Me encontraba entre 500 invitados, de todos los confines del mundo, en la Sterling University de Escocia, disfrutando de un recital de gaitas. Muy apropiado para este Primer Congreso Mundial de Educación Especial. La Divina Providencia quiso que yo fuera el representante de las escuelas públicas de Búffalo, N.Y.
Me destaqué al presidir el panel sobre motivación, técnicas y presentación de datos, sobre diferentes estudios que realicé aplicando el sistema de “igualdad de profesor” o sea, el tradicional sistema de jabruta (estudio en parejas). Pero más importante, fue mi función como representante del pueblo judío. A pesar de no estar este tema en el “orden del día”. Paseándome con mi Kipá, mi larga barba y mis Tzitzit, llamé más la atención que el monstruo del lago Lochnnes. Un director de escuela de África quiso saber sobre los “largos hilos blancos” que colgaban al costado de mi ropa. Una maestra del Lejano Oriente, viendo mi kipá, preguntó si yo era musulmán.
La directora de Educación Especial de Dinamarca me solicitó referencias bíblicas sobre educación. Sus primeras palabras fueron: “las personas judías son las más sensibles que he conocido”. Le pregunté a qué se refería y ella me contestó que lamentaba mucho el no ser judía, pues había comprobado la intensa dedicación de un judío por otro. Por supuesto, agradecí sus palabras y agregué que todas las personas del planeta deben tratar de estar unidas y mostrar su compasión por el prójimo.
Hubo muchas otras sorpresas y experiencias extraordinarias. Pero la más grande ocurrió durante las conclusiones del cierre. La encargada de hacerlo fue una prominente y renombrada educadora de nivel mundial. Sus investigaciones se refirieron a la piedra angular del estudio: la memoria. Sin retentiva no hay estudio.
Frente a todo del auditorio (500 personas) discutió sus métodos y hallazgos a través de años de estudio. Más de 2000 alumnos participaron de este experimento.
¿Qué técnica fue la más efectiva? ¿Repetición? ¿Los cumplidos de los profesores? ¿Códigos de colores? ¿Premios? ¿Igualdad de interacción? Se estudiaron todos los métodos, solos y combinados.
En ese momento la disertante soltó la bomba: “El mejor método de acuerdo a nuestra investigación es… la repetición verbal combinada con igualdad de interacción (estudio en parejas de alumnos)”
Yo casi caigo de la silla. Repetición verbal es el término elegante para decir “repetir en voz alta las palabras que estás leyendo” y no es otra cosa que el “viejo” sistema de estudio académico de las Yeshivot, llamado Jabrutá (pareja de alumnos). No es necesario decir que ambos sistemas son utilizados interactivamente en la experiencia de enseñanza judaica.
¿Es posible que hasta en el secular y científico mundo se confirme algo que ya es conocido por la Torá? No debe sorprendernos en absoluto. Todas las verdades están en ella. La Torá, comprende todos los aspectos de la Creación, y no está en contradicción con la ciencia. Por muchos años la humanidad creyó que el mundo era chato. Pero los judíos que estudiaban el Talmud sabían perfectamente que el mundo fue hecho como una pelota. Hoy esto no nos sorprende. Pero imaginen a un judío en esos oscuros años; cuando creer diferente significaba enfrentarse a los grandes científicos de la época. Era simplemente arriesgar la vida. El Rebe de Lubavitch dijo, que este proceso no es solamente el resultado de la refinación de la sabiduría secular, llegando así a la verdad, sino algo mucho más trascendente: la mayor difusión de la Torá produce un gran avance y sensibilización de lo secular. De este modo nos acercamos al momento de la llegada del Mashíaj. Y será cuando las enseñanzas de la Torá y el Jasidut se revelen totalmente y el mundo verificará y servirá como medio para expresar Torá y Divinidad.
(Extraído de un artículo del Dr. David Lazerson, doctorado en Special Education)