Cuando nuestros antepasados salieron de Egipto, tenían tanta prisa que no había tiempo para esperar a que la masa leudara. Como consecuencia, comieron Matzá (pan sin leudar). Con solo esta comida (pero con gran fe), nuestros antepasados confiaron en que el Todopoderoso proporcionaría sustento a toda la nación judía: unas dos millones de almas.
El más humilde de los alimentos
Matzá simboliza la fe: consiste solamente en harina y agua, y no se le permite leudarse. Del mismo modo, los únicos “ingredientes” para la fe son la humildad y la sumisión a Di-s, que provienen del reconocimiento de nuestra condición de “nada” en comparación con el infinito del Creador.
La Mitzvá de Matzá se cumple en las dos noches del Séder.
Hay diferentes tipos de Matzá, elegí la correcta para cumplir la Mitzvá:
-Matzá de todo el año: no es apta para Pesaj bajo ninguna circunstancia.
-Matzá hecha con jugos o huevo: no es apta para Ashkenazim. Bajo circunstancias límites de salud, consultando con un rabino competente, se puede permitir, pero no para el Séder.
-Matzá a máquina hecha para Pesaj: sólo elaborada bajo estricta supervisión rabínica, pero no es óptima para el Séder.
-Matzá Shmurá hecha a máquina: Matzá hecha de harina que fue cuidada de humedad desde el momento de la cosecha hasta que fue horneada. Casi la mejor Matzá, excepto un detalle…
-Matzá Shmurá hecha a mano: para el Séder se requiere Matzá hecha específicamente para el cumplimiento de la Mitzvá. Tiene que ser elaborada con ese pensamiento, cosa que no es posible con la máquina. Por eso la Matzá más apropiada está hecha a mano, donde cada amasador dice: “amaso, estiro y horneo para confeccionar Matzá apta para cumplir con la obligación de comer Matzá”.