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La importancia de la vida de hogar


Después de muchas horas de buscar comida, un pájaro vuelve a su nido, y obtiene   un   bienestar   supremo   de   un lugar que es a la vez cálido y seguro, alejado de los peligros y distracciones del mundo exterior.

Un   ser   humano   debería   sentir   la misma   calidez   y   seguridad   cuando vuelve a su hogar. El hogar y la familia son su nido, el centro de su vida, el eje a partir del cual irradian todas las experiencias cotidianas. Nuestra casa y familia deberían ser el lugar donde más cómodos nos sentimos en el mundo, tanto cuando niños como cuando adultos. Ellos determinan cómo se toman las decisiones de la   vida,   ellos   conforman nuestras   actitudes,   conciencia y autoestima. Un hogar sano es obviamente un ingrediente vital en la procura de una vida plena de sentido.

Más   importante,   el hogar   es   el   sitio   donde   aprendemos sobre la felicidad y la plenitud. Piensen en la calidez que sienten cuando vuelven a casa tras una ausencia de unos meses, o inclusive de unos pocos días.

¡Qué diferencia entre este calor y lo que experimentamos en el mundo exterior!

Nuestro hogar es una base segura que nos da la confianza de explorar el terreno de un mundo impredecible y a menudo peligroso.

Así como una persona sana puede dar su salud por sentada, muchos de nosotros no apreciamos la belleza del hogar. Las actitudes y el amor de nuestros padres nos dan una base a partir de la   cual   construimos   nuestras   propias vidas. Para apreciar el vigor de un hogar realmente provisto de amor, sólo debemos mirar lo que pasa cuando un hogar no sirve a esta función. Lamentablemente, no debemos mirar muy lejos.

Mucha gente hoy no ha tenido nunca un verdadero hogar, un ambiente cómodo donde supieran que eran queridos, necesitados y amados; donde no había nada que temer y donde los problemas se enfrentaban, en lugar de ignorárselos o negárselos; donde podían aprender a amar y ser amados.

Es   responsabilidad   de   los   padres construir un hogar feliz y sano; no sólo por el bien de sus hijos, sino por sí mismos y por los invitados que entran en su casa. Tener un hogar saludable depende en gran medida de nuestra postura ante el tema. ¿Sentimos que nuestro hogar es nuestro auténtico hogar, el lugar más apacible   del   mundo,   o   apenas   otra estación   en   el   camino, donde   hacemos   algunas cosas antes de seguir adelante? Un verdadero hogar debe ser el centro de nuestras   vidas, o inevitablemente   se   volverá   una carga. Debemos aprender a respetar   nuestro   hogar.

Parte del respeto al hogar está en respetar el compromiso de construir una familia: la bendición que nos ha dado Di-s de tener hijos, de llenar la casa con amor y calidez.

Es importante recordar esto: nuestro trabajo puede ser importante y necesario para la supervivencia, pero el lugar de trabajo no es nuestro hogar. Ni lo es el restaurante donde comemos, el museo que visitamos, o la ciudad extranjera por la que viajamos.

La persona debe sentirse cómoda con uno misma. Esto significa sentirse cómodo   con   su   alma,   con   la   Divinidad que hay dentro de uno. Que el yo   externo,   la   parte   que   trata   con   el mundo material, está en paz con el yo interno, el verdadero yo. Y eso hace de nuestra persona un lugar cómodo para que en él viva Di-s. Cuando uno irradia desde adentro, da calor a todo el hogar,   llenándolo   con   paz   y   ternura que serán sentidas por todos los que entren.

Mishpatim “No quebrar sino santificar”

“Y estas son las leyes” (Shemot 21:1)

Acabamos de leer, la semana pasada, en la Parshá de Itró, sobre la entrega de la Torá en el Monte Sinaí con voces y relámpagos. Ahora queremos saber qué es lo que contiene esta Torá, entregada desde el Cielo en un evento tan estruendoso. Comenzamos a estudiar esta semana sobre los preceptos entregados en Sinai y ¿qué vemos?: ‘Leyes’- preceptos simples y básicos, que hacen a la relación del hombre con su prójimo, instrucciones que nuestra propia lógica dicta seguir incluso sin un mandato de la Torá de por medio.

