El actor de Saber

¿Puedo saber algo sin saber que lo sé? ¿Y si no sé que lo sé, qué diferencia hace si lo sé o no?

Freud generalmente se acredita el haber descubierto el inconsciente. Pero la idea de que hay cosas que sabemos aun cuando no sabemos que las sabemos, y sentimientos que sentimos aun cuando no sentimos que los sentimos–y que estos reinos inconscientes de sabiduría y sentimientos ejercen una influencia profunda en nuestras vidas–preceden al buen doctor vienés por muchos siglos.

En el Libro de Daniel, el gran príncipe Judío narra una visión profética: Y solo, yo, Daniel, vi la visión, pero la gente conmigo no la vio; con todo, un gran terror cayó sobre ellos, y huyeron a ocultarse. (Daniel 10:7). “Pero la gente conmigo no la vio”, dice el Talmud, “¿por qué estaban asustados”? Y responde el Talmud :”Porque aunque ellos no lo hayan visto, su mazal sí vio.”

¿Qué es este “mazal” nuestro que ve cosas que nosotros no vemos? Los maestros jasídicos explican que solo una pequeña porción –un simple “rayo” o “reflejo”– del propio alma se enviste en el cuerpo para volverse el ser consciente que siente y actúa. El alma misma permanece “por encima”. Sin embargo un constante flujo de vitalidad e iluminación del alma superna baja y va filtrando el alma corporal (el palabra mazal en hebreo significa “la fuente del filtrado”), imbuyéndolo con las cualidades trascendentales de la fe, el instinto y conocimiento suprarracional.

La existencia de tal conocimiento inconsciente–o más bien, supra-consciente–se nota extensivamente a lo largo de la Torá. Incluso tiene repercusión legal en la ley Torácica. Un ejemplo prominente es una cláusula en las leyes de divorcio: para un escrito de divorcio (guet) para que sea válido, debe concederse de buena gana. Sin embargo, si la halajá dicta que debe concederse un divorcio, el bet din (el tribunal rabínico) tiene el derecho de forzar al marido para que lo de; en las palabras del Talmud, “se lo golpea hasta que diga ”yo lo deseo”. Maimónides explica: “En verdad, (cada judío) desea ser de Israel, y desea observar todos los preceptos y evitar todas las transgresiones de la Torá. Sólo que su mala inclinación lo ha dominado. Así que, si se lo golpea hasta que su mala inclinación se debilite, y diga ”Lo deseo”, él se ha divorciado de buena gana… no se lo considera ”forzado” –al contrario, es su inclinación al mal que lo ha forzado, contra su verdadera voluntad, en primer lugar.”


Imagínese el siguiente escenario: Hacés algo feo a un amigo o un ser querido. Después te disculpás: “Lo siento mucho, honestamente no sé lo que me pasó. ¡Me conocés, yo no soy así! Realmente ayer no fui yo…”. Su amigo lo mira con simpatía, como diciendo “lo que decís tiene sentido”.

¿Qué quiere decir que “vos” no eras “vos”? Significa lo que todos verdaderamente sabemos, porque sabemos esto sobre nosotros: hay un yo real, y un yo irreal. El yo irreal puede actuar cruelmente o de manera estúpida, o ambas; el yo real nunca haría algo para herir a un amigo o ser querido, o a nadie.

Así que, ¿por qué mostramos a menudo al mundo un yo irreal? Hay, claro, muchos factores que conspiran para anular la bondad del corazón de nuestras almas. Pero quizás la causa principal es que simplemente nos adaptamos a la manera que los demás nos perciben, que a la vez es un espejo de la manera en que nosotros los percibimos a ellos. Así que terminamos viendo alrededor todo distorsionado, percepciones irreales de nosotros, y protegiéndose de todos esos monstruos aterradores que se acercan furtivamente a nuestro mundo con un monstruoso traje como el nuestro.

Imaginá si de repente todos los demás lo vieran cómo realmente sos, cómo vos te  ves a vos mismo. Y mirara a los demás y los viera como ellos se ven a sí mismos. Nuestro mundo sería un lugar muy diferente, ¿verdad?.

Esto explica uno de los más básicos –pero también uno de los más asombrosos– principios de la fe judía. Uno de los trece “principios” del Judaísmo es la creencia en la venida de Mashiaj, y que el judío “anticipa su venida, todos los días”. Para creer que vendrá un día cuando “no habrá más hambre o guerra, celos o rivalidad. La bondad será abundante, y todos los placeres disponibles como el aire. Y todo el mundo se llenará con el conocimiento de Di-s”, es realmente asombroso. Aún más es esperar que esto realmente suceda todos los días–incluyendo hoy, cuando el mundo que vemos por la ventana parece significativamente alejado de este ideal.

