conjunto, estos factores forjaron un vínculo inextricable entre la idea de la mikve y la higiene física. Sin embargo, la mikve nunca fue un sustituto mensual del baño o la ducha. De hecho, la halajá estipula que uno debe estar escrupulosamente limpio antes de sumergirse. Para facilitar este requisito, las áreas de preparación —con baños y duchas, champú, jabones y otros productos de limpieza y belleza— son un elemento básico de la mikve moderna.

 

Hasta hace relativamente poco tiempo, la mayoría de las mikvehs se describían como utilitarias: la función, no la comodidad, dictaba su estilo. Una nueva concienciación entre las mujeres judías modernas, el rabinato y los líderes comunitarios en las últimas décadas ha impulsado una nueva tendencia en la construcción de mikvehs . Hermosas, incluso lujosas, mikvehs —con elegantes vestíbulos y salas de espera, áreas de preparación totalmente equipadas y piscinas de mikve bien diseñadas— se están construyendo en todo el país y en todo el mundo. Algunas mikvehs rivalizan con los lujosos spas europeos y ofrecen a sus clientes más comodidades de las que podrían disfrutar en casa.

En comunidades con una gran cantidad de usuarios de mikve , el edificio puede albergar hasta 20 o 30 áreas de preparación y de dos a cuatro piscinas de inmersión. En estas instalaciones, un sistema de intercomunicación conecta cada sala con un mostrador central, y un asistente garantiza la privacidad de los numerosos usuarios de mikve . Algunos de los edificios de mikve más grandes incluyen salas de conferencias que se utilizan para visitas guiadas y programas educativos.

La puerta de entrada a la pureza


La inmersión en la mikve ha ofrecido una puerta a la pureza desde la creación del hombre. El Midrash relata que, tras ser desterrado del Edén, Adán se sentó en un río que fluía del jardín. Esto fue parte integral de su proceso de teshuvá (arrepentimiento), de su intento de regresar a su perfección original. Antes de la revelación en el Sinaí, a todos los judíos se les ordenó sumergirse en preparación para encontrarse cara a cara con Di-s.

En el desierto, el famoso “pozo de Miriam” servía de mikve. Y la iniciación de Aarón y sus hijos al sacerdocio se celebró con la inmersión en la mikve 

En los tiempos del Templo, los sacerdotes, así como cada judío que deseaba entrar en la Casa de Di-s, debían primero sumergirse en una mikve.

En Iom Kipur, el día más sagrado de todos, al Sumo Sacerdote se le permitía entrar al Lugar Santísimo , la cámara más interna del Templo, a la que ningún otro mortal podía acceder. Este era el punto culminante de un día que implicaba un orden ascendente de servicios, cada uno de los cuales era precedido por una inmersión en la mikve.

Los usos principales de la mikve hoy en día están delineados en la ley judía y se remontan a los albores de la historia judía. Abarcan muchos aspectos de la vida judía. La mikve es parte integral de la conversión al judaísmo. Se utiliza, aunque es menos conocida, para la inmersión de ollas, platos y utensilios nuevos antes de que un judío los utilice. El concepto de mikve es también el punto central de la tahará , el rito de purificación del judío antes de que la persona sea sepultada y su alma ascienda a lo alto. El vertido manual de agua, de una manera muy específica, sobre todo el cuerpo del difunto cumple este propósito.

Los hombres también usan la mikve en diversas ocasiones; con excepción de la conversión, todas son habituales. Las más practicadas son la inmersión del novio el día de su boda y la de todos los hombres antes de Iom Kipur . Muchos hombres jasídicos usan la mikve antes de cada Shabat y festividad, e incluso algunos la usan todos los días antes de la oración de la mañana (en ciudades con una gran población de judíos observantes, las mikve especiales para hombres facilitan estas costumbres).

El concepto de mikve tiene raíces espirituales.

Pero el uso más importante y general de la mikve es la purificación de la mujer durante la menstruación.

Para la mujer menstruante, la inmersión en una mikve forma parte de un marco más amplio conocido como Taharat Hamishpajá (Pureza Familiar). Como en todas las áreas de la práctica judía, la Pureza Familiar implica un conjunto de leyes detalladas: el cuándo, el qué y el cómo de la observancia.

Estudiar con una mujer con experiencia en este campo es la forma tradicional de familiarizarse y familiarizarse con la práctica. En ciudades o comunidades con gran población judía, puede haber clases a las que se pueda asistir. Sin embargo, la mayoría de las mujeres adquieren este conocimiento a través de un encuentro más personal. Si bien los libros no son un buen sustituto de un maestro experto, se pueden utilizar algunos títulos como guía para este ritual o como referencia rápida 

 

La pureza familiar es un sistema basado en el ciclo menstrual de la mujer.

Desde el inicio de la menstruación y durante siete días después de su finalización, hasta que la mujer se sumerja en la mikve, la pareja no puede tener relaciones sexuales. Para evitar la violación de esta ley, la pareja debe limitar su indulgencia en acciones que les resulten excitantes, evitando el contacto físico directo y las manifestaciones físicas de afecto. El término técnico para la mujer en este estado es nidá (que significa literalmente: «estar separada»).

Exactamente una semana después de que la mujer haya constatado el cese de su flujo, visita la mikve. La inmersión tiene lugar al anochecer del séptimo día y está precedida por la purificación obligatoria. La inmersión solo es válida cuando las aguas de la mikve cubren cada parte del cuerpo, incluso cada cabello. Para ello, la mujer se baña, se lava el cabello, se peina y se quita cualquier objeto que pueda impedir su inmersión total.

La inmersión en la mikve es la culminación de la disciplina de Taharat Hamishpajá . Es un momento especial para la mujer que ha respetado los múltiples matices de la mitzvá y ha esperado con ansias esta noche. Sin embargo, a veces, la mujer puede sentirse apresurada o ansiosa por razones relacionadas o no con este rito. En este punto, debe relajarse, dedicar unos momentos a reflexionar sobre la importancia de la inmersión y, sin prisa, sumergirse en las aguas.

Tras una inmersión, de pie en las aguas de la mikve, la mujer recita la bendición para la purificación ritual y luego, según la costumbre, se sumerge dos veces más. Muchas mujeres aprovechan este momento propicio para la oración personal y la comunicación con Di-s. Después de la inmersión, la mujer y el esposo pueden reanudar sus relaciones maritales.

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El Ohel

“El Ohel ” es el lugar donde fue enterrado el Rebe de Lubavitch , Rabino Menachem M. Schneerson , de justa memoria, el 3 de Tamuz del año 5754 (12 de junio de 1994), junto a su suegro, el sexto Rebe de Lubavitch , Rabino Yosef Y. Schneersohn , de justa memoria.

Durante la vida del Rebe , él frecuentaba el lugar de descanso de su suegro, a veces dos, tres, cuatro o incluso seis veces por semana, llevando los problemas de la gente y sus pedidos de oración al sagrado lugar de descanso.

Ahora, jasidim, judíos y no judíos de todos los ámbitos de la vida vienen de todo el mundo al lugar de descanso del Rebe en busca de bendiciones, guía espiritual e inspiración…

El término Ohel (lit. “tienda”) se refiere a la estructura construida sobre el lugar de descanso de un tzadik , una persona justa. También se la conoce como tziyun (marcador).

Durante nuestro largo y doloroso viaje a través de la historia, los lugares sagrados de descanso de nuestros antepasados justos han servido como oasis espirituales. Si bien la ley y la tradición judías dictan que una persona debe dirigir sus oraciones solo a Di-s y no a ninguna otra entidad, el lugar de descanso de una persona justa se considera tierra sagrada, un lugar donde las súplicas al Todopoderoso son escuchadas por el mérito del alma santa relacionada con ese lugar. Tumbas como la de la Madre Raquel y la del Rey David , a las que se hace referencia en la Biblia y el Talmud , han proporcionado consuelo a millones de personas.

Durante su vida, el Rebe frecuentaba el lugar de descanso de su suegro, el sexto Rebe ( Rabino Yosef Y. Schneersohn ), a veces dos, tres, cuatro o incluso seis veces por semana, llevando los problemas y los pedidos de oración de la gente al sagrado lugar de descanso. El Rebe respondía a cientos de miles de personas escribiendo (en hebreo): “Mencionaré [su pedido] en el tziun “. Leía minuciosamente cada una de las miles de notas, luego las rompía y las dejaba en la tumba, tal vez como un recuerdo físico del suplicante.

Ahora, jasidim, judíos y no judíos de todos los ámbitos de la vida vienen de todo el mundo al lugar de descanso del Rebe en busca de bendiciones, guía espiritual e inspiración.

Hay numerosas observancias relacionadas con la visita al lugar de descanso del Rebe, como abstenerse de comer (aunque no de beber) antes de la visita, quitarse los zapatos de cuero antes de entrar al mausoleo (como hizo Moisés antes de acercarse a la zarza ardiente) y más.

Pero lo más importante es que uno no va al Rebe sin una preparación mínima de donaciones de caridad, estudio de la Torá y cierto grado de inventario espiritual.

El término “Ohel” (lit. “carpa”) se refiere a la estructura construida encima del lugar de reposo de un tzadík, una persona justa y piadosa.

Durante su vida, el Rebe fue receptivo a las necesidades de cada individuo, independientemente de su formación, educación, o grado de involucración religiosa. Todos los que se aproximaron al Rebe percibieron su penetrante visión en cuanto a su condición personal particular y hallaron consuelo en sus palabras de bendición y consejo, plenas de comprensión.

Esto continúa hoy, cuando miles de individuos de todos los estratos de la vida acuden al Ohel para solicitar que el Rebe interceda por ellos en las Alturas Celestiales, y para recibir inspiración, vitalidad y orientación.

Cuando no es posible acercarse personalmente, muchos envían cartas (por e-mail o haciendo click aquí) para ser colocadas en el Ohel.

En El Ohel

    • Hay entradas individuales para damas y caballeros. Algunos tienen la costumbre de golpear la puerta antes de entrar, en señal de respeto.

    • Es costumbre leer a media voz la carta propia, y luego romperla y colocarla en el área cercada.

    • Las plegarias usuales incluyen el Maané Lashón y Salmos. Los capítulos sugeridos incluyen el del Rebe, Salmo 120, y el correspondiente a la propia edad (o sea, el Capítulo 31 para quien tiene 30 años). En la antecámara del Ohel hay libros de Maané Lashón y de Salmos.

    • Como muestra de respeto, es costumbre abandonar el Ohel caminando hacia atrás, sin darle la espalda.

    • Se puede acceder al sendero que conduce al Ohel a través del patio posterior del centro.

 

¿Qué se hace en el Ohel?

Antes de ingresar al Ohel es costumbre escribir una carta al Rebe. Al firmarla, o al mencionar el nombre de otra persona en la misma, se debe incluir el nombre de la persona y el de su madre (por ejemplo: Itzjak, el hijo de Sará). 

Es preferible emplear el nombre hebreo.

    • Los hombres deben cubrirse la cabeza con una kipá o sombrero. Las damas han de vestir recatadamente, y cubrirse la cabeza con algo que oculte su cabello por completo (estas coberturas están disponibles en el patio posterior del Centro).

    • Es costumbre no utilizar calzado de cuero en el Ohel (en el patio posterior del Centro hay disponibles calzados de otros materiales).

    • Puede encenderse velas en los estantes asignados para ello en la antecámara del Ohel (hay velas disponibles en el patio posterior del Centro).

Envía una carta al Ohel del Rebe זי”ע

A lo largo de su vida, el Rebe recibió cientos de cartas cada día, de personas de todos los orígenes, ocupaciones y creencias imaginables.