 Los párrafos de Itró y Mishpatim representan, a simple vista, dos extremos opuestos: En la Parshá Itró leemos sobre la revelación Divina, sobrenatural, celestial, la supra racional. Mientras que en el párrafo de Mishpatim se habla de temas terrenales, cotidianos, asuntos que también comprende la lógica del hombre simple.

VERDADERA UNIDAD

Desde una perspectiva más profunda, justamente estas dos Parshiot, cuyo contenido es tan opuesto, son dos etapas que se complementan en la extraordinaria innovación gestada por la entrega de la Torá. El objetivo del evento del Sinaí fue eliminar la brecha existente entre el mundo del espíritu y la realidad material, e introducir la Torá y la santidad literalmente en el seno del mundo; unificar el espíritu con la materia.

El principio radica aquí en que no se trata de que la santidad Divina desplace, anule y quiebre a la realidad terrenal, sino que ésta perdure tal cual es, en su carácter de una existencia material encadenada a las limitaciones de este mundo, y conjuntamente con ello more ahí la Santidad Supernal. Ésta es la verdadera unión del espíritu con la materia.

DESHACER LAS ESTRUCTURAS

La primera etapa de unión entre el espíritu y la materia es la descripta, en el párrafo de Itró: “Y descendió Di-s sobre el Monte Sinaí”1- la extraordinaria revelación Divina. Voces y relámpagos, un terrible temblor que conmovió al mundo todo. En las palabras del Midrash2: “el pájaro no gritó, el ave no voló, el toro no mugió… el mundo estaba callado y silencioso” En el pueblo judío, esta revelación Divina causó una profunda anulación, al punto que escaparon del Monte y se pararon a lo lejos. Ésa fue la primera parte- Hashem descendió aquí ‘abajo’.

Pero el objetivo es, como se dijo, que este mundo no anule su ser, sino que prosiga funcionando como un mundo material- pero siendo un instrumento al servicio de la Santidad. Por ello fue necesaria la segunda etapa, la desarrollada en Parshat Mishpatim: este párrafo, que trata sobre las leyes monetarias y de daños y perjuicios, los temas realmente mundanos, enseña cómo debe cumplir el judío los preceptos de Di-s dentro de su vida terrenal. Justamente son los mandamientos ‘sencillos’ y lógicos enumerados en esta Parshá, los que indican el camino a través del cual la santidad se enviste en el mundo, se acomoda en él, hasta convertirse en parte del mismo.

LA FE COMO BASE

La Parshá de Mishpatim nos enseña que santidad no se limita sólo a la anulación absoluta y la auto elevación más allá de la vida terrenal. Por el contrario, la santidad se manifiesta también en las pequeñas cosas de la vida cotidiana cuando se llevan a cabo de acuerdo al mandato de la Torá, como ser la indemnización del damnificado, la actitud correcta frente a un valor confiado en depósito, el pago del salario a su tiempo, etc. Esta es la manera de generar una verdadera comunión entre la Santidad Divina y la vida práctica y material.

Pero para que el judío previamente posea esta fuerza de introducir santidad también en el seno de la vida rutinaria, se requiere de la etapa de la Parshá de Itró- la revelación Divina sobrenatural. La base de todo es la fe y anulación absoluta a Hashem. Sólo como continuidad de ello se está en condiciones de santificar también a la vida cotidiana.

Likutei Sijot tomo 16, pag 242

¿Por que no puedo ser vengativo como D-os?


El deseo de venganza es natural y comprensible. Tenemos una expectativa innata de que se haga justicia, y cuando vemos que el mal queda impune, queremos intervenir. Pero no podemos. “No te vengues”, advierte la Torá. La venganza está mal.

Por supuesto, no debemos ser víctimas indefensas de aquellos que tienen intenciones maliciosas sobre nosotros. Debemos protegernos de ser heridos y hacer todo lo posible para evitar actos de maldad. Pero incluso si nos han lastimado, no debemos lastimar a quien lo hizo.

Por otro lado, la misma Torá que nos advierte que no nos venguemos describe a Di‐s mismo como “un Di‐s vengativo”. ¿Cómo puede ser esto? Si se nos dice que no seamos vengativos, ¿por qué se le permite a Di‐s? Si la venganza es inmoral, ¿cómo puede Di‐s ser vengativo?