Pero si lo pensamos, realmente no es tan asombroso. Se reduce a esto: ¿Si creés en tu propia bondad esencial, es lógico pensar que el tipo de enfrente crea en la suya propia también, ¿no? ¿Y si lo que le está impidiendo ser tu verdadera esencia es el hecho de que el tipo de enfrente no ve el verdadero vos, es razonable pensar que lo mismo es cierto para él, ¿no?

En otras palabras, lo que está equivocado en nuestro mundo no es una cuestión sustancial, sino una cuestión de percepción: el hecho de que nosotros no estamos viendo las cosas de la manera en que realmente son. Como en un mal sueño donde todo está equivocado, en lo profundo sabemos que es simplemente una ilusión. No importa cuán feo y aterrador sea el sueño, no importa cuán distorsionada es la percepción de la realidad, nunca es “poco realista” esperar reemplazarla por un mundo sano y hermoso. Al contrario: es el sueño el que es irreal, y lo más realista es esperar reemplazar su distorsionada perspectiva, a través del solo acto de despertarse con una visión no distorsionada del mundo real.

El Shabat antes del 9 de Av se designa en el calendario judío como Shabat Jazón, el “Shabat de la Visión” -el día que lamentamos la destrucción de los dos Templos Santos -leemos una sección especial de los profetas (Isaías 1:1-27) que describe las causas de la destrucción y las maneras de rectificarlas. La lectura comienza con las palabras Jazón Ieshaiahu, “La visión de Ieshaiahu…”; de ahí el nombre, Shabat Jazón.

El gran maestro jasídico Rabí Levi Itzjak de Barditchev reveló un significado más profundo del nombre “Shabat de la Visión”: en este día, dijo Rabí Levi Itzjak, se concede a todos y cada uno de nosotros una visión del Tercer Templo que descenderá del cielo en el momento de la Redención.

El Rebe de Lubavitch a menudo citaba esta enseñanza de Rabí Levi Itzjak, y pregunta: ¿cuál es el punto de concedernos esta visión de la redención mesiánica, si no podemos verla realmente?

Podemos verla, enseñaba el Rebe. La redención mesiánica es nuestra propia y verdadera esencia revelándose, la realidad de la creación como realmente es. Y verla requiere de sólo una simple acción simple–una acción que tomamos claramente todos los días, los trescientos sesenta y cinco días al año.

Para ver la realidad, sólo necesitamos abrir nuestros ojos.

Yanki Tauber

Las 3 semanas de duelo.

Determinación para reconstruir.

Además de las reglas y restricciones “técnicas” durante este período de 3 semanas, dedicamos más tiempo a contemplar el estado menos que perfecto en el que se encuentra el mundo ahora y lo que podemos hacer para mejorarlo aumentando las obras de bondad.

El Rebe instó a que las Tres Semanas deberían ser un tiempo de mayor estudio de la Torá y de dar caridad, de acuerdo con el versículo “Tzión será redimida por la ley, y sus repatriados por la caridad”.

Particularmente, el Rebe solicitó una y otra vez el estudio de aquellas porciones de la Torá que tratan sobre la construcción del Templo Sagrado.

Las Tres Semanas deben ser un tiempo de mayor estudio de la Torá y actos caritativos.

¿Por qué estas leyes? El Rebe basó su pedido en un diálogo, citado en el Midrash, que ocurrió después de que Di‐s le dijo al Profeta Ezequiel que instruyera al pueblo judío entonces exiliado sobre las medidas y el diseño de tercer Templo Sagrado:

“Señor del mundo”, respondió Ezequiel,

“¿por qué me dices que vaya y le diga a Israel la forma de la Casa; ahora están en el exilio en la tierra de nuestros enemigos, ¿hay algo que puedan hacer al respecto? será hasta que regresen del destierro, entonces iré y les in‐ formaré”.

Di‐s respondió: “¿Debería ignorarse la construcción de Mi Casa porque Mis hijos están en el exilio?

El estudio del diseño del Templo Sagrado como se detalla en la Torá puede equipararse a su construcción real. Ve y diles que estudien la forma del Templo Sagrado.

Como recompensa por su estudio y su ocupación con él, lo consideraré como si realmente construyeron el Templo Sagrado”.

¡Es nuestra generación en particular, que se encuentra en el umbral de la Redención, la que debe estudiar estas leyes
con la conciencia de que estas leyes serán muy prácticas en el futuro inminente.

¿Por que se come pescado en Shabat?

