Saber elegir el momento

Educar a los hijos es algo que requiere una importante inversión de nuestro tiempo.

Con respecto a eso, no tenemos elección. Pero podemos elegir cuándo usar ese tiempo.

Podemos escoger usar ese tiempo a una edad temprana, cuando podemos formar en nuestros niños carácteres positivos y actitudes que les servirán en su vida adulta. O podemos invertirlo después- para salvarlos de los problemas y travesuras en las que puedan meterse cuando son ya mayores. Definitivamente, usaremos el tiempo. Lo que depende de nosotros es cuando lo pasaremos mejor.

Una pareja me relató que su hija de nueve años vino un día a casa de la escuela bañada en lágrimas. “No regresaré a la escuela”, dijo. “Mi maestra me odia. Ella me castigó porque no hice mi tarea”.

Como padres ocupados que viven en el siglo 21 y teniendo muchas demandas en nuestro tiempo, podemos escoger empujar lejos el problema. “Comienza a hacer su tarea desde hoy en adelante”. “No te preocupes, el próximo año tendrás una maestra buena”. “Haz tu tarea, o si no…” Algunos padres dirán cualquier cosa con tal de sacar este problema del camino para poder enfocar lo que perciben que son cosas más importantes.

La pareja con la que yo estaba hablando había escogido detener todo lo que estaban haciendo y comprometerse en una discusión con su hija. Eligieron utilizar ese tiempo en este instante.

“Parecés muy disgustada” el padre le dijo a su hija. “Por favor explicame, ¿cómo te sentís?. Cuándo decís que tu maestra te odia, ¿qué significa exactamente para vos? ¿Pensás que ella te odia todo el tiempo, o sólo cuándo hiciste algo contra las reglas escolares?. Pensás que la maestra estaba disgustada con vos como persona, o estaba disgustada con lo que hiciste o no hiciste?”. La ayudaron a separar la historia del significado y la interpretación que ella le dio.

Después de una hora y media de preguntas y conversación, la niña de nueve años llegó a la propia conclusión. “Eran mis acciones a las que detestó, no a mi, y yo tengo que asumir la responsabilidad por mis acciones”. La niña había tomado una decisión firme de hacer su tarea a tiempo.

Los padres estaban muy emocionados a la mañana siguiente al encontrar una carta de disculpa de la niña dirigida a la maestra, diciendo que, de hoy en adelante, ella haría su tarea y obedecería las reglas escolares. La madre continuó, “me sentí obligada a compartir esta experiencia con la maestra de mi niña, y a agradecerle por mostrar interés por mi hija. Ella apreció mi apoyo y estímulo, y ambas sentimos que estábamos en el mismo equipo”.

Al elegir usar el tiempo ahora, tomando la iniciativa, en lugar de optar por una salida rápida, estos padres lograron implantar en su niña cinco valores importantes:

1) RESPONSABILIDAD – “Si ha de ser, depende de mí”. Insistieron en que su hija tomara la responsabilidad de su propia acción. No culpés a otros; hacete cargo de tu vida.

2) AUTOESTIMA POSITIVA – Le dieron el sentimiento a su hija de que ella es muy importante para ambos padres, ya que detuvieron todo para escucharla y dedicarse a ella.

3) DISCRIMINACIÓN DE HISTORIA/INTERPRETACION – Le enseñaron a su hija a entender la diferencia entre la historia real- lo que pasó, y la interpretación que ella había dado a lo sucedido. Muy a menudo, nuestra interpretación nos afecta más que la propia historia.

4) TRATAR UN PROBLEMA – La niña aprendió que es importante tratar con un problema cuando es pequeño, en lugar de permitir que se convierta en algo que ya está fuera del alcance de nuestras manos.

5) CONFIANZA – La niña aprendió que, cuando se comporta mal, puede confiar en sus padres y convertirlos en sus confidentes. Estaba tranquila porque sabía que no se la juzgaría, y a pesar de lo que pasó entre ella y su maestra, el amor de sus padres por ella es incondicional. Aprendió que no necesita ir a buscar ese apoyo en otra parte.

Probalo. ¡Funciona!

De Rabí Iaakov Lieder

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