Pero ese es exactamente el punto. El mismo hecho de que Di‐s sea vengativo nos permite a los humanos no serlo. Ningún sistema de justicia humano es infalible, por lo que la justicia suprema está en Sus manos. Él corregirá los errores y castigará a los malvados. En este mundo o en el próximo, en esta vida o en otra, de formas que quizás nunca sepamos, se hará justicia.

Es gracioso, a menudo escuchas a la gente menospreciar al “vengativo Di‐s de la Biblia”. De alguna manera piensan que un Di‐s vengativo se servirá de la justicia para producir seguidores vengativos. Esto no es verdad. Es precisamente la venganza de Di‐s lo que permite a los humanos dejar ir el deseo de venganza. Sabemos que hay un verdadero Juez y que hará justicia. Así que los humanos podemos dejarle la venganza a Él y seguir viviendo.

No gastes tu energía en sentimientos de amargura y hostilidad. Cuanto más odio te arrojen, más deberías rodearte de amor. Si hay personas malvadas, asegúrate de asociarte con personas buenas. No te preocupes por vengarte. Concéntrate en seguir adelante.

Beshalaj: Éxodo parte II

Después de que Di-s envió a Moisés para decirle al pueblo judío que pronto los redimiría, y el sufrimiento solo empeoró, leemos la respuesta de Di-s al clamor de Moisés: “¿Por qué has maltratado a este pueblo?”

Dios responde: “Yo soy HaVaYaH ”, un nombre que significa la esencia misma de lo divino.

¿Cómo responde esto al clamor de Moisés?

La gran revelación llega a través de un gran sufrimiento. Cuanto mayor es el esfuerzo, mayor es el logro.

Estamos aquí para revelar la esencia de Di-s en el mundo. La esencia se revela sólo bajo una enorme presión, como los diamantes del carbón. Cuando salimos de Egipto, obtuvimos un diamante: una conexión con Dios.

Esta es la respuesta de Di-s a Moisés: “Estoy profundizando mi conexión contigo y eso se logra a través del sufrimiento”.

Pero eso fue sólo la punta del iceberg.

En el matrimonio, al principio existe una conexión poderosa. Sin embargo, a lo largo de años de lucha y adversidades, la pareja forja una conexión infinitamente más profunda.

Así es nuestra conexión con Di-s. Cuando salimos de Egipto, nuestro vínculo era poderoso. Sin embargo, ahora que hemos soportado dificultades y sufrimientos inimaginables en este exilio, durante dos mil años, imaginen cuán increíble se ha vuelto nuestra conexión.

Pronto, cuando llegue el Mashiaj , experimentaremos el fruto de nuestro trabajo. Di-s revelará Su esencia y seremos uno.

Por Yitzi Hurwitz

 

El legado del Rebe Anterior

Rabí Iosef Itzjak Schneersohn, de santa memoria, el sexto Rebe de la dinastía Jabad, nunca se satisfacía con logros «mínimos» de sus seguidores.

En lo que respecta a la Torá y a las Mitzvot, siempre insistía en que tenían que esforzarse para lograr niveles superiores a los ya alcanzados. Al gran estudioso se le exigía estudiar más, y al más devoto jasid se le exigía aumentar su nivel de observancia. Aunque el nivel de entrega al judaísmo de los judíos de Rusia no tenía comparación con ningún otro, la palabra «suficiente» no formaba parte de su vocabulario. Y a pesar del hecho de que en la Rusia Soviética, ese tipo de exigencia podía ser logrado tan solo con grandes sacrificios y aún con el riesgo de la propia vida, ninguna merma en el esfuerzo era tolerada.

Al mismo tiempo el Rebe se preocupaba por aquellos judíos rusos que se encontraban totalmente asimilados, no sabían Torá y no practicaban Mitzvot. El Rebe exigía a sus jasidim, trabajar con esa gente, aunque fuera tan sólo enseñándoles algunas letras del alfabeto hebreo, para así recordarles su herencia y la calidez del judaísmo.


El Rebe exigió a sus jasidim cumplir con ambas cosas simultáneamente y con la misma urgencia: sumergirse profundamente en la Torá, y enseñar Alef – Bet a otros; aumentar su propio nivel de observancia y asistir a otros en el cumplimiento de al menos un precepto.