1. Triple bendición Rabí  Tzvi  Elimelej  de  Dinov,  conocido como  Bnei  Isasjar,  explica  que  durante  los seis  días  de  la  creación, 

Di-s  bendijo  tres cosas a medida que fueron creadas:

El  jueves  bendijo  a  los  peces:  “Di-s  los bendijo, diciendo: ‘Sean fructíferos y multiplíquense, y llenen las aguas de los mares… ’” 

El viernes bendijo a la humanidad: “Di-s los bendijo (Adám y Java). Di-s les dijo: “¡Sean fructíferos  y  multiplíquense  y  llenen  la  tierra!” 

El Shabat, “Di-s bendijo el séptimo día y lo declaró santo… ”

“Un cordón de tres hilos no se romperá rápidamente”, dice la Escritura. Por lo tanto, combinamos los tres: el hombre come pescado en Shabat y, por lo tanto, es bendecido con la triple bendición sacerdotal.

2. El número siete En Shabat, el séptimo y último día de la semana, comemos alimentos asociados con el número siete. La palabra hebrea para pescado es dag (dalet y guimel), que tiene el valor numérico de siete.

3. Sin párpados, los peces no tienen párpados. Como resultado, sus ojos siempre están abiertos. Comemos pescado en Shabat, en alusión a la noción de que los “ojos” de Dis siempre están abiertos, cuidándonos con amor y compasión.

4. Más refinado Durante el Gran Diluvio en los días de Noaj, los animales terrestres también fueron castigados, ya que se habían corrompido y se estaban apareando con animales que no eran de su especie. Los peces, pudieron sobrevivir en el  agua,  ya  que  no  se  había  corrompido.  En  Shabat,  cuando  celebramos  el  día  de  la  semana más espiritualmente elevado, es lógico que  lo  hagamos  con  la  más  espiritualmente  elevada de las creaciones.

Los tesoros del Beit Hamikdash

Hoy podemos preguntarnos: ¿qué sucedió con todos los elementos sagrados realizados con materiales como el oro y piedras preciosas? En el libro Elef Dor (recopilado por Ierujam Horowitz), que es un compendio de datos extraídos de la Biblia, los exégetas, la Mishná, el
Talmud, midrashim, respuestas de los
Rishonim y Ajaronim, etc, hallamos interesantes respuestas a esta pregunta y otros datos quizás desconocidos. “no existe número para cuantificar el oro y la plata y tesoros que sustrajeron los romanos de Jerusalém. El historiador Iosef Ben Matitiahu (Flavio Josefo) relata que
tan grande era la cantidad de oro hallada por los soldados en la ciudad y el Templo, que esto provocó un marcado descenso del precio del oro en la zona, hasta la mitad de su costo habitual.

La vid de oro gigante realizada por Herodes que Iosef describe, también fue llevada a Roma: “Era de oro puro. Estaba colocada sobre una de las columnas y pesaba 1000 piezas de oro. Había sido realizada por orfebres profesionales. Las hojas estaban hechas en oro
verdoso y los frutos llevaban incrustadas piedras preciosas. Era una pieza increíble que deleitaba a todo aquel que la observaba…” Uno de los cohanim, amenazado de muerte, descubrió ante los romanos depósitos de lana turquesa, roja, hilos de lino y enormes cantidades
de fragancias costosas que se usaban para el Incienso. Además, entregó a Tito dos Menorot (Candelabros) de oro, similares en tamaño al Candelabro del Beit Hamikdash. También mesas, tenedores y fuentes de mucho peso realizadas en oro puro. Hallaron el lugar
secreto donde se guardaban las vestimentas del Sumo Sacerdote y numerosas piedras preciosas.

Otra fuente de suministro de oro para los romanos fueron los propios habitantes de Jerusalém. Muchos de los utensilios importantes fueron llevados por los soldados y bastante tiempo después podían verse entre los tesoros de Roma: el Tzitz- Placa de oro para el turbante del
Sumo Sacerdote, un Candelabro de Oro, el Parojet- cortina Divisoria entre el Kodesh- Santo- y el Kodesh HaKodashimSanto de Santos.

Incluso el famoso trono de oro del rey Shlomó (o sus partes).
Rabí Itzjak Abarbanel testifica: “También fueron sustraídas piedras preciosas de Ierushalaim. Y muchas de ellas se hallan aún en Roma y la ciudad de Pisa y otras localidades”. Cuando Tito llegó a Roma, se organizó en su honor una marcha de victoria. Iosef Ben Matitiahu la
relata en detalle (La guerra de los judíostomo VII). Entre otros datos describe:
“De entre todos los tesoros del botín, sobresalían los utensilios que fueron llevados del Beit HaMikdash de Ierushalaim. La pesada mesa de oro puro, la gran Menorá – Candelabro de oro. Y como trofeo, desfiló un Sefer Torá (Rollo de Torá) de los judíos*…”
*en varios lugares nuestros Sabios recuerdan que el Sefer torá que fue llevado prisionero a roma era aparentemente de la época de los primeros Profetas o de Ezrá Hasofer.