Hoy en día, la gente continúa enviando cartas para colocarlas en el Ohel para la guía e intervención del Rebe en lo Alto, siguiendo la antigua tradición de peticiones de oración escritas en nuestros lugares más sagrados.

Ya sea que se haga referencia a uno mismo o se mencione el nombre de otra persona en una carta, siempre se debe incluir el nombre y el nombre de la madre (por ejemplo, Isaac, el hijo de Sara) tanto de la persona que necesita la bendición como del firmante. (

Es preferible utilizar el nombre judío de la persona. Las cartas pueden escribirse en cualquier idioma.

Utilice este formulario a continuación para que los rabinos del Ohel Chabad Lubavitch lleven personalmente sus oraciones al lugar de descanso del Rebe.

¿Cómo llegar?

El Centro Ohel Jabad-Lubavitch está localizado junto a la tumba del Rebe en la siguiente dirección:

226-20 Francis Lewis BoulevardCambria Heights, NY 11411Tel: (718) 723-4545 

 

Bus al Ohel:

Desde la Central de Jabad, 770 Eastern Parkway en el barrio de Crown Heights, Brooklyn, sale todos los días (excepto Shabat y festividades) a las 10:30 hs.  en punto un bus hacia el Ohel, y está de regreso alrededor de las 13 hs. Este tiene un valor de us$10 ida y vuelta.

Teshuvá, Tefilá y Tzedaká

En hebreo existen palabras que no tienen equivalente en otros idiomas, entre éstas se encuentran tres palabras muy significativas en estas fechas tan especiales.

Teshuvá: En otras lenguas el proceso de purificarse del pecado se denomina “arrepentimiento”, “borrón y cuenta nueva” o “volver a empezar”; en cambio en hebreo, la palabra Teshuvá significa “retorno”, no es algo nuevo sino el volver a las fuentes.

Tefilá: La acción de dirigirse al Creador y pedirle por nuestro bienestar, es definida en todos los idiomas como “pedido” o “imploración”. En cambio, en hebreo esto se denomina “Tefilá”, que significa “unión” o “fusión” con Di-s.

Tzedaká: El brindar una ayuda monetaria al necesitado se conoce entre las naciones como “beneficencia”, “ayuda” o “caridad”. En hebreo, esto se llama “Tzedaká”, cuya raíz, “Tzedek”, significa “Justicia”.

Cuando un judío decide retomar su camino, éste, no es un camino nuevo. Es su camino de siempre, es su realidad, su verdad. Todo judío desea interiormente conducirse por el camino de Di-s, el camino de la Torá. Sólo las distintas situaciones de la vida lo llevan a apartarse de él. Al retornar a la Torá, el judío simplemente está actuando de acuerdo a su verdadera esencia y voluntad.

 

El significado profundo del rezo no es un pedido, sino una unión y unificación con Di-s. Durante la plegaria se crea una fusión del alma del individuo con su fuente creadora, la esencia infinita del Todopoderoso. En ese instante, el alma se desconecta de las limitaciones que le impone el mundo material, y se exterioriza su verdadera esencia, lo que realmente es, una porción de Di-s.

Del mismo modo, la Tzedaká, en su verdadera expresión, no significa “hacer un favor” o “dar una donación”. La Tzedaká es “hacer justicia”; es lo que “debemos hacer”. El judío sabe y tiene presente que su dinero y sus bienes le fueron confiados por Di-s para hacer con ellos lo realmente justo.

En estos solemnes días pedimos a Di-s que nos brinde un año bueno y dulce. Para ser merecedores de la Bondad Divina, es por eso que aumentamos en caridad, aún más allá de nuestras “obligaciones”: Del mismo modo, Di-s nos retribuye aún más de lo que estaría “obligado” a darnos de acuerdo a nuestros merecimientos.

La Teshuvá (arrepentimiento), la Tefilá (plegaria) y la Tzedaká (caridad) apartan la severidad del decreto”, (de la plegaria de Musaf de Rosh Hashaná y Iom Kipur)”.

Comencemos el nuevo año actuando en concordancia a los valores aquí mencionados.

En mérito a esto tengamos todos Ktivá Vajatimá Tová. Leshaná Tová Umetuká.

¿Qué es la tefilá?Una labor del corazón


Por Tzvi Freeman

Qué es y qué no es.


Un elemento clave de tu relación con tu Creador es “servirle con todo tu corazón”. 1 La palabra servir en hebreo es avodá , que conlleva el sentido de trabajo laborioso. Pero ¿qué tipo de trabajo puede hacer el corazón para servir a Di-s ?

La respuesta judía clásica es que esto es tefilá: un trabajo de despertar el amor oculto dentro del corazón hasta que se alcanza un estado de unión íntima con lo divino.

Por eso la traducción común —oración— es terriblemente inexacta. La oración implica dos entidades distintas, una inferior que hace una petición a una superior. Hay otra palabra hebrea para esto: bakashah . De manera similar, la adoración tiene una palabra: shevach . La tefilá incluye ambos elementos, pero en sí misma no es ninguno de ellos. En cambio, comunión podría ser una palabra mejor, definida como una unión de mente y espíritu.

Sin embargo, dado que ninguna de estas palabras transmite el sabor de la “tefila” para el judío practicante, la preferencia común es ceñirse al original. Alternativamente, se utiliza daven, un término idish relacionado con la misma raíz latina que la palabra inglesa divine. En yinglish, a menudo usamos un participio presente: davening .

¿Cómo lo hago?
Cada vez que compartes con tu Creador lo que tengas en tu corazón (ya sea alabando, bendiciendo, quejándote o pidiendo), estás rezando. Puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar, siempre que surja de las preocupaciones genuinas del corazón y de la conciencia de la mente de una presencia superior.

Tradicionalmente, además de hablar con Di-s cuando sienten la necesidad, los judíos rezan tres veces al día y, siempre que es posible, juntos. Cuando los judíos fueron exiliados a Babilonia, los Hombres de la Gran Asamblea vieron que la generación más joven quería hablar con Di-s como habían visto a sus padres y madres hacerlo, pero no podían encontrar las palabras. Entonces institucionalizaron esta alabanza/bendición/queja/súplica en una liturgia formal.

La tefilá de la mañana se llama Shajarit , la de la tarde Minjá y la de la noche Maariv.

La tefilá de la mañana es, con diferencia, la más larga: una Shajarit entre semana dura entre 40 y 90 minutos, según el día y la dedicación de los participantes.

La estructura de shajarit está diseñada para llevarte por la escalera de la tefilá a un estado de rezo inspirado en el asombro y el amor, siempre que Diseñado para llevarte hacia arriba, siempre que inviertas el trabajo de mente, corazón y alma.Invierte el trabajo de kavanah —una concentración de la mente, el corazón y el alma en las palabras que estás diciendo y, sobre todo, en la Presencia Superior a la que se dirigen esas palabras.

¿Con quién lo hago?

Aunque la tefilá expresa las preocupaciones más íntimas de una persona, el judío generalmente se comunica con Di-s en comunidad.

La unidad hacia abajo es la mejor manera de llamar la atención de la Unidad hacia arriba.

A los hombres, en particular, se les exige que recen sus tefilot siempre que sea posible en un quórum de diez, llamado minián . El protocolo es muy populista y participativo, rico en rituales de identidad que sirven para unir al grupo.

Las mujeres no están obligadas a asistir a las tefilá comunitarias, por lo que sus tefilá pueden ser mucho más personales. Sin embargo, el lugar y el momento de la tefilá comunitaria se consideran óptimos para lograr la aceptación de la misma.

Tefilah, Torá , Mitzvá
Describimos la mitzvá de manera similar a la tefilá: como una conexión. De manera similar, la Torá fue descrita como un compartir de pensamientos. 

La tefilá es única en el sentido de que su conexión se mueve principalmente en una dirección de abajo hacia arriba, mientras que la mitzvá y la Torá son principalmente de arriba hacia abajo.

Aunque contribuimos con nuestro propio ingenio y creatividad, el estudio de la Torá es principalmente un estudio de la sabiduría de Di-s. Aunque contribuimos con enfoque e inspiración, así como con muchas representaciones y costumbres rabínicas, al cumplimiento de las mitzvot, sin embargo, una mitzvá significa esencialmente Su voluntad, en contraposición a la tuya.

El énfasis de la tefilá, por otro lado, es nuestro movimiento hacia Él, expresando nuestros propios pensamientos y sentimientos de una manera que se conviertan en un acto divino.

Otro paradigma: el ser humano tiene tres modos de actuar, a saber, la acción, el habla y el pensamiento. Las mitzvot ocupan principalmente nuestra modalidad de acción, mientras que la Torá se ocupa más del habla, de articular pensamientos Divinos en palabras humanas. El núcleo de la tefilá, por otro lado, es nuestro modo de llegar cada vez más profundamente a nuestros pensamientos internos y encontrar dentro de ellos a Di-s mismo.

Shabat

1

 Iluminemos el mundo

A partir de este viernes, y así todas las semanas, miles de mujeres judías, desde Ushuaia hasta La Quiaca, renovarán la tradición de iluminar el hogar judío encendiendo las velas de Shabat antes de la puesta del sol.

Encender las velas del Shabat es uno de los preceptos más significativos entregados a las mujeres y niñas judías.

El Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendl Schneerson, nos enseña que “una sola vela ilumina lo que está oculto por la oscuridad. Cuando enciende las velas de Shabat una mujer revela la energía Divina presente en su alma, hogar, y en toda la Creación”.

El momento que estamos viviendo, requiere de una bendición Divina especial. En Israel, la situación de nuestros hermanos es muy grave –Di-s proteja a todos-. En Argentina, la situación económica, social, etc., también requiere de una intensa ayuda del cielo.

Sin lugar a dudas, tal como lo prescriben nuestros Sabios, el aumentar el cumplimiento de las mitzvot, y en especial el encendido de las velas de Shabat, aportará para invocar la luz y bendición Divina que necesitamos.

Todos juntos lograremos iluminar el mundo, a Israel y a la Argentina, con bendición, paz y prosperidad hasta la llegada del Mashiaj.

2

 Dejemos entrar la luz del Shabat

CONCEDETE UN MOMENTO PARA TI Y TU ALMA
La vida, hoy, es una constante y agobiante carrera.
Tú estudias o trabajas duro toda la semana, diriges un hogar, crias a tus hijos, etc.
Los días se acumulan, se convierten en meses y así los años van pasando.

Debemos saber detenernos un instante y tomarnos un respiro para pensar también en nuestras almas.
Una vez a la semana tienes esta oportunidad, el momento del encendido de las velas de Shabat.

Este es un precepto de la mujer judía. Es la unión de tu familia con la tradición judía. Tu unión con las maravillosas mujeres judías de todas las épocas, las cuales todos los viernes encendían las velas, tapaban sus ojos, realizaban sus plegarias y se tomaban ese respiro para su alma.
Deja entrar tu también esta maravillosa, milenaria y sagrada luz a tu hogar y a tu familia. Enciende las velas de Shabat.
Tal como se encienden las velas en honor al Shabat, de la misma manera se lo hace en honor a las Festividades. Cada Festividad tiene su propia Bendición

ajem Mendl Schneerson, nos enseña que “una sola vela ilumina lo que está oculto por la oscuridad. Cuando enciende las velas de Shabat una mujer revela la energía Divina presente en su alma, hogar, y en toda la Creación”.

El momento que estamos viviendo, requiere de una bendición Divina especial. En Israel, la situación de nuestros hermanos es muy grave –Di-s proteja a todos-. En Argentina, la situación económica, social, etc., también requiere de una intensa ayuda del cielo.