En un momento de «prioridades», ese doble deseo parecería contradictorio. Si aún el estudio profundo del erudito parecía insuficiente y debía ser aumentado ¿Qué significado tendría el estudio del Alef – Bet por un lego? Por otro lado, si el Rebe estaba satisfecho con una simple Mitzvá por parte del judío asimilado, ¿por qué habría de exigirle más al judío jasid? 

 

Pero la paradoja es sólo superficial, verdaderamente no hay contradicción. En el contexto de «Mesirut Nefesh» – el auto sacrificio exigido por la Torá – ambas exigencias son idénticas: el judío asimilado tiene una deficiencia en conceptos elementales, el judío erudito, tiene un defecto en devoción extra. Ambos tienen un defecto en su propia perfección y en ambos casos la deficiencia debe ser corregida con Mesirut Nefesh.

 

Eso explica el amplio espectro del programa iniciado por Lubavitch:
Establecer Ieshivot para altos niveles de estudio de Torá (para aquellos que ya son observantes), e intensificar el judaísmo entre niños y adultos que no recibieron siquiera la educación judía más elemental, y hacer ambas cosas al mismo tiempo, porque el uno sin el otro no son suficientes.

Es evidente que debemos tener Ieshivot donde los niños puedan estudiar Torá en una atmósfera cálida y donde puedan estar imbuidos de una vida de Torá y plegaria. Pero es evidente que, en la misma ciudad, y al mismo tiempo, hay niños judíos que se están hundiendo en el mar de la ignorancia y la asimilación. Para esos niños la Ieshivá es mientras tanto irrelevante, y debemos intensificar nuestros esfuerzos por ellos de acuerdo a su nivel.

Cuando un niño se está ahogando, no tenemos tiempo para hacer un análisis filosófico y calcular las prioridades. ¡Hay que salvarlo! Si la Torá no puede ser enseñada en hebreo, deberá ser enseñada en el idioma que el niño comprenda. Si el niño no está preparado para aprender conceptos profundos, la Torá deberá ser explicada con simples relatos.

¡Pero la Torá debe ser enseñada a todos! Y la Torá debe ser auténtica y no diluída, resumida o modificada. 

Las exigencias de Rabí Iosef Itzjak son pertinentes tanto para nosotros aquí, como lo fueron en Rusia ochenta años atrás. Debemos estar «insatisfechos» con nuestros propios logros en el estudio de la torá y su observancia (para seguir avanzando) – y al mismo tiempo reconocer la importancia de enseñar aunque sea una letra de Torá a aquellos que saben poco o nada.

 

Bó: La generación del mañana

“Y será cuando te pregunte tu hijo mañana diciendo ¿qué es esto?” (Shemot 13:14)

A continuación de los milagros de la salida de Egipto y la plaga de los primogénitos, aparece en el final del párrafo bíblico de esta semana, el precepto de santificar a los hijos de los primogénitos. En referencia a ello, nos dice la Torá: “y será cuando pregunte tu hijo mañana diciendo ¿qué es eso? Le dirás a él con mano fuerte nos sacó Di-s de Egipto”. Este es el precepto de transmitir el mensaje también a los miembros de la generación siguiente.

El término “mañana” requiere explicación. ¿Por qué la Torá ve necesario marcar cuándo llegará esa pregunta del hijo? En todo momento que el hijo pregunte debe contestarle.

 

TODO DESDE EL PRINCIPIO 

La respuesta a este interrogante la encontramos en el comentario de Rashi: “hay un mañana inmediato y hay un mañana después de un tiempo”. Como ejemplo Rashi cita el texto en el libro bíblico de Yehoshua: “mañana dirán vuestros hijos a los nuestros”

Allí se relata cómo cuando concluyó la conquista de la tierra de Israel y su distribución entre las tribus, al volver los hijos de la tribu de Gad y de Reuvén para tomar posesión de su herencia en la orilla oriental del Jordán, erigieron ahí un altar, explicando que su función es servir de recuerdo para los hijos que puedan llegar a cuestionar: ¿qué tienen que ver ustedes con el Di-s de Israel?

En este texto vemos que el uso del término ‘mañana’ implica el tiempo de una nueva generación, que desconoce lo ocurrido con la generación anterior, e incluso se siente extraño y ajeno a las realidades de la generación que le antecedió. A esta generación hay necesidad de relatarle todo desde el principio y acercarla a la herencia de los antecesores.