Ramas y palos

En la Torá, se usan dos vocablos diferentes para referirse a las tribus de Israel: “shevatim” y “matot” “Shevet”, es un bastón y “Maté”, una vara o tallo, ambos denotan las ramas de un árbol. La diferencia es que un shevet es una rama flexible, unida a un árbol, mientras que un maté es un palo endurecido ya cortado del tronco.

Los dos nombres que se usan para denotar las tribus judías tienen un significado espiritual y se refieren al tipo de conexión que cada judío tiene con Di‐s. 

Cuando la conexión entre el alma judía y su fuente Divina está revelada, se usa la palabra shevet. Sin embargo, cuando el vínculo entre el judío y Di‐s se oculta, la palabra matot se usa para describir al pueblo judío.

La primera descripción se refiere al alma judía tal como existe antes de descender al mundo físico. El alma, unida a Di‐s, está conectada a su fuente, al igual que la rama todavía está conectada a su fuente de vida, el árbol.

Pero, después de que el alma desciende a un cuerpo físico, se asemeja más al palo que ha sido separado del tronco. La conexión vital a su fuente, a Di‐s, ya no se percibe con facilidad, tanto que el alma puede sentirse como si hubiera sido totalmente cortada, Di‐s no lo permita. Las aflicciones del cuerpo físico y las demandas del mundo material endurecen el alma tierna, haciéndola menos sensible a la espiritualidad.

Sin embargo, a pesar de que el shevet todavía está conectado a su fuente, no es tan fuerte y rígido como el curtido maté, que ha sido atemperado por su experiencia. La rama, cuando está unida al árbol, es verde y flexible. Solo después de que se corta se convierte en una varilla resistente y confiable.
Este es el propósito por el cual el alma es enviada a este mundo y se separa de su fuente Divina, para descubrir sus fortalezas ocultas y permitirle alcanzar un nivel aún más alto de cercanía espiritual con Di‐s. Cuando el alma supera los desafíos de la inclinación al mal y las dificultades de una existencia física, su vínculo con Di‐s se vuelve más fuerte y más profundo.

La distinción entre shevet y maté también existe en otro nivel.
Cuando el Templo Sagrado existía y la Divinidad iluminaba abiertamente el mundo, el pueblo judío estaba en el nivel de Shevet. 

Después de la destrucción y el advenimiento del oscuro y amargo exilio, nos encontramos en el nivel de maté. Durante casi 2.000 años, el pueblo judío ha tenido que desarrollar sus recursos ocultos y mantenerse firme ante el sufrimiento. Cuando el Mashíaj venga y se revele la Divinidad que se oculta en toda la creación, el pueblo judío, al haber descubierto el “maté” en sus almas, disfrutará de una relación
más estrecha con Di‐s, el verdadero propósito de todo el exilio.

Adaptado de las obras del Rebe de Lubavitch

Comer, rezar y amar

Si eres una mujer, entonces habrás horneado un pan, orado una plegaria y amado a otra persona, como nadie lo ha hecho.

Pero, ¿Sabías que comer, orar y amar, son mucho más que una trascendente oportunidad?

Las tres Mitzvot de la mujer: Santificar la producción de nuestros hogares, santificar el tiempo y santificar nuestra sexualidad, son la llave para descubrir el misterio de vivir conscientemente. El anhelo de las almas de vivir una inspirante vida se satisface con el cumplimiento de las Mitzvot de la mujer Judía.

¿Qué es una Mitzvá?

¿Te acuerdas cuando terminaste la Universidad? Después de todas las horas extras, tu mamá ha trabajado para traerte a este día, estaba orgullosa y un poco triste. Se veía victoriosa y un poco melancólica cuando te daba instrucciones: llamá a casa, estate atenta, y estemos en contacto. Sé feliz. Haz una diferencia. Llamá a casa, acordate de tus raíces.

Una Mitzvá es llamada Casa.

Con la creación del hombre, Di-s le dio al ser humano un sinfín de oportunidades….y una tarjeta de teléfono. Seguro, llamamos cuando necesitamos dinero, pero también podemos estar conectados, con nuestras raíces, y mantenernos cerca a nuestro Creador. Quédate atento cuando el mundo está perdiendo la cabeza, incluso cambia el mundo, un acto Divino por vez.

COMER

La Mitzvá de santificar la producción de uno, se encuentra preparando los panes de Shabat. Las materias primas usadas por Sará, nuestra matriarca, se transformaron en el origen de la nueva energía dinámica a través del acto de separar un pedazo de masa, con bendición y meditación. Nuestros Sabios dicen que la bendición de Sará permanecía en su tienda de un Shabat a otro. En las épocas del Templo, un pedazo del pan era separado y Santificado para los Sacerdotes del Templo.