Sin lugar a dudas, tal como lo prescriben nuestros Sabios, el aumentar el cumplimiento de las mitzvot, y en especial el encendido de las velas de Shabat, aportará para invocar la luz y bendición Divina que necesitamos.

Todos juntos lograremos iluminar el mundo, a Israel y a la Argentina, con bendición, paz y prosperidad hasta la llegada del Mashiaj.

3

Algunas leyes

Aún una niña, a partir de los tres años en adelante, debe encender sus velas de Shabat y Iom Tov.

Las mujeres casadas encienden dos velas, las solteras sólo una.

Primero enciende la niña, y luego su madre.

Es costumbre poner unas monedas para caridad (tzedaká) antes del encendido.

Es conveniente que las velas de Shabat y Iom Tov estén sobre la mesa en la que se llevará a cabo la cena.

Es muy importante tener cuidado con el horario de encendido de las velas. No deben encenderse las velas del Shabat, si pasaron 15 minutos del horario indicado, ya que de esta forma se profana el Shabat. Por ello es preferible no encenderlas si pasó el horario y se deberá tener mucho cuidado para que esto no vuelva a ocurrir.

Primero se encienden las velas, luego se tapan los ojos con las palmas de las manos y se recita la Bendición correspondiente.

Barúj ata A-do-nái E-lo-héinu mélej haolámashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlik ner shel Shabat Kodesh.

Bendito eres Tú, Di-s, nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender las velas del sagrado Shabat

 Canciones de Shabat

4

Una mitzvá por si sola

 

El valor de esta Mitzvá (Precepto) tiene total vigencia, aun cuando tú no observes todavía los demás Preceptos del Shabat, y este hecho no debe ser un impedimento para que tú enciendas las velas del Shabat y Iom Tov.

Por el contrario, tal vez por medio de esta hermosa Mitzvá podrás sentir el sabor especial del Shabat que te facilitará su observancia.

Todos los viernes, 18 minutos antes de la puesta del sol, enciende las Velas de Shabat, poné tus manos alrededor de las llamas y hace tres movimientos en forma circular, luego cúbrete los ojos y recita la siguiente bendición:

Barúj atá A-do-nái E-lo-héinu mélej haolám ashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlik ner shel Shabat Kodesh.

Bendito eres Tú, Di-s, nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender las velas del sagrado Shabat.

5

Guardad y recordad

Shabat aparece en los Diez Mandamientos: “Porque en seis días hizo H’ al cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y descansó el día séptimo; por eso bendijo el día Shabat y lo santificó” (Éxodo 20:11).

Esta argumentación, que se basa en el relato de la creación del mundo “Y habiendo terminado D’s el día séptimo la obra que había hecho… y bendijo D’s el séptimo día y lo santificó…” (Génesis 2:3), enfatiza la esencia del Shabat: al respetarlo se atestigua la Creación divina del mundo. El Shabat es de alguna manera, “el recuerdo de la Creación” y es la piedra fundamental de la fe monoteísta,

El Shabat es también “recuerdo de la salida de Egipto”. En los Diez Mandamientos leemos: “Acuérdate de que fuiste siervo en la tierra de Egipto y que H’ tu D’s te sacó de allí con mano poderosa y tenso brazo.  Por consiguiente, H’ tu D’s, te ordena que guardes el día Shabat” (Deuteronomio 5:15): el Shabat no sólo tiene un valor universal, también tiene un valor nacional de primer grado.

La transición semanal de lo profano a lo sagrado, del trabajo al descanso, es similar al pasaje de la esclavitud a la libertad, como les ocurrió a nuestros antepasados cuando salieron de Egipto.  

La finalidad del Shabat es darnos la sensación que la historia se repite: el milagro de la salida de Egipto, de la redención, de la salida de la oscuridad a la luz y de la esclavitud a la libertad.

6

Un día de espiritualidad y devoción

Durante el día estamos ocupados y preocupados y a la noche cada uno emplea el tiempo libre en lo que le agrada: ver televisión, hacer tareas domésticas, salir; y aquellos que están fatigados, a acostarse a dormir temprano. El encuentro entre los miembros de la familia, si existiera, es ocasional.

Parte de las crisis que existen en la vida de muchas familias entre padres e hijos, se podrían evitar si encontraran la manera de hablar abiertamente en la búsqueda de un común denominador y de entendimiento, estableciendo una verdadera comunicación. También aquí el Shabat brinda su aporte: un día en la semana no hay trabajo, no hay que preparar tareas, no hay salidas escapándose de la casa ni existe la televisión; no hay trabajos pendientes, ni la pregunta “¿A dónde vamos hoy por la noche?”: toda la familia está alrededor de la mesa del Shabat. Con las velas, el mantel extendido, la mesa festiva servida, el kidush, las zemirot – cánticos e himnos de Shabat -, unas palabras de Torá, una cita, un relato, una reflexión, una enseñanza, el ambiente es Shabat que se respira por todos los poros, se huele, se siente. Los miembros de la familia abren su corazón y dialogan espontáneamente acerca de los sucesos semanales. La cultura de la conversación se desarrolla alrededor de la mesa. Podemos escuchar y hacernos escuchar unos a otros, profundizar todos los temas con personas ajenas, nuestros anfitriones y descubrir nuevos y sorprendentes ángulos que no conocíamos en las personas que tenemos cerca. Estas revelaciones rompen la monotonía y la rutina y otorgan a la vida una perspectiva sorprendente y refrescante

7

Preparativos para Shabat

 

 

Preparativos para Shabat:

“El sexto día, cuando preparen lo que van a llevar” (Éxodol6:5). Fuimos ordenados a aprontarnos para Shabat y preparar todo aquello que necesitemos antes de su comienzo.

Debemos recordar que erev Shabat es el sexto día, con la llegada de la noche deja de ser vísperas de Shabat y pasa a ser noche del Shabat propiamente dicha. En la mayoría absoluta de las naciones y las culturas, el día cambia a la medianoche, pero para el judaísmo el nuevo día nace con la llegada de la noche: “y hubo tarde y hubo mañana: Un día” (Génesis 1:5). El comienzo del día se produce al inicio del anochecer y comprende la noche y toda la jornada hasta el nuevo ocaso del sol.

En el libro de Éxodo 16:5 se basa en el episodio del maná que nuestros antepasados comieron en el desierto. Cada mañana salían a recolectar la medida de un omer (como de dos kilos por individuo) Para no tener que buscar comida para Shabat, el sexto día caía lejem mishné – pan doble – dos omarim y de esta manera recibían en la víspera también la porción que irían a consumir en Shabat. De aquí aprendemos la importancia de hacer los preparativos para Shabat.

Para honrar el shabat la halajá (ley judía) nos obliga a prepararnos: bañamos, peinarnos, cortarnos las uñas, vestirnos con prendas agradables y especiales. La casa deberá brillar, la mesa puesta con el mantel y los utensilios más bonitos y cada familia, según sus posibilidades, deberá honrar la mesa con comidas adecuadas y especiales más que los otros días de la semana: “Y llamarás al Shabat placer” (Isaías 58:13), es el mandato para el que tenemos que laborar.

8

 

Encendido de velas

El hogar judío recibe al Shabat con el encendido de velas y este precepto pertenece a la mujer. Se deben encender las velas media hora antes del ocaso y por eso se deben observar los horarios del encendido que difieren de ciudad en ciudad.
El encendido de velas es uno de los tres preceptos específicos de la mujer. Si la mujer no se encuentra en la casa, el esposo u otro miembro de la familia debe prender las velas en su lugar.

Este precepto es específico de la mujer por el motivo que la mujer se encuentra en el hogar relativamente más tiempo. Otra razón se refiere al Shalom Bait – la armonía en el seno del hogar -. Nuestros sabios desearon enaltecer a la mujer, pilar del hogar y por ello le adjudicaron el honor de traer la santidad del Shabat a la casa.
Nuestros sabios también aportaron otro motivo: el encendido de las velas es una especie de reparación y expiación del pecado de Eva, la madre de todas las criaturas, que comió del árbol prohibido de la sabiduría y, además, alimentó con esos frutos a Adán.

¿Cuál es la relación entre el pecado original y el encendido de velas?

Como resultado de este pecado fue dicho “del polvo vienes y al polvo retornarás”. Es decir, con el hecho de haber comido del árbol de la sabiduría Java, apagó la “luz del mundo” (como dice el versículo: “la luz de D’s es el alma del hombre” en Proverbios 20:27) y por el hecho de haberla apagado, expía cada víspera de Shabat su falta, con el encendido de velas.

¿Cuantas velas se deben encender?

Contamos con dos costumbres principales acerca de la cantidad de velas, que se deben encender en la víspera de Shabat: la. Dos velas – una por “Recordad” y otra por “Cuidad”- son los dos conceptos que complementan la santidad de Shabat.
Una mujer casada habitualmente enciende dos velas y puede agregar una adicional por cada uno de sus hijos. Las mujeres solteras encienden una vela.
En cuanto una niña pueda captar la idea de Shabat puede recitar la bendición (aproximadamente 3 años de edad), su madre debe proporcionarle un candelabro y debe enseñarle a encender las velas de Shabat.
Las niñas deben encender antes que su madre en caso de que necesiten de su ayuda. Es costumbre poner unas monedas en una “pushke” (alcancía para Tzedaká)
La bendición de las velas en Shabat es pronunciada luego de ser realizada, es decir, después del encendido. Porque con la pronunciación de la bendición. , la ama de casa recibió al Shabat. Desde ese momento en adelante todas las prohibiciones de labores de Shabat recaen sobre ella – y una es la prohibición de encender fuego. Es por eso que primero deberá encender las velas y sólo después bendecir. De aquí nace la costumbre de cubrirse el rostro con las manos en el momento de pronunciar la bendición y mirar las velas encendidas sólo al acabarla, ya que de esta manera cumplieron con el precepto como si hubiera sido pronunciada antes del encendido.

Bendición:

Barúj ata A-do-nái E-lo-héinu mélej haolámashér kidshánu bemitzvotáv vetzivánu lehadlik ner shel Shabat Kodesh.
Bendito eres Tú, Di-s, nuestro Señor, Rey del Universo, Quien nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender las velas del sagrado Shabat

 

9 – Kabalat Shabat-Dando la bienvenida al Shabat

Después del encendido de velas los miembros de la familia van la sinagoga para las oraciones de minjá, Kabalat Shabat y mariv de Shabat.

Seis capítulos de Salmos dan comienzo al Kabalat Shabat en la mayoría de los rituales, cantidad que representa a los días de la Creación. Al concluir los seis capítulos se dice leja dodi likrat cala, penei Shabat nekablá – Ven mi bien amado, al encuentro de la novia, el Shabat está llegando, vamos a recibirlo – que fue compuesto por Rabí Shlomó Alkabetz. El último párrafo, Boi Beshalom bienvenida seas -, se dice de pie y girando los cuerpos y los rostros hacia la entrada de la sinagoga (casi siempre para el lado oeste, opuesto al arón hakodesh – arca sagrada – que se encuentra en el este), como si esperáramos la llegada de la novia, que es la reina de Shabat.

El Kabalat Shabat culmina con dos salmos: el 92 – mizmor shir leiom hashabat – salmo y cántico para el día de Shabat- y el 93 – H’ malaj gueut lavesh – el Eterno rey está vestido de Majestad – Luego: kadish iatom.