 

PREGUNTAN PARA CLARIFICAR

Esto está aludido en las palabras de Rashi: “hay un mañana inmediato y un mañana después de un tiempo”. Es decir: esta es “la generación del mañana” que a pesar de ello sigue siendo ‘inmediato’. Se siente cercano al mundo de los padres, aspira a seguir su camino y vivir de acuerdo a sus creencias y fe. También él pregunta sobre el judaísmo, puesto que se trata de un ‘hijo’ y no conoce mucho. Pero estas son preguntas para clarificar temas. Desea saber y comprender qué se hace, cómo se hace y por qué se hace, para poder cumplir con las directivas de la Torá a conciencia y con espíritu de alegría. En este caso no hay duda que debe respondérsele a los interrogantes y ex- plicarle el mundo del judaísmo de la Torá.

 

PREGUNTAR POR SER AJENO

Pero también hay “un mañana de después de un tiempo”. Es la “generación del mañana” que se siente parte de otro tiempo y de otra época. Es esta una generación que no tiene vínculo alguno con el mundo de sus padres y la vida, en base a sus creencias. Sus integrantes no son sólo el fruto del des- creimiento sino se sienten ajenos a la vida judía.

Y es aquí donde nos dice la Torá algo novedoso: también con un ‘hijo’ como este, siendo que se trata de ‘tu hijo’, tienes la responsabilidad de res- ponder a sus preguntas con amor y pa- ciencia, e ingresarlo bajo “las alas de la Presencia Divina”. También ese hijo es un hijo único del Altísimo, y es nuestro deseo acercarlo a su Padre Celestial y hacerle llegar la luz de la Torá.

Cuando se dedica atención y amor a todos los ‘hijos’, se arman los “ejércitos de Hashem” que realmente pronto serán merecedores de ingresar a la verdadera y completa redención a manos de Mashíaj Tzidkeinu.

 

LIKUTEI SIJOT TOMO  31, PAG. 61

Carrot cake

Ingredientes:

– 4 tazas de zanahoria rallada

– 4 huevos

– 1 ¼ taza de aceite

– 2 tazas de harina 0000

– 1 taza de azúcar

– ½ taza de azúcar negra

– 2 cucharitas de polvo de hornear

– 1 cucharita de bicarbonato de sodio

– 1 cucharita de canela

– ½ taza de pasas de uva negra 

Procedimiento:

Calentar el horno a fuego medio.

Mezclar en un bowl la zanahoria con los huevos y el aceite, luego añadir el resto de los ingredientes  y verter en 2 budineras aceitadas.

Cocinar en un horno a 160 grados por 60 minutos aproximadamente o hasta introducir un escarbadiente y salga limpio. 

Extraido de @cocinajudiaconriki

Viajar como Iehudi

Dado que nos encontramos en el verano y la gente comienza a viajar, presentamos algunas de las leyes concernientes a situaciones que se nos pueden presentar…

SEGURIDAD PARA EL VIAJE

Es conveniente que antes de salir de viaje pongamos algunas monedas en caridad, como está escrito (Tehilim 85:14) “Caridad en frente de él ira y pondrá (orientará) sus pasos”, también es conveniente que pida de la gente (rabinos o sabios de la Torá) importantes su bendición para tener un viaje seguro y exitoso (Kitzur Sh. A.  68:6).

Los sabios aconsejan que iniciemos el viaje durante el día y que hagamos las paradas antes que se ponga el sol. Esta enseñanza la asociaron al versículo: “Y vio Hashem que la luz era buena” por eso cuando tenemos luz natural es mejor para viajar. Hoy vemos en las estadísticas que los peligros en la ruta son mayores para los que viajan de noche. Con respecto de algunos accidentes que se habían producido entre algunos de los miembros de nuestra comunidad, el Rebe instó a que tengamos una alcancía y los siguientes libros: Jumash, Tehilim, Tania y Sidur (los encontramos hoy todos juntos en un libro llamado Jitas) en el auto o con nosotros durante el viaje. En ciertas ocasiones, el Rebe también aconsejó a ciertas personas incluir una mezuzá.