REZAR

Las llamas se han convertido en un símbolo para ofrecer una oración. En los momentos de alegría y en los momentos de necesidad y angustia, el mundo enciende una vela y sentimos que Di-s está observando y escuchando.

El alma del hombre es la vela de Di-s. Estas palabras pronunciadas por nuestros Sabios unos dos mil años atrás, resuenan con más fuerza con el encendido de las velas de Shabat, antes del atardecer, en la noche del viernes.

La semana de trabajo ha llegado a su fin. Shabat nos da la oportunidad de hacer santo lo que hace unos momentos era mundano. Para santificar el tiempo en sí. En todo el mundo las mujeres judías mueven sus manos sobre las llamas, y susurran una oración silenciosa (tiempo de bendición y la singularidad de Shabat). Orando por todos los deseos de sus corazones, de sus seres queridos y por la humanidad.

Es en esos momentos preciosos la oración se eleva, y nos llevan cada vez más alto en el viaje de auto-descubrimiento y cada vez más en la vida de la conciencia del alma y la paz interior.

AMAR

La intimidad en el judaísmo es una cosa sagrada y maravillosa. La unión física entre marido y mujer es la fusión de la materia. Divina, vibrante y diversa en una experiencia de alma individual.

El ritmo orgánico de la mujer, dicta la pauta del encuentro de la pareja.

La Mivke, es un cuerpo natural de agua, como un océano o un río, o una piscina artificial construida de acuerdo con las especificaciones profundamente arraigadas en las fuentes cabalistas. Los secretos se transmiten de generación en generación. La experiencia de la intimidad, se convierte en un regalo, amor consagrado y sostenido en esta mitzvá de Mikve.

Un hogar sano

Hay que hacer todo lo posible por asegurar la paz en casa. Hay tres elementos clave en la construcción de una vida de hogar pacífica: la relación entre los miembros de la familia, la atmósfera del hogar mismo, y el modo en que el hogar funciona.

El tono de las relaciones dentro de la familia lo dan los padres: cómo se aman y respetan, cómo realizan juntos las actividades diarias, cómo se comunican. 

Marido y mujer deben hacer de su relación su más alta prioridad. Deben pasar tiempo juntos, tener charlas significativas y disfrutar cada uno de la compañía del otro. Sí, deben compartir las responsabilidades hogareñas y financieras, pero también deben compartirse a, sí mismos, es decir, los temas personales y filosóficos que son importantes para ellos.

Todo el mundo reconoce la tragedia del derrumbe de la familia y sus efectos devastadores sobre hijos y padres por igual. Ahora estamos presenciando una vuelta a creencias más tradicionales. Se están haciendo mayores esfuerzos por lograr matrimonios duraderos; las parejas están decidiendo tener más hijos y pasar más tiempo con ellos.

Pero el deseo de pasar tiempo juntos no basta. Aun cuando los padres aman genuinamente a sus hijos, pueden tener problemas de comunicación. Los motivos pueden ser obvios: cuando las discusiones más importantes de una familia tratan del tamaño del televisor que comprarán, por ejemplo, la familia se desintegrará naturalmente. Esto es producto tanto de nuestra sociedad materialista como de nuestro egoísmo natural.

Cuando cada miembro de una familia se preocupa principalmente por sí mismo, la familia está destinada a sufrir. Cuando el padre se queda hasta tarde en la oficina, cuando la madre está absorta en su carrera o en su trabajo comunitario, cuando los hijos se preocupan sobre todo por fiestas o proyectos escolares, no pueden mantener relaciones profundas dentro de la familia. Pueden dormir bajo el mismo techo y comer en la misma mesa, pero estarán a mundos de distancia.

Cuando una familia comparte principios y valores, en cambio, crecen juntos. El hogar se vuelve un fundamento del sentimiento compartido de finalidad de la familia, a la vez que da la plataforma de lanzamiento para que cada miembro procure sus propios objetivos

En esos hogares, las familias se quedan hasta tarde en la noche hablando sinceramente de lo que los ocupa. Los niños juegan y leen libros. Los jóvenes debaten cuestiones importantes entre ellos y con sus padres. Los niños sienten la libertad de hablar de sus miedos y presiones. Toda la familia se reúne para pasar veladas de canciones, juegos y recuerdos. El hogar cobra vida, se vuelve una fuente de energía y esperanza, de urgencia y amor y de tradición. No es el silencio de un hogar lo que lo hace pacífico; es la vida que hay dentro.

Un empresario joven trabajaba mucho y tenía mucho éxito, pero parecía muy triste. Su padre lo notó y fue a hablar con él; el joven se sorprendió cuando, en lugar de preguntarle por su trabajo, su padre le preguntó cuánto tiempo estaba pasando con su familia.

