La obligación de expresar gratitud a Di-s luego de comer una comida, está escrita claramente en la Torá:
“y vas a comer y serás saciado, y deberás bendecir a Di-s, tu Di-s, por la buena tierra que El te ha dado”.
Los Sabios Talmúdicos han sacado la conclusión de este versículo que la alabanza debe contener tres componentes. Debe incluir gratitud a Di-s por:
1- La comida que han consumido
2- La Tierra Santa
3- Jerusalem
Por lo tanto, estas tres bendiciones de Alabanza son una obligación bíblica. Sin embargo, originalmente, cada persona redactó esas bendiciones de la forma que ellos vieron que quedaba bien. No había un texto estándar.
La estructura, es decir, los conceptos generales que deben incluir, fueron añadidos a las primeras tres bendiciones en etapas:
– La primera vez que el Maná cayo del cielo, Moisés desarrolló la primera bendición, agradeciéndole a Di-s por el sustento.
– Cuando el Pueblo Judío entró a Israel, Ieoshúa estructuró la segunda bendición, agradeciéndole a Di-s por la Tierra.
– Cuando el Rey David fue coronado en Jerusalém, compuso el esquema básico de la tercera bendición, agradeciéndole a Di-s por Jerusalém.
Cuando la construcción del Primer Templo fue completada, el Rey Shlomó agregó a esta bendición la mención del Templo, la joya de la corona de Jerusalém.
Cuando los hombres de la Gran Asamblea instituyeron un texto de plegaria estándar, lo hicieron también con la bendición para después de las comidas.
Ellos desarrollaron un texto básico para estas tres bendiciones, que es el que usamos hasta hoy en día.
La cuarta y última bendición es totalmente rabínica y fue instituida (estructura y texto) por el Sanhedrín en la ciudad de Yavne en el año 3908 (148 AEC).
Esta bendición, alabando a Di-s por ser “bueno y benéfico” fue instituida para conmemorar el tremendo milagro que ocurrió cuando los Romanos permitieron enterrar a los fallecidos de Beitar.
Por: Rab Naftali Silberberg