La plegaria judía más famosa, es el Shemá.
El Shemá forma parte de las oraciones de la mañana y de la tarde. Recita el Shemá, aunque no vayas a recitar las oraciones.
Cuando:
“Cuando te acuestes, y cuando te levantes” — Deuteronomio 6:7 .
Mañana : Durante el primer cuarto del día, a partir de cuando hay suficiente luz para reconocer a un conocido casual a corta distancia. Noche: desde que aparecen las estrellas hasta el amanecer, aunque preferiblemente antes de medianoche.
Cómo:
Di el Shemá en tu lengua vernácula si no entiendes hebreo. Asegúrese de que su entorno sea limpio y modesto, y asegúrese de articular y enunciar cuidadosamente cada palabra. No permita interrupciones durante la oración. Cúbrete los ojos con la mano derecha mientras dices el primer verso, para así bloquear los estímulos externos que te distraigan. Recita el verso en voz alta por la misma razón. Lo ideal es que los hombres usen talit y tefilín.
Cuando se recita el Shemá, se debe hacerlo con temblor, concentración, reverencia y admiración, como suele hacerse cuando se lee una nueva comunicación emitida por el rey.
El mensaje del Shemá debe considerarse siempre valioso, como un mensaje nuevo cada día, no como un mensaje viejo que se ha vuelto obsoleto
La frase central en la primera línea del Shemá es “Di-s es Uno”.
El Talmud habla sobre “alargar” la manera en la que uno dice “Uno”: “Ejad”. Quien alarga la palabra “Ejad”, entonces sus días y años también se alargarán. Las enseñanzas Jasídicas explican, que “alargar”, significa pensar y meditar el significado interno del mundo.
La idea de “Di-s es Uno” significa que no solo hay un Di-s, sino que Di-s y toda la creación son una cosa. No hay nada aparte de Di-s. Nada existe fuera de Él; cada cosa que percibimos, cada partícula de existencia, no es sino una manifestación de Di-s.
Por este motivo, cualquier cosa en el Universo está totalmente dependiente de Di-s en cada momento. Di-s creó el Universo hace mucho tiempo, pero también lo mantiene existiendo continuamente. Los Sabios hablan sobre una energía que emana de la esencia infinita de Di-s, que hace que el Universo exista. Si Él cesa de dar esta fuerza viviente al mundo, dejaría de existir. Maimónides dice: Di-s puede existir sin el mundo, pero el mundo no puede existir sin Di-s. Con este concepto en mente, es que uno declara el Shemá con todo su ser.
Unidad
Las letras Hebreas tienen un valor numérico, que nos ayuda a comprender el significado de la Torá y de sus plegarias.
La palabra “Uno” en el Shemá, “Ejad”, se forma con tres letras: Alef, Jet, Daled.
Alef, que tiene el valor numérico de “uno”, se refiere a Di-s Mismo. Jet, cuyo valor numérico es “ocho”, se refiere a los siete cielos y la tierra, o sea, “arriba” y “abajo”, el plano vertical, e incluyendo todas las dimensiones espirituales. La tercer letra es Daled, cuyo valor numérico es “cuatro”, que denota las cuatro direcciones del plano horizontal: norte, sur, este, oeste.
Ahora podemos entender lo que quiere decir el Talmud al decir “alargar” la manera en la que decimos “Ejad”.
Significa, pensar sobre el significado del mundo: que el mundo y todas sus dimensiones, ya sea la física y la espiritual, y el mundo entero y el Universo físico entero, todo es una expresión de la unidad infinita de Di-s.
El pueblo Judío en sí mismo es descrito como “Ejad”, “Una nación en el mundo”. Esto implica, no solo que somos únicos en el mundo, sino que somos una nación que comunica a toda la humanidad el concepto de la unidad de Di-s. Más aún, al mantener los mandamientos de Di-s en nuestra vida diaria, traemos la Unidad Divina a este mundo, dentro de cada detalle de nuestra existencia física.
Como dice el Talmud, Di-s nos premia otorgándonos largos y plenos días y años.
Por Tali Loewenthal
Antes de comenzar a leer el Shemá, uno debe tomarse un momento para reflexionar que ahora va a cumplir el mandamiento de Di-s. Además , uno debe concentrarse en el significado de las palabras del Shemá, al menos mientras recita el versículo del Shemá. Si uno no se concentró en el significado de las palabras de este versículo, debe repetirlo.
Uno debe cubrirse los ojos con su mano derecha mientras dice el verso del Shemá para reducir las distracciones y mejorar la concentración. Por la misma razón, el primer verso debe decirse en voz alta.
Hay una mitzvá en la Torá —de hecho, en el mismo texto del Shemá— de recitar el Shemá dos veces al día: “Y hablarás de ellas… cuando te acuestes y cuando te levantes”.
Los sabios explican que esto significa que debemos recitar el Shemá todas las mañanas y todas las noches.
El Talmud explica que uno debe recitar el Shemá antes de ir a dormir, de modo de irse a dormir con palabras de la Torá en sus labios.