“Con todas las exigencias de este trabajo, tengo muy poco tiempo para eso”, respondió.

“Eso era lo que mi padre solía decir”, dijo su padre. “Todos los días yo esperaba junto a la ventana que él volviera a casa, y todos los días me dormía antes de que llegara. Por el bien de tus hijos, y por el bien de los hijos de ellos, no importa cuánto trabajo tengas, trata de llegar a casa todas las noches a tiempo para darles un beso. No puedes imaginarte cuánto estarás haciendo por ellos… y por ti mismo. “

El segundo elemento de un hogar sano es su atmósfera. Una casa debe ser cálida e invitante tanto para la familia como para los visitantes. Piensen en lo desplazados que nos sentimos cuando estamos de viaje, separados de todas las cosas que conocemos y las personas que amamos. Nuestro hogar debe ser un sitio donde cada invitado se sienta en paz.

Un verdadero hogar es más que una simple casa; un verdadero hogar es una casa hermosa, un jardín. La dinámica de una familia sana es, por supuesto, el ingrediente clave de una casa hermosa, pero el ambiente físico también es importante: el espíritu y el aspecto de la casa. Esto no significa que debamos tener una casa grande y costosamente amueblada, sino que debe reflejar el espíritu de la familia. Un museo puede tener hermosos muebles, pero nadie querría vivir ahí.

Un hogar hermoso también debe estar libre de las influencias que pueden contaminar su plenitud y su gracia espiritual. Por ejemplo: hoy todos reconocemos los efectos dañinos que en la televisión sobre niños impresionables, y, en realidad, sobre jóvenes y adultos. No debemos permitir que la televisión gobierne el hogar. Aunque pueda ser muy difícil de aceptar por algunos, sería mejor no tener televisor, antes que tratar de ver sólo programas positivos.

La máxima belleza de un hogar, por supuesto, es su calidez emocional y espiritual. Hay muchos modos de embellecer una pisa espiritualmente, de invitar a Di-s a nuestro hogar. Pon una alcancía de caridad en cada cuarto. Habla con tu familia sobre Di-s y nuestras responsabilidades como personas de buen corazón. Invita gente a tu casa, y permite que sea usada como lugar de estudio y plegaria, o para reuniones de caridad o asambleas comunitarias.

Esas son las cosas que hacen la casa realmente hermosa; y cuestan mucho menos que los muebles caros o un aparato de televisión. Piensen en cómo reaccionarán los niños a esa atmósfera. Crecerán y recordarán su hogar como un sitio de calidez y bondad, donde la gente se reunía con gusto para hablar de cosas que les importaban. Con toda probabilidad, estos niños se volverán adultos que crearán la misma clase de hogar.

Por último, el modo en que es administrado un hogar es muy importante. Esto incluye todos los aspectos “triviales” del mantenimiento de la casa: horarios y tareas, limpieza y compras, etcétera. Un hogar sano debe ser dirigido suavemente, y no por impulsos de intereses independientes.

Todos deben compartir estas responsabilidades: no por deber sino por amor, porque un hogar sano es una búsqueda de unidad, y todos los miembros de la familia son socios iguales en su éxito.

Extraído de “Hacia una vida plena de sentido” por Simon Jacobson, basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch. Editorial Kehot.

Parashá en síntesis: Pinjas

El fracaso de Bilam en maldecir al pueblo de Israel (las maldiciones se convirtieron en bendiciones) conduce a Balak y a los nombres de Midiam a poner en acción otro plan de Bilam, que logra tener éxito al hacer pecar a los judíos. Las mujeres moabitas seducen a los hombres judíos, los embriagan, los hacen adorar a su ídolo Ba`al Peor, así como cometer actos inmorales. 

Kozbi, hija de Balak, es llamada por Zimri, príncipe de la tribu de Shimón a su tienda, en abierto desafío a Moshé y a las leyes imperantes. Pinjas, hijo de Elazar y nieto de Aharón, mata a ambos en nombre de Di-s, salvando así al resto del pueblo del castigo Divino. 

La plaga que se había desatado por los pecados cometidos mató a 24.000 judíos, todos de la tribu de Shimón. Este acontecimiento de Shitim es considerado de mayor gravedad que el del becerro de oro, cuando murieron 3.000 personas, ya que el pecado de idolatría se suma el de inmoralidad, que es castigado con gran severidad. 

A lo largo de la historia, cada tribu produjo grandes líderes, con excepción de la tribu de Shimón, de la cual provenía Zimri.

Nuestros Sabios explican que si Pinjas hubiese preguntado al tribunal si se debían tomar medidas contra los pecadores, éste hubiese respondido de forma negativa. La acción cometida con sus sentimientos de celo a Di-s está calificada en la Ley Judía como “es ley, pero no se instruye”. El tribunal no puede ordenar castigo, pero la persona – como en el caso de Pinjas – que estaba presente en el acto vergonzoso está obligada a reclamar y obrar contra la profanación del Nombre de Di-s.