Ni hace falta aclarar que debemos llevar con nosotros (los varones mayores) el Talit y los Tefilín e incluso cuando viajamos en avión u otro modo, llevarlos a bordo junto con nosotros y tener previsto todo lo necesario para mantener el mismo nivel de kashrut que en nuestras casas.

También es conveniente ahora que estamos saliendo de vacaciones y disponemos de más tiempo encontrándonos sin los compromisos laborales, extender nuestra plegaria y agregar en nuestro estudio de Torá.

Cabe aclarar que las leyes y consejos mencionados valen para cualquier viaje que emprendamos.

* Por Rav Iosef Feigelstock

Cuando Coca-Cola quiso aprender de Jabad

Era agosto de 1994, pocas semanas después de la desaparición física del Rebe. Un día, sonó el teléfono en la oficina de Jabad en Atlanta, donde yo trabajo como uno de los emisarios del equipo del Rebe. En la línea había un ejecutivo de Coca-Cola internacional, con sede en Atlanta. Estaba solicitando una cita “con Jabad Lubavitch”. Unos días después, aparecieron dos hombres muy bien vestidos. Ambos llevaban maletines, y parecían muy serios. Explicaron que Coca-Cola sigue atentamente a los medios de comunicación, y que habían leído las numerosas fuentes de noticias y artículos sobre el Rebe y el movimiento que construyó. Y en su esfuerzo por aprender sobre el Rebe, descubrieron cuán exitoso era el movimiento de Jabad, gracias al Rebe.

Para que entendiera de dónde venían y qué querían de mí, procedieron a describir cómo funciona Coca-Cola. Cuando desean  introducir un nuevo  sabor,  un  equipo elige el nuevo gusto. Un comité de degustación se hace cargo, para decidir cómo debe saber realmente. Luego pasa al departamento de publicidad, para adoptar una etiqueta y la imagen de este nuevo  producto.  Finalmente,  se dirige al departamento de marketing, para seleccionar dónde, precisamente, se iniciarán las pruebas del nuevo sabor. En total, explicaron, se necesitan aproximadamente dos años completos para probar, evaluar, refinar e implementar el cambio en el mercado global de Coca-Cola.

En contraste, dijeron, cuando el Lubavitcher Rebe inició nuevas campañas, estas se desplegaron con entusiasmo en todo el mundo dentro de las veinticuatro horas desde la introducción del Rebe. En cuestión de días, el mundo se llenó de calcomanías, carteles, folletos y jóvenes y mayores, promo- vían, alentaban e impulsaban esta nueva campaña a todo el mundo.

“¿Cuál es el secreto del éxito del movimiento Jabad? ”, me dijeron los compañeros, “Nos gustaría aprender de ustedes”.

No pude pensar en un “secreto”. Decidí que, describiéndoles al Rebe, se podía entender el proceso. Les conté cómo el Rebe celebraba los “Farbrenguens”, reuniones de sus seguidores y admiradores en las tardes de Shabat, así como en festividades religiosas, jasídicas y otros días importantes alrededor del año. Durante estos eventos, que podían durar desde un par hasta seis o siete horas, el Rebe hablaba en intervalos de veinte minutos a una hora, desarrollando temas e ideas en temas clásicos de la Torá, que abarcaban todas sus áreas. Estas reuniones se intercalaban con hermosas melodías jasídicas. En algún lugar durante estas reuniones, el Rebe desarrollaba el tema de la nueva campaña que deseaba lanzar.

Cuando estas reuniones se llevaban a cabo los días de semana, todo el proceso se transmitía en vivo a los centros de Jabad en todo el mundo. En el Shabat y en las festividades judías, cuando no se pueden usar dispositivos de grabación electrónicos, un equipo de eruditos bendecidos con buena memoria, transcribían y publicaban sus palabras inmediatamente después del Shabat. Luego se enviaban a todos los centros de Jabad. En cuestión de horas, se generaban ideas creativas y se lanzaban campañas en todo el mundo.

Los caballeros en mi oficina parecían perplejos. “¿Qué pasa con los CEOs?”, preguntaron “¿el Rebe no se reunía con su gente para tomar decisiones globales?”

Respondí que el Rebe era el líder. Tenía un equipo muy grande: sus emisarios en todo el mundo y todos sus seguidores. No había reuniones de consejo. En cambio, el Rebe sugería una campaña basada en lo que se necesitaba en ese momento. Los ejecutivos de Coca-Cola no entendían nada.