En arvit: shemá y sus respectivas bendiciones y el final de hashkivenu luego de que el oficiante recita el kadish, se lee la amida, compuesta por siete bendiciones en lugar de las diecinueve de los días de la semana. Las tres primeras bendiciones y las tres últimas son iguales a las de todos los días, pero en el centro se encuentra una bendición especial, que resume el contenido del Shabat. Esta bendición difiere en cada una de las cuatro oraciones de amida que se recitan en Shabat (en arvit, shajarit, musaf y minja). La bendición central en la oración de la noche de Shabat está consagrada a la idea que el Shabat es un testimonio de la creación del mundo por manos de D’s.

Luego de la amida el oficiante y la congregación dicen juntos, en voz alta y de pie, los tres versículos “y así fueron acabados el cielo y la tierra”, etc., con estos versículos testimoniamos que D’s creó el mundo en seis días de creación, “Él y no otro”. Según la Tora un testimonio se presta de pie y no tiene valor el testimonio de uno solo, entonces toda la congregación junta y de pie confirma su veracidad.

Tan pronto como el oficiante recita una corta bendición que evoca a nuestros patriarcas, la congregación dice: Maguen avot bidvaró -protector de nuestros antepasados por Su verbo-, que resume las siete bendiciones, que fueron ya dichas en silencio en la amida y el oficiante la repite en voz alta.

Después de que el oficiante recita kadish titkabel se acostumbra a decir el capítulo 23 de Salmos. Luego el oficiante dice jatzí kadish y repite Barjú et H’ hamevoraj – bendecid al Eterno que es bendito- y la congregación responde: Baruj H’ hamevoraj leolam vaed – Bendito sea el Eterno, que es bendito siempre.

Al pronunciar la oración de aleinu leshabeaj – es nuestro deber alabar a D’s – y kadish iatom concluye la oración de arvit de Shabat.

 

10 – Shalom Aleijem, Malajei Hasharet .

La paz esté con vosotros, ángeles de la paz

En la comida de la noche del Shabat, la familia y los invitados se sientan alrededor de la mesa (es una costumbre antigua y muy valiosa ser hospitalarios e invitar a los necesitados a compartir la mesa festiva de manera que nadie quede excluido).

Los comensales comienzan a cantar shalom aleijem, malajei hasharet – la paz esté con vosotros, ángeles de la paz compuesta por cuatro estrofas, cada una de las cuales se repite tres veces. 

Este cántico está basado en la leyenda del Talmud según la que en la noche del Shabat cada persona regresa de la sinagoga acompañado por dos ángeles: uno bueno y el otro malo. Cuando los dos encuentran la casa preparada para Shabat, el ángel bueno desea que “el Shabat entrante sea así” y el malo debe obligatoriamente responder amén. Si de lo contrario, no se encuentra la santidad del Shabat, el ángel desea “que el Shabat venidero también sea así” y el ángel bueno no tiene otra alternativa que responder amén.  Después de cantar shalom aleijem el padre de familia recita: Ribón col haolamim, adon col haneshamot, adon hashalom – Amo de todos los mundos, Señor de todas las almas, dueño de la paz.

Shalom aleijem malajei ha-shareit malajei elyon, mi-melej maljei ha-melajim Ha-Kadosh Baruj Hu. (Se entona tres veces)

Bo’ajem le-shalom malajei ha-shalom malajei elyon, mi-melej maljei ha-melajim Ha-Kadosh Baruj Hu. (Se entona tres veces)

Barjuni le-shalom malajei ha-shalom malajei elyon, mi-melej maljei ha-melajim Ha-Kadosh Baruj Hu. (Se entona tres veces)

Tzeit’jem le-shalom malajei ha-shalom malajei elyon, mi-melej malajei ha-melachim Ha-Kadosh Baruj Hu. (Se entona tres veces)

 

Traducción:

La Paz sea con vosotros, Ángeles Ministros, mensajeros del Altísimo, del Supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea Él.                      (Se entona tres veces)

Que vuestra venida sea en la Paz, Ángeles de la Paz, mensajeros del Altísimo, del supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea.

(Se entona tres veces)

Bendecidme con la Paz, Ángeles de la Paz, mensajeros del Altísimo, del supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea.

(Se entona tres veces)

Que vuestra partida sea en la Paz, Ángeles de la Paz. Mensajeros del Altísimo, del supremo Rey de reyes, el Santo, bendito sea.

(Se recita tres veces)

 

11 – Mujer virtuosa, Eshet Jail

Al concluir el Shalom aleijem entonamos la melodía del Eshet Jail -mujer virtuosa-

Este cántico que está compuesto en forma de acróstico abecedario, alaba a la mujer. Su aporte educativo es muy significativo, ya que es parte del reconocimiento que los miembros de la familia deben rendir a la mujer que se esforzó con todas las tareas y trabajos que debe realizar durante toda la semana y por sus esfuerzos especiales de la víspera para preparar la casa en honor al Shabat.

Eshet jail mi imtza verajok mepeninim mijrah. Bataj bah leb balah veshalal lo iejsar. Guemaltehu tob velo ra kol ieme jaiea. Daresha tsemer ufishtim vataas vejefets kapea. Haieta kaoniot sojer mimerjak tabi lajmah. Vatakom veod laila vatiten teref lebetáh vejok lenaarotea. Zamema sade vatikajehu miperi japea natea karem. Jogra beoz motnea vateametz zerootea. Taama ki tob sajráh lo ijbe balaila nerah. Iadea shileja bakishor vejapea tamju falej. Kapah parsa leani veiadea shileja laebion. Lo tira lebetah mishaleg ki jol betah lebush shanim. Marbadim asta lah shesh veargaman lebushah. Noda bashearim balah beshibto im zikne aretz. Sadin asta vatimkor vajagor natena lakenaani. Oz vehadar lebushah vatisjak leiom ajaron. Pia patja bejojma vetorat jesed al leshonah. Tzofia alijot betah velejem atzlut lo tojel. Kamu banea vaiasherua balah vaialelah. Rabot banot asu jail veat alit al culana. Sheker hajen vehebel haiofi isha irat A-do-nai hi tithalal. Tenu lah miperi iadea vihalelu bashearim maasea.

A una mujer virtuosa, ¿quién puede hallar? Es más preciosa que las perlas. El corazón de su esposo confía en ella; nada le faltará a él. Ella le prodiga el bien y no el mal, todos los días de su vida. Ella se procura la lana y el lino, con gusto hace las labores de sus manos. Se asemeja a nave de mercaderes, que desde lejos buscan su sustento. Se levanta cuando aún es de noche, proporciona sustento para su familia y alimento a sus mozas. Lo pensó y compró un campo, con el fruto de su trabajo plantó una vid. La fortaleza es su ceñido, el esfuerzo dirige sus brazos. Percibe que su labor es compensadora, entonces ni de noche apaga su luz. La rueca ocupa sus manos, con ellas maneja el huso. Extiende su mano hacia el pobre, sus manos abre al menesteroso. Su casa no teme al frío de la nieve, pues toda su familia esta vestida de grana. Ella hace sus tapices, sus vestidos son de lino y púrpura. Renombrado es su esposo en la ciudad cuando se sienta entre los ancianos del lugar. Teje una tela y la vende, un ceñidor vende al mercader. La fuerza y la dignidad son su ropaje. Mira con confianza el porvenir. Abre su boca con sabiduría. En su lengua esta la ley de la bondad. Vela siempre por la marcha de su hogar, y no come el pan de la pereza. Sus hijos crecen y la hacen feliz. Su esposo también la loa: “muchas mozas han procedido con virtud, mas tú a todas sobrepasaste”. Engañosa es la gracia, vana la bella, pues la mujer temerosa de D”s es digna de elogios, séanle concedidos los frutos de su trabajo. Puedan sus obras loarla en las ciudades.

 

Kidush – Santificación

“Recuerda el séptimo día para santificarlo” nuestros sabios explicaron: “recuérdenlo con el vino”. Es por eso que destacamos el comienzo del Shabat con el kidush santificación por medio del vino – y su culminación con havdalá, también con vino.

El kidush de la noche del Shabat se debe realizar con un vaso de vino o jugo de uvas. Sólo en el caso que no podamos conseguir un vino casher de cualquier clase o tengamos prohibido beber vino por razones de salud, es permitido hacer el kidush sobre las dos jalot, que se encuentran sobre la mesa como lejem mishné.

El que recita el kidush debe – y con él todos los que se encuentran en la mesa – estar de pie para decir los versículos de vaijulu. Como hemos explicado, estos versículos representan testimonio de la creación del mundo por medio de D’s y es por eso que se dicen de pie, como es la ley para prestar testimonio.

 

Los miembros de la familia cumplen con la obligación del kidush al oírlo y responder amén a las dos bendiciones. El que bendice da a todos los presentes a probar del vino. Hay familias en las que los niños (mayores de trece años) también bendicen.

La bendición de kidush tiene dos elementos fundamentales: zikaron lemaase bereshit – recuerdo de la creación del mundo- y zejer leietziat mitzraim – recuerdo de la salida de Egipto. 

Existe una especie de agradecimiento a D’s, que nos eligió para tener el mérito de cuidar el Shabat, que destaca lo principal de la Creación, su universalidad. 

Por otra parte, el recuerdo del milagro de la salida de Egipto es nuestra base nacional, ya que ” – porque Tú nos elegiste y nos santificaste entre todos los pueblos y tu sagrado Shabat con amor y agrado nos diste en herencia -“.

Se toma la copa con la mano derecha, y tras recitar el Kidush se bebe inmediatamente, y se da a probar al resto de los comensales.

Iom hashishi. Vaijulu hashamaim vehaarets vejol tsebaam. Vaijl E-lo-him baiom hashebii melajto asher asa vaishbot baiom hashebii mikol melajto asher asa. Vaibarej E-lo-him et iom hashebii vaikadesh oto ki bo Shabat mikol melajto asher bara E-lo-him laasot.Sabre maranan.

(los comensales responden: lejaim!)

Baruj Ata A-do-nai E-lo-henu Melej haolam bore peri haguefen (Amen). Baruj Ata A-do-nai E-lo-henu Melej haolam asher kideshanu bemitsvotav veratsa banu veshabat kodsho veahaba ubratson hinjilanu zikaron lemaase bereshit tejila lemikrae kodesh zejer litsiat Mitsraim veShabat kodsheja beahaba ubratson hinjaltanu. Baruj Ata A-do-nai mekadesh haShabat (Amen).

 

12 – Netilat Iadaim y Hamotzi

Antes de comer pan, se procede al lavado de manos, Netilat Iadaim. No sólo es una medida higiénica, sino también una purificación espiritual para comer, concientizándonos que todos nuestros actos deben tener un fin espiritual. Fue impuesto por el Rey Salomón para comer los Korbanot -sacrificios- en el Bet HaMikdash -Gran Templo-. Tras la destrucción de este, los sabios enseñaron a continuar con este precepto, en señal de espera de la pronta reconstrucción del Templo.

Se toma un recipiente con agua y se vierte tres veces en la mano derecha, y tres veces en la izquierda, se levantan ambas manos y se dice la siguiente bendición.
Baruj Ata A-do-nai E-lo-henu Melej haolam asher kideshanu bemitsvotav vetsivanu al netilat iadaim.

Bendito eres Tú, A-do-nai, D”s nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado con Tus preceptos y nos has ordenado el lavado de manos.
El padre de familia se lava las manos primero y en orden hasta el más joven de los niños último. El padre de familia retira el cobertor de las jalot, coloca las manos sobre los panes, indica con el cuchillo el lugar donde va a cortarlo, bendice en voz alta hamotzí y corta la jala en el lugar indicado. Apoya levemente la primera rodaja de pan en sal y come de ella. Luego reparte rebanadas a todos los miembros de la familia. Ellos no están obligados, a bendecir hamotzí, ya que han cumplido con su obligación al escucharla y han contestado amén

¿A qué se debe el lejem mishné?