Pinjas es premiado por Di-s con un pacto de paz para sus descendientes. Se le premia con el sacerdocio eterno, por cuanto mostró amor por su Di-s y logró la expiación para los hijos de Israel. Durante la época del Primer Templo, 18 Cohanim Guedolim (Sumos Sacerdotes) fueron descendientes de Pinjas, y durante el Segundo Templo, lo fueron 80. 

A pesar de que Moshé había intervenido numerosas veces para aplacar la ira de Di-s contra su pueblo, no fue premiado como Pinjas. La actuación de ambos era diferente: Moshé lograba el perdón por medio de la plegaria, que era escuchada por Di-s; Pinjas lo hacía por medio de la acción, llevando a las personas a arrepentirse.

La abnegación de moshé era de naturaleza espiritual; en cambio, la de Pinjas era física, arriesgaba su vida. 

Cuando el servicio de la persona es el resultado de la iluminación Divina que impregna el mundo físico – como es, en este caso, el mundo de Moshé -, no hay garantía de la durabilidad de su efecto. El nivel físico no se purifica, ni se eleva y regresa a su estado anterior una vez que la iluminación espiritual cesa.

Cuando la iluminación espiritual deriva del servicio del hombre – como en el caso de Pinjas, quien con su acción eleva y purifica el mundo físico, llevando a las demás personas a retornar a su esencia-, entonces el efecto es duradero, y el perdón, permanente.

Di-s instruye a Moshé para que se enfrente en guerra contra Midián por su tentativa de corrompèr moralmente a los judíos y de intentar destruirlos espiritualmente, lo que es aún más grave que la destrucción física, como la que pretendía Egipto. 

En la actualidad tendríamos que reflexionar sobre las precauciones que tomamos para nuestra protección física y espiritual y la de nuestros hijos. ¿Qué tan cuidadosos somos en prevenir cosas que atentan contra nosotros físicamente? ¿Tenemos el mismo cuidado cuando se trata de evitar un peligro espiritual? los medios de comunicación de masas, bajo el disfraz de la libertad de expresión y de prensa, están repletos de material gráfico y verbal que induce a la violencia y a la vulgaridad, afectando nuestra espiritualidad y la de los nuestros.

Cinco hermanas: La historia de las hijas de Tzelafjad

Un grupo de cinco hermanas se acercaron a Moisés delante de toda la nación Judía. Eran las hijas de Tzelafjad, las mujeres que fueron privilegiadas en tener un capítulo agregado en la Torá por ellas: Majla, Noah, Joglah, Milka y Tirtza. Aquí la historia.

La división de la Tierra

Era el año número cuarenta desde el éxodo de Egipto, poco tiempo antes de que pueblo judío entrara a la Tierra Prometida. Di-s le había informado a Moisés que el territorio de cada tribu sería determinado por sorteo. Cada hombre en la tribu recibía una parte de tierra en el territorio de su tribu. Si un hombre fallecía, sus hijos heredaban su propiedad, asegurando de tal manera que esa porción permaneciera en la familia que originalmente le fue asignada.

Un hombre, Tzelafjad, de la tribu de Menashe, tenía sólo hijas mujeres. Él había fallecido en el desierto, y sus hijas estaban preocupadas de no recibir una parte en la Tierra de Israel. Por eso, le pidieron a Moisés que les diera la tierra que le hubieran dado a su padre.

La Torá describe la escena:

Se pararon delante de Moisés, Elazar, el Sumo Sacerdote, los líderes y la congregación, en la entrada de la Tienda de Encuentros, y dijeron: “Nuestro padre falleció en el desierto. Él no estuvo en el grupo de Koraj que estaban en contra de Di-s, de hecho, falleció por su propio pecado, y no tuvo hijos varones.

 

¿Por qué el nombre de nuestro padre debe ser eliminado de su familia por no haber tenido hijos varones? Dénos una parte de tierra entre los hermanos de nuestro padre”

Moisés llevó el caso delante de Di-s. Di-s le dijo a Moisés lo siguiente: “Las hijas de Tzelafjad hablaron correctamente. Seguro debes darles una porción de tierra entre los hermanos de su padre, y transferirles la herencia de su padre a ellas” (Números 27:2-7)

De hecho, en su mérito, las leyes de herencia siguen este precedente. Desde ese momento, uno que fallece sin hijos varones, las hijas heredan sus pertenencias.

El pecado de Tzelafjad

Las hijas describen que la muerte de su padre fue “por su propio pecado”. El Talmud trae dos opiniones sobre cuál fue ese pecado, igualmente los dos están de acuerdo en que fue hecho con buenas intenciones.