Luego me hicieron una pregunta más: “¿De dónde sacaba el Rebe sus ideas?”

“El Rebe era un hombre de Di-s”, dije. “Era extremadamente humilde y un hombre de verdad, cuya presencia y convicción inspiran y capacitan a todas las personas con las que tuvo contacto, para estar más conectados con Di-s. Como emisarios de un hombre extraordinariamente santo, los devotos seguidores del Rebe se dan cuenta, aún hasta hoy, del privilegio de poder enviar al mundo el mensaje de este hombre santo y sus energías espirituales”. Al escuchar esto, los hombres tomaron sus maletines, me dieron las gracias y se fueron.

Dudo que hayan asimilado algún secreto ese día. Pero aprendí una lección increíble de ellos. Coca-Cola es, posiblemente, la compañía más exitosa del mundo. Se podría argumentar que puede ser la de mayor éxito de la historia. Es incomparable.

Y, sin embargo, en su búsqueda por ser aún más exitoso, ¡Coca-Cola se dirigió a Jabad en busca de ideas y creatividad!

Algunos comparan Jabad con Coca-Cola. La famosa línea es: Dondequiera que haya Coca Cola hay Jabad. El mensaje del Rebe, sin embargo, tiene un éxito aún mayor, ya que este mensaje se encuentra en el reino espiritual y, por lo tanto, es universal e intemporal. La sabiduría perspicaz del Rebe y las “campañas”, por lo tanto, han tenido un éxito aún mayor que cualquier nuevo sabor de Coca Cola.



El número 13, ¿es un número de mala suerte?

El trece tiene gran significado en el Judaísmo. A veces popularmente se producen distorsiones que nada tienen que ver con la realidad.

En hebreo el número que expresa la unidad es el uno, que se dice ejad y las letras que lo conforman: alef (1), jet (8) y dalet (4), suman trece. La alef remite a Uno que es el Creador – Alufo shel Ólam – la jet a los siete cielos y la tierra, y la dalet a los cuatro puntos cardinales; de tal modo se alude a la totalidad de lo existente, configurado en el Uno que está compuesto por trece, y que tiene su expresión cuando se dice: “Shemá Israel, A-do-nai E-lo-heinu, A-do-nai Ejad”.

Varias veces se menciona ese número tanto en el Talmud, el Midrash y otras fuentes, y por supuesto no hay nada que lo relacione con la mala suerte; por lo tanto evitarlo en cualquier forma es un absurdo. 

El judaísmo no admite la noción de números de mala suerte; existen números significativos, pero la suerte no se mezcla con ellos.

Los atributos de misericordia de Di-s, que son las manifestaciones Divinas expresadas en el contexto humano, son trece; los métodos básicos para explicar la Torá también son trece.

Los trece principios de Fe: 

Estos 13 credos fundamentales basados en las formulaciones de Maimónides, están divididos en tres categorías: la natural creencia en Di-s, la autenticidad de la Torá, la responsabilidad del hombre y la última recompensa.

Los trece convenios: La importancia de la circuncisión se destaca porque en la introducción de la mitzvá (Bereshit 17), se le refiere trece veces como brit, un convenio (Nedarim  31b).

Trece nudos y cordones de los Tzitzit: El equivalente numérico de la palabra Tzitzit en hebreo es de 600.

La suma de los 5 nudos y 8 cordones de los Tzitzit es 13. Entonces al mirar los Tzitzit, se recuerda la necesidad de cumplir los 613 preceptos (rashi 15:3).

Trece expresiones de rezo:

El Zohar (Teruma 132a) se refiere a trece expresiones de rezo a Di-s por su grandeza y dominio.

Los trece hijos de Jacob: Además de sus doce hijos, Jacob tuvo una hija llamada Dina.

Los Trece nombres de Di-s: El nombre de Di-s es mencionado trece veces en la descripción de la primera ofrenda (Devarim  26:1-10), que se corresponde con los trece atributos de misericordia.

Las bendiciones matinales:

Cada mañana se recitan trece bendiciones, las cuales también incluyen las trece cualidades que están ligadas a la estructura espiritual del ser humano.

Ahora… ¿sigue usted pensando que el trece es un número de mala suerte?