A que D’s proporcionó, shnei omarim – dos medidas de maná – por cada individuo en honor al Shabat.

¿Y por qué acostumbramos a cubrirlas?

Conocemos dos explicaciones: La primera: considerando que el maná estaba “dentro de una especie de caja” y estaba protegido arriba y abajo por rocío celestial, colocamos el lejem mishné sobre un mantel y el cobertor de jalot las cubre. La segunda explicación está relacionada con lo que hemol estudiado acerca de bircat hanehenim. Según este orden debemos bendecir primero sobre aquello que está elaborado con trigo y sólo después, sobre la fruta de la viña (recordemos que en el versículo que enumera las siete especies, el trigo aparece antes que la vid).

Está prohibido probar bocado antes del kidush, es por eso que tapamos las jalot, en un ejemplo educativo muy valioso, para no ofenderlas, y bendecimos sobre el vino pronunciando el kidush, antes que hacerlo sobre las jalot: hamotzí lejem min haaretz . La obligación de lejem mishné recae sobre las tres comidas del Shabat.

 

13 – La Cena de la Noche del Shabat

Se debe honrar la comida con porciones suculentas de acuerdo a las posibilidades y es preferible incluir comidas de pescado y carne, para cumplir con la obligación “y llamarás al Shabat deleite”. Nuestros sabios han enfatizado comer comidas abundantes, ya que los alimentos se deciden desde Rosh Hashaná hasta lom Kipur para todo el año entrante -excluyendo los gastos de dinero que están previstos para el Shabat, días festivos y también los gastos de estudio de Tora para los niños, “¡Si agregas – te agregan!”. Estos gastos – para las necesidades del Shabat y educación para los niños – están excluidos del presupuesto anual que fue decidido celestialmente.

Además de las comidas hay que enfatizar especialmente el contenido espiritual del día de dos maneras: con canciones y palabras. Las zemirot de la noche de Shabat, se encuentran en los sidurim y en compilaciones especiales, son una selección de la poesía litúrgica de los escritores judíos de la Cabala y de los grandes poetas de la Edad Media. Cada comunidad tiene sus himnos, su rito y sus melodías.

Entre los platos, se estudian y se discuten las interpretaciones de los fragmentos de la Tora, que se leen esa semana. Es importante también, que los niños participen diciendo y escuchando las palabras de la Tora.

Luego de cantar el Salmo 126: “Cántico de las ascensiones, Cuando trajo el Eterno a los que volvieron a Sión, éramos como gente que sueña”, se recita el bircat hamazón – Bendición de Gracias por la Comida -. Si se encuentran alrededor de la mesa tres hombres que superan la edad de bar mitzva – trece años -, se debe bendecir con zimún. Sefardíes incluyen* jóvenes desde los 8 años para el zimún.

En Shabat se agrega al bircat hamazón de todos los días el párrafo retzé – que te sea agradable -, que se recita en la tercera bendición, antes del final de uvné lerushalaim ir hakodesh reconstruye Jerusalén la ciudad santa -. También se agrega otro párrafo: Harajaman hu ianjilenu iom shekuló Shabat umenujá lejaiei haolamim – que el Misericordioso nos haga heredar el día que es eternamente Shabat y reposo en la vida eterna -.

 

14 –  Shajarit de Shabat

La oración matinal de Shabat está ordenada de la misma manera que la oración de shajarit de los días de la semana y contiene: birjot hashajar – las bendiciones matinales -, psukei dezimrá – cánticos preliminares -, kriat shemá – la lectura de Shemá y sus bendiciones – y la oración de amida.

Considerando que en Shabat tenemos tiempo y no estamos urgidos por las ocupaciones mundanas, nuestros sabios agregaron algunos capítulos de los Salmos a los “cánticos preliminares”: el capítulo 19 “los cielos declaran la gloria de D’s”, algunos “Cantos de la asunción” y el capítulo 136 también llamado halel hagadól – gran alabanza -.

Al concluir los “cánticos preliminares” de los días de semana y antes de finalizar esta sección con la bendición de ishtabaj – será alabado -, se agrega la plegaria conocida como nishmat col jai – todo ser vivo bendecirá tu nombre – por sus primeras palabras.

Después de nishmat por lo general comienza un nuevo jazán en lugar de quien comenzara, el hamatjil.

También aquí se han entrelazado algunos otros textos en la primera bendición anterior a Kriat Shemá, es la bendición del iotzer or uvoréjoshej – que formas la luz y creas la oscuridad.

La amida de shajarit sigue el orden de las siete bendiciones, pero la central difiere de la de la víspera.En la repetición del oficiante de la amida se dice la kedushá – santificación.

Luego de la repetición del oficiante y la pronunciación del kadish con titkabel – que las oraciones y súplicas sean recibidas -, se recita el Salmo 92: “cántico al día del sábado”. Después, la lectura de la Tora.

 

15 –  La lectura de la Torá

En el capítulo en el que hemos tratado shajarit comentamos sobre el orden de apertura del arca sagrada y la lectura de la Tora de los días de la semana. En estos días solamente leemos la primera parte para no retener a la comunidad más de lo debido. En Shabat realizamos la lectura completa y, además, agregamos un capítulo de los Profetas, la haftará -finalización o despedida -.

Luego de la apertura del Arca Sagrada y la pronunciación de vaiei binsoa – y al darse comienzo al transporte del Arca – en Shabat se agregan los siguientes versículos: ata horeta ladaat… – tu fuiste enseñado (oh Israel) que el Eterno es el verdadero D’s y no hay ningún otro fuera de Él -.

Luego de la apertura del Arca y después de haber sacado la Tora, el oficiante dice tres versículos y la congregación repite: Shemá Israel, H’ E-lokenu, H’ ejad – escucha Israel, H’ es nuestro D’s, H’ es uno -; Ejad hu E-lokenu, gadol adonenu, kadosh shemó – uno es nuestro D’s, grande es nuestro Señor, santo es su nombre -; gadlu laH’ iti unromema shemó iajdav -engrandeced conmigo al Eterno y conjuntamente enaltezcamos su nombre -. Cuando el oficiante se dirige con la Tora en sus manos desde el Arca Sagrada hasta el estrado, lugar de su lectura, la congregación lo acompaña con cánticos.

El gabay – gobernador o tesorero de la sinagoga – llama por lo menos a siete personas a subir a bendecir la Tora, el primero es el Cohén, el segundo – un Leví y los cinco restantes son “Israel”. Todos los invitados son llamados por sus nombres propios y el de sus padres. Se debe tratar que los convocados a la lectura de la Torá, sean aquellos que conmemoran los aniversarios de la desaparición de sus seres queridos en Shabat o durante la semana entrante. Hay que tratar de dar una aliá en Shabat, al novio que va a contraer matrimonio y es una costumbre antigua de arrojarle desde la galería de las mujeres -dulces y confites, como augurio de una vida abundante y placentera.

Es obligación, llamar a la Tora a por lo menos siete personas, además del que lee maftir que es el octavo, quel también es honrado con la lectura de la haftará.

La halajá prohíbe el salir de la sinagoga durante la lectura de la Tora, ya que “abandonar” el recinto en ese instante sería como ofender a la Tora. También está prohibido conversar durante la lectura de la Tora, de la misma manera que en las oraciones. El salmista dijo (Salmos 55:15): asher iajdav namíik sod, bebeit E-lokim nelej beraguesh – “Porque juntos nos comunicábamos dulces secretos y en la Casa de D’s nos conducíamos con reverencia y respeto”, y esas palabras deben ser nuestra guía.

La lectura de la Torá en Shabat fue instituida por nuestro maestro Moshé, como lo explica el Talmud de Jerusalén. Y nuestros sabios dicen en Tanjuma: “El Santo Bendito Sea le dijo al pueblo de Israel: si ustedes se reúnen cada Shabat en las sinagogas y en las casas de estudio y leen la Tora y los Profetas. Yo considero como si me hubieran coronado en mi mundo”.

16 –  Mi Sheberaj, Aquel que bendijo.

Hemos visto esta expresión cuando explicamos, que un padre al cual le ha nacido un niño o niña, el Shabat siguiente al parto debe realizar mi sheberaj a la parturienta. Esta bendición se brinda a cada uno de los convocados a la Tora. Ella le da la posibilidad de bendecir a su familia, los rabinos, los dirigentes, los soldados del ejército de Israel y a todas los orantes de la sinagoga. La bendición es pronunciada por el gabay y durante ella se acostumbra ofrecer una donación, ya sea para la manutención de la sinagoga o para otro tipo de obras de caridad o beneficencia.

Existe un mi sheberaj especial para un enfermo, en la cual pedimos por su pronta recuperación.

17 –  Maftir y haftará.

Agregamos una persona más, el octavo, para leer el maftir y la haftará a los siete que han subido a leer la Tora. Para el maftir I se llama indistintamente a un Cohén, a un Leví o a un Israel (también el ajaron último de los que han subido antes del maftir puede ser Cohén, Leví o Israel), los que tienen un evento especial a cumplir o festejar tendrán preeminencia para ese honor.

Para maftir se deben leer por lo menos los tres últimos versículos del capítulo, que ya fueron leídos para la séptima persona.

18 – Oración de Musaf de Shabat.

La oración de Musaf de shabat fue decretada como recuerdo a la ofrenda adicional que se acostumbraba elevar en el Templo Sagrado, como demostración especial de la santidad y especialidad de esos días. Las oraciones de shajarit y minjá son por las ofrendas constantes, que se llevaban cada día en shajarit y al atardecer. En días especiales, en los cuales se ofrendaba uno más en el Templo Sagrado, se agregó en recordación una oración más que se acostumbra hasta nuestros días.

La oración de musaf está compuesta también por siete bendiciones. La bendición central que culmina con Baruj ata H’, mekadesh hashabat – Bendito seas Tú, H’ que santificas al Shabat-, comienza con las palabras: “estableciste el Shabat, te agradan sus ofrendas”. Esta parte de la oración está compuesta en forma de acróstico alfabético invertido.

En la repetición del oficiante se recita kedushá -santificación – con un texto ampliado.

En el Shabat que coincide con Rosh Jodesh, se cambia el texto por uno en el cual se incluyen las ofrendas de musaf de Shabat y de Rosh Jodesh. La oración comienza con las palabras: ata iatzarta olamjá mikedem – Tú creaste al mundo en los tiempos pasados – y culmina con la bendición Baruj ata H’. mekadesh hashabat veisrael verashei jodashim – Bendito seas, Tú H’, que santificaste al Shabat, Israel y el comienzo de los meses -.

19 – Kidush- la comida del día de Shabat.

Tras las plegarias, nuevamente pronunciamos la santidad de Shabat sobre una copa llena de vino. El Kidush del día de Shabat sigue un formato similar (aunque más corto) a la versión del viernes por la noche. El Kidush es seguido por la comida del día de Shabat, que del mismo modo comienza con el lavado ritual de las manos y la bendición Hamotzí sobre dos hogazas de jalá, seguida por la deliciosa comida de Shabat, cantos y estudio, y Agradecimiento después de la comida.
Un elemento único de la comida del día de Shabat es el cholent —un guiso cocinado lentamente (hecho típicamente con carne, papas y porotos, a pesar que abundan las versiones y variedades) que es ubicado sobre una pequeña llama cubierta desde antes de Shabat.

 

20 – Shabat de tarde.