Una visión es de que Tzelafjad estaba entre los Maapilim, los Judíos que después de que Hashem haya decretado los cuarenta años en el desierto, volvieron a guerrear para entrar a la Tierra de Israel. Éstos fueron matados por los Amalekitas y Cnaanitas, pero sus intenciones fueron buenas.

La segunda opinión es que Tzelafjad fue el hombre ejecutado por violar el Shabat juntando madera. Aquí también, el Midrash atribuye intenciones positivas a su acto.

Según este Midrash, Tzelafjad había escuchado a algunos Israelitas decir que su sentencia de deambular significaba que tampoco tenían que cumplir con los mandamientos. Para mostrarles que estaban equivocados, violó el Shabat, dando una lección que le costaría su propia vida.

Cualquiera haya sido el pecado de Tzelafjad, no era tan severo como para que su nombre fuera eliminado de las páginas de la historia Judía. Al contrario, gracias a sus hijas, su nombre tiene connotaciones positivas.

Las hijas de Tzelafjad

A pesar de que no fueron dados muchos detalles sobre ellas, una lectura cuidadosa de las fuentes nos provee una imagen de inteligencia

La inteligencia de las hermanas era evidente de su clara presentación de su caso. De hecho, Di-s mismo aprobó sus argumentos diciendo: “Las hijas de Tzelafaj han hablado correctamente”

En varios lugares en donde aparecen escritos los nombres de las cinco hermanas, aparecen en diferentes orden. Esto es para demostrar que las cinco eran iguales en sabiduría y justicia.

También se nos ha dicho que a pesar de que se casaron tarde, todas fueron bendecidas con hijos.

Las hijas de Tzelafjad representan el amor de las mujeres judías por la Tierra de Israel. Nuestros Sabios notan el contraste entre los hombres, que tenían miedo de entrar y lloraron “déjanos poner un lider y volver a Egipto”, y las mujeres que estaban ansiosas en poseer la tierra y hasta demandaron una parte en ella.

Desarrollos posteriores

Poco tiempo después de los eventos descritos anteriormente, los parientes de Tzelafjad se acercaron a Moisés con otra preocupación: Si estas mujeres se casaban con alguien de otra tribu, sus tierras luego se transferirían a la posesión de sus hijos (que no pertenecían a esa tribu), y se perdería de la tribu de Menashe. Moisés transmitió de Di-s la respuesta: de hecho, las hijas de Tzelafajd sólo se podrían casar con hombres de su tribu. Las cinco se casaron con sus primos.

Por catorce años, cualquier mujer que heredara la propiedad de su padre podía casarse sólo con alguien de su misma tribu.

Luego que la tierra fue conquistada y dividida, ésta ley dejó de cumplirse, y podían casarse con quien quisiesen. Esto se declaró oficialmente como una ley el 15 de Av, y esa es una de las razones por la cual celebramos ese día.

Por: Mendy Kaminker

17 de Tamuz: ayuno por los cinco hechos trágicos

El 23 de julio es un día de ayuno y reflexión. Este día, 17 de tamuz fue el día que se derrumbaron las murallas de Jerusalem (69 a.e.c.), hecho que da comienzo a las tres semanas de duelo por la destrucción de los Templos Sagrados y el exilio del pueblo judío, del cual sufrimos aún hoy.

El ayuno comienza con la salida del alba y culmina luego de la salida de las estrellas.

Este ayuno, conocido como Shiva Asar beTamuz, también recuerda otros 5 eventos trágicos:

– Moisés destruyó las primeras tablas de la ley cuando ve a los israelitas adorando el becerro de oro. (1323 a.e.c.)

– Durante el sitio de Jerusalem, los judíos se ven forzados a dejar de acercar el sacrificio diario (“Tamid”) por falta de ganado. (422 a.e.c.)

– Los Romanos entran a Jerusalem (68 e.c.)

– Apóstomus quemó los rollos de la Torá (80 e.c.).

– Apóstomus coloca un ídolo en el Templo. (69 e.c.)

Durante estas tres semanas, hasta el 9 de Av (este año 28 de Julio), no se llevan a cabo matrimonios ni otros tipos de eventos festivos. Tampoco se visten ropas nuevas ni se comen frutas de estación por primera vez. (Consultá el Código de la ley judía -Shuljan Aruj – o a un rabino capacitado acerca de estas prohibiciones).

El Rebe de Lubavitch impulsó que las tres semanas deben ser una época de aumentar en caridad y en el estudio de Torá – acorde al versículo (Isaiah 1:27), “Zion será redimido por la ley, y sus retornantes por caridad ” , particularmente el estudio de porciones de Torá que tratan las leyes y el significado del santo Templo de Jerusalén.