Luego de un breve descanso considerado popularmente como muy placentero, debemos consagrar tiempo para el estudio de la Tora. Es recomendable hacerlo en congregación en Shabat a la tarde por medio de clases y alocuciones. En la Tora encontramos una asociación respecto a los preceptos de Shabat: “Y reunió Moshé a toda la comunidad de Israel y les dijo: estas son las órdenes que me ha ordenado H’ para que se haga lo siguiente. Se podrá trabajar durante seis días, pero el día séptimo será para ustedes un día sagrado, de completo reposo en honor a D’s” (Éxodo 35:1). De aquí podemos concluir que todo lo referente a leyes de Shabat y estudio de la Tora se debe realizar en comunidad, en asamblea, -“La gloria del Rey se encuentra en las multitudes de su pueblo”.
21 Oración de Minjá y la Seudá Shlishit – tercera comida

Minjá comienza con ashrei – bienaventurados los que viven en tu casa – y continúa con uva letzión goel – y el redentor vendrá a Sión -, selección de versículos de la Biblia. Después que el oficiante recita jatzi kadish y el versículo veani tfilati, se abre el Arcavaihíbinsoa haaron, voiomer Moshe diciendo: partiendo el Arca, Moshé dijo – y con la oración “Bendito Seal Tu Nombre, D’s del universo, bendita sea Tu corona y bendito el lugar de Tu morada”. Se saca la Tora y se convocan a tres personas – Cohén, Leví e Israel ante quienes se lee la primer parte de la porción de la semana entrante, misma que se leerá también el lunes y jueves próximos.

Después de la lectura de la Tora y de la devolución al Arca, nos ponemos de pié para la amida. La bendición central comienza resaltando la exclusividad del Eterno y la particularidad de su pueblo de Israel, que fue elegido por Él mismo para entregarles la santidad del Shabat y su descanso: ‘Tú eres uno y Tu nombre es uno, ¿y quién es tan i singularmente único como tu pueblo Israel en esta tierra?”.

Al concluir la repetición del oficiante de la amida se acostumbra recitar tres versículos de Salmos (119:142, 71:19, 36:7) Estos tres versículos son una justificación del juicio divino como baruj daian emet – bendito juez de la verdad – que se dice para aceptar el veredicto del Santo Bendito, a pesar de que pueda ser muy difícil, amargo, duro y doloroso. La tradición de recitar estos tres versículos en minjá de Shabat se debe a que tres de los pilares del judaismo fallecieron en el horario de minjá en Shabat: losef, Moshé y el rey David.

Después de estos versículos el oficiante dice kadish titkabel y la congregación recita aleinu – y se concluye la oración con el kadish de duelo.
Después de minjá se lavan las manos para la Seudá Shlishit, la tercera comida sabática. Esta comida no es para satisfacer al hambre. Su cometido es realzar los momentos con el estudio, para acumular energías espirituales para la semana entrante. Enseñanzas de la Tora, cánticos que
aportan al alma que se eleva y la melancolía, a medida que se hace patente la penumbra que cae afuera acompañan a esta comida.

22 – Maariv después de la salida de Shabat.

Arvit después de la salida del Shabat es igual a la oración de los días de la semana, a excepción de estos cambios: en la oración de shmoná esré, en el fragmento “Tú dotas al hombre con sabiduría e instruyes a los mortales la comprensión” se diferencia entre lo sagrado y lo mundano agregando ató jonantanu – Tú nos dotaste para conocer tu Tora y nos enseñaste a cumplir los estatutos de Tu voluntad. Hiciste separar nuestro D’s, lo santo de lo profano, la luz de la oscuridad, Israel de los demás pueblos y el séptimo día de los seis días de trabajo -, etc.

Estos agregados se realizan en la “bendición de sabiduría” como han fijado nuestros sabios ya que si no hay sabiduría – ¿de dónde provendrán los criterios de la distinción? Para diferenciar una cosa de otra necesitamos sabiduría para tener discernimiento adecuado.

A arvit de la salida del Shabat se agregan fragmentos Salmos (90:17 y 91) – sea sobre nosotros la gracia de D’s – para invocar protección de lo que le pueda acaecer negativamente durante la semana que comienza en ese momento.

También se agrega la oración beata Kadesh Yosef tehilot Israel – y Tú eres santo que moras en las alabanzas de Israel compuesta con varios versículos de la Biblia, para extender la santidad del Shabat. Cuando cae en esa misma semana alguna de las festividades mencionadas en la Tora, no se recitan los agregados vihi noam y veatá kadosh. En muchas congregaciones se acostumbra a agregar partes de oración y versículos de la Biblia, que comienzan con la bendición de Itzjak a laacov: “D’s te dispense el rocío del cielo y la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y mosto”.

 

23 – Havdalá. Distinción.

De la misma manera que cumplimos, al comenzar el Shabat, el precepto de “recuerda el día del Shabat para santificarlo” bendiciendo sobre el vino, también cumplimos con el precepto de havdalá sobre el vino al concluir el Shabat. La havdalá se realiza sobre un vaso de vino, pero si no tuviéramos vino, se usa cualquier otra bebida (jugo de uvas, cerveza blanca, cerveza negra o te). Se sirve el vaso hasta que se derrame un poco como símbolo de abundancia y se enciende una vela especial, y trenzada, con dos llamas por lo menos. Se prepara un utensilio con especias o clavos de olor y se hace participar a los niños haciéndoles sostener la vela.

Luego de recitar los versículos: “He aquí D’s mi salvación, estoy seguro y no temo” se dicen cuatro bendiciones, de acuerdo con el orden “iabneh”: iain – vino -, besamim -especias -, ner – vela – y havdalá – distinción -. Comenzamos agradeciendo a D’s sobre el vino: boré pri haguefen – Creador del fruto de la viña – (si no hubiera vino y se recitara sobre otra bebida, la bendición será: shehacol nihia bidvaró -que todo fue creado con su palabra -). La segunda bendición es la que se hace sobre las especias: boré minei besamim – o boré atzei besamim – que creaste tipos de especias y plantas aromáticas -.

Esta bendición fue decretada por nuestros sabios para despedir al alma adicional, que nos acompañó durante el Shabat y nos abandona en esos momentos – hasta el próximo Shabat.

La tercera bendición es boré meorei haesh – Creador de las luminarias del fuego -. Es una bendición que comienza agradeciendo a H’ porque nos otorgó el fuego, fuente de luz y calor.

De acuerdo con la tradición, el Santo Bendito le mostró a Adán el fuego creado por el roce de dos piedras. Este descubrimiento se produjo a la salida del primer sábado de la Creación y es por eso que se señala el momento de la salida del Shabat con la bendición de boré meorei haesh “No se debe bendecir por la luz – hasta que se tenga un provecho de ella”, es decir: debemos bendecir la utilidad producida por el fuego – la luz y el calor y para ello debemos acercarnos a él. Por eso, se acostumbra acercar la punta de los dedos a las llamas del fuego: enfatizando la importancia de la luz, gracias a la cual podemos notar los detalles más pequeños, por ejemplo: el estado de las uñas de nuestras manos.

La última bendición, la cuarta, es fundamental: Baruj ata H’, E-lokenu melej haolam, hamavdil ben kodesh lejol. ben or lejoshej, ben Israel leamim, ben iom hashvii lesheshet iemei hamaase. Baruj ata H’, hamavdil ben kodesh lejol” – Bendito seas Tú, H’ rey del universo, que has separado lo sagrado de lo mundano, la luz de la tiniebla, a Israel de los demás pueblos, el séptimo día de los seis días laborables. Bendito seas Tú H’, que distingues lo santo de lo mundano -.

Después se bebe del vino y se apaga la vela. No se debe comer desde la terminación del Shabat hasta después de escuchar la havdalá.

 

 

24 – Kidush levaná. Santificación de la luna nueva.

El calendario hebreo, se calcula según los ciclos de las fases de la luna (y de acuerdo con los ciclos de las estaciones) y Rosh Jodesh – el comienzo de mes – que cae el día de la neomenia o cerca de él. Es por eso que decretaron una bendición especial, que se lee una vez por mes, en la salida de Shabat – desde tres noches después de la neomenia.

Kidush levaná se recita entre el día tres al 15 del mes, con un minian y en el patio de la sinagoga, enseguida después de arvit al finalizar el Shabat, antes de ir a la casa a realizar havdalá y la comida de melavé malka. Sefardíes acostumbran bendecir solamente después del séptimo día del mes. Esta bendición incluye un agradecimiento a D’s, creador de las luminarias. De aquí el simbolismo que se le acredita a todo el pueblo de Israel: así como la luna a nuestros ojos va decreciendo, hasta que nos parece que se ha extinguido y nuevamente, nace de nuevo y va creciendo hasta que se encuentra en su plenitud – así crece y se fortifica el pueblo de Israel.

La oración de kidush levaná está compuesta por distintos capítulos de Salmos y leyendas de nuestros sabios. En el centro está la bendición propiamente: “Bendito seas Tú, H’, rey del universo, que con tu palabra creaste los cielos y todos tus ejércitos con un soplo de tu boca; Él les dio decreto y tiempo designados, con el fin que no desvíen sus tareas; ellos se regocijan y están felices cumpliendo los designios de su Creador; su Creador es sincero y su obra es sincera; Él también ordenó que la luna sea renovada mensualmente; una corona de gloria para aquellos que fueron apoyados por D’s, desde el inicio, porque ellos serán renovados como ella y con el fin de glorificar al Creador por el nombre glorioso de su reinado. Bendito seas Tú, H’, que renuevas los meses”. Al concluirla bendición de la luna, después de Aleinu Leshabeaj y kadish de duelo, la congregación canta tres párrafos del poema Ke-l adon al col hamaasim, allí se alaba y se loa a los astros que creó el Santo Bendito.

De esta manera concluye la parte de “recordar” el Shabat, que está destinada a santificar y honrar el día del Shabat e irradiar de su fuerza y su peso peculiar al resto de los días de la semana.

 

25 – Melavé malka. Escoltando a la reina Shabat.

De acuerdo con la tradición judía, el Shabat es una reina que nos visita una vez en la semana a la que honramos al salir, con una comida especial. Este banquete es llamado melavé malka acompañante de la reina – o seudat David hamelej – banquete del rey David. El nombre melavé malka es claro. Pero, ¿de dónde ha salido la expresión de seudat David hamelej?

Nuestros sabios cuentan que David quiso saber cuando llegará su fin. “Dame a conocer el resto de mis días”, le pidió al Eterno volvió y pidió, hasta que el Santo Bendito respondió, que I moriría en Shabat. Desde ese momento y hasta su último día de vida, el rey David acostumbró realizar cada semana al finalizar el Shabat, una comida de agradecimiento por esa semana más de vida.

Para esta comida cantamos zemirot, cánticos especiales, como amar H’ lelaacov – un cántico formado por veintidós versículos, ordenados alfabéticamente y cuyo final siempre es I el mismo: al tira avdí laacov – no temas mi siervo laacov -. Una parte de los cánticos son en memoria del profeta Eliahu.

¿Cuál es la relación entre el profeta Eliahu y la melavé malka? es una tradición que está basada en literatura mística dice, que en cada salida de Shabat el profeta Eliahu, heraldo de la redención, recuerda los méritos del pueblo de Israel. Por eso lo recordamos a cada salida de Shabat y lo relacionamos a él, glorificándolo con alabanzas.

 

26 – Subestimación.

…Yo recordaré Mi pacto con Iaakov y también Mi pacto con Isaac y también Mi pacto con Abraham (Levítico 26:42).

Un hombre joven con un severo problema de alcoholismo y drogas fue admitido en el hospital para realizar un tratamiento. El paciente pidió que se le hiciera una prueba de onda cerebral como parte de su examen y explicó que le preocupaba que el uso del alcohol y drogas hubiese causado daño a su cerebro. Le aseguré que no tenía razón para preocuparse por ello.
Al día siguiente solicitó que se lo sometiera a pruebas psicológicas para determinar si había sufrido daño cerebral. Otra vez lo tranquilicé diciéndole que no tenía motivo para preocuparse. Al otro día inquirió acerca de un examen de cerebro, otra vez preocupado por la posibilidad de tener daño cerebral. Esta vez, sin embargo, se rehusó a aceptar mi repetida afirmación. Entonces tuve una larga entrevista con este hombre, durante la cual se tornó evidente que él no solo estaba temeroso por la posibilidad de tener un daño cerebral, sino que ¡él realmente quería tener daño cerebral! ¿Por qué? Porque entonces él podría decir, “No esperen nada de mí. Simplemente déjenme continuar con mi uso de alcohol y drogas. Yo estoy más allá de la ayuda, porque tengo dañado el cerebro”. Tener daño cerebral lo aliviaría de toda responsabilidad de ponerse bien.

Algunas personas pueden ser motivadas, si bien inconscientemente, para subestimarse a sí mismas y minimizar sus capacidades. Ser conscientes de su verdadero potencial, las obligaría a realizarse hasta el límite de sus capacidades. Engañarse uno mismo considerándose muy limitado y creyendo que no puede lograr mucho, permite dejarse llevar por el ocio y el estatismo sin mucha culpa.
En la porción de la Torá de hoy, leemos a cerca de las serias consecuencias que seguirán al abandono de la Torá. Luego Di-s dice, “Yo recordaré Mi pacto con Iaacov… y con Isaac… y con Abraham”.

¿Cuál es la relevancia de esta declaración en el contexto de la amonestación?
El santo Shela explica que una persona es considerada responsable proporcionalmente a sus capacidades. Nuestras acciones serán juzgadas frente a un muy alto estándar. Nosotros somos los descendientes de los patriarcas. Tuvimos antepasados quienes fueron personas santas, cabalmente espirituales, y completamente comprometidas con la voluntad Divina. Con tal linaje, las demandas sobre nosotros serán, más grandes que si descendiéramos de personas menos espirituales.
Debemos percatamos de nuestras enormes capacidades. Toda persona tiene un potencial que se aproxima a aquel de los ángeles (Salmos 8:6). Debemos maximizar este potencial, y no engañarnos creyéndonos incapaces de alcanzar un alto logro espiritual.

Adaptado de “Viviendo cada día”, Editorial Bnei Sholem

 

27 – Behar-Bejukotai -”La profecía sobre el exilio y redención”.

“Y recordaran Mi pacto con Iaakov” (Vaikra 26,42)

En la Parsha de la amonestación (tojaja) el Altmsimo describe los sufrimientos que alcanzaran al pueblo de Israel si se desviara del camino de la Tora. Al final, el texto relata la profecma Divina del retorno del pueblo judmo al camino de la Tora, y que inmediatamente después llegara la redención.
Sin embargo, la secuencia de los versículos plantea un interrogante. Primero dice1: Y habran de confesar sus pecados, y los pecados de sus padres. A simple vista se trata de un despertar en arrepentimiento, luego de lo cual debe llegar la redención. Sin embargo, acto seguido, el texto dice: 2 Y los traerá a la tierra de sus enemigos, y entonces es que se doblegara su corazón taponado, y entonces habra de expiar sus pecados. Solo a continuación dice:3 Y recordaran Mi pacto con Iaakov. La mención del merito de los Patriarcas es lo que en la practica traera la redención.

CONFESIÓN EXTERNA
De aquél deducimos que la confesión de los judmos por sus transgresiones al final del exilio no sera suficiente para traer la redención. Esta llegara solo luego de que: Se doblegara su corazón taponado por medio de que el Altísimo los traiga a la tierra de sus enemigos. E incluso con ello no sera suficiente para traer la redención, y ella llegara solo en merito a los Patriarcas Abraham, Itzjak y Iaakov.
El hecho de que el pueblo de Israel confiese sus pecados no necesariamente es testimonio de un arrepentimiento verdadero, que implica un cambio interior del corazón de la persona. El pueblo fue vmctima de múltiples sufrimientos, y como consecuencia de la presión de las calamidades el pueblo judío clama por su amargo destino y habla de las transgresiones que causaron al exilio y su angustia, sin embargo aun no hay aquí una transformación interior y una firme decisión de abandonar la conducta pecaminosa y apegarse al Altmsimo.

EXPIACIÓN DE LOS PECADOS
Es por ello que esta confesión no genera siquiera que los pecados sean borrados, puesto que no hay aquí un arrepentimiento real. La expiación vendra por medio de que Y los traerán a la tierra de sus enemigos, cosa que causara que entonces es que se doblegara su corazón taponado. El quiebre del corazón y los sufrimientos llevaran a que expíen sus pecados.
Sin embargo, la sola explicación de los pecados no es suficiente para traer la redención. Para que llegue la redención es menester que tenga lugar una transformación interior del corazón del pueblo. Exilio y redención son dos estados opuestos. El Exilio es una expresión del ocultamiento del Rostro (Divino), mientras que la redención es el reflejo de Me dirigiri (con Mi Rostro) hacia ustedes4 la revelación y brillo del Rostro Divino. Para ello se requiere la misma actitud por parte del pueblo judmo: dirigir la cara hacia Di-s. Y esto no ocurrió aún. Por ello, el Altmsimo traerá la redención, no en merito del pueblo judío, sino por el merito de los Patriarcas.

COMIENZO DEL PROCESO
Sin embargo, la confesisn externa ya causa que el Altmsimo se conduzca con los judíos con Su Misericordia. Como Rashi explica5 sobre el versículo: Y los traerán a la tierra de sus enemigos – esta es una buena actitud hacia IsraelYo no los dejo, sino que les envío Mis profetas y ellos los hacen retornar bajo Mis alas.
El hecho en si de que la persona confiesa sus pecados con su boca, aunque todavía no decidis en su corazsn retornar con Teshuva, ya tiene un efecto positivo6, la propia palabra despierta al corazón. Y a su vez, cuando alguien dice algo correcto con lo cual aun no esta totalmente identificado, ya siente vergüenza, y eso mismo ya es positivo.
Por ello también el Se confesaran sus pecados es importante, y es ahí donde comienza el proceso que finalmente traera la verdadera y completa redención.

(Likutei Sijot tomo 27, pag. 207)

Tzedaká

La tzedaká (צְדָקָה), es un pilar de la vida judía. Los sabios enseñan que el mundo se construyó sobre la base de la bondad. La tzedaká va un paso más allá. Literalmente traducida como “justicia” o “rectitud”, la tzedaká nos dice que compartir lo que tenemos con los demás no es algo especial. Es lo honesto y justo que hay que hacer.

La tzedaká no se limita a los regalos de dinero. Compartir tiempo, conocimientos o incluso una sonrisa amable son todas formas de caridad.

No importa cuántas bendiciones hayas recibido, siempre puedes compartir con los demás. Tirar una moneda a una caja de caridad todas las mañanas (excepto el Shabat y las festividades judías) marca el tono para el resto del día. Así que asegúrate de convertirlo en un hábito.

Tzedaká significa rectitud

La palabra hebrea que se usa para caridad, tzedaká , tiene un significado , ya que en realidad significa “justicia” o “rectitud”. Hay aquí un matiz importante. 

En el pensamiento judío, dar a la gente necesitada no es algo extra, es simplemente lo correcto y lo honesto que hay que hacer. Nuestro dinero no es nuestro. Pertenece a Di-s , quien gentilmente nos lo ha confiado. Es justo que lo distribuyamos como Él desea, compartiéndolo con Sus hijos necesitados.

La Pushke (caja de caridad) es el sello distintivo del hogar judío

En el Sagrado Templo de Jerusalén había una cámara designada (llamada lishkat chasha-in, “la cámara de los discretos”) donde la gente podía depositar dinero destinado a los pobres. Aquellos que pasaban por momentos difíciles podían ir allí y recibir sustento de manera respetable.

En los últimos siglos, esa tradición sigue viva en las cajas de tzedaká ( pushkes en idish ) que adornan los hogares judíos de todo el mundo.

Dar en círculos concéntricos

Dar tzedaká a los necesitados, a las escuelas de Torá , a las instituciones judías y a las causas humanitarias. El Código de la Ley Judía proporciona algunas pautas para determinar a quién dar primero. Un familiar que se encuentre en dificultades económicas tiene prioridad sobre alguien que no sea de la familia. Del mismo modo, las organizaciones locales pobres y de caridad tienen prioridad sobre sus contrapartes lejanas. Y las causas de caridad en Israel tienen prioridad sobre las organizaciones de caridad no locales en la diáspora. 

La caridad salva de la muerte

La caridad es tan poderosa que puede salvar a una persona de la muerte. El Talmud lo ilustra con la historia de un cortador de caña que estaba destinado a morir por la mordedura de una serpiente, pero sobrevivió gracias al pan que compartió subrepticiamente con un compañero de trabajo pobre. 

Es costumbre dar caridad antes de rezar. Esto se basa en la enseñanza talmúdica: “Los caminos de Di-s no son como los caminos de los mortales. ¿Cómo es entre los humanos? Si un hombre trae un regalo a un rey, puede ser aceptado o no. Incluso si es aceptado, sigue siendo dudoso si será admitido o no en la presencia del rey. No es así con Di-s. Si una persona da incluso una pequeña moneda a un mendigo, se lo considera digno de recibir la Presencia Divina, como está escrito: ‘Contemplaré tu rostro en tzedek [caridad]’”. En consecuencia, dice el Talmud , Rabí Eleazar solía dar una moneda a un hombre pobre inmediatamente antes de rezar.

Maimónides enumera ocho niveles de donación de caridad. El más elevado es el que concede un préstamo, permitiendo al receptor mantenerse honorablemente con su dignidad intacta. El más bajo es el que da de mala gana.

La caridad, como todo el mundo sabe, significa ser una buena persona y dar dinero a alguien que tiene menos. Por eso, en la tradición judía nunca damos caridad. Es algo inaudito.

Porque todos sabemos que todo lo que tenemos no nos pertenece en realidad. No somos más que tesoreros, enseñaron nuestros sabios, y todo lo que llega a nuestras manos nos es dado para que lo usemos en cosas buenas. Como educar a nuestros hijos. Como nutrir nuestro cuerpo con comida kosher y saludable. Y como dárselo a personas que carecen de lo que necesitan.

Por eso, en la tradición judía, lo llamamos “dar tzedaká “. 

Tzedaká significa “hacer lo correcto”. Poner tus cosas donde realmente pertenecen.

Ahí es donde tu dinero te dará el mayor beneficio y te traerá el mayor bien, porque ahí es donde debe estar.

“Mantengan la justicia y practiquen la tzedaká , porque mi salvación está por llegar y mi benevolencia por revelarse”, dice el profeta Isaías . De esto, los sabios enseñan que “grande es la tzedaká porque trae la redención”.
 

Tefilín

La Torá ordena a los hombres judíos atarse tefilín en la cabeza y en la parte superior del brazo todos los días de la semana, en cumplimiento del versículo ( Deuteronomio 6:8) :

“Los atarás como una señal en tu mano, y serán como un recordatorio entre tus ojos”.

La colocación de los tefilín es una mitzvá increíblemente poderosa . La experiencia de colocarse los tefilín ha cambiado la vida de muchas personas.

¿Qué hay en las cajas?

La Torá menciona la mitzvá de colocarse tefilín cuatro veces distintas. Cada uno de estos textos está escrito en un pergamino y se coloca dentro de los tefilín. Estos pasajes hablan de la unidad de Di-s . Describen los milagros que Di-s realizó por nosotros cuando nos sacó de Egipto, y cómo sólo Di-s tiene el poder y el dominio para hacer lo que quiera en los mundos físico y espiritual. En otras palabras, estos versículos cubren los fundamentos de nuestra fe.

¿Quién se pone los tefilín?

Todos los varones judíos mayores de edad ( 13 años) deben realizar la mitzvá de tefilín.

Estos textos son:

1–2. Kadesh ( Éxodo 13:1–10 ) y Vehayah ki yeviacha ( Éxodo 13: 11–16): Estos describen el deber del pueblo judío de recordar siempre la redención de la esclavitud egipcia, y la obligación de cada judío de educar a sus hijos acerca de esto y acerca de los mandamientos de Dios.
3. Shemá ( Deuteronomio 6:4–9 ): Pronuncia la unidad del único Dios, y nos ordena amarlo y temerlo.
4. Vehayah ( Deuteronomio 11: 13–21): Se centra en la garantía que nos da Dios de la recompensa que seguirá a nuestra observancia de las mitzvot de la Torá .

¿Cómo se hacen los tefilín?

Para ser kosher según la ley judía, los tefilín deben cumplir muchos requisitos. Piense en ellos como una máquina espiritual perfectamente ajustada. Si una parte no está en su lugar, todo el conjunto no funcionará.

Los rollos que se encuentran dentro de los tefilín están escritos con tinta negra con una pluma de ave (o de junco) por un escriba especialmente entrenado, conocido como sofer . El pergamino está hecho a mano y debe ser de un animal kosher.

Hay 1594 letras en cada una de las cajas de los tefilín. Si una letra sobra, falta o está escrita incorrectamente, los tefilín no son válidos.

Las cajas y las correas también están hechas de cuero de un animal kosher. El tefilín de la cabeza está formado por cuatro compartimentos separados, cada uno de los cuales contiene un rollo con una de las cuatro selecciones de la Torá. El tefilín de la mano tiene una sola cámara, con todas las selecciones escritas en un solo rollo.

Notarás que el tefilín de la cabeza tiene la letra hebrea Shin (ש) en ambos lados, uno con tres ramas y el otro con cuatro.

Los tefilín no se usan en Shabat ni en las principales festividades judías

¿Cuándo se usan los tefilín?

Puedes cumplir con la mitzvá poniéndote los tefilín en cualquier momento del día, desde el amanecer hasta el anochecer. Se recita una bendición y es costumbre leer la oración del Shemá . Tradicionalmente, los tefilín se usan durante las oraciones matutinas de los días laborables.

Tienes un cerebro. Está en un mundo. Tu corazón está en otro. Y tus manos a menudo terminan involucradas en algo completamente ajeno a ambos. 
Tres máquinas distintas.
Así que te pones los tefilín . Lo primero que haces en el día es conectar tu cabeza, tu corazón y tu mano con estos cables de cuero, para que todos trabajen como uno solo, con un único propósito: un servicio dedicado al Todopoderoso. Y luego, cuando sales al encuentro del mundo, todas tus acciones encuentran armonía en un único propósito coordinado…

Y las atarás como una señal en tu mano, y serán como un recordatorio entre tus ojos.

— Deuteronomio 6:8

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¿Qué son las Selijot?

Caminas hacia la sinagoga. Ya es madrugada, pero hay docenas de Judíos que se han juntado allí. En el frente, envuelto en un Talit, el Jazan está a punto de comenzar su Servicio. Rápidamente abres tu libro en “Selijot del primer dia”. Pero, ¿qué son las Selijot exactamente? Démosle un vistazo juntos. 

Selijot: Plegarias en comunidad pidiendo el perdón Divino, se recita durante las Altas Festividades o en los dias de ayunos Judíos. 

En Síntesis

Mientras la mayoría de los Servicios Judíos se llevan a cabo durante el día o la tarde, las Selijot de las Altas Festividades son la excepción, llevándose a cabo en las tempranas horas de la madrugada. Son la inspiracion para el alma como introducción a los Días Solemnes. 

En la tradición Ashkenazi (el foco de este artículo), la primera noche de Selijot es la más “grande”, y se lleva a cabo luego de medianoche el sábado antes de Rosh HaShana. En congregaciones más grandes, el Servicio es dirigido por un cantor y un coro, y puede fácilmente durar más de una hora. En comunidades más pequeñas e informales, puede llevar menos tiempo. Las Selijot subsiguientes se recitan justo antes de las plegarias matutinas

La liturgia para las Selijot de las Altas Festividades no se encuentra en la mayoría de libros de rezos, sino que pueden hallarse en libros especiales para Selijot, con una selección diferente para cada dia. 

Las Selijot actuales son una compilación de versículos de Torá y obras escritas en hebreo poéticamente, en las que le pedimos a D-s que nos perdone a nivel personal y colectivo. Uno de los versos que se repite a menudo es “13 Atributos de Misericordia,” donde D-s se reveló a Moisés en el Sinaí como llave del perdón. Esta es la base de todo el Servicio, y por cuanto que se lo considera una plegaria en comunidad, puedes decir esta frase solo cuando rezas con la congregación.  

Para la mayoría de las Selijot, el líder entona la primera y última línea de cada párrafo, permitiendo a la congregacion a leer la mayoria de párrafos por si mismos. 

      •  Como vamos a discutir, hay ciertos himnos, conocidos como “pizmonim”, los cuales la congregación lee una línea, y el líder la entona luego de ellos. Hay un “pizmon” diferente cada día. 

      • Ya hacia el final, se abre el arca, y una serie de versos, que comienzan con las palabras “Shma Kolenu” (“Escucha nuestra voz”) son recitadas en forma de respuesta, primero por el líder y luego por la congregación. 

      • Casi al terminar, está la confesión “Ashamnu”, en la que nombramos alfabéticamente una lista de pecados que nosotros (como comunidad) cometimos. Golpeamos levemente nuestro pecho al nombrar cada uno de los pecados.  

    ¿Cuándo se Dicen las Selijot? 

    Comenzamos a decir Selijot unos cuantos días antes de Rosh HaShana. De acuerdo con la costumbre Ashkenazi, las primeras Selijot se recitan el sabado despues de “la medianoche halajica” antes de Rosh Hashaná, y un mínimo de cuatro días de Selijot deben observarse. Por eso, si el primer dia de Rosh HaShana cae un  jueves o Shabat, las Selijot comienzan en la noche del sábado que precede al Año Nuevo.

    Si Rosh HaShana cae lunes o martes, las Selijot comienzan el sábado de noche aproximadamente una semana y media antes de Rosh HaShana. Comenzando en la mañana del lunes seguido del primer servicio de media noche, las Selijot se recitan en forma diaria antes de las plegarias matutinas hasta Rosh HaShana (excepto en Shabat, ya que las plegarias penitenciales son inconsistentes con los días pacíficos y alegres). 

    Los Sefaradim recitan las Selijot durante todo el mes de Elul. 

    La mayoria de las comunidades judías siguen recitando las Selijot durante los Diez Días de Arrepentimiento, los días entre Rosh HaShana y Iom Kipur.

    De acuerdo a la costumbre de Jabad, las Selijot no se dicen en esos días, con la excepción del 3 de Tishrei, cuando las Selijot son recitadas como parte de la conmemoración del ayuno de Gedalia. 

    El cuarto Rebe de Jabad, Rabi Shmuel de Lubavitch, una vez le preguntó a su ilustre padre, el Tzemaj Tzedek, por qué las comunidades de Jabad no continúan diciendo Selijot durante los Diez Días de Arrepentimiento. “Hijo”, le respondió, “ ya no es el momento para palabras. Ahora debemos traducir palabras en acción…” 

    Más en la Liturgia de las Selijot

    A diferencia del Servicio convencional, las Selijot no incluyen el Shema o la Amida, pero sí contiene algunas características del Servicio típico: comienza con Ashrei (Salmo 145) y un medio Kadish, y finaliza con un Kadish completo. 

    La sección de instrucción y finalización del texto de Selijot son las mismas cada dia, y consisten esencialmente en pasajes bíblicos y antiguas plegarias.

    La sección del medio varía, contiene selecciones de plegarias (piyutim) para cada dia en un orden especial, con súplicas en común como las repetidas apelaciones a los atributos Divinos de misericordia. La sección del medio también tiene un “pizmon” (himno o refran) para cada dia. 

    Durante el Año 

    Aun siendo el foco de este artículo en las Selijot pre y post Rosh HaShana, debemos señalar que hay versiones de Selijot que se dicen en los servicios matutinos en días de ayuno como Tzom Guedalia, 10 de Tevet, Taanit Ester y 17 de Tamuz (pero no el 9 de Av). 

    Hay también Selijot especiales para aquellos que acostumbran ayunar en Behav,e incluso textos que se recitan en casos de sequía o cuando niños son víctimas de una plaga. 

    En Iom Kipur, el dia dedicado a nuestro perdón, cada plegaria es seguida de Selijot. 

    Los piyutim fueron compuestos en el periodo de los Gueonim y poco después (entre aproximadamente los siglos IX y XII). 

    Sus autores incluyen algunas de las más grandes autoridades de esos tiempos, tal como Rav Saadia Gaon, Rabenu Gershom Meor Hagolah, Rabi Shlomo Itzjaki (Rashi), y miembros del grupo de Baalei Tosafot.

    La mayoría de ellos han insertado sus nombres como acrónimos o acrósticos. 

    Sus composiciones invariablemente usan frases bíblicas o paráfrasis, y varias veces hacen referencia a enseñanzas rabínicas. 

    Otra característica común de los piyutim son su estructura poética, y la mayoría de ellos siguen el orden alfabetico Hebreo. (Esto tambien es asi en varias de las plegarias de la sección final).

     

    Hay más piyutim de aquellos que aparecen en alguno de los Servicios. Diferentes comunidades han creado una selección de piyutim para recitar, así formando una variedad de costumbres y/o versiones de Selijot. 

    Varios de los textos fueron originalmente elecciones locales, pero una vez que una costumbre es adoptada a nivel colectivo, cada uno debe seguir la costumbre de su comunidad y no puede cambiarla omitiendo, agregando o cambiando piyutim. 

     

    El Midrash nos cuenta que el Rey David estaba asustado cuando previó profeticamente la destruccion del Templo Sagrado y el cese de las ofrendas de sacrificios. “¿Cómo van a expiar los Judíos sus pecados?” se preguntó. 

    D-s le respondió: “Cuando el sufrimiento recaiga sobre los Judíos por sus pecados, ellos deberán juntarse frente a Mi en total unidad. Juntos deberán confesar sus pecados y recitar el orden de las Selijot, y Yo responderé a sus plegarias”.

    Por Menajem Posner

    Nigún

    Susurros del alma: Shamil

    Piano con alma

    Esta es una interpretación magistral de algunas de las melodías jasídicas más hermosas del aclamado pianista Yaron Gershovsky. 

    Llene su espacio con el sonido de otra interpretación virtuosa de piano, interpretada por uno de los pianistas judíos más expresivos y prodigiosos de la actualidad. Disfrute de la calidez de los conmovedores y conmovedores Nigunim y alivie su espíritu con una selección de melodías.

    Susurros del alma: Shamil

    Shoshana Michel comenzó a tomar lecciones de piano a los siete años y toca profesionalmente desde los 17. Con un repertorio musical que abarca una variedad de géneros, la elegante elocuencia y la profundidad musical de Shoshana conmueven el corazón y tocan el alma. 

    Su álbum debut de solos de piano Soul Whispers son interpretaciones conmovedoras de Chabad Nigunim. Para obtener más información sobre la música de Shoshana, visite su